CINE ESPAÑOL: Verano 1993 (Estiu 1993)
Por: Mónica Heinrich V.
Me pasó algo raro. No es la primera vez, pero tampoco es que suceda mucho. Verano 1993 es de esas películas que crecen en tu recuerdo y que te emocionan más en un segundo visionado o después de varios días de haberla visto.
No supe lo mucho que me había tocado hasta que se la quise contar a compañero de butaca, y se me quebró la voz, se me escaparon algunas lágrimas solo recreándola para otra persona.
Porque a primera vista la ópera prima de Carla Simón es una película chiquita, sencilla, hay hasta quienes dicen que ahí no pasa nada, que todo es muy lento y sin chiste, que tiene una cosa casi documental que nunca arranca.
En mi caso, admiré su economía de recursos desde el primer segundo. La escena de año nuevo en la que una pequeña niña abandona la ciudad entre fuegos artificiales y se va a vivir al campo me pareció mágica.
Poco a poco descubrimos que nuestra protagonista, Frida, ha perdido recientemente a su madre y que la acogerán en un nuevo hogar como última voluntad de su progenitora.
La historia tiene puntos de inflexión muy bien puestos, recién a la media hora se asoma una pista, la niña se hiere la rodilla en un parque y la amiga de su tía corre a agarrar a su compañera de juegos y le dice que no la toque, que nunca toque a Frida. Un despliegue de histeria maternal nos abre la puerta a otro universo.
Frida tiene seis años y es huérfana de padre y de madre ¿cómo lidia una niña con la muerte, con la orfandad, con enfermedades sin explicación?
Eso es 1993, y es el primer verano de la nena con su nueva familia.
SPOILER
La directora Carla Simón también debuta como guionista de largometrajes, un guion personalísimo ya que lo que vemos en pantalla es su propia orfandad, sus padres muertos víctimas del SIDA y ella, en su niñez, afrontando el descubrimiento de todo eso.
Esta es una película que pudo hacer de la lágrima fácil su trinchera, pero Simón huye de ese facilismo y nos regala tan solo sensibles viñetas de la vida cotidiana de la niña, escarceos con Anna, la hija biológica de sus nuevos papás, celos, mal comportamiento, caprichos. Hay momentos de tensión muy bien creados, compuestos para que el final tenga más significado y vos entendás la enormidad de lo que esa niña está pasando.
Quizás lo que más llega de Verano 1993 es que ves cierta verdad, una verdad, una recreación de una época, que se confirma cuando sabés que Simón no habla de una ficción sino de su vida.
FIN DEL SPOILER
Las actuaciones están acordes a ese minimalismo de la propuesta de Simón. David Verdaguer como Esteve, Bruna Cusí como Marga, Laia Artigas como Frida y la encantadora Paula Robles como la pequeña Ana, nos llevan de la mano por ese derroche de emociones precisas, bien manejadas.
Al principio como que no me convencí del todo porque aunque las niñas están fenomenales, hay secuencias donde se percibe que es una secuencia armada, y que la niña está repitiendo un texto (más Frida, que Ana). A eso, sumémosle un par de escenas como donde Frida habla con Marga sobre su Mamá, que me parecieron un poco armadas. Incluso en la escena final que es muy muy muy conmovedora ves los hilos de la dirección.
Igual, Verano 1993 logra su cometido, que es contarte una historia muy dura de una manera sencilla y conmoverte sin necesidad de remarcar lo duro.
Debe ser por eso que puede pasar el tiempo, podés ver en el cine un día antes la historia del tipo que se quedó cuadraplégico (Una razón de vivir) o un día después la del niño deformado (Wonder) y en tu mente, en tu mente perdura Frida saltando sobre la cama, atacada por un (in)explicable llanto.
Lo mejor: pequeña e íntima historia Lo peor: no es una película que todo el público podrá disfrutar. Tiene sus tiempos. La escena: el final Lo más falsete: algunas escenas El mensaje manifiesto: el dolor es personal El mensaje latente: las pérdidas no se superan, se aprende a vivir con ellas El consejo: hay que verla, es muy bonita y está muy lograda El personaje entrañable: Ana y Frida El personaje emputante: los adultos poco comprensivos El agradecimiento: por la honestidad.
CURIOSIDADES
Tuvo un presupuesto aproximado de 1 millón de dólares
Se filmó en seis semanas del verano de 2016
Laia (Frida) y Paula (Ana) fueron seleccionadas porque desarrollaron una evidente química en el proceso del casting.
Está rodada en catalán.
La directora es de Barcelona y tiene 30 años.
Laia (la protagonista) fue la penúltima niña a la que se le hizo el casting después de cinco meses. La directora de castings llegó a ver alrededor de 1000 niñas.
PREMIOS
- 2017 – Mejor ópera prima en el Festival Internacional de Cine de Berlín además de Gran Premio del Jurado Internacional.
- 2017 – Biznaga de Oro a la mejor película en el Festival de Málaga Cine en Español además de Premio Feroz Puerta Oscura al mejor largometraje de la sección oficial del mismo festival -concedido por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE)-. Premio SGAE Dunia Ayaso, Premio SIGNIS, Premio ASECAN
- 2017 – Mejor largometraje y Premio de la crítica joven en 10º Festival Internacional de Cinema en Català FIC-CAT.
- 2017 – Mejor Dirección, Premio del Público y Premio Signis en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI)
- 2017 – Premio Écrans Juniors en Cannes.1
- 2017 – Premio Especial del Jurado, Istanbul Film Festival
- 2017 – Premio del Público, CineLatino Tübingen
- 2017 – Mejor Película, Odesa Film Festival
- 2017 – Seleccionado para representar a España en los Premios Oscar