LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE BOLIVIANO: Søren

Por: Mónica Heinrich V.

Søren Kierkegaard, el gran filósofo danés, entre muchas cosas dijo: “Los dioses no regalan grandezas. Nada verdaderamente grande se obtiene gratis”…creo que esa frase debió ser la que se viera pegada con imanes grandotes en la heladera de los tortolitos de la más reciente película de Juan Carlos Valdivia: Søren. Como un compendio de ficción y realidad, del delante de cámara, detrás de cámara. Un All inclusive, un Tout compris.

Ahora resulta que las brechas raciales, económicas, políticas, generacionales y pachamamistas son regalos del proceso de cambio y no de quichicientos años de historia como país. Y esa agudísima conclusión se refleja en Søren cual límpido espejo con sus personajes Amaru, Paloma y el gringuito políglota.

Perdón, pero esto que vimos es más como si Mattel hubiera lanzado su Barbie camba, su Ken colla y su Ken hippie chic.

Creo que nadie puede negar que Juan Carlos Valdivia filma con cierto rigor técnico, y que en lo formal puede plantear aspectos interesantes que incluso logran maquillar los defectos de guion y actuación de sus películas.

Pero…con Søren llegamos al punto de inflexión. Un punto en el que el esteticismo es más un estorbo que un aporte, y que no consigue salvar unos diálogos artificiales, cursis, que mueven más a la risa que a la reflexión. Sin embargo, felicito y abrazo a los espectadores que se sintieron tocados como por polvos de hada ante tanto derroche de profundidad y sabiduría ayahuasesca. Ese estadio tan difícil de alcanzar. Es así nomás, “La puerta de la felicidad se abre hacia adentro”.

Nuevamente, uno de los grandes problemas del cine boliviano vuelve a asomar: las aspiraciones de lo que se hizo y lo que se obtuvo. Veamos:

«Una historia que rompe los esquemas del amor y la sociedad», dice una de sus publicidades. Por favor, quiero ver los esquemas rotos, que alguien me mande los pedazos por mail o por correo DHL. Estamos ante una historia de amor bastante recorrida y vista ya. No hay nada nuevo bajo el sol ni sobre las calles paceñas ni dentro de los ríos amazónicos del Beni. Y ya sobre romper los esquemas de la sociedad, es más pan rancio del que venimos comiendo desde hace años en el cine nacional. Una película políticamente correcta disfrazada de irreverente o rompedora de esquemas.

¿De qué va tanta impostura?

Lo primero que vemos en la pantalla es a Paloma (Pamela Peró) en un cholet siendo parte de lo que parece ser una fiesta rave, electrónica, en la que en un determinado momento se mete una pepa y conoce a Amaru (Romel Vargas), ahí  presentan también al mamerto de Søren (Willy Cartier).

SPOILER

Muy rápidamente Paloma y Amaru terminan juntos, porque Dios así lo quiso, y abrazan el concubinato con devoción hasta que Amaru se topa con Søren en la calle, un desconocido al que además de darle un aventón, lo lleva de farra. El gringo, por supuesto, termina de arrimado en la casa de los tortolitos.

No hay nada de tensión ni de climas respecto a la relación de estos tres personajes. Las elipsis están pobremente manejadas, y por un capricho estético el formato de la pantalla cambia para enmarcar los momentos que el director quiere subrayar. También el idioma se alterna, unas veces es español, otras inglés, otras francés como elemento de subrayado. Digo, por si nos faltaba más sutileza.

Los personajes se preguntan sobre el amor, sobre la vida, el ser y la nada. O mejor dicho, le preguntan al gringo, al gringo espiritualmente elevado, sin ataduras, sin complicaciones propias del tercermundo. Una brújula de conocimientos y casi casi un folletín viviente de frases reflexivas. Era como ver la conquista de América, «all over again».

En medio del tole tole introducen al personaje de Alejandra Lanza para acariciar el tema de género (tan de moda y fácil de usar) hay que dejar claro lo multifacético que es el guion y la aproximación filosófica existencial a esta nueva Bolivia, y a través de ese personaje escuchamos una catarata de frases armadas sobre los roles femeninos y el amor, y escoger cortinas y ser in-dependientes. Menos mal que ese personaje no conoció a Søren porque tal como iban las cosas la pobre le hubiera terminado comprando las cortinas y las toallas al gringo.

No hay desarrollo de personajes. Paloma se pasa la película preguntándole obviedades al amante de turno. La escena en que la que el gringo la bota como a un trapo de cocina es de antología. Amaru se pasa la película sin saber para qué lado jalar y Søren tiene la misma cara y talante cuando carga las telas de Paloma que cuando Amaru le mete mano debajo del calzoncillo. FIN DEL SPOILER

Hay un tono muy solemne en todo el filme. Muy de “mirá lo profundos que somos”. Pero la profundidad requiere contextos, requiere conocer a los personajes o intuir lo que hay detrás de ellos. Paloma, Amaru y Søren existen para adornar la pantalla haciendo de la camba linda riquilla, el cholo riquillo y el gringo aventurero con todo lo que eso arrastra de lugares comunes. Y lo peor,  va en contramano totalmente del desparpajo y ligereza de la juventud que el filme pretende retratar.

La fotografía casi de postal, la cháchara forzada sobre los pájaros, la romántica visión de los viajes de ayahuasca y las actuaciones acartonadas recitando (literal) frases hechas, tampoco ayudan a humanizar la historia.

Esta es una parábola de corto alcance, demasiada genérica, autoconsciente y calculada.

Estirada hasta el exceso, cuando pensás que va a terminar e imaginás que te vas a bañar con gasolina para sacudirte ese mundillo de encima, los personajes siguen yendo y viniendo por nuestro bello país porque falta mostrar Rurre y falta mostrar el Salar.

El mejor momento de la película es cuando Amaru está yendo a buscar a Paloma y  suben dos campesinos a su auto y le dicen con una frescura casi ausente en todo el metraje: “Ya la vas a encontrar”. Lo más sincero de todo lo que vimos. Gracias, campesinos tercermundistas.

Mientras tanto, Søren (Ken Hippie chic) contempla la Bolivie, grandilocuentecon tapado y cayado, como solo un ser elevado puede y debe hacerlo.

Lo mejor: El bello momento en que empiezan a salir los créditos Lo peor: una pose condescendiente y afectada La escena: la pelea entre Amaru y Paloma, las actuaciones eran tan TAN terribles, que tuve que taparme los oídos. Eso no es culpa de los pobres actores, sino de la dirección de actores. Otra escena inolvidable: Amaru le mete mano a Søren y con la mano ahí dentro el gringo le pregunta: LA ENCONTRASTE? gente, el chiste se cuenta solo Lo más falsete: el relato sobre Bolivia que lleva el nombre de un gringo boludo que además es el personaje por el que los bolivianos se dejan «influenciar» El mensaje manifiesto: el plástico sabe a plástico El mensaje latente: podés adornar el plástico y seguirá siendo plástico El consejo: dejemos la pose El personaje entrañable: los campesinos El agradecimiento: supongo que por los que realmente la disfrutaron.

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12 Comentarios

  1. Cuánta razón, querida mónica! esta película además de ser muy mala debió ser boicoteada por todas las deudas que arrastra Valdivia y que son de conocimiento público. No ha recibido más que su merecido en cuanto a la respuesta del público boliviano que no va a olvidar tan fácil su falta de vergüenza y de consideración con sus trabajadores. Ojalá ya no consiga auspiciadores para futuros proyectos, porque además de ser una mala persona hace malas películas.

    • Gabriel! Me parece muy triste y lamentable lo que viene sucediendo desde hace años, más aún porque sé lo duro que es un rodaje, e imagino cómo se deben sentir los afectados. Mi solidaridad total con ellos, que además conozco a varios. Espero de corazón que consigan que se les cancele la deuda. Y bueno, algo que siempre digo es: la vida pone las cosas en su sitio y a la gente en su lugar. Un abrazo.

  2. Muy acertadas las observaciones, el nivel de actuación y la falta de dirección actoral son evidentes, dan vergüenza ajena… además, ese guión «pegado con chicle» como diría alguna amiga que tengo que escribe sobre cine, ese aura de solemnidad forzada con una música aun más forzada… pero bueno fuera de eso, lo más jodido es la precariedad del cine en Bolivia, que como dice el cuate de aquí arribita hayan personas que se banquen NO SER PAGADOS por trabajar con JCV, que en teoría «Es uno de los mejores cineastas del país» que te dice eso de nuestra seudo industria, «trabajando por un peso para ser famosos» enserio, en este paisito? famosos?. Esta película es todo lo que esta mal en el cine en Bolivia… obviamente quizás exageré al decir en RRSS que es la peor película del año, no, capaz hay otras peores, pero el CONJUNTO DE LA COYUNTURA y nuestras problemáticas hacen que esta cosa llamada SOREN apeste, y apeste a muerto.

    🙂

    • Majouuuu yo creo que no exagerás al decir que es una de las peores jejeje…por qué? Porque Soren no es su opera prima, como por ahí lo fue El Río de Richter o Muralla de Gory Patiño, además JCV tiene conocimientos, medios y contactos que en teoría contribuirían a que su trabajo sea más llevadero.
      Igual, lo que decís es cierto, la culpa no es del chancho…hace años que se sabe que sucede eso, más bien que finalmente los afectados salen a la luz a exigir lo justo. Esperemos que todo se resuelva. =)

  3. Amé este articulo, la redacción, ese estilo mordaz y preciso, ese sarcasmo infaltable.
    Tengo que ver esta pelicula, gracias Monica.

    Nunca dejes de escribir.

  4. La proxima semana tendré el gusto de ver la peli en La Paz! Aunque leyendo los comentarios arriba debería escribir que tendré el gusto de estar en La Paz y de ver la película..Ya te comentaré algo Monica. Lamento tantísimo la tan nuestra informalidad de cumplir obligaciones…. eso vale para todos y es quizá la explicación de muchos problemas en Bolivia. Celebro que tu augurio sobre las nuevas peliculas que «se vienen» sea tan esperanzado.

  5. Mas allá de la inegable buena calidad técnica de la fotografía y aprovechamiento de la espectacular geografia de diversos rincones del pais, Søren me desilusionó .

    Definitivamente es otra mirada más que Valdivia se sumerge en su propio espejo narcisista. Su trilogía de autoanálisis comenzó con Zona Sur, luego Ivy Marey y ahora este nuevo capricho pseudo transgresor, que nunca termina de cuajar.
    Søren es inferior a las otras dos que tienen mayor caracterización de personajes, mejores actuaciones y mucho mejor trabajo de dirección. Esta última propuesta es un menjunge cultutal light, de postales y personajes cliché, revueltos con narrativa artificial. No me gustó la historia, y menos el mensaje subliminal bastante falsete de lo «políticamente correcto».
    Para mí, salió un engendro comercial pretencioso hecho al «moderno y transgresor» for export. JCV se aplazó!

    • Rodrigo! tal cual lo decís…creo que la recepción de esta película fue casi unánime. Esperemos que las que siguen sean mejores.

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