«LA CHOCHERA»

Por: Mónica Heinrich V.

Si hay alguien que atesora su infancia, esa persona soy yo. Así que en parte comprendo la expectativa y los resultados que ha tenido la nueva entrega de Indiana Jones.

Lo malo? Que nunca vi Indiana Jones y , por lo tanto, no sufro de ese mal que agita las taquillas mundiales, un mal conocido como “melancolitis”, por cuya causa se le está dando cobertura y aceptación a una película mala, muy mala.

En primer lugar, creo que ya era tiempo de darle su descanso a Harrison Ford, que con sus 65 años, al pobre da fatiga verlo en esos trotes, siempre con miedo de que “Indy” se nos descalabre, no en las escenas en que evidentemente han usado un doble, sino en general.

El hecho de que la más reciente película de Steven Spielberg se abra con un topo (o era ardilla?) en primer plano, era suficiente para saber a qué atenernos. Luego nos muestran a “Indy” que fue tomado como rehén para ayudar a unos rusos (Welcome Back amenaza comunista), a encontrar una cuestión cuyo paradero era conocido sólo por nuestro intrépido pero avejentado Indiana Jones. Ahí aparece la villana, Cate Blanchet, desperdiciándose por completo a una actriz cuyo peso escénico ha marcado la diferencia en otras producciones.

Nada, que de ahí pa´l frente seremos testigos de situaciones cursis, dizque aventuras por doquier, entretenimiento edulcorado y claro, unas salvadas de vida del protagonista más falsas que muela de palo.

El guión es una incongruencia total, y no me cabe la menor duda que la culpa de todo la tiene el cachetón de George Lucas, que dicen fue el que no aprobó el que hizo Frank Darabont, luego pasó a manos de otro crispín y finalmente se escogió al pelmazo de David Koepp, para continuar lo que las manitos de los otros ya habían trabajado.

El resultado? Un híbrido sin pies ni cabeza, que termina de una manera tan pelotuda que sólo te podés preguntar de cuál se fumaron.

A ver, del gordo Lucas hay que decir que su primera trilogía Starwarense fue muy buena, y de la bazofia que filmó después sólo se salva el Episodio Final, entonces cuando supe que este crispín iba a meter su nariz en el guión de esta entrega de Indiana Jones, no esperé mucho. Ya sé que el gordo y Steven han trabajado siempre juntos, pero una cosa es la lucidez de la juventud, y sobre todo el buen gusto, y otra lo que hace Lucas, que con su saga de Star Wars parece estar más allá del bien y del mal, pero que en la práctica no hizo nada más relevante como director.

Volviendo a Indiana Jones. No puedo compararla con las otras entregas porque no he visto ninguna, así solita, me parece hasta una falta de respeto poner semejante cosa mal hecha, si fuera fan de Indiana Jones pensaría seriamente en medidas más drásticas, pero como no lo soy, me lamento como público común y corriente.

La historia-argumento-sinopsis, tiene que ver con que Indiana Jones ya tiene sus añitos encima, trabaja como profesor, y lleva una vida relativamente normal. Eso hasta que los soviéticos se lo llevan. Cuando consigue zafar de esa, aparece el chico que actúa en Transformers y le muestra una carta de su madre (la del chico) que se encuentra presa por no sé quiénes y que un gran amigo de Indiana Jones está también por el Amazonas y que hay que ir a rescatar a todo el mundo, resolver un misterio y vivir la vida loca. Ya en el Amazonas, todo parte de una calavera de cristal (de ahí el título) y es donde la película se termina de ir a la mierda, y donde se ve a las claras el cariño, o el trabajo que se le puso al guión. Un guión donde confunden todo el tiempo las tradiciones y la cultura del Perú con las de México, y donde incluso se atreven a decir que Pancho Villa hablaba quechua. Sin comentarios. Lo que sigue después de semejante despropósito, no nos agarra sombreándonos porque ya hemos cachado cómo viene la mano.

Entonces, aparte de la sonrisa que se nos dibuja en la cara al ver a Indiana Jones vivir tan tórridas aventuras, nos queda el pesar de haber perdido 2 horas de nuestras vidas viendo una película totalmente prescindible.

No hay que negar que la película tenga cierta dosis de entretenimiento, que hayan tratado de conservar la imagen, el estilo y la forma de hacer películas de los 80s, que encima se dieron el trabajo de traer a varios de los “viejos conocidos” para participar en esta entrega, pero nada de eso consigue salvar este naufragio. Puedo entretenerme, pero también me entretengo viendo jugar a mis tres perros y eso no tiene nada de edificante, aunque suele ser más terapéutico.

Con respecto al “aire de los 80s”. A ver, una cosa es una adaptación a una época y otra cosa es que la parte “técnica” o al manejo de la historia, haya querido igualar a cómo se veían las películas antes. Ni siquiera Tarantino ha salido bien librado con Grindhouse y eso ya es decir mucho. Me parece que las películas de las 80s se hicieron de acuerdo a la técnica de su época, y no entiendo ese afán de filmar “como entonces”, si el público actual no es el público ochentero, incluso los que vivieron infancia o juventud por esos años ya no son los mismos.

Es por eso que La Calavera de Cristal, no consigue conectarnos con unos personajes artificiales, unos diálogos más cursis que Palito Ortega cantando La Felicidad desde un globo rosado y un lamentable argumento.

Sobre Spielberg como director, a ver…Spielberg es Spielberg. Tiene muy buenos planos, muy buenos efectos especiales, magnificidad por doquier, pero nada más. Uno de los trabajos más lamentables que he visto de este señor. Como para quedar rojo de la vergüenza hasta el 2010.

Obvio que no te la recomiendo de ninguna manera. Habrá quienes la encuentren encantadora, porque rescata a Indiana Jones del olvido, o porque cuenta una historia “ingenua” como las de antes, o porque conserva la magia de sus predecesoras, que según he leído eran ricas en fantasía, aventuras y otros, pero para mí es sólo un héroe más caído en desgracia.

Lo mejor: medianamente entretenida.

Lo peor: Casi todo, pero lo que se lleva la flor es lo de Pancho Villa y su idioma quechua.
La escena: la de la heladera, es de lejos la más boluda.
Lo más falsete: todo.
El mensaje manifiesto: La melancolía vende
El mensaje latente: La melancolía vende cualquier cosa
El consejo: Ahorrate el suplicio
La pregunta: ¿Será que nos atormentarán con el hijo de Indiana Jones en una próxima entrega?

CURIOSIDADES
– El nombre de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal se basa en un símbolo que algunas culturas consideran una fuente de energía capaz de transmitir felicidad a quien la toca. La calavera de cristal es, además, en otras culturas, la fuente de todos los males. De hecho, hay varias calaveras de cristal, algunas de hasta más de 3.000 millones de años, que se encuentran en varios museos del mundo.
– Esta cuarta parte de Indiana Jones ha sido rodada en tres países: la India, Gran Bretaña y Estados Unidos.
– La película u
tiliza tan sólo unos 200 efectos especiales, y es que Steven Spielberg quería conseguir una ambientación y estética similar a las partes anteriores.
– lo más curioso del rodaje fue el robo que se produjo de varios discos duros en los que había información reservada del film. El ladrón intentó ponerse en contacto con un periodista a quien intentó venderle lo robado por 2.000 dólares; sin embargo, el periodista llamó a la policía y ésta al FBI. Entre unos y otros organizaron una redada en un hotel de Hollywood en el que detuvieron al ladrón, Roderick David con la mercancía robada.
– Steven Spielberg rodó una toma posterior hace relativamente poco tiempo, el 29 de febrero de 2.008, para dar un último retoque al montaje final de Indiana Jones

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