LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE: The power of the dog/El poder del perro

Por: Mónica Heinrich V.

Parece que los gringos se dieron cuenta recién que los Globos de Oro eran amañados. Actores y actrices cuyos agentes expertos en lobby sabían qué wiskis o cuñapés mandar a los capos de la industria, o cuyos estudios hacían la gran Emily in Paris (invitar a los votantes a un hotel de lujo en París todo pagado, con distintas recreaciones incluidas) se mostraron sorprendidísimos porque el mundo había sido un lugar gris (mejor dicho: demasiado blanquito) y hostil.

Déjenme sacarme el barbijo para gritarles: No, mis cielas. No les creo nada.

Pero, bueno, no quiero hablar de todos los festivales y concursos o premios cinematográficos o literarios o musicales en los que se hace y se hará lo mismo, mejor centrémonos en lo importante: El domingo, The Power of the Dog ganó tres de esos amañados/cancelados premios: Mejor Película Drama, Mejor Dirección, Mejor actor de reparto.

La espalda de la masculinidad tóxica

The Power of the dog se basa en la novela homónima de Thomas Savage. La novela se publicó en 1967, pasó sin pena ni gloria, vendió pocos ejemplares hasta que el 2001 fue re-editada y re-valorizada. Ese ReRe llegó hasta Jane Campion. A Jane la conocemos por esa elegante y estilosa película que es The Piano. A Jane, después de ganar Cannes por The Piano, le ofrecieron un culo de plata para hacer películas hollywoodenses. A Jane, un agente le recomendó que no lo haga, que la destruiría. A Jane se le ocurrió probar (Holy Smoke) y odió la experiencia. A Jane se le reveló que nunca más haría nada en lo que no se sintiera comprometida.

Es así que Jane leyó The Power of the Dog y se quedó con una imagen en la mente: Peter caminando orondo delante de un montón de tipos que le gritaban marica. Y ahí se sintió comprometida y ella misma adaptó la novela a un guion.

No cabe duda que la versión cinematográfica de The Power of the Dog es visualmente preciosa, de lo mejor que vi este año. La cámara de Ari Wegner (a quien ADORÉ en The True Story of the Kelly Gang) nos lleva de la mano por esos paisajes áridos. Hay muchos primeros planos que ayudan a construir los personajes y los climas. Las pausas, la banda sonora compuesta por Jhonny Greenwood (Radiohead), todo está puesto en el momento justo. Jane mantiene esa elegancia que le vimos en The Piano, es una directora de atmósferas que sabe contar lo que quiere contar.

la cara de la masculinidad tóxica

Recapitulemos con Spoilers: Es 1925. Phil (Benedict Cumberbatch) y su hermano George (Jesse Plemons) se encargan del rancho familiar. Phil ha abrazado su labor/imagen de ranchero o machomen con entusiasmo al punto que casi ni se baña y tiene unas actitudes de mierda con los que lo rodean. En la dupla, la figura dominante es Phil, y George siempre es disminuido al término “Gordito”. A diferencia del estilo rudo de Phil, George es delicado y sumiso. La cosa sigue su curso natural hasta que George posa sus ojitos gorditos en Rose (Kirsten Dunst). Rose es viuda y administra una fonda acompañada de Peter (Kodi Smit-McPhee), su hijo que apenas está saliendo de la adolescencia. Phil desprecia a Peter a quien encuentra afeminado y a Rose a quien considera poca cosa para ser parte de la familia. Eso no frena al gordito que termina casándose a escondidas para llevarse a Rose y a Peter a la casa familiar.

De ahí, suceden varias cosas. Por un lado, Rose recibe un bullying constante de Phil, aunque siendo honestos tampoco es lo peor que un tipo como Phil podría hacer. Eso la lleva a empinar el codo para tratar de aplacar o sobrevivir a sus infelices días. El gordito no se da cuenta de nada y la mayor parte de la película se la pasa por ahí con un solo estado: buenudo. Peter, el hijo “afeminado” que desaparece de la película un buen rato porque en la historia se va a la universidad (quiere ser médico) regresa para notar todo lo que el gordito no nota. Luego pasan más cosas. Para mí ese celebrado final fue demasiado anunciado, y cuando la película terminó quise sacarme algunas dudas de encima, así que me descargué el libro que pueden leer acá: El poder del perro – Thomas Savage.

damisela en apuros

En la película, segundo UNO, la voz de Peter nos dice que salvará a su madre, porque sino ¿qué clase de hombre sería? (uno que no es asesino ¿tal vez?) En la novela, entramos al relato con: “Phil siempre se encargaba de la castración”. Hay una diferencia sustancial en cómo empezar la historia. En la versión de Jane ya me anunciás lo que va a pasar, ya mi mente sabe que Peter hará algo, y por el tono deduzco que será turbio. En la versión de Savage hay otro tipo de sutileza.

Mi mayor problema con la historia fue el final, la narrativa de Jane Campion lo convierte en una especie de final feliz o de astuta venganza. Me hizo ruido. Ya estoy un poco cansada de que las injusticias que se plantean en una historia de abuso sean resueltas con un asesinato gratuito y que además se celebre. Me pregunté si en el libro, un bullying de mediana intensidad era motivo suficiente para que Peter tomara tales determinaciones, y si tales determinaciones se afrontaban con tanta liviandad.

Y la sorpresa que me llevé es que no. En la novela, Phil también está involucrado indirectamente en el suicidio del padre de Peter. Hay toda una secuencia inicial que nos relata cómo un Peter niño ve a su padre borracho siendo vilipendiado por la gente del pueblo y cómo Phil, en concreto, lo humilla un par de veces. Es evidente que incluso dentro del relato de Savage, la figura del papá de Peter es errática y débil, por lo que concluimos como lectores que, si bien Phil tiene cero empatía y hace gala (una vez más) de su masculinidad tóxica, tampoco podríamos decir “se suicidó por su culpa”. En todo caso, Peter (como personaje) sí podría guardar ese recelo, o Rose, por lo que quedaría más y mejor explicado, cómo ella cae tan rápido en la bebida y parece incapaz de sobrellevar esa nueva vida. Se entiende más, también, el rechazo de Phil a ambos.

Tóxicos everywhere

Hay otras diferencias que me parecen notables. Las alusiones a Bronco Henry son más sutiles, la homosexualidad de Phil es más sutil. En ese sentido, Phil, tal cual está construido en su versión literaria, no tendría el altar de Bronco Henry con su montura, porque va en contra de esa cosa sentimental que tanto ha intentado evitar. Peter, por su parte, es más retorcido en el libro, su placer en las disecciones de animales es oscuro: tenemos claro que hay un problema en el chico. Sociopático, psicopático, lo que sea. Bajo esos detalles, el final no se antoja a final feliz.

En lo que más discrepo (aunque respeto esa mirada) es en argumentar que El poder del perro es una especie de deconstrucción masculina o de ensayo feminista solo porque lo dirige una mujer o porque hay un machomen exhibido o «derrotado». De un tiempo a esta parte, estos personajes que tienen obvios problemas mentales, son usados como ejemplos de narrativa deconstructiva. En realidad, la historia, tanto la literaria como la cinematográfica, se centra en los arquetipos de siempre: Un machomen abusivo , la damisela en apuros que será rescatada en un inicio por George que se casa con ella y la saca de su vida modesta y luego por Peter que termina asesinando a quien la acosa. La felicidad parece ser una pareja besándose bajo la luna.

Se va a caer, se va a caer

Si uno lo analiza bien, incluso Phil, el villano gay, es una víctima. ¿Acaso Phil, en los años 20s, criado en un ambiente de machomens, que nunca aceptaría su amor por Bronco Henry, no intentó toda su vida encajar con lo que le enseñaron que era un hombre? ¿No llevó al extremo su rechazo propio, el miedo a su propia homosexualidad? En la novela se insinúa que los padres de Phil tienen una discusión de origen desconocido con él y ese es el motivo por el que dejan el rancho. Quizás esos matices son los que extrañé de la versión de Jane. Una versión que se nutre de la fórmula del melodrama más común del cine.

Es evidente que lo literario y lo cinematográfico son dos lenguajes distintos, y que es imposible condensar en dos horas una novela como la de Savage sin dejar nada en el tintero. El trabajo que hace Jane Campion sobre lo central de la historia, está. Y, además, lo presenta de una manera tan bella y con actores tan compenetrados en sus roles, que uno como espectador valora la experiencia. No importa si para el ritmo del relato George o Peter desaparecen de escena a antojo o si los encuentros entre Rose y Phil son forzados, o si la secuencia con los indios es condescendiente, el giro final consigue los aplausos que corresponden.

Hola, Phil. Vengo a ofrecerte un poco de Antrax vengativo.

La película cierra (antes del beso bajo la luna) con Peter, Biblia en mano leyendo el famoso Salmo 22:

¡Libra de la espada mi vida, mi alma solitaria del poder del perro!

Jane dijo en una entrevista que el perro son los impulsos, lo oculto que llevamos dentro. Quise entender mejor el contexto de la frase y abrí la Biblia. Los salmos son escritos por David, el famoso David de David y Goliat. El poder del perro hace referencia al poder de los enemigos del Rey David, los mismos que crucificaron a Cristo. El perro era lo que amenazaba sus vidas, ese otro que significaba muerte o destrucción. En la novela, el perro era Phil. Así lo dice el autor al final del libro sin muchas florituras. 

Puesto que ella ya era libre, gracias al sacrificio de su padre y al sacrificio que él mismo había podido hacer a partir de un conocimiento que había adquirido en los grandes libros negros de su padre. El perro estaba muerto.

Lo mejor: visualmente perfecta Lo peor: que la película diluye algunas decisiones con liviandad y celebra lo que en la novela tiene un tono más turbio. También: La muerte del conejito La escena: la caminata de Peter cuando todos le gritan marica. También: La muerte del conejito. Lo más falsete: las escenas poco sutiles del homosexualismo reprimido de Phil El mensaje manifiesto: la venganza sí es dulce  El mensaje latente: el final feliz es debatible El consejo: para ver y disfrutar del talento de Jane Campion y su solvente casting El agradecimiento: por la gran cámara de Ari. 

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