LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

Category archive

cine - page 12

CINE MEXICANO: Roma

Por: Mónica Heinrich V.

Es tan bonito decir «carta de amor a la empleada doméstica«, o «carta de amor a México«, se escucha tan progre, tan nuevo milenio. Roma, la tan comentada Roma, puede que sea eso y algunas cositas más.

Reconozcamos, en primer lugar, que Roma es estéticamente perfecta, de esas películas que hacen que uno se deleite en el plano, en la composición, en el reflejo de avioncitos cruzando sobre charcos de agua, y que sintamos empatía por la chica indígena migrante que trabaja como empleada en un barrio clase media alta.

El director mexicano Alfonso Cuarón nos dice que Roma es un homenaje a Libo. Bueno, nos lo dice él y todo el aparato marketinero que mueve Roma desde Netflix. Libo es la trabajadora doméstica que crió a Cuarón allá por los años 70s. Y Libo está representada por esa Cleo ficcional que encandila la pantalla con su inocencia y saber estar.

La multipremiada, multiamada, multiclase, multipluricultural Roma es la más reciente película de Alfonso Cuarón. Pocos recuerdan que el camino de Cuarón en el cine empezó con una comedia llamada Solo con tu pareja (un mujeriego era engañado con un falso resultado positivo de SIDA)  y de ahí dio un salto directo a Hollywood para hacer Little Princess y la dickensiana Great Expectations. Después del fracaso de taquilla de esta última, la industria le dio la espalda y regresó brevemente a México con Y tu mamá también, para pasar de nuevo a gringolandia con Children of men y una de las secuelas de Harry Potter. Su película más famosa fue Gravity (reseñada ACÁ) y así, en ese ping pong entre cine comercial y cine más autoral, entre cine gringo y cine mexicano, el 2016 filmó Roma.

La filmografía del amigo Cuarón

Roma no es una referencia a Italia ni al filme de culto de Fellini, Roma es el nombre de una colonia (barrio) de ciudad de México. Una especie de Zona Sur o Equipetrol mexicano. O sea, donde se amontonan los jailones. En Roma, vivieron Cuarón, su familia y Libo, su “criada” (dirían vulgarmente los mismos mexicanos). De sus experiencias infantiles con Libo sacó el 90% de las escenas de la película.

El guion se inicia a finales de 1970 con Cleo (interpretada por la gran Yalitza Aparicio) inmersa en sus labores domésticas. Cleo es una muchacha parte de la diáspora mixteca. Por eso Roma se escucha en español y también en mixteco.

Cleo tiene una rutina muy establecida dentro de la casa, y además se ocupa, junto a otra doméstica, de la crianza de los cuatro niños de la familia. Cuarón, que también hizo la dirección de foto, utiliza lentos movimientos de cámara para mostrar el ir y venir de Cleo siempre desde cierta distancia. De acuerdo a Emmanuel “Chivo” Lubezki, el tres veces ganador del Oscar a Mejor Fotografía, amigo íntimo de Cuarón desde los 16 años y la primera opción para hacer la fotografía de Roma hasta que un problema familiar lo dejó fuera de la película, se decidió filmar Roma componiendo las tomas no en el eje X, que es el usual, sino en el eje Z. Esto significa que la cámara se mueve como un tercer personaje que observa pero no comenta la historia. Cuarón lo definió como “el fantasma del presente que está visitando el pasado, sin involucrarse, solo observando, sin tratar de emitir un juicio o comentario”.

Esto da pie a dos lecturas, una que asume Roma como la “historia que Cuarón quiso contar”, la “película más personal de Cuarón”, su “vivencia”, a la que por lo tanto no se le puede cuestionar mucho más, ni exigir mayor densidad. Es lo que es, admiremos la obra y punto. Gracias por compartir con nosotros una parte de tu vida, Alfonso Cuarón. Qué emotiva memoria, qué pedazo de historia de México, qué recreación, qué arte, qué talento, qué visibilización de lo invisible. Repartiendo Ave Marías hasta se puede llegar a decir que la brecha de clase se acorta y que las mujeres terminan unidas como tiene que ser. El feminismo entra de rebote porque puede y quiere.

La otra lectura es que aunque el foco está en Cleo y la historia se vive desde Cleo, es la mirada de Cuarón lo que vivenciamos como una especie de filtro o ¿estorbo? Quizás sea por eso que nunca llegamos a conocer del todo a Cleo. Cleo es un personaje genérico cuya única particularidad será la confesión en la playa. Fuera de eso sigue la fórmula de cualquier telenovela mexicana de medio pelo. En Zona Sur, de Juan Carlos Valdivia, no se profundizaba en los personajes que hacían las labores domésticas porque su mirada y estructura narrativa partían desde la familia jailona. En el caso de Roma, fingimos que es la visión de Cleo, el mundo de Cleo el que vemos como protagonista, por eso puede hacer ruido que siga siendo la interpretación de Cuarón de la colonia Roma la que esté por encima de la del personaje que le da sentido a la película. O sea, compartimos con Cleo experiencias fuera de la casa familiar, fuera de la vida como empleada doméstica, lejos de los patrones, recibimos con ella noticias duras, encuentros jodidos, situaciones traumáticas, pero a pesar de que la estructura narrativa y la mirada es de ella, que todo pertenece a su universo, es el sentir de Cuarón respecto a todo eso lo que se impone.

Hola, soy Cleo, la mixteca doméstica que quedó embarazada

En la película chilena La Nana dirigida con acidez por Sebastian Silva, “la Raquel” era una empleada doméstica que llevaba 23 años sirviendo a su familia, no decía mucho, pero sabíamos que estaba amargada y emputadísima. Y defendía su puesto con uñas y dientes. En el filme brasileño Que horas ela volta? de Anna Muylaert, la vida de Val, la cariñosa empleada de una familia paulista, se veía trastocada cuando su hija adolescente le cuestionaba su posición dentro de la casa de sus patrones. Con esto no quiero decir que todas las empleadas domésticas resientan su trabajo o deban cuestionarse su lugar en el mundo, faltaba más, sino que al estar las historias mencionadas centradas en la mirada de estas mujeres, podías ver más matices que los de la alegre servidumbre. Por ejemplo, no sé hasta qué punto el que estés “de encargo” y que tu patrona te apoye soluciona del todo el problema que te aqueja.

Ya estoy bien, la patrona me apoya

En Roma, hay un maniqueísmo un poco exasperante. Incluso la llegada del padre a la casa está orquestada como una escena de cine noir. El ex amante de Cleo termina de confirmar su villanía con una súper forzada participación en El Halconazo, manifestación de universitarios mexicanos que terminó en masacre, luego de que el gobierno infiltrara a grupos paramilitares.

Los indígenas que aparecen en pantalla son valorados por su estoicismo, su silencio, su sumisión, esas características son una virtud. Cleo es la empleada soñada, la que tiene que usar sus horas de sueño para limpiar los quichicientos puchis que un solo perro deja en transcurso de horas en el garaje. Todo con sonrisas y buen humor. Cuarón ama a esa Cleo-Libo que lo crió y que según entrevistas sí le contó del hambre de su pueblo, de su vida sufrida como adolescente mixteca, de sus privaciones y sueños no cumplidos, nada de eso es necesario que se conozca a través de Cleo porque en Roma tenemos que seguir viendo a los sirvientes con los ojos de distancia fría y agradecimiento de los patrones.

Lo que vemos de los patrones también es genérico y de manual. Algunas mezquindades menores en el trato con las domésticas, y luego, poco o nada que recordar.

La historia transcurre llena de simbolismos y metáforas. Para alargar más el cuento, pongamos un año nuevo dicotómico (fiesta jailona vs fiesta de empleados) donde además anunciemos con sutileza a través de una fuente rota que SPOILER algo pasará al bebé de Cleo FIN DEL SPOILER

Los malditos hombres

Así las cosas, Roma puede ser lo mismo una bonita carta de amor a una trabajadora doméstica o una mirada condescendiente a la relación entre patrón-empleado, y eso dependerá del espectador y quizás de sus propias vivencias y reticencias en cuanto al tema tocado.

Lo que no se puede negar es que dentro de lo técnico que también se articula como un lenguaje, Roma puede fascinar incluso en su engañosa sensibilidad y simplicidad. La meticulosidad con la que Cuarón ha construido su carta de amor a Libo, es también una carta de amor a sí mismo como cineasta. Un diseño sonoro cuidadoso, lleno de capas, unas composiciones de escenas tan coreografiadas que para que todo eso marchara debió ensayarse mucho, un trabajo artesanal en VFX (efectos especiales), porque sí, no se dejen engañar por el blanco y negro y por la historia sencilla, Roma es una superproducción y en tomas que parecen tan sencillas y filmadas con tanta fluidez como la escena final de la playa, se usó post-producción.

No la encontré aburrida, ni eché en falta la posibilidad de verla en cine. Creo que Roma es exactamente un producto para la plataforma que la cobijó.

Cuarón dijo que la presencia constante de aviones que remitían a la zona en la que vivía también era una metáfora de la quietud en la que se movían los personajes y otros mundos que quedaban sin explorar.

Inexplicablemente, eso me pareció lo más triste de todo.

Lo mejor: Cleo, y el hermoso envoltorio de la película Lo peor: genérica, en argumento cercano a una telenovela, y un poco artificial  La escena: la del halconazo, la de la playa Lo más falsete: lo del tipo como parte del halconazo, la secuencia del incendio, el cántico al pedo, etc.. El mensaje manifiesto: no hay que comprenderlas solamente amarlas El mensaje latente: las cartas de amor suelen ser una exhibición de uno mismo hacia el objeto amado El consejo: hay que verla, tiene algunos momentos memorables El personaje entrañable: Cleo El personaje emputante: el boludo que canta, Fermín, Antonio El agradecimiento: supongo que por lo mucho que emociona al público.

CURIOSIDADES

  • Cuarón tenía en mente el filme desde su debut en 1991 y empezó a planearlo en el 2006.
  • La escena del parto se filmó una sola vez, los médicos y enfermeras que aparecen son reales para que la secuencia se vea más auténtica.
  • Libo aparece en una escena de tu Y tu mamá también.
  • El único en saber el guion completo era Cuarón, ya que la historia con los actores se trabajaba día a día.
  • Cuarón recolectó el 70% de los muebles y decoración que vemos en la película para recrear su casa tal cual era. Tuvo que pedir las cosas a sus familiares.
  • La actriz que da vida a Cleo, tampoco sabe nadar.
  • A lo largo de la película, se hicieron  ajustes digitales. El vecindario que rodea la casa de la familia requería mucho trabajo de pantalla azul para eliminar las vistas modernas y extender la calle en la que se encuentra la casa a la distancia.
  • Los créditos terminan mostrando las palabras «Shantih Shantih Shantih». Children of Men (2006) incluyó este mantra en su diálogo, y sus créditos finales también terminaron con estas palabras que se muestran.

CINE BOLIVIANO: Søren

Por: Mónica Heinrich V.

Søren Kierkegaard, el gran filósofo danés, entre muchas cosas dijo: “Los dioses no regalan grandezas. Nada verdaderamente grande se obtiene gratis”…creo que esa frase debió ser la que se viera pegada con imanes grandotes en la heladera de los tortolitos de la más reciente película de Juan Carlos Valdivia: Søren. Como un compendio de ficción y realidad, del delante de cámara, detrás de cámara. Un All inclusive, un Tout compris.

Ahora resulta que las brechas raciales, económicas, políticas, generacionales y pachamamistas son regalos del proceso de cambio y no de quichicientos años de historia como país. Y esa agudísima conclusión se refleja en Søren cual límpido espejo con sus personajes Amaru, Paloma y el gringuito políglota.

Perdón, pero esto que vimos es más como si Mattel hubiera lanzado su Barbie camba, su Ken colla y su Ken hippie chic.

Creo que nadie puede negar que Juan Carlos Valdivia filma con cierto rigor técnico, y que en lo formal puede plantear aspectos interesantes que incluso logran maquillar los defectos de guion y actuación de sus películas.

Pero…con Søren llegamos al punto de inflexión. Un punto en el que el esteticismo es más un estorbo que un aporte, y que no consigue salvar unos diálogos artificiales, cursis, que mueven más a la risa que a la reflexión. Sin embargo, felicito y abrazo a los espectadores que se sintieron tocados como por polvos de hada ante tanto derroche de profundidad y sabiduría ayahuasesca. Ese estadio tan difícil de alcanzar. Es así nomás, “La puerta de la felicidad se abre hacia adentro”.

Nuevamente, uno de los grandes problemas del cine boliviano vuelve a asomar: las aspiraciones de lo que se hizo y lo que se obtuvo. Veamos:

«Una historia que rompe los esquemas del amor y la sociedad», dice una de sus publicidades. Por favor, quiero ver los esquemas rotos, que alguien me mande los pedazos por mail o por correo DHL. Estamos ante una historia de amor bastante recorrida y vista ya. No hay nada nuevo bajo el sol ni sobre las calles paceñas ni dentro de los ríos amazónicos del Beni. Y ya sobre romper los esquemas de la sociedad, es más pan rancio del que venimos comiendo desde hace años en el cine nacional. Una película políticamente correcta disfrazada de irreverente o rompedora de esquemas.

¿De qué va tanta impostura?

Lo primero que vemos en la pantalla es a Paloma (Pamela Peró) en un cholet siendo parte de lo que parece ser una fiesta rave, electrónica, en la que en un determinado momento se mete una pepa y conoce a Amaru (Romel Vargas), ahí  presentan también al mamerto de Søren (Willy Cartier).

SPOILER

Muy rápidamente Paloma y Amaru terminan juntos, porque Dios así lo quiso, y abrazan el concubinato con devoción hasta que Amaru se topa con Søren en la calle, un desconocido al que además de darle un aventón, lo lleva de farra. El gringo, por supuesto, termina de arrimado en la casa de los tortolitos.

No hay nada de tensión ni de climas respecto a la relación de estos tres personajes. Las elipsis están pobremente manejadas, y por un capricho estético el formato de la pantalla cambia para enmarcar los momentos que el director quiere subrayar. También el idioma se alterna, unas veces es español, otras inglés, otras francés como elemento de subrayado. Digo, por si nos faltaba más sutileza.

Los personajes se preguntan sobre el amor, sobre la vida, el ser y la nada. O mejor dicho, le preguntan al gringo, al gringo espiritualmente elevado, sin ataduras, sin complicaciones propias del tercermundo. Una brújula de conocimientos y casi casi un folletín viviente de frases reflexivas. Era como ver la conquista de América, «all over again».

En medio del tole tole introducen al personaje de Alejandra Lanza para acariciar el tema de género (tan de moda y fácil de usar) hay que dejar claro lo multifacético que es el guion y la aproximación filosófica existencial a esta nueva Bolivia, y a través de ese personaje escuchamos una catarata de frases armadas sobre los roles femeninos y el amor, y escoger cortinas y ser in-dependientes. Menos mal que ese personaje no conoció a Søren porque tal como iban las cosas la pobre le hubiera terminado comprando las cortinas y las toallas al gringo.

No hay desarrollo de personajes. Paloma se pasa la película preguntándole obviedades al amante de turno. La escena en que la que el gringo la bota como a un trapo de cocina es de antología. Amaru se pasa la película sin saber para qué lado jalar y Søren tiene la misma cara y talante cuando carga las telas de Paloma que cuando Amaru le mete mano debajo del calzoncillo. FIN DEL SPOILER

Hay un tono muy solemne en todo el filme. Muy de “mirá lo profundos que somos”. Pero la profundidad requiere contextos, requiere conocer a los personajes o intuir lo que hay detrás de ellos. Paloma, Amaru y Søren existen para adornar la pantalla haciendo de la camba linda riquilla, el cholo riquillo y el gringo aventurero con todo lo que eso arrastra de lugares comunes. Y lo peor,  va en contramano totalmente del desparpajo y ligereza de la juventud que el filme pretende retratar.

La fotografía casi de postal, la cháchara forzada sobre los pájaros, la romántica visión de los viajes de ayahuasca y las actuaciones acartonadas recitando (literal) frases hechas, tampoco ayudan a humanizar la historia.

Esta es una parábola de corto alcance, demasiada genérica, autoconsciente y calculada.

Estirada hasta el exceso, cuando pensás que va a terminar e imaginás que te vas a bañar con gasolina para sacudirte ese mundillo de encima, los personajes siguen yendo y viniendo por nuestro bello país porque falta mostrar Rurre y falta mostrar el Salar.

El mejor momento de la película es cuando Amaru está yendo a buscar a Paloma y  suben dos campesinos a su auto y le dicen con una frescura casi ausente en todo el metraje: “Ya la vas a encontrar”. Lo más sincero de todo lo que vimos. Gracias, campesinos tercermundistas.

Mientras tanto, Søren (Ken Hippie chic) contempla la Bolivie, grandilocuentecon tapado y cayado, como solo un ser elevado puede y debe hacerlo.

Lo mejor: El bello momento en que empiezan a salir los créditos Lo peor: una pose condescendiente y afectada La escena: la pelea entre Amaru y Paloma, las actuaciones eran tan TAN terribles, que tuve que taparme los oídos. Eso no es culpa de los pobres actores, sino de la dirección de actores. Otra escena inolvidable: Amaru le mete mano a Søren y con la mano ahí dentro el gringo le pregunta: LA ENCONTRASTE? gente, el chiste se cuenta solo Lo más falsete: el relato sobre Bolivia que lleva el nombre de un gringo boludo que además es el personaje por el que los bolivianos se dejan «influenciar» El mensaje manifiesto: el plástico sabe a plástico El mensaje latente: podés adornar el plástico y seguirá siendo plástico El consejo: dejemos la pose El personaje entrañable: los campesinos El agradecimiento: supongo que por los que realmente la disfrutaron.

CINE COREANO: Poetry (2010) y Burning (2018)

Por: Mónica Heinrich V.

Aún me estoy recuperando de Poetry. A pesar que la vi hace ya unos cuatro días sigo con ella pegada a mí como un fantasma. Y para hablar de Burning tengo que hablar de Poetry, porque sí, porque ambas películas se lo merecen y porque solo así se entenderá lo que Lee Chang Dong hace con el cine.

Chang Dong estudió filología, se convirtió en novelista, luego en guionista, luego en cineasta. Lo suyo es innato. No se aprende en escuelas, ni en universidades, ni en talleres. Lo que se siente en sus películas es una pulsión. De vida y de muerte.

Vi Poetry después de ver Burning, porque me dije: Este tipo sabe, este tipo debe hacer buenas películas, debo seguir a este tipo, me he estado perdiendo a este tipo.

Si ves el poster de Poetry, si leés la sinopsis, podés pensar que vas a estar ante una película lenta y aburrida, de esas que hablan sobre la vejez y la sabiduría que produce una vida bien vivida.

Error.

Hay algo muy angustiante en Poetry. Muy de…”Ay, Dios mío”, mientras te agarrás el pecho y te tapás los ojos. Y no es que pasen cosas que no hayas visto antes. Es que Chang Dong tiene el talento para contártelo de una manera sutil y precisa al mismo tiempo. Crea un montón de subtramas que no estorban, sino complementan a la película.

Mija es una anciana, una abuela que tiene a su cuidado a su único nieto adolescente. Cuando la película arranca, esta encantadora señora descubre que tiene los primeros síntomas del Alzheimer, está olvidando palabras.

¿Poetry es una película sobre el Alzheimer? No.

Paralelamente, Mija sigue trabajando, atiende a un señor también mayor que necesita alguien que lo asee en determinadas horas del día.

La rutina de la señora es alternada con su deseo de aprender a escribir poesía.

¿Poetry es una película sobre la Poesía? Tampoco.

Muy de refilón se sabe que una adolescente que va al mismo colegio que su nieto apareció muerta. La chica se suicidó lanzándose de un puente.

Chang Dong sigue mostrándonos imágenes de la vida cotidiana de Mija hasta que asesta su primer golpe SPOILER padres del colegio del nieto la llaman a una reunión urgente, son cinco padres de otros cinco chicos, que junto a su nieto violaban continuamente a la chica que se suicidó. O sea, son los responsables de la muerte de la chica. Con una frialdad exasperante se juntan para tratar de tapar el escándalo y salvar el futuro de sus hijos FIN DEL SPOILER

Imaginen ustedes qué harían con esa revelación. Imaginen. Yo lo imaginé.

Poetry te sigue mostrando paisajes lindos, una vida tranquila, un mundo que continúa moviéndose, pero está eso, eso del nieto, de la chica, del suicidio, de la muerte, de la responsabilidad, de la indiferencia, del deber, de la sangre que llama, de la vida bien vivida que tiene que llevarte hacia otro lado.

No es una película predecible. Conforme avanza se vuelve más difícil de ver, pero no podés abandonar a esa magnífica actriz que es Yun Junghee y que en la piel de Mija te lleva de la mano a través de esta truculenta historia.

SPOILER Me chocó mucho el esfuerzo que hacía la señora para que el chico hable, acepte la culpa o muestre una pizca de remordimiento sin que suceda nada. Por eso entendí lo que hizo FIN DEL SPOILER

Su final es uno de los finales más lindos y tristes que vi este año. Un final que te hace pensar y te hace sentir. ¿Te acordás de esas películas que cuando salís del cine no pasa nada? Poetry es todo lo contrario.

Lo mejor: Contada con una madurez digna de admirar Lo peor: esa cosa oscura que te deja La escena: la conversación con la madre de la chica muerta en la plantación de duraznos, y también el momento del juego del final Lo más falsete: … El mensaje manifiesto: Hay que estar a la altura de la circunstancias El mensaje latente: cómo duele lograrlo El consejo: para verla y tenerla como favorita El personaje entrañable: Mija El agradecimiento: por la delicadeza, por el pulso.

BURNING

Poetry fue lanzada el 2010 y Burning es la más reciente película de Chang Dong y actual representante de Corea a los Oscar por Mejor Película Extranjera.

En Burning habitan Murakami, Faulkner y The Walking Dead.

Esta película dura poco más de dos horas, la primera hora puede parecerte muy convencional, incluso podés fatigarte y empezar a murmurar «¿A dónde va esta huevada?».  Aguantás, necesitás darle una oportunidad, amás el cine coreano y además Steven Yeun es parte del casting, querés verlo vivo, querés quitarte de la mente su cabeza destrozada por el bate de Negan en The Walking Dead.

Chang Dong teje su trama con paciencia.

JongSu se muere por ser escritor y uno de sus escritores favoritos es el gran Faulkner, sin embargo, JongSu tiene que ganarse el pan trabajando como mensajero. Pertenece a una estrato socioeconómico que a duras penas llega a fin de mes, su papá tiene un problema con la justicia, su mamá lo abandonó y, en un mundo cada vez más individualista, el chico está muy solo.

Por esas casualidades, saliendo de una de sus entregas se reencuentra con Hae-mi, una vecina-amiga de la infancia, que le trae algo de luz a sus días. La chica es excéntrica, especial y también está muy sola. Lo más importante es que comparten un pasado, una vida recordada como más feliz.

Un día, Hae-mi le dice que va a viajar a Africa y que por favor le cuide al gato. A partir de ese momento, casi una hora después que ha comenzado la película, empezás a engancharte de verdad a lo que Chang Dong te quiere contar.

¿Existe el gato? ¿Dónde está? ¿Hae-mi volverá? ¿Qué está sucediendo?

Siéndole fiel a la ambigüedad del relato de Murakami, Chang Dong se atreve a ir más allá. Empieza a preocuparnos, empieza a incomodarnos, empieza a hacer lo suyo.

SPOILER Hae-mi regresa, pero lo hace acompañada de Ben, un joven millonario y misterioso. La historia va a un peldaño más abajo de ese inframundo en el que vivimos y acaricia el tema de las clases sociales y lo hace tan bien que se va convirtiendo en una densa nube. Todo lo que sucede a partir de ese momento te avisa que algo muy malo está pasando o va a pasar FIN DEL SPOILER

La psicología de los personajes está tan bien trabajada que podés intuir acciones o pensamientos de los personajes a pesar que la historia se vivencia desde la perspectiva de JongSu.

Con unas elipsis temporales manejadas a la perfección, Chang Dong nos deja un relato fascinante e hipnótico. El particular trío que se arma entre JongSu, Hae Mi y Ben, es una muestra de que la ficción permite estos hallazgos, este estudio de personajes, estos hilos uniendo una historia que nunca te revela su verdadero fin sino que te lo deja a tu interpretación.

Hay mucha soledad, mucho ego, mucha cosa rota y turbia en este Burning. Cuando leés los relatos de Murakami (Quemar Graneros) y de Faulkner (Incendiar Establos) quedás aún más fascinado por lo que el director coreano hizo con ellos. Es como esa secuencia maravillosa de Hae-Mi haciendo la pantomima de comer mandarinas. No ves las mandarinas, pero mierda que sabés que están ahí.

Lo mejor: otra gran película de Chang Dong   Lo peor: retorcida y jodida. La escena: la pantomima, la charla de quemar graneros, lo freak de los juntes con los amigos jailones, el baile de los hambrientos Lo más falsete:  … El mensaje manifiesto: Nada es lo que parece El mensaje latente: Es mucho peor El consejo: vela en idioma original subtitulada y luego léete los relatos, o viceversa, funciona igual El personaje entrañable: Hae Mi, Jung Su, el gato El agradecimiento: por Chang Dong y su particular visión de hacer cine.

CINE: Bohemian Rhapsody

Por: Mónica Heinrich V.

El trailer una belleza, como para ponerlo de ejemplo de todo lo que debe ser y vender un trailer aunque la película sea una huevada. O sea, qué cosa bella, me tenía con la vela prendida a la virgen de Urkupiña porque sufro de biopicfobia. Enfermedad provocada por las terribles experiencias en la sala de cine, ¿han visto lo que estos desgraciados suelen hacer con los personajes que recrean? y además, como que me daba asquito que esta película la dirigiera Bryan Singer (guácala) un pedófilo que no debería estar dirigiendo película alguna, pero sí…me entusiasmé con el trailer, así de bueno estaba.

Hay una primera versión de esta biopic que iba a ser protagonizada por Sacha Baron (Borat) y dirigida por Stephen Frears (Philomena, Victoria & Abdul) , aparentemente lo que ambos tenían en mente subiría los colores al rostro del público del siglo XXI, tal como a nuestro Freddy le gustaba. Baron quería una versión más oscura, nadar en las aguas densas del personaje, y darle un aura libertina a la película. Quería estar chuto y cogiéndose hasta a las macetas recreando las orgías desenfrenadas que Mercury organizaba. No sabremos nunca qué tan conveniente o artístico hubiera sido eso. Lo que sabemos es que en Bohemian Rhapsody no hay ni pirulines, ni nalgas al aire, casi no hay gays retratados de manera “buena”, ni Freddy Mercury at all, se decantaron por esa cosa blanda y sin personalidad que tenemos exhibiéndose en nuestra cartelera.

Freddy, ¿sos vos?

No hay una mirada aguda sobre el ídolo, sobre su entorno, sobre su persona, por no haber, no hay ni siquiera datos reales. Es un anecdotario alterado para el gusto popular del público conservador del siglo XXI.

No me malentiendan. Es claro que las biopics sufren siempre porque no pueden abarcar todos los detalles y matices que componen al personaje principal y que se toman licencias para hacer la historia más accesible, pero por lo menos suelen apegarse a la verdad. En este caso, muchachos y muchachas, casi todo lo que vemos en pantalla es una falsedad.

Freddy no conoció a su banda ni a su Mary Austin ni a su Jim Hutton como la película representa. Tampoco se peleó con Queen por hacer su disco como solista. Los análisis para saber si estaba enfermo no se los hizo por ver programitas de TV., el anuncio de su enfermedad a la banda se dio en condiciones distintas, la situación de rechazo hacia Bohemian Rhapsody por parte de la disquera tampoco fue como la presentan, en lo del Live AID la película manipula los tiempos para que creamos que esa histórica performance surgió de saber su padecimiento y reencontrarse con la banda, y no, no no, el diagnóstico fue posterior y la banda no llevaba años sin ensayos.  La versión de un Mercury disoluto que contrae SIDA por su frenético ritmo de vida mientras sus compañeros son hombres familiares, bien portados, tampoco es eral. O sea, se pasaron la verdadera historia de Freddy Mercury y la de Queen allá por las profundidades cavernosas y húmedas de los productores.

¿Gracias?

Chicos, ¿estamos en 1985 o en 1987?

Hay que decir que uno de esos productores es Jim Beach, alias Miami y que tanto Brian May como Roger Taylor participaron como consultores (!). De ahí que la imagen que se maneja sobre ellos sea tan limpia y pura.

Podríamos pensar que el proyecto le quedó grande al guionista Anthony McCarten, pero sospecho que McCarten que tiene en su haber la lacrimógena y rosa biopic de Stephen Hawking: The Theory of Everything y también el saludo a la bandera británica que supuso Darkest Hour, hizo exactamente lo que le pidieron.

Si llegaste hasta acá en la lectura de esta poco complaciente reseña, pensarás que no me gustó o que mejor dicho odié Bohemian Rhapsody. No. No, palomita blanca.

La música de Queen está tan por encima de cualquier cosa que escucharla en un cine y ver algunas escenas bien logradas de los procesos creativos, o de los conciertos que daba la banda, sí hacen que valga la pena verla. El corolario de emociones que la película intenta condensar en el concierto de Live AID, me pareció excesivo y facilista. Pero entiendo que se trató del clímax de la carrera de Queen y estuvo recreado con precisión.

El esfuerzo de Rami Malek (Elliot Anderson en Mr. Robot) por representar a Freddy también es loable, aunque para mí, está lejos de lo que exudaba el verdadero. Basta ver sus entrevistas en youtube, donde vemos a un Mercury menos afectado, menos frágil, menos estereotipo gay de lo que ha interpretado Malik.

Tu cara me suena

Hay partes de Bohemian Rhapsody que te conmueven, a pesar del artificio, quizás porque sabés qué pasará, porque amás las canciones de Queen, y porque hay todo un contexto histórico y social que envuelve el triste final de Freddy. Quizás por eso algunas lágrimas se escapan traicionando la razón.

Una pena que la memoria de Mercury haya sido reducida a un desfile de lugares comunes, con cierto tufillo aleccionador. Y lo peor, porque creo que incluso si fuera una ficción sin apego al personaje pero súper bien contada se aceptaría, la película carece de creatividad, ingenio, desparpajo, de marca propia, cosas que a Freddy Mercury le sobraban. Si no lo hubieran cremado, sin dudas, estaría pateando el cajón.

Lo mejor: hay momentos emotivos   Lo peor: tantas anécdotas súper interesantes de la vida de Mercury y de la banda, y estos crispines se inventan cosas al pedo. La escena: la recreación del concierto de LIVE AID Lo más falsete:  Cuando el Hutton falso le dice que lo busque cuando se guste a sí mismo. O SEA! otra muy mala: cuando hacen que el Mercury falso discursee que no quiere ser su bandera anti SIDA o su poster anti SIDA. O SEA! El mensaje manifiesto: Nothing really matters El mensaje latente: too much will kill you El consejo: The show must go on El personaje entrañable: Mercury El personaje emputante: el cerdo traidor de Paul, las sanguijuelas de la fama y la corrección política del filme El agradecimiento: por la música, por Queen, por Freddy.

CURIOSIDADES

  • Bryan Singer fue despedido como director de la película. El despido coincidió con el resurgimiento de sus escándalos por violación a menores. Aunque rumores apuntaron a que Singer estaba teniendo un comportamiento inaceptable en la filmación y  se desaparecía días dejando al director de foto a cargo de las secuencias. Además, trataba muy mal a Rami Malek, hasta le había lanzado objetos.
  • Mike Myers hace un cameo que es un guiño a Wayne´s world, película que usó Bohemian Rhapsody como parte de su soundtrack.
  • Sacha Baron abandonó el proyecto por conflictos con Briam May y Roger Taylor, quienes estaban en contra de que la película se centrara tanto en Freddy.
  • En la vida real, Freddy Mercury conoció a Jim Hutton en un bar gay. Hutton era estilista y tenía novio, por lo que rechazó a Mercury.
  • La ex esposa de Brian May se mostró disconforme en cómo la representaron en la película y pidió que recortaran las partes en las que aparece.
  • Paul Prenter, el asistente de Mercury que es presentado como el villano, murió de SIDA también en 1991.
  • Jim Hutton fue diagnosticado con SIDA en 1990, pero murió de cáncer en el 2010.
  • Freddy Mercury le dejó casi toda su fortuna y los derechos de sus canciones a Mary Austin. Mientras que a su pareja Jim Hutton le dejó alrededor de medio millón de dólares.

CINE BOLIVIANO: Muralla

Por: Mónica Heinrich V.

Escarbemos un poquito el contexto. En un inicio Muralla era solo una teleserie de exportación. El año pasado incluso se anunció que la producción de La entrega (su nombre de serie) estaba en conversaciones con NETFLIX para ser exhibida en su plataforma de streaming.

El tiempo pasó y de La Entrega se hizo un spin-off en la forma de un largometraje. A los cuatro meses de rodaje para la serie se sumaron tres semanas íntegras con el afán de sacar una película. Obviamente, aún veremos la serie más adelante con o sin NETFLIX. Mientras tanto, la versión película ya se estrenó y se puso a disposición de nuestros esperanzados ojos.

¿Qué podemos decir? ¿Qué puedo decir?

Empecemos por lo valorable, que siempre es “más mejor” decir lo que gusta y se disfruta.

El guion escrito por la escritora Camila Urioste, el director Gory Patiño y el actor principal de Muralla Fernando Arze, tiene una idea base con la que es fácil empatizar. No me molesta el cliché, o lo harto visto de la historia. Jim Jarmusch decía acertadamente que “Nothing is original”.

Coco “Muralla” Rivera (Fernando Arze) es un tipo al que solo le falta que lo orine el perro. Separado, con problemas económicos, su único hijo está internado en el hospital a la espera de un transplante. Por desesperación, toma la decisión de SPOILER vender a una niña que encuentra dopada en su minibus a la mafia que maneja la trata de blancas y con ese dinero salvarle la vida a su hijo. Obviamente, las cosas no salen como él espera y luego el remordimiento comienza a acosarlo. Ahí es cuando siente que debe recuperar a la niña que vendió e inicia una búsqueda sin importar las consecuencias. Una redención para este personaje golpeado por la vida FIN DEL SPOILER

Salta a la vista que Muralla sigue la fórmula comercial y por eso se vuelve más accesible, lo que a su vez conlleva que se genere una empatía en la platea por los tristes problemas que aquejan a este hombre, lo jodido de nuestra sociedad, y la problemática de la trata de blancas. Todo tratado muy por encimita, porque no olvidemos que es una película comercial no un documental ni una película de Haneke.

Gory Patiño, el director, comanda esta opera prima con un enfoque clásico y sin sorpresas. Lo que nuevamente no tiene nada de malo. Es una decisión, es una elección sobre el cine que se quiere hacer.

En lo personal, siento que hay aspectos un tanto limitados, como que la película nada en un limbo. El comentario social está tan maquillado y manipulado por la parte que pretende imprimirle ritmo a la historia, que nunca termina de adquirir cierta verosimilitud incluso tomando como válido lo ligero de su premisa.

Y ya, yéndonos al chancho, si queremos aceptarla como una película ultra-light de esas que en gringolandia podrían ser protagonizadas por un Denzel Washington (papá que toma de rehén un hospital para que le transplanten un corazón a su hijo en John Q.) o por un Andy García (policía que entra en conflicto porque un asesino done médula espinal para que su hijo sobreviva en Medidas desesperadas) tampoco lo logra.

Otro detalle es que se la vende como un vistazo súper profundo al tema, cuando en realidad no lo es y por eso mismo: lo que se ofrece y no recibís es lo que hace ruido.

Cuando termina, si querés reflexionarla te queda la sensación de que no es lo mismo explorar que explotar. Si no querés reflexionarla y la tomaste como un producto más para ir a matar tiempo, eso hiciste: mataste tiempo.

Aún así, no puedo decir que la historia es aburrida, al contrario, se sigue con facilidad. Las actuaciones están equilibradas entre sí, se podría discutir si hay escenas en las que faltaría o sobraría algo, pero no hay abismos de diferencia actoral entre personajes.

El final melodramático me pareció adecuado, SPOILER incluso en su exceso de fatalismo fue una buena decisión no resolver nada de las subtramas, porque en la vida real las cosas generalmente quedan irresueltas. Hubo algo que me conectó emocionalmente en esa “justicia” no divina, hubo algo. Capaz que deseaba que Coco Muralla muera sangrientamente. Tomando en cuenta que el desarrollo mismo de la trama lo viví con distancia, es rescatable que el final toque alguna fibra. Además, el final es lo que saca a la película un poquititito del lugar común donde tan cómodamente está casi todo el tiempo FIN DEL SPOILER.

Hasta ahí, esto podría ser una reseña sobre una película con la que se conectó o no, que gustó o no, sin mayores cuestionamientos que asuntos netamente subjetivos. Me podrían putear por mi mal gusto, por no saber valorar el esfuerzo, por no poder ver la brillantez o trascendencia de la propuesta, por no entender al cine nacional y abrazarlo con entusiasmo.

Pero vayamos a lo técnico que deja de ser una opinión y termina siendo un hecho.

Empezando la película, en el encuentro entre el personaje de Cristian Mercado y Fernando Arze se hizo un doblaje tan evidente que me fatigó. Los sonidos ambientales no eran continuos y el doblaje se mezclaba con el audio capturado in situ sin que exista la continuidad ni los foleys para que no se note el problema técnico. O sea, donde estaba doblado no soplaba ni el viento ni trinaban los pajaritos (por decir algo) para disimular que la voz se metió en estudio.

Imagino que para la mayoría ese detalle pasa casi desapercibido, pero quien escribe esta reseña piensa que lo técnico ya no debería ser un escollo en el cine boliviano, así que percibir eso en los minutos iniciales de Muralla significó un tempranero rompe-encanto.

La corrección de color tampoco tenía continuidad, el color iba y venía en cuanto a contrastes, siendo uno de los desbalances más notorios casi al final que aparecía una imagen lavadísima en comparación al estilo casi teñido que eligieron para el look visual de Muralla. Ni la corrección de color ni el etalonaje (look final) están a la altura de una película comercial-internacional cualquiera.

Por ese mismo problema de postproducción, hay cierta diferencia de calidad entre secuencias que me dicen que se filmó con varias cámaras de distintas resoluciones que no se llegaron a emparejar del todo.

Creo que una película nacional ya no debería batallar con lo técnico, es algo que tendría que estar previsto, estipulado, determinado, salvado, manejado, contemplado, ponga usted el adjetivo que más le agrade.

Porque acá, en nuestro canchón, podemos pensar que qué bonito y que casi ni se nota, pero eso que acá casi no se nota afuera no pasa el peaje.

De corazón, les ruego a las producciones futuras contemplar una buena tajada del presupuesto para una post-producción sin fallas y un exportado que vayan a la par de la propuesta internacional a la que se aspira.

Lo mejor: engancha y accesible para el público  Lo peor: a título personal, me parece que no llena los zapatos de una película comercial exportable ni tampoco de una con un comentario social destacable. Además, tiene problemas técnicos. La escena: el final Lo más falsete: la mágica aparición de la niña en el minibus, las forzadas apariciones del Aparapita, la muerte del personaje de Echarri, el flashback del penal El mensaje manifiesto: explotar no es lo mismo que explorar El mensaje latente: ya no debemos batallar con lo técnico  El consejo: invertir más en la postproducción… El personaje entrañable: la niña dopada y vendida El personaje emputante: pues al personaje de Arze le tuve cero simpatía. CERO.  No al actor que respeto, sino al personaje. El agradecimiento: por la música y el arte que estaban aceptables.

CINE: 7 Películas sobre/con/de fútbol

Por: Mónica Heinrich V.

Se acabó el mundial y el síndrome de abstinencia nos tiene trepando las paredes, para más desgracia SPOILER nunca supimos qué hizo el pérfido Luisito Rey con la sufrida Marcela o, mejor dicho, con el cuerpo de la sufrida Marcela FIN DEL SPOILER así que mientras tratamos de acostumbrarnos a esta nueva vida sin fútbol y sin las desgracias del Sol, decidí compartir una lista de películas relacionadas a la pasión de multitudes. Borges (tan noble él) describió al fútbol como: “Un deporte innoble, agresivo, desagradable y meramente comercial” y pucha que tenía razón, es eso y muchas cosas más.

1. Két Félidö A PoKolba / Two Half Times In Hell / Match en el infierno

Este es un peliculón húngaro. Vio la luz en 1961 y se filmó en blanco y negro. Los gringos, años más tarde, hicieron un refrito que comentaré más adelante.

El guion se basa en un hecho de la vida real: en 1942 y en plena segunda guerra mundial se llevó a cabo un partido de fútbol en Kiev entre soldados alemanes y sus prisioneros de guerra ucranianos, que en la historia quedó inscrito como El Partido de la Muerte. Se dice que cuatro jugadores de los que disputaron el Partido de la Muerte perdieron la vida en los campos de concentración, sin embargo, las muertes no estuvieron ligadas al resultado del partido. El director de cine Zoltán Fábric usó el incidente como inspiración para un guion que escribió en conjunto con Pétér Bacsó.

Su historia traslada la acción a la ocupada Hungría. Es la primavera de 1944 y se acerca el cumpleaños de Hitler, los altos mandos quieren agasajarlo organizando un partido de fútbol, para eso piden la colaboración de un preso que fue estrella de fútbol. Ónodi debe organizar una selección de presos para que brinden un buen espectáculo. El protagonista es un hombre duro y sin sentimentalismos, pide más comida y mejores condiciones de vida para que su equipo esté en buenas condiciones. Además, su amor al fútbol es tan grande que piensa entrenar a sus muchachos como si estuvieran jugándose la clasificación al Mundial. A lo largo del filme, acompañaremos el improvisado entrenamiento y nos preguntaremos angustiados cómo terminará todo.

Fábric cuenta su historia con una economía de recursos admirable. Tiene una construcción de personajes con los que enganchás fácilmente, una ambientación muy lograda, te creés totalmente la idea de una prisión paupérrima perdida en una zona alejada. Todo es sencillez, modestia y hasta humor. Hay escenas bellísimas como la de la cárcel cuando se ponen cantar con las ollas volcadas, ya cuando el partido se lleva a cabo todo es tan patético y triste que una parte tuya quiere que termine pronto. Lo que intuiste al principio se hace realidad y Fábric sabe que en la guerra no hay ganadores.

2. Phörpa / The Cup / La Copa

Esta película llegó inesperadamente en 1999 desde el reino budista de Bután. La dirigió Dzongsar Jamyang Khyentse Rinpoche (así de largo es el nombre del amigo) que estudió cine con Bernardo Bertolucci, que es monje y lama budista, y que supuestamente también se cree es la reencarnación de un santo del siglo pasado.

En La Copa todo parece verdad, porque señores: ES VERDAD.

El guion escrito por el mismo director recrea a unos adolescentes monjes refugiados en un templo del Himalaya, que están desesperados por ver la final de la copa mundial de fútbol 1998. No hay nada falso ni ficcional en ese argumento. Lo que vemos en pantalla es lo que pasó en la vida real. Los actores son en realidad monjes también. El templo no es una locación adaptada, las ansias por ver la final del Mundial tampoco se inventaron. Nuestro protagonista es fanático de Ronaldo (el famoso 9 brasilero), y su habitación tiene un pared con recortes de todos los astros de esa época (Petit, Romario, Zidane), una pared que él llama “mi santuario”. El chico se enfrasca en apuestas con los otros monjes sobre el resultado de la final y como no hay TV en el templo, ver el partido será la meta a conseguir.

El director es inteligente, porque aunque en apariencias es una muy linda historia de cómo el fútbol traspasa fronteras, idiomas o culturas, abajo de toda la parafernalia futbolera subyace una triste denuncia sobre la opresión que vive el Tíbet y sus difíciles condiciones de vida.

No es una película cuyo ritmo se equipare a las emociones de un partido de fútbol, es una película que intenta narrar de forma muy sencilla algunos aspectos no menos sencillos de las actividades en el templo, y de los personajes o intereses que se mueven alrededor de ellos.

La copa tuvo que resignar algunos aspectos para conseguir una distribución comercial, de ahí que aunque el tema político se intuye, la historia principal del niño que quiere ver la final toma un curso muy de película de Hollywood con un amañado mensaje sobre los buenos valores y las buenas costumbres.

Puede que por el ritmo corra a algunos espectadores, pero a mí sí me sacó más de una sonrisa con escenas como cuando el pequeño protagonista le muestra a otro compañero una foto de Ronaldo y le dice: “Él es Ronaldo, tiene la cabeza afeitada pero no es un monje”.

3.The Damned United / El nuevo entrenador

Tom Hooper es un director bastante funcional. Lo mismo puede hacer una biopic como El discurso del Rey, pasar a ese desastre de proporciones épicas que fue Los Miserables, y regresar con ese dramón reivindicador que supuso La Chica Danesa. Nos puede gustar o no gustar su trabajo detrás de la cámara, pero no podemos decir que filma mal.

Su primera película conocida fue The Damned United, anterior a todas las mencionadas y lanzada en el 2009. Se trataba de una biopic riesgosa, en el sentido que tenía que dar vida a un personaje ampliamente popular y polémico en Inglaterra, el legendario Brian Clough. Una suerte de Mourinho del siglo pasado.

Clough fue un DT que partió desde la segunda división con el Derby, un equipo al que no solo llevó a la primera división sino con el que consiguió vencer al Leeds, el equipo inglés por excelencia. Su meteórico ascenso y su muy comentada rivalidad con el DT del Leeds, Don Revie, llenaron los programas y la prensa deportiva de la época. Y luego, sucedió el milagro, el Leeds (ante la marcha de Revie para ser DT de la selección inglesa) hizo que Clough tomara las riendas del equipo al que tanto criticó como rival. Fueron tan solo 44 días, 44 días como DT del equipo más importante de la liga inglesa, con los ojos de la prensa y del país encima suyo, 44 días infernales. Esos días son los que la película aborda. Además, revisa también su relación con su asistente Peter Taylor con quien alcanzó los mayores logros de su carrera y con quien mantuvo rencillas varias en diferentes momentos de su vida.

A Brian Clough lo interpreta con maestría Michael Sheen un actor inglés cuya trayectoria es impresionante.

Esta es una película que sin duda disfrutará un fan del fútbol, porque de todas las mencionadas en esta lista, es de las que está más ligada al juego, a las dinámicas del fútbol como negocio, a las matufias de los jugadores, los dueños de los clubs y los entrenadores.

Hay una escena en la que el presidente del Derby le dice a Clough cuál es la realidad del fútbol: “El Presidente es el Jefe, después viene la Comisión Directiva, luego el Secretario, luego los hinchas, luego los jugadores, y luego, finalmente, de último, en la parte más inferior de la pila, lo más bajo de lo bajo, viene quien, al final podemos hacer todo sin él, el maldito técnico”.

The Damned United es entretenida y absorvente, está narrada en dos tiempos paralelos, muy bien fotografiada, recreada con elegancia, notablemente actuada, tiene humor, acción, violencia, una psicología de personajes interesante y hasta se convierte en una buddy movie.

En contra, diré que la película es demasiado amable con el bocón, soberbio de Clough. Nada se dice de su lado más oscuro, de su alcoholismo, de sus ataques de ira, de sus problemas con la plata y de las hondas diferencias con Peter Taylor que incluso terminaron con su amistad, más allá del final condescendiente de la película.

El trabajo de Hooper está basado en el libro homónimo escrito por David Peace (link del pdf que solo pude conseguir en inglés _The_Damned_Utd_-_David_Peace) en el que retrata al detalle a ese personaje hipnótico que resulta ser Clough, un poco menos edulcorado que su versión cinematográfica.

Me quedo con una de las líneas que Clough dijo sobre el fútbol y que nos serviría para echar barro en carretilla a algunas de las selecciones que participaron en este Mundial 2018: “El fútbol es un deporte hermoso y debe ser jugado hermosamente”.

4. Offside / Fuera de juego

Me simpatiza mucho el cine de Jafar Panahi, lo sigo desde su opera prima El Globo Blanco (reseñada ACÁ), me he visto toda su filmografía y siento que es ese tipo de director cuyo trabajo traspasa la pantalla cinematográfica.

Recordemos que Panahi estuvo encarcelado en Irán casi tres meses sin que se le pruebe delito alguno. Se le retiró su pasaporte y tiene prohibido salir del país. Más tarde se lo condenó a 6 años de cárcel por hacer “propaganda” contra el Estado y actuar contra su seguridad. También se lo inhabilitó para hacer cine y dar entrevistas durante 20 años. Lo de Panahi es, sin duda, una de las situaciones más tristes por las que está pasando un director de cine en la actualidad.

Panahi incomoda o, mejor dicho, el trabajo de Panahi incomoda, porque siempre, siempre se las arregla para mostrar esa realidad social feita que al Estado no le gusta mostrar.

Uno de esos trabajos incómodos fue Offside (2006) que filmó muy fiel a su estilo con toques de docuficción.

Una chica quiere asistir al partido Irán-Bahrain que definirá la clasificación de Irán al Mundial. Como en Irán está prohibido que las mujeres asistan a un estadio de fútbol o, en realidad, a cualquier exhibición de deporte masculino, la protagonista se disfraza de hombre, pero no es la única, otras mujeres han intentado colarse al estadio con resultados varios.

Panahi nos lleva de la mano de su audaz protagonista. Sentimos su deseo de ver el partido, vemos con impotencia los obstáculos que se le presentan.

Aunque para ella es muy importante, los guardias prohiben la entrada casi con desidia, lo hacen por cumplir órdenes o leyes, no porque realmente les importe que las chicas vean o no el partido.

La película cierra con un pequeño giro, Panahi se sirve de otro hecho real para imprimirle más dramatismo a su pequeña historia.

Offside se ve con ternura por la osadía de las chicas disfrazadas de hombres que en pleno siglo XXI intentan acceder a un estadio de fútbol sin éxito. También se ve con asombro o repulsión por el mismo motivo.

El hoy castigado Panahi con esta película hizo lo que ha hecho durante toda su carrera dijo que el rey estaba desnudo, y hasta puede que tuviera gonorrea o sífilis.

No es su mejor trabajo, al ser filmado sobre la marcha en el partido real que evoca, en el estadio real que evoca, hay cosas que están fuera de su control como algunos problemas actorales o un afán ingenuo, muy de discurso reivindicador.

Aún así, Offside cumple su cometido como reflexión, denuncia, indignación por la situación o el lugar que ocupa la mujer en Irán no solo en lo que atañe a los estadios de fútbol sino en general. Y, lo mejor, a pesar de que su exhibición fue prohibida en su país de origen, tuvo cierto efecto dominó que probablemente fue engrosando el expediente contra Panahi, un grupo de mujeres se empezó a mostrar en los partidos con letreros que decían: “No queremos estar Offside (Fuera de juego)”.

5. Diamantes Negros

Las historias de vida de algunos futbolistas que han surgido desde los barrios más pobres del mundo y sorteado las más traumáticas situaciones, nos han encantado. Quién no conoce los infortunios de Ribery, de Tévez, de Cuadrado, Balotelli, Teofilo Gutiérrez, Di María, Ronaldinho, Cristiano Ronaldo o Modric. Todos ejemplos de superación. Lo que no tenemos claro es cuántos se quedaron en el camino. Cuántos no lo lograron.

La película Diamantes Negros habla de esos 20.000 africanos que se calcula han sido llevados a distintos lugares de Europa por supuestos cazatalentos que una vez no conseguían dinero por ellos, los dejaban abandonados a su suerte.

Así es, el tráfico de niños en el fútbol.

Dirigida por el español Miguel Alcantud, la historia se focaliza en Moussa y Amadou dos amigos del mismo barrio de Mali que son llevados a Madrid bajo la promesa de que serán estrellas del fútbol profesional. Ambos apenas llegan a los 15 años. Los supuestos agentes los introducen ilegalmente al país.

Esa quimera de jugar fútbol en el Real Madrid o en el Barcelona se vuelve una pesadilla.

Sin un peso en el bolsillo, con la responsabilidad de triunfar (sus familiares y la gente del pueblo juntaron dinero para pagar cerca de 2.500 euros para que cada uno viaje), sin hablar el idioma, en condiciones absolutamente abusivas, estos chicos se enfrentarán con la otra cara del fútbol, esa que describía Borges.

Muy triste película. A nivel de dirección no es nada inspirada, transcurre con un tono muy de docuficción, pero sin los momentos que por ahí podría tener un director más talentoso como Panahi. Los actores son actores naturales, pero transmiten cabalmente la confusión e impotencia de sus papeles. Uno de los actores secundarios vivió en carne propia el periplo. El actor que sale de traficante de droga es Alassane Diakité, que fue captado en Mali y que al llegar a España pasó por muchas de las situaciones que la película recrea.

Cuando estaban filmando la película quisieron tener la colaboración de algunos equipos grandes de España, y a excepción del Valencia, los demás no quisieron tomar posición sobre las leyes que se violan en el país para permitir la entrada de jugadores menores de edad sin papeles en regla.

De todas formas, Alcantud tiene una mirada honesta que intenta huir de la pornomiseria y narrar con cierta distancia los hechos como tal, el modus operandi de los cazatalentos y la realidad de ese 99% de chicos que no lo logra.

6. Escape to Victory / Escape a la victoria

De John Houston existen películas más memorables, películas como El Halcón Maltés o Chinatown.

Victory fue filmada en 1979, y Houston ya era un hombre de unos 75 años, con un grave enfisema. El famoso director se involucró en esta súper producción con un casting encabezado por Sylvester Stallone, Michael Caine, Max Von Sydow, el Rey del Mundo: Pelé y parte de los mejores jugadores de fútbol de la época.

La trama se basa en la misma anécdota que la película húngara Two Times Half in Hell, a eso le agregan otra subtrama que es demasiado similar a The Great Escape, protagonizada por un muy americano Steve McQueen.

Pues más allá de ver a Pelé y a jugadores de fútbol memorables, la película orbita alrededor del emputante Hatch personaje de Sylvester Stallone como una continuación de su estampa heroica de Rocky (1976) y una previa de su poder contra las fuerzas del orden de Rambo (1982).

Sí, sí, sí. Los gringos y el pobre Houston se esmeraron en todos los perendengues que recrearon el ambiente de guerra de 1944, las barracas de los prisioneros, los nazis, etc., pero en ningún momento te creés que esos hombres fornidos, musculosos, con un físico que no ha estado sometido a ninguna privación estén pasando necesidades por ser prisioneros de guerra.

El actorazo que es Max Von Sydow juega a ser un comandante Nazi que tiene más corazón y buenas intenciones que la mismísima Heidi de los Alpes suizos y que producto de su pasado de futbolista y en una visita a un campo de prisioneros, ve al personaje de Michael Caine liderando un partido de fútbol y se le ocurre armar un encuentro profesional contra un equipo alemán. Hay hasta tiempo y ganas para montar la típica historia de amor. El partido, en sí, resulta bastante cumplidor sin que te alborotés o emocionés en ningún momento y me parece que se desperdician a los jugadores profesionales en tomas más bien convencionales y sin chiste.

Esta es una película muy gringa, con un guion triunfalista y complaciente escrito por Evan Jones y Yabo Yablonski que cuatro películas más tarde desaparecerían definitivamente del espectro de los guionistas.

7. Messi

A Alex de la Iglesia no le gusta el fútbol, y aceptó hacer este documental sobre Lionel Messi por encargo, para salir de su zona de confort.

Messi, entonces, resulta un concepto algo lejano para De la Iglesia. Quizás sea por eso que su trabajo está tan exento de lo que el fanático de Messi busca: una profundización de la persona detrás del jugador.

Además, hacerlo en el 2014 y quizás en uno de sus mejores momentos como jugador, resultó un homenaje en vida un poco apresurado.

Este documental no sería lo mismo si indagara en su fracaso con la selección argentina en este último mundial, o si investigara los rumores que ponen a Messi como el tipo que junto a su grupete de amigos ha corrido a siete directores técnicos de su selección. Ya sea para confirmar o desmentir las huevadas que se dicen de Messi cada vez que Argentina pierde un partido.

De la Iglesia, y quien le encargó el documental, no mostrarán el lado difícil de la existencia de Lionel, sino sus logros, lo que para un fan está bien pero que no termina de redondear una vida con muchos más matices que: “es el mejor jugador del mundo”.

Por otro lado, a mí sí me gustó la idea de juntar a personajes reconocidos del fútbol en un restaurant y dejar que charlen entre sí sobre Messi.

Menotti, Sabella, Piqué, Mascherano, Iniesta, Cruyff, ex directores técnicos de su niñez, de su adolescencia, compartieron anécdotas, opiniones, reflexiones sobre el famoso 10. Incluso se ve al periodista Jorge «Topo» López, que meses después moriría en un accidente de tránsito cuando cubría el mundial Brasil 2014.

También me gustó escuchar a sus amigos de infancia, a sus profesores, aunque aportaron datos más bien banales. Al final, descubrís que después de tanto cariño desplegado en casi dos horas de documental casi todos han perdido el contacto con el ídolo.

Las charlas en el restaurant se intercalan cronológicamente con imágenes de archivo, y con dramatizaciones cuando mucho correctas que intentan recrear una historia de vida que se ve bastante tranquilita. A resaltar a los actores que hacen de Messi niño y adolescente. Muy, muy parecidos.

Una de las figuras centrales en la vida del jugador es su abuela Celia a quien siempre le dedica sus goles en cancha, ese es uno de los puntos más emotivos de un documental que está pensado y ejecutado para loar a Messi.

Creo que este documental puede gustar a los fans incondicionales, pero también producirá cierta perplejidad a aquellos que han seguido a Leo desde siempre y no encontrarán nada nuevo en este recuento.

El trabajo de De la Iglesia quiso acercarse al jugador desde la opinión de los demás, de personas que de alguna manera han formado parte de su vida. El problema es que ellos piensan que Messi es un genio y eso, queridos míos, ya lo sabemos.

CINE: SICARIO 2: Día del Soldado

Por: Mónica Heinrich V.

Profe, Jefe, Amigos de todas partes…hay dos poderosas razones para ver esta película: Benicio del Toro y Manuel García Rulfo. Lo que ambos hacen con sus personajes, vale el precio de la entrada, las dos horas que estás en la butaca, los obvios problemas discursivos del guion y aguantar los berrinches de Isabela Moner como Isabela Reyes.

Siento dolor por lo que la industria ha hecho con Denis Villeneuve, un director que de no haber cruzado la frontera gringa vaya a saberse qué tipo de películas nos estaría dando desde Canadá. Sin embargo, siento admiración por lo que Denis Villeneuve ha hecho con la industria, logrando sacar adelante hasta la huevada más disparatada. Gracias a él es que Arrival no es el chasco que podría llegar a ser y gracias a él es que la anterior Sicario (reseñada ACÁ) tuvo su momento de gloria, a pesar de un guion súper flojito.

Tenía mis dudas de cómo resultaría este Día del Soldado, la nueva aventura en la frontera mexicoamericana, sobre todo porque ya no está Villeneuve en la dirección sino el italiano Stefano Sollima cuyo currículum es haber dirigido series de relativo éxito en Italia.


El actor Taylor Sheridan continúa a cargo del guion. Debutó como guionista en la primera Sicario y luego hizo su segundo guion para esa linda película que fue Hell or High Water (reseñada ACÁ). Hay que decir que todos los guiones de Sheridan hasta la fecha tienen importantes problemas de verosimilitud. Día del Soldado no cambia esa estela.

Esta vez, y para no perder el hilo coyuntural, Sheridan se da mañas para crear un nexo entro los carteles y los “loquitos” musulmanes terroristas. Sí, sí, los grandes enemigos de Trump en una sola película.

La primera escena nos muestra a un musulmán que huye en el desierto perseguido por la policía fronteriza y que se hace estallar entre rezos y alabanzas. En la segunda secuencia un atentado sucede en un supermercado americano. Múltiples loquitos musulmanes se inmolan generando terror y shock.

Ellos, tan capaces

Hasta ahí me preguntaba qué carajos estaba pasando y si me metí en la sala equivocada, porque claro, esperaba narcos y mojados. Ni más ni menos. Cuando aparece Matt Graver (Josh Brolin) te das cuenta que sí, que es Sicario y que en los primeros minutos de la película escucharás en boca de un africano que trafica personas y otras cosas decirle al gringo que lo está torturando psicológicamente “Esto es un bluff. Vos sos americano. Ustedes tienen demasiadas reglas”. A ver, a ver…o sea, A VER. Ahí se resume la ingenuidad el guion y de lo que el guionista espera generar en su audiencia.

En los siguientes minutos el tal Graver que se ha pasado todas las reglas del mundo allá por donde la espalda pierde su bello nombre le dice a Alejandro (ídem en su desapego por las reglas)  que no habrá reglas.

El mismo poster vende esa fantasía: ESTA VEZ NO HABRÁ REGLAS. Parece que estos crispines se olvidaron que vimos la primera Sicario y que aun la recordamos.

NO hay ninguna razón lógica para que el personaje de Brolin crea que los carteles están ayudando a los terroristas a cruzar la frontera hacia USA. NO hay ninguna razón lógica para que los carteles quieran hacerlo. NO hay ninguna razón lógica para que si fuera así se decida encender una guerra entre los carteles para “eliminar la amenaza”. NO hay ninguna razón lógica para que Graver necesite la “ayuda” de Alejandro (Benicio del Toro). NO HAY NINGUNA RAZÓN, excepto darle la razón a Trump de que el pinche muro es necesario y la posibilidad al personaje de Benicio de matar un montón de mexicanos.

Ahí les voy, perros

La guerra contra las drogas es una excusa, un efecto (tal cual en la primera entrega) para que veamos al antihéroe Graver trabajar junto al otro antihéroe Alejandro e intentar equilibrar la película para que en un momento dado sintamos simpatía por Graver, por Alejandro, por la hija del capo, y porque las cosas se solucionan en las sombras, limpiando las partes feas de la Gran América, que casualmente están llenas de latinos.

Hay que reconocerle a Sollima su pulso, su elegancia para filmar todo el zafarancho, y que junto con el director de fotografía Dariusz Wolski (Prometheus, The Martian) consiguen momentos que hacen que la chafez discursiva pase a segundo plano y disfrutés sin buscarle el pelo a la leche de secuencias impresionantes como la de Benicio del Toro en el bus y su careo con el personaje de Manuel García Rulfo.

No me jodan, cabrones

Está tan bien trabajada en cuanto a climas y personajes principales, que cuando se acaba querés saber qué va a pasar YA. Ese es un mérito enorme, en una película que como dije tiene problemas narrativos y discursivos.

Sollima consigue una secuela digna de su antecesora en general (discurso, climas,) un poco más banal que la primera por la falta del borrego ingenuo que era el personaje de Emily Blunt, pero para los fines que la película busca es bastante resultona.

Una pena que al guionista no le alcance para romper el status quo e ir un poquito más allá de su respectiva frontera ideológica.

Lo mejor: poderoso envoltorio (repito lo mismo que en la primera entrega)

Lo peor: guión tonto y condescendiente (repito lo mismo que en la primera entrega)

La escena: la del bus y la de la cantera…

Lo más falsete: las razones para lo que hacen, tomarse el trabajo que se toman con la chica, la resucitada, el giro de Alejandro onda El Profesional, el giro de Graver para con el destino de la chica, etc..

El mensaje manifiesto: Narcos y loquitos musulmanes un solo corazón

El mensaje latente: la solución es «limpiarlos» o hacer que se «autolimpien»

El consejo: para verla por Benicio y por un par de buenos momentos.

El personaje entrañable: el sordomudo.

El personaje emputante: Isabella, Matt, casi todos.

El agradecimiento: por un par de secuencias de lujo.

CURIOSIDADES

Isabela Moner, la actriz que interpreta a la hija del capo Isabela Reyes, es nacida en USA de madre peruana.

Moner es la misma actriz que vimos como la niña protagonista en la última e inoficiosa Transformers.

Isabela se cortó realmente su pelo para la escena de la película…

Tanto Benicio del toro como Brolin salen juntos en Guardianes de la Galaxia.

Alejandro (Benicio del Toro) le da a Isabela un nuevo nombre para pasar desapercibida: CARINA…Carina también se llama la asistente de su personaje en Guardianes de la Galaxia.

La tercera parte no será dirigida por Sollima que ya se encuentra inmerso en Call of Duty.

El guionista dijo sobre su nuevo guion: «Diez veces más realista, más violenta y realmente reflexiva… Es divertido que mucha gente crea que Sicario va sobre la guerra de la droga y los cárteles. No es así. Es una película sobre la política americana y sobre cómo controlamos y [Sicario 2] es eso con esteroides»

CINE: Jurassic World: Reino Caído

Por: Mónica Heinrich V.

El buen J.A. Bayona está lejos, muy lejos de sus inicios. Todavía recuerdo con acuosidades oculares su opera prima: El Orfanato, que ignoro porqué no reseñé pero que me dejó hondas y confusas emociones.

Permítanme un segundo.

De ahí, alguien en Hollywood pensó que el español estaba para bailar en otras pistas y zas, lo importó hacia tierras gringas y le dio la dirección de Lo Imposible, la huevada esa del tsunami con Naomi Watts. Ok. Estuvo intensa, pero era el 2013 y ese año salieron cosas como Amour (reseñada ACA), Bestias del Sur Salvaje (reseñada ACÁ), La vida de Pi (reseñada ACÁ), Django (reseñada ACÁ). No hay mucho que explicar, el artificio de Lo Imposible hizo imposible tomarla más en serio.

Bayona siguió en lo suyo, dirigió un par de episodios de Penny Dreadful y el 2016 regresó a la pantalla grande con la lacrimógena A Monster Call, película que estaba bellamente filmada pero no, no, no, mi mente no es muy empática (a veces) con la prefabricación de líquido salado, y le gritaba a Felicity Jones “MORITE DE UNA VEZ”.

Esas han sido hasta ahora las aventuras cinematográficas del director español. Este 2018, abandona su evidente carrera hacia el Oscar y cumple un sueño. Porque en su lista del Bayona niñoquequiereserdirectordecine había puesto como meta en la vida: “Trabajar con Steven Spielberg”. Ajá. Esas son las consecuencias de ser adolescente en los noventas.

Entonces se nos subió al barco de la película pipoquera, a Jurassic World: Reino caído, sin otra aspiración que meter dólares a la caja registradora y ponerle mascarilla de oxígeno a una franquicia agotada. De hecho, hace tres años escribíamos sobre la película que presentaba a los nuevos personajes del mundo jurásico (ACA) y decíamos estar ante un cuerpo en paro cardiaco con necesidad de desfibrilador.

Y aunque Bayona esté lejos de sus inicios, sorprendentemente logra una película que es pie para que en un futuro y con los dinosaurios como machos/hembras alfas de este triste, pequeño y jodido mundo humano, la cosa se ponga más interesante. Hola, Planeta de los dinosaurios I, Planeta de los Dinosaurios II y Planeta de los Dinosaurios III.

El guion de Derek Connelly (Safety Guaranted, Jurassic World, Kong Skull Island) y Colin Trevorrow (Safety Guaranted, Jurassic World) toma al mejor personaje de la anterior entrega y lo vuelve protagonista: nuestra pequeña y amada Blue es principio y fin del argumento.

Resulta que Claire (Bryce Dallas) dejó sus tacones y sus aires de grandeza en la anterior película, ahora es una mujer sensible, comprometida con el medio ambiente y con los adorables dinosaurios. Mientras el resto del mundo los quiere exterminar, ella está ahí como activista, peleando por su destino.

La tipa recibe la llamada de un don millonario (interpretado por el gran James Cromwell) que le dice que antes que un volcán entre en erupción hay que salvar a la mayor cantidad posible de especies para que los dinosaurios no se extingan. En especial quieren poner a buen recaudo a la señorita raptor (¿raptora?) Blue, que es codiciada por su viveza criolla y alto coeficiente intelectual. No olvidemos que en la anterior película dejaron a los bichos botados en una isla.

Obviamente, Claire no puede ni debe ir sola, así que arma un equipito y va a buscar al menso que hizo que la mitad de los Avengers se hagan cenizas, sí…ah, bueno, es otra película pero el mismo actor: Chris Pratt hace de Owen, el que entrenó a Blue y que por lo tanto es necesario para que la princesa se deje atrapar.

¡Cuidado Blue! la gente puede ser muy mala

Hay mucho pim pum pam típico del género y de la franquicia: sombritas de dinosaurio o de garritas, hocicos llenos de dientes a punto de comerse a alguien o comiéndose a alguien, momentos en los que ¡OH, Sorpesa! vinimos a salvarlos y ellos nos salvan a nosotros, autohomenajes a la saga, etc.. Pero así como hay mucho pim pum pam que se cae cual manzana podrida de un árbol de tanto que lo hemos visto, hay momentos tan bien logrados que pensás en Bayona, en sus inicios y en que ojalá alguien le de un buen guion para que termine de lucirse como se merece.

Un ejemplo de esos grandes momentos SPOILER cuando se alejan de la isla que está a punto de destruirse y vemos al dinosaurio en la orilla entre el humo y el fuego, haciendo sonidos antes de morir. Una parte de mí se quedó con ese dinosaurio SPOILER FIN.

Permítanme otro segundo.

La conexión emocional con Blue, también está bien construida, y a pesar que el argumento tiene (para variar) baches e inconsistencias, El Reino Caído se deja ver.

Si hablamos de la coherencia de la saga, no es novedosa ni trata de ser más oscura que sus antecesoras, es una película “familiar” a pesar de las amenazas de muerte, de la muerte y de que el ser humano se comporta como ningún ser humano debería comportarse jamás. Su versión madre de 1993 supuso un desafío en cuanto a efectos especiales, diseño de producción y la presentación de un mundo hasta ese momento poco explotado, después de 25 años parece que hay poco o nada más por descubrir. Se siguen repitiendo las temáticas vistas en todas las entregas de la saga: científicos poco éticos, millonarios que quieren apropiarse de los bichos, manipulación genética para usufructuar a los bichos, encariñamiento con los bichos, etc….

Aquí, casual, contemplando la obra de los humanos

Oscar Faura, el habitual director de foto de Bayona, embellece una película simplona, repetida, sin pies ni cabeza, pero efectiva. Llegado el final te dan ganas de meterte a la película y apretar el botón. “APRIETEN EL BOTÓN, MALDITOS”.

Nuestro corazón animalista mirará con simpatía el salvataje de los dinosaurios, glorias perdidas de una época de la que no tenemos memoria. Nos encantará verlos correr y volar a sus anchas. Mientras tanto, nuestro corazón cinéfilo seguirá pensando en los inicios de Bayona, en su talento aun no explotado del todo y deseará que nos entregue más pronto que tarde su gran película americana.

Lo mejor: BLUE Lo peor: un guion flojito que hace aguas por varios lugares La escena: el dinosaurio que se queda a la orilla de la isla esperando su muerte y todas las escenas donde aparece BLUE Lo más falsete: el proyecto de rescate, el proyecto de venta, el proyecto del otro rescate El mensaje manifiesto: qué jodidos somos El mensaje latente: los animales nos superan en muchas cosas El consejo: está mejor que la anterior, puede que la disfrutés El personaje entrañable: BLUE, cómo te amo Blue El personaje emputante: Los malos malosos, la boluda de Clarie, el IMBECIL que hizo que parte de los Avengers se convirtieran en ceniz…ah sí, es otra película. Pero igual, OWEN también se lleva el reconocimiento de emputante El agradecimiento: por Blue, salud y larga vida.

CURIOSIDADES

Se ambienta cuatro años después que su antecesora.

Su protagonista Chris Pratt anticipó su fichaje por la saga de los dinosaurios en 2009 mientras grababa un capítulo de la serie Parks and Recreation. Se filmó a sí mismo mandándole un SMS a Spielberg suplicándole que lo fichara para una de las películas. Dicho y hecho.

Primera película de la saga que tiene una escena post-créditos. Quédense hasta el final, chicos.

Es el quinto filme de la franquicia que comenzó con Jurassic Park y el segundo de la saga Jurassic World.

Hablando de los inicios de Bayona, el código del ascensor (ese que Maisie recuerda y utiliza para ir el sótano) hace referencia al título de un cortometraje del guionista de ‘El orfanato’, que es “7337”. Sergio Sánchez, que más tarde escribió la primera historia que Bayona llevaría a la gran pantalla, estrenó este cortometraje en el año 2000.

Aproximadamente 2,500 niñas hicieron casting para el rol de Maisie.

Bayona se ha convertido en el primer director español que supera los 1.000 millones de recaudación con una película gracias a Jurassic World Reino Caído.

Spielberg eligió personalmente a Bayona para dirigir esta cinta.

Algunas ideas de Chris Pratt fueron incorporadas a la película.

1 10 11 12 13 14 47
Go to Top