LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE BELGA: Girl

Por: Mónica Heinrich V.

Lukas Dhont solo tiene 28 años y ha filmado una película que tiene una dosis de belleza admirable. Parte de esa belleza recae en el joven actor Victor Polster que interpreta a la atormentada Lara, la chica nacida en cuerpo de chico que quiere hacerse desesperadamente el cambio de sexo.

Fiel a mi reticencia a ver trailers o leer sinopsis antes de vivenciar películas, no sabía muy bien de qué iba Girl, así que cuando en su primera escena vi a una adolescente con rostro angelical no se me pasó por la mente que Lara fuera otra cosa que una adolescente con rostro angelical.

Y de eso precisamente va Girl, ese manejo delicado de lo que significa para una adolescente que tiene clara su identidad de género (que no es lo mismo que identidad sexual u orientación sexual) vivir dentro del cuerpo erróneo.

Esta no es la típica película donde  a la protagonista le hacen bullying despiadado, no. El mayor enemigo de Lara es ella misma, que realmente batalla con ese cuerpo que no desea. El relato parte y termina con la relación de Lara y su cuerpo. Por un lado está bien, pero por otro lado puede ser muy reduccionista.

Al igual que en la película chilena Una mujer fantástica, el espejo sirve de metáfora para que el reflejo apoye lo que se está queriendo narrar.

El sueño de Lara es ser bailarina de ballet y postula a la mejor academia de danza de Bélgica, donde finalmente consigue entrar con todos los retos que eso significa: ponerse a la par de las otras chicas, lograr bailar en puntas de pie algo extremadamente difícil dado su envoltorio masculino y el hecho de que las chicas aprenden a adiestrar el pie desde muy temprana edad y Lara ya está en la adolescencia.

El director belga tiene muchos aciertos en este guion de su propia autoría junto a Angelo Tijssens. Es sutil, es delicado, nos lleva al mundo de Lara sin mayores enfoques morbosos, sí hay momentos de… yo no lo llamaría transfobia sino desubicación, pero esos momentos están manejados con responsabilidad, sin victimismos. Más que el entorno, es lo que siente Lara lo que importa. El papá la apoya, al igual que el hermanito menor y la familia inmediata.

La fragilidad del actor-bailarín Victor Polster que interpreta a Lara, hace que el personaje sea muy querible. Te preocupás por Lara, querés que le vaya bien, pero al mismo tiempo empiezan a suceder cosas que sabés tendrán su consecuencia.

Para mí, la película se estructura en tres tiempos, el primero, uno donde sabemos que Lara quiere dejar ese cuerpo que le estorba y está haciendo todo lo posible por lograrlo. Hay hermosos momentos en los que conocemos y descubrimos capas del personaje, y en los que sabemos que la decisión que ha tomado es la correcta, la natural.

En la segunda parte, las cosas se empiezan a torcer y me recordó un poco a la debacle del Cisne Negro de Natalie Portman, me atrevería a decir que a la delicadeza de Lara a nivel físico se suma una fragilidad emocional que empieza a colapsar cuando el sueño de ser una chica “de verdad” tiene unas exigencias que ella misma se coloca.

Un detalle que me pareció un poco jalado de los pelos es cómo se relaciona con el vecino, sobre todo una vez se han consumado los hechos. O quizás los chicos de hoy son más prácticos que los de antes, pero ese arco narrativo estuvo poco explorado.

Y ya la tercera parte es cuando Dhont abandona la sutileza, el buen narrar, la cosa profunda por la que íbamos transitando y nos lleva por un camino más efectista y simplista. SPOILER Cuando Lara saca el hielo yo empecé a gritarle a la pantalla: ¡NO, hija, NO! ¡Soltá esos hielos, pendeja! ¡No TE ATREVÁS! Te estoy diciendo que NO TE ATREVÁS. SOLTÁ LA TIJERA, PELOTUDA, SOLTAAAALAAAA. Noooooo.

Me entró una fatiga única. Me parecía muy ilógico lo que estaba haciendo, tenía una operación de cambio de sexo programada que si se jodió fue porque ella no hizo caso a las indicaciones, pero que si seguía las indicaciones iría viento en popa, la familia la apoyaba y la quería…esa secuencia a mí me decía que más que resolver el problema, o adelantar su sueño, había un tema psicológico grave en Lara. La automutilación en ese contexto no es un alivio ni una liberación, es un acto irresponsable y lanza un mensaje poco afortunado a la comunidad de chicos y chicas transgénero que no tiene la posibilidad de una operación de cambio de sexo o que la está esperando pacientemente. Sin embargo, Dhont, que hasta el momento tenía todas mis simpatías, reduce la temática de su película al pene y cuando Lara se lo corta, la llevan al hospital, etc…y no pasan ni cinco minutos para verla finalmente feliz caminando en la calle, recuperada y siendo “la chica” que siempre soñó. O sea, NO, querido Dhont. No me parece. El temita del género va más allá de los genitales, a lo que todo se redujo. SPOILER FINAL

Girl entra en esa disyuntiva en la que suelen entrar las películas que tocan temáticas de este tipo: ¿estamos ante un discurso contradictorio o a una compresión personal de la temática que trata? Creo más bien que es la primera. No cabe duda que Dhont tiene las mejores intenciones, y que dada su edad, y el contexto social y político que vive el mundo, la película entra de cajón en la ola progre que tantos premios y visibilidad acarrea en los festivales, pero ese final, señores…¿ese final? No es el final que Lara, ni cualquier chico/chica como Lara merecen.

Lo mejor: tiene belleza y delicadeza Lo peor: desbarranca con su final  La escena: las tijeras, claro Lo más falsete: las tijeras, claro El mensaje manifiesto: ser niña es no tener pene El mensaje latente: ser niña es más que la vagina El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: Lara, su hermanito, el papá El personaje emputante: la cabrona que le dice: queremos verlo El agradecimiento: por la belleza y la delicadeza.

CURIOSIDADES

Girl fue pre-seleccionada al Oscar por Mejor Película Extranjera 2019.

Se criticó la película porque el actor Victor Polser no era transgénero o transexual realmente, entonces  algunos dijeron que ya la película partía mal desde ahí. Por favor, se trata de un chico que está actuando y además lo hace maravillosamente. Una de las actuaciones más hermosas que he visto fue la que hizo Hilary Swank en Boys don’t Cry, no dudo que exista un transgénero que lo hiciera igual o mejor que ella, pero lo que ella hizo es para la posteridad. Qué triste cuando lo progre en realidad se pone conservador.

El casting fue abierto para todo tipo de adolescentes: chico, chica, travesti, transexual, etc…

Es el debut de Victor Polser como actor.

La película fue inspirada por Nora Monsecour, bailarina profesional y mujer trans de Bélgica. En 2009, Dhont, entonces de 18 años y estudiante de cine recién inscrito, leyó un artículo del periódico sobre Monsecour.

Dhont se acercó a Monsecour para hacer un documental sobre ella, que ella rechazó. En cambio, luego pasó a escribir una película narrativa de ficción con ella y Tijssens, aunque Monsecour permaneció sin créditos como consultora de guion.

Dhont consultó a Monsecour, otras personas transgénero y profesionales médicos para la película.

Después de no encontrar un actor que pudiera bailar y actuar a su entera satisfacción entre las 500 personas de entre 14 y 17 años que audicionaron (siete de ellas eran mujeres trans) , los cineastas comenzaron a elegir al resto de los bailarines que aparecerían. en la película. Fue en este proceso de casting grupal que encontraron a Polster.

Monsecour estuvo involucrado en el casting de Polster y estuvo presente en el set durante el rodaje.

La filmación involucró escenas de desnudos de Polster, entonces, con el consentimiento de sus padres.

TELEVISIÓN: American Crime Story: El Asesinato de Gianni Versace

Por: Mónica Heinrich V.

Los crímenes que involucran celebridades son los más rentables mediáticamente, mueven mucha prensa porque despiertan el morbo, las ganas de saber qué pudo pasar para que la celebridad en cuestión vea su vida destrozada o la destroce. Nada como lo inhumano de lo humano sobre los límites de lo que queremos saber de la vida ajena. El creador y productor de American Crime Story, Ryan Murphy, tiene un público cautivo ahí, ya lo demostró con su primera temporada donde tocó el juicio de O.J. Simpson. La caída del astro afroamericano, las bambalinas del sistema judicial americano, las vicisitudes de una vida que pudo tener un mejor final. Y en casa, con el control remoto en la mano, veíamos la figura ficcional de O.J. pensando “Este tipo tenía todo para ser feliz y no lo logró”, construyendo en nuesta mente la imagen del feminicida que por desgracia se salió con la suya.

En esta segunda temporada Murphy llega a Netflix con El Asesinato de Gianni Versace y lo que recibimos es exactamente eso: nueve episodios dedicados a desentrañar lo que significó la muerte del famoso diseñador italiano. Y no me refiero a las consecuencias para su marca, hermana o mundo de la moda, sino al acto en sí mismo.

El adagio de Albinoni abre la serie con una secuencia casi poética. Son los primeros minutos. Versace se despierta, vemos su opulencia, esa vida que parece perfecta y que le será arrebatada. Lo seguimos en su rutina. Luego, los disparos a quemarropa en la puerta de su mansión miamense. Andrew Cunanan detrás del gatillo . Versace agoniza y Antonio D´Amico (su pareja oficial por casi 15 años) lo sostiene en sus brazos. Hay sangre, gritos, llanto. El infame asesino huye. Todo sucede a plena luz del día a mediados de los 90s.

Narrativamente, Murphy intercala la serie en tiempos y personajes. Iremos hacia atrás hasta conocer un poco la vida del tipo que no quería ser ordinario ni pasar desapercibido (Cunanan) y también un poco, muy poco, de la vida del temperamental Versace. Conoceremos a las otras víctimas, quiénes eran y cómo murieron las cuatro personas que Cunanan asesinó antes de matar a Versace. Hay que destacar que la serie está muy bien actuada por Edgar Ramírez interpretando a Versace, Darren Criss como el perturbado Andrew Cunanan y una sorprendente Penélope Cruz en la piel de Donatella Versace. Diría que fuera de cuando la dirige Almodóvar, es uno de sus papeles más logrados. La única mancha en la alfombra sería Ricky Martin como Antonio D´Amico, el más flojito a nivel interpretativo. Y cuando digo flojito es que actúa muy mal, todo el tiempo moviendo el ceño para acentuar sus frases y la voz  impostada.

Hola, soy Ricky Martin y…soy cantante…

Los episodios se ven con interés, pero, gente, la mayor parte de la serie es creatividad del guionista Tom Rob Smith. Sí, sí, se basó en un libro (The Hunt of Andrew Cunanan) y tiene datos relativamente fidedignos respaldados por declaraciones, notas de prensa, y la investigación de la policía, pero hay hechos que no los conoce nadie porque los involucrados murieron. Es así que los puntos altos de la serie en cuanto a historia son mera invención o suposición (qué sucedió con David y Jeff, aspectos personales de Cunanan, la muerte del primer sugar daddy de Cunanan, la relación con Norman, la vida familiar tanto de la víctima como del victimario, el porqué Cunanan asesinó a Versace, los encuentros entre ambos). Hay muchos huecos que rellenar.

Qué carajos te pasó Andrew

El asesinato de Versace tiene la estética y el glamour del desaparecido diseñador italiano, pero a medida que avanza se va quedando en lo anecdótico y se sumerge más en el tono aleccionador sobre la problemática gay y de los gays contagiados de SIDA. No cabe duda que eso mismo se puede insinuar o mostrar en escenas específicas de la serie sin que parezca un recurso discursivo ajeno a la historia. Lo mismo sucede cuando Versace se queja abiertamente de las modelos esqueléticas que han contratado para su desfile y lanza un texto sobre la necesidad de mostrar mujeres reales y felices. O cuando se hace énfasis en cómo subestiman a Donatella y que ella es el modelo de mujer fuerte y metedora.

«Vos Donatella, y vos mujer que mira la serie, son mujeres fuertes y pendejas»

De Versace, la víctima, sabremos poco. Porque capaz los creadores piensan que no hay que saber mucho más, es el Dios de la moda, el ícono. El foco (tal como lo añoraba el asesino) se lo lleva Cunanan. Es él finalmente el centro de la atención, es él quien despierta el interés. ¿Qué pasa por su mente? ¿Qué pensaba? ¿Por qué lo hizo? El retrato de mitómano culto, encantador, con un coeficiente intelectual elevado es algo que Cunanan debe estar disfrutando desde la tumba. Recordemos que algunos asesinos cometen sus crímenes por la notoriedad, por esa fama que en una vida socialmente correcta les es esquiva.

En sus días finales, el verdadero Cunanan entró en una espiral de desesperación que creo que si bien la serie consigue retratar en alguna medida, no se profundiza. Asumo que esto se debe en parte al hecho de que no se sabe exactamente lo que pasó en ese tiempo, aparte de datos aislados y testimonios de gente con la que se cruzó el asesino, por eso la serie llena esos huecos con escenas predecibles o con una excesiva pantalla a la señora Miglin interpretada por Judith Light.

Hola, soy Judith Light…seguro me recuerdan por series como Quién es el jefe y Ugly Betty…acá tengo que llenar hartos huecos.

El asesinato de Versace, empieza y termina con el asesinato de Versace y una comparación entre el destino final del amado Versace y el del infame Cunanan. Esas comparaciones de clase, status y poder que tanto nos gustan.

Así, mientras Lady Diana viajaba a Milan y abrazaba a un abatido Elton Jhon en el transmitido entierro de Versace, Cunanan ya estaba por apretar el gatillo que le quitaría la vida a sus recién cumplidos 27 años. Nunca sabremos qué cable se le cruzó, ni qué se pudo hacer para evitar que se perdieran tantas vidas, en la ficción que American Crime Story presenta veremos a una mujer policía mirar el cadáver del perseguido Cunanan y decir con una mezcla de decepción y tristeza: “He´s just a boy” (“Es solo un chico”).

Lo mejor: mantiene el interés y está soberbiamente actuada a excepción de Ricky Martin, y claro, las escenas del perro La escena: la secuencia inicial , la de la muerte de Jeff, el baile semidesnudo, algunas escenas con Donatella Lo más falsete: algunas cosas discursivas sobre el VIH y el tema de género El mensaje manifiesto: polvo somos El mensaje latente: polvo seremos  El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: el perro, Dios, como rogaba que no mate al perro El agradecimiento: por el perro y por la recreación.

CURIOSIDADES

Gianni conoció al modelo Antonio D’Amico (que será interpretado por Ricky Martin) y estuvieron juntos por 15 años. Cuando murió, le dejó una pensión mensual de $26,000 dólares aproximadamente.

En el testamento, Versace le dejó el 50% de su imperio a Allegra Beck, su sobrina, hija de Donatella. Cuando cumplió la mayoría de edad, Allegra heredó alrededor de 500 millones de dólares y tiene la última palabra en algunas decisiones de la marca. Ella tenía apenas 11 años cuando su tío fue asesinado.

Para Ricky Martin meterse en la piel de D’Amico ha sido un gran reto personal. El puertorriqueño ha querido mostrar fielmente la personalidad de la pareja del diseñador, aún sabiendo que este detestaba la idea. “Me aseguraré de que la gente se enamore de tu relación con Gianni” le ha prometido el cantante a D’Amico. Al final D´Amico obviamente no estuvo contento con el resultado.

Por su parte, Penélope Cruz lo ha tenido más sencillo. Donatella agradeció a la actriz cómo la interpretó en pantalla con un cariñoso mensaje y un ramo de rosas blancas.

Hay otra teoría sobre la muerte de Versace: Las deudas que tenía con el hampa serían la razón por la que el afamado diseñador italiano Gianni Versace fue asesinado en julio de 1997 al frente de su mansión en Miami.  «Bares, restaurantes, propiedades y bienes lujosos eran usados para lavar dinero, pero también negocios legales como el de Versace», contó el mafioso  Gianni di Bella, quien perteneció a esa organización por cerca de 30 años, a los autores del libro, los periodistas Claudio Antonelli y Gianluigi Guzzi. Prueba de ello la paloma muerte que apareció al lado del cuerpo de Versace, un sello distintivo de la mafia italiana al marcar a sus víctimas.

CINE DANÉS: Den skyldige / The Guilty / La culpa

Por: Mónica Heinrich V.

Una sola locación. Un protagonista. La historia se escucha por el espectador, pero cada uno se imagina lo que sucede. Ese era el objetivo de Gustav Möller, el director danés de la no menos danesa La culpa.

No naveguemos en las aguas de una originalidad inexistente diciendo que el tipo hizo algo que nunca hemos visto, no. Ya hemos visto algo similar en Locke o en Buried (por nombrar algunas), pero Möller se las ingenió para hacer de su cuento algo trepidante y lleno de adrenalina, incluido un punto de giro que pocos verán venir a aplastarlos como un tren de carga.

Möller escuchó llamadas al 911 a las que se pueden acceder en youtube y quedó sorprendido por el suspenso que se creaba y por el mundo que se abría a su imaginación solo con escuchar los sonidos y las voces de la emergencia.

Así fue como surgió la idea de que el público sea co-creador de la trama. Situó su argumento en un centro de llamadas de emergencia danés y puso a su protagonista Asger Holme (interpretado por un solvente Jakob Cedergen) a contestar llamadas que en un inicio parecen anecdóticas, hasta que llega la llamada de Iben (Jessica Dinnage).

SPOILER Rápidamente, entendemos que Iben ha sido secuestrada por un hombre y que ella intenta hablar en código con el oficial para salvar su vida. La cosa se va complicando cuando se descubre que el secuestrador es el ex marido y que ella ha sido sustraída de su casa donde uno de los hijos (apenas un bebé) ha sido asesinado. FIN DEL SPOILER

Todo eso lo vivimos a través de las llamadas y los sonidos, nunca abandonamos la central de emergencias, nunca conoceremos a las víctimas, solo a Asger y a algún compañero ocasional de trabajo.

El guion escrito por el mismo Möller y por Emil Nygaard Albertsen (también colaborador en su cortometraje I, Mork) es bastante efectivo. Quizás lo empaña algunos momentos bastantes fuera de lugar SPOILER a un feminicida en potencia no le decís «oye, sé que mataste a tu hijo, te espera la cárcel», aunque se puede justificar diciendo que la labor de Asger no era realmente atender llamadas sino que era un oficial que estaba bajo observación y al que habían relegado a esas funciones sin que sean su expertise. FIN DEL SPOILER

Otra cosa un tanto molesta fue el tinte moral y ético que le imprimieron a los últimos minutos. Esa cosa discursiva que le da sentido al título de la película, pero que en la práctica hace ver al trabajo un poco más inmaduro de lo que se vería si lo despojáramos de cualquier pretendida virtud aleccionadora.

Igual The Guilty se disfruta mucho, este es un joven equipito que dará que hablar y al que le fascina hacer cositas cinematográficas. El director, el productor, el director de fotografía y el montajista se conocieron todos en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca.

The Guilty  es una tragedia, un thriller, que aunque no aporta nada nuevo al género, sí logra hacerse un lugar dentro.

Lo mejor: mantiene la tensión en una sola locación y sin mostrarnos visualmente la tragedia Lo peor: discursiva y aleccionadora  La escena: el giro inesperado Lo más falsete: algunos diálogos poco recomendables para una situación así, también todo el discurso final El mensaje manifiesto: nada es lo que parece El mensaje latente: las historias solo hay que saberlas contar  El consejo: para verla con idioma original El personaje entrañable: Oliver y Mathilde El agradecimiento: por un buen momento de entretenimiento y tensión.

CINE MEXICANO: Roma

Por: Mónica Heinrich V.

Es tan bonito decir «carta de amor a la empleada doméstica«, o «carta de amor a México«, se escucha tan progre, tan nuevo milenio. Roma, la tan comentada Roma, puede que sea eso y algunas cositas más.

Reconozcamos, en primer lugar, que Roma es estéticamente perfecta, de esas películas que hacen que uno se deleite en el plano, en la composición, en el reflejo de avioncitos cruzando sobre charcos de agua, y que sintamos empatía por la chica indígena migrante que trabaja como empleada en un barrio clase media alta.

El director mexicano Alfonso Cuarón nos dice que Roma es un homenaje a Libo. Bueno, nos lo dice él y todo el aparato marketinero que mueve Roma desde Netflix. Libo es la trabajadora doméstica que crió a Cuarón allá por los años 70s. Y Libo está representada por esa Cleo ficcional que encandila la pantalla con su inocencia y saber estar.

La multipremiada, multiamada, multiclase, multipluricultural Roma es la más reciente película de Alfonso Cuarón. Pocos recuerdan que el camino de Cuarón en el cine empezó con una comedia llamada Solo con tu pareja (un mujeriego era engañado con un falso resultado positivo de SIDA)  y de ahí dio un salto directo a Hollywood para hacer Little Princess y la dickensiana Great Expectations. Después del fracaso de taquilla de esta última, la industria le dio la espalda y regresó brevemente a México con Y tu mamá también, para pasar de nuevo a gringolandia con Children of men y una de las secuelas de Harry Potter. Su película más famosa fue Gravity (reseñada ACÁ) y así, en ese ping pong entre cine comercial y cine más autoral, entre cine gringo y cine mexicano, el 2016 filmó Roma.

La filmografía del amigo Cuarón

Roma no es una referencia a Italia ni al filme de culto de Fellini, Roma es el nombre de una colonia (barrio) de ciudad de México. Una especie de Zona Sur o Equipetrol mexicano. O sea, donde se amontonan los jailones. En Roma, vivieron Cuarón, su familia y Libo, su “criada” (dirían vulgarmente los mismos mexicanos). De sus experiencias infantiles con Libo sacó el 90% de las escenas de la película.

El guion se inicia a finales de 1970 con Cleo (interpretada por la gran Yalitza Aparicio) inmersa en sus labores domésticas. Cleo es una muchacha parte de la diáspora mixteca. Por eso Roma se escucha en español y también en mixteco.

Cleo tiene una rutina muy establecida dentro de la casa, y además se ocupa, junto a otra doméstica, de la crianza de los cuatro niños de la familia. Cuarón, que también hizo la dirección de foto, utiliza lentos movimientos de cámara para mostrar el ir y venir de Cleo siempre desde cierta distancia. De acuerdo a Emmanuel “Chivo” Lubezki, el tres veces ganador del Oscar a Mejor Fotografía, amigo íntimo de Cuarón desde los 16 años y la primera opción para hacer la fotografía de Roma hasta que un problema familiar lo dejó fuera de la película, se decidió filmar Roma componiendo las tomas no en el eje X, que es el usual, sino en el eje Z. Esto significa que la cámara se mueve como un tercer personaje que observa pero no comenta la historia. Cuarón lo definió como “el fantasma del presente que está visitando el pasado, sin involucrarse, solo observando, sin tratar de emitir un juicio o comentario”.

Esto da pie a dos lecturas, una que asume Roma como la “historia que Cuarón quiso contar”, la “película más personal de Cuarón”, su “vivencia”, a la que por lo tanto no se le puede cuestionar mucho más, ni exigir mayor densidad. Es lo que es, admiremos la obra y punto. Gracias por compartir con nosotros una parte de tu vida, Alfonso Cuarón. Qué emotiva memoria, qué pedazo de historia de México, qué recreación, qué arte, qué talento, qué visibilización de lo invisible. Repartiendo Ave Marías hasta se puede llegar a decir que la brecha de clase se acorta y que las mujeres terminan unidas como tiene que ser. El feminismo entra de rebote porque puede y quiere.

La otra lectura es que aunque el foco está en Cleo y la historia se vive desde Cleo, es la mirada de Cuarón lo que vivenciamos como una especie de filtro o ¿estorbo? Quizás sea por eso que nunca llegamos a conocer del todo a Cleo. Cleo es un personaje genérico cuya única particularidad será la confesión en la playa. Fuera de eso sigue la fórmula de cualquier telenovela mexicana de medio pelo. En Zona Sur, de Juan Carlos Valdivia, no se profundizaba en los personajes que hacían las labores domésticas porque su mirada y estructura narrativa partían desde la familia jailona. En el caso de Roma, fingimos que es la visión de Cleo, el mundo de Cleo el que vemos como protagonista, por eso puede hacer ruido que siga siendo la interpretación de Cuarón de la colonia Roma la que esté por encima de la del personaje que le da sentido a la película. O sea, compartimos con Cleo experiencias fuera de la casa familiar, fuera de la vida como empleada doméstica, lejos de los patrones, recibimos con ella noticias duras, encuentros jodidos, situaciones traumáticas, pero a pesar de que la estructura narrativa y la mirada es de ella, que todo pertenece a su universo, es el sentir de Cuarón respecto a todo eso lo que se impone.

Hola, soy Cleo, la mixteca doméstica que quedó embarazada

En la película chilena La Nana dirigida con acidez por Sebastian Silva, “la Raquel” era una empleada doméstica que llevaba 23 años sirviendo a su familia, no decía mucho, pero sabíamos que estaba amargada y emputadísima. Y defendía su puesto con uñas y dientes. En el filme brasileño Que horas ela volta? de Anna Muylaert, la vida de Val, la cariñosa empleada de una familia paulista, se veía trastocada cuando su hija adolescente le cuestionaba su posición dentro de la casa de sus patrones. Con esto no quiero decir que todas las empleadas domésticas resientan su trabajo o deban cuestionarse su lugar en el mundo, faltaba más, sino que al estar las historias mencionadas centradas en la mirada de estas mujeres, podías ver más matices que los de la alegre servidumbre. Por ejemplo, no sé hasta qué punto el que estés “de encargo” y que tu patrona te apoye soluciona del todo el problema que te aqueja.

Ya estoy bien, la patrona me apoya

En Roma, hay un maniqueísmo un poco exasperante. Incluso la llegada del padre a la casa está orquestada como una escena de cine noir. El ex amante de Cleo termina de confirmar su villanía con una súper forzada participación en El Halconazo, manifestación de universitarios mexicanos que terminó en masacre, luego de que el gobierno infiltrara a grupos paramilitares.

Los indígenas que aparecen en pantalla son valorados por su estoicismo, su silencio, su sumisión, esas características son una virtud. Cleo es la empleada soñada, la que tiene que usar sus horas de sueño para limpiar los quichicientos puchis que un solo perro deja en transcurso de horas en el garaje. Todo con sonrisas y buen humor. Cuarón ama a esa Cleo-Libo que lo crió y que según entrevistas sí le contó del hambre de su pueblo, de su vida sufrida como adolescente mixteca, de sus privaciones y sueños no cumplidos, nada de eso es necesario que se conozca a través de Cleo porque en Roma tenemos que seguir viendo a los sirvientes con los ojos de distancia fría y agradecimiento de los patrones.

Lo que vemos de los patrones también es genérico y de manual. Algunas mezquindades menores en el trato con las domésticas, y luego, poco o nada que recordar.

La historia transcurre llena de simbolismos y metáforas. Para alargar más el cuento, pongamos un año nuevo dicotómico (fiesta jailona vs fiesta de empleados) donde además anunciemos con sutileza a través de una fuente rota que SPOILER algo pasará al bebé de Cleo FIN DEL SPOILER

Los malditos hombres

Así las cosas, Roma puede ser lo mismo una bonita carta de amor a una trabajadora doméstica o una mirada condescendiente a la relación entre patrón-empleado, y eso dependerá del espectador y quizás de sus propias vivencias y reticencias en cuanto al tema tocado.

Lo que no se puede negar es que dentro de lo técnico que también se articula como un lenguaje, Roma puede fascinar incluso en su engañosa sensibilidad y simplicidad. La meticulosidad con la que Cuarón ha construido su carta de amor a Libo, es también una carta de amor a sí mismo como cineasta. Un diseño sonoro cuidadoso, lleno de capas, unas composiciones de escenas tan coreografiadas que para que todo eso marchara debió ensayarse mucho, un trabajo artesanal en VFX (efectos especiales), porque sí, no se dejen engañar por el blanco y negro y por la historia sencilla, Roma es una superproducción y en tomas que parecen tan sencillas y filmadas con tanta fluidez como la escena final de la playa, se usó post-producción.

No la encontré aburrida, ni eché en falta la posibilidad de verla en cine. Creo que Roma es exactamente un producto para la plataforma que la cobijó.

Cuarón dijo que la presencia constante de aviones que remitían a la zona en la que vivía también era una metáfora de la quietud en la que se movían los personajes y otros mundos que quedaban sin explorar.

Inexplicablemente, eso me pareció lo más triste de todo.

Lo mejor: Cleo, y el hermoso envoltorio de la película Lo peor: genérica, en argumento cercano a una telenovela, y un poco artificial  La escena: la del halconazo, la de la playa Lo más falsete: lo del tipo como parte del halconazo, la secuencia del incendio, el cántico al pedo, etc.. El mensaje manifiesto: no hay que comprenderlas solamente amarlas El mensaje latente: las cartas de amor suelen ser una exhibición de uno mismo hacia el objeto amado El consejo: hay que verla, tiene algunos momentos memorables El personaje entrañable: Cleo El personaje emputante: el boludo que canta, Fermín, Antonio El agradecimiento: supongo que por lo mucho que emociona al público.

CURIOSIDADES

  • Cuarón tenía en mente el filme desde su debut en 1991 y empezó a planearlo en el 2006.
  • La escena del parto se filmó una sola vez, los médicos y enfermeras que aparecen son reales para que la secuencia se vea más auténtica.
  • Libo aparece en una escena de tu Y tu mamá también.
  • El único en saber el guion completo era Cuarón, ya que la historia con los actores se trabajaba día a día.
  • Cuarón recolectó el 70% de los muebles y decoración que vemos en la película para recrear su casa tal cual era. Tuvo que pedir las cosas a sus familiares.
  • La actriz que da vida a Cleo, tampoco sabe nadar.
  • A lo largo de la película, se hicieron  ajustes digitales. El vecindario que rodea la casa de la familia requería mucho trabajo de pantalla azul para eliminar las vistas modernas y extender la calle en la que se encuentra la casa a la distancia.
  • Los créditos terminan mostrando las palabras «Shantih Shantih Shantih». Children of Men (2006) incluyó este mantra en su diálogo, y sus créditos finales también terminaron con estas palabras que se muestran.

CINE BOLIVIANO: Søren

Por: Mónica Heinrich V.

Søren Kierkegaard, el gran filósofo danés, entre muchas cosas dijo: “Los dioses no regalan grandezas. Nada verdaderamente grande se obtiene gratis”…creo que esa frase debió ser la que se viera pegada con imanes grandotes en la heladera de los tortolitos de la más reciente película de Juan Carlos Valdivia: Søren. Como un compendio de ficción y realidad, del delante de cámara, detrás de cámara. Un All inclusive, un Tout compris.

Ahora resulta que las brechas raciales, económicas, políticas, generacionales y pachamamistas son regalos del proceso de cambio y no de quichicientos años de historia como país. Y esa agudísima conclusión se refleja en Søren cual límpido espejo con sus personajes Amaru, Paloma y el gringuito políglota.

Perdón, pero esto que vimos es más como si Mattel hubiera lanzado su Barbie camba, su Ken colla y su Ken hippie chic.

Creo que nadie puede negar que Juan Carlos Valdivia filma con cierto rigor técnico, y que en lo formal puede plantear aspectos interesantes que incluso logran maquillar los defectos de guion y actuación de sus películas.

Pero…con Søren llegamos al punto de inflexión. Un punto en el que el esteticismo es más un estorbo que un aporte, y que no consigue salvar unos diálogos artificiales, cursis, que mueven más a la risa que a la reflexión. Sin embargo, felicito y abrazo a los espectadores que se sintieron tocados como por polvos de hada ante tanto derroche de profundidad y sabiduría ayahuasesca. Ese estadio tan difícil de alcanzar. Es así nomás, “La puerta de la felicidad se abre hacia adentro”.

Nuevamente, uno de los grandes problemas del cine boliviano vuelve a asomar: las aspiraciones de lo que se hizo y lo que se obtuvo. Veamos:

«Una historia que rompe los esquemas del amor y la sociedad», dice una de sus publicidades. Por favor, quiero ver los esquemas rotos, que alguien me mande los pedazos por mail o por correo DHL. Estamos ante una historia de amor bastante recorrida y vista ya. No hay nada nuevo bajo el sol ni sobre las calles paceñas ni dentro de los ríos amazónicos del Beni. Y ya sobre romper los esquemas de la sociedad, es más pan rancio del que venimos comiendo desde hace años en el cine nacional. Una película políticamente correcta disfrazada de irreverente o rompedora de esquemas.

¿De qué va tanta impostura?

Lo primero que vemos en la pantalla es a Paloma (Pamela Peró) en un cholet siendo parte de lo que parece ser una fiesta rave, electrónica, en la que en un determinado momento se mete una pepa y conoce a Amaru (Romel Vargas), ahí  presentan también al mamerto de Søren (Willy Cartier).

SPOILER

Muy rápidamente Paloma y Amaru terminan juntos, porque Dios así lo quiso, y abrazan el concubinato con devoción hasta que Amaru se topa con Søren en la calle, un desconocido al que además de darle un aventón, lo lleva de farra. El gringo, por supuesto, termina de arrimado en la casa de los tortolitos.

No hay nada de tensión ni de climas respecto a la relación de estos tres personajes. Las elipsis están pobremente manejadas, y por un capricho estético el formato de la pantalla cambia para enmarcar los momentos que el director quiere subrayar. También el idioma se alterna, unas veces es español, otras inglés, otras francés como elemento de subrayado. Digo, por si nos faltaba más sutileza.

Los personajes se preguntan sobre el amor, sobre la vida, el ser y la nada. O mejor dicho, le preguntan al gringo, al gringo espiritualmente elevado, sin ataduras, sin complicaciones propias del tercermundo. Una brújula de conocimientos y casi casi un folletín viviente de frases reflexivas. Era como ver la conquista de América, «all over again».

En medio del tole tole introducen al personaje de Alejandra Lanza para acariciar el tema de género (tan de moda y fácil de usar) hay que dejar claro lo multifacético que es el guion y la aproximación filosófica existencial a esta nueva Bolivia, y a través de ese personaje escuchamos una catarata de frases armadas sobre los roles femeninos y el amor, y escoger cortinas y ser in-dependientes. Menos mal que ese personaje no conoció a Søren porque tal como iban las cosas la pobre le hubiera terminado comprando las cortinas y las toallas al gringo.

No hay desarrollo de personajes. Paloma se pasa la película preguntándole obviedades al amante de turno. La escena en que la que el gringo la bota como a un trapo de cocina es de antología. Amaru se pasa la película sin saber para qué lado jalar y Søren tiene la misma cara y talante cuando carga las telas de Paloma que cuando Amaru le mete mano debajo del calzoncillo. FIN DEL SPOILER

Hay un tono muy solemne en todo el filme. Muy de “mirá lo profundos que somos”. Pero la profundidad requiere contextos, requiere conocer a los personajes o intuir lo que hay detrás de ellos. Paloma, Amaru y Søren existen para adornar la pantalla haciendo de la camba linda riquilla, el cholo riquillo y el gringo aventurero con todo lo que eso arrastra de lugares comunes. Y lo peor,  va en contramano totalmente del desparpajo y ligereza de la juventud que el filme pretende retratar.

La fotografía casi de postal, la cháchara forzada sobre los pájaros, la romántica visión de los viajes de ayahuasca y las actuaciones acartonadas recitando (literal) frases hechas, tampoco ayudan a humanizar la historia.

Esta es una parábola de corto alcance, demasiada genérica, autoconsciente y calculada.

Estirada hasta el exceso, cuando pensás que va a terminar e imaginás que te vas a bañar con gasolina para sacudirte ese mundillo de encima, los personajes siguen yendo y viniendo por nuestro bello país porque falta mostrar Rurre y falta mostrar el Salar.

El mejor momento de la película es cuando Amaru está yendo a buscar a Paloma y  suben dos campesinos a su auto y le dicen con una frescura casi ausente en todo el metraje: “Ya la vas a encontrar”. Lo más sincero de todo lo que vimos. Gracias, campesinos tercermundistas.

Mientras tanto, Søren (Ken Hippie chic) contempla la Bolivie, grandilocuentecon tapado y cayado, como solo un ser elevado puede y debe hacerlo.

Lo mejor: El bello momento en que empiezan a salir los créditos Lo peor: una pose condescendiente y afectada La escena: la pelea entre Amaru y Paloma, las actuaciones eran tan TAN terribles, que tuve que taparme los oídos. Eso no es culpa de los pobres actores, sino de la dirección de actores. Otra escena inolvidable: Amaru le mete mano a Søren y con la mano ahí dentro el gringo le pregunta: LA ENCONTRASTE? gente, el chiste se cuenta solo Lo más falsete: el relato sobre Bolivia que lleva el nombre de un gringo boludo que además es el personaje por el que los bolivianos se dejan «influenciar» El mensaje manifiesto: el plástico sabe a plástico El mensaje latente: podés adornar el plástico y seguirá siendo plástico El consejo: dejemos la pose El personaje entrañable: los campesinos El agradecimiento: supongo que por los que realmente la disfrutaron.

CINE COREANO: Poetry (2010) y Burning (2018)

Por: Mónica Heinrich V.

Aún me estoy recuperando de Poetry. A pesar que la vi hace ya unos cuatro días sigo con ella pegada a mí como un fantasma. Y para hablar de Burning tengo que hablar de Poetry, porque sí, porque ambas películas se lo merecen y porque solo así se entenderá lo que Lee Chang Dong hace con el cine.

Chang Dong estudió filología, se convirtió en novelista, luego en guionista, luego en cineasta. Lo suyo es innato. No se aprende en escuelas, ni en universidades, ni en talleres. Lo que se siente en sus películas es una pulsión. De vida y de muerte.

Vi Poetry después de ver Burning, porque me dije: Este tipo sabe, este tipo debe hacer buenas películas, debo seguir a este tipo, me he estado perdiendo a este tipo.

Si ves el poster de Poetry, si leés la sinopsis, podés pensar que vas a estar ante una película lenta y aburrida, de esas que hablan sobre la vejez y la sabiduría que produce una vida bien vivida.

Error.

Hay algo muy angustiante en Poetry. Muy de…”Ay, Dios mío”, mientras te agarrás el pecho y te tapás los ojos. Y no es que pasen cosas que no hayas visto antes. Es que Chang Dong tiene el talento para contártelo de una manera sutil y precisa al mismo tiempo. Crea un montón de subtramas que no estorban, sino complementan a la película.

Mija es una anciana, una abuela que tiene a su cuidado a su único nieto adolescente. Cuando la película arranca, esta encantadora señora descubre que tiene los primeros síntomas del Alzheimer, está olvidando palabras.

¿Poetry es una película sobre el Alzheimer? No.

Paralelamente, Mija sigue trabajando, atiende a un señor también mayor que necesita alguien que lo asee en determinadas horas del día.

La rutina de la señora es alternada con su deseo de aprender a escribir poesía.

¿Poetry es una película sobre la Poesía? Tampoco.

Muy de refilón se sabe que una adolescente que va al mismo colegio que su nieto apareció muerta. La chica se suicidó lanzándose de un puente.

Chang Dong sigue mostrándonos imágenes de la vida cotidiana de Mija hasta que asesta su primer golpe SPOILER padres del colegio del nieto la llaman a una reunión urgente, son cinco padres de otros cinco chicos, que junto a su nieto violaban continuamente a la chica que se suicidó. O sea, son los responsables de la muerte de la chica. Con una frialdad exasperante se juntan para tratar de tapar el escándalo y salvar el futuro de sus hijos FIN DEL SPOILER

Imaginen ustedes qué harían con esa revelación. Imaginen. Yo lo imaginé.

Poetry te sigue mostrando paisajes lindos, una vida tranquila, un mundo que continúa moviéndose, pero está eso, eso del nieto, de la chica, del suicidio, de la muerte, de la responsabilidad, de la indiferencia, del deber, de la sangre que llama, de la vida bien vivida que tiene que llevarte hacia otro lado.

No es una película predecible. Conforme avanza se vuelve más difícil de ver, pero no podés abandonar a esa magnífica actriz que es Yun Junghee y que en la piel de Mija te lleva de la mano a través de esta truculenta historia.

SPOILER Me chocó mucho el esfuerzo que hacía la señora para que el chico hable, acepte la culpa o muestre una pizca de remordimiento sin que suceda nada. Por eso entendí lo que hizo FIN DEL SPOILER

Su final es uno de los finales más lindos y tristes que vi este año. Un final que te hace pensar y te hace sentir. ¿Te acordás de esas películas que cuando salís del cine no pasa nada? Poetry es todo lo contrario.

Lo mejor: Contada con una madurez digna de admirar Lo peor: esa cosa oscura que te deja La escena: la conversación con la madre de la chica muerta en la plantación de duraznos, y también el momento del juego del final Lo más falsete: … El mensaje manifiesto: Hay que estar a la altura de la circunstancias El mensaje latente: cómo duele lograrlo El consejo: para verla y tenerla como favorita El personaje entrañable: Mija El agradecimiento: por la delicadeza, por el pulso.

BURNING

Poetry fue lanzada el 2010 y Burning es la más reciente película de Chang Dong y actual representante de Corea a los Oscar por Mejor Película Extranjera.

En Burning habitan Murakami, Faulkner y The Walking Dead.

Esta película dura poco más de dos horas, la primera hora puede parecerte muy convencional, incluso podés fatigarte y empezar a murmurar «¿A dónde va esta huevada?».  Aguantás, necesitás darle una oportunidad, amás el cine coreano y además Steven Yeun es parte del casting, querés verlo vivo, querés quitarte de la mente su cabeza destrozada por el bate de Negan en The Walking Dead.

Chang Dong teje su trama con paciencia.

JongSu se muere por ser escritor y uno de sus escritores favoritos es el gran Faulkner, sin embargo, JongSu tiene que ganarse el pan trabajando como mensajero. Pertenece a una estrato socioeconómico que a duras penas llega a fin de mes, su papá tiene un problema con la justicia, su mamá lo abandonó y, en un mundo cada vez más individualista, el chico está muy solo.

Por esas casualidades, saliendo de una de sus entregas se reencuentra con Hae-mi, una vecina-amiga de la infancia, que le trae algo de luz a sus días. La chica es excéntrica, especial y también está muy sola. Lo más importante es que comparten un pasado, una vida recordada como más feliz.

Un día, Hae-mi le dice que va a viajar a Africa y que por favor le cuide al gato. A partir de ese momento, casi una hora después que ha comenzado la película, empezás a engancharte de verdad a lo que Chang Dong te quiere contar.

¿Existe el gato? ¿Dónde está? ¿Hae-mi volverá? ¿Qué está sucediendo?

Siéndole fiel a la ambigüedad del relato de Murakami, Chang Dong se atreve a ir más allá. Empieza a preocuparnos, empieza a incomodarnos, empieza a hacer lo suyo.

SPOILER Hae-mi regresa, pero lo hace acompañada de Ben, un joven millonario y misterioso. La historia va a un peldaño más abajo de ese inframundo en el que vivimos y acaricia el tema de las clases sociales y lo hace tan bien que se va convirtiendo en una densa nube. Todo lo que sucede a partir de ese momento te avisa que algo muy malo está pasando o va a pasar FIN DEL SPOILER

La psicología de los personajes está tan bien trabajada que podés intuir acciones o pensamientos de los personajes a pesar que la historia se vivencia desde la perspectiva de JongSu.

Con unas elipsis temporales manejadas a la perfección, Chang Dong nos deja un relato fascinante e hipnótico. El particular trío que se arma entre JongSu, Hae Mi y Ben, es una muestra de que la ficción permite estos hallazgos, este estudio de personajes, estos hilos uniendo una historia que nunca te revela su verdadero fin sino que te lo deja a tu interpretación.

Hay mucha soledad, mucho ego, mucha cosa rota y turbia en este Burning. Cuando leés los relatos de Murakami (Quemar Graneros) y de Faulkner (Incendiar Establos) quedás aún más fascinado por lo que el director coreano hizo con ellos. Es como esa secuencia maravillosa de Hae-Mi haciendo la pantomima de comer mandarinas. No ves las mandarinas, pero mierda que sabés que están ahí.

Lo mejor: otra gran película de Chang Dong   Lo peor: retorcida y jodida. La escena: la pantomima, la charla de quemar graneros, lo freak de los juntes con los amigos jailones, el baile de los hambrientos Lo más falsete:  … El mensaje manifiesto: Nada es lo que parece El mensaje latente: Es mucho peor El consejo: vela en idioma original subtitulada y luego léete los relatos, o viceversa, funciona igual El personaje entrañable: Hae Mi, Jung Su, el gato El agradecimiento: por Chang Dong y su particular visión de hacer cine.

CINE: Bohemian Rhapsody

Por: Mónica Heinrich V.

El trailer una belleza, como para ponerlo de ejemplo de todo lo que debe ser y vender un trailer aunque la película sea una huevada. O sea, qué cosa bella, me tenía con la vela prendida a la virgen de Urkupiña porque sufro de biopicfobia. Enfermedad provocada por las terribles experiencias en la sala de cine, ¿han visto lo que estos desgraciados suelen hacer con los personajes que recrean? y además, como que me daba asquito que esta película la dirigiera Bryan Singer (guácala) un pedófilo que no debería estar dirigiendo película alguna, pero sí…me entusiasmé con el trailer, así de bueno estaba.

Hay una primera versión de esta biopic que iba a ser protagonizada por Sacha Baron (Borat) y dirigida por Stephen Frears (Philomena, Victoria & Abdul) , aparentemente lo que ambos tenían en mente subiría los colores al rostro del público del siglo XXI, tal como a nuestro Freddy le gustaba. Baron quería una versión más oscura, nadar en las aguas densas del personaje, y darle un aura libertina a la película. Quería estar chuto y cogiéndose hasta a las macetas recreando las orgías desenfrenadas que Mercury organizaba. No sabremos nunca qué tan conveniente o artístico hubiera sido eso. Lo que sabemos es que en Bohemian Rhapsody no hay ni pirulines, ni nalgas al aire, casi no hay gays retratados de manera “buena”, ni Freddy Mercury at all, se decantaron por esa cosa blanda y sin personalidad que tenemos exhibiéndose en nuestra cartelera.

Freddy, ¿sos vos?

No hay una mirada aguda sobre el ídolo, sobre su entorno, sobre su persona, por no haber, no hay ni siquiera datos reales. Es un anecdotario alterado para el gusto popular del público conservador del siglo XXI.

No me malentiendan. Es claro que las biopics sufren siempre porque no pueden abarcar todos los detalles y matices que componen al personaje principal y que se toman licencias para hacer la historia más accesible, pero por lo menos suelen apegarse a la verdad. En este caso, muchachos y muchachas, casi todo lo que vemos en pantalla es una falsedad.

Freddy no conoció a su banda ni a su Mary Austin ni a su Jim Hutton como la película representa. Tampoco se peleó con Queen por hacer su disco como solista. Los análisis para saber si estaba enfermo no se los hizo por ver programitas de TV., el anuncio de su enfermedad a la banda se dio en condiciones distintas, la situación de rechazo hacia Bohemian Rhapsody por parte de la disquera tampoco fue como la presentan, en lo del Live AID la película manipula los tiempos para que creamos que esa histórica performance surgió de saber su padecimiento y reencontrarse con la banda, y no, no no, el diagnóstico fue posterior y la banda no llevaba años sin ensayos.  La versión de un Mercury disoluto que contrae SIDA por su frenético ritmo de vida mientras sus compañeros son hombres familiares, bien portados, tampoco es eral. O sea, se pasaron la verdadera historia de Freddy Mercury y la de Queen allá por las profundidades cavernosas y húmedas de los productores.

¿Gracias?

Chicos, ¿estamos en 1985 o en 1987?

Hay que decir que uno de esos productores es Jim Beach, alias Miami y que tanto Brian May como Roger Taylor participaron como consultores (!). De ahí que la imagen que se maneja sobre ellos sea tan limpia y pura.

Podríamos pensar que el proyecto le quedó grande al guionista Anthony McCarten, pero sospecho que McCarten que tiene en su haber la lacrimógena y rosa biopic de Stephen Hawking: The Theory of Everything y también el saludo a la bandera británica que supuso Darkest Hour, hizo exactamente lo que le pidieron.

Si llegaste hasta acá en la lectura de esta poco complaciente reseña, pensarás que no me gustó o que mejor dicho odié Bohemian Rhapsody. No. No, palomita blanca.

La música de Queen está tan por encima de cualquier cosa que escucharla en un cine y ver algunas escenas bien logradas de los procesos creativos, o de los conciertos que daba la banda, sí hacen que valga la pena verla. El corolario de emociones que la película intenta condensar en el concierto de Live AID, me pareció excesivo y facilista. Pero entiendo que se trató del clímax de la carrera de Queen y estuvo recreado con precisión.

El esfuerzo de Rami Malek (Elliot Anderson en Mr. Robot) por representar a Freddy también es loable, aunque para mí, está lejos de lo que exudaba el verdadero. Basta ver sus entrevistas en youtube, donde vemos a un Mercury menos afectado, menos frágil, menos estereotipo gay de lo que ha interpretado Malik.

Tu cara me suena

Hay partes de Bohemian Rhapsody que te conmueven, a pesar del artificio, quizás porque sabés qué pasará, porque amás las canciones de Queen, y porque hay todo un contexto histórico y social que envuelve el triste final de Freddy. Quizás por eso algunas lágrimas se escapan traicionando la razón.

Una pena que la memoria de Mercury haya sido reducida a un desfile de lugares comunes, con cierto tufillo aleccionador. Y lo peor, porque creo que incluso si fuera una ficción sin apego al personaje pero súper bien contada se aceptaría, la película carece de creatividad, ingenio, desparpajo, de marca propia, cosas que a Freddy Mercury le sobraban. Si no lo hubieran cremado, sin dudas, estaría pateando el cajón.

Lo mejor: hay momentos emotivos   Lo peor: tantas anécdotas súper interesantes de la vida de Mercury y de la banda, y estos crispines se inventan cosas al pedo. La escena: la recreación del concierto de LIVE AID Lo más falsete:  Cuando el Hutton falso le dice que lo busque cuando se guste a sí mismo. O SEA! otra muy mala: cuando hacen que el Mercury falso discursee que no quiere ser su bandera anti SIDA o su poster anti SIDA. O SEA! El mensaje manifiesto: Nothing really matters El mensaje latente: too much will kill you El consejo: The show must go on El personaje entrañable: Mercury El personaje emputante: el cerdo traidor de Paul, las sanguijuelas de la fama y la corrección política del filme El agradecimiento: por la música, por Queen, por Freddy.

CURIOSIDADES

  • Bryan Singer fue despedido como director de la película. El despido coincidió con el resurgimiento de sus escándalos por violación a menores. Aunque rumores apuntaron a que Singer estaba teniendo un comportamiento inaceptable en la filmación y  se desaparecía días dejando al director de foto a cargo de las secuencias. Además, trataba muy mal a Rami Malek, hasta le había lanzado objetos.
  • Mike Myers hace un cameo que es un guiño a Wayne´s world, película que usó Bohemian Rhapsody como parte de su soundtrack.
  • Sacha Baron abandonó el proyecto por conflictos con Briam May y Roger Taylor, quienes estaban en contra de que la película se centrara tanto en Freddy.
  • En la vida real, Freddy Mercury conoció a Jim Hutton en un bar gay. Hutton era estilista y tenía novio, por lo que rechazó a Mercury.
  • La ex esposa de Brian May se mostró disconforme en cómo la representaron en la película y pidió que recortaran las partes en las que aparece.
  • Paul Prenter, el asistente de Mercury que es presentado como el villano, murió de SIDA también en 1991.
  • Jim Hutton fue diagnosticado con SIDA en 1990, pero murió de cáncer en el 2010.
  • Freddy Mercury le dejó casi toda su fortuna y los derechos de sus canciones a Mary Austin. Mientras que a su pareja Jim Hutton le dejó alrededor de medio millón de dólares.

CINE BOLIVIANO: Muralla

Por: Mónica Heinrich V.

Escarbemos un poquito el contexto. En un inicio Muralla era solo una teleserie de exportación. El año pasado incluso se anunció que la producción de La entrega (su nombre de serie) estaba en conversaciones con NETFLIX para ser exhibida en su plataforma de streaming.

El tiempo pasó y de La Entrega se hizo un spin-off en la forma de un largometraje. A los cuatro meses de rodaje para la serie se sumaron tres semanas íntegras con el afán de sacar una película. Obviamente, aún veremos la serie más adelante con o sin NETFLIX. Mientras tanto, la versión película ya se estrenó y se puso a disposición de nuestros esperanzados ojos.

¿Qué podemos decir? ¿Qué puedo decir?

Empecemos por lo valorable, que siempre es “más mejor” decir lo que gusta y se disfruta.

El guion escrito por la escritora Camila Urioste, el director Gory Patiño y el actor principal de Muralla Fernando Arze, tiene una idea base con la que es fácil empatizar. No me molesta el cliché, o lo harto visto de la historia. Jim Jarmusch decía acertadamente que “Nothing is original”.

Coco “Muralla” Rivera (Fernando Arze) es un tipo al que solo le falta que lo orine el perro. Separado, con problemas económicos, su único hijo está internado en el hospital a la espera de un transplante. Por desesperación, toma la decisión de SPOILER vender a una niña que encuentra dopada en su minibus a la mafia que maneja la trata de blancas y con ese dinero salvarle la vida a su hijo. Obviamente, las cosas no salen como él espera y luego el remordimiento comienza a acosarlo. Ahí es cuando siente que debe recuperar a la niña que vendió e inicia una búsqueda sin importar las consecuencias. Una redención para este personaje golpeado por la vida FIN DEL SPOILER

Salta a la vista que Muralla sigue la fórmula comercial y por eso se vuelve más accesible, lo que a su vez conlleva que se genere una empatía en la platea por los tristes problemas que aquejan a este hombre, lo jodido de nuestra sociedad, y la problemática de la trata de blancas. Todo tratado muy por encimita, porque no olvidemos que es una película comercial no un documental ni una película de Haneke.

Gory Patiño, el director, comanda esta opera prima con un enfoque clásico y sin sorpresas. Lo que nuevamente no tiene nada de malo. Es una decisión, es una elección sobre el cine que se quiere hacer.

En lo personal, siento que hay aspectos un tanto limitados, como que la película nada en un limbo. El comentario social está tan maquillado y manipulado por la parte que pretende imprimirle ritmo a la historia, que nunca termina de adquirir cierta verosimilitud incluso tomando como válido lo ligero de su premisa.

Y ya, yéndonos al chancho, si queremos aceptarla como una película ultra-light de esas que en gringolandia podrían ser protagonizadas por un Denzel Washington (papá que toma de rehén un hospital para que le transplanten un corazón a su hijo en John Q.) o por un Andy García (policía que entra en conflicto porque un asesino done médula espinal para que su hijo sobreviva en Medidas desesperadas) tampoco lo logra.

Otro detalle es que se la vende como un vistazo súper profundo al tema, cuando en realidad no lo es y por eso mismo: lo que se ofrece y no recibís es lo que hace ruido.

Cuando termina, si querés reflexionarla te queda la sensación de que no es lo mismo explorar que explotar. Si no querés reflexionarla y la tomaste como un producto más para ir a matar tiempo, eso hiciste: mataste tiempo.

Aún así, no puedo decir que la historia es aburrida, al contrario, se sigue con facilidad. Las actuaciones están equilibradas entre sí, se podría discutir si hay escenas en las que faltaría o sobraría algo, pero no hay abismos de diferencia actoral entre personajes.

El final melodramático me pareció adecuado, SPOILER incluso en su exceso de fatalismo fue una buena decisión no resolver nada de las subtramas, porque en la vida real las cosas generalmente quedan irresueltas. Hubo algo que me conectó emocionalmente en esa “justicia” no divina, hubo algo. Capaz que deseaba que Coco Muralla muera sangrientamente. Tomando en cuenta que el desarrollo mismo de la trama lo viví con distancia, es rescatable que el final toque alguna fibra. Además, el final es lo que saca a la película un poquititito del lugar común donde tan cómodamente está casi todo el tiempo FIN DEL SPOILER.

Hasta ahí, esto podría ser una reseña sobre una película con la que se conectó o no, que gustó o no, sin mayores cuestionamientos que asuntos netamente subjetivos. Me podrían putear por mi mal gusto, por no saber valorar el esfuerzo, por no poder ver la brillantez o trascendencia de la propuesta, por no entender al cine nacional y abrazarlo con entusiasmo.

Pero vayamos a lo técnico que deja de ser una opinión y termina siendo un hecho.

Empezando la película, en el encuentro entre el personaje de Cristian Mercado y Fernando Arze se hizo un doblaje tan evidente que me fatigó. Los sonidos ambientales no eran continuos y el doblaje se mezclaba con el audio capturado in situ sin que exista la continuidad ni los foleys para que no se note el problema técnico. O sea, donde estaba doblado no soplaba ni el viento ni trinaban los pajaritos (por decir algo) para disimular que la voz se metió en estudio.

Imagino que para la mayoría ese detalle pasa casi desapercibido, pero quien escribe esta reseña piensa que lo técnico ya no debería ser un escollo en el cine boliviano, así que percibir eso en los minutos iniciales de Muralla significó un tempranero rompe-encanto.

La corrección de color tampoco tenía continuidad, el color iba y venía en cuanto a contrastes, siendo uno de los desbalances más notorios casi al final que aparecía una imagen lavadísima en comparación al estilo casi teñido que eligieron para el look visual de Muralla. Ni la corrección de color ni el etalonaje (look final) están a la altura de una película comercial-internacional cualquiera.

Por ese mismo problema de postproducción, hay cierta diferencia de calidad entre secuencias que me dicen que se filmó con varias cámaras de distintas resoluciones que no se llegaron a emparejar del todo.

Creo que una película nacional ya no debería batallar con lo técnico, es algo que tendría que estar previsto, estipulado, determinado, salvado, manejado, contemplado, ponga usted el adjetivo que más le agrade.

Porque acá, en nuestro canchón, podemos pensar que qué bonito y que casi ni se nota, pero eso que acá casi no se nota afuera no pasa el peaje.

De corazón, les ruego a las producciones futuras contemplar una buena tajada del presupuesto para una post-producción sin fallas y un exportado que vayan a la par de la propuesta internacional a la que se aspira.

Lo mejor: engancha y accesible para el público  Lo peor: a título personal, me parece que no llena los zapatos de una película comercial exportable ni tampoco de una con un comentario social destacable. Además, tiene problemas técnicos. La escena: el final Lo más falsete: la mágica aparición de la niña en el minibus, las forzadas apariciones del Aparapita, la muerte del personaje de Echarri, el flashback del penal El mensaje manifiesto: explotar no es lo mismo que explorar El mensaje latente: ya no debemos batallar con lo técnico  El consejo: invertir más en la postproducción… El personaje entrañable: la niña dopada y vendida El personaje emputante: pues al personaje de Arze le tuve cero simpatía. CERO.  No al actor que respeto, sino al personaje. El agradecimiento: por la música y el arte que estaban aceptables.

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