LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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La felicidad y otros demonios
Por: Mónica Heinrich V. Desde chicos nos enseñan que la felicidad existe, que es algo alcanzable… La publicidad intenta ligar ese sentimiento de dicha a sus productos, un efecto placebo para que vaciemos los bolsillos y se los llenemos a la gente que a su vez, piensa, que el dinero puede hacerlos felices.

Todos la necesitan, todos la añoran, hay quienes se conforman con la felicidad en minúscula, hay quienes juran que no existe. El hecho es que se la busca conciente o inconcientemente. En el sexo, en las parejas, en la estabilidad económica, familiar, incluso en esos deseos prohibidos que escondemos. Algunos perversos, otros no tan perversos, pero siempre tabúes. Happiness habla de eso. El director Todd Solondz es un pendejo, hizo una película sobre la miseria humana y, como una bofetada, la titula FELICIDAD.

Más o menos cumple la declaración del escritor argentino Alejandro Dolina, que en un libro decía: “Al lado de la desdicha, se encuentra el verso perfecto”. Y Happiness es un recuento de desdicha, de soledades, de angustias, y por qué no? De crueldad.

La película se abre con una cena, ambientada en un restaurant de lujo. Una pareja conformada por Joy Jordan y su pretendiente de turno se encuentran rodeados de un halo romántico. En ese momento Joy justifica la decisión de finalizar la relación semi-amorosa que los une, le pide disculpas, le dice que lo lamenta, que él es un gran tipo, que le desea lo mejor…etc…El regordete y calvo individuo, observa al objeto de su afecto con sorpresa, no puede creer que lo dejen. Hasta ese momento, pensamos “pobre crispín”, empatizamos con el dejado…hasta ese momento. El gordo saca un obsequio para Joy, le dice que lo mandó a hacer especialmente para ella, es un objeto de colección…Joy llora emocionada, le agradece, le dice que nunca lo va a olvidar…y entonces, el gordo se lo quita, y le empieza a gritar que eso se lo va a regalar a su futura esposa y no a una cualquiera como ella, no a una nadie como ella, una pobre cojuda que está “llena de mierda”, palabras textuales…

Con esa primera escena, ya estamos casi preparados para toda la avalancha de crueldad y sordidez que se avecina. Un argumento realista que desnuda no sólo las llagas espirituales y psicológicas de la sociedad americana, sino que con un bisturí opera a corazón abierto al ser humano, mostrándonos íntimamente la oscuridad y la perversión que habita en cada uno de nosotros.

Para Solondz no hay concesiones. Y elige a una ficticia familia Jordan para mostrarnos los diversos grados de putrefacción, soledad y amargura. Joy es una treinteañera, que aún vive con sus padres, música fracasada, con personalidad frágil e ingenua, siempre presa fácil de vividores, abusivos y maleantes. Helen es la “exitosa” de la familia, escritora famosa, decepcionada por no haber experimentado violaciones ni sexo fuerte, tal como muestra en sus libros. En su vida diaria se desenvuelve con aires de diva, pero en la soledad de su departamento tiene las mismas frustraciones que todos. Trish es la que aparentemente tiene una vida perfecta, casada, con hijos, viviendo una vida apacible y de ensueño, que ella misma recalca siempre: es “perfecta”. Sin embargo, el sexo con su marido es casi inexistente y la relación que mantiene con su familia es absurdamente irreal. Como un comercial de detergente o de sopa Maggie.
El padre de estas tres chicas infelices, decide abandonar su matrimonio de muchísimos años, buscando algo que le permita reconectarse con el mundo, que le permita emocionarse, no esa pasividad asfixiante en la que se mueve con una mujer a la que prácticamente le ha visto la jeta toda la vida. La madre de estas tres chicas infelices, no entiende, no capta porqué su hasta entonces leal esposo necesita abandonar un vínculo del que ella depende.

Alrededor de estos personajes, INFELICES, pululan otros igual de oscuros, perversos, despiadados y patéticos. Un acosador telefónico que calma sus ansiedades sexuales llamando a su vecina de piso. Pero que en el fondo es un pobre tipo tímido, al que le sudan las manos y le tiembla la voz, cuando se topa cara a cara con el objeto de su acoso. Una solterona obesa que siente cosas profundas por el acosador y que en una escena que sólo puede calificarse de GRANDIOSA, le cuenta mientras se come un helado, cómo mató al portero del edificio y cortó su cuerpo en pedacitos para ponerlo en el refrigerador.

Y luego, el personaje más perturbador de todos, el que se lleva la palma, el que me persigue por las noches, el que me hace replantearme la idea de reproducirme o de traer hijos al mundo, pensando que existen tipos por ahí igualitos sueltos. Este retorcido personaje es Bill, el esposo de la que jura llevar la vida perfecta, Trish. A Bill lo conocemos a través de su primera escena, cuando en una sesión psiquiátrica cuenta un sueño recurrente: Él está en un parque, durante un soleado día. Los niños juegan, las parejas están haciéndose mimitos, los viejos caminan, los perros corren…etc…De un momento a otro, Bill saca una metralleta y barre con todo lo que pilla a su paso. “Y qué es diferente ahora?” le pregunta el psiquiatra sobre su relato. “Que en esta ocasión, no me suicido”, dice Bill. Ahí todos se estarán imaginando a un Cho Seung Hui (el de la masacre de Virginia Tech), pero lo de Bill es otra cosa. Bill es pedófilo y los amigos de su hijo pequeño lo tienen tan caliente que termina ideando un plan bastante perturbador para poder violar a uno de ellos. Si ustedes creen que la violación del amigo de su hijo, es lo peor que puede pasar con relación al tema de la pedofilia, es que todavía no vieron la “charla” que tiene este señor con su hijo acerca del tema, y lo que el hijo le pregunta. Otra escena INOLVIDABLE.

Cuenta con un reparto de lujo como la presencia de Philip Seymour Hoffman, Jon Lovitz, Jane Adams, Lara Flyn Boyle y otros actores que se meten dentro de la piel de personajes que pueden parecer demasiado oscuros, pero que en la vida real existen.

Todd Solondz es un polémico director, graduado de Yale, que se hizo relativamente conocido en el circuito independiente con “Bienvenidos a la casa de muñecas”, un filme que retraba la vida suburbana de una chica feucha y su entorno. Lo que en un principio nos suena a Betty La Fea, …se transforma en una cuestión menos complaciente con los no bendecidos por la naturaleza. Según Solondz, sí es difícil ser feo, sí en el colegio los compañeros te cagan con burlas, desplantes y otros, pero los feos pueden ser crueles también. Y el personaje creado por Solondz consigue empatía de la platea, y luego rabia. Así de jodido es este gringo. Y lo más interesante es que aunque en apariencia se trata de una historia sencilla, tiene unas dos o tres escenas que se quedarán grabadas como un tatuaje.

Solondz se ha caracterizado por hacer un cine mucho más jugado que el personaje con el que lo suelen comparar: Woody Allen. Allen a su lado, se ve políticamente correcto. Solondz no permite que le quiten escenas duras, no permite que le censuren un guión, por eso le cuesta filmar, le cuesta encontrar financiamiento, porque hay que recordar que a la mayor parte de la gente no le gusta verse al espejo sin maquillaje o después de una borrachera con la cara hecha mierda. No.

Eso es lo que hace Solondz, humor negro, corrosivo, un sarcasmo que apunta directamente al ombligo y dice: La sociedad apesta. C
onsiguiendo con Happiness su trabajo más redondo y más jodido hasta el momento. Un retrato de una familia como cualquier otra. Cuya apariencia “perfecta”, resulta ser un espejismo, donde los hallazgos macabros se suceden uno detrás de otro, y lo más pasmoso es que mientras el metraje avanza y uno dice: “Qué pervertidos”, nos queda la sensación de que estamos espiando por la ventana del vecino, de ese crispín al que le vemos su cara todos los días, pero del que no sabemos absolutamente nada.

Sí…es como cuando alguien lleva a cabo un acto atroz, un asesinato, un secuestro de un niño durante 8 o 10 años, o vuela un edificio con 300 personas dentro, o sencillamente se levanta una mañana aburrido y sale con un cuchillo a matar gente (como el japonés que lo hizo recientemente) y luego, luego los vecinos, la familia y la gente que los conocían, salen en la TV o en la prensa diciendo: “No entiendo, era tan buena persona. Un tipo educado, amable….”

De eso trata HAPPINESS, de la sordidez que habita dentro de cada uno de nosotros. De esa sordidez con que disfrazamos bajo esa infructuosa búsqueda de felicidad. Porque nosotros también somos “buenas personas, educadas, amables…”, pero en la soledad de nuestra habitación existen otros demonios.

CURIOSIDADES

– “Happiness” trajo consigo victorias y derrotas. Logró estrenarse sin calificaciones ominosas y sin que se la marginara a una “Red Box”. Pero también supuso el fin de Solondz con la distribución mayoritaria. October Films, subsidiaria de la Universal, se negó a distribuirla por su contenido. En específico por la escena de la charla entre Bill y su hijo sobre la violación de sus amigos.
– Fue considerada por muchos medios como la mejor película de 1998.
– Todd Solondz escribe y dirige todas sus películas.
– ganó por votación unánime el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cannes de 1998, entre otros importantes reconocimientos.

Lo mejor: Una visión mordaz y crítica de las mentiras que nos contamos todos los días.
Lo peor: Dura y cruel.

La escena: La de la gorda que cuenta su asesinato y la de la charla entre padre pedófilo e hijo.
Lo más falsete: nada
El mensaje manifiesto: No existe la felicidad
El mensaje latente: De verdad! No existe la felicidad!!
El consejo: Mírala.
La pregunta: ¿O vos te considerás feliz?
EXTRAS
Haciendo un repaso de la cartelera local. Les puedo decir que:
1.- Se estrenó finalmente y porque Dios es grande: “No country for an old men” cuyo título en español es el poético No es país para viejos, pero que en la cartelera local aparece como Sin lugar para los débiles (qué horror!) …el caso es que se estrenó, tienen que verla, es un peliculón. Ya la vi, pero debo verla en pantalla gigante…además de la actuación de Bardem, tiene una de las escenas más buenas del año pasado: la de la moneda con la frase: “call it frendo”.
2.- Sobre La Momia 3, ahórrense 30 Bs, largas colas para entrar, y casi dos horas de película. Una cosa HORROROSA, con decirles que la última entrega de Indiana Jones parece cine de autor a su lado. Mal hecha, aburrida, con un argumento más pobre que Etiopía. Así que ya saben. Mala, mala, mala, muy mala.
3.- The Prom Night, es cine para adolescentes. Y lo peor, para adolescentes tarados. Con muy poca calidad, nada nuevo bajo el sol de lo que el género propone. Mal actuada, con una dirección poco inspirada. Relativamente entretenida, aunque prescindible del todo.
4.- Quiero Robarme a la novia, bien nomás. Nada para lanzar cohetes, y su argumento nos recuerda a My Best Friend Wedding, sin Julia Roberts y versión masculina, pero digerible. Bonita, sí…puede pasar.
5.- Hancock. Es difícil hablar sobre Hancock. Por un lado, si no te la tomás en serio la podés pasar muy bien, es hasta bizarra en su argumento por el poco sentido que tiene todo. PERO eso también le juega en contra. Porque no sabés qué carajos viste al final. De todas formas, por lo menos es entretenida y consigue arrancar una que otra sonrisa.

Vení que te muerdo

Por: Mónica Heinrich V.
Vampiros. Vampiros. Vampiros.
Cuando supe que la película del momento en USA era Crepúsculo, y que trataba sobre vampiros…me faltaron dedos para googlear y para enterarme que se trataba de la primera parte de una historia, basada en una saga escrita por una tal Stephanie Meyer.
Era el fenómeno de los últimos meses del 2008, se había apoderado (sorpresivamente) de la taquilla sobrepasando películas de mayor presupuesto y envergadura. En mi caso, era la respuesta a una plegaria largamente elevada hacia la nada (no digo hacia Dios porque mi espíritu no lo soportaría)
Y como en esa época supe que la película recién llegaría en enero, me pareció justo matar mi curiosidad sumergiéndome en la versión literaria. Aproveché un viaje de mis progenitores hacia Obamalandia y les encargué esa misión. Fue misión cumplida.

La primera parte, se llama Crepúsculo y narra la historia de Bella Swan, una muchacha que ante el reciente nuevo matrimonio de su madre, decide mudarse a Forks (pequeño pueblito donde siempre llueve y está nublado) a vivir con su padre. Se inscribe en la secundaria, y en un momento dado se cruza con el protagonista masculino de este entuerto: Edward Cullen. Para más señas: el vampiro.

Tengo que recordarles que esta saga pertenece al género romance vampírico, género que en nuestro país es casi desconocido, e incluso hasta hace un par de años era imposible conseguir libros más “normales” de Romance de Bolsillo, Editorial Vergara o Editorial Cisne. Ahora, ya se puede conseguir algunos títulos, aunque son pocos los que están interiorizados en todo ese mundillo…como (modestia y humillación pública aparte) Yo.

Haciendo esa salvedad, diremos que Crepúsculo es básicamente una historia de amor, el amor extraño y casi imposible entre la humana y el vampiro. Edward Cullen es parte de la familia Cullen, uno de los doctores del pueblo (Carlisle) y su esposa Esme son sus padres adoptivos. Junto a Edward están sus hermanos adoptivos que son Alice, Jasper, Emmet y Rosalie. Obviamente son vampiros también: excepcionalmente bellos, fuertes…y algunos dotados de curiosos poderes.

Bella Swan resulta ser el personaje femenino más insufrible que he visto en mucho tiempo, la mala suerte y la torpeza la rodean durante los cuatro tomos de la historia. Edward siempre estará pacientemente lidiando con sus decisiones (generalmente In-decisiones) estúpidas, y claro, con el imán que lleva para atraer el peligro. Como no puede ser de otra manera, existen antagonistas… que aquí resultan ser los vampiros “malos”, porque los Cullen son tan buenos, nobles y especiales, que son vampiros “vegetarianos”…no se alimentan de sangre humana….y existen otros que no tienen sus mismos hábitos alimenticios y para quienes Bella será el bife a la plancha perfecto.

Por eso Edward vive todo el libro atormentado porque Bella, SU Bella es el humano que mejor olor desprende. En otras palabras, se la pasa con ganas de brincarle y sacarle hasta la última gotita de sangre, y luego ese sentimiento se mezcla con el más “desgarrador” amor. Bella anda de babosa por Edward desde el primer capítulo, y la autora consigue que la baba aguante cuatro tomos, casi de 1000 páginas cada uno.

Además de ese par…está Jacob Black, quien en un principio es el mejor amigo de Bella y que pertenece a los licántropos (hombres lobos y enemigos naturales de los vampiros) Este personaje es sumamente importante porque será algo así como el alma gemela de Bella, el amigo el que se apoya en momentos de dolor, compartirá cosas con él que con el vampiro no puede compartir y creará un lazo casi indestructible con este personaje…Así que…el triángulo está servido: Vampiro, hombre lobo y humana insufrible.

En mi amplia experiencia dentro del género me quedó claro que Stephanie Meyer escribe para la mierda, con mucho respeto hacia la horda de lectores que esta mujer ha conseguido. La saga parece escrita por una adolescente, onda diario de quinceañera…y aunque el objetivo es ese, el talento narrativo brilla por su ausencia. El mismo Stephen King coincidió en decirlo a voz en cuello cuando le preguntaron si él había influido en Rowling (Harry Potter) o en Meyer…y él dijo que mientras que Rowling era una muy buena escritora…Meyer apenas lo conseguía.

Aún así, debo reconocer que me leí los cuatro tomos, estuve a punto de dejarlo en el segundo…pero la esperanza de que Bella Swan muera de alguna manera lenta y horrorosa, me mantuvo leyendo la historia hasta el final. De los cuatro tomos, el cuarto es el más digerible porque ofrece mucho más detalles fantásticos sobre los vampiros, y finalmente se delimita ese trío emputante que se forma entre vampiro (amor de la vida de Bella), hombre lobo (amiguito del alma de Bella) y Bella (la que sabemos) Si un buen director agarra este tomo, puede resultar una película muy buena.

No es de extrañar que cuando asistí a la premier de Crepúsculo tuviera muchas ideas preconcebidas de lo que debían ser historia y protagonistas…y la secreta ilusión de que la directora hubiera suavizado las ñoñeces de telenovela juvenil mexicana, la haya hecho más oscurita y perversa y pueda sentarme a ver algo decente.

Pero nop. Crepúsculo es tal cual el libro, una peli para adolescentes americanos cansados de realities shows, buscando el amor en una historia fantástica con diálogos forzados y situaciones poco convincentes. Aún así, la dirección de Catherine Hardwicke, hace que un argumento tan simple se deje ver y encima entretenga (ídem a su versión literaria). Hardwicke es conocida por su ópera prima “Thirteen”, interesante y minimalista filme protagonizado por Evan Rachel Wood que tuvo varios premios y recorrió un montón de festivales.

Eso se agradece, se agradece que hayan buscado una directora que hizo que la experiencia no sea tan nefasta y que acompañada de una muy agradable banda sonora, una buena fotografía y algunos momentos intensos, la hagan llevadera.

Sobre las actuaciones diré que Kirsten Stewart (Bella Swan) lo hace muy bien. Lleva el papel de una manera digna, la hace ver menos estúpida de lo que en realidad es y tiene carisma. Recordamos a esta actriz como la hija asmática de Jodie Foster en La Habitación del Pánico.

Lo opuesto ocurre con Rob Pattinson (Edward Cullen) que aunque ya tiene una legión de admiradoras, me resulta casi insoportable de ver…lo hallo soso, le quita dignidad al único personaje algo ecuánime de la saga y no condice con la imagen que yo tenía del vampiro. A eso agreguémosle que este actor ha trabajado en nada más y nada menos que Harry Potter…interpretando a Cedric Diggory. Y sus dotes histriónicas están muy por debajo de las que alcanza su coprotagonista femenina. No lo imagino enfrentando las cosas que van a seguir en las próximas entregas fílmicas.

El resto de los personajes están bien representados por los actores elegidos, y sorprende un Charlie (papá de Bella) que en el libro se ve más insulso, pero que en la pantalla grande aporta a la película unos cuantos momentos de humor. Bien por ello.

En general, todo el casting “juvenil” parece sacado de una de esas series de televisión de niños “bien”, “pijos” (dirían los españoles), los vampiros parecen modelos de catálogo y sus reflexiones o actitudes suelen ser mucho más livianas que los de seres que no duermen, que viven en la oscuridad, luchando contra una sed abrasadora, atormentados por la inmortalidad.

Me gustó? No la odié, me entretuve, mediocremente, pero me entretuve… todavía sigo elevando mis plegarias hacia la nada por una gran película sobre vampiros, una que tenga la pasión de Drácula (Bram Stoker), la profundidad de Entrevista con el vampiro (Anne Rice), lo tétrico de La hora del Vampiro (Stephen King), lo erótico-sexual de la Saga Oscura (Christine Feehan) y claro…pongámosle alguito (pero sólo una pizca) de la ñoñez de esta.

Lo mejor: Relativamente entretenida, y cumple a cabalidad su función de encandilar adolescentes.
Lo peor: Edulcorada y con personajes estereotipados y artificiales.
La escena: la del beisbol y cuando Edward carga a Bella trepando árboles
Lo más falsete: Situaciones absurdas que no tienen que ver con la película, sino con el libro en el que se basó.
El mensaje manifiesto: El amor todo lo puede
El mensaje latente: El amor todo lo puede (es triste que en una película haya un solo mensaje no?)
El consejo: Para paladares poco exigentes
La pregunta: ¿La segunda parte será mejor? (tomando en cuenta que Hardwicke dejará la secuela, y que será Chris Weitz el encargado de Eclipse…Weitz ha dirigido American Pie, About a boy y la Brújula Dorada, entre otras pelis)

CURIOSIDADES
– Fueron 48 días de rodaje en Canadá y tuvo un presupuesto de aproximadamente 37 millones de dólares.
– La cinta lleva recaudados más de $ 180 millones de dólares.
Henry Cavill era la primera opción para Edward Cullen, OPCION QUE YO APROBABA! Pero cuando empezó la producción, el actor ya tenía 25 años y no parecía para nada un adolescente de 17.
– La autora Stephanie Meyer aparece brevemente en una de las escenas donde se ve a Bella comiendo con su padre en un restaurante al que acostumbran ir seguido
– Meyer, licenciada en literatura inglesa por la Universidad Brigham Young, dice que la idea de Crepúsculo surgió a partir de un sueño. “Cuando me desperté, quería saber qué pasaba a continuación. El primer día escribí 10 páginas. Cuando lo terminé, nadie estaba más sorprendido que yo de que hubiera realmente escrito un libro entero”.
– El fiel seguimiento de Crepúsculo ha generado más de 350 sitios web y una entrega y dedicación propias de una obra de culto.
EXTRAS- 88 MINUTOS: Qué asco de thriller. Me sorprende que Al Pacino se desperdicie tan groseramente en esta película donde el mejor adjetivo que se le puede dar es: Tonta. Si no me salí del cine (como últimamente suelo hacerlo) fue por Pacino y porque el tema de los serial killers siempre me ha interesado. Pacino interpreta a un psiquiatra que ayudó a meter preso a un asesino serial, que fue sentenciado a la pena de muerte. Cuando dicho asesino está por cumplir su condena (9 años después del juicio) Pacino recibe misteriosas llamadas donde le anuncian que tiene 88 minutos de vida, por mentir en el juicio y convencer al jurado de la culpabilidad de un hombre inocente. Lo que suena interesante, NO lo es. Es una película plagada de los clichés del género, absolutamente chapucera en el engranaje del “suspenso”, muy tonta y que irrespeta al espectador con su ausencia de argumento coherente. El final es risible, muy mala. Pobremente actuada, a pesar de contar con muchos actores conocidos. La dirige John Avnet que tiene en su haber películas como Tomates Verdes Fritos (que en su momento, disfruté mucho) o The War (regularona), pero que usó a Pacino en una de las peores películas que he visto con actores legendarios…una peli horrible junto a Robert De Niro…llamada Righteous to Kill…MUY MALA! Oye Pacino, dejá de juntarte con Avnet.

“Let’s put a smile on your face”
Por: Mónica Heinrich V.

Esperaba The Dark Night como una quinceañera espera su fiesta de 15 o como una virgen espera a su primer amante. Entre The Dark Knight y yo, existía algo previo a su estreno. Ese algo tenía nombre y apellido: Heath Ledger.

En esta misma columna ya he contado cómo conocí a Heath (fílmicamente hablando) y la conmoción que causó en esta fiel espectadora su muerte acaecida este año, por una sobredosis (dicen que accidental) de medicamentos prescritos.

La expectativa por ver lo que había creado con el Guasón era indescriptible. Había visto los trailers, había visto las fotos, me había parado estúpidamente frente al póster contemplando la espalda violeta de un Joker enfermizo.

Sí, pocas veces viví un estreno de una película comercial tan intensamente. Y en el fondo tenía miedo. Tenía miedo de que sea una cagada, que Nolan (director que admiro mucho) no haya sabido aprovechar un casting perfecto…

Pero no, Nolan nos regala una de las mejores películas que se han hecho de un súper héroe. Desde el principio te conectás con una trama que te lleva en un tren de emociones donde lo que parece un entretenimiento como cualquier otro, va sumergiéndose poco a poco en una cuestionante social y existencial sobre la naturaleza del ser humano.

Tenemos a Cristian Bale, interpretando a Bruce Wayne, el adinerado y atormentado hombre murciélago. A la luz pública finge ser un playboy despreocupado, acorde a su status social y a su nivel de vida, una vez se pone el disfraz de Batman, su mayor preocupación es la seguridad de los habitantes de Ciudad Gótica.

Hasta el momento, la cosa ha funcionado. Aliado junto al sargento Gordon (un siempre brillante Gary Oldman) Batman ha ido limpiado la ciudad de la mafia y la corrupción, siempre desde las tinieblas, siendo tácitamente cuestionado por el ciudadano de a pie que lo ve como un centinela, pero que lo juzga íntimamente por no apegarse a la ley y no hacer su labor a cara descubierta.

Ahí tenemos nuestro primer conflicto. Un conflicto entre lo que debe ser un héroe, lo que Batman es y lo que necesita ciudad Gótica.

La dinámica establecida entre los civiles y su anónimo benefactor es rota cuando aparece El Guasón (Heath Ledger), un sujeto del que nadie sabe nada, que viste y se maquilla como un decadente y lunático payaso, cuyo rostro está surcado de feas cicatrices y cuyos tics nos hacen ver que se trata de alguien que está más allá del bien y del mal. Un ser totalmente anárquico, como él mismo se autodeclara: “un agente del caos”, él es “como el perro que persigue los autos”, una vez “los alcanza, no tiene idea qué hacer con ellos”. Un outsider esquizofrénico cuyo objetivo no es la plata, ni la fama, ni siquiera la atención, su objetivo es jugar, orillar a los personajes al límite de lo imaginable. Para más señas: un villano absolutamente perfecto.

Debo confesar que ni bien Heath Ledger se asomó en la pantalla, lo reconocí al tiro, un leve vistazo a su espalda, aún inmerso entre una banda de criminales vestidos igual que él, me hizo agarrar fuertemente el brazo de mi acompañante y susurrar: “Es él”.

El Guasón roba una importante suma de dinero que pertenece a la mafia, la policía de Ciudad Gótica intenta decomisar el dinero restante de algunos bancos específicos, pero uno de los contadores de los maleantes se adelanta y agarra toda la plata para ponerla en un lugar seguro. A todo esto se está haciendo un juicio, precisamente para terminar de limpiar las calles de esta gentuza, responsabilidad asumida por los abogados Harvey Dent (Aaron Eckhart) y Rachel (Maggie Gyllenhall), papel que en Batman Begins interpretó la insípida boca torcida de Katie Holmes, que gracias a su maridito (Tom Cruise) tuvo que abandonar.

Recordemos que Rachel era el objeto amoroso de Batman en la primera entrega que dirige Nolan, aquí la mujer ha decidido continuar su vida ante la imposibilidad de establecerse con alguien como Bruce Wayne, por lo difícil que sería casarse y tener hijos con un súperhéroe que se debe a otros, antes que la familia. Entonces anda liada con Harvey Dent.

Otro conflicto se presenta: Harvey Dent parece ser el héroe que Ciudad Gótica necesita, y ante esa realidad nuestro Batman se encuentra partido entre el alivio y los celos que le despierta que un hombre al que él considera realmente un buen tipo, se quede con su chica.

El Guasón entra en acción para “atrapar” a Batman, confrontarlo contra la corrupción que habita en su interior e intentar jalarlo hacia su lado, al lado donde reina la oscuridad, las sombras en que su sonrisa llena de cicatrices y maquillaje, se agita.

Esto es lo que hace el guión poderoso. La relación que existe entre Batman y el Guasón como dos opuestos, que al decir del mismo Guasón se complementan. Mientras el villano de la sonrisa eterna no conoce límites y espera lo peor del ser humano, Batman no está dispuesto a traspasar la línea que se ha trazado como límite moral. Mientras Batman a pesar de vivir una doble vida, posee una personalidad definida, el Guasón tiene una personalidad totalmente fracturada, en que su perverso sentido del humor se mezcla con la crueldad y una inteligencia (a ojos vista) superior al promedio.

La película tiene muchos giros, algunos bastantes evidentes y esperados, pero no por eso menos disfrutados. Aunque hay bastantes cabos sueltos en torno a la resolución de muchos de los conflictos planteados, el global de este filme hace que olvidemos y perdonemos cualquier pequeño desliz a nivel de guión o de argumento.

A nivel artístico y técnico, es una película grandiosa. Muy buenos efectos especiales, espectaculares escenas de acción, pocas veces me ha tocado ver un filme que a sala llena despierte tantos sobresaltos, tantas exhalaciones, tantas exclamaciones de asombro. Y lo mejor es que estas escenas que te dejan con la boca abierta, se suceden una detrás de otra, no es UNA que te apantalle y ya estuvo. No. Hay como 6 o 7 escenas que fácilmente se pueden convertir en escenas de culto.

El guión fue escrito por los hermanos Nolan (Jonathan y Cristopher), y creo que la mano de Jonathan fue la mano que faltó en Batman Begins (no participó en el guión), que si bien no fue una mala película, está a años luz de lo que ambos hermanos han conseguido lograr con esta nueva entrega.

La música y el sonido acompañan de una manera simbiótica todo lo que las imágenes arrojan, como dato aparte Hans Zimmer el que se encargó de musicalizar el filme, tuvo un shock tan grande cuando se enteró de la muerte de Heath Ledger que pensó en reescribir toda la música que tenía ya lista para las escenas en las que el Guasón aparece. Después de sopesarlo, se dijo que lo que Heath merecía era precisamente mantener la onda oscura y retorcida del papel, y no edulcorar al personaje como un mal homenaje al actor. Es así que la música se mantuvo tal cual llega hoy a nuestros oídos.

Cristian Bale convence en su papel del súper héroe más humano que se ha visto hasta el momento. Algunas veces no me gustaba mucho la impostación de su voz cuando personifica a Batman, pero lo dicho, TODO se perdona. Aaron Eckhart a quien había visto antes en papeles menos complicados como en Thanx For no Smoking o en Sin reservas, cumple a cabalidad con un personaje que sufre una transformación radical, y
que en el pasado interpretó Tommy Lee Jones en Batman For Ever. Maggie Gyllenhall no desentona como la codiciada Rachel, Morgan Freeman convence como Lucius Fox gerente de las Empresas Wayne y el siempre solvente Michael Caine se apodera del papel del famoso Alfred, el mayordomo de Batman.

Sin embargo, lo que eleva a esta película por encima de cualquiera que haya salido en los últimos años, es Heath Ledger. Podría escribir eternamente sobre la grandiosa y sobrenatural interpretación que consigue, baste decir que en el momento que lo vi haciendo su primera gracia en pantalla, estuve a punto de echarme a llorar. No podía creer que hubiéramos perdido irremediablemente un talento como el de este tipo. Es sencillamente una tragedia.

Después de casi tres horas de estar con el ojo pelado, en que casi ni siquiera pude comer ni tomar nada de la pura emoción, la película terminó. La gente emitió un tibio aplauso, justa recompensa a una película realmente impresionante. Me quedé sentada en mi butaca, esperando el in memorian que sabía tenía que llegar al final. Pasaron los créditos, la gente se paró para irse, algunas espaldas me tapaban, pero yo seguía invadida de una tibia melancolía…finalmente apareció: “In memory of our friends Heath Ledger & Conway Wickliffe“, Conway Wickliffe era un técnico de 41 años que murió mientras ensayaba la escena de la persecución que realiza el batimóvil casi al final.

Y así concluyó El caballero oscuro…pero el romance entre esta película y yo, no termina. Ya hay una lista de espera de conocidos a los que me les he sumado, para verla de nuevo, por lo menos unas 3 veces más.

Y es que si existe un paraíso de villanos, El Guasón seguramente tiene su entrada garantizada. Mientras tanto, tocará incluir a Heath Ledger en nuestras oraciones diarias…junto a Stanley Kubrick, Kurt Kobain y otros, no quedará más que juntar nuestras manos y susurrar: Heath nuestro que estás en los cielos…

Lo mejor: Heath Ledger, con una caracterización fuera de este mundoLo peor: algunos cabitos sueltos, pero perdonable en base al resultado global.La escena: la del hospital, las veces que el guasón comenta el origen de su cicatriz, la del vuelco del bus. Hay hartas escenangas.Lo más falsete: nadaEl mensaje manifiesto: No todos somos corruptosEl mensaje latente: No todos somos corruptos, pero la mayoría síEl consejo: Tenés que verla no 1, ni 2 veces…todas las que podás.La pregunta: ¿Por qué nos dejaste Heath?

CURIOSIDADES
– Cuando le preguntaron «¿Por qué Heath Ledger es el Joker?», Christopher Nolan dijo: «Porque es valiente».
– La imagen original (la del cómic) de el Guasón está directamente inspirada en la versión cinematográfica de «El Hombre que Ríe» (Paul Leni) basado en la novela homónima de Víctor Hugo.
– Se pensó en Paul Bettany, Adrien Brody y Lachy Hulme para el papel de El Joker
– Se le ofreció a Matt Damon el papel de Harvey Dent
– «Heath lo creó de forma totalmente original. Es sensacional, cautivador y va a impresionar a la gente», dijo Nolan, quien fue más allá en la descripción del Joker, tal y como lo concibió Ledger: «Un anarquista punk sacado de ‘La Naranja Mecánica’ (1971)».
– Kim Ledger y su esposa Inés, la madrastra de Heath Ledger, pasearon por la alfombra roja para ver el último trabajo de su hijo, «El caballero oscuro», en la que dio vida al malvado Joker. También acudieron su madre, el marido de ésta, y la hermana mayor de Ledger, Kate.
– Según revela una información publicada por ‘Deadline Hollywood Daily’ recogida por otr/press, algunos analistas consideran que la película podría alcanzar sin problemas los 130 millones de dólares, una cifra que, de confirmarse, convertiría a ‘El Caballero Oscuro’ en el tercer mejor debut de la historia del cine en un fin de semana, tras ‘SpiderMan 3’, que recaudó más de 151,1 millones de dólares, y la segunda parte de ‘Piratas del Caribe’, que logró superar los 131 millones en la taquilla estadounidense en su primer fin de semana.

Te queremos Shyamalan, te queremos
Por: Mónica Heinrich V.

Sin duda, la gran tragedia de Shyamalan fue hacerse conocido en el mercado cinematográfico con un filme de la calidad de Sexto Sentido. A partir de ahí, nuestro hombre ha tratado de sorprendernos una y otra vez con rocambolescas historias, que generalmente intentan dar el “giro” que hizo de Sexto Sentido, una pequeña obrita de arte.

Pero adivinen qué, Shyamalan no es Hitchcock (uno de sus máximos referentes). Después de Sexto Sentido, este director indio que en su adolescencia hizo más de 45 películas caseras, no ha conseguido darnos nada que nos haga patalear de gusto.

Se puede creer que Sexto Sentido es su ópera prima porque fue con la que se hizo notar, pero el filme protagonizado por Bruce Willis fue su tercer largometraje, después que en 1992 lanzara Praying with anger y en 1998 Wide Awake.

Hasta ese momento, la filmografía de este curioso cineasta se caracterizaba por ser mucho más sosa y simple. Cuando el éxito llegó junto a Sexto Sentido en 1999, nuestro muchacho, parece que pensó: “He ahí la fórmula”, y se lanzó de lleno a darle duro y parejo a los temas “raros”, personajes “raros”, finales “raros”, y un tedioso etcétera.

A mí me encantó Sexto Sentido, hice una cola que llegaba hasta la Junín en el desaparecido Cine Palace, y salí extasiada. Amén de algunos cabos sueltos, la película fue una sorpresa y una experiencia gratificante. Eso hizo que me uniera alegremente al club de crispines que esperaban con ansias lo que Shyamalan iba a hacer después.

Fue así que llegó Unbreakable, película protagonizada por Bruce Willis y Samuel L. Jackson. El filme no era malo, pero no llenó las expectativas de NADIES. Y para qué mentir, su final me dejó con ganas de poner una bomba en su jardín. En esa época me expliqué pacientemente, que la culpa no la tenía Shyamalan, no. Que la culpa la tenía la gente. Y sobre todo los crispines como yo, que habíamos orillado a ese pobre hombre a hacer cosas demasiado tiradas de los pelos.

Me tranquilicé, bajo el proverbio turco de La paciencia es la llave del paraíso. Entonces esperé pacientemente mi Edén.

Y vino Señales. Quiero decir algo antes, algo que me redima de lo que estoy a punto de escribir. Odio a Mel Gibson. No sé porqué, simplemente lo detesto. Veo sus películas (las que dirige y las que protagoniza), porque no me queda otra. Señales, protagonizada por Mel Gibson tuvo buena acogida por parte de la crítica, pero a mí no me encantó tampoco, me entretuvo medianamente, aunque todas esas pajas mentales de creencias religiosas mezcladas con extraterrestres malos, no me resultó muy buena idea. Lo que me hizo verla con relativo placer fue la presencia de Joaquín Phoenix a quien considero un gran actor.

Al tiempito Shyamalan volvería con La Aldea, cuya temática central me pareció interesantísima, contó con grandes actores en su reparto, una hermosa fotografía y un toquecito de ambiente enrarecido, cabal y oportuno. El problema fue, que al igual que todo lo que ha hecho Shyamalan después de Sexto Sentido, su resolución no llega a redondear un producto que pudo tener un mejor destino.

Con eso llegamos a La dama del agua. EL HORROR!!! No podía creerlo, era capaz de pedir la eutanasia cuando estaba dentro de esa sala de cine y mi asiento quedaba en medio de un bollo de crispines. Terminada la película, mi acompañante y yo nos miramos profundamente consternados.

Este 2008, Shyamalan regresa después de 2 años de silencio. Había leído por ahí que el guión de esta película se lo rechazó Sancho, Pedro y Martín. Que le dijeron: “No, señorito. Esos despelotes en este estudio, no”. “Tenés que cambiar esto, y aquello, y estito más”, y que anduvo como gallina sin huato, hasta que en una epifanía redefinió su argumento y creó The Happening, o en español El fin de los tiempos.

La película empieza en Central Park, después de una leve brisa, la gente se queda estática, repite oraciones y da inicio un suicidio en cadena, donde la escena más brillante es la que ocurre en el edificio con los albañiles. Bonito, para qué. En ese momento dejé mi pipoca a un costado y le susurré a mi acompañante: “Vamos a ver cómo sale el “dire” de este chiverío”.

Luego aparece el protagonista Mark Whalberg que sigue dejando atrás su imagen de modelo de calzoncillos Calvin Klein e interpreta a un profesor de ciencias, que ya en la primera escena, si no estás opeando, nos da la conclusión de la película.

Bueno, que cunde el pánico en Nueva York y la gente comienza a huir de algo que hasta ese momento parece un “ataque terrorista”, guiñito a la paranoia americana …Mark que está casado con una tipa insoportable, o por lo menos, así la sentí yo (casi toda la película se la pasa con sus ojos azules brotados), huye también junto a la individua esta y la hija pequeña de un colega suyo, que otra vez en nombre del amor encarna al personaje boludo que regresa a buscar a su pareja a un lugar donde lo espera una muerte segura.

En realidad toda la película es eso, esta tropa de crispines huyendo del viento y de las plantas, para ser más exactos. Hay algunas escenitas bien logradas, el argumento no está mal, pero para variar la caga a la salida. Además los protagonistas son seres con los que nunca llegás a empatizar, la niña, por ejemplo, que es un recurso harto conocido para que la platea se ponga más nerviosa, tiene menos gracia que García Lineras bailando lambada.

El final llega, cuando vos ya sabés el final, y es coronado con algunos clichés típicos de novela mexicana. En general, El fin de los tiempos, se deja ver. Supuestamente es una filosófica mirada a nuestra existencia en el planeta tierra, lo mezquinos que hemos sido y la frase que podría resumir todo: “El que la hace, la paga”. Pero en realidad, la película se diluye porque prácticamente ofrece lo mejor en sus primeros 20 minutos y lo demás es una caída en picada, que cuando comienzan a aparecer los créditos, vos ya llevás media hora pensando melancólicamente en el momento que al fin podás ver “BATMAN, The dark Knight”. Sí. No aguanto más. NO AGUANTO MÁS! 8 de julio, por favor, llegá!

CURIOSIDADES
La película fue filmada casi en su totalidad en las ciudades de Philadelphia, Pennsylvania, en los Estados Unidos.
Shyamalan repite como guionista, productor y director, siguiendo la estela de sus trabajos anteriores y manteniendo así el control de todos los aspectos el proyecto.

Shyamalan se ha ajustado a un relativamente modesto presupuesto de 57 millones de dólares. Los grandes estudios le han retirado relativamente la confianza después de que no cumpliera las expectativas comerciales.

La idea para El final de los tiempos se le ocurrió a Shyamalan mientras conducía através de la campiña del estado de Nueva Jersey, viendo pasar velozmente a través del parabrisas un frondoso y verde mundo. «Iba de camino a Nueva York», recuerda, «era un día precioso y los árboles sobresalían en la autopista, cuando de repente me dije a mí mismo: ‘¿Qué ocurriría si la naturaleza se volviera un día contra nosotros?'».

Lo mejor: Los primeros 20 minutos
Lo peor: Se diluye del todo. Y nunca llegás a conectarte con los protagonistas.
La escena: La de los albañiles. La escena de la lluvia de suicidas. Y la del tráfico y la pistola que recogen unos detrás de otros.
Lo más falsete: La explicación, la historia de amor cursi y pelotuda
El mensaje manifiesto: No jodamos a las plantas.
El mensaje latente: El hombre se ha ganau solito todos los desastres naturales
El consejo: Oí Shyamalan, sería bueno que empecés a pensar en gente ajena a vos para los guiones.
La pregunta: ¿Oí Shyamalan, no tenés amigos guionistas?

CINE INGLÉS: In Brugges (Escondidos en Brujas)

«Like a fucking fairy tale»

Por: Mónica Heinrich V.


Ajá. Ahora que mis noches terminan invariablemente con tres películas, una detrás de otra, es cuando me quebro la cabeza tratando de recordar QUÉ ME FALTA ver, y es tanto que dan ganas de llorar.

Fue así como de lo más profundo de mi psiquis surgió In Bruges. Este filme del 2008 se había quedado como un must see (debe verse) gracias a las buenas reseñas que leí por ahí y a que el pelón de Ojo Crítico dijo que mereció mejor suerte en los Oscar porque era quizás la mejor película de las nominadas.

Claro que con el pelón hemos tenido nuestros desencuentros, pero desde que gracias a él vi Entre Copas, surgió una hermandad cinéfila que borra cualquier exabrupto anterior.

En una lista de alquiler que incluía La Ola, Paper Heart, Las Trillizas Belleville, Satanás, Numb, Más allá de la duda, Teniente Corrupto y Pandorum, llegó In Bruges.

Su título en español es Escondidos en Brujas y está protagonizada por Colin Farrell, Ralph Fiennes y Brendan Gleeson. Al leer el nombre de Colin Farrell varios ya estarán pensando en recular, no hagáis tal muchachos…In Bruges es, sin duda, un filme que me reconcilió con el cine después de la traumática experiencia vivida con Luna Nueva.

Primero, los ubicaré en el espacio: Brujas es una ciudad de Bélgica, famosa por su arquitectura medieval y por ser quizás una de las zonas más turísticas de ese país. Su casco histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, y se llama Brujas no por las criaturas con poderes mágicos, sino porque la palabra flamenca significa puente, y en Brujas hay una enorme cantidad de puentes.

Hace falta ser muy talentoso y tener una elevada sensibilidad artística para crear un guión con una ciudad tan espectacular de escenario, y al mismo tiempo, tan olvidada por directores de cine menos inspirados.

La trama es la que sigue: Colin Farrell y Brendan Gleeson son dos matones que se ¨esconden¨en Brujas luego de un trabajo que salió mal. Dicha decisión se hace a instancias del jefe de ambos, Ralph Fiennes.

Mientras Colin interpreta a un irlandés bonachón, descarado, pero de buen corazón, Brendan personifica a un hombre mayor, sediento de cultura, que disfruta el arte y que a pesar del duro oficio que realiza también tiene buen corazón. El problema en esta ecuación resulta ser Ralph Fiennes cuyo personaje posee rígidos principios, a los que no piensa traicionar bajo ningún concepto.

En esta película hay de todo: Obesos, enanos, prostitutas, dealers, skinheads, curas, cuando pensás que ya no sucederá nada más, aparece un nuevo personaje freak, un nuevo diálogo para partirse de risa que hace que pensés que el que escribió ese guión es un jodido genio.

Sólo con la introducción, podés intuir que vas a ver una gran película:
¨Después de matarlos tiré el arma al Támesis, me lavé las manos en el baño de un Burger King, y me fui a casa caminando a esperar instrucciones. Al rato llegaron las instrucciones. ¨Váyanse ya de Londres, estúpidos. Vayan a Brujas¨. Yo ni siquiera sabía dónde carajo quedaba Brujas. Queda en Bélgica.¨

¿Acaso miento?

Al mismo tiempo que se nos plantean charlas existenciales sobre la vida, la muerte, la moral, el director nos pasea por la bella arquitectura de Brujas, es como un nuevo género, ¿turismo-cine?, pero no esas cagadas que se ven cuando Spielberg o Cameron se van a alguna selva a filmar, aquí hay un genuino amor por la ciudad elegida como marco de la historia. Vemos museos, calles, puentes, escuchamos a través de Brendan Gleeson anécdotas, referencias históricas, y es imposible que los que no conocen el lugar, no deseen ir a verlo.

El ritmo y las actuaciones del filme están tan bien logrados que jamás te aburrís, y esperás atento cualquier otro destello de humor fino y descarado. Colin Farrell y yo nos hemos reencontrado, fue casi como en slow motion con una canción de Celine Dion de fondo, después de tantos ¨No sé qué le ven a ese crispín¨, hoy puedo decir que ya sé qué le ven. Me divertí muchísimo, quedé muy muy satisfecha, de hecho la volví a ver al día siguiente junto a compañero de butaca, y me dije que antes de sangrar por la herida escribiendo sobre Luna Nueva, tendría que empezar de manera positiva el 2010.

¿Cosas a criticar? Hay ciertos detalles que están cantados, y que le quitan frescura a una propuesta que sí es fresca en su planteo y en sus diálogos.

Filme con una excelente fotografía que sin duda debe todas sus virtudes a su genial genial director y guionista Martín McDonagh, que en sus trechos (Inglaterra-Irlanda) es conocido por ser un seguidor del teatro de la crueldad, y que en sus obras siempre se destacó por puestas violentas, grotescas e irreverentes. Un tipo de 40 años, que vivió en la calle desde los 16 y que ha ganado cantidad de premios en el ámbito teatral.

En el 2005 ganó el Oscar a Mejor Cortometraje y, para que vean que no es excusa eso de ¨es mi primera película¨ (ñoños) este crispín por el que seguramente nadie daba un peso partido al medio a nivel cinematográfico, tuvo como ópera prima In Bruges.

Seguidor de Tarantino y Harold Pinter, detractor de Shakespeare y Chéjov, McDonagh regresará al cine con la película Siete Psicópatas, que ni siquiera está en preproducción. El título promete, mientras él viaja y monta obras de teatro, esperaré ansiosa su segundo filme y ustedes podrán disfrutar de In Bruges, que parece un jodido cuento de hadas, pero que está muy lejos de serlo.

Lo mejor: divertida y fresca

Lo peor: algunos facilismos de la trama

La escena: todo lo referente a los enanos suicidas y la del confesionario

Lo más falsete: el romance

El mensaje manifiesto: hasta los asesinos tienen sentimientos

El mensaje latente: el que la hace la paga

El consejo: Hay que verla.

La pregunta: ¿cuándo llega la segunda película de McDonagh?

CURIOSIDADES

Contando con la total cooperación de Brujas, gracias al apoyo del burgomaestre Patrick Moenaert, y con cientos de extras contratados en la ciudad, el rodaje empezó a principios de febrero de 2007 y duró dos meses.

Ya se habían filmado un par de películas en la ciudad (por ejemplo, Historia de una monja, de Fred Zinnemann, con Audrey Hepburn, en 1959), pero ESCONDIDOS EN BRUJAS ha sido el rodaje de mayor envergadura hasta la fecha.

Los productores obtuvieron permiso para rodar dentro del museo Groeninge, donde Ray y Ken tienen una conversación acerca del purgatorio. En este museo pueden verse obras del Bosco, René Magritte, Jan van Eyck, entre otros. Los dos actores pudieron disfrutar visitando las salas entre toma y toma.

“BIENAVENTURADO EL QUE SE SIENTA”

Por: Mónica Heinrich V.

Vi Canciones del Segundo piso hace un par de años, y quedé convencida (una vez más) que existen filmes a los que se pueden AMAR. Esta es la segunda película que recomiendo en esta columna, por la cual declaro un amor sin peros, absolutamente incondicional. Es más, si pudiera casarme con una película, me casaría con ésta…así de enamorada me dejó.

Nuestro encuentro fue totalmente fortuito, la pillé escondida en una tienda de DVDs, y la foto de un gordo vestido de terno y arrastrando una cruz enorme, capturó por completo mi atención y claro, me hizo pensar que si la foto es tan buena, tiene que ser una buena película.

No me equivocaba. Canciones del Segundo Piso es eso y más. De la tierra de Ingmar Bergman nos llega esta crítica a la sociedad contemporánea, crítica que se sustenta en el lenguaje sobre todo visual y casi coreográfico de sus escenas.

Nunca han visto, ni verán una película como esta. Una película impresionante, que es una mordida al sistema en el que el ser humano se ve inmerso todos los días, un sistema que no lo satisface, más bien lo consume.

La película abre con un tipo metido en la cama solar, mientras otro vestido de terno y con maletín le dice que ya ha hecho lo que le pidió…el de la cama solar le dice que tienen que llegar a ¡1000! ¿Mil qué? se estarán preguntando ustedes, tal cual me lo pregunté yo. Pues 1000 despidos de una empresa. Entonces pasamos a otro personaje “LASSE”, lustrándose los zapatos, listo para otra jornada de trabajo, su mujer (cincuentona) semidesnuda lo incita a un “rapidito”, pero él alega que no ha faltado al trabajo un solo día en 14 años y que todo tiene su tiempo y su lugar. LASSE es uno de los trabajadores que será despedido en ese inusual día bajo el azul y estático cielo sueco.

En la calle, hay un embotellamiento que lleva 8 horas…sin causa, ni razón aparente. Los autos se encuentran parados, la gente camina en grupos hacia una misma dirección, un indigente busca comida entre la basura y exclama: “¿Hacia dónde van todos…?” “¿A dónde va la gente? Me gustaría saber…”

Un padre visita a su hijo en el manicomio, un hijo que de un momento a otro se volvió loco por escribir poesía. Durante la visita el padre habla con el doctor…gritando y lamentándose del estado ausente de su hijo, que se volvió loco por escribir poesía…luego viene otro tipo, le quita la bata al supuesto doctor y queda en evidencia que un paciente se hizo pasar por el doctor real.

En otro lado, una enfermera le pregunta al médico con el que trabaja “¿Cuándo vas a dejar a tu mujer?”, más allá durante el famoso acto de magia del serrucho que parte en dos a una persona, el voluntario termina realmente serruchado, y acude al hospital interrumpiendo la conversación que deja en claro un adulterio.

Paralelamente, un viejo militar que cumple 100 años es visitado por algunos colegas. En una especie de cuna con barrotes, atendido por enfermeras, siendo asistido para cagar y orinar, le rinden honores por los logros durante su carrera. En la noche, el viejo y quebrado militar, se aferra a los barrotes y susurra: Auxilio!

Un tipo va a la iglesia y pide hablar con el vicario, se pone a llorar contando que ha perdido su negocio en un incendio, que lo ha perdido todo y que su hijo está en el manicomio, porque se volvió loco por escribir poesía.

Ese mismo tipo es perseguido más adelante por el fantasma (sí, un ¡fantasma!) de un ruso al que colgaron durante la guerra, cuya hermana murió colgada también a su lado, a quien desde el más allá busca desesperadamente.

En el aire se respira el caos, la rutina rota por un inminente Apocalipsis moderno, un Apocalipsis en el cual todos se encuentran compungidos ante un mundo que no entienden y en el cual no encajan, un mundo donde se sienten miserables y terriblemente solos.

Canciones del Segundo Piso es una obra maestra, una película que te permite hundirte en planos y ángulos de cámara casi perfectos, en imágenes teatrales, en diálogos poéticos, sublimes, inconmensurables. Más de 45 personajes desfilan en una singular muestra donde el primer plano es uno de los grandes ausentes.

Una película casi desconocida, incluso en el circuito independiente, pero que el que tiene la dicha, la ventura de verla, lo agradecerá toda la vida. Esta portentosa obra pertenece al director sueco Roy Anderson, cuyo trabajo parte de la premisa de Tarkovski: poner al cine en el nivel de las artes plásticas.

Este director no trabaja con un guión predeterminado y generalmente no tiene un plan específico. La concepción del escenario comienza en una hoja de papel con dibujos muchas veces inspirados en otras artes: fotografía, pintura, etc…

En este caso el filme se basa en un poema del peruano César Vallejo, “Traspié de dos estrellas”, he aquí un breve extracto que condensa el tono y la profundidad que esta pequeña joyita del cine brinda. Poema que es mencionado a lo largo de la película varias veces.

“…Bienaventuradas las personas que se sientan,

Bienaventurado el desconocido y su señora,

el prójimo con mangas, cuello y ojos!

¡Bienaventurado sea aquel que tiene chinches,

el que lleva zapato roto bajo la lluvia,

el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas,

el que se coge un dedo en una puerta,

el que no tiene cumpleaños,

el que perdió su sombra en un incendio, el animal,

el que parece un loro, el que parece un hombre,

el pobre rico, el puro miserable, el pobre pobre!…”

Generalmente Anderson trabaja sobre un set vacío, en el que el encuadre, los actores y los elementos que conforman la imagen se montan una y otra vez, luces, diálogos, todo se repite hasta que el director queda satisfecho. En la medida justa. Anderson es un maniaco del detalle, puede pasarse horas montando una escena, busca que la composición no sea perfecta sino “EXACTA”. Dice “Tú puedes sentir que una escena está lista, pero no puedes explicar cómo”.

Por algo este maravilloso cineasta logra en cada pequeña escena una pequeña gran obra maestra, que perdura en el recuerdo por la fuerza estética de su propuesta y el increíble impacto de sus diálogos.

Ajeno totalmente al Dogma 95 (corriente en que se embarcó la generación de esa parte del mundo), Anderson se caracterizó por buscar ese “algo” que lo impresionara, sabiendo que ese “algo” a veces depende de la creación, echándose sobre el hombro la tarea de llevarlo a cabo valiéndose de cualquier medio técnico que tuviera a mano.

Ha hecho varias películas más que no he tenido la oportunidad de ver, aunque vendería mi alma al diablo, por hacerlo…

Canciones del Segundo Piso tardó cuatro años en estar lista, y fue todo un éxito. Qu
izás no a nivel comercial, porque no es un filme que puede ser accesible a la masa, pero arrasó en los festivales, llevándose premios como el Gran Premio del Jurado en Cannes del año 2000.

De todas formas, estoy convencida a morir, que cualquiera que vea esta película será subyugado irremediablemente por su belleza, por su profundidad y su diáfana melancolía. Canciones del Segundo Piso parodia a los humanos, a esos que caminan en manada sin rumbo, solos pero acompañados, a esos cuyas grandes miserias son una excusa lamentable del remedo de ser al que se aspira alcanzar. Una mirada pesimista, oscura de esta especie maldita que ha aprendido a diferenciar raza, status social, creencia política, visión religiosa. Sí…Canciones del Segundo Piso nos exhibe desnudos, cómo duele…

LAS FRASES
“No es fácil ser un humano”
«Jesús no era hijo de Dios, sólo era un buen hombre…por eso lo crucificaron”.
“Todo lo que podemos hacer es intentar apelar al destino”
“Una hormiga no puede comerse un elefante”
“No es cierto que a nadie le importa la poesía…sólo fingen que no”
“¿Cómo puedes hacer dinero de un perdedor crucificado?”

CURIOSIDADES
– Roy Anderson primero estudió Literatura, luego se licenció en Cine
– Puede filmar hasta más de 50 veces una misma escena
– Los actores que utiliza son 95% amateurs.

Lo mejor: necesaria, brillante, hermosa, invalorable.

Lo peor: Que no todos puedan acceder a verla.

La escena: todas. No hay una sola que no sea poesía hecha imagen

Lo más falsete: Nada

El mensaje manifiesto: “No es fácil ser humano”

El mensaje latente: Bienaventurados todos porque sufrimos

El consejo: Es tiempo de que chantajeés a tu proveedor de películas para que la consiga.

La pregunta: ¿Cómo podés crear algo tan perfecto?

«LA CHOCHERA»

Por: Mónica Heinrich V.

Si hay alguien que atesora su infancia, esa persona soy yo. Así que en parte comprendo la expectativa y los resultados que ha tenido la nueva entrega de Indiana Jones.

Lo malo? Que nunca vi Indiana Jones y , por lo tanto, no sufro de ese mal que agita las taquillas mundiales, un mal conocido como “melancolitis”, por cuya causa se le está dando cobertura y aceptación a una película mala, muy mala.

En primer lugar, creo que ya era tiempo de darle su descanso a Harrison Ford, que con sus 65 años, al pobre da fatiga verlo en esos trotes, siempre con miedo de que “Indy” se nos descalabre, no en las escenas en que evidentemente han usado un doble, sino en general.

El hecho de que la más reciente película de Steven Spielberg se abra con un topo (o era ardilla?) en primer plano, era suficiente para saber a qué atenernos. Luego nos muestran a “Indy” que fue tomado como rehén para ayudar a unos rusos (Welcome Back amenaza comunista), a encontrar una cuestión cuyo paradero era conocido sólo por nuestro intrépido pero avejentado Indiana Jones. Ahí aparece la villana, Cate Blanchet, desperdiciándose por completo a una actriz cuyo peso escénico ha marcado la diferencia en otras producciones.

Nada, que de ahí pa´l frente seremos testigos de situaciones cursis, dizque aventuras por doquier, entretenimiento edulcorado y claro, unas salvadas de vida del protagonista más falsas que muela de palo.

El guión es una incongruencia total, y no me cabe la menor duda que la culpa de todo la tiene el cachetón de George Lucas, que dicen fue el que no aprobó el que hizo Frank Darabont, luego pasó a manos de otro crispín y finalmente se escogió al pelmazo de David Koepp, para continuar lo que las manitos de los otros ya habían trabajado.

El resultado? Un híbrido sin pies ni cabeza, que termina de una manera tan pelotuda que sólo te podés preguntar de cuál se fumaron.

A ver, del gordo Lucas hay que decir que su primera trilogía Starwarense fue muy buena, y de la bazofia que filmó después sólo se salva el Episodio Final, entonces cuando supe que este crispín iba a meter su nariz en el guión de esta entrega de Indiana Jones, no esperé mucho. Ya sé que el gordo y Steven han trabajado siempre juntos, pero una cosa es la lucidez de la juventud, y sobre todo el buen gusto, y otra lo que hace Lucas, que con su saga de Star Wars parece estar más allá del bien y del mal, pero que en la práctica no hizo nada más relevante como director.

Volviendo a Indiana Jones. No puedo compararla con las otras entregas porque no he visto ninguna, así solita, me parece hasta una falta de respeto poner semejante cosa mal hecha, si fuera fan de Indiana Jones pensaría seriamente en medidas más drásticas, pero como no lo soy, me lamento como público común y corriente.

La historia-argumento-sinopsis, tiene que ver con que Indiana Jones ya tiene sus añitos encima, trabaja como profesor, y lleva una vida relativamente normal. Eso hasta que los soviéticos se lo llevan. Cuando consigue zafar de esa, aparece el chico que actúa en Transformers y le muestra una carta de su madre (la del chico) que se encuentra presa por no sé quiénes y que un gran amigo de Indiana Jones está también por el Amazonas y que hay que ir a rescatar a todo el mundo, resolver un misterio y vivir la vida loca. Ya en el Amazonas, todo parte de una calavera de cristal (de ahí el título) y es donde la película se termina de ir a la mierda, y donde se ve a las claras el cariño, o el trabajo que se le puso al guión. Un guión donde confunden todo el tiempo las tradiciones y la cultura del Perú con las de México, y donde incluso se atreven a decir que Pancho Villa hablaba quechua. Sin comentarios. Lo que sigue después de semejante despropósito, no nos agarra sombreándonos porque ya hemos cachado cómo viene la mano.

Entonces, aparte de la sonrisa que se nos dibuja en la cara al ver a Indiana Jones vivir tan tórridas aventuras, nos queda el pesar de haber perdido 2 horas de nuestras vidas viendo una película totalmente prescindible.

No hay que negar que la película tenga cierta dosis de entretenimiento, que hayan tratado de conservar la imagen, el estilo y la forma de hacer películas de los 80s, que encima se dieron el trabajo de traer a varios de los “viejos conocidos” para participar en esta entrega, pero nada de eso consigue salvar este naufragio. Puedo entretenerme, pero también me entretengo viendo jugar a mis tres perros y eso no tiene nada de edificante, aunque suele ser más terapéutico.

Con respecto al “aire de los 80s”. A ver, una cosa es una adaptación a una época y otra cosa es que la parte “técnica” o al manejo de la historia, haya querido igualar a cómo se veían las películas antes. Ni siquiera Tarantino ha salido bien librado con Grindhouse y eso ya es decir mucho. Me parece que las películas de las 80s se hicieron de acuerdo a la técnica de su época, y no entiendo ese afán de filmar “como entonces”, si el público actual no es el público ochentero, incluso los que vivieron infancia o juventud por esos años ya no son los mismos.

Es por eso que La Calavera de Cristal, no consigue conectarnos con unos personajes artificiales, unos diálogos más cursis que Palito Ortega cantando La Felicidad desde un globo rosado y un lamentable argumento.

Sobre Spielberg como director, a ver…Spielberg es Spielberg. Tiene muy buenos planos, muy buenos efectos especiales, magnificidad por doquier, pero nada más. Uno de los trabajos más lamentables que he visto de este señor. Como para quedar rojo de la vergüenza hasta el 2010.

Obvio que no te la recomiendo de ninguna manera. Habrá quienes la encuentren encantadora, porque rescata a Indiana Jones del olvido, o porque cuenta una historia “ingenua” como las de antes, o porque conserva la magia de sus predecesoras, que según he leído eran ricas en fantasía, aventuras y otros, pero para mí es sólo un héroe más caído en desgracia.

Lo mejor: medianamente entretenida.

Lo peor: Casi todo, pero lo que se lleva la flor es lo de Pancho Villa y su idioma quechua.
La escena: la de la heladera, es de lejos la más boluda.
Lo más falsete: todo.
El mensaje manifiesto: La melancolía vende
El mensaje latente: La melancolía vende cualquier cosa
El consejo: Ahorrate el suplicio
La pregunta: ¿Será que nos atormentarán con el hijo de Indiana Jones en una próxima entrega?

CURIOSIDADES
– El nombre de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal se basa en un símbolo que algunas culturas consideran una fuente de energía capaz de transmitir felicidad a quien la toca. La calavera de cristal es, además, en otras culturas, la fuente de todos los males. De hecho, hay varias calaveras de cristal, algunas de hasta más de 3.000 millones de años, que se encuentran en varios museos del mundo.
– Esta cuarta parte de Indiana Jones ha sido rodada en tres países: la India, Gran Bretaña y Estados Unidos.
– La película u
tiliza tan sólo unos 200 efectos especiales, y es que Steven Spielberg quería conseguir una ambientación y estética similar a las partes anteriores.
– lo más curioso del rodaje fue el robo que se produjo de varios discos duros en los que había información reservada del film. El ladrón intentó ponerse en contacto con un periodista a quien intentó venderle lo robado por 2.000 dólares; sin embargo, el periodista llamó a la policía y ésta al FBI. Entre unos y otros organizaron una redada en un hotel de Hollywood en el que detuvieron al ladrón, Roderick David con la mercancía robada.
– Steven Spielberg rodó una toma posterior hace relativamente poco tiempo, el 29 de febrero de 2.008, para dar un último retoque al montaje final de Indiana Jones

CINE COLOMBIANO: La virgen de los sicarios

«LA INFAMIA DE DIOS»
Por: Mónica Heinrich V

Hace unos días, alguien se me acercó y me dijo: “Leo tu columna, y me pregunto: cuándo vas a hablar de cine latinoamericano?”. Inmediatamente se me vino a la cabeza esta película.
Lo que nos llega de Colombia, suele ser la imagen de un país sacudido por la violencia, donde los secuestros y los asesinatos están a la orden del día. Ahora lo más notorio es el caso de Ingrid Betancourt y centenares de presos políticos a manos de la guerrilla. Contrarrestando estos elementos perturbadores, también nos llega su alegría, su cultura, sus escritores, sus cantantes, sus poetas…y en este caso, sus buenas películas.
Vi La Vendedora de Rosas hace años en un festival Iberoamericano, también situaba la historia en Medellín, pero adentrándose en el mundo de la clefa. Los «actores» que se utilizaron fueron niños de las mismas calles, y la película se transformó en una suerte de documental. Luego de su filmación, los niños fueron devueltos a sus sitios de origen.

La-Virgen-de-los-Sicarios

Hace unos años me enteré que el actor que interpretaba al «zarco» había sido asesinado a sus 18 o 20 años en un «ajuste de cuentas» y la niña que hacía de Mónica (el papel principal), que cuando filmó la película tenía unos 12-13 años, ya con 14 era madre soltera…y ha pasado su vida en la cárcel acusada de complicidad en un asesinato.Cuento esto, porque en la película que nos ocupa, La virgen de los sicarios, muchos de los niños involucrados son lo que se denominan «actores naturales», chicos sacados del ámbito que la película pretende mostrar y cuyas miserias plasmadas en el filme se quedan cortas ante la realidad que enfrentan día a día.

Y es que Colombia y Latinoamérica en sí, está llena de heridas internas como la pobreza, la indiferencia, y ese cúmulo de «niños» que como dice el personaje de Jaramillo en la película, en sus miradas ves las mismas puertas del infierno.

La película comienza de manera chocante, nos muestra a Germán Jaramillo interpretando a un escritor, Fernando Vallejo, que regresa a su natal Medellín a “recibir una herencia, y a morir”. Llega a una casa donde los niños se prostituyen e inmediatamente le presentan a Alexis, un adolescente de unos 15 o 16 años. Entre ambos personajes surge una relación que va desde amantes hasta amigos, padre-hijo, maestro-alumno.

El adolescente, que uno de los presentes en la casa tilda de «angelito», es un sicario, ya lleva sobre sus hombros unas cuantas muertes. Muertes que no le incomodan ya que prefiere no pensar en ellas.

A lo largo del filme, Jaramillo y Alexis se pasearán por la cara desconocida de Medellín, a título del retorno del escritor a su ciudad de origen. Con un pesimismo filosófico casi insolente, mantendrán conversaciones muy ricas acerca de la vida, la muerte, el ser humano, Dios y apreciaciones sobre banalidades como el fútbol. Quizás esto es lo que convierte a La Virgen de los Sicarios en un documento impresionante acerca de la desesperanza…dos seres en lados opuestos de la vida que se encuentran asomados al mismo abismo.

virgen

La vorágine que se desarrolla después, se puede intuir en la primera escena, porque no es un filme rosa que pretende contarnos una historia de amor. Toda la estética decadente y la oscuridad de los diálogos nos conducen irremediablemente a más sufrimiento.

Es coronado con un final que se te graba como un tatuaje, y que hasta el día de hoy me sigue conmocionando al pensar en esas cortinas, en la canción, en la oscuridad, en la soledad, en la desesperanza.

La película tiene sus méritos en su brillante planteo y su visión poco convencional, está filmada en digital lo que le da un carácter semi-documental. Además, existe un manejo simple y directo de temas como la homosexualidad, la muerte, la droga, etc…sin agarrar ninguno de estos tópicos como si fuera un bicho raro al que hay que exponer y atosigar con primeros planos.

Estos temas son tratados como parte de la cotidianidad colombiana, nada de lo que asombrarse, nada de lo que asustarse, simplemente es «así».

Al momento de ver la luz, el filme se topó con una virulenta crítica por parte de sectores conservadores e intelectuales, que afirmaban que La Virgen de los Sicarios era una ofensa hacia Medellín, a las buenas costumbres y a los colombianos en general. Estos alegatos se basaban en que el filme podía dar la impresión que Colombia era un país donde reinaba el caos, la corrupción, la perversión y el narcotráfico.

Los comentarios son similares a los que se escuchan cuando alguien osa decir en voz alta que en Santa Cruz existe un culto a la banalidad que parte de las grandes esferas, o que el consumo de droga no es sólo cosa del Plan 3000 o de la Villa, o que los entuertos entre gente de poder con gente de distintos sectores son mucho más oscuros de lo que se supone, o que la cultura no tiene el apoyo que debería tener, etc… Creo que la intención de Barbet Schroeder era contar una parte de la realidad, que por experiencia sé, en Colombia (o en cualquier país) puede ser mucho más jodida que la visión planteada en una película.

La Virgen de los Sicarios está basada en el libro homónimo de Fernando Vallejo, escritor colombiano que también tiene trabajos en cine, y que se encargó del guión para poder adaptar su novela correctamente. En la mayoría de los casos, sus libros son autobiográficos… En su novela usa a Medellín como el trasfondo para narrar una historia marcada por el escepticismo de sus personajes hacia la vida. Mismo escepticismo que llevó al guión de la película.

Quizás su punto más débil son las actuaciones, que exceptuando el solvente trabajo de Germán Jaramillo, el resto de los actores nos obsequian papeles rústicos y pobremente construidos. Sin embargo, estamos ante una película cuyo guión, fotografía y argumento se comen al trabajo de los actores, así que las actuaciones pasan a segundo plano.

El director Barbet Schoerder pasó algunos años de su infancia en Colombia y en Francia, ha hecho películas en Hollywood como Medidas desesperadas, Antes y después y el Beso de la muerte. Schroerder tiene muy buenos recuerdos de su estancia en Colombia y se declaró un admirador de la obra de Vallejo, por lo que hacer esta adaptación significó la realización de un sueño largamente acariciado. Desde que vi esta película, siempre me llamó la atención la sensibilidad de este director para conseguir crear un filme que quizás un colombiano no se animaría a filmar. Gratitud para este señor, que desde entonces no le achuntó a nada más. Un caso curioso.

La Virgen de los Sicarios es una película triste, sobre soledades, miseria, apatía e insensibilidad, una película que pocos tolerarán, pero que se basa en una gran novela de un gran escritor, quizás el escritor colombiano más irreverente y oscuro, no tan comercial como el Gabo, pero igual de necesario como referente.

Les recomiendo esta película SOLAMENTE si no son impresionables, homofóbicos o depresivos, porque verla no es otra cosa que un latigazo interior y si no estás preparado para «sufrirla» no vale la pena que te quedés con ciertas imágenes en tu cabeza.

 

Que hayas muerto no es prueba de que hayas vivido

Lo mejor: Un latigazo a tu cotidianidad
Lo peor: Algunas actuaciones y el desasosiego que te hereda
La escena:la del perro. Una de las escenas más dolorosas que he visto en mi vida de cinéfila.
Lo más falsete: algunos diálogos hermosos, pero algo rimbombantes.
El mensaje manifiesto:Los ángeles matan
El mensaje latente: Los ángeles mueren
El consejo: Vela si estás preparado.
La pregunta: ¿Será que algún día, el cine boliviano exhibirá sin pudores una joyita de este calibre?

CURIOSIDADES

– Según contó Schroeder, el rodaje se hizo en forma muy rápida –apenas dos meses– en la ciudad de Medellín, bajo presiones de la guerrilla, sobre todo hacia su persona, un extranjero que andaba con su cámara dando vueltas por la ciudad en medio de un equipo compuesto casi enteramente por colombianos (“me dijo la policía que la guerrilla ofrece mil dólares por cualquier extranjero. Lo que ofrecía antes Pablo Escobar por la cabeza de un policía”).

– El escritor y periodista colombiano, Germán Santamaría, director de la «Revista Diners», pidió «sabotear y ojalá prohibir» la exhibición de la producción. Santamaría repasaba en su artículo las escenas que le parecieron más truculentas (“se acuestan, se matan, matan y reducen a Simón Bolívar, al Papa, a los últimos presidentes de Colombia, a todos los antioqueños a una manada. Se invita al magnicidio contra los ex presidentes César Gaviria y Ernesto Samper. O se realiza una masiva orgía de droga en plena catedral de Medellín”). Después de considerar que Vallejo siembra la desorientación en la juventud colombiana (entre muchos etcéteras), el articulista afirmaba: “Vamos a decirlo de manera directa, casi brutal: hay que sabotearla, y ojalá se prohíba su exhibición pública”.

– Cuando el director y el escritor se encontraron en México, Vallejo le contó que había estado reflexionando largamente sobre el gran problema literario de trasladar la esencia del texto –un monólogo de más de cien páginas– a un formato cinematográfico, que incluyera algo más que diálogos entre el escritor y los dos chicos que lo acompañarán por turnos –Alexis y Wilmar– en un juego de identidades y muerte donde uno viene a reemplazar al otro (a través del asesinato, vale aclarar) en el amor del escritor. “Empezamos una negociación sobre el número de muertos”, cuenta Schroeder entre el morbo y el humor. “En el libro hay un número impresionante de muertos, creo que son dieciocho. Eso que era tan fuerte y funcionaba con tal vividez en la literatura (porque estos asesinatos son, de alguna forma, parábolas) sería sencillamente insoportable en el cine, donde el criterio de verosimilitud debe responder a parámetros más realistas. Así que negociamos qué muertos íbamos a dejar y bajo qué condiciones. El resultado fue totalmente sorprendente: otra versión de la misma historia, más cercana a su verdad autobiográfica.”

– Sobre su novela, Fernando Vallejo escribió: “Dios no existe, y Balzac, Dickens, Dostoievsky, Flaubert, Zola y similares hace rato que han sido echados al olvido. El narrador omnisciente que todo lo sabe y todo lo ve es el camino más trillado y miserable de la literatura. Un sicario es alguien que a duras penas sabe hablar. ¿Cómo se puede escribir entonces un libro sobre los sicarios en primera persona? Se resuelve haciendo que sean el instrumento del narrador, los que van librándolo del prójimo, dado que, como dijo Sartre, el infierno son los otros. A todos los que matan en el libro y en la película yo ya los maté en mi corazón”.

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