LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE: Never Rarely Sometimes Always

Por: Mónica Heinrich V.

A simple vista, Never Rarely Sometimes Always (Nunca Rara vez Algunas veces Siempre) puede parecer la crónica sosa de un aborto. Pero hay que darle crédito a Eliza Hittman, la directora y guionista de esta película. Eliza toma una historia que ya hemos visto muchas, muchas veces y la convierte en algo más.

Si analizamos su filmografía veremos que existe un genuino interés por retratar vidas jóvenes, tanto en It Felt Like love (2014. la adolescente Lily quiere emular la vida sexual de una de sus mejores amigas y se pone en peligro) y en Beach Rats (2017. Un problemático y veinteañero Frankie se reúne con hombres desconocidos para obtener sexo y drogas) ponía el foco en atribulados personajes que buscaban un sentido a la existencia ¿Usa un excesivo sentimentalismo para victimizar a sus personajes? Sí, tal vez, pero capaz que en la vida real no todos están preparados para soportar las presiones del entorno y algunos terminan convirtiéndose en víctimas de él.

En el caso de Never Rarely Sometimes Always, Autumn (Sidney Flannigan) es una adolescente introvertida que descubre estar embarazada en un pequeño pueblito de Pennsylvania. Mientras una amable doctora le hace una ecografía y le dice: “Y ahora vas a escuchar el sonido más mágico que escucharás en tu vida”, vemos la cara de Autumm y sabemos que no, no hay magia para ella.

Autumn y la falta de magia

SPOILER

Cuando Autumn quiere interrumpir su embarazo, se topa con una traba dentro de la legislación de la ciudad donde vive: si quiere hacerse un aborto y es menor de edad, tiene que contar con la autorización de sus padres. Para una persona que ya dejó de creer en la magia, esa no es una opción. Por eso, decide viajar hasta New York a realizarse el procedimiento. Obviamente, a escondidas de su familia, sin ningún apoyo aparte del que le da su prima, también adolescente, Skyler (Talia Rider).

La cámara de la experimentada francesa Héléne Louvart (Happy as Lazaro, Pina, The Wonders) describe con un clima certero el viaje de Autumn. Miradas, vacíos, inseguridad, dolor. La pantalla es un mosaico de las emociones por las que atraviesa el personaje sin magia.

En la forma que la directora encontró para contarnos el rechazo al embarazo de Autumn, y toda la subsecuente escena con la doctora que le pone el video sobre la maravilla de la vida, hay un deja vu. Tanto fílmico como de la vida real. ¿Quién no ha visto los famosos videos sobre la vida embrionaria como parte de alguna clase en el colegio o universidad, que son exhibidos como un temprano adoctrinamiento anti-aborto? la narrativa de educación sexual para las féminas del mundo siempre ha sido la misma. 

Vidas sin magia

Hay mucha economía de recursos en cómo se muestra el vínculo entre Autumn y Skyler. Hay sutileza en el trayecto, en las idas y venidas, en las dificultades que simplemente intentan poner en evidencia todo lo que tiene que pasar una persona que toma la decisión de abortar. Porque sí, no es fácil, no es bonito.  Y aunque no hay un juicio de valor, ni tampoco una exaltación de la decisión de Autumn, es clara la postura de la directora. Hasta ahí, uno como espectador encontrará suficientes motivos para empatizar o no con el personaje. Hasta ahí, esta película ganadora en Sundace y en Berlín, tiene un comentario social en una estructura fílmica que sigue una fórmula casi documental.

Pero llega una gran escena en la que nos olvidamos del comentario social en sí, y entramos de lleno en lo cinematográfico. La escena que da el título a la película es suficiente para que valga la pena verla. En esos poderosos minutos en los que la cámara está fija en Autumn, en cómo se compuso la toma, en el clima, en la actuación, lo que sucede en lo que en teatro se llama extra-escena (lo que está fuera de lo que vemos) en el texto, en el ensamblaje narrativo, en su significancia. Esa sola secuencia, paga cualquier entrada. Aún estoy en la duda si le juega a favor o en contra la sospecha que deja sobre el origen del embarazo. Por un lado, siento que abre la puerta a ese mundo de secretos de entre-casa en los que la sexualidad está más allá de los videitos escolares y el discurso pro-vida, por otro lado, puede sonar a una especie de justificación: «Ah, por eso quiere hacérselo», cuando en la práctica no debería ser necesario explicar el porqué. 

FIN DEL SPOILER

Sin embargo, donde Eliza falla más es que en su afán de subrayar la sororidad de Skyler y básicamente de cualquier mujer en la película, la figura masculina es dibujada con un trazo negativo. Puedo creer que uno de los posibles padres del niño sea un pelotudo, o que el propio padre de Autumn se comporte como un imbécil, pero que todos, todos los hombres que aparecen en la película sean o acosadores, o maltratadores, o manipuladores, o pervertidos, me pareció demasiado. Tampoco me gustó el subrayado con la canción que refuerza un mensajito a la conciencia anti-poder heteropatriarcal. “Él tiene el poder” dice sin ninguna sutileza la letra que es cantada por Autumn como parte de un acto escolar.

Eliza dijo que tuvo como referencia al filme rumano 4 meses, 3 semanas y 2 días, reseñada ACÁ. Lo que hizo su director Cristian Mungiu fue tan tenebroso como desolador. Aún cargo esa herida en mi corazón. Never Rarely Sometimes Always, no tiene la estatura narrativa ni cinematográfica de su referencia rumana, pero alcanza una densidad similar en contadas escenas: En la del interrogatorio, en lo que hace Skyler por los pasajes, en algunos diálogos concretos, en ese mundo de secretos duros y tristes que esconde una adolescente.

“¿Duele?” se pregunta uno de los personajes. Y el título de la película podría servir para que muchas mujeres del mundo tengan la libertad de responder.

Never 

Rarely

Sometimes

Always

Lo mejor: gran actriz principal, muy buena construcción de climas Lo peor: el exagerado trazo negativo sobre los hombres que la hacen ver maniqueísta con un tema que tiene un montón de matices Lo más falsete: nuevamente, el exagerado trazo negativa hacia lo masculino El mensaje manifiesto: La vida es un test de opciones múltiples El mensaje latente: vos tenés derecho a marcar la opción que más te acomode La escena: el cuestionario El personaje entrañable: Skyler #yoacompaño El personaje emputante: por como los presentan, todos los hombres que aparecen, sobre todo el chico de la escuela y el padre, un par de cabroncitos El agradecimiento: por la escena del cuestionario.

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1 Comentario

  1. […] Una de las grandes virtudes de Laura Wandel es que cumple lo que promete en su título: Un monde. La cámara está al servicio del mundo de Nora. Es su mirada la que conduce el relato. Son sus vivencias las que marcan la pauta de lo que sucede en pantalla. La cámara, incluso, no abandona el rostro de Nora cuando Abel es atacado. Vemos en ella el horror, no el horror que sufre su hermano, y eso es, quizás, más terrorífico aún. Ese tratamiento cinematográfico nos recuerda a la devastadora, enorme, El hijo de Saul (reseñada ACÁ) o a Never Rarely Sometimes Always (reseñada ACÁ). […]

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