LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE: Jurassic World: Reino Caído

Por: Mónica Heinrich V.

El buen J.A. Bayona está lejos, muy lejos de sus inicios. Todavía recuerdo con acuosidades oculares su opera prima: El Orfanato, que ignoro porqué no reseñé pero que me dejó hondas y confusas emociones.

Permítanme un segundo.

De ahí, alguien en Hollywood pensó que el español estaba para bailar en otras pistas y zas, lo importó hacia tierras gringas y le dio la dirección de Lo Imposible, la huevada esa del tsunami con Naomi Watts. Ok. Estuvo intensa, pero era el 2013 y ese año salieron cosas como Amour (reseñada ACA), Bestias del Sur Salvaje (reseñada ACÁ), La vida de Pi (reseñada ACÁ), Django (reseñada ACÁ). No hay mucho que explicar, el artificio de Lo Imposible hizo imposible tomarla más en serio.

Bayona siguió en lo suyo, dirigió un par de episodios de Penny Dreadful y el 2016 regresó a la pantalla grande con la lacrimógena A Monster Call, película que estaba bellamente filmada pero no, no, no, mi mente no es muy empática (a veces) con la prefabricación de líquido salado, y le gritaba a Felicity Jones “MORITE DE UNA VEZ”.

Esas han sido hasta ahora las aventuras cinematográficas del director español. Este 2018, abandona su evidente carrera hacia el Oscar y cumple un sueño. Porque en su lista del Bayona niñoquequiereserdirectordecine había puesto como meta en la vida: “Trabajar con Steven Spielberg”. Ajá. Esas son las consecuencias de ser adolescente en los noventas.

Entonces se nos subió al barco de la película pipoquera, a Jurassic World: Reino caído, sin otra aspiración que meter dólares a la caja registradora y ponerle mascarilla de oxígeno a una franquicia agotada. De hecho, hace tres años escribíamos sobre la película que presentaba a los nuevos personajes del mundo jurásico (ACA) y decíamos estar ante un cuerpo en paro cardiaco con necesidad de desfibrilador.

Y aunque Bayona esté lejos de sus inicios, sorprendentemente logra una película que es pie para que en un futuro y con los dinosaurios como machos/hembras alfas de este triste, pequeño y jodido mundo humano, la cosa se ponga más interesante. Hola, Planeta de los dinosaurios I, Planeta de los Dinosaurios II y Planeta de los Dinosaurios III.

El guion de Derek Connelly (Safety Guaranted, Jurassic World, Kong Skull Island) y Colin Trevorrow (Safety Guaranted, Jurassic World) toma al mejor personaje de la anterior entrega y lo vuelve protagonista: nuestra pequeña y amada Blue es principio y fin del argumento.

Resulta que Claire (Bryce Dallas) dejó sus tacones y sus aires de grandeza en la anterior película, ahora es una mujer sensible, comprometida con el medio ambiente y con los adorables dinosaurios. Mientras el resto del mundo los quiere exterminar, ella está ahí como activista, peleando por su destino.

La tipa recibe la llamada de un don millonario (interpretado por el gran James Cromwell) que le dice que antes que un volcán entre en erupción hay que salvar a la mayor cantidad posible de especies para que los dinosaurios no se extingan. En especial quieren poner a buen recaudo a la señorita raptor (¿raptora?) Blue, que es codiciada por su viveza criolla y alto coeficiente intelectual. No olvidemos que en la anterior película dejaron a los bichos botados en una isla.

Obviamente, Claire no puede ni debe ir sola, así que arma un equipito y va a buscar al menso que hizo que la mitad de los Avengers se hagan cenizas, sí…ah, bueno, es otra película pero el mismo actor: Chris Pratt hace de Owen, el que entrenó a Blue y que por lo tanto es necesario para que la princesa se deje atrapar.

¡Cuidado Blue! la gente puede ser muy mala

Hay mucho pim pum pam típico del género y de la franquicia: sombritas de dinosaurio o de garritas, hocicos llenos de dientes a punto de comerse a alguien o comiéndose a alguien, momentos en los que ¡OH, Sorpesa! vinimos a salvarlos y ellos nos salvan a nosotros, autohomenajes a la saga, etc.. Pero así como hay mucho pim pum pam que se cae cual manzana podrida de un árbol de tanto que lo hemos visto, hay momentos tan bien logrados que pensás en Bayona, en sus inicios y en que ojalá alguien le de un buen guion para que termine de lucirse como se merece.

Un ejemplo de esos grandes momentos SPOILER cuando se alejan de la isla que está a punto de destruirse y vemos al dinosaurio en la orilla entre el humo y el fuego, haciendo sonidos antes de morir. Una parte de mí se quedó con ese dinosaurio SPOILER FIN.

Permítanme otro segundo.

La conexión emocional con Blue, también está bien construida, y a pesar que el argumento tiene (para variar) baches e inconsistencias, El Reino Caído se deja ver.

Si hablamos de la coherencia de la saga, no es novedosa ni trata de ser más oscura que sus antecesoras, es una película “familiar” a pesar de las amenazas de muerte, de la muerte y de que el ser humano se comporta como ningún ser humano debería comportarse jamás. Su versión madre de 1993 supuso un desafío en cuanto a efectos especiales, diseño de producción y la presentación de un mundo hasta ese momento poco explotado, después de 25 años parece que hay poco o nada más por descubrir. Se siguen repitiendo las temáticas vistas en todas las entregas de la saga: científicos poco éticos, millonarios que quieren apropiarse de los bichos, manipulación genética para usufructuar a los bichos, encariñamiento con los bichos, etc….

Aquí, casual, contemplando la obra de los humanos

Oscar Faura, el habitual director de foto de Bayona, embellece una película simplona, repetida, sin pies ni cabeza, pero efectiva. Llegado el final te dan ganas de meterte a la película y apretar el botón. “APRIETEN EL BOTÓN, MALDITOS”.

Nuestro corazón animalista mirará con simpatía el salvataje de los dinosaurios, glorias perdidas de una época de la que no tenemos memoria. Nos encantará verlos correr y volar a sus anchas. Mientras tanto, nuestro corazón cinéfilo seguirá pensando en los inicios de Bayona, en su talento aun no explotado del todo y deseará que nos entregue más pronto que tarde su gran película americana.

Lo mejor: BLUE Lo peor: un guion flojito que hace aguas por varios lugares La escena: el dinosaurio que se queda a la orilla de la isla esperando su muerte y todas las escenas donde aparece BLUE Lo más falsete: el proyecto de rescate, el proyecto de venta, el proyecto del otro rescate El mensaje manifiesto: qué jodidos somos El mensaje latente: los animales nos superan en muchas cosas El consejo: está mejor que la anterior, puede que la disfrutés El personaje entrañable: BLUE, cómo te amo Blue El personaje emputante: Los malos malosos, la boluda de Clarie, el IMBECIL que hizo que parte de los Avengers se convirtieran en ceniz…ah sí, es otra película. Pero igual, OWEN también se lleva el reconocimiento de emputante El agradecimiento: por Blue, salud y larga vida.

CURIOSIDADES

Se ambienta cuatro años después que su antecesora.

Su protagonista Chris Pratt anticipó su fichaje por la saga de los dinosaurios en 2009 mientras grababa un capítulo de la serie Parks and Recreation. Se filmó a sí mismo mandándole un SMS a Spielberg suplicándole que lo fichara para una de las películas. Dicho y hecho.

Primera película de la saga que tiene una escena post-créditos. Quédense hasta el final, chicos.

Es el quinto filme de la franquicia que comenzó con Jurassic Park y el segundo de la saga Jurassic World.

Hablando de los inicios de Bayona, el código del ascensor (ese que Maisie recuerda y utiliza para ir el sótano) hace referencia al título de un cortometraje del guionista de ‘El orfanato’, que es “7337”. Sergio Sánchez, que más tarde escribió la primera historia que Bayona llevaría a la gran pantalla, estrenó este cortometraje en el año 2000.

Aproximadamente 2,500 niñas hicieron casting para el rol de Maisie.

Bayona se ha convertido en el primer director español que supera los 1.000 millones de recaudación con una película gracias a Jurassic World Reino Caído.

Spielberg eligió personalmente a Bayona para dirigir esta cinta.

Algunas ideas de Chris Pratt fueron incorporadas a la película.

CINE ALEMÁN: Aus dem Nichts (In the fade) (En las sombras)

Por: Mónica Heinrich V.

El cine de Faith Akin siempre me ha parecido excesivamente discursivo. Una especie de cine al estilo Ken Loach un poco más modernón, pero igual de sensiblero.

En la sombra (In the fade), su última película, ganó el Globo de Oro a mejor película extranjera este año y alcanzó un premio por Mejor Actriz en el Festival de Cannes.

El filme presenta a Katja (Diane Kruger recordada Helena de Troya) una ciudadana alemana que pierde a su esposo turco y a su hijo producto de un atentado.

La historia escrita por el mismo Akin y por Hark Bohm, conocido por ser uno de los coguionistas de GoodBye, Berlin, se divide en tres capítulos: La Familia, Justicia y El Mar.

Los momentos destinados a La Familia buscan el enganche emocional, vemos una filmación casera del enlace matrimonial de nuestros protagonistas que ya nos cuenta qué tipo de personas son: poco convencionales, seres simpáticos, alegres. Es con ese nexo emocional que podremos sentir empatía por la terrible situación que vive Katja y preguntarnos: “¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?”.

La sutileza es una de las grandes ausentes en el argumento. Justicia evidentemente estará enfocada en el juicio que se lleva a cabo contra los supuestos perpetradores del atentado y en cómo el foco policial se vuelca hacia la víctima basado en prejuicios. Y finalmente El Mar, que tiene todas las connotaciones metafóricas, poéticas que el título sugiere.

Akin no escatima los recursos emotivos a la hora de asestar el golpe a su personaje femenino y a nosotros que lo sufrimos desde la butaca. Los flashbacks que marcan la ausencia de las víctimas, la vida reformada tanto de Katja como de su esposo que en el pasado era dealer pero que al momento de su muerte estaba “haciendo las cosas bien”, la ausencia de arrepentimiento de los victimarios, el sistema judicial que no funciona, y la incapacidad de sobreponerse al duelo, son solo algunas de las aristas de En la sombra.

Si bien la película es dura o eso quiere ser, la forma que elige Akin para contarla termina convirtiéndola en un melodrama con muchos baches de guion y que llega al final sin sorpresas.

Hay una duda moral que puede surgir sobre ese final, pero más que duda debería dejar cierta devastación. Ojo, nos han preparado para llegar a las lágrimas, casi como con un misil teledirigido. Pero algo del enganche emocional se perdió en la sala judicial, entre tanto hueco narrativo y vueltas sin sentido. En ese estado llegás al capítulo final, a la fábula revanchista,  que no deja de ser una lectura o solución facilista a la problemática que el cineasta plantea.

Y claro, hay una parte tuya que  sí piensa en la injusta suerte de Katja, en la jodida sociedad, en Alemania, en Europa, en los inmigrantes, en el mundo y en vos mismo rodeado de tanta miseria, pero esa parte tuya va perdiendo interés conforme todo se desbarata.

Con tanta moralina alrededor de una temática coyuntural, In the Fade no consigue ir más allá de sus buenas intenciones y de su afán de ser crisol de lo que Akin piensa que es importante remarcar.

Sin duda, una pena por el esfuerzo actoral de Kruger que interpretó uno de sus mejores personajes hasta la fecha.

Lo mejor: a ratos conmueve Lo peor: va de más a menos La escena: la de la tina y el final Lo más falsete: algunas partes de cómo se maneja el juicio El mensaje manifiesto: ojo por ojo El mensaje latente: hay dolores que solo los aplaca la muerte El consejo: para verla sin mayores expectativas El personaje entrañable: el niño El personaje emputante: casi todos los deásm El agradecimiento:por algunos momentos y por Diane.

CINE: A quiet place / Un lugar en silencio

Por: Mónica Heinrich V.

Producida por Michael Bay, uno tendría la tentación de pasar por alto A quiet place y también de escupir un poco el poster.

Es probable que los que huyen a las películas de terror porque no las soportan, piensen que lo mejor es no ver esta versión distópica de amenazas y bichos cazando seres humanos. Hay mucho desmelene prometido en esa imagen de Emily Blunt tapando su boca.

Error.

La película ha fascinado al mismísimo Stephen King y ya se está catalogando como una de las mejores películas del género en lo que va del año.

En sus primeras escenas, A Quiet Place te invita a regocijarte en un cine comercial muy bien hecho y con una construcción de climas notable.

Un supermercado que da muestras de haber sido abandonado hace mucho, y también saqueado, es la locación perfecta para que nos demos cuenta de lo que pasa alrededor de los personajes principales.

Pies descalzos, silencio, cuidado al manejar las cosas que se agarran de los estantes, comunicación por señas, un incidente con una nave espacial de juguete, dibujan a la perfección un mundo en el que el sonido es el principal enemigo.

Es el año 2020 y unos bichos ciegos atacan a los humanos guiándose por el sonido. Son letales, horribles y hasta el momento que el relato empieza: invencibles. Tan invencibles que han arrasado con la vida humana al punto que una solitaria familia, los Abbot, se encuentra luchando día a día por sobrevivir.

Están papá Lee (John Krasinski), mamá Evelyn (Emily Blunt), hija mayor Reagan (Millicent Simmonds), hijo del medio Marcus (Noah Jupe) y el pequeño Beau (Cade Woodward).

La situación es muy jodida, y la película está tan bien contada que rápido empezás a fatigarte con el tema de los ruidos, hasta uno mismo se mueve en la butaca lento y despacito.

En las escenas iniciales SPOILER perdemos a un integrante de la familia, y luego de una elipsis temporal vemos que los personajes cocinaron sentimientos de culpa y resentimientos varios. Mamá Evelyn está embaraza, porque perdimos uno y hacemos otro. Mamá esta casi a punto de tumbar hijo, lo que a las claras representa un conflicto teniendo en cuenta que no pueden hacer bulla y que los bebés y el parto son ruidosos. FIN SPOILER

El director no es otro que el mismo John Krasinski, en la pantalla papá Lee. Krasinski en la vida real es pareja de Emily Blunt, así que todo queda en familia. El director y actor hace un muy buen trabajo detrás de cámara y maneja la tensión al dedillo haciendo que contengamos el aliento y suframos por las peripecias de las que somos testigos.

El guion escrito por la mancuerna Scott Beck y Bryan Woods (amigos de la infancia) y retocado por Krasinski,  es efectivo aunque tiene inconsistencias y cosas ilógicas que le restan brillo a una propuesta formal más que interesante.

SPOILER O sea, estos crispines no aprendieron nada de la vida y de la carretada de películas y series que existen o existieron hasta el 2020. La tipa queda embarazada, EMBARAZADA. ¿Van a tener dopado ese niño hasta la adolescencia? Ya, supongamos que es una muestra de la irresponsabilidad humana similar a las muestras que vemos en la cotidianidad, pero acá es una situación de vida o muerte. Tienen nueve meses para prepararse y se preparan de la manera más burda y pusilánime del mundo. Saben que un ruido mayor tapa ruiditos menores y en lugar de irse a vivir cerca o dentro de la bendita cascada antes de parir (aprender de El Planeta de los Simios), se quedan en esa casita llena de tablones y de posibles fuentes de bulla. El tipo muere como pelotudo, unos cuantos minutos antes que descubran cómo librarse de los bichos. Es ese tipo de película en la que empezás a gritarle a los personajes: «NO, por ahí NO, IMBECIL». Creo, también, que la familia es demasiado perfecta, lo peor que les puede pasar son las pataletas de la sorda. Estamos ante la inminente carnicería de los Ingalls. El guion se esfuerza en ponerse pro unión familiar, lo que está bien pero si ya te vas a jugar en lo formal podrías jugarte un poquito más en contenido. Pues no, los Ingalls y punto. FIN DEL SPOILER

Las motivaciones de los bichos no las sabemos, porque es evidente que si en un futuro cercano existiera una invasión de bichos, es poco probable que sepamos qué carajos vinieron a hacer a este boliche. El asunto es que son ciegos, tienen un oído que ya de verlo dan ganas de morir gritando y les gusta cazar humanos o mejor dicho seres vivos, porque también se meten con todo lo que respira.

La película está diseñada para tener como un personaje principal al sonido y la ausencia de él. Y esa es su mayor contribución a la causa de las películas de terror dignas de ver. Está pensada con mucho cuidado en cuanto a su forma y te pone los nervios de punta.

El final es un poco antojadizo, o sea la idea de cómo acabar con el enemigo no está mal pero se devela a los personajes porque sí, porque hay que acabar la película, apagar la luz e ir al baño.

No hay problema, A Quiet Place igual se ve con sobresaltos, aliento contenido y mucha empatía por estos Ingalls poco preparados para enfrentar el horror.

Lo mejor: logra provocarte emociones varias  Lo peor: el guion no es consistente La escena: la secuencia del parto, obvio Lo más falsete: la preparación de los Abbot, la falta de criterio y la revelación de cómo acabar con los bichos El mensaje manifiesto: ante el apocalipsis mantenete unido a tu hermosa y tierna familia El mensaje latente: la sobrevivencia no es seguir las reglas del enemigo sino atacarlas El consejo: tenés que verla en EL CINE El personaje entrañable: los niños El personaje emputante: la sorda, hizo burreras desde el principio El agradecimiento: por una buena película mainstream

CURIOSIDADES

Tuvo un presupuesto de 17 millones de dólares

Paramount, el estudio que tiene los derechos de la historia, quería en un inicio que la película sea una secuela del universo Cloverfield. Luego se desechó la idea y se mantuvo como una historia independiente.

La escena inicial fue la última en filmarse porque requería que Krasinksi esté sin nada de barba.

El guion original contenía solo una línea de diálogo

Los guionistas Beck y Woods crecieron juntos en Iowa y en el 2013 empezaron a trabjara en la idea central de la película.

En marzo del 2017 el estudio compró el guión y Krasinski reescribió algunas cosas.

La película se filmó en mayo del 2017 en las afueras de New York.

Millicent Simmonds es realmente sorda. Ella debutó en la película Wonderstrack.

Es el debut en pantalla de Cade Woodward.

Tercera película que dirige Krasinksi.

“Un Lugar en Silencio es una pieza extraordinaria de trabajo”, escribió Stephen King en Twitter. Krasinski retwiteó el halago del escritor diciendo: “Cerebro…no procesando. Uh oh, no te desmayes John, no te desmayes,… demasiado tarde”.

CINE ESPAÑOL: La posesión de Verónica

Por: Mónica Heinrich V.

Casi casi la dejé pasar por el póster y por el nombre que aludía a una de las tantas películas de posesiones demoniacas que se pueden ver cada cierto tiempo en la pantalla gigante.

Y sí, parece terror barato, de ese desechable y lleno de lugares comunes. La monja ya arruina cualquier expectativa.

Lo que después supe es que el nombre de la película era simplemente Verónica y que por fines comerciales le habían añadido “La posesión de” para facilitar su distribución y enganchar a los morbosillos.

Basada en un caso de la vida real conocido como El Expediente de Vallecas, cuenta lo que le pasó a una adolescente llamada Verónica que en los 90s jugó a la ouija con sus compañeras de clase y después empezó a experimentar fenónemos sobrenaturales.

Sí, sí. No hay nada llamativo ni interesante en esa sinopsis, hasta parece una esquela noticiosa de esas que alguna vez hemos leído en la crónica roja de este pueblo. Pero, hay un gran PERO, lo que consigue el director español Paco Plaza no es desdeñable.

El fuerte de Verónica está en ese triste relato sobre esta mitad niña, mitad mujer, que tiene tres hermanitos pequeños, un padre muerto y una madre que se saca la mierda trabajando en un bar. Por lo tanto, es Verónica a la que se le han delegado responsabilidades no acordes a su edad.

El guion escrito por el mismo Paco y por Fernando Navarro (con una experiencia más televisiva), mantiene la tensión porque rápidamente empatizás con su protagonista y con el resto de los menores. Sí, señores, su punto más alto es el atractivo casting, con una Sandra Escacena como la atormentada Verónica que debuta en el cine al igual que Iván Chavero (Antonito), Bruna González (Lucía), Claudia Placer (Irene), los hermanitos indefensos. Ellos, sumergidos en esa soledad propia de familias rotas, luchando con las iniquidades del mundo y contra esa fuerza sobrenatural que amenaza con destruirlos, hacen que valga la pena verla.

Hay, también, mucho mimo en la recreación de los 90s. Una dirección de arte cuidada con un vestuario también muy acorde a esas épocas, elevan la propuesta que se acompaña con canciones noventeras de la banda española Héroes del Silencio.

Todo es sutileza en Verónica, los momentos terroríficos se manejan más desde el punto de vista psicológico y te hacen dudar sobre la veracidad de lo que estás presenciando. ¿Es el quiebre mental de una chica agobiada por su situación familiar? ¿Es un espíritu dispuesto a apoderarse de su alma?

Paco Plaza se hizo conocido por la trilogía de REC, una saga más bien gore, pero que incluso sin ser demasiado memorable ya acusaba un buen pulso y buen gusto a la hora de hacer pasar sustos a los espectadores.

Verónica supone un refinamiento de esos primeros escarceos, siempre con el ojo de Pablo Rosso en la dirección de fotografía, su habitual colaborador.

Puede que no sea la obra maestra, porque el final se vuelve algo desigual y a pesar de su cuidado en todos los aspectos no se consigue desprender de los elementos típicos de una historia de estas características. También, para un público más exigente en cuanto a sangre y momentos grotescos, esta es una película que maneja el horror desde un lugar menos obvio.

En la vida real, el caso supuso el único que está documentado en la policía española como resultado de algo que no se puede explicar. En la ficción, Verónica habla también sobre una España deprimida económicamente, sobre una infancia negada, sobre ausencias, despertares sexuales y anhelos nunca conseguidos.

Nada, para partir de un juego de ouija es más de lo que podríamos esperar.

Lo mejor: una linda propuesta, con un casting entrañable Lo peor: no escapa del todo a la estructura clásica de una película de este tipo La escena: todas en las que aparecía Antonito Lo más falsete: quizás se diluye mucho el final y termina como sin chiste El mensaje manifiesto: hay que vivir las etapas que nos corresponden vivir en los momentos adecuados El mensaje latente: no alborotés el avispero de lo sobrenatural El consejo: para ver y disfrutar sin culpas El personaje entrañable: los niños El personaje emputante: la supuesta mejor amiga El agradecimiento: porque te conecta emocionalmente con la historia.

CURIOSIDADES

  • Se puede ver en Netflix
  • Los hechos sucedieron en 1992
  • En la película se han cambiado nombres y eventos a favor de la historia cinematográfica
  • Dura 105 minutos
  • Fue nominada a  7 premios Goya y a 6 premios Feroz.
  • Sandra Escacena (Verónica) tiene experiencia previa en teatro. Actúa desde los 9 años. Esta sería su primer película.
  • Ana Torrent que interpreta a la ocupada Mamá, es una cara conocida que hemos visto protagonizando el debut de Amenábar: Tesis y es un guiño al clásico de terror español Cría Cuervos en el que la actriz también aparece.
  • Se hizo un casting de 800 actrices para el papel de Verónica. Sandra fue la primera en hacer la prueba.
  • Paco Plaza se encuentra inmerso en su nueva película Quien a Hierro Mata, esta vez abandona el terror para contar una historia relacionada con el narcotráfico.

CINE HÚNGARO: Testről és lélekről / On body and soul / En cuerpo y alma)

Por: Mónica Heinrich V.

En apariencia esta es una muy atípica historia de amor. Y digo en apariencia porque si bien al final tenemos a una parejita que intenta mirarse como si cupido los hubiera reventado a flechazos, en el fondo me quedé con la soledad, y las vacas asesinadas, y los seres incompletos.

María (Alexandra Borbély) es una supervisora que entra a hacer su trabajo en un matadero en Budapest. Ella tiene una personalidad especial, le cuesta relacionarse, y lo hace todo como si fuera un robot. A su alrededor, la gente se burla y cuestiona sus acciones, porque sí, así es la gente de pendeja. Endre (Géza Morcsányi) es el director del matadero y pronto descubren que ambos se encuentran por las noches en sueños y transformados en ciervos.

No han leído mal. Es tal cual. Ellos se van a la camita, se duermen y sueñan todas las noches que están en un paisaje hieloso e invernal convertidos en ciervos. Ella hembra, él macho y así se juntan en ese limbo onírico.

La directora y guionista Ildikó Enyedi, consiguió ser nominada al Oscar con esta película algo extraña. Resalto que dentro de su propuesta fría y elegante, subyace una historia que como ya dije es sobre dos seres tristes, en un mundo triste, que se encuentran tratando de sobrellevar la tristeza.

Pero la película empieza y termina con eso. En la escritura del guion, Enyedi nos muestra cómo el alma no logrará traspasar la barrera de lo físico hasta que uno de los dos ceda y deje sus miedos de lado. ¿Quién tiene que ceder? Ella.

El dibujo de María es condescendiente, y sus decisiones cercanas al final me generaron cierta aversión, más aun cuando la respuesta a su SPOILER elección de vivir termina siendo la llamada del fulano que ve en sueños convertido en ciervo. Los románticos me dirán que es el amor, porque las decisiones pelotudas de la vida parecen estar afianzadas en la creencia de que por amor se hace cualquier burrera, pero en mi caso me hizo sentir una maniquea, cursi y facilista mirada de una historia que apuntaba a más profundidad. FIN DEL SPOILER

Las actuaciones de los protagónicos están correctas, destacando María y sus cambios de estado de ánimo que van debajo de la máscara de la frialdad. Como en algunas películas de este tipo, hay problemas de actuación en secundarios que poco o nada importan, sí, aunque en global te dejen la sensación de que no se llegó a la prolijidad completa.

Una linda banda sonora que alcanza su clímax con el tema What he Wrote, acompaña a una fotografía diáfana y elegante, propiedad del también húngaro Maté Herbai. Quizás dos de los puntos altos del filme son estos elementos que humanizan un desarrollo narrativo más bien distante y poco emotivo.

En cuerpo y alma se cuece a fuego muy lento. Es de esas películas a las que se le tiene paciencia esperando que el final valga la pena. Como cuando te tomás una avioneta, una lancha y caminás horas tratando de llegar a las cataratas del Amboró. El tiempo, el cansancio, se borran cuando ves esa belleza en todo su esplendor. En este caso, después de un viaje más bien aburrido y largo, te topás con un grifo goteando agua.

Lo mejor: Tiene algunas escenas muy lindas visualmente, y a pesar de su fría propuesta logra algunos momentos emotivos Lo peor: es larga al pedo, y el final guácala La escena: Cuando se pone a ver porno, o a ver parejas, o a escuchar música romántica tratando de aprender lo que es el amor.  Lo más falsete: el final, y la extrema decisión de María El mensaje manifiesto: no somos uno sino dos El mensaje latente: sin el otro la vida es más difícil El consejo: para tenerle paciencia El personaje entrañable: María El personaje emputante: el otro El agradecimiento: por algunos momentos de belleza.

CURIOSIDADES

La directora húngara de 61 años ganó la Cámara de Oro en Cannes en 1989.

Esta película se encuentra disponible en la plataforma NETFLIX.

Esta pelicula húngara comenzó su carrera en la Berlinale 2017, donde ganó nada menos que el Oso de Oro, el premio de la crítica FIPRESCI y el del jurado ecuménico. Casi un año más tarde llegó al gigante del VOD con una nominación al Oscar al Mejor Film en idioma no inglés.

Es su primera película después de 18 años de silencio.

Alexandra Borbély y Ervin Nagy son pareja en la vida real.

Hubo casting de ciervos.

Los ciervos se filmaron un invierno después de la filmación con humanos.

Alexandra es una actriz de teatro que debuta en el cine con esta película.

CINE: Tomb Raider / Black Panther / 15:17 Tren a París / El No Nacido

Por: Mónica Heinrich V.

TOMB RAIDER o Corre, Lara, Corre!

Esto no funcionó ni con Angelia Jolie y sus pulposos labios allá por el 2001. Reconozcamos que la sueca Alicia Vikander es una buena actriz y que le puso mucho empeño a su entrenamiento volviéndose fisicuda y haciendo biceps con pesas de 15 kilos. Aparte de sus abdominales marcaditos y de las ganas que deja a los espectadores de entrar al gimnasio, la pobre Alicia no logró nada más con esta nueva versión de las aventuras de Lara “Daddy Issues” Croft.

Tomb Raider es otro de los fallidos intentos de llevar con dignidad un videojuego a la pantalla gigante. No sé por qué no contratan mejores guionistas, acá tienen a Alastair Simons con solo un crédito anterior y a Geneva Roberton debutando con esta huevada donde vemos a Lara correr más que el correcaminos. ¿De dónde los sacan? Y lo más importante ¿Por qué?.

El director no es otro que el noruego Roar Uthaug. Roar llamó la atención de la industria después de hacer La última ola (The Wave, reseñada ACÁ) que tampoco era la papa, pero que «enternecía» por su aspiración a fórmula americana. Lamentablemente, Tomb Raider es una película de estudio y las probabilidades de que Roar haya tenido libertades son mínimas. El resultado es esta cosa prefabricada, vista ene veces, sin carisma, sin chispa, sin ajayu.

La película empieza con Lara que no usa su fortuna desde que su padre desapareció. Le sigue dando cosita firmar el papel que certifica que el don murió en algun lugar del mundo hace ya siete años.

Pásenme un kleenex.

Cuando ya parece que va a ceder, descubre una serie de pistas (porque las cartas selladas o los audios están muy demodé) que la llevan rápidamente a una oficina secreta donde el tipo dejó un mensaje que expresamente pedía que se destruya lo ahí encontrado. Obvio que la tal Lara se pasa por recónditos pliegues las instrucciones.

En primer lugar, tenés una megafortuna y te vas a buscar al quinto infierno la verdad sobre tu padre con dos pesos y la ayuda de un chino/japuco borracho.

Todo es una estupidez de principio a fin. El viejo hizo una investigación cojuda sobre la incomprendida Himiko, una antigua reina cuya tumba guarda supuestos poderes.  Así, sin querer, llevará a unos imbéciles parte de un sociedad llamada Trinity a querer apoderarse de no se sabe qué. Porque nadie sabe realmente qué fue o qué tiene la bicha de interesante.

El villano es un “villano” pero no tuvo ni los huevos ni la viveza criolla de hacer lo que hacen Lara y el chino para salir de la bendita isla. Y claro, falta también criterio para cortar los brazos cuando es necesario, sino pregúntenle a Hershel de The Walking Dead o a Zegen de World War Z.

Mientras tanto, yo moría lentamente en la butaca, pensando aún en los pulposos labios de Angelina Jolie y el porqué no pudo ser feliz con Brad Pitt.

Rescato que después de tanto corre corre de Lara, y de una importante expulsión de fluidos (sudor y lágrimas) la película deja un mensaje a la conciencia que todo espectador debe meditar, explorar y somatizar: ¡No seás bruto! NUNCA se firma un papel sin leerlo.

Gracias, Alicia.

Lo mejor: lo fit que quedó Alicia, viva la salud! Lo peor: es innecesaria y tonta La escena: pienso, pienso…quizás el acertijo a resolver en la tumba de Himiko Lo más falsete: la pregunta sería ¿Qué no se ve falso? El mensaje manifiesto:  Leé lo que firmés El mensaje latente: LEE LO QUE FIRMES El consejo: Cuando se trata de dinero no se debe confiar en nadie El personaje entrañable: Himiko El personaje emputante: el papá de Lara que en lugar de responsabilizarse por criar hija se va a perseguir bichas El agradecimiento: porque cuando termina se te borra de la mente completamente.

PANTERA NEGRA o Te queremos, Killmonger

Y las películas del universo Marvel siguen llegando. Ya están casi por la veintena. De esa veintena la mayoría ha quedado en el olvido. Este año, Pantera Negra es la película Benetton que la muchachada estaba esperando. Ha sido vendida como la película que tiene el primer súper héroe negro y en la que casi todo el elenco es negro. Este amor por la negritud es parte de la ola de corrección política que invade Hollywood y que hoy está peleando espacio codo a codo con la cuota de género y el movimiento #metoo.

Para no desentonar, o emblanquecer por accidente el asunto, llamaron a Ryan Coogler para la dirección. Ryan no es un boludo x, dirigió dos películas que fueron bastante aceptables: la primera Fruitvale Station y la segunda (la más conocida) la secuela de Rocky: Creed. El guion lo escribe el mismo Ryan y Joe Robert Cole, guionista de algunos episodios de American Crime Story.

A ver, al principio todo se siente muy plástico y choto. Las imágenes tribales, de plantas mágicas y un país misterioso llamado Wakanda nos hacen sentir que veremos más de lo mismo. Luego, volvemos a tiempos modernos y el Rey de Wakanda asesina a su hermano en defensa de Zuri (un ayuco espía) .  Ya en tiempos actuales, el Rey asesino es asesinado en un atentado y su hijo T´Challa (Chadwick Boseman) hereda el rancho. Así se condensan los minutos iniciales.

Resulta que Wakanda, ahí donde la vemos, es una sociedad súper avanzada y tecnologizada, que guarda el secreto de su poder (el vibranium) para que el resto del mundo no se aloque y haga lo que están haciendo algunos en Oriente Medio (Hola, potencias que se reparten el petróleo).

T´Challa quiere vengar la muerte de su padre y se pone tras la pista de  Ulyses Klaue (un gran Andy Serkis), en los alborotos que vienen y van surge el verdadero protagonista de la película el señor Killmonger (Michael B. Jordan) también apodado El Jaguar Dorado.

El Jaguar Dorado roba cámara que es una belleza, y además las huevadas que dice son las que tienen mayor profundidad, incluido su texto final SPOILER al caer el sol cuando habla de sus hermanos que saltaban de los barcos para morir en lugar de ser esclavos. Ahí fue cuando me descubrí a punto de llorar por una película como Pantera Negra FIN DEL SPOILER

Claro que solo fue un «resfalón», ni el guion ni la hermosa presencia de Jordan consiguen maquillar del todo una película que juega a romper moldes pero que en la práctica es nomás un canto al statu quo, y a lo humano que es plegarse a los organismos internacionales y tener alianzas con los gringuitos, representados por la bondadosa figura de Martin Freeman.

No, no la pongo a la par de otros desastres de Marvel. Es una película que empieza muy convencional pero que va subiendo en emoción y acción. Su discurso político y social es más pose, una de las tantas mentiras que reproduce el cine. Una frivolización de las luchas afroamericanas. Igual, en honor a la verdad, algo  te va metiendo a la historia y hace que veas con simpatía a los personajes aun cuando estos no se desarrollen del todo. No deja de ser plástico, pero es un plástico bien fabricado.

Pantera Negra, como personaje en sí mismo es muy poco interesante, veremos cómo sobrevive las próximas entregas del universo Marvel sin su contraparte El Jaguar Dorado.

¡Viva la Monarquía!

Lo mejor: va levantando y logra emocionar Lo peor: es políticamente correcta y frivoliza la lucha afroamericana La escena: la de la caída del sol y la caída de Killmonger Lo más falsete: la postura de película que rompe moldes y que reivindica problemáticas históricas El mensaje manifiesto:  tenés que abrirte para ofrecer tus riquezas a tus países hermanos  El mensaje latente: la corrección política tiene nuevo disfraz El consejo: Se puede disfrutar El personaje entrañable: El jaguar dorado y Klaue El personaje emputante: Pantera Negra por ñoñazo El agradecimiento: por algunos momentos emotivos y un buen casting.

15:17 Tren a París o ¿qué pasó Mister Clint?

Esta ya salió de cartelera, pero considero mi deber moral el advertirles que si hay alguna película a la que se debe huir en el videoclub, el torrent, el dvd pirata, el streaming, esa es 15:17 Tren a Paris.

Hasta la fecha no entiendo qué le pasó a Míster Clint Eastwood. No entiendo qué le pasó al estudio por encima de Clint Eastwood. No entiendo qué le pasó al focus group con el que prueban algunas películas. No entiendo cómo encontró distribuidores y no entiendo cómo, CÓ-MO en nombre de Dios y del de abajo hay gente que la puede recomendar.

Esta película muy bien la pudo filmar Tommy Wisseau el boludo de The disaster artist. Es más, a ratos esperaba que entraran unas chicas en tanga o unos repartidores de pizzas, porque había planos con algunas actuaciones que parecían de película porno clase z.

A Clint, que es muy besabandera, le pareció interesante contar lo que sucedió cuando unos gringuitos detuvieron a un enloquecido musulmán en un tren en movimiento que iba de Amsterdam a Paris. El loquito musulmán supuestamente iba a perpetrar una masacre ahí dentro, pero los gringuitos salvaron el día.

A mí también me parece una historia muy interesante. El hecho en sí mismo duró apenas unos minutos por lo que Clint rellena el resto de la película contándonos cómo estos bravíos americanos crecieron, se relacionaron, tuvieron sueños, fracasos, se fueron a pasear a Europa y terminaron frenando al loquito musulmán.

Tampoco sé cómo el guion corrió a cargo de Dorothy Blyskal, que debuta como guionista y que le servía sopa de tomate orgánico a Clint Eastwood en Sully (2016) . Parece que la sopa era muy buena, porque no solo le dieron la posibidad de hacer este guion sino que a pesar de estar muy malo LO FILMARON. La tipa todavía tuvo el descaro de afirmar en una entrevista que se preocupó cuando vio que los actores principales de su guion debutante iban a ser actores naturales, pero que luego dijo “Confío en Clint”. Está claro que no debemos confiar en Clint.

La estructura de la película se maneja entre pequeños momentos del ataque en el tren con largos flashbacks de la vida de los protagonistas. La parte de sus infancias nos muestra a uno de los peores castings infantiles que he visto en mucho tiempo, también me quedé esperando que aparezcan las chicas en tanga y los repartidores de pizza. Ya cuando los personajes crecen, a Clint se le ocurrió la gran idea de usar a los verdaderos Spencer Stone, Alex Skarlatos y Anthony Sadler. Unos chicos que pueden haber sido héroes pero que no son actores, Clint. No son actores y tampoco tienen  facilidad para actuar. Chicas en tanga y repartidores de pizza, sigan viniendo.

Son casi dos horas viendo las imágenes más desangeladas, con los diálogos más sosos y las actuaciones más paupérrimas que he visto este año. Para eso me meto al cine a ver _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ o _ _ _ _ _ _ (rellene amigo, rellene).

Lo único que la salva del olvido es la secuencia del ataque que está bien relatada y con un montaje acorde a la situación. SPOILER Dicho sea de paso, qué suerte tuvo el Spencer, que se lanzó así como caballo desbocado a la muerte y justo el aparato se trabó y no funcionó. Si la huevada no se trababa estaríamos aún contando los muertos FIN DEL SPOILER

Lo demás es un saludo a la bandera (literal), en el que se mezclan el patrioterismo más panfletario, el exaltamiento al más rancio conservadurismo, el amor a las armas en un país que aún sufre por su falta de control de armas, y la idea siempre vacía y liviana del loquito musulmán atacando inocentes ciudadanos.

Me extraña araña que no la hayan nominado en los premios Razzies. Yo la nominaba a todo y hasta creaba nuevas categorías.

No pues, Mister Clint.

Lo mejor: … Lo peor: es una de las peores películas de un director reconocido que he visto en los últimos tiempos La escena: la única que vale la pena es el ataque en sí mismo Lo más falsete: TODO El mensaje manifiesto:  Podés cagarla al final de tu vida El mensaje latente: rodéate de gente capaz en su rubro, porque sino la vas a cagar al final de tu vida El consejo: hay guiones que no se deben filmar El personaje entrañable: creo que no hay ninguno El personaje emputante: estoy un poco emputada con Clint por ser el artífice de tamaño exabrupto El agradecimiento: el que me deben los que no la han visto y ahora pueden evitarla.

EL NO NACIDO (Still/Born) o Mamá al ataque!

¡Oh, sí! El mal rondando a los bebés y a las mamás primerizas. Este tipo de películas se han ganado mi corazón desde El Bebé de Rosemary. Nada como el terror maternal desafiado a hacer sacrificios “intensos” y “significativos”.

Still/Born es una película canadiense dirigida por Brandon Christinsen, un desconocido que seguirá siendo desconocido y escrita por el mismo Christinsen y Colin Minihan a quien le guardaba rencor desde Grave Encounters (la indignada reseña ACÁ).

Mary (Christie Burke) estaba embarazada de gemelos o mellizos, el caso es que uno de los bebés nace muerto. La tipa entra en depresión post-parto y depresión post-muerte. Al sobreviviente le ponen de nombre Adam y el pobre Adam es el que se chupa la aparente psicosis de Mary que lo vigila en la cuna, lo revisa, lo deja solo en la tina con el agua corriendo, y tiene ataques de genuina ira y descontrol.

Ahí como flor en un florero está también Jack (Jesse Moss) el marido ocupado, tratando de ganar más plata para seguir viviendo bien y cumplir sus sueños laborales mientras la mujer se va a la mierda.

La película es predecible, pero tiene algunos momentos de suspenso sorpresivamente conseguidos, o será que disfruto en demasía de las sombras acechando cunas.

Lo mejor de Still/Born es su mirada a la Mary quebrada mentalmente, a la que no sabemos hasta qué punto está perdida y dónde comienza y termina lo real. Mary como artífice de las acciones contra el bebé es más efectiva que Mary sufriendo por la bicha que en teoría lo quiere poseer.

Las apariciones de la bicha como ente físico nos hacen ser concientes que estamos ante una película de las de siempre, donde el monstruito se dobla, hace sonidos ásperos y gasta varios días en hacer lo que podría hacer en una milésima de segundo.

No, Still/Born no dejará huellas perecederas después de su visionado. De hecho, se te va ni bien termina, pero como película de terror funciona lo suficiente como para que devorés algunas pipocas y consumas unas cuantas cucharadas de azúcar diluidas en coca-cola sin culpa ni penas.

Lo mejor: el juego con la insanidad mental Lo peor: la bicha La escena: cuando se encierra con el otro bebé Lo más falsete: la bicha y algunas actuaciones El mensaje manifiesto:  si sos mamá, tenés que estar dispuesta a TODO El mensaje latente: Papá puede boludear El consejo: Vela de noche, cuando haga frío  El personaje entrañable: ADAM El personaje emputante: Papá boludo El agradecimiento: por sus buenos momentos.

CINE LIBANÉS: El Insulto (L´Insulte)

Por: Mónica Heinrich V.

El cineasta libanés Ziad Doueiri ha sido asistente de Tarantino, y su crianza fue en un entorno propalestina que luego matizó cuando conoció de cerca a algunos cristianos libaneses que también sufrieron masacres y fueron perseguidos por facciones extremistas palestinas.

De ese contexto se alimenta su cine, sus guiones. Por eso no es de extrañar las buenas intenciones que derrama su más reciente filme El Insulto, que fue nominado a Mejor Película Extranjera en la pasada edición de los Oscar.

Yasser, un palestino refugiado se encuentra trabajando en una calle de Beirut cuando le cae agua desde una canaleta de un balcón. La canaleta es ilegal porque por ley los balcones no deberían echar agua de esa manera. Yasser intenta coordinar con el propietario del departamento el arreglo del tubo. El dueño resulta ser Toni, un cristiano libanés que ni bien decodifica que Yasser es palestino se niega a cualquier colaboración. Yasser de manera unilateral decide poner la canaleta como tiene que colocarse y cuando Toni lo descubre, destruye el trabajo que ya estaba casi listo. Es en ese momento que Yasser insulta a Toni. Toni, entonces, dice que hasta que no reciba un pedido de disculpas del palestino llegará hasta las últimas consecuencias.

La sencilla premisa revela una radiografía de la frágil tregua entre palestinos y cristianos que se vive en el Líbano y de la hipocresía con la que se maneja el tema de refugiados en Asia y Europa. Ese pequeño conflicto entre dos personas, en medio de la calle, que puede sonar muy marginal, un roce muy estúpido y nimio termina amplificándose de tal manera que revive odios y rencillas que se intentan mantener ocultos bajo la corrección política.

La película en sí misma es modesta en cuanto a recursos, la música es más bien fea para mi gusto, onda musicón de matrimonio. La fotografía no es nada del otro mundo, tiene un estilo muy docu-ficción sin mayores sorpresas. Las actuaciones de sus protagónicos son cuando mucho cumplidoras. El drama se convierte en drama judicial casi a la mitad de la película y definitivamente le sobra una buena media hora. Eso porque el director y guionista termina enredando demasiado su fábula moral y sus ambiciones de parecer neutral.

Sin embargo, algo en El Insulto trasciende más allá de su forma. Esta es una historia que cala hondo y que deja abiertas algunas dudas o cuestionamientos válidos.

Vi esta película la semana pasada justo cuando estalló la polémica del micro donde una señora insultaba a una mujer de pollera. Es interesante cómo se puede extrapolar realidades y cómo el conflicto planteado en una película que exhibe una realidad en apariencia lejana, nos hace ver que no somos tan distintos.

Amén de que El Insulto en conjunto termine cediendo ante sus afanes conciliadores, no pude más que pensar en lo bien que representa la mezquindad del ser humano promedio. Una mezquindad surgida de una serie de factores que no necesariamente corresponden a lo vivido de manera personal sino a lo que se arrastra por varias generaciones.

El rechazo de Toni a Yasser, el insulto de Yasser a Toni y la postura de ambos de no ofrecer una disculpa que dejaría el conflicto atrás, están muy bien plasmados en esta película que intenta dar un mensaje moral, una lección de historia y un baño de comprensión a facciones largamente enfrentadas.

Mientras tanto en el Líbano, ahora llamado «vertedero del mediterráneo«, siguen cayendo bombas, los sirios no tienen cabida ni siquiera en los cementerios, y los palestinos aún esperan que mejoren sus condiciones de vida.

Si todo se resolviera como en las películas, qué lindo sería el mundo.

Lo mejor: te deja pensando, y alcanza un muy buen clímax Lo peor: le sobra media hora y el discurso político/moral se enreda demasiado La escena: cuando Yasser va a pedir disculpas y sucede lo de la mención a Bashar Lo más falsete: la mirada conciliadora ante un conflicto demasiado complejo El mensaje manifiesto: al final, todos podemos ser víctimas El mensaje latente: qué difícil es pedir perdón El consejo: para verla si hay la oportunidad El personaje entrañable: el papá de Toni, la mujer de Yasser El personaje emputante: los litigantes, qué terquedad! El agradecimiento: por las buenas intenciones.

CURIOSIDADES

Para el director, el reparto está en segundo plano. En primer plano está tener un guion redondo.

Hizo unas audiciones muy meticulosas. No conocía a esos actores pero apostó por ellos, algunos analizaban a fondo a sus personajes, y otros preferían ser más espontáneos.

Al principio del filme hay una advertencia que indica que la película no representa la visión del gobierno libanés. Antes de rodar, el director tuvo que presentar el guion en la Oficina de Censura. No le pusieron ninguna pega, pero tenían miedo de la reacción del público. Así que el único requerimiento que tuvieron fue que tenga esa aclaración al inicio del filme. Querían que el letrero dure dos minutos y finalmente accedieron a que sean 10 segundos que es lo que cualquiera tardaría en leerlo.

Ganó la copa Volpi al mejor actor en Venecia, y el premio del público en Valladolid.

El director se inspiró en películas como 12 hombres sin piedad, de Sidney Lumet, o Vencedores o vencidos, de Stanley Kramer.

Sobre Tarantino dijo: «Trabajé con él en Reservoir Dogs y Pulp Fiction entre otras. Quentin Tarantino ha influido a muchísimos creadores, diría que también a mí, que he estado tan estrechamente unido a él, pese a que no rodamos el mismo tipo de cine. Pienso que maneja muy bien los diálogos, y que en su cine la acción surge de las frases de los personajes. Me gusta pensar que mis filmes son parecidos a los suyos en este sentido. A veces ocurre lo contrario, en las malas películas se piensa primero en los combates, y luego se añaden los diálogos. No me gustaría que esto me pasara nunca»

CINE AUSTRIACO: Happy End

Por: Mónica Heinrich V.

El cineasta austriaco Michael Haneke fue uno de los grandes ausentes en las nominaciones de los Oscar de este año. No solo eso, también la pasó muy mal en el festival de Cannes, lugar que siempre lo acogió como a un hijo pródigo. Eso tiene cierto paralelismo con lo que la presentadora Heidi Klum siempre dice en su reality Project Runaway: “Así es el mundo de la moda, un día estás in y otro día estás out”, máxima que se puede aplicar para cualquier trabajo. Tal cual, a Michael Haneke que ha recibido premios por todo el mundo y ha sido considerado un director imprescindible en algunos circuitos cinéfilos, a él, a sus 74 años, le tocó estar out.

Su última película Happy End contiene todos los elementos que han caracterizado a su cine: Habla de la decadencia de una familia burguesa, de la violencia sin motivo aparente, del canibalismo de los medios, la soledad, la incomunicación, los afectos básicos anulados (familia, amigos) y tiene una mirada sombría sobre el ser humano en general.

Creo que el daño o el dolor que me causó Amour (2012) es difícil de expresar y muchas veces me pregunté, así como si el sujeto existiera realmente, qué sería de la vida de Georges, personaje interpretado por el francés Jean Louis Trintignan y que toma una muy turbia decisión al final de esa película. Por eso, que Haneke vuelva de alguna manera a esa historia en el personaje principal de Happy End que también se llama Georges, es un aliciente para seguir lo que nos cuenta.

Por supuesto, que ya desde el título, sabemos que tendremos cualquier cosa menos un final feliz. Haneke, al igual que el realizador americano Todd Solondz que hizo esa píldora de amargura llamada Happiness, no está dispuesto a darnos lo que el cine comercial y bobalicón reclama: Espectáculo y emoción. Al contrario, el acercamiento a su historia es de una frialdad casi exasperante.

Acorde a los tiempos que corren, el austriaco abre su película con un video filmado a través de un celular. Una niña ha matado a su hamster para probar (?) que puede envenenar a su madre. Esta niña resulta ser la nieta de Georges que tiene una empresa que alguna vez también estuvo in y que ahora está out, situada muy cerca de un campo de refugiados. Los problemas de este hombre ya empezaron en una situación como la de Amour, con el temita de la almohada, la paloma y esas decisiones que cambian vidas o las terminan. Y claro, Georges siente que tiene que tomar el toro por las astas en cuanto a más decisiones. Porque la vida es eso, tomar decisiones. Nuevamente, Haneke regala unos diálogos tristes y duros como el de la niña que le dice a su papá que sabe que no ama a nadie.

También hay espacio para el humor negro, que es un humor muy negro. Esta Europa clasista atribulada por la avalancha de los refugiados es el blanco perfecto para que Haneke se regodee en sus miserias. La sagrada institución de la Familia (así, con mayúscula) nunca deja de mostrar su cara menos amable, porque para el director no hay nada amable en la existencia.

Entiendo la decepción generada por Happy End en algunos espectadores, puede parecer el esfuerzo más pequeño de un Haneke cansado. Es, sin duda, el trabajo menos inspirado de su filmografía y hasta se siente como un plagio a pedacitos de cada una de sus películas. Sin embargo, desmerecer a ese Jean Louis Trintignant en el ocaso de su vida como ese Georges también en el ocaso de su vida, a la gran Isabelle Hupert actriz fetiche de Haneke, a la maravillosa Fantine Hardoin como la oscura Eve, no le hace justicia a una película que no deja de ser provocativa y que posee tantas capas a explorar.

Haneke, que es licenciado en psicología, tiene una firma muy clara en cuanto a su visión del cine, y ha encontrado su vitrina en películas como Funny Games, La Cinta Blanca y la ya mencionada Amour (reseñada ACÁ).

Fiel a su creencia de que la violencia no hay que mostrarla en primer plano, sino desde la distancia, el director y también guionista, hizo Happy End después de abandonar un proyecto de dos años llamado Flashmob.

En entrevistas posteriores al estreno le cuestionaron algunas escenas ambiguas y él dijo que la idea es que el espectador llene los huecos que él deja en sus argumentos porque como realizador solo da pistas y no repuestas.

Happy End, como ya lo dije al inicio, no tiene un final feliz. Su final es una cachetada, en ese plano largo, en esa espalda de Jean Louis, en esa aparición de un celular que vouyerista filma esa escena no feliz, Haneke se va a los créditos.

Queda la sensación de que el Haneke del menor esfuerzo, el Haneke cansado, el Haneke que se plagia y se autoreferencia, no deja de ser interesante.

Lo mejor: sigue la línea de su filmografía y tiene momentos densos muy logrados Lo peor: no es su mejor película y sabe a figurita repetida La escena: las de Eve, la del karaoke con Chandelier, y el final Lo más falsete: la irrupción de los refugiados a la fiesta El mensaje manifiesto: el final feliz es subjetivo El mensaje latente: estamos todos muy dañados El consejo: Igual hay que verla El personaje entrañable: el hámster del inicio El personaje emputante: el papá de Eve El agradecimiento: por los finales, a secas.

CURIOSIDADES

Actualmente, Haneke se encuentra a punto de debutar en la televisión con una serie de diez episodios llamado Kelvin´s Book que será una distopía.

Es el bache más largo entre películas de Haneke: Le tomó cinco años volver a exhibir un largometraje.

Cuarta colaboración entre Michael Haneke e Isabelle Huppert.

Aunque Jean-Louis Trintignant está jubilado desde 2003, sólo vuelve a trabajar en películas si Michael Haneke las dirige. Él considera a Haneke el director más grande vivo y actuaría para él en cualquier película (en papeles grandes y pequeños). Michael Haneke también considera a Trintignant uno de sus actores favoritos de todos los tiempos (junto a Marlon Brando).

Tuvo un presupuesto de 13.600.000 $us. aproximadamente.

Es una coproducción francesa y alemana.

La lectura de la prensa le facilitó, en esta ocasión, lo que él define como la situación perfecta, la idea central de la que parte toda la película. El suceso de una joven adolescente de 12 años que envenenó a su madre con pastillas, lo filmó con su móvil y lo subió a internet (el actual sustituto de la religión, según M. Haneke). A partir de ahí, el director y guionista concibió una gran familia burguesa y adinerada, en la que la expresión de los sentimientos es inexistente y la incomunicación, palpable.

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