LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE FRANCÉS: Titane

Por: Mónica Heinrich V.

A Nanni Moretti lo recuerdo por La habitación del hijo, este año compitió en el Festival de Cannes con su nueva película Tre Piani (Tres pisos). Ni bien el festival dio su máximo galardón a Titane, de Julia Ducournau, Nanni utilizó la plataforma del pajarito (twitter) para escupir: Uno nota el paso del tiempo cuando compite en Cannes y gana una película en la que una mujer se queda embarazada de un coche.

¿Tu envidia es mi progreso?

Ay, Nanni. Aunque hay un gesto poco deportivo en tu comentario, te puedo entender. Si hubiera visto Titane en mis tempranos, medianos o finales veintes, tendría un poco más de receptividad a su excesivo entusiasmo por provocar audiencias.

Provocar tampoco es malo. Hay cineastas que han creado una reputación así, pienso en Pasolini, en Cronemberg, en Noe, en Carax, en Dolan, en Despentes, el tema es si después de la bulla, el trago y los cohetazos, queda algo más aparte del silencio. Yo misma me lo he pasado chancho con algunos trabajos de los mencionados aún sabiendo que son pajas estridentes frente al espejo.

La directora de Titane tuvo como primer largometraje Raw (2017), una obra interesante de oscura atmósfera. Al aferrarse al fantástico, la película podía permitirse licencias en cuanto a la lógica y lo verosímil. Raw tenía sus fallas (la mayor parte similares a las que aquejan a Titane), pero por su estilismo, por una idea base que enganchaba (la chica vegetariana que descubre un deseo voraz por la carne humana) y su más que cumplidor casting, Julia se convirtió en una cineasta a seguir. Vos te preguntabas en medio de la noche: ¿qué estarás haciendo, Julia?

En esta nueva propuesta, es como si la directora intentara (de forma muy calculada) ir más allá con cada secuencia. Lo que muchos describen como trepidante, feroz, y refrescante, es un pastiche de elementos que sueltos son disparos en la oscuridad y dentro de la trama de Titane se pierden aún más en ese clima de constante desenfreno.

Tenemos a su protagonista, Alexia (Agathe Rousselle), que cuando niña sufre un brutal accidente de auto que hace que le implanten placas de titanio. Ahí, ella genera un ¿amor? ¿atracción? ¿compulsión sexual? por los autos. Pasa el tiempo y Alexia ya es una bailarina, fría y dura como el metal que le salva la vida, a la que nos la presentan en una escena larga de frotamientos contra un auto de exhibición.

Tú y yo, vivamos el momento

SPOILER

Después del evento, un supuesto fan/groupie/acosador de Alexia-bailarina, le pide un autógrafo y la besa por la fuerza. Alexia lo asesina. Sigue una estela de asesinatos tarantinescos al pedo, el descontrol porque sí. Nuestra protagonista trata de huir de las consecuencias obvias a sus crímenes y no se le ocurre mejor manera que hacerse pasar por el hijo desaparecido de un pobre tipo. Para que se entienda: ¿Te busca la policía, has matado a un culo de gente, y decidís presentarte como el hijo muerto de alguien más como estrategia de sobrevivencia? O sea, GRACIAS A DIOS y al de abajo que Vincent estaba tan o más tronado que ella y la/lo recibe ipso facto. 

En su forma masculina de Adrien, Alexia se verá juzgada, sufriendo bullying, obligada a cumplir un rol social, todo mientras dentro suyo crece (muy rápido) algo producto de su relación sexual con un auto.

FIN DEL SPOILER

Hasta ese momento solo pensaba: Julia…¿cómo vas a salir de este berenjenal?

Quizás lo que funciona mejor de este relato (que según su directora no quiere intelectualizar sino hacer “sentir” lo que sienten sus personajes) lo encontramos en momentos de genuina emoción entre Adrien y Vincent (Vicent Lindon). Vincent, un bombero que se inyecta esteroides en otra muestra de masculinidad tóxica, necesita que Alexia sea Adrien. Ah, el pobre Vincent…tiene unos ataques de amor por su hijo-no-hijo que de un rato a otro componen escenarios de tensión sexual (¿incesto?)

Esta historia de “amor” es lo que Julia vende como explicación o sublimación de sus intenciones en la película. Aunque, en la práctica, lo que propone como un amor antidogmático es una relación rarísima entre dos personas claramente enfermas.

Análisis o forzadas lecturas podrían imaginar que Julia hace un juego con los tabúes sociales, la identidad de género, el asfixiante rol de la maternidad, el machismo presentado en los personajes masculinos (no hay uno que no sea un machirulo de cuidado) y el concepto de amor no dogmático ya mencionado, entre muchas cosas. Sí, se pueden hacer esas lecturas porque esta mezcolanza da para todo. Un espectador menos condescendiente dirá que lo formal se fagocitó el contenido, y que esta es una muestra más de ese cine ruidoso, vacío, que apela a la provocación como arma creativa.

tóxicos everywhere

Un ejemplo de corrección política que loa la falsa irreverencia: «Es que la película habla de la aceptación en todas sus formas»: no quiero pinchar el globo de nadie, pero si aceptación significa recibir con beneplácito a una completa desconocida que se mete a tu casa haciéndose pasar por tu hijo muerto, usa tu dolor para su beneficio y encima ha dejado un reguero de cadáveres por ahí sin ascos, estamos todos locos. 

No voy a negar que tiene que existir voluntad del espectador para acompañar a Julia en su absurda trama. Como lo hizo en Raw, y en su cortometraje Junior (está en youtube) se aferra al fantástico y lo reviste de terror, eso puede amainar las necesidades de una mínima de lógica y coherencia en lo que sucede en pantalla. Si nos subimos a ese caballo redentor, tendremos una película jugada con un código de violencia afincado no en lo psicológico sino en lo físico. Porque Titane entra también en el body horror (horror corporal) y es por eso que hay espectadores que no pueden resistir su visualización. La escena del tironeo del piercing, la quebrada de nariz, el estado de preñez de Alexia/Adrien, el ¿lubricante? ¿aceite de motor? que sale de sus heridas, son parte de la firma que Julia está construyendo como cineasta. Estimado lector, cada quien puede perseguir los molinos de viento que desee, en mi caso esos arrebatos si no tienen un asidero me suelen provocar más indiferencia.

Aquí llega la potra, la diva, la caballota

Mi experiencia con Titane se redujo a valorar la presencia autoral de Julia en la dirección y el guion, a disfrutar de los pequeños momentos de verdad entre Vincent y Alexia/Adrien como la escena de la cena, la del vestido amarillo, o el baile en el techo del carro de bomberos (no por el concepto atávico/naif de ver la incomodidad de un bollo de machos frente a un baile que «no debería» ser femenino, sino por la construcción visual de la escena). Las actuaciones ayudaron a que conecte con esos personajes perdidos. La debutante Agathe Roussell y el gran Vincent Lindon, estuvieron tan comprometidos con sus personajes que no sentís que acompañarlos en esta historia sea en vano. Pero más allá de eso, la polera de Never give up, la presencia de Garance Marillier interpretando a Justine como una autoreferencia de Raw y Junior, la música que con su letra comentaba las escenas (ejemplo: en la escena del inicio, de su último asesinato dentro de la casa, se escucha la voz de Caterina Casseli cantando «No importa lo que pase aquí, nadie puede juzgarme. Ni siquiera vos«. O seaaa) y el ruido general de la película tratando de asentarse en su misión shockeadora, me hicieron desconectar.

La película intenta abrazar con cualidad casi pulposa demasiadas cosas. Toca el transhumanismo e intenta en su elección del titanio como metal de transición hablar de la hibridez, de la mutación. Todos somos monstruos, nos dice Julia en sus entrevistas y con un dejo de ingenuidad define su cine como una muestra de lo que no se puede mostrar, un cine que habla de lo que no se puede hablar. Amiga, has puesto en tu película canciones como eco de lo que les pasa a los personajes y encima, tu película se adscribe a temas que ya están sonando hace tiempo: lo queer, lo trans, la violencia como metáfora/obviedad del mundo hostil. De hecho, es una película tan fácil de instrumentalizar como discurso, que es precisamente por ahí que se la explota.

¿Cuántas veces hemos escuchado eso de «estoy haciendo algo que nadie más hace o hizo»? ¿No suena muy del mundo teen? ¿o de la chantulinidad? ¿Titane realmente cumple esa promesa? Invito a analizar su final, SPOILER ese en el que la mujer, después de sufrimientos varios, termina muriendo para luego dejarle al tipo creepy el bebé que tanto necesitaba en su vida. FIN DEL SPOILER 

Celebro a los que les parece rompedora e irreverente, lo hermoso del cine es que la misma película puede ser recibida por otras personas de manera distinta. Mirala y experimentá. Es como esa escena en la que una doñita está chau y Adrien está haciendo CPR, Vincent canta en un español afrancesado para ayudarlo a seguir el ritmo del masaje cardiaco: Dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa darle alegría y cosa buena. Por ahí pa tu cuerpo, Titane será «alegría y cosa buena».

Lo mejor: Las actuaciones y los momentos de verdad Lo peor: esa cosa errática que se extiende a las entrevistas que da la autora de su obra Lo más falsete: y bueee…no es una película para pedirle coherencia ni verosimilitud El mensaje manifiesto: tóxicos everywhere El mensaje latente: menos es más La escena: el baile entre Vincent y Adrián después de la cena El personaje entrañable: los autos violados. ALGUIEN QUIERE PENSAR EN LOS AUTOS. El personaje emputante: tóxicos everywhere El agradecimiento: por la alegría y cosa buena.

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2 Comentarios

  1. Monica, que yo soy bastante admirador del cine frances pero esta alegria y cosa buena hecha de titanio no me convence en absoluto. Encima que no he leido en ninguna linea que la recomiendas ni remotamente. De todas maneras danke por la advertencia! (como siempre muy buen articulo)

    • Pablo! o sea, no te voy a decir que corrás a verla, pero tampoco no te digo que no la veás porque en realidad formo parte de una minoría. La película ha recabado muy buenos comentarios en general. Por eso, uno nunca sabe a quién le puede gustar jejeje. Por los intercambios que hemos tenido de cine a lo largo de estos años, no creo que seás un público para este trabajo, pero por ahí Titane te conquista. Ya verás si te dejás llevar 😉

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