LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE ESPAÑOL: La Sociedad de la Nieve

Por: Mónica Heinrich V.

La ficción no alcanza para algunas historias. No abastece.

¿Cómo contar con justicia el antes, el durante y el después de lo ocurrido en la llamada Tragedia de los Andes?

Lo que tenemos son pedazos. Pedazos de películas, pedazos de documentales, pedazos de libros, pedazos de entrevistas, pedazos.

Supe de esta historia por el cine. En 1993, Frank Marshall (Aracnofobia) dirigió la famosa Viven (Alive). La vería años después. Desbloqueé un miedo que hasta ese momento no existía: Los aviones sí se pueden caer. Sí se pueden partir al medio. Sí podés salir escupido y ser tragado por el vacío. Sí podés morir atrapado entre los asientos. La montaña sí puede quedarse con vos.

Tengo flashazos de esa película que nunca volví a ver. Escenas muy específicas: un joven y muy gringo Ethan Hawke como Nando Parrado, los pilotos mateando, el avión metiéndose dentro de la nube negra, un joven John Malkovich de narrador interpretando a Carlitos Páez, el zapatito rojo que se veía rarísimo, el Ave María (guiñito a una anécdota real de cuando esperaban el rescate) que pusieron al final mostrando la cruz en el pico de la montaña. Seh. Era 1993 tratando de recrear 1972. Los gringos no se veían ni sucios, ni famélicos, ni eran esos uruguayos que regresaron con la muerte en los ojos.

Piers Paul Read escribió el libro homónimo, el que después tuvo de tapa el póster de la película. Pueden descargarlo y leerlo ACÁ. Aunque el libro se escribió en 1974, apenas dos años después de la tragedia, tuvo su verdadero boom gracias a Hollywood, gracias a un Ethan Hawke churro que nunca perdió peso para su papel. Del libro también tengo flashazos mentales: las fotos cotidianas de los ocupantes, las fotos que se tomaron en la montaña, los mapas, cómo describían lo que pasó con menos romanticismo, las anécdotas sobre los problemas que pueden surgir en un grupo grande, sobrepasado por la situación, que luchaba por sobrevivir en las condiciones más adversas. También hay detalles como los gritos diarios de los heridos/moribundos, las alucinaciones, el sorojchi (el mal de altura) y la descripción de las gangrenas que han quedado suavizadas en la ficción.

Han pasado 52 años desde el día fatídico y el director español J.A. Bayona dijo: apártense que ahora vengo yo.

Lanzó en cines y en Netflix La sociedad de la nieve, película basada en el libro homónimo escrito por Pablo Vierci. Hay que entender la trascendencia que tiene el libro de Vierci (lo pueden leer ACÁ). El escritor era amigo de la infancia y compañero de colegio de gran parte de los pasajeros (víctimas y sobrevivientes) y regresó a la montaña, al exacto lugar, junto con tres de ellos, entrevistó por meses a los 16 que lograron el milagro y lo hizo con el apoyo de la distancia y la adultez. La mayoría ya tenía hijos con la misma edad que ellos cuando el avión se estrelló. El libro posee otra mirada, otras reflexiones, otro brillo y se publicó en el 2008.

Es con ese material que trabaja Bayona.

¿Y qué hizo? Construyó un guion (con la colaboración de los también españoles Bernart Vilaplana, Jaime Marques y Nicolás Casariego) muy emotivo, esquemático, similar en estructura a Lo Imposible (su película del tsunami). Creó un nexo emocional con el grupo, impregnó los momentos previos con esa sensación de calma antes de la tormenta, con escenas hasta artificiales: Las charlas, cómo se convence a algunos para ir, la voz en off de Numa Turcatti (Enzo Vogrincic) contándonos que era uno de los que en realidad no debió viajar, no debió estar ahí, la despedida de los familiares en el aeropuerto. Es el paisaje de todo lo que será destruido o por lo menos dañado.

SPOILER Cuando me di cuenta que el relato era de Numa se me erizó la piel. Tenerlo como narrador es una decisión humana. La mayor parte de los focos se centraron siempre en los que regresaron, en Canessa y Parrado, que fueron los que hicieron la caminata impensable de 10 días a través de montañas y nieve, pero hay nombres que se quedaron entre esa misma nieve, que nunca se dijeron en voz alta, como el nombre de Numa. Por eso, es un gran homenaje que esta vez la tragedia sea contada por uno de los que no lo logró y para los que no conocen la historia, imagino que debe ser un golpe emocional fuerte llegar al momento en el que muere. ¿Es una movida que puede parecer tramposa o un ejercicio de manipulación? Por supuesto, pero recordemos que este es un cine comercial y que tiene los vicios propios del cine comercial FIN DEL SPOILER.

Un aspecto incuestionable de esta película es la recreación. La recreación de la época, del vestuario, de los restos del avión, de las fotos. El cuidado puesto en los detalles ayuda a sentir más real lo narrado.  La película se filmó en una zona nevada de Granada, pero también tiene escenas reales del lugar donde aún permanecen los restos del avión. Y ya como detalle ultra emotivo está la participación de los sobrevivientes como personajes dentro de la película, el fallecido Coche Inciarte lee un periódico en el café en el que los chicos se juntan. Roberto Canessa aparece como doctor detrás del Canessa ficticio que regresa a la vida. Nando Parrado está en el aeropuerto dándole paso al Nando ficticio, a la Susy ficticia, a mamá ficticia, papá ficticio. Un sobrino de Numa Turcatti cruza la calle cuando el Numa ficticio llega con su bicicleta.

Canessas

El trabajo del uruguayo Pedro Luque (conocido por No Respires) en la fotografía ha sido clave. Hay cosas muy bien resueltas cinematográficamente como el accidente en sí mismo. Hay momentos que muestran su impronta creativa como cuando sucede el alud. Los primeros planos, los fuera de foco juegan totalmente a favor de la película que si no fuera por esos momentos se vería bastante genérica.

Las decisiones de dirección hacen que no sea una película más del catálogo de Netflix, aunque en la fórmula sí lo sea. Los elementos efectistas y efectivos como cuando aparecen los nombres y la edad de los que van muriendo o cuando los silencios llegan en el momento adecuado, ayudan a La sociedad de la nieve a no hundirse.

Sí, hay un vínculo emotivo del mismo director y del director de foto con la historia que les impide salir de esa perfecta caja de humanidad, con lacito rosa, que supone la supervivencia.

Y lo acepto. Quizás porque si mostrara al detalle cómo se abrieron los cráneos de los muertos buscando alimentarse de los cerebros, o cómo se comieron las vísceras, o cómo guardaban huesos en los bolsillos para chuparlos en cualquier momento tratando de obtener calcio y/o magnesio, la gente “de bien” se horrorizaría tal cual se horrorizó en los 70s cuando estos chicos tuvieron que contar que recurrieron al canibalismo para salvar la vida.

Lo acepto, porque quizás es muy triste saber que antes de la tragedia ya había otras tragedias, como la de la familia de Gastón Costemalle que años antes había perdido al papá de un infarto, y un par de años más tarde al hermano de Gastón en un accidente de canoa. Gastón sería uno de los que salió escupido con la cola al romperse el avión en dos, dejando a su madre, Blanca, sola con todas esas tragedias.

Lo acepto, porque es mejor imaginarse una fe ciega, a tener que asumir que la idea del suicidio sobrevolaba algunas mentes fragilizadas por las pérdidas humanas, el hambre, la falta de descanso real y la incertidumbre. Que para evitar tentaciones habían separado las balas del revólver del piloto. El mismo que informó dónde estaba pidiendo que lo usaran para acabar con su agonía.

Bayona sabe qué botones apretar a un público masivo. Lo ha sabido desde siempre. Es un director que apela a las emociones constantemente. A veces funciona muy bien como en El Orfanato, otras queda excesivo como en Lo Imposible o bordeando lo cursi como en A Monster Call. En La Sociedad de la Nieve encuentra la historia perfecta para regodearse en las frases que suenan cursis, pero que realmente fueron dichas en la tragedia, para ser sensiblero, para buscarnos la lágrima sin culpas.

Queremos llorar a toda esa gente. Queremos llorarla mucho.

Los actores, más comprometidos que los gringos, bajaron de peso y quedaron casi convertidos en esos fantasmas que fueron los sobrevivientes. La música, incluso los tan criticados violines, son parte de eso. ¿Porque qué más podría sonar que no fueran violines? El Ave María con seguridad no. Una apuesta más naturalista y de autor dejaría ese final con el silencio terrible de la montaña y el ruido de los helicópteros. Bayona entendió que necesitaba los violines y los puso. Que necesitaba la edulcorada escena de las duchas y la puso. Que sin contexto aparecería el papá de Carlos Paéz (que buscó a su hijo Carlitos con una tenacidad que merecería otra película) interpretado por el rescatado y ya mayor Carlitos Páez leer los nombres de los sobrevivientes y ya. Que el arriero (que merecería otra película también) que dejó su ganado a merced de los pumas y cabalgó 10 horas para avisar a los carabineros, aparecería para botar la piedrita y poco más.

Es el final que entiende Bayona, y está bien. No, no es la película que cambiará el cine. Es lo que es.

La película en su conjunto cumple su objetivo. Hacerte pasar dos horas de angustia emocional y existencial, conmoverte hasta las lágrimas y, por supuesto, al terminar de verla buscar todo lo que sea referencial al hecho. Leer Del otro lado de la montaña, el libro que tiene los testimonios de las familias de los que no sobrevivieron (descargar ACÁ), leer el libro que escribió Nando Parrado: Milagro en los Andes (leer ACÁ), el que escribió Roberto Canessa con la ayuda de Pablo Vierci Tenía que sobrevivir (leer ACÁ), el que escribió Coche Inciarte (fallecido el 2023 por cáncer) Memorias de los Andes (leer ACÁ) o Las montañas siguen allí del también sobreviviente Pedro Algorta (leer ACÁ).

Tenemos todos esos pedazos que aún siguen armándose, que siempre seguirán armándose. Agobian los detalles del antes, del durante, del después. Es otra película (hay demasiadas películas en esta historia) el regreso a la sociedad de estos chicos tildados de caníbales a un Uruguay que estaba a escasos meses del golpe de estado que después puso una dictadura de 11 años.

Y, como dicen los sobrevivientes, es imposible entender a cabalidad lo que vivió La Sociedad de la Nieve, por más que Bayona o cualquiera se haya esmerado en explicarnos o de convertirlo en un espectáculo para las masas. Se trata de una experiencia de vida tan única que aunque sucediera algo parecido nunca sería igual. Lo que vivieron solo lo pueden dimensionar a ciencia cierta los que milagrosamente consiguieron volver, y los cuerpos que se quedaron en el Valle de las lágrimas.

Lo mejor: La recreación de todo, lo emotiva que es y que no deja de ser un homenaje a la lucha por sobrevivir Lo peor: es cacofónica con lo que se dice y lo que se ve. Bayona siempre quiere explicar todo Lo más falsete: el final muy coreografiado El mensaje manifiesto: el ser humano siempre se aferra a la vida El mensaje latente: podés salir de la montaña, pero la montaña se queda en vos El personaje entrañable: todos El personaje emputante: la muerte El agradecimiento: por los que no lo lograron pero hicieron que los otros lo lograran. Por el arriero que estuvo justo ese día a esa hora y que se hizo una viaje larguísimo para avisar. Por la vida de los que salieron de la montaña y los cien hijos y nietos que siguen extendiendo esa vida.

TELEVISIÓN: Squid Game /El Juego del Calamar

Por: Mónica Heinrich V.

Niñ@s. Este es el hype del momento. La serie tendencia que hace que nos preguntemos: ¿Valdrá la pena? ¿O esto vendrá de la misma gente que mantiene a Betty la fea en el top 10 de lo más visto en Bolivia?

Mi destino era “resfalar” ahí, porque recuerden que una parte de mi “작은 마음” es coreano.

No sabía nada de ella. No había visto el tráiler. No había leído sinopsis ni reseñas.

Ah, la incertidumbre de la virginidad.

Me lancé al primer episodio.

Qué chancho bello

Esto estará muy spoilereado, si no querés salir más trasquilado que oveja con los detalles del argumento, pasá de largo.

Sigo.

Primer episodio.

No voy a negar que admiro la manera en la que los coreanos manejan a sus personajes. O sea, un vicioso, jugador, flojo, vago, que le roba plata su madre, que apuesta el dinero del regalo de su hija, que tiene deudas por todas partes, te lo venden como a un pobre individuo con el que empezás a empatizar. Señoras y señores, con ustedes: el mamerto de Seong Ji Hun interpretado por Lee Jung Jae. A Lee Jung Jae lo conocía por sus trabajos en The Housemaid (2010, véanla), Amsal (2015, no hace falta que la vean) y The New World (2013, véanla).

Bueno, este tipito o tipejo (depende desde dónde se lo mire) debe un culo de plata a unos mafiosos que le quieren sacar hasta los riñones. En el metro, después de peripecias mil, se encuentra con el doncito de Train to Busan (Gong Yoo) que le presenta un juego con unos cosos de papel rojos y azules. Después, el doncito lo agarra a manazo limpio. Ya desde los manazos Ji Hun debió desconfiar, pero no: dale a un mañoso una nueva maña y se cuelga de ella como mono a árbol de guineo motacusito.

Resulta y acontece que le entregan una tarjeta con la cual parece que podrá resolver todos sus problemitas. Quintos aquí, quintos allá, quintos acullá. Plata fácil. Y decide ignorar todo lo raro que rodea la invitación y parte en busca del dorado (literal, un chancho dorado). No es al único al que invitan, se llega a juntar a 456 personas con nulas dotes de administración financiera, montón de deudas, problemas mentales y algunos delitos.

Bienvenidos, querubines, tienen 0,000000001% de posibilidades de vivir. ¡A jugar!

Todo pinta mal, los duermen con un gas, los transportan dopados, los llevan a una isla, y los reciben una especie de guardias vestidos de La Casa de Papel, pero en lugar de la máscara de Dalí usan unas máscaras con figuras geométricas que corresponden a su rango de autoridad dentro del tugurio. El tugurio es muy pro, tiene al pedo una representación de la Muralla Roja, cuartos llenos de cámaras, y tecnología a full. Eso sí, podría decir que su seguridad es tan mala como la defensa del Manchester United en su último partido contra el Liverpool.

En el tugurio arrejuntan a los deudores morosos y les dicen: Vamos a un jugar seis juegos, si los pasan belleza, se van con la plata. Y vos pensás (pensé) en Saw, en Battle Royal, en Hostel, en La pequeña casa en la pradera. Presentación de personaje aquí, presentación de personaje allá: Está el tipito o tipejo (depende de dónde se lo mire) que tuvo todas las oportunidades, recibió educación y se convirtió en un vil estafador; el paquistaní (para ser inclusivos) explotado, inmigrante ilegal; la desertora de Corea del Norte, para ser coyunturales; la chica abusada sexualmente, para no perder el momento #metoo; la parejita matrimonial, para que nos duela romper el vínculo de esa sagrada institución heteropatriarcal; el doctor que hizo mala praxis; el mafioso psicópata; la mafiosa psicópata; el Viejito que querrás y SEGUIRÁS QUERIENDO (no me jodan).

Cuando aparece la muñecota una voz dentro tuyo (mío) dice: Necesito esa muñecota en mi vida. Y luego, zas. La cabezanga gira y la muñecota empieza a liquidar a todo lo que se mueve.

Un ser facho, de conciencias turbias, pensará: qué buena limpieza que hizo la muñecota, PERO la muñecota liquidó a casi la mitad de esos crispines sin ascos. Muchos cadáveres. Demasiados. Ahí decís (me dije): tenés mi atención Hwang Dong-hyuk.

¡Ahí les voy, perros! muajajaja

Hwang Dong-hyuk es el director de esta serie que se ha convertido en la más vista de Netflix. O sea, bien por él, pero nuevamente: en el top 10 de esa plataforma siempre está Betty La fea. Este director coreano existía antes de Netflix. Con una formación cinematográfica muy americana (se te notan tus años de estudio en Los Ángeles, Hwang) tiene un currículum que incluye varias películas con las que ganó unos cuantos premios desconocidos.

El tema es que este guion/idea/proyecto estaba en su cabecita desde hace un montón de tiempo y es recién en estas épocas netflixeras que se hace realidad. La pandemia, y lo que el también coreano (¿filósofo? ¿escritor? ¿genio?) Byung-Chul Han consideraría un elemento de subyugación digital, nos traen El juego del Calamar (Squid Game) y claro, estamos ahí, sentados, en esta “sociedad del cansancio” viendo cómo eliminan al estrato más fácilmente “desechable” de la escalera social en clave de entretenimiento.

Permiso, voy a tomarme una caipiriña y a llorar.

Llegué al episodio 2 que es cuando algunos espectadores abandonan el barco. ¿Por qué abandonan? Porque es cuando se humaniza a los personajes, y humanizarlos en lugar de matarlos resulta «aburrido» o ¿no? Es un episodio dedicado por entero a tratar de explicar por qué los personajes deciden regresar a una muerte segura. O, por lo menos, al riesgo de muerte. (99,9999999% de probabilidades). Carretadas de análisis sociológicos, políticos, económicos e históricos podrían explicar mejor esa decisión en apariencia boluda. O, tal vez, es nomás que no tienen nada que perder y millone$ de razones para intentarlo.

Hasta ahí, quería seguir viendo. Quería poner mis quintos a favor de la norcoreana, aunque era obvio que no lo lograría, quería poner mis quintos en contra de Cho Sang-woo (Park_Hae-soo, que será Berlín en la versión coreana de La Casa de Papel). Era más cantado que Despacito que el viejo y el paquistaní fenecerían como ofrenda al señor de la oscuridad.

Así, llegaron los VIP.

Los mejores amigos de niño Trump.

Ya andábamos a los tumbos con el argumento. Estaba pegado con moco o con baba de caracol. Cuando llegamos a los VIP, la trama se cae completamente. Volvés a pensar en Saw, Hostel, La pequeña casa en la pradera y/o en The Hunter. Ricachones víctimas del cansancio social, emulándote a vos que desde tu casa también apretás el play para ver morir cojudos como lluvia tropical de septiembre.

Ah. Te lo agradezco, pero no.

Hay muchas cosas que no funcionan en esos episodios. El exceso de diálogo, el sobrecomentario de lo que ven, sos uno más de los gordos fodongos que se aburren mientras todo sucede. Encima, ya sabés lo que va a pasar. Ya intuís que el hermano del policía está por ahí, ya estás emputado de que el policía, a pesar de las cámaras, ande suelto como Bambi en las praderas, sabés que viene el giro Shymalan y cuando ese giro llega, no decís (no dije) WTF, sino: ¡por favor!

El viejito había sido la mente maestra detrás del juego. Ok. Algunos espectadores lanzaron la teoría de que en realidad el viejo es el padre de Seong Ji Hun. Amig@s, el tarado de Ji Hun está vivo porque el paquistaní lo salvó en el primer juego, en el juego de las canicas fue Ji Hun el que eligió al viejo, en el de las galletas se salvó por un pelo y en el juego de los vidrios si no fuera la hijueputez del villano, también moría. El viejo, no estaba ni ahí con él, porque el viejo es otro psicópata que se creó excusas pendejas para matar gente. Él disfruta cada maldito segundo.

¿Quién? ¿Shhoo?

Son nueve episodios que cuando descubrís a la muñecota decís (dije) por qué tan poquitos, pero cuando llegan los VIP sentís (sentí) que eran demasiados: ¡Que mueran todos de una vez! No alarguen más esta debacle narrativa.

Cuando acordamos (acordé) se nos vino el sermón dominguero de misa del medioevo. Ni He-man se atrevió a tanto. El discursito de: riqueza vs pobreza, el ser humano es malo por naturaleza y la sociedad está corrompida por eso. Ay, no puedo usar esta plata manchada de la sangre de los otros 455 jugadores. La plata no había sido la felicidad. Esto es un experimento social. Bla bla bla. Seguro, tu experimento social ya lleva décadas. 

Escuchame, Hwang Dong-hyuk. En Los Juegos del Hambre nos apuntaban con un dedo acusador, y nos decían que no había absolución posible para el hombre, ese animal remoto que devora y devora primaveras. En su versión literaria el final era demoledor, no se salvaba nadie, todo estaba corrompido, hasta el último gajo de toborochi, sin ninguna esperanza. Hollywood no pudo estrujarnos en la cara tanta amargura, ¿vos tampoco pudiste? Porque tu Juego del Calamar se queda más en la superficie, en el artificio, en la caricia de guante pre-fabricado de un oso de peluche que huele a naftalina. 

Al final, Jin Hu se convierte en el cliché de la venganza coreana, largamente vista en el cine, doramas y series coreanas. Él, que siempre vivió endeudado, cagándose en su madre, decepcionando a su hija, siendo mal hijo, mal padre, mal esposo, mal amigo, mal ciudadano, tiene valores altísimos y quiere poner en su sitio a la gente que organiza el juego. ZZZZzzzZZZzzzzZZzz cachetéenme con un inodoro y apaguen la luz al salir. 

Sin embargo, más allá de la trama y sus baches, hay que admirar el cuidadoso diseño de producción de esta serie, la dirección de arte que además trabajó con pocos efectos especiales, recreando lo más posible los escenarios de los juegos. La paleta de colores que usaron, la música que acompaña a las secuencias (Jaeil Jung, el mismo compositor de Parasite y Okja), el Danubio Azul, la fotografía…no podés decir que estos coreanos no invirtieron bien su presupuesto.

El Juego del Calamar empieza como un feroz cuestionamiento al capitalismo, después lo usa a su favor para ser parte del capitalismo-consumismo que cuestiona. Respeto que juegue el juego que quiere jugar, faltaba más, pero al final quedé con sabor a poco, a tomadura de pelo, como si tuviera una galleta dalgona con forma de crisantemo y un mondadientes muto. 

Solo quería gritar: Amigo, Jin Hu, volvé al puto avión y cumplí con tu hija alguna vez en la vida. ¿Es mucho pedir?

Lo mejor: La muñecota y el chancho lleno hasta el tope Lo peor: que la muñecota solo aparezca una vez Lo más falsete: las trampas que hacían en el juego, el tráfico de órganos, y el tiempo que el paco estuvo paseando de infiltrado por todos lados, tanta vigilancia al pedo El mensaje manifiesto: la plata no lo es todo El mensaje latente: solo sabrás que no lo es todo cuando la tengás (insertar emoticón de chancho dorado) La escena: la de la muñecota liquidando a todos El personaje entrañable: adivinaron: LA MUÑECOTA El personaje emputante: el viejo e mierda hablando huevadas en su lecho mortuorio. Asumí que te encantaba liquidar gente. El agradecimiento: por la muñecota y el chancho lleno hasta el tope.

CINE: I´m a Mother / Las Herederas / The Perfection / The Looming Storm

Por: Mónica Heinrich V.

Oh, sí. Se acuerdan de esa película llamada We need to talk about Kevin…bueno, We need to talk about Netflix. Nuestro querido y odiado Netflix.

Difiero de los que dicen que es un streaming de puras huevadas, solo con saber que tiene en su catálogo a Burning (reseñada y amada ACÁ) ya inclino la balanza a su favor con un pesado ladrillo de felicidad. Para revisar un poco la cartelera de eso que nos chupa la vida, el tiempo, y las posibilidades de roce social, les voy a hablar de cuatro películas, todas ellas distintas, y todas ellas con temáticas tan discutibles que podrían hacernos acabar varias tazas de café o copas de vino. Una de estas películas me provocó una indignación que no sentía en años, algo no logrado ni con la más pedorra y chota película. Procedo.

I´M A MOTHER

Amé el inicio de I´m a Mother.

Hay una robot (la voz de Rose Byrne) que tiene un cuarto lleno de embriones congelados. Primera sorpresa. Tanto coso por nacer no nacido es tétrico. Estoy hablando de miles y miles de cosos.

La robot, en el futuro llamada Madre, selecciona un embrión de sexo femenino y procede a encubarla, hacerla nacer, criarla y dejarla crecer. Esto de dejarla crecer es importante. La crianza y amor robótico son musicalizados con uno de mis temas favoritos del mundo mundial: Baby Mine, la canción de Dumbo, cuando Dumbo va a ver a su mamá encarcelada y la mamá encarcelada saca su trompita y Dumbo llora, y luego con la trompita lo mece y todos lloramos y…sí…Baby mine.

El embrión, bebé, niña, se transforma en una adolescente, la señorita Clara Ruggard, quien en la película será Hija.

Madre e Hija viven en un mundo distópico, aparentemente algo eliminó a toda la humanidad y Madre está intentando criar humanitos para repoblar la tierra. Ajá, todo muy mesiánico y bíblico solo que en versión NIÑAS.

Hermanitos ¿están ahí?

A mí me gustan las distopías, estas historias que parten de una situación límite de sobrevivencia siempre son atractivas y I´m a Mother no es la excepción.

Como siempre, para dicha sobrevivencia existen algunas normas básicas que cumplir e Hija, como siempre también, cometerá algunas infidencias propias del ser humano. Así que no, Rousseau, no. No es la sociedad la que corrompe a las personas, ya venimos diseñados así y Madre lo aprende a la mala.

Creo que hasta la mitad, I´m a Mother se sostiene con una tensión muy bien manejada del director debutante Grant Sputer y de su guionista, también debutante, Michael Lloyd Green. Todo lo de los exámenes, la contaminación, el ingreso del personaje de Hilary Swank, estuvo entretenido e intenso.

También el giro que aparece al medio pudo enriquecer la película, pero desgraciadamente el giro se desperdicia y lo que hasta ese momento tiene sentido dentro de la premisa general de la película, se va al pasto con situaciones absurdas y poco creíbles. Cuando en medio del peligro no creés las acciones de sus personajes, la película deja de sorprender y solo esperás con algo de hastío los créditos.

Hija, no me conocés. Sé que acabo de llegar de afuera cagada de problemas, PERO adivina qué? Lo mejor es regresar al lugar donde me hirieron y donde sobrevivía apenas.

SPOILER: Madre resulta ser una pupila directa de Hitler. Para el personaje de Mujer hay un montón de teorías pero ninguna con un asidero coherente. Que si Mujer fue uno de los experimentos fallidos, que si Madre dejó a Mujer afuera para experimentar con ella también. Que si Hija en realidad cumple a cabalidad la idea de Madre y por eso se deja «eliminar». Burreras. El final donde la pobre chica adolescente decide que no necesita a Madre (sí la necesitás, boluda. Pensá, HIJA, pensá) está feliz con su cuarto lleno de embriones hermanitos, compañeros de fin del mundo,  queriendo hacerse cargo de su futuro feterío como si fuera la tarea más bella y anhelada del mundo, fue como mucho para mí. O sea, todo bien con lo de Im a mother, but a real one and that’s a beautiful thing, pero me hubiera comido mejor su mensaje pro-vida si estuviera mejor hilvanado. FIN DEL SPOILER.

En todo caso, para pasar el rato está entretenida. Tiene un diseño de producción y un nivel de arte y vestuario sobresaliente. Es una película de tres personajes que dentro de sus limitaciones y su mensajito a la conciencia funciona. Podés ver de nuevo a Hilary Swank a quien no se le ha dado nada decente desde hace años, y claro, escuchar Baby Mine al inicio y al final, y sí, escucharla al final con Hija mirando los cosos amontonados, consiguió matar un poquito la canción.

Lo mejor: entretenida y una primera hora bastante interesante Lo peor: se va al pasto La escena: la secuencia Baby Mine Lo más falsete: cuando Hija sale del búnker todo se pone medio choto y ridículo El mensaje manifiesto: Es muy importante repoblar un mundo sin humanos El mensaje latente: Gente, cualquiera que venga será de cuidado El consejo: para pasar un rato ligero y sin consecuencias El personaje entrañable: el ratoncito  El personaje emputante: Mujer y la pelotuda de Hija El agradecimiento: por Baby Mine, siempre.

LAS HEREDERAS

Esta es la opera prima de Marcelo Martinessi y qué opera prima. Se trata de un cine sencillo, íntimo, con un guion austero escrito por el mismo director que no intenta abarcar mucho, ni siquiera intenta ser un reflejo de Paraguay como sociedad. Es una película de climas y de personajes.

Martinessi tiene la sensibilidad para contarnos la historia de Chela (GRAN Ana Brun) y de Chiquita (Margarita Irun). Ambas son mujeres de la alta sociedad paraguaya pero cuya condición económica es casi desesperada. O sea, son las sobrevivientes de familias jailonas venidas a menos. Las herederas fueron criadas en la opulencia pero nunca se les enseñó a administrar bienes ni dinero.

Chiquita tiene una personalidad más “metedora”, Chela es más indefensa, depende de Chiquita que termina yendo a la cárcel por deudas. El gran caserón herencia de tiempos ya idos, tiene que ser saqueado para vender sus objetos y tratar de conseguir más dinero para seguir sobreviviendo. Chela, al verse sola y casi por ósmosis, empieza a trabajar de taxista de sus antiguas amigas y gente copetuda anexa.

La película, sin embargo, no es sobre la caída en desgracia de estas mujeres que además son pareja. Tampoco es la historia de amor de unas lesbianas en una sociedad conservadora como la paraguaya. Creo que Las Herederas funciona más como el descubrimiento de Chela sobre sí misma. Ese viaje que supone enfrentarse al mundo sin nada más que uno mismo para salir adelante.

Hay escenas muy bonitas, muy cuidadas. El coqueteo con Angy, las partidas de las “chicas”, los obvios anhelos sexuales de Chela, el casi olvido de Chiquita en la cárcel, la relación con la empleada en un momento en que no deberían permitirse una empleada, y su escena final, su hermosa y liberadora escena final, hacen de esta película paraguaya una película digna de verse.

Sí, es un cine de carácter autoral, sí, es ese tipo de cine pausado, sin prisas, que te cuenta todo como si lo estuvieras viendo a través de una ventana, sin cortes bruscos, sin trucos de edición, sí, para un público acostumbrado a cosas como I´m A Mother puede resultar un pesado yunque o muy chicha sin dulce, pero si se animan a verla y descubrir todo lo que dice sin decirlo explícitamente, capaz que la disfruten.

Esta Chela que se descubre a una edad en que mucha gente se da por vencida, es un hallazgo.

Lo mejor: Chela   Lo peor: algunos secundarios y, para ser honesta, las escenas de la cárcel no me parecieron muy convincentes. La escena: el final Lo más falsete:  algunas actuaciones secundarias El mensaje manifiesto: Mientras haya vida queda mucho por hacer El mensaje latente: Uno es artífice de su propio destino El consejo: para ver en qué anda el cine paraguayo y disfrutar de una buena película latinoamericana El personaje entrañable: Chela El personaje emputante: Algunas de las viejas jailonas, la guardia de la cárcel El agradecimiento: la sensibilidad.

THE PERFECTION

Con The Perfection llegamos a la película-indignación.

Al director Richard Shepard lo conocí cuando vi Matador hace quichicientos años. Matador era esa película de matones protagonizada por Pierce Brosnan, fuera de sus fallas me pareció bien dirigida y guardé algunos buenos recuerdos. Después no he visto nada más de él, hasta esa infame noche en que di play a The Perfection en Netflix.

El guion fue escrito por el mismo Shepard en colaboración con Nicole Snyder y Eric Charmelo, ambos expertos en guiones para series de televisión. No sé cuál de los tres es el retorcido ser al que podamos achacarle lo sucedido, pero bajo mi óptica SHAME ON YOU para todos.

La cosa empezó bien.

Esta chica, Charlotte (Allison Williams), pierde a su madre después de una larga y desgastante enfermedad. Todo indica que el personaje está traumadísimo y que abandonó una carrera de música por el cuidado de su madre. Ahora que la madre no está contacta a sus ex tutores/profesores Anton (Steven Weber) y Paloma (Alaina Huffman) y decide ir a encontrarse con ellos en China. Allá en China, también se encuentra a Lizzie (Logan Browning) una muchacha que es una estrella del chelo y que ocupó su lugar cuando ella se dedicó a su madre.

Hasta ahí, hermoso todo. Las marcas de intento de suicidio de Charlotte mostrados en un abrazo. La música clásica. Vestidos perfectos. Locaciones divinas. Caras de culo disfrazadas de sonrisas. Unos planos perfectos y un clima oscuro increscendo, vos ahí imaginándote los miles de caminos que el asunto podía tomar, Charlotte liándose con Lizzie en una tórrida relación amorosa, dos talentos unidos por el talento y nosotros sabiendo que obviamente dicha talentosa unión acabará muy mal.

Después, la historia se va por el camino más predicible pero sigue siendo hermoso. SPOILER La supuesta envidia corroyendo el corazón de Charlotte, la supuesta enfermedad de Lizzie en el viaje por bus, la supuesta venganza de Charlotte haciendo que Lizzie se corte su propia mano. Luego la boluda de Lizzie yendo donde Anton y Paloma. Los tutores botándola del lugar porque está manca e inservible. Y ahí, ahí es cuando las cosas se empiezan a descontrolar. Cuando se descubre que nuestra amiga Charlotte en realidad quería SALVAR a Lizzie de la cadena de violaciones y pedofilia en la que vivían todas las alumnas de Anton y Paloma es de TERROR. O sea…”Pobre Lizzie, fue violada igual que yo. Como nunca asumirá su violación, tengo que hacerla reaccionar haciendo que se corte su propia mano, quitándole su talento para siempre, ESO la hará reaccionar. Más adelante me lo va a AGRADECER. Para qué ir a la policía y denunciarlos y cagarles la academia y humillarlos públicamente, no, la cortada de mano de la víctima es lo mejor”. A ver, querido guionista, querida guionista, yo solo te voy a agradecer que me cortés mi mano en una situación The Walking Dead cuando la infección zombie me esté avanzando. Fuera de eso, no. No te lo perdono. Pero no acaba ahí. ¡NO ACABA AHÍ! Cuando Lizzie finge que está de parte de ellos, hay una escena en que le está por meter el muñón ahí abajo donde Charlotte debería sacar bendiciones al mundo según nuestras enseñanzas bíblicas ¡EL MUÑÓN AHÍ ABAJO! Mátenme, gente, mátenme por caridad. Pero NO acaba ahí. ¡NO ACABA AHÍ! En un giro aún más perverso y previa lucha sangrienta, nuestra loca y pobre Charlotte acaba con el brazo destrozado y queda manca TAMBIÉN. Y ya para rematar o para mandar al psiquiátrico a esos tres infelices responsables de la historia, Charlotte y Lizzie todas gloriosas, mancas y pelotudas, mantienen con vida a Anton mutilado de everything, manos, piernas, ojos, boca, es un torso, ciego y mudo,  con suero, para que ellas le sigan tocando el chelo, una de ellas toca con la izquierda y la otra con la mano derecha. Se «liberaron» y mutilaron para hacer exactamente lo que hicieron toda su vida frente al depredador, tocarle el chelo. FIN DEL SPOILER

¿Es en serio?

Pero NO acaba ahí. ¡NO ACABA AHÍ! La verdad que me fatigué, perdí un poco la compostura, me olvidé de que era “solo una película” y empecé a gritar un montón de barbaridades irreproducibles  e indignada me metí en internet para compartir mi indignación, pero “OH, SORPRESA” algunos progres del mundo piensan que es una reivindicación femenina, cito “Recomendada para gente sin prejuicios” “argumento refrescantemente desvergonzado”, “el thriller perfecto para la época en que vivimos”, “Es una película de la era #metoo”, “es un mensaje de empoderamiento, mezclado con horror y tragedia” «La tortura no las liberó, la unión sí». No, gente, no. No nos hagamos tanto daño a estas alturas del partido.

The Perfection tiene una primera media hora de mucho interés y con un muy buen ritmo, después es como el avión que alcanzó vuelo crucero  y empieza a caer en picada dejando caos, muerte y destrucción. Si me la tomo como un producto de NETFLIX para hacernos pasar un rato boludo, funciona, pero no finjamos que reivindica o empodera algo. Lo único que reivindica es mi creencia de que una buena historia se puede ir al carajo en cuestión de segundos, y empodera mi falta de fe en el ser humano. Fin del comunicado.

Lo mejor: truculenta e intensa en sus inicios Lo peor: retorcida y se va a pique La escena: la de la mutilación 1, la mutilación 2 y la mutilación 3 Lo más falsete: toda la excusa chota para las mutilaciones 1, 2 y 3 El mensaje manifiesto: el comentario social se está colando en las películas de un modo muy desafortunado El mensaje latente: lo conservador a veces se disfraza de reaccionario El consejo: para verla «sin prejuicios» (insertar risa irónica) El personaje entrañable: oh, por Dios, creo que no lo hay…hmmm…diría EL CHELO El personaje emputante: Los violadores El agradecimiento: porque si bien no la olvidarás, hay mejores cosas en las que pensar.

THE LOOMING STORM

Esta película china es una de las sorpresas de Netflix. Tiene un aire a Memories of murder, esa gran película coreana. ¿Se acuerdan? Solo que acá todo es más triste y más melancólico, siempre llueve y nuestro personaje principal en realidad no es detective sino un guardia de una fábrica china que alucina con que tiene potencialidad de investigador.

El señorito Yue Dong es el director y guionista de esta lúgubre opera prima.

Yihuan Dong interpreta al sufrido Yu Guowei, al que vemos primero en el 2008  saliendo de una prisión y luego en un flashback en el 97. En el 97 era un tipo que entre sus colegas de trabajo de la fábrica era el más correcto, el más confiable, el más disciplinado, el que tenía el instinto para descubrir la más mínima falla, hasta fue nombrado empleado modelo. Todo cambió cuando en las cercanías de la fábrica encontraron a una mujer asesinada y Yu Guowei sintió que podía ayudar a resolver el crimen. Un crimen que pronto pasó a ser trabajo de un asesino serial.

Al principio, el tono de la película dentro de ese microcosmos de sociedad rígida, ciudad oscura, vida rutinaria, se mueve con algunas dosis de humor y la típica dupla de investigadores torpes y bienintencionados (Guowei y su ayuco).

A pesar de que hasta ese momento tenés algo bien contado y sin sobresaltos y hasta sabés el destino del protagonista (la cárcel), recién es cuando SPOILER el ayuco muere que te das cuenta que Dong está hablando muy en serio y que con seguridad esta será una tragedia, una descomunal tragedia FIN DEL SPOILER

Con ese traumático suceso, Guowei añade a su obsesión el peso de la culpa, y empieza a dedicarse alma, vida y corazón a tratar de agarrar al asesino, trayendo nefastas consecuencias para su vida.

Toda la secuencia con la peluquera fue muy triste. Tanto nivel de autodestrucción me parecía desesperante. Eso sí, Dong te lo contaba con una bellísima, bellísima fotografía y con la tensión suficiente para que querrás saber qué iba a pasar.

Me recordó un poco también a esa película americana The Pledge, donde Jack Nicholson se obsesionaba con cumplir la promesa que le hizo a los padres de una niña asesinada y sacrificaba todo hasta su cordura. Salvando las distancias The Looming Storm se mueve en un imaginario en el que conviven este personaje absolutamente agobiado por la necesidad de encontrar al asesino y una China triste, cuyo sistema le da constantemente la espalda.

No me gustó mucho el final de la peluquera, aunque lo intuí, me pareció demasiado: un brusco adorno para continuar apaleando al personaje.

En las dos horas que la película dura, se llega a pensar que tal vez pudo compactar la historia un poco, pero luego cuando llegás al final te das cuenta que lo que Dong hizo fue lo que Dong necesitaba hacer.

Hay una escena muy importante en la que Guowei recibe su premio a empleado modelo diciendo con una sincera sonrisa de felicidad…”Esto parece sacado de un sueño”, años después SPOILER el personaje regresará a las ruinas de ese lugar y nos demostrará que una de las cosas más tristes de The Looming Storm es que te muestra cómo la vida de una persona puede cambiar tanto en un periodo de tiempo. FIN DEL SPOILER

Luego Guowei recorrerá, él también en una especie de ruina personal, los últimos restos de su vida pasada cuando era ese sonriente y satisfecho trabajador de fábrica. Y vos susurrarás conmovido: Mierda, Dong…

Porque sí, es verdad eso de que cuando ya lo perdiste todo, uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida.

Lo mejor: bella fotografía, buena historia, excelente actuación Lo peor: lo de la peluquera, excesivo La escena: el final Lo más falsete: … El mensaje manifiesto: a veces es mejor ser feliz con las simples cosas El mensaje latente: las obsesiones pueden consumir una vida El consejo: para verla en un horario en que estés sin sueño y con tiempo El personaje entrañable: Guowei El personaje emputante: los policías El agradecimiento: por la huella lluviosa que deja.he perece

DOCUMENTAL: The Staircase

Por: Mónica Heinrich V.

“Ha sido una bendición y una maldición”, dijo el ganador del Oscar Jean-Xavier Lestrade.

El francés es un documentalista que, en efecto, cayó bajo el embrujo de un caso criminal y siguió al detalle el desarrollo del mismo. ¿El Resultado? La serie documental The Staircase que resume más de una década de filmación en 13 episodios y una historia que aunque ya tiene un cierre legal, aún deja más dudas que certezas.

La obsesión de Lestrade es comprensible, vos mismo como espectador te vas envolviendo en el caso y tenés la imperiosa necesidad de saber qué pasó con Kathleen Peterson en diciembre del 2001. Los hechos conocidos por gran parte del mundo son: el novelista y ex militar Michael Peterson, autor de cuatro libros, llamó al 911 para informar que encontró a su esposa al pie de las escaleras en lo que parecía ser una caída. Hasta ahí, tenemos un accidente doméstico lamentable. Cuando la policía y la ambulancia llegan se encuentran con un cuadro diferente. La mujer ya está muerta, hay mucha, mucha sangre alrededor y salpicaduras hasta en el cieloraso del área donde se supone ocurrió todo. Es evidente que hubo algo más que una mujer pasada de copas que resbaló en algún escalón.

Rápidamente las cosas se complican para Mike Peterson, y pasa a ser el principal sospechoso. Se arma un sólido equipo de defensa en el que se incluye al abogado David Rudolf, el especialista forense Henry Lee, el hermano de Peterson que también es abogado y testigos que aportan su granito de arena. La realidad superando a la ficción 

LA DUDA RAZONABLE

El documental de Lestrade recoge los momentos más importantes del juicio, de la preparación de los abogados, de los testimonios de los involucrados y pone al juicio del espectador elementos para insertar en la mente eso que se llama “duda razonable”. O sea, puede ser que estés seguro que detrás del crimen existen más misterios que nunca se podrán aclarar, pero hay argumentos que la defensa esgrime que no son del todo descabellados.

Aparte del caso como tal (mujer muerta de forma extraña) lo que enriquece el trabajo de Lestrade y atiza el interés del espectador, es el pintoresco personaje que resulta ser Michael Peterson. Un hombre de sesenta años, con una doble vida, que mientras estaba casado buscaba scorts masculinos por internet, y que ante las cámaras parecía estar viviendo otra realidad. Peterson tenía dos hijos de un matrimonio anterior y había adoptado a dos muchachas que eran hijas de sus vecinos cuando vivió en Alemania y que quedaron huérfanas. Con la víctima (Kathleen) tuvo una hija más. Esa última hija (junto a las hermanas de Kathleen) es la que le dio la espalda y asumió de entrada que Mike era el asesino. Los otros hijos apoyaron a su padre.

La familia completa

Hay una secuencia que me pareció muy fuerte casi a la mitad de la serie, SPOILER cuando encuentran un atizador que la fiscalía había señalado era el arma homicida. Encuentran el atizador en el garaje, un lugar en el que se había buscado muchas veces el objeto. Lo encuentran un día antes de la presentación de alegatos finales por parte de los abogados. Al encontrarlo, uno de los hijos le pregunta a Mike si está seguro que el hallazgo no lo va a perjudicar en la lógica de que si realmente fue el arma homicida y se descubren restos de sangre y cabello, se insinúa que habría que desaparecerlo y no presentarlo durante el juicio. Lo mismo sucede con sus abogados. Rudolf hace hincapié en la necesidad de “no llevarse sorpresas”. Eso me indicó que ni la familia ni los abogados estaban seguros de la inocencia del tipo, pero que estaban dispuestos a defenderlo hasta las últimas consecuencias.

A lo largo de la serie se van dando pequeños giros tanto a favor del procesado como en contra del procesado. Uno de ellos es el hecho de que en Alemania la madre de las dos chicas que Peterson adoptó murió en circunstancias parecidas a Kathleen.

Eso no inmuta a los familiares que apoyan a Peterson, pero para los que no lo apoyan es una confirmación de que el hombre tiene un pasado turbio y que lo que hizo en Alemania lo repitió en Estados Unidos FIN DEL SPOILER.

Gran parte de la serie te debatís entre las ganas de creerle a Peterson y las abrumadoras evidencias en su contra. De hecho, la estrategia de la defensa nunca fue probar su inocencia sino abrir posibilidades lo suficientemente sólidas para que el jurado dude.

Más allá del “entretenimiento”

Dejando el morbo de lado, The Staircase tiene un valor documental innegable. Por un lado se filma todo lo que corresponde al periodo del juicio, donde vemos las estrategias tanto de la defensa como de la fiscalía. Por otro, somos testigos del uso de la vida sexual del acusado como “señal” de que se pudo cometer un asesinato o como elemento para clamar discriminación. Las opiniones conservadoras de lo que debe o no ser un matrimonio o la apertura de la defensa a “otro tipo de amor”. La cobertura tendenciosa de los medios de comunicación que de entrada señalaron a Peterson como culpable. El afán tanto de la fiscalía como de la defensa no de encontrar la verdad, sino de probar sus puntos sin importar la verdad.

Ya en esa primera parte de la serie se ve negligencia tanto de los forenses como de la policía para el manejo de un caso que fue tan delicado, lo que hace pensar que la vida de una persona está en manos de gente sin escrúpulos o simplemente floja.

Años después se abre otra veta a explotar para la defensa. El especialista en sangre de la fiscalía, David Deaver del FBI, había manipulado resultados en 34 casos de los que participó. Uno de esos casos llevó a la condena de Grey Taylor quien pasó 17 años en prisión siendo inocente. Deaver fue testigo clave contra Peterson. Es más, supuestamente el jurado se inclinó a favor de la culpabilidad de Peterson por su testimonio. Así es, corrupción, negligencia y manipulación de pruebas en los más altos niveles.

Por eso, Lestrade volvió a filmar y se agregaron más episodios a los que originalmente se tenían.

¿JUSTICIA?

The staircase es un ejemplo perfecto de cómo funciona la justicia (o la falta de ella) estos días. Porque amén de lo que le sobra o falta como documental, tenemos un seguimiento al proceso de justicia que es muy valorable.

Entre sus puntos en contra, puede que se alargue en demasía y pase por alto algunos elementos que capaz era necesario profundizar (la aparición del atizador, el caso de Alemania, etc..). También, como a mitad del documental empieza a notarse cierta simpatía por Peterson y es entendible. Estás viendo mañana, tarde y noche a un tipo que no es tonto, tiene sentido del humor, es articulado, y puede envolverte con anécdotas de su esposa muerta. Después supe que la montajista de la serie se enamoró de Peterson y tuvo una relación de muchos años con él. Según el director eso no influyó en el montaje. Le daremos el beneficio de la duda, tal como algunos se la dieron a Peterson.

Hoy, en el 2018, Netflix exhibe el trabajo de Lestrade, la figura ya ajada de Peterson y la imagen de Kathleen en el confuso episodio que acabó con su vida.

Todo está en la plataforma de streaming para que el espectador vea y juzgue. Porque eso es lo que en realidad haremos al final, emitir un juicio sobre Peterson.

Lo que más te deja la experiencia, es saber que así seas culpable o no, las evidencias a favor o en contra pueden ser manipuladas a antojo del abogado/fiscal de turno. De eso depende una vida en prisión siendo inocente o una vida libre siendo culpable.

Escalofriante.

CURIOSIDADES

El francés Jean-Xavier de Lestrade fue ganador del premio Óscar de 2002 a la mejor película documental con Murder on a Sunday Morning.

Después de que recibiera el premio Óscar, HBO le propuso realizar una TV Movie basada en otro caso legal real, para lo que revisó unos 300 archivos judiciales en busca del siguiente sujeto de su historia. Se inclinó por un caso totalmente diferente al que le dio el premio de la Academia: el de Michael Peterson: un hombre de mediana edad, blanco y con recursos.

El primer episodio producido por Netflix se lanzó en el Festival de Cine de Tribeca (Nueva York) en 2018.

The Staircase hizo historia en el género documental sobre crímenes. Fue muy aclamada por la crítica y audiencia y galardonada con un ‘Peabody Award’ en 2005.

TELEVISIÓN: Luis Miguel – La Serie

Por: Mónica Heinrich V.

Esta reseña se escribió hace unas semanas, cuando íbamos por la mitad de la temporada. Visto el episodio final se han agregado algunas cosas más, como amerita.

***

Corre el año 2003. Un joven y bronceado Luis Miguel promociona su disco 33. Adal Ramones, de Otro Rollo, es invitado en exclusiva para hacerle una entrevista. Acapulco enmarca el encuentro: es de noche, están a la orilla del mar, y todo sucede en la mítica casa del cantante. Ramones le pregunta a Luis Miguel qué sería eso que le pediría a Santa, “llamésmole Santa”, dice el conductor como refiriéndose a cualquier ente superior. Aclara que el deseo lo tendría que hacer en el pasado, sin saber que se convertirá en el Sol de México. Luis Miguel se mueve incómodo en la silla y sin pensarlo mucho lanza: “Volver a ver a mi madre”. Se hace un incómodo y triste silencio. Han pasado 17 años desde que Marcela Basteri desapareció sin dejar rastro.

Hoy, y ya con más de 30 años que el misterio persiste, Netflix revive a Marcela en Luis Miguel – La serie. Y, claro, el público ama un buen misterio. ¿Dónde estás Marcela? Queremos saber qué carajos hizo Luisito Rey con vos.

En medio de esa honesta inquietud hay mucho chisme farandulero que un ser cínico rotularía con tres palabras: Pobre niño rico. Bajo ese cariz, las angustias de alguien que parece tenerlo todo: fama, fortuna, galanura, talento y éxito parecen nimias cuando existen peores y más grandes preocupaciones en la existencia de un común mortal. Sí, sí, vos amable lector no vas a perder tu tiempo viendo las burreras que le pasaron a un tipo que se creía la bola izquierda del Papa. Pero no nos engañemos, que el cinismo no nuble la razón: Luis Miguel la ha tenido difícil, pobre niño rico o no.

Ficción vs Verdad

Durante años, fue hermético sobre sus miserias. Siempre decía que de su vida privada no hablaba. Sin embargo, desde el 2015, el “Sol” había dejado de brillar. El tipo se dedicó a la mala vida y a la poca vergüenza, le debía una vela cada santo,  estaba fodongo, seguía viviendo de sus temitas de hace quichicientos años, lo tumbó a  Alejandro Fernández con un adelanto que pidió por una gira que luego no le dio la gana de hacer, se peleó con Sancho, Pedro y Martín y tuvo un problema médico que le impedía cantar. Muchos dijeron que “el ocaso” era definitivo y gente que en el pasado brotaba pecho por haber trabajado con él, por haber sido su amigo o su compañera de sábanas, salían a echarle barro en carretilla.

El ser humano, pues.

Vengan de a uno, perros

El 2016, Televisa se reunía con Claudia Icaza autora de la biografía no autorizada: El gran Solitario (PDF ACÁ: El Gran solitario). El libro, que apareció a principios de los 90s, provocó la indignación del cantante y una demanda que terminó ganando Icaza, hoy por hoy uno de los tantos némesis «del niño». Luis Miguel, marcando territorio y adelantándose al disgusto que supondría que Televisa se uniera a Icaza, aceptó la propuesta de su amigo de la infancia Miguel Alemán, un empresario mexicano que ha estado a su lado en sus peores momentos (único amigo cuyo personaje sale en la serie que sigue siendo su amigo) y que es parte de la productora Gato Grande. De ahí surgió el acuerdo con Netflix y Telemundo para Luis Miguel – La serie.

Los guiones se trabajaron primero tomando elementos conocidos o polémicos de la vida del cantante. Luego, los productores se reunían Micky (como le dicen los amigos, para nosotros el Sol) profundizaban sobre estos hechos y pasaban los apuntes a los guionistas. Ajá, siendo fiel a su estilo, Luismi  jamás se reunió con los escritores, y solo contó lo que quiso contar a las personas autorizadas a escucharlo.

El casting fue muy delicado, más allá del parecido físico una de las exigencias era que los Luis Miguel (adulto, niño y adolescente) tenían que cantar ellos mismos los temas de la serie. Por un lado, tenemos a Diego Boneta como el Luis Miguel que guía la historia, Izán Llunas como el Luis Miguel niño y Luis de La Rosa como el Luis Miguel adolescente. Boneta logra imitar a Luis Miguel de una manera aceptable, quizás más ñoño e ingenuo de lo que se veía el verdadero en sus años mozos, pero sin provocar ganas de mandar quejas a Netflix. No ocurre lo mismo con Izán Llunas y Luis de La rosa. Izán es hijo del cantante Marcos Llunas y nieto de Dyango, vocalmente zafa, pero como actor es muy inexpresivo, nada que ver con el vendaval de carisma del Luis Miguel ochentero. Es un Luis Miguel dopado y es como si ese dopaje no fuera parte de la historia o de las argucias de Luisito Rey. Luis de la Rosa tampoco lo logra, a su favor está un poco más de trabajo en los gestos y movimientos cuando lo interpreta sobre el escenario, pero el chico es otro poste de luz. A esos chicos Luisito Rey los hubiera puesto a ensayar mañana, tarde y tunda.

Esa es otra de las cosas flojitas de la serie, entre los actores secundarios existe mucho desnivel que a ratos nos da la sensación de que la vida de Luis Miguel es nomás una telenovela y de las de bajo presupuesto.

¡Coño, Micky!

En contraparte, el punto alto es el actor español Oscar Jaenada interpretando al hoy “personaje más odiado de México” Luisito Rey (Te odiamos, pinche Luisito Rey). Jaenada en el pasado hizo de Cantinflas y de Camarón, pero parece haber nacido para ser el abusivo papá de Luis Miguel. Su representación es un villano de manual. Malo, oportunista, mitómano, un infeliz. Si queremos ponernos puristas, el verdadero Luisito Rey guardaba su villanía bajo una capa de aparente inocencia y simpatía. La visión de Jaenada es menos amable. Es como un Luisito hardcore.

La actriz italiana Anna Favella interpreta a la extrañada Marcela Basteri. Cuando Marcela está por hacer el viaje a Madrid, le gritamos a la pantalla: «No vayás, Marcela. ¡Es una trampa! ¡UNA TRAMPA!». Ella, junto con el youtuber Juan Pablo Zurita como Alejandro Basteri (el hermano de Luis Miguel), completan el cuadro familiar. Poco o nada se dice hasta el momento de Sergio, el hermano menor cuyo ADN ha sido puesto en duda y que en la vida real lleva una vida apartada de Luis Miguel y Alejandro. El hermano que, para mí, lo ha tenido más jodido aún que Luismi.

Te estamos buscando, Marce

La dirección de la serie es compartida. Por un lado: Humberto Hinojosa, un joven director mexicano que tiene una modesta filmografía compuesta por cuatro películas, dos de las cuales han sido exhibidas en importantes festivales del mundo. Y por otro, Natalia Beristain, que dirige tres episodios de la temporada, uno de ellos Culpable o no. Beristain tiene tan solo dos películas en su filmografía. Ambos directores son relativamente desconocidos, y no hacen un mal trabajo sacando adelante una serie en la que prima un buen manejo de la tensión alrededor de su personaje principal.

He tenido discusiones más acaloradas que sobre el penal de Francia en la final con Croacia, sobre si la serie tiene look de Al Fondo hay Sitio y no vale nuestro tiempo: señores, amigos lectores, muchachos, a pocos les interesa si la serie está medio chafita, se la mira por el morbo, por ese gran y misterioso personaje que es El Sol y porque la huevada tiene los ingredientes necesarios para que domingo a domingo le des recargar a Netflix hasta que aparezca que hay un nuevo episodio.

Obviamente es una versión autorizada, por lo que Luis Miguel es retratado de forma benevolente seguramente omitiendo elementos que harían que no le tengamos tanta simpatía. Testimonios de gente como el actor Roberto Palazuelos que fue compañero de aventuras de su juventud y sobre la serie dijo “A Micky no se le puede olvidar lo mal que se portaba” o lo que el compositor Armando Manzanero expresó de mala gana: “Es más fácil que un elefante logre entrar por el ojo de una aguja a que Luis Miguel haga algo por el prójimo”, pintan a otro Luis Miguel lejos del ñoño, buena gente, sufrido Boneta.

El sol vs El solecito

Ya a mitad de la temporada, y cuando ingresa el personaje de Erika (Camila Sodi) la cosa se va separando más de lo real. El trato que le dan a temas como el disco Romance o lo de la nacionalidad del tipo, llegan a momentos insospechados de autobombo. Creo que lo de Roberto Palazuelos (la tan comentada discusión en la discoteca) fue innecesario, así como lo fue la mención a la mamá de su hija (la solecita). Situaciones que fueron aprobadas por Luis Miguel y que aunque alimentan el morbo por la serie, debieron manejarse de otra manera por obvias razones.

Los episodios  de la serie son lacrimógenos (lo de Luisito Rey y el jamón fue más triste que cuando perdió Bélgica). Pensar que «el bello y talentoso Sol» sufriera tanto y le tocara lo peor cuando apenas tenía 22 años conmueve el corazón del vulgo. El final está diseñado para que se espere la segunda temporada con soda y pipoca. Queremos saber de una vez dónde Luisito Rey escondió el cuerpo (Te odiamos, pinche Luisito Rey).

Teniendo en cuenta que la serie fue de más a menos, tengo curiosidad por cómo afrontarán la otra temporada sin  los pilares más fuertes de esta: Jaenada y la desaparición de Marcela. Además, los discos se van acabando, al igual que los temas conocidos. Recordemos que Luismi se nos quedó anclado en los noventas y que la serie resucita sus hits, así que después de los boleros hay poco o nada que rescatar.

Ahora te puedes marchar…

Luis Miguel – La serie, le pese a quien le pese, está por encima de la verdad y la mentira. El macabro papel del Negro Durazo, jefe del Departamento de la Policía mexicana que terminó sus días en prisión, el tío chanta, los managers, los artistas, los amores a los que siempre trató para el orto (Micky, pendejo) y conocidos personajes que rodearon y rodean al cantante, son los ingredientes extras de una vida compleja.

La semi-ficción rápidamente ha causado furor, incluso con sus falencias actorales, o su obvio culto a la figura de Luis Miguel. Cada episodio que termina deja una sensación de tristeza ante el ídolo sufriente y solitario. El público ama a los ídolos sufrientes y solitarios. Compramos eso con moñito y celofán. Después, hasta nos dan ganas de ir a un concierto suyo, a escucharlo, a verlo,  a seguir teniéndole penita por la vida tan dura que le tocó vivir. Y si se puede abrazarlo fuerte, muy fuerte y decirle: «Sol de México, aún podés ser feliz».

Atrás quedan los rumores de que ni siquiera le funcionaba su tarjeta de crédito en restaurantes, o que le estaban confiscando sus bienes más preciados, o las burlas porque se estaba quedando “calvo y panzón”, o que jamás llenaría un concierto nuevamente.

Reaparecen esos que dicen son o fueron sus amigos, son o fueron sus amores, son o fueron sus colegas de trabajo, conocieron o no a Luisito o a Marcela.

El ser humano, pues.

Netflix pone a Micky en el mapa otra vez, revive sus éxitos de los 90s y se los presenta a una generación que nunca supo que ese hombre de casi cincuenta años fue/es una de las voces más privilegiadas del mundo.

El Sol ha vuelto a brillar, un poco rechinante, pero brilla.

CURIOSIDADES

Diego Boneta tuvo un breve romance con Michelle Salas, la hija de Luis Miguel.

Como dato curioso, el productor ejecutivo Pablo Cruz afirmó ser el ideólogo del proyecto que luego se presentó a Alemán y que Alemán trasladó a Luis Miguel. Cruz, junto a Arturo Sampson que también figura de productor de la serie, son socios de Canana Films productora de Sal & Fuego, película de Werner Herzog que se filmó en Bolivia hace un par de años. Tanto Cruz como Sampson estuvieron en Bolivia casi un mes. Entre todos los productores de la serie suman casi 15 nombres, que incluyen al mismo Luis Miguel, a Diego Boneta y a Oscar Jaenada.

El proyecto se pensó por todo lo alto. No se dan cifras exactas pero se dice que es la producción más cara de Netflix para Latinoamérica. La serie arranca en 1992, cuando Luis Miguel recibe la noticia de que su padre se está muriendo. Ahí se abren dos líneas temporales más: una que abarca su infancia y la otra que lo muestra en su temprana juventud.

En la escritura del guión participan seis guionistas, siendo el que más episodios co escribió Daniel Krauze, un escritor mexicano que firma siete de los 13 episodios que componen la primera temporada. Los episodios llevan el nombre de canciones míticas de Luis Miguel.

El artista elegido para personificar al Sol de México a partir de sus 16 años se sometió a un tratamiento odontológico para separar sus dientes frontales y así lograr un parecido aún mayor con su personaje.

Camila Sodi (Interpreta a Erika) es sobrina de Thalía y ex esposa de Diego Luna.

LuisMi  tiene una aparición fugaz en el primer capítulo de la serie cuando presentan en un boliche el videoclip de Cuando calienta el sol y él parece sentado entre el público como un extra más.

“Me aclararon el cabello, me hicieron un trabajo dental para parecerme a él, trabajé con el coach de Penélope Cruz y Javier Bardem por un mes en España, y ensayé todas sus canciones en el mismo tono que él. No sabía si podía lograrlo, quisimos estar a la altura de la producción”, comunicó Boneta.

Los tiempos no coinciden o se le arrenjuntaron las novias «al niño» en la vida real: Mientras en la serie la pobre Erika le prestaba el avión al fulano para que vaya a ver a Luisito Rey morir…segun este testimonio Salmita Hayek fue a Chile a consolarlo.

TELEVISIÓN: House of Cards

House of cards es una adaptación de una serie homónima inglesa por la que se pelearon cadenas como HBO, Showtime, AMC y Netflix. Finalmente, Netflix fue la que ganó la pulseta.

Pero ¿qué hace que las mejores cadenas de televisión se peleen por una serie?

Pues la gente que está detrás de ella, en este caso David Fincher, Kevin Spacey.

Netflix ganó por tener como bandera la información, más específicamente por su recolección y uso, lo que al final le dio la certeza de que el combo Kevin Spacey, House of Cards (la versión original inglesa) y David Fincher (productor ejecutivo, y director de los primeros capítulos)  era tan infalible que no solo dio luz verde a un capítulo piloto sino que elaboró un contrato por dos temporadas completas.

Esto, además del formato de la cadena (sacan temporadas completas y no por capítulos), dio extrema libertad a los showrunners de la serie para plasmar los que deseaban a un costo de cien millones de dólares.

Los antecedentes no son solo mera anécdota sobre esta serie, sino han dado pie a una evolución en la forma de hacer televisión que se ha venido dando en estos últimos tiempos.

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Frank Underwood (F.U.) al inicio, es un político demócrata en el Congreso y cuyo ascenso al poder presenciaremos a lo largo de la serie.

Por momentos: moralmente reprochable, pero a su manera nos presenta toda la gama de valores a los que está expuesto no solo alguien en posición de poder, sino el ser humano en general.

¿Es malo, es bueno? a veces uno, a veces otro, a veces ambas, todo depende de nuestra propia idea de lo permitido.

Es verdad que va rozando cada vez más lo delictivo, pero es en casos específicos y que pueden ser vistos como valederos desde su punto de vista por lo que nos hará cuestionarnos el apoyo que damos a un protagonista tan carismático y abierto.

En ese sentido, Frank rompe cada cuanto la cuarta pared y nos hace partícipes no solo de sus pensamientos sino de sus decisiones.

Kevin Spacey hace gala de todo su carisma y francamente es difícil imaginar a alguien que pudiera llevar este personaje y dotarlo de tantos matices, claro que ayuda el haber visto ya a Spacey en papeles entre malo y bueno en el pasado.

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Por su parte, Claire Underwood es la mujer fuerte (esposa en la serie) en la que Frank se apoya, un personaje con un aura sensual y decidida que tiene un magnetismo fuera de duda. Interpretada por Robin Wright (la Jennie de Forrest Gump) forma con Frank una pareja de temible apertura moral y muy honesta entre sí.

Ella le da asidero mental y terrenal a las ambiciones de Frank, se mueven como una pareja con una misión y ambos se sacrifican para conseguirla.

Otros papeles recurrentes como el de Doug tienen a veces peso en la trama, pero es la pareja la que lleva la carga de la serie en su mayor parte.

House of Cards es una serie que no trata de hacer apología de la política, tampoco la critica realmente, solo es un medio que estos personajes humanos  utilizan y de la que (casi como algo natural) abusan un poco. A veces por el bien común, un poco más para su propio beneficio.

El argumento simplifica la forma de enfrentar conflictos, lobbies, elecciones, leyes, proyectos, política externa, y todo lo que este mundo conlleva con una capacidad de manipulación sencillamente maquiavélica.

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Este 4 de Marzo se estrena la cuarta temporada que será la última con el showrunner Beau Willimon, y con una quinta temporada no sabemos qué nos espera.

En mi caso, les puedo decir que si bien prefiero la primer temporada a las siguientes, la calidad es alta en todas y no decepciona.

Marco Martorell

@matole

REDES: Dónde Ver Películas y Series (y otras cosas)

breaking¿Tienes una conexión de internet semi decente y no sabes cómo darle uso? pues en esta ocasión te recomendaré algunas fuentes para ver películas, series, documentales y lo que desees. Algunos gratis, otros pagados, pero principalmente disponibles en la mayoría de equipos y sistemas (es decir android, IOS, windows, etc) Si bien no las explicaré a fondo, la idea es que sepas de su existencia y tengas en cuenta a la hora de hacer tu próximo consumo de entretenimiento.

YOUTUBE

Lo mas fácil y conocido es Youtube. Tiene buenas fuentes, puedes encontrar desde videos simples para reírte un momento, películas, series, videos educativos, documentales, etc..
Con fuentes originales y algún que otro piratilla que sube sin permiso hasta que lo encuentran y lo bajan por copyright, lo mas sencillo aquí es ir buscando lo que deseas y si te van gustando algunos videos de alguien pues te suscribes al canal del usuario y te llegarán nuevos. Trata de expandirte en tus búsquedas porque tiende a cerrarse en sus recomendaciones en base a los últimos videos visitados.

Crackle y Viewster

Los coloco juntos porque son del mismo estilo: películas y series gratis, totalmente legales aunque de calidad algo dudosa. Sus catálogos van variando mes a mes, y si lo que quieres es ver cualquier cosa puedes tenerlas siempre como opción ya que son gratis. Crackle tiene la web serie de Seinfeld (Comedians n car getting coffee) y películas interesantes de vez en cuando (este mes estaban Juno y Eternal Sunshine of a spotless mind) y es básicamente una forma de promocionar películas de Sony Pictures. Viewster tiene cosas mas desconocidas, por lo menos para mí, pero como ya dije antes puedes encontrar cosas rescatables y sus plataformas están disponibles en la mayoría de los sistemas.

Netflix

Personalmente, me gusta Netflix y no es necesariamente por su buen catálogo (que tiene una variedad de series originales como House of cards, Orange is the new black, Making a murderer, etc) no, lo mejor que tiene Netflix y por lo cual les recomiendo pagar su suscripción es su estabilidad.

Con lo inestable de la conexión en mi país (Bolivia) Netflix se porta como ningún otro servicio, donde fallan otros servicios Netflix lo logra, hay bastante contenido antiguo y nuevo con calidades para todos los gustos y sus aplicaciones están disponibles no solo en la mayoría de sistemas, sino en blurays, consolas de juego, televisiones, etc.

Páginas de streamers

En su mayoría y de manera ilegal: Solarmovies, Kisscartoon, Popcorntime, Gnula, Yasque, Cinetux, etc., etc.. Los hay de todos los sabores y colores, algunos llenos de propagandas y obligándote a ver publicidad y archivos maliciosos, pero son solo fáciles de ver en la PC,  si tienes otros equipos se complica. Difieren bastante en calidad, y para buscar más sobre este tipo de fuentes basta con googlearlas y llegarás fácilmente.

Kodi/XBMC

Y llegamos a Kodi (antes llamado XBMC), para el que no lo conoce este es un media center compatible con casi todos los sistemas operativos. En algunos de manera sencilla de instalar y otros un poco complicada, y luego de configurarlo y cruzar una curva sinuosa de aprendizaje tendrás todo en un solo lugar, con add ons (asi se llaman sus apps por asi decirlo) para lo que desees.

Todas las anteriores fuentes mencionadas se pueden colocar en Kodi de alguna manera, puedes ver películas, series, tv en vivo, deportes, etc etc. El problema principal es la configuración inicial pero si comienzas a averiguar según lo que deseas en la red podrás encontrar manuales explicativos para casi cualquier cosa que desees.

Seguramente, estoy dejando fuera otras fuentes, que en cierto modo son parecidas a las anteriores, pero en mi experiencia las nombradas son las que tienen mayor facilidad de uso y disponibilidad. Si conocen alguna recomendable no duden en colocarla en los comentarios.

 Marco Martorell

@matole

CINCO: Rescatables de Netflix

Por: Marco Martorell

Estas 5 películas de las que hablaré son películas que considero vale la pena echar un vistazo, pese a las malas críticas recibidas que algunas recibieron en su momento o simplemente por la ignorancia de su existencia.

Todas están en Netflix (por lo menos Netflix Bolivia) y eso, en realidad, es lo que tienen en común. Los trailers están en su idioma original para que puedan hacerse una idea.

Sin más, ahí les van.

Hot Rod (2007)

Es verdad que fracasó estrepitosamente en taquilla, pero se puede decir que se adelantó a su tiempo, ya que el humor, los actores y escritores que la realizaron, más específicamente el equipo de The Lonely Island no era tan conocido en esa época como lo fue luego (con sus éxitos musicales, con la banda del mismo nombre, el trabajo en Saturday Night Live y con los Digital Shorts).

¿Es un humor idiota y juvenil? Claro que sí, pero ¿por qué no disfrutarla? en una tarde sin oficio te puede sacar buenas risas.

John Wick (2014)

Nunca vi tantos disparos al rostro, esta película pipoquera te entretendrá con una historia sencilla que solo da pie a su universo con mucha influencia videojueguil. Así deberían haber sido las películas de Hitman para ser decentes.

Esta película no fue un fracaso, de hecho se viene su segunda parte, pero no supe mucho de ella hasta que la vi en Netflix, por eso la coloco en esta lista.

Drive (2011)

Drive está aqui porque conozco mucha gente que no la ha visto, y que esta joya  visual y rítmicamente atractiva no haya sido tan vista es algo que debe ser rectificado. Aprovecha  y dale un vistazo, la estética, la música, la actuación hacen de ella una película redonda, para disfrutar de principio a fin.

Team America: World Police (2004)

Una superproducción de títeres. Solo a los creadores de South Park se les pasa por la cabeza.  La puesta en escena es grandiosa, las canciones cumplidoras, y el humor característico de ambos está siempre presente. Se saben reír de ellos mismos como de los demás, ensalzando la estupidez gringa y dándole poder.

Después de ver su versión de Matt Damon no pude volver a verlo de la misma manera.

Mind Game (2004)

Y lo mejor para último.

Esta película o anime (o como quieras llamarle) con una presentación por demás ecléctica, trae consigo un mensaje sólido: las películas, y la vida misma son solo un juego mental y hay que tomarlas como tal.

Por lo menos eso me llegó a mí, así que si te animás a verla esperando solo ser conducido por ella misma podrás disfrutar de un viaje diferente.

Esas son las cinco, espero escojan alguna para ver este fin de semana, se vendrán más recomendaciones.

Marco Martorell

twitter: @matole

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