CINE: Call me by your name / Llámame por tu nombre
Por: Mónica Heinrich V.
Pues no sé. No sé. Call me by your name se vende como una gran historia de amor entre un hombre hecho y derecho y un adolescente (Hola, Kevin Spacey). Lo que a simple vista parecería la “seducción de un menor”, o una historia cualquiera de encames y puteríos, acá se tiñe de halo romántico.
Pues sí, a mí me encanta ver a dos o más personas del mismo sexo haciéndose trapo o amándose (el tole tole da para todos), el tema es que me pasó igual que con esa película llamada El extraño del lago (reseñada ACÁ) o hasta Moonlight (reseñada ACÁ), sí, siento cierto oportunismo al usar lo gay como amplificador de una más bien simplona historia de amor. Por lo menos Moonlight era hermosa a nivel visual y tenía otros ingredientes que la hacían más atractiva.
Por su parte, Call me by your name está plagada de lugares comunes con un guion algo torpe por momentos y que se ancla en su embeleso de la relación gay. Lo hemos visto cientos de veces con más ingredientes y en menos tiempo.
El director italiano Lucas Guadagnino no es pues un economizador del tiempo. Call me By your name dura casi dos horas y es parte de una trilogía del “deseo” que empezó con I´Am Love (2011) que duraba dos horas y siguió con A Bigger Splash (2016) con idéntica duración. En mi caso, vi primero A Bigger Splash y me quedó la sensación de estar ante un director lleno de imposturas, me dio/da flojera reseñar A Bigger Splash solo diré que si quieren champarse a esa piscina sepan que el agua tiene harto cloro. Luego, a finales del año pasado, vi I´am love, nuevamente la actriz Tilda Swinton era lo más interesante del filme. Ambas películas están centradas en una historia de amor, de cierta clase social, con ciertos privilegios, y cuyos personajes de cuando en cuando hablan de arte y filosofan (literal) sobre la vida. Ambas películas se caen y a título de emociones profundas llegan a un final abrupto y casi de telenovela.
Lo mismo sucede con Call me by your name, aunque, para ser justos, los ingredientes casi de telenovela juvenil son deudores del libro homónimo en que se basó y que fue escrito por André Aciman.
Me di el trabajo de buscar el libro en pdf y darle una mirada para ver qué tantas licencias se tomaron y si todo era tan cursi y desangelado como en la película. Oh, sorpresa. Les dejo la posibilidad de descubrir la sorpresa (diferentes finales) en este enlace:Llamame Por Tu Nombre – Andre Aciman
Aunque Call me by your name me genera cierta distancia por la forma en que el director italiano aborda este “primer amor”, diré que un punto a su favor serían los actores que encarnan por un lado al disoluto Oliver (Armie Hammer) y por otro al precoz Elio (Timothée Chalamet). Armie ha tenido pocas oportunidades de lucirse como actor (recordemos su infame llanero solitario) y aunque interpretar al gringo asistente de profesor que se estruja con todo lo que se mueve no debe ser muy difícil, Armie se luce. Lo mismo sucede con Timothée Chalamet a quien ya hemos visto también en Lady Bird. El chico que en realidad está en sus veintes, bien puede aparentar los 17 que supuestamente tiene en la película. No creo que su trabajo es como para nominación al coso dorado a Mejor Actor, pero hay que reconocer que la escena final de la película con su plano fijo como clímax emocional, es quizás lo mejor de las dos horas que hemos pasado a su lado.
¿De qué va la película?
Pues el tal Elio está de vacaciones con sus padres progres en una villa italiana a principios de los 80s. La familia tiene como costumbre invitar a un estudiante de postgrado para que ayude al padre en asuntos académicos. Es así que Oliver se mete al rancho (supuestamente de 24 años pero con un más bien treintón Armie Hammer), que en lugar de hacer lo que fue a hacer, se la pasa correteando con el adolescente por los lagos, pasillos de la casa y callejuelas italianas.
La estructura de la película es tan simple como la de cualquier historia de amor.
SPOILER
La primera parte de sus largas dos horas son para contarnos la atracción, las idas y venidas, los te toco pero no te toco, los te miro cuando no me mirás, los me gustás pero no me gustás. La segunda parte es cojamos como conejos, qué lindo es tocarte y besarte, te celo no te celo, hagamos cositas con los duraznos, seguimos o no seguimos y la tercera parte es lo nuestro no podrá ser, hay que separarse porque la vida es así, etc..
Lo que más llama la atención de este guion es que alrededor de estos personajes ochenteros hay nulo rechazo, lo que está genial aunque es poco creíble teniendo en cuenta la época. Los padres miran con honda comprensión y solidaridad no solo el hecho de que este sujeto que fue a trabajar se haya dormido al hijo, sino que además está a punto de casarse con una fulana que vaya a saberse dónde está y aún así les dan su bendición para que vayan a vivir la vida loca por las montañas italianas. Porque claro, Oye, abre tus ojos, disfruta las cosas buenas que tiene la vida…¡Y hay más! la cuasi novia de Elio, a pesar de haber sido pasatiempo del chico mientras el gringo le daba bola, no solo queda en buenos términos sino que además lo busca para decirle que lo quiere y que estará para él cuando lo requiera. Esta chica no conoció a Alma, la de El Hilo Invisible.
Quizás mi espíritu latino aún no puede alcanzar las cotas de madurez y desprendimiento europeos, pero en resumidas cuentas me pareció todo muy armado y cursi. El más claro ejemplo de la manipulación del guionista para con los fines de la película es: la charla entre padre e hijo, donde el don le dice a Elio que ÉL dejó pasar en su juventud “algo parecido”. O sea.
FIN DEL SPOILER
Y sí, no me gusta mucho lo que he visto del cine de Luca Guadagnino. Aun así, el italiano tiene su méritos, mantiene un neorrealismo hasta donde sus ansias de meter las manos a la historia se lo permiten, tiene por lo general una buena dirección de actores, una ambientación exquisita y aunque sean trabajos largos y el nudo se enrede por demás, el final suele ser un buen final que camufla las metidas de pata.
Call me by your name también tiene su mejor escena al final. Ya anuncia secuela, no sé qué más podemos ver en otras dos horas sobre esta parejita, sus idas y venidas, sus me gustás pero no me gustás, y todo para que al final entendamos que la vida no permite esos instantes de gozo. Claro, según Guadagnino.
Lo mejor: su escena final Lo peor: es una simplona historia de amor barnizada por lo gay y el cuento de «la fuerza del primer amor» La escena: la del durazno, por lo chistosa y la del final Lo más falsete: lo progres y comprensivos que eran todos El mensaje manifiesto: hay que vivir el amor a pleno El mensaje latente: el amor pleno puede suceder con un crispin al que conocés hace dos segundos, comprometido en matrimonio y varios años mayor El consejo: metete con hombres, con mujeres, con un mixto, pero que no te mamen El personaje entrañable: el durazno violado El personaje emputante: la parejita boluda y camote El agradecimiento: porque termina, y ya puse mis velas a los santos de los imposibles para no ver la secuela.
CURIOSIDADES
- Toda la película se filmó con un solo lente: el de 35 mm.
- Chalamet aprendió italiano y a tocar el piano para su papel de Elio.
- Armie Hammer dijo que las escenas más incómodas para él fueron las de baile.
- En el Festival de cine de New York la ovacionaron 10 minutos.
- La película fue filmada en orden cronológico.
- Tanto Hammer como Chalamet no hicieron casting. Eran las primeras opciones para el director.
- Armie Hammer también puso su voz para el audiolibro de la novela.
- La película iba a ser filmada por James Ivory que le hizo casting a Shia Labeouf para uno de los papeles.
- En el libro, Elio llora después de lo del durazno.
- El único ensayo que hubo de la película fue cuando el director les dijo a Chalamet y a Hammer que se besen y rueden sobre el pasto. Los actores lo hicieron y el director se retiró del lugar sin que se dieran cuenta.