LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE: X-Men: Dark Phoenix (Fénix Oscura)

Por: Mónica Heinrich V.

Bueno, se supone que lo de Jean iba a ser más grande que el Apocalipsis y que haría parecer un cuento de hadas el famoso chasquido eliminador de Thanos en la semifinal de los Avengers o a la locura desatada de Daenerys montada en su dragón sobre Westeros en la semifinal de Juego de Tronos.

Así es, Jean estaba destinada a ser la protagonista de una Súper-tragedia, un Súper-revuelque de intenciones/emociones, un Súper-desastre y todos esperábamos ver la sangre correr a borbotones con soda y pipoca. Literal.

Allá por los ochentas, un veinteañero Chris Claremont llevó a los X-Men a la gloria con la saga de Fénix Oscura, hasta logró que Marvel se ponga otra vez de moda. Supuestamente es uno de los arcos argumentales más intensos y famosos de los cómics. El pobre Chris no imaginó que en la versión cinematográfica todo eso que sus deditos escribieron pasando noches de desvelo y tensión, y todo eso que los deditos de John Byrne dibujaron, sería puesto allá por donde la espalda pierde su bello nombre. En esas profundidades húmedas y perfumadas.

Porque, mis estimados amantes del cómic y de la saga, X-Men: Dark Phoenix es todo menos lo que Claremont y Byrne crearon.

Tú no te llamas Jean

El 2006 fue la primera vez que Simon Kinberg se inmiscuyó como guionista en la saga de X-Men con The Last Stand donde aparecía, también por primera vez, el origen de Fénix Oscura, esta película fue una de las peores valoradas de la saga. Después estuvo en X-Men Días del futuro pasado, que tuvo sus buenos momentos y en X-Men Apocalipsis (leer reseña de X-men Apocalipsis ACÁ). Este 2019, a Disney se le ocurrió ponerlo de director y guionista, de esa forma tenemos la opera prima del sujeto.

No entiendo mucho esas decisiones, o sea, tenés que cerrar una saga que está entrando en su doceava película, la última te quedó tan horrible que mi mente escribió muchas cartas imaginarias con esporas de carbunco, y sin embargo, tenés el tupé de darle el proyecto a una persona que no tiene experiencia y que además, tampoco es el puto guionista. No lo sé, Walt Disney. No lo sé.

La película empieza cuando Jean (Sophie Turner) era niña y estaba de viaje familiar y ¡pum! Se le chiparon los cables e hizo algo involuntario que repercutió en su vida. La escena estuvo bien ejecutada y parecía un auspicioso prólogo. Xavier, que andaba reclutando mutantes, vio una oportunidad y decidió acoger a Jean en su famosa escuela. Ahí se la llevó sin mucho más que explicar porque en Xavier We Trust, luego hacen una elipsis temporal y ya vemos a los mutantes tal cual los dejamos en la película anterior.

Raven (Jennifer Lawrence) de ser la más bitch del lugar, la más jugada, la menos ñoña, ahora ya es la madre Teresa de Calcuta y mira con suspicacia los manejos de lobista en los que anda Xavier. Claro, Xavier siempre trata de mostrarle al mundo que los mutantes son buenos, son aliados y no importa si eso significa ponerlos en peligro o sacrificarlos por los humanitos. Durante ONCE películas anteriores hemos visto  Xavier dar su vida por todos los crispines mutantes y acá, de la nada, porque se le canta a Kinberg, resulta que es un ególatra utilitario.

No, mi querido, no.

Raven, por último, escupe su discurso feminista acorde a los públicos progre actuales de que el boliche no debería ser X-Men sino X-Women. Oh, sí. Lancemos esa perla y después dejemos que la pelirroja destruya el mundo.

Coherencia cero.

Qué miedito

El tema es que en una misión un poco tonta donde naves que no pueden ir al espacio van al espacio y donde se pierden valiosos segundos hablando burreras y donde incluso le ponen cinta masking a uno de los X- men para que su casco se mantenga firme (?), nuestra amiga Jean queda con una huevada adentro, una masa rojiza que la convierte en el ser más poderoso del planeta.

El conflicto en sí es interesante, lo era en el cómic, un arco argumental en el que además a la tipa se la imbuía de un delirio casi mesiánico, o sea, Jean sentía el poder dentro suyo y empezaba a disfrutarlo y a crecer en cuanto a ambición y delirio de grandeza, acá Jean anda con la cosa adentro sufriendo sin saber para qué lado jalar y luego aparece una bicha alienígena (Jessica Chastain) de la nada que sabe que nadie más ha podido llevar ese poder, que sabe que Jean con ese poder es indestructible, pero que lanza frases como “si no colabora la matamos” o “dámelo, yo puedo tener el poder”.

SPOILER como si fuera poco, hay una escena bastante esperpéntica en que Raven muere, nuevamente jugando a hermanita de la caridad, y eso hace que algunos mutantes decidan que si Jean está peinando la muñeca, lo mejor es eliminarla, ¿cómo? Yendo con Magneto delante de toda la ciudad, destruyendo calles, edificios, avenidas, seguramente matando gente al paso, mientras Xavier, en su silla de ruedas trata de salvar a Jean  FIN DEL SPOILER

#teamJean

Hay cosas tiradísimas de los pelos. La bicha alienígena al principio está buscando el poder dentro de Jean, y luego de la nada, así como un comentario marginal, resulta que quiere eliminar a toda la humanidad. No pues. ¡Qué clase de Thanos raquítico es la bicha!

Se supone también que en la anterior película descubrimos que Quicksilver es el hijo no reconocido de Magneto y en esta entrega no pasa nada con ese hilo argumental, lo dejaron ahí volando cual palomitas al viento.

Aún así, no sé si porque era sábado, porque me compré el vaso de colección del candy-bar, o porque estaba feliz de estar en el cine después de una semana sin tiempo para ver casi nada, reconozco que a pesar de todo encontré Dark Phoenix entretenida, o sea, a pesar del tole tole sin sentido y de que los conflictos de los personajes se profundizan muy poco y que empezás a desear que la silla de Xavier se derrita como mantequilla al sol, la película tiene algunas escenas que están bastante logradas como la pelea dentro del tren.

La bicha

Me atrevería a decir que no es tan decepcionante y aburrida como X-men Apocalipsis,  o por lo menos a mí me dejó esa sensación, pero en definitiva no es el cierre de una saga que en sus primeras entregas se distinguía por guiones inteligentes y conflictos humanos/mutantes muy bien desarrollados.

Fénix Oscura, en su versión cómic, es una historia trascendente, jodidita con un personaje tremendo luchando contra un poder que la consume, en su versión cine no pasará a la historia, ni como legado mutante ni como placer culpable.

Lo mejor: las escenas de las peleas Lo peor: banal e intrascendente La escena: la del tren Lo más falsete: el egolatrismo de Xavier, la bicha alienígena El mensaje manifiesto: cerrar una saga no significa destruirla El mensaje latente: si te vas a meter con algo trascendente hacé algo trascendente El consejo: vela con subtítulos en español debe vivirse mucho peor El personaje entrañable: Nightcrawler El personaje emputante: la bicha y Jean que nunca sabe nada El agradecimiento: por Nightcrawler.

CURIOSIDADES

Hans Zimmer estaba retirado de la composición de películas de súper héroes, pero Kinberg lo conveció de hacer la banda sonora de Dark Phoenix.

Es la primera película de X-men en la que no se nombra o se hace referencia a Wolverine.

El tercer acto iba a ser completamente en el espacio pero luego se decidió que la batalla final sería en un tren en movimiento.

Angelina Jolie fue considerada para el papel de la bicha.

 

CINE: Rocketman

Por: Mónica Heinrich V.

Saquémonos de encima algo importante: la biopic de Elton John producida por Elton John es cursi como casi todos los musicales y plástica como casi todas las biopics.

Ahora podemos respirar tranquilos y continuar. Recreen sus ojitos en el atractivo, llamativo, creativo, provocativo, explosivo, comunicativo poster.

Siendo cursi y plástica podríamos pensar que la película no vale la pena: el poster al que le puse tantos irónicos adjetivos ivos, el nombre de la biopic, y el mismísimo Elton Hércules John pueden ser un conjunto difícil de digerir. Sí, para los no fans o para los que pensamos que no nos interesa conocer mucho al sujeto, una biopic suya resulta un poco matapasiones, PERO Rocketman tiene sus buenos y sorprendentes momentos. No diremos que alcanzan para convertirla en una GRAN película porque mentiríamos, digamos solamente que hay unos buenos, sorprendentes y disfrutables momentos.

La película dirigida por un talentoso Dexter Flecher conocido por su opera prima Wild Bill y por terminar Bohemian Rhapsody después de que despidieron al pedófilo Bryan Singer, empieza con un anaranjado-emplumado-diabólico Elton John que ingresa con mucha teatralidad a una reunión terapeútica en busca de ayuda. Con esa muletilla, el guion puede ir hacia el pasado y volver al presente para casi destruir la película con cada comentario condescendiente y de subrayado emocional que hace el anaranjado paciente.

Cállate,Elton

Es gracias a sus confesiones de terapia grupal que sabremos la vida de mierda que tuvo con un padre que lo detestaba, una madre que lo ignoraba mientras él descubría que era un prodigio musical y vos desde la butaca pensabas: “había sido talentosito de verdad”.

Los niños que interpretan a Elton apenas logran llevar su excentricidad encima. Es como un traje demasiado pesado para niños del Hollywood estándar de los que en el futuro no sabremos nada más. De hecho, toda la primera parte puede hacerte pensar con mucho rencor en cómo se te ocurrió comprar tu entrada para esa película. En el instante en que estos niños insípidos se transforman en Taron Egerton interpretando a Elton es cuando la película empieza a crecer y la música de Elton comienza a traspasar la pantalla y descubrís que sí, que sí te gustan Elton John, su música y ese personaje conservador y burgués en el que ha devenido en sus últimos años.

¿Qué es lo que tiene que seguir después de las típicas escenas de autoindulgencia infanto-juvenil? El momento clímax, el momento en que se descubre que Elton John es Elton John. Para eso está Billy Elliot, digo Jamie Bell interpretando a Bernie el autor con el que Elton forma una dulpa de lujo y con quien consigue llegar a la cima. Bernie escribe la letra, Elton pone la música.

BFF de Billy Elliot

¿Qué es lo que tiene que seguir después de la cima? Sí señores, letras grandes de titulares de periódicos relatándonos su éxito, Elton John subiéndose al pony de la fama. La receta, fórmula, de cualquier estrellita estrellada: Soy millonario, talentoso, exitoso, pero sufro. Sufro mucho.

Hay un villano: Robb Stark, digo Richard Madden interpretando al hijo de Pooh de John Reid, amante y manager de Elton John. Curiosamente el personaje Reid también sale en la biopic Bohemian Rhapsody interpretado de manera benevolente por Aidan Gillen. Le creo más a Rocketman, aunque no sé hasta qué punto Reid pudo ser tan insultante, desgraciado, malagradecido y pendejo. Yo solo murmuraba: ¡Denle una Boda Roja! ¡Boda Roja para el crispín!

Despidan a la bitch, despídanla

El guion es de Lee Hall, a quien quería por su trabajo en Billy Elliot y después  lancé a mi pozo imaginario de guionistas por su trabajo en War Horse y ahora no sé qué sentir por su trabajo en Rocketman. Tuvo entre sus manos un personaje con una historia de vida muy rica, de muchos altibajos y un montón de canciones que podrían ser secuencias musicales perfectas pero es sobrepasado por el cariz musical de la biopic, y se contagia de un aire casi de Broadway que es lo que a veces nos distancia de la historia, sobre todo cuando el anaranjado paciente rompe el momento emotivo conseguido en algunas escenas para explicarte o reinterpretarte lo que acabas de ver a través de píldoras de autoayuda. Agreguémosle el temita del obvio resentimiento, despecho, de Elton pintando a su ex de una manera hiper negativa, es casi como una venganza pasional en Technicolor y Dolby Digital.

George Richmond como el Director de Fotografía hace un excelente trabajo, se ve que hubo un proceso creativo junto con el director para crear escenas hermosas, de una estética y un diseño de producción muy cuidados. Richmond ha sido el director de foto de la ya mencionada opera prima de Fletcher, Wild Bill, también estuvo detrás de la cámara en Kingsman: The golden Circle, en la huevada de Netflix Unlocked y en Tomb Raider, de hecho todas las películas mencionadas tienen una hermosa fotografía.

Bryce Dallas Howard como Sheila, la despectiva mamá de Elton, actúa llena de muecas, mientras que Jamie Bell es el fiel retrato del buen tipo. Egerton por su parte, hace su propio Elton John, un gran Elton John, mientras la biopic, como toda biopic que se precie, mezcla tiempos, anécdotas y situaciones sin orden cronológico para que el público consiga ese tan manido manipuleo biográfico que hoy llaman «licencias creativas». Creo que le dan mucho espacio y aire a la decadencia de Elton, a su papel de víctima, y al final no nos cuentan qué onda con su extraño matrimonio, ni cómo se fue alejando de Bernie quien pasa a ser casi un fantasma el resto de la película.

Hay un momento «incómodo» o «de asombroso deleite» en el que descubrís que tu conocimiento sobre el trabajo de Elton no se reduce a su imagen cantándole a la difunta Lady Diana, no, por lo menos conté cuatro canciones de Elton John que había conocido letra y todo sin saber que eran de él. The Bitch is Back, Border Song, Crocodile Rock, Honky Cat, Sorry seems to be the hardest thing, Good Bye Yellow Brick Road, son solo algunas de las canciones que conforman el soundtrack.

Las comparaciones odiosas surgen cuando pensás en Bohemian Rhapsody y su tibieza en torno a la sexualidad de Mercury, su vida disoluta y su enfermedad. Rocketman en ese apartado es un poco más arriesgada, el sexo y las drogas no serán censurados, no le tienen miedo a dos hombres entre sábanas haciéndose bolsa, pero tampoco es que vayan mucho más allá. El descarrilamiento de Elton, contrario al triste final de Mercury, parece acabar con un «y vivieron felices para siempre«, vendiéndonos más mentiras en el aun conservador siglo XXI.

Notarán que al no ser fan, me es un poco difícil juzgar hasta qué punto le hicieron justicia o no al personaje, y Rocketman al ser una película más funcional que de esas que te sacuden y joden, tampoco hizo que llegara a mi casa a buscar desesperada la biografía de Elton. Es pues una película para pasar el rato y deleitar la pupila y los oídos.

Lo más importante de este producto prefabricado y de selfmarketing es que para quienes no somos fans (ah, qué machacona con lo de no ser fan) con todas sus lentejuelas y plumas teatrales, Rocketman genera emociones, toca con una suave pluma nuestro escéptico corazoncito y cuando Elton revela a través del Elton de Taron Egerton lo que le dijo su madre alguna vez , esa frase triste e infame: “You’ll never be loved properly” vos ya estás tan conquistado por el personaje que le querés gritar a la pantalla: ¡Pero nosotros sí te vamos a amar apropiadamente, Elton. NOSOTROS, Sí!

Lo mejor: engancha emocionalmente y tiene un par de esas escenas muy logradas Lo peor:No deja de ser plástica y muy cursi La escena: cuando levitan todos en el concierto, la de la piscina también estuvo buena Lo más falsete: el recurso de la terapia grupal, el abrazo choto entre su yo actual y su yo niño, la aparición de los personajes en la terapia grupal (WTF) El mensaje manifiesto: podés ser amado apropiadamente El mensaje latente: una buena vida depende únicamente de vos El consejo: vela, sobre todo si no sos fan de Elton la vas a pasar chancho El personaje entrañable: todos amamos a Billy Elliot, digo a Bernie El personaje emputante: Reid, se pasó…cuando le dice lo de su 20% tuvieron que sujetarme a la butaca, quería brincarle ahí mismo El agradecimiento: por descubrir a un Elton John con el cual simpatizar y al que podemos tenerle respeto.

CURIOSIDADES

  • Taron Egerton también protagoniza Wild Bill.
  • Elton John y Taron Egerton participaron en Kingsman: The golden Circle
  • James McVoy y Daniel Radcliffe fueron considerados para interpretar a Sir Elton
  • Elton John dijo en el 2012 que su sueño era que lo interprete Justin Timberlake (!)
  • Tom Cruise fue considerado para interpretar a Elton (nos fuimos al pasto ahí)
  • El número musical final de la película es con la canción Im Still Standing, canción que Taron Egerton cantó a través de su personaje animado de SING.

DOCUMENTAL: Leaving Neverland

Por: Mónica Heinrich V.

Es evidente que Michael Jackson tenía problemas. O sea, saltaba a la vista. No vamos a negar que su relación con los niños era cuando menos extraña, incluso si no abusó de los chicos la relación era inapropiada por donde se la mire.  Yo misma me he referido a él como “el pedófilo”, así medio con pena y asco, y cada vez que escuchó sus canciones me digo: Qué huevada que fuera pedófilo. En mi mente cochina el desfile de niños, su rotación, el tema de camas compartidas, me parecen muy perturbadores. Así es, he condenado y sentenciado al llamado Rey del Pop infinidad de veces, como un rasgo bastante vulgar de la facilidad con la que se juzgan los sucesos públicos. Es muy cómodo decir: si se ve como un pato, camina como pato, suena como pato, debe ser un pato.

Lo curioso es que aún teniendo el prejuicio (porque es un prejuicio, no una seguridad o algo real), Leaving Neverland que ha lanzado HBO y que dura alrededor de cuatro horas no terminó de ponerle el candado a la cárcel imaginaria donde tengo a Jackson. ¿Por qué? El documental no presenta prueba alguna salvo el testimonio de Wade Robson y James Safechuck, ellos cuentan durante cuatro horas muy gráficamente cómo fueron abusados por MJ. Los amantes del escrache virtual y de la condena previa a juicio, me gritarán: ¿qué más necesitás? ¡la voz de las víctimas es suficiente!

Desarrollaré.

Si bien aparecen miembros de la familia de cada uno respaldando más que nada el contexto de cómo se dio la relación entre los involucrados, la acusación de abuso sexual se reduce a lo que ambos dicen que sucedió, con una curiosa sincronía en la forma de contar el abuso, en cómo se sintieron al respecto, la relación que tenían con el cantante descrita más como una relación de amor-pareja y por qué se decidieron a hablar, los dos dicen casi lo mismo, hasta con las mismas palabras. Capaz que si el abuso sucedió sea coincidencia que lo interiorizaran de la misma manera, pero como está presentado podría pensarse que hubo cierto acuerdo común en el relato. En documentales como Deliver us from evil (reseñado ACÁ) que habla sobre la pedofilia y el encubrimiento de las altas esferas de la iglesia católica, la cineasta Amy Berg se dio el trabajo de hacer una investigación respaldada por documentos e incluso con el testimonio del propio acusado, Oliver O´Grady. En The invisible War (reseñado ACA) el realizador Kirby Dick se sumerge en el tabú de las violaciones dentro del ejército americano. Hombres y mujeres violados/as por sus camaradas o superiores. Hay testimonios de las víctimas, de psicólogos, de representantes legales del ejército, especialistas en abuso sexual, estadísticas y documentos de denuncias y exámenes médicos y forenses. Sin ir muy lejos, en An Open Secret (reseñado ACÁ) la misma Amy Berg de Deliver us from evil hace un documental que narra las entrañas de la pedofilia en la industria cinematográfica, lo hace con testimonios de víctimas, de testigos, con pruebas de denuncias y condenas, con exámenes forenses, y hasta consigue que Michael Harra, un prestigioso miembro del Sindicato de Actores, cuente que él mismo fue abusado de niño y que es “algo común”. El mismo Harra será pillado por la documentalista en una llamada donde acepta que él también abusó de niños.

Con estos tres ejemplos quiero decir que no es nomás poner la cámara y a dos personas delante a contar lo que ellos deseen y lanzar una acusación tan grave. Empatizo totalmente con la idea de darle voz a las víctimas y que se destape cualquier caso de abuso, pero siento que una denuncia de esa magnitud contra una persona (MJ) que fue investigada diez años por nada más y nada menos que el FBI, tiene que tener cierto respaldo. El director de Leaving Neverland, Dan Reed, hizo un muy pobre esfuerzo por entregar al público una acusación fundada, y se apoyó sobre todo en lo morboso de los detalles que dan tanto Robson como Safechuck.

El documental también pasa muy por encima dos antecedentes: 1) La primera denuncia de abuso sexual que tuvo Michael, la de Jordan Chandler a principios de los 90s. Esta denuncia se resolvió fuera de la corte con 23 millones de dólares para la familia de Chandler. 1,5 millones para el papá, 1,5 millones de dólares para la mamá y 20 millones de dólares para el niño al llegar a ser mayor de edad. Lo que el documental omite es que cuando Michael murió, el hoy adulto Jordan Chandler se retractó públicamente de su denuncia y acusó a su padre de haber orquestado todo por dinero. Michael murió en octubre del 2009, Jordan salió esa semana a pedir perdón por haber mentido y el padre de Jordan se suicidó en noviembre de ese mismo año. La nota completa ACÁ 2) la denuncia hecha por Gavin Arvizo que sí llegó a juicio. El documental hace creer que fue el testimonio de Robson y el de Culkin el que libró a Michael de la cárcel. En realidad, se probó en corte que la familia Arvizo había contactado antes de Michael a otros artistas en busca de dinero. Tanto Jay Leno y el actor Chris Tucker fueron buscados por la familia con el discurso del hijo enfermo de cáncer que era súper fan de Leno o Tucker, de acuerdo a la necesidad. Tucker incluso declaró que le costó “deshacerse” de ellos porque los alojó con todos los gastos pagos en la ciudad donde él vive, y la familia no se marchaba. También se probó un historial de estafas de distinta índole y se echó por tierra el testimonio de la madre que dijo haber sido secuestrada en Neverland con su familia cuando cámaras, testimonios y gastos que salieron del bolsillo de Jackson probaron que salió de compras, fue al cine, a restaurantes y a spas. Los detalles ACÁ.

Ambos  «antecedentes» se mencionan en Leaving Neverland para mostrar que hubo acusaciones previas y que esos pobres chicos no fueron escuchados ni encontraron justicia. El director Reed, incluso los usa como referencia en las entrevistas para validar el documental.

Con esto no quiero decir que los abusos no ocurrieron, comento lo que está verificado sobre esas dos denuncias en específico, información que el documental omite porque es evidente que quiere probar sin mucha investigación que Jackson era un pedófilo. Sin embargo, Reed ha dicho en entrevistas que el foco no es Jackson, sino cómo Robson y Safechuck han sobrevivido al abuso y lo que significó en sus vidas. De acuerdo, pero desgraciadamente se quiera o no, sea la intención o no, es la figura de Jackson la que hace que este documental sea “comercial”, por lo tanto yo sí pienso que debería haber un poco más de contenido. Por esa casa pasaron miles de niños,  ¿no sería valioso investigar a fondo? Sobre todo, teniendo en cuenta que Robson y Safechuck defendieron con igual vehemencia y convicción la inocencia de Jackson en el pasado. No olvidemos que pusieron su manito sobre la Biblia y testificaron en juicios a favor de Jackson. Hay entrevistas en youtube donde se ven bastante seguros sobre cómo NO fueron abusados.

Otro detalle es que tanto Robson como Safechuck cuestionaron en su momento la búsqueda de dinero de los anteriores demandantes, y una de las madres dice que no hay dinero que pueda borrar el hecho de que un niño fuera abusado, por eso ella pensó que Chandler y Arvizo mintieron y por eso ella y su familia defendieron y creyeron a Jackson. Sin embargo, ambos, Robson y Safechuck no han salido a dar un testimonio libre de todo interés económico, han demandado a los herederos de la fortuna y legado de Jackson por millones de dólares, al perder la demanda dos veces ya están cursando una apelación. Safechuck dice que lo hace por el James niño que nunca fue defendido.

Leaving Neverland podría ser un gran documental. Esa primera parte en que se cuenta cómo ambos niños entraron en la vida de Jackson, el deslumbramiento que sufrieron las familias, el trato extraño y manipulador de Jackson, la forma en que los envolvió para quedarse en su mundo y codepender emocional y económicamente de él, y cómo las decisiones que ambas familias tomaron a lo largo de esta relación con la estrella, con el ídolo, tuvieron impacto en sus vidas, es fantástico y triste a la vez.  Hay un alto grado de ambición y de ganas de ser parte de ese mundo de éxito y fama que hizo que las madres permitieran a sus hijos pasar noches con Jackson. Algo que para mí estaría fuera de cualquier discusión, es inconcebible que se forme una relación de ese tipo platónica o no ante tus ojos. Leaving Neverland recrea esos momentos a través de sus protagonistas que hablan con embeleso y nostalgia de esa vida que Jackson les prestó.

También es muy jodido el relato de cómo los Robson y los Safechuck fueron reemplazados y desechados por otros niños y otras familias, supongo que muchos sueños de grandeza se vieron truncados de un día para otro y sin ninguna explicación. Todo eso movido y empujado por un tipo de treinta y pico años que decía que su soledad era una agonía que lo lastimaba.

Fax escrito por Michael Jackson a Wade Robson

Incluso sin el abuso como tal, hay cierto utilitarismo tanto de las familias como de Jackson que es bastante perturbador y eso Leaving Neverland lo retrata muy bien.

El tema es cuando se llega a la parte de los abusos, que se podría usar  para una denuncia penal o civil, el director se regodea en los detalles e incita a los entrevistados a decir cosas como cuando Robson cuenta: “Salí de Australia como este fan de Michael Jackson y volví como su mejor amigo” a lo que la voz del director acota “Y amante”.

Sobre todo cuando hablan de cosas particularmente duras, siento que ese peso emocional se usa para rellenar la ausencia de respaldos reales.

El documental termina y vos te quedás profundamente afectado en el sentido de que si estos niños-adultos realmente vivieron ese calvario, Michael Jackson fue una persona muy muy enferma a la que su entorno  socapó y que destruyó muchas vidas  y si todo es mentira, es una pena que Jackson no pueda defenderse y no se le exija a este documental una investigación más profunda.

Lo que sí podés afirmar, sin lugar a dudas, es que realmente abandonás Neverland. Sus puertas gigantes, metálicas que escondían un maravilloso parque de diversiones jamás se verán sin pensar en cosas tristes y turbias.

Lo mejor: le da voz a las víctimas (si lo son) y abre la puerta para investigar más a fondo Lo peor: nada está respaldado La escena: lo de las joyas, lo del suicidio del padre de Wade, lo de la imposibilidad de James de perdonar a su madre Lo más falsete: lo de las joyas, algunas palabras o sentires idénticos entre ambos que usan para describir situaciones El mensaje manifiesto: cuidemos a los niños El mensaje latente: la fama y el éxito deslumbran El consejo: para verla con sentido crítico e informarse del contexto de lo que se relata  El personaje entrañable: los niños de Neverland El personaje emputante: la sombra de la pedofilia y sí, los padres permisivos con situaciones absolutamente anormales El agradecimiento: ojalá de pie para una investigación más seria y exhaustiva.

CURIOSIDADES

  • La demanda legal de Robson que se puede leer ACÁ incluye que Jackson le hizo a Robson una “profecía”: que el niño sería más grande que Spielberg. Cuando a Robson lo contratan para filmar la cuarta parte de una película de baile de medio pelo llamada Step Up, entra en conflicto porque piensa que la “profecía” de Jackson se está cumpliendo y por eso comienza a colapsar por la presión. Luego hace terapia y es en la terapia que puede finalmente liberarse y asumir que fue abusado.
  • Mientras hacía terapia y un año antes de demandar a los guardianes de la fortuna de Jackson, rogó al Circo del Sol que le permitiera dirigir el espectáculo que iba a ser un homenaje a MJ, se puede leer la carta de Robson al Circo del Sol ACÁ.
  • Aunque en el documental, Safechuck dice que NO quiso participar como testigo del juicio del 2005 porque ya se sabía abusado y le había dicho a su mamá que Jackson era un hombre malo, igual firmó un documento que fue presentado como prueba. Los abogados de Jackson dijeron que no se lo invitó a testificar porque no fue mencionado como víctima durante el juicio a diferencia de Robson.
  • Safechuck interpuso una demanda por dinero igual que Robson un año después de Robson. Alegó que recién se dio cuenta que fue abusado sexualmente después de hacer terapia (2013) y por ver el testimonio de Robson. Su demanda ACÁ.
  • Ambos dicen que cuando fueron padres imaginaron a sus hijos siendo víctimas y que eso los hizo hablar públicamente del hecho.
  • Una tienda especializada en artículos de estrellas contó que Robson les entregó una cantidad de objetos relacionados a Michael Jackson en el 2011 para que los vendan al mejor postor y obtener alguna ganancia.
  • En la red se han hecho comparaciones entre un libro escrito por Victor Gutiérrez llamado Michael Jackson fue mi amante y atribuido al diario de Jordan Chandler. Las declaraciones que se leen en el libro son casi exactas a los detalles dados por Safechuck, el tema de los celos, la boda y cómo se sentía al respecto. Eso puede tener dos lecturas, o  Gutiérrez escribió anécdotas reales que además se repitieron como modus operandi con todos los niños abusados o Safechuck se nutrió de esas anécdotas para elaborar su relato.
  • En el documental tanto Macauley Culkin como Brett Barnes son apuntados como los niños que reemplazaron a Robson en el favoritismo con Jackson e incluso se insinúa que fueron abusados también, Culkin y Barnes hoy adultos niegan cualquier relación con los abusos y Barnes escribe cada cumpleaños de Jackson emotivas palabras recordando al cantante.
  • Michael Jackson Estate ha demando por 100 millones de dólares a HBO. La demanda se puede leer ACÁ.

CINE: Green Book

Por: Mónica Heinrich V.

Me encanta Hollywood. Ellos se las ingenian para repartir cosos dorados al trochi mochi de la manera más políticamente correcta posible. Y encima, dando el espaldarazo a mensajes contradictorios para white innocent people.

Desde hace años que una industria oscura como pozo de noria quiere verse menos racista, menos homofóbica, menos pedófila, menos violadora y menos misógina. La clave de esta afirmación está en la palabra “VERSE”.

Imagínense ustedes la probabilidad de cachetear a Donald Trump con el triunfo de una película mexicana. Donaldsito no podría creer que “pinches indios” (Hola, Sergio Goyri) reinen en la gala pomposa y aburrida que vimos anoche. Para mí, eso ya cantaba que Roma iba a tener su gran noche. Que la tuvo. Se llevó el coso dorado a Mejor Director, Mejor Fotografía (!!) y a Mejor Película Extranjera, habiendo gente con mejores trabajos en los tres apartados. La agenda de Hollywood hasta ese momento seguía sin decepcionar, llenando los huequitos necesarios y suficientes para obtener una estrellita dorada en sus estrelladas frentes.

Me pregunté si el cinismo llegaría a tanto como para darle un Oscar a Mejor Película a esa biopic de mediopelo que hicieron de Freddy Mercury, solo por verse pro figura emblemática gay, olvidándose completamente que la dirigió un acusado de pedofilia. También ahí cumplieron con darle unos cuantos premios. Tan innecesarios como los que le dieron a Pantera Negra que hasta la fecha nos andamos preguntando contacto o lobby de quién hizo posible tantos cosos dorados para esa película.

Pero nada, nada me preparó para ver ganar el coso dorado a Mejor Película del año a Green Book. O sea, podés estar en contra de Roma, pero hay cosas que se le pueden reconocer como una película cuando menos superior a la media o con más logros o más personalidad. Podés pensar que la biopic de Freddy Mercury es una caca, pero por lo menos hay cierta cosa grandilocuente hollywoodosa a la que uno podría achacar su coso dorado.

La equidad racial en una sola imagen

Green Book,por su parte, es de la lista de las nominadas la más simplona, la menos inspirada, la más cómoda, la más ñoña, la más…menos. Eso sí, con ella la Academia puede VERSE solidaria, buena onda, y a favor de las minorías afroamericanas y homosexuales.

Oh, white innocent people.

Peter Farrelly, el director, anduvo por los noventas complotado con su hermano Bobby para emboscar a parte del equipo del set de sus películas (Something about Mary, Dumb and Dumbber,entre otras joyas) y mostrarles su pene de vez en cuando. Hasta la pobre Cameron Diaz le vio su pirulín al señor Farrelly. Este mismo Peter que hoy se declara asqueado de su yo noventero, es el director de la supuesta Mejor Película del año pasado.

Farrelly, casi bíblico

Green Book hace alusión al famoso Libro Verde que existió entre 1936 y 1966, una especie de guía para que los negros supieran dónde alojarse, donde entretenerse y dónde comer en los viajes, ya que el racismo estaba tan enquistado que no eran bienvenidos así nomás. La gente puede ser muy hija de puta.

La historia nos cuenta que Don Shirley (Ali Mahershala), un pianista virtuoso, decide emprender un tour con su banda por un circuito abiertamente racista, su idea es sentar un precedente. Para eso contrata a Tony Lip (Viggo Mortensen) un italoamericano que será encargado de su seguridad.

El guion lo escribe Farrelly y el novato Bryan Hasse, con la asesoría del hijo de Tony Lip, Nick Vallelonga. Ninguna consulta se hizo a la familia del Dr. Don Shirley. No es pues necesario.

Green Book se cuenta en blanco y negro, figurativamente hablando. Tony Lip es todo aquello que el cine y las series americanas han posicionado como el perfil del italiano-americano. Una suerte de Tony Maseli (recién descubrí que se escribía Micelli). Un bocón histriónico, que en el fondo de su racista corazón es un buen hombre. Rodeado de un familión, casado con una mujer que no sale de la cocina y que espera sus cartas, rodeada, a su vez, de otras mujeres que también exigen cartas de amor. Así es chicos, nos encantan las cartas de amor.

Este Tony Lip es el que guiará a Don Shirley en el descubrimiento de sus costumbres negras (probá el pollo frito Don Shirley), de la necesidad de la familia (Tenés que hablar con tu familia, Don Shirley), de la necesidad de la amistad (Pasemos navidad juntos, Don Shirley), y él, nuestro blancoamericano Tony Lip, se dará cuenta de lo mucho que sufre su negro y gay jefe devenido en amigo. Porque sí, el mundo de los sesenta era muy hostil con los negros (la audiencia se sorprende y asquea), sin embargo, no debemos preocuparnos porque Tony Lip estará presente para ayudar al suyo cuando las cosas se compliquen (la audiencia se siente bien), porque ¿qué es un mundo sin amigos, mis queridos amigos?

Te das cuenta Tony, ¿esta bella imagen que damos? Un blanco y un negro juntos conversando de la vida y el mundo.

Mentiría si no dijera que este cuento de amor al prójimo, esta road buddy feel good movie no se ve con regocijo por las aventuras de este par de amigos que aparentemente es una dupla inusual. El corazón se entibia como si el sol tropical de Santa Cruz nos bañara el pecho.

Sí hace un poco de ruido que después la familia de Shirley haya desmentido el supuesto aislamiento del personaje, o muchas de las anécdotas ahí relatadas, pero hey, es una ficción. No importa que use a una personalidad negra para contar una historia bastante blanquita. ¿O sí?

Este cuestionamiento de contenido a la película lo hago porque si ella misma se vende como reivindicadora de la comunidad afroamericana o del amor al prójimo a pesar de sus «diferencias», es pues necesario resaltar la contradicción en la que la película cae cual chancho en piscina de barro.

Cinematográficamente hablando, Green Book es una película que parece hecha por Lifetime o Hallmark, con un poco más de presupuesto e inflada por las actuaciones verdaderamente notables de Mortensen y Marheshala. No hay inspiración en su simplicidad. La fotografía de Sean Porter (Green Room) es convencional y poco memorable. Quizás lo mejor sea el apartado musical. Pero incluso en esa área en la que supuestamente el filme debería brillar más que el vestido de JLo en la ceremonia de este año, no supera expectativas. Interesante que la película sea sobre la vida e iniquidades  del NEGRO (lo quiero poner con mayúscula pa que se note bien grandote) y al final sea el BLANCO el nominado a coso dorado como PROTAGONISTA y el NEGRO resulte ACTOR DE REPARTO.

Oh, white innocent people.

¿Es la mejor película del año pasado? No. ¿Es acaso la mejor película de su categoría? Tampoco.

El director Peter Farrelly tiene un prontuario de películas cómicas-estúpidas para el gringo promedio que fueron muy populares en su tiempo. Siempre me imaginé qué pasaría cuando el tipo evolucione y deje de mostrar penes fuera y dentro del set. Pues eso. De mostrar penes trabados con la cremallera del pantalón o cabellos tiesos de semen confundido con gel, Farrelly ha dado su salto de seriedad. Lo hace con una película como Green Book, un pequeño drama que le hace honor a su filmografía previa, entretiene, está hecha para el gringo promedio y tiene menos profundidad que platillo chino.

Marche un coso dorado por Mejor Película del Año.

Lo mejor: es para que te sintás bien, menos racista y más evolucionado Lo peor: bienintencionismo simplón y de tarjeta de Hallmark La escena: cuando Shirley toca en el bar Lo más falsete: el discursito y el tratamiento al tema racial y sexual de Shirley El mensaje manifiesto: cosos dorados cada vez más de papel regalo El mensaje latente: los Oscar aguantan todo en cuanto a doble moral y dobles mensajes El consejo: para verla y sentirte bien, menos racista y más evolucionado El personaje entrañable: el verdadero Dr. Shirley El personaje emputante: cada votante cojudo de la Academia El agradecimiento: porque siempre podés ver películas no nominadas ni ganadoras del coso dorado.

CURIOSIDADES

El verdadero Tony Lip interpretó a Carmine Lupertazzi en The Sopranos y tuvo algunos papeles en películas de Martin Scorsese.

En las escenas del familión de Tony Lip aparecen familiares reales del personaje.

Por sugerencia de Viggo la película no abre con ninguna referencia o cartel de contexto.

El compositor de la banda sonora de Green Book, Kris Bowers, es el doble de Mahershala Ali como pianista.

Viggo Mortensen solía ver episodios de Los Soprano con la participación de Tony Lip antes de ir al set cada mañana, para entrar en ritmo con los diálogos y su acento.

En noviembre, Viggo Mortensen la lió en una rueda de prensa cuando comentó: «Nadie dice ya la palabra ‘nigger'». La cuestión es que no quiso ofender a nadie y lo dijo dentro de un contexto, pero tuvo miles de críticas y tuvo que acabar disculpándose: «No tengo derecho a ni siquiera imaginar el daño que puede causar escuchar esa palabra en cualquir contexto, especialmente dicha por un hombre blanco».

Hubieron quejas de Maurice Shirley, el hermano en la vida real de Don Shirley, que dijo que la película era un hatajo de mentiras y que protestó porque nadie se había puesto en contacto con él para contrastar el guión, en el que curiosamente participa otro familiar, el hijo del protagonista al que da vida Mortensen, Nick Vallelonga. Mahershala Ali tuvo que acabar llamando a los familiares de Shirley para pedirles perdón por no haber hablado con ellos para trabajar el personaje.

El propio Nick Vallelonga tuvo que retractarse de un tuit racista que alguien recuperó de su cuenta, del año 2015, en el que dijo que los musulmanes estaban celebrando en Jersey City después de los ataques terroristas del 11 de septiembre. «Quiero disculparme. He pasado toda mi vida tratando de llevar a la pantalla esta película sobre superación de diferencias y búsqueda de un terreno común, y estoy terriblemente apenado con todos los vinculados a Green Book», explicó en un comunicado. Se disculpó con Mahershala Ali, musulmán, y concluyó: «‘Green Book’ es una historia sobre amor, aceptación y superación de barreras, y yo voy a mejorar».

Antes de rodar la película, y para preparar el personaje de Tony Lip, Viggo Mortensen se reunión con la familia de Nick Vallelonga en una cena que duró nada menos que ¡seis horas! El festín, a tenor de lo que cuenta Mortensen, debió de ser brutal.»Casi me destruyó porque aún no había aumentado de peso; no había expandido mi estómago. Era casi letal», señala. Pero cuando la familia pensó que estaba rechazando las raciones porque no le gustaba la comida, se vio obligado a terminar los platos. Y cada vez que acababa uno, traían otro.

El actor neoyorquino tuvo que ganar 20 kilos para su papel de Tony. Y lo hizo de varias maneras: comió antes y durante la película. Antes de rodar, ya había ganado más de 11 kilos; los 9 restantes los subió con escenas como aquella en la que su personaje participa en un concurso de comer perritos calientes: «Se comió 15 perritos aquel día», explicaba Peter Farrelly a Yahoo!. «Se come dos o tres a la vez».

CINE: Yorgos Lanthimos, La favorita y nuestras favoritas

Por: Mónica Heinrich V.

El 2009 pasaron muchas cosas. Obama se convirtió en el primer presidente negro de Estados Unidos, nació el bitcoin, Fujimori fue sentenciado a 25 años de cárcel, el señorito Messi ganó su primer Balón de Oro, Michael Jackson murió tan extrañamente como vivió, por nuestros trechos Evo era releelecto con alrededor del 64% de votos, y en el cine, el griego Yorgos Lanthimos sacaba su más recordada película: Kynódontas (Canino). Sí, sí, ese mismito que dirigió La Favorita, la que está en cartelera y a la que le estamparon 10 nominaciones al Oscar de este año. Ese.

Canino fue co-escrita por Lanthimos y Efthimis Filippou, narra cómo un matrimonio mantiene a sus tres hijos aislados de la civilización. Al ser un mundo que fue creado con lenguajes y hábitos fuera de cualquier realidad convencional, la puesta en escena de la historia también es singular. Inolvidable secuencia la de Flashdance. Es aquello que La Aldea, de Shyamalan, no consiguió. Es lo que Bad Boy Buddy presentó de una manera más grotesca. Es lo que El Castillo de la Pureza de Ripstein hizo al estilo televisa (sí, Ripstein. Si te copió, pucha que te mejoró). Canino tiene la estética y pulcritud del cine europeo, pero Lanthimos utiliza un humor muy muy negro para narrar el caos y la destrucción de esta pequeña familia disfuncional.

Maravilloso.

Me quedó claro, claramente, que el Lanthimos era un director talentoso, un director al que había que seguir o perseguir. Modo Stalker: ON. Así que me puse a rebatir entre su filmografía para descubrir qué nos ocultó el hype. Porque Canino no era una opera prima, Canino era una tercera película…así que imaginar los pasos que dio Lanthimos para llegar a Canino resultaba más que emocionante.

Pero la vida, estimado lector, está hecha de pequeñas decepciones. La filmografía de Lanthimos previa a Canino muy bien puede quedarse en la sombrita o ser aislada del mundo civilizado. Es difícil reconocer el estilo, la elegancia o el minimalismo del griego en su opera prima: O kalyteros mou filos (Mi mejor amigo), una comedia chapucera del 2001 sobre la amistad y la infidelidad y carritos chocadores. Todavía recuerdo como una pesadilla las imágenes grandilocuentes de su personaje principal descubriendo a su mejor amigo, el amigo que tenía desde la infancia, echándose al plato a su mujer.  Los asquerosos flashbacks. El final jalado de los pelos. La cursilería fraterna. No. No. Lanthimos, NO. Podríamos achacarle el “resfalón” al cineasta Lakis Lazopoulos que además de escribir el guion tambien lo co-dirigió. Sí, echémosle la culpa a Lazopoulos. Es más fácil y nos hará más felices.

Ya en solitario, Lanthimos lanzó la indescifrable Kinetta (2005) película pesada como collar de sandías, que con esa pesadez irrefutable retrata la vida de un pueblito olvidado cuyos habitantes se distraen o sobreviven de la manera más patética. Al principio pensé que no le había alcanzado el presupuesto para alquilar un trípode, la imagen era sucia y movida. Más adelante ya agarra más de estabilidad, aunque te cuestionás la necesidad de emborrachar al espectador. Una pareja recrea asesinatos de mujeres como una forma de darle sentido a sus vidas. Se explica muy poco y el griego se regocija en sus escenas raras. Yo tenía ganas de agarrar a manazos a todos. El problema es que a pesar que se intuye algo interesante, al final nada termina de cuajar y te quedas con esa sensación de pesadez al pedo. Tanto el guion, la composición de la imagen y  la dirección de actores sí remiten al estilo por el que Lanthimos se ha hecho conocido.

Cuando sucedió este ataque stalker o repaso filmográfico era el 2009, y estaban pasando muchas cosas ¿recuerdan? el recién adquirido entusiasmo por Canino, por Lanthimos y por Grecia, mermó con esos dos mounstritos en el baúl. Tuve negros pensamientos acerca del azar y al one hit wonder término que sirve para referirse a un solo éxito, porque si tenés tres obras y solo una funciona, te empezás a preguntar qué pasará con las que vengan después y la estadística (que es muy pendeja) no acompañaba en los cálculos.

El 2012, Lanthimos volvió para desafiar la estadística. Alps fue el título que siguió a la poderosa Canino. A mí sí me gustó Alps, aunque si no has leído la sinopsis puede ser algo confusa. El guion repite la mancuerna de Canino: Lanthimos y Filippou, y se mete a un territorio igual de jodido: la pérdida y la soledad. En Alps vemos a un grupo de personas que se ofrecen para reemplazar a seres queridos muertos. O sea, si tu hija murió le pedís a alguno de ellos que la reemplace hasta que seás capaz de seguir adelante. Como protagonista repite Angelika Papoulia, a quien conocemos de Canino.  Papoulia tiene grandes momentos como la enfermera que se resiste a salir del papel de suplente de ser querido. «No estás lista para el pop» debería ser una frase para estampar en camisetas o graffitis. Las actuaciones robóticas, marca registrada de Lanthimos, así como sus diálogos cortantes, vuelven a lucirse en esta película que aunque no alcanza la perfección de su antecesora sí mete uno que otro gol en tu memoria.

Más memorable aún fue The Lobster (2016) que supuso la incursión hollywoodense de Lanthimos aunque bajo su ya característica forma de hacer cine. Colin Farrell nos recuerda nuevamente lo buen actor que puede ser interpretando a este hombre de mediana edad que nunca se ha enamorado y que acude a un hotel con la esperanza de lograrlo. ¿Lo raro? Si no consigue hacerlo en una determinada cantidad de días, será convertido en un animal de su preferencia, en su caso: una langosta. Ajá. ¿La co-protagonista? Rachel Weisz. Para mí era muy fácil elegir animal, forma de muerte y poemas para escribir estando en los zapatos del personaje de Colin. La escena del triste final del perro-hermano sigue atormentándome de maneras inenarrables. Esta es una película excéntrica, divertida, muy bien actuada, que es muy difícil olvidar. La riqueza narrativa que Lanthimos despliega en The Lobster es más que interesante, maneja una temática que en otras manos podría caer fácilmente en el ridículo y que bajo su batuta se vuelve inquietante.

Ya sumido en la maquinaria de Hollywood e incrementado su productividad (tardaba tres o cuatro años entre película y película), el 2017 Lanthimos sacó El Sacrificio del Ciervo Sagrado repitiendo con Colin Farrell como actor principal e incorporando a Nicole Kidman como la co-protagónica. Filippou y Lanthimos juntitos de la mano escribieron nuevamente el guion. En El Sacrificio del Ciervo Sagrado un doctor (Colin Farrell) que accidentalmente y por mala praxis acabó con la vida de un paciente, recibe una amenaza del hijo de ese paciente: Si el doctor no mata a alguien de su familia (mujer y dos hijos) todos empezarán a enfermar y acabarán muriendo por su falta de elección. Hay mucha crueldad en lo que se le pide al doctor y mucha debacle moral. El chico que interpreta al chantajista pone los pelos de punta y en lo personal, era clara la elección. O sea, yo agarraba la escopeta y PUM: chau pendeja. En su recta final, El Sacrificio del Ciervo Sagrado comienza a trastabillar y a mostrar las costuras. Porque un argumento tan enrevesado es difícil de sostener, y quizás Lanthimos no supo controlar la violenta espiral en la que se metió.

Es verdad que su cine puede tildarse de pretencioso, de pose artística o que a un público acostumbrado a otra rítmica narrativa lo dejará bostezando o directamente durmiendo en la butaca, las actuaciones robóticas también pueden distanciar al espectador, pero el universo que propone bien vale la pena ser explorado.

El 2018 sacó su película más comercial y accesible hasta la fecha, La favorita. La favorita retrata el arribismo en su máxima expresión, los hábiles juegos dentro del poder y claro, cómo el poderoso valorará más el halago pueril que el cuestionamiento frontal.

En un mundo en que Francia e Inglaterra están en guerra, Anne (Olivia Collman) es la reina inglesa del siglo XVII, pero su poder está restringido a su título o eso parece al principio, en la práctica el trono lo maneja solapadamente Lady Sarah (Rachel Weizs). Lady Sarah no se anda con vueltas, es altiva, déspota, puede ser hasta grosera con la reina, ella hace y deshace, hasta que Abigail (Emma Stone) su prima venida a menos y empleada de la corte, con lambisconerías, habilidades carnales y pose de niña buena se gana los favores de la reina. Abigail en realidad busca recuperar un pasado burgués perdido.

Nada es muy ruin ni muy vulgar para que estas mujeres entren en una batalla por el poder. El guion es de Deborah Davis que en 1998 ya lo estaba ofreciendo a los productores de Hollywood a los que les importó dos pesos partidos al medio. Recién unos diez años después y gracias al éxito de, SÍ, Canino, el productor  Ed Guiney se interesó en proponérselo a Lanthimos. El 2015 se empezó la preproducción y se reescribió el guion junto con Tony McNamara, pero antes de todo ese chiverío gringo, Lanthimos tenía que filmar El Sacrificio del Ciervo Sagrado, así que por eso el despelote de estas tres señoritas llegó «más después».

La favorita, a pesar de ser una película de encargo, tiene el sello Lanthimos en el humor, en ese diseño de producción donde el arte, música y vestuario son una experiencia sublime. Una experiencia visual esta vez recargada, barroca, que en muchos pasajes hará suspirar o pensar en las puestas en escena de Peter Greenaway.

El trío de actrices que lleva sobre sus hombros la película, la eleva un poquito más allá de la media. Es divertido verlas, queremos saber qué harán. Hay mucha chispa femenina traspasando la pantalla de cine. Por desgracia, el guion no colabora mucho con las expectativas, porque si bien hay escenas en las que disfrutamos un montón, el contexto político tan rico sufre por cierta ligereza  de la que la película se impregna. Termina siendo más banal de lo que pretende.

Su final es lo más Lanthimos de todo, un final anticlimático que llega después de estar en un mismo tono durante las dos horas que dura y que en general no depara muchas sorpresas.

No, no llega a ser lo especial que es Canino, o a lo especial que es The Lobster, porque sencillamente es otro tipo de película, otro registro. A Hollywood no le interesa lo especial sino lo universal. Le falta mucho desparpajo y le sobra conciencia de sí misma como película de Hollywood.

¿Las buenas noticias, Su Alteza? El griego se las ingenió para hacer una película de encargo que no lo deja mal parado. Continúa derrotando a la estadística, esa que prometía hacerlo bolsa con sus subsiguientes trabajos.  A pesar de un inicio cinematográfico algo accidentado y un presente manchado con la gran H hollywoodense, sigue siendo uno de nuestros favoritos.

CINE JAPONÉS: Shoplifters (Un asunto de familia)

Por: Mónica Heinrich V.

Juri: ¿Qué ves?

Shota: El mar

Juri: El universo

Juri y el universo

Hay películas que te movilizan y te dan deseos de abrazar. Abrazar gente. Abrazar animales. Abrazar cosas. Abrazar.

Terminando de ver Shoplifters tenía ganas de abrazar a Japón, o que Japón me abrace y no me suelte nunca.

Me gustaría preguntarle al director de esta ¿película?, a Hirokazu Koreeda qué hacemos después…qué hacemos con la marca de plancha que nos dejó en el brazo.

Porque Koreeda ha sido muy hábil, como siempre, y como siempre no vimos venir todo lo que se avecinaba a esa aparente calma y felicidad. Una felicidad ajustada, jodida, pero ese tipo de armonía que duele perder, que desgarra perder.

Todo transcurre en Japón, nuestros protagonistas son seres marginados, que tratan de sobrevivir en un mundo en el que no tienen ningún privilegio. La viveza criolla ha generado varias mañas. Osamu junto a Shota, el niño que ve el mar en las bolitas de cristal, se las ingenian para robar en distintas tiendas bajo la idea de que: Si está en una tienda aún no pertenece a nadie.

Volviendo de una de sus fechorías y en pleno invierno, descubren a una pequeña niña sola dentro de una casa cercana a la de ellos. Juri, la niña que ve el universo en las bolitas de cristal. El hombre se compadece de ella y decide llevarla a la humilde casa que comparten junto a otras personas más. Aki, la chica que es trabajadora sexual, Noboyu que es la esposa de Osamu y la abuela. La familia se conmueve con Juri a quien alimentan y cobijan. La abuela descubre que la niña, esa hermosa niña capaz de ver el universo en las bolitas de cristal, está llena de cicatrices.

Esos son los primeros minutos de Shoplifters. El guion escrito por el mismo Koreeda nos cuenta todo con una fluidez que hace que plante semillas de admiración en mi jardín interior.

Luego, Koreeda avanza y vos lo seguís porque es lo único que podés hacer. Y poco a poco va revelando algo más.

Hasta ese momento decís: Qué bonita película, pero lo que la hace especial es lo que sucede después.

SPOILER El director japonés pone en pantalla oscuros secretos de esos marginados que acogieron a Juri, pero lo hace sin una sola gota de prejuicio, porque al fin y al cabo, todos estamos dañados un poco. Traspasa una línea moral haciendo que para el espectador sea muy difícil marcar qué es lo bueno o qué es lo malo. Parece que Osamu tiene la costumbre de robar en todos los aspectos de su vida y los niños no han sido una excepción. Tanto los robos, como los supuestos secuestros, como la muerte de la abuela y la cobrada de la pensión, son planteados por Koreeda con un equilibrio fuera de lo común. También tenemos un vistazo sutil al Japón menos turístico y exótico. A través de sus personajes el director hace una radiografía social durísima. Así es, suceden muchas cosas en Shoplifters, y suceden después de que se ha generado la empatía suficiente con los personajes para que joda y joda mucho. FIN DEL SPOILER

No quiero dejar de mencionar, porque es muy importante hacerlo, que los actores, cada uno de ellos están maravillosos encarnando sus personajes. No hay un secundario que desentone, los niños están perfectos. Shota y Juri iluminan la pantalla. Por eso, entre otras cosas, es que Shoplifters fluye, y también porque el estilo de Koreeda siempre ha sido más naturalista. Ni siquiera en sus películas de tinte más fantástico como Air Doll o After life abandona su apego a lo natural en el cine. Incluso la fotografía es poco pretenciosa. Este es un cine de historia, de personajes, donde la impostura de la imagen no es el objetivo a perseguir. Sí hay un par de momentos puntuales en los que se aparta del camino de la sutileza, pero el conjunto de Shoplifters es más que ese par de momentos puntuales.

Cuando salen los créditos y por primera vez descubrís música en la película, sentís compasión y gratitud, Koreeda nos mostró su bolita más brillante y en ella cabe todo, el amor, la crueldad, la violencia, la decepción, el mar, el universo y algo parecido a la Familia.

Lo mejor: bella y compleja Lo peor: desgarradora La escena: la de las bolitas y la del mar y también cuando el señor de la tienda le dice lo de su hermanita Lo más falsete: que Osamu no haya recibido más castigo El mensaje manifiesto: la Familia no tiene que ver con la sangre El mensaje latente: la Familia va más allá de lo moral El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: Shota, Juri, la abuela, Aki, hmmm todos El personaje emputante: los papás reales de Juri El agradecimiento: por EL CINE.

CURIOSIDADES

La actriz Kirin Kiki que interpretó a la abuela actuó por última vez en Shoplifters antes de morir de cáncer.

Lily Franky que interpretó a Osuma, ha participado en más de 40 películas desde su debut en el 2001. También es ilustrador y escritor.

Segunda película en la que actúa Miyu Sasaki, la pequeña Juri.

Hirokazu Koreeda dijo que desarrolló la historia para Shoplifters desde su película anterior De tal padre, tal hijo (2013), con la pregunta «¿qué hace una familia?».

Primera película japonesa en ganar la Palma de Oro desde The Eel en 1997.

Para investigar el proyecto, Hirokazu Koreeda recorrió un orfanato y escribió una escena inspirada por una chica que leyó Swimmy de Leo Lionni.

Estableció su historia en Tokio y también se vio influenciado por la recesión japonesa, incluidos informes de los medios de comunicación sobre cómo vivían las personas en la pobreza y sobre el robo en tiendas.

Koreeda también había oído hablar de familias que recibían ilegalmente pensiones de jubilación de sus padres que habían muerto hacía mucho tiempo.

CINE BELGA: Girl

Por: Mónica Heinrich V.

Lukas Dhont solo tiene 28 años y ha filmado una película que tiene una dosis de belleza admirable. Parte de esa belleza recae en el joven actor Victor Polster que interpreta a la atormentada Lara, la chica nacida en cuerpo de chico que quiere hacerse desesperadamente el cambio de sexo.

Fiel a mi reticencia a ver trailers o leer sinopsis antes de vivenciar películas, no sabía muy bien de qué iba Girl, así que cuando en su primera escena vi a una adolescente con rostro angelical no se me pasó por la mente que Lara fuera otra cosa que una adolescente con rostro angelical.

Y de eso precisamente va Girl, ese manejo delicado de lo que significa para una adolescente que tiene clara su identidad de género (que no es lo mismo que identidad sexual u orientación sexual) vivir dentro del cuerpo erróneo.

Esta no es la típica película donde  a la protagonista le hacen bullying despiadado, no. El mayor enemigo de Lara es ella misma, que realmente batalla con ese cuerpo que no desea. El relato parte y termina con la relación de Lara y su cuerpo. Por un lado está bien, pero por otro lado puede ser muy reduccionista.

Al igual que en la película chilena Una mujer fantástica, el espejo sirve de metáfora para que el reflejo apoye lo que se está queriendo narrar.

El sueño de Lara es ser bailarina de ballet y postula a la mejor academia de danza de Bélgica, donde finalmente consigue entrar con todos los retos que eso significa: ponerse a la par de las otras chicas, lograr bailar en puntas de pie algo extremadamente difícil dado su envoltorio masculino y el hecho de que las chicas aprenden a adiestrar el pie desde muy temprana edad y Lara ya está en la adolescencia.

El director belga tiene muchos aciertos en este guion de su propia autoría junto a Angelo Tijssens. Es sutil, es delicado, nos lleva al mundo de Lara sin mayores enfoques morbosos, sí hay momentos de… yo no lo llamaría transfobia sino desubicación, pero esos momentos están manejados con responsabilidad, sin victimismos. Más que el entorno, es lo que siente Lara lo que importa. El papá la apoya, al igual que el hermanito menor y la familia inmediata.

La fragilidad del actor-bailarín Victor Polster que interpreta a Lara, hace que el personaje sea muy querible. Te preocupás por Lara, querés que le vaya bien, pero al mismo tiempo empiezan a suceder cosas que sabés tendrán su consecuencia.

Para mí, la película se estructura en tres tiempos, el primero, uno donde sabemos que Lara quiere dejar ese cuerpo que le estorba y está haciendo todo lo posible por lograrlo. Hay hermosos momentos en los que conocemos y descubrimos capas del personaje, y en los que sabemos que la decisión que ha tomado es la correcta, la natural.

En la segunda parte, las cosas se empiezan a torcer y me recordó un poco a la debacle del Cisne Negro de Natalie Portman, me atrevería a decir que a la delicadeza de Lara a nivel físico se suma una fragilidad emocional que empieza a colapsar cuando el sueño de ser una chica “de verdad” tiene unas exigencias que ella misma se coloca.

Un detalle que me pareció un poco jalado de los pelos es cómo se relaciona con el vecino, sobre todo una vez se han consumado los hechos. O quizás los chicos de hoy son más prácticos que los de antes, pero ese arco narrativo estuvo poco explorado.

Y ya la tercera parte es cuando Dhont abandona la sutileza, el buen narrar, la cosa profunda por la que íbamos transitando y nos lleva por un camino más efectista y simplista. SPOILER Cuando Lara saca el hielo yo empecé a gritarle a la pantalla: ¡NO, hija, NO! ¡Soltá esos hielos, pendeja! ¡No TE ATREVÁS! Te estoy diciendo que NO TE ATREVÁS. SOLTÁ LA TIJERA, PELOTUDA, SOLTAAAALAAAA. Noooooo.

Me entró una fatiga única. Me parecía muy ilógico lo que estaba haciendo, tenía una operación de cambio de sexo programada que si se jodió fue porque ella no hizo caso a las indicaciones, pero que si seguía las indicaciones iría viento en popa, la familia la apoyaba y la quería…esa secuencia a mí me decía que más que resolver el problema, o adelantar su sueño, había un tema psicológico grave en Lara. La automutilación en ese contexto no es un alivio ni una liberación, es un acto irresponsable y lanza un mensaje poco afortunado a la comunidad de chicos y chicas transgénero que no tiene la posibilidad de una operación de cambio de sexo o que la está esperando pacientemente. Sin embargo, Dhont, que hasta el momento tenía todas mis simpatías, reduce la temática de su película al pene y cuando Lara se lo corta, la llevan al hospital, etc…y no pasan ni cinco minutos para verla finalmente feliz caminando en la calle, recuperada y siendo “la chica” que siempre soñó. O sea, NO, querido Dhont. No me parece. El temita del género va más allá de los genitales, a lo que todo se redujo. SPOILER FINAL

Girl entra en esa disyuntiva en la que suelen entrar las películas que tocan temáticas de este tipo: ¿estamos ante un discurso contradictorio o a una compresión personal de la temática que trata? Creo más bien que es la primera. No cabe duda que Dhont tiene las mejores intenciones, y que dada su edad, y el contexto social y político que vive el mundo, la película entra de cajón en la ola progre que tantos premios y visibilidad acarrea en los festivales, pero ese final, señores…¿ese final? No es el final que Lara, ni cualquier chico/chica como Lara merecen.

Lo mejor: tiene belleza y delicadeza Lo peor: desbarranca con su final  La escena: las tijeras, claro Lo más falsete: las tijeras, claro El mensaje manifiesto: ser niña es no tener pene El mensaje latente: ser niña es más que la vagina El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: Lara, su hermanito, el papá El personaje emputante: la cabrona que le dice: queremos verlo El agradecimiento: por la belleza y la delicadeza.

CURIOSIDADES

Girl fue pre-seleccionada al Oscar por Mejor Película Extranjera 2019.

Se criticó la película porque el actor Victor Polser no era transgénero o transexual realmente, entonces  algunos dijeron que ya la película partía mal desde ahí. Por favor, se trata de un chico que está actuando y además lo hace maravillosamente. Una de las actuaciones más hermosas que he visto fue la que hizo Hilary Swank en Boys don’t Cry, no dudo que exista un transgénero que lo hiciera igual o mejor que ella, pero lo que ella hizo es para la posteridad. Qué triste cuando lo progre en realidad se pone conservador.

El casting fue abierto para todo tipo de adolescentes: chico, chica, travesti, transexual, etc…

Es el debut de Victor Polser como actor.

La película fue inspirada por Nora Monsecour, bailarina profesional y mujer trans de Bélgica. En 2009, Dhont, entonces de 18 años y estudiante de cine recién inscrito, leyó un artículo del periódico sobre Monsecour.

Dhont se acercó a Monsecour para hacer un documental sobre ella, que ella rechazó. En cambio, luego pasó a escribir una película narrativa de ficción con ella y Tijssens, aunque Monsecour permaneció sin créditos como consultora de guion.

Dhont consultó a Monsecour, otras personas transgénero y profesionales médicos para la película.

Después de no encontrar un actor que pudiera bailar y actuar a su entera satisfacción entre las 500 personas de entre 14 y 17 años que audicionaron (siete de ellas eran mujeres trans) , los cineastas comenzaron a elegir al resto de los bailarines que aparecerían. en la película. Fue en este proceso de casting grupal que encontraron a Polster.

Monsecour estuvo involucrado en el casting de Polster y estuvo presente en el set durante el rodaje.

La filmación involucró escenas de desnudos de Polster, entonces, con el consentimiento de sus padres.

CINE DANÉS: Den skyldige / The Guilty / La culpa

Por: Mónica Heinrich V.

Una sola locación. Un protagonista. La historia se escucha por el espectador, pero cada uno se imagina lo que sucede. Ese era el objetivo de Gustav Möller, el director danés de la no menos danesa La culpa.

No naveguemos en las aguas de una originalidad inexistente diciendo que el tipo hizo algo que nunca hemos visto, no. Ya hemos visto algo similar en Locke o en Buried (por nombrar algunas), pero Möller se las ingenió para hacer de su cuento algo trepidante y lleno de adrenalina, incluido un punto de giro que pocos verán venir a aplastarlos como un tren de carga.

Möller escuchó llamadas al 911 a las que se pueden acceder en youtube y quedó sorprendido por el suspenso que se creaba y por el mundo que se abría a su imaginación solo con escuchar los sonidos y las voces de la emergencia.

Así fue como surgió la idea de que el público sea co-creador de la trama. Situó su argumento en un centro de llamadas de emergencia danés y puso a su protagonista Asger Holme (interpretado por un solvente Jakob Cedergen) a contestar llamadas que en un inicio parecen anecdóticas, hasta que llega la llamada de Iben (Jessica Dinnage).

SPOILER Rápidamente, entendemos que Iben ha sido secuestrada por un hombre y que ella intenta hablar en código con el oficial para salvar su vida. La cosa se va complicando cuando se descubre que el secuestrador es el ex marido y que ella ha sido sustraída de su casa donde uno de los hijos (apenas un bebé) ha sido asesinado. FIN DEL SPOILER

Todo eso lo vivimos a través de las llamadas y los sonidos, nunca abandonamos la central de emergencias, nunca conoceremos a las víctimas, solo a Asger y a algún compañero ocasional de trabajo.

El guion escrito por el mismo Möller y por Emil Nygaard Albertsen (también colaborador en su cortometraje I, Mork) es bastante efectivo. Quizás lo empaña algunos momentos bastantes fuera de lugar SPOILER a un feminicida en potencia no le decís «oye, sé que mataste a tu hijo, te espera la cárcel», aunque se puede justificar diciendo que la labor de Asger no era realmente atender llamadas sino que era un oficial que estaba bajo observación y al que habían relegado a esas funciones sin que sean su expertise. FIN DEL SPOILER

Otra cosa un tanto molesta fue el tinte moral y ético que le imprimieron a los últimos minutos. Esa cosa discursiva que le da sentido al título de la película, pero que en la práctica hace ver al trabajo un poco más inmaduro de lo que se vería si lo despojáramos de cualquier pretendida virtud aleccionadora.

Igual The Guilty se disfruta mucho, este es un joven equipito que dará que hablar y al que le fascina hacer cositas cinematográficas. El director, el productor, el director de fotografía y el montajista se conocieron todos en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca.

The Guilty  es una tragedia, un thriller, que aunque no aporta nada nuevo al género, sí logra hacerse un lugar dentro.

Lo mejor: mantiene la tensión en una sola locación y sin mostrarnos visualmente la tragedia Lo peor: discursiva y aleccionadora  La escena: el giro inesperado Lo más falsete: algunos diálogos poco recomendables para una situación así, también todo el discurso final El mensaje manifiesto: nada es lo que parece El mensaje latente: las historias solo hay que saberlas contar  El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: Oliver y Mathilde El agradecimiento: por un buen momento de entretenimiento y tensión.

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