LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE: Da 5 Bloods

Por: Mónica Heinrich V.

Lo de Spike Lee y su nueva película, Da 5 bloods, me tiene pasmada. Quizás la cuarentena ha afectado mis neuronas, quizás hay algo ahí arriba que ya no está haciendo sinapsis (R.I.P.) y me ha impedido disfrutar con entusiasmo eso que es descrito como: una particular relectura del género bélico en un desenfadado, voraz y anárquico ejercicio de lo mejor de sí mismo”… o, también, como: “una crítica al pasado, una llamada al cambio, una obra exhuberante que hay que ver una y otra vez”.

Miren bien el poster, será lo mejor que verán de la película

Creo que para nada es una particular “relectura” del género bélico, au contraire… diría Jean Reno. Es un pastiche de Apocalipsis Now mezclado con una buddy movie, mezclado con algo de documental pro derechos afroamericanos, mezclado con una alta dosis de testosterona y de “Hola, soy Spike Lee”. Y no dudo que esas mezclas sean posibles, porque para mezclas nuestra realidad nacional multigénero basta y sobra de evidencia, pero de ahí a que la mezcla funcione hay un largo trecho.

Acá, la vocación didáctica de Lee se impone una vez más. Bueno, decimos se impone cuando bien podríamos decir “mancha” o «ensucia» su último trabajo cinematográfico.

Si algo hay que destacar de Da 5 bloods es su sentido de la oportunidad (oportunismo) o su “suerte”. Teniendo en cuenta las turbulentas protestas que se viven en gringolandia, la película ha encontrado aún más relevancia en aquellos que quieren hacer de cualquier hueco una trinchera. Cae como anillo al dedo después de la terrible muerte de George Floyd.

Aquí yace el sentido del ridículo. Oremos.

El guion, sin embargo, no tiene el más mínimo y básico sentido. De una película hollywoodense o netflixera de medio pelo vaya y pase, pero Spike Lee siempre se sube a un taburete para gritarle al mundo que está diciendo cosas importantes. Es ese mismo Spike Lee que posa de antisistémico, que muere por ganarse un Oscar y que cuando no lo consigue, enfurece.

En Da 5 bloods, un grupo de amigos veteranos de la guerra de Vietnam deciden volver a Vietnam por dos motivos: 1) Recuperar los restos de Norm, el compañero más admirado del grupo que quedó enterrado en algún lugar de la selva vietnamita y 2) Recuperar unos lingotes de oro que encontraron cuando eran soldados en un avión de la CIA derribado durante la guerra y que enterraron con la idea de recogerlos algun día.

Se puede aceptar la premisa del regreso a un lugar traumático donde ellos, los afroamericanos, eran la carne de cañón del ejército americano. Se pueden abrir arcos narrativos interesantes con relación a cómo la guerra devuelve a una persona a la sociedad, a ese regreso y a esa nueva mirada a Vietnam, al pasado, al futuro, a una reconciliación o una imposibilidad de reconciliación con todo eso, yes, we can. Pero no, lo que sucede en pantalla es como una orquesta en la que varios instrumentos suenan desafinados.

Cuando SPOILER Otis se encuentra con Tién (la ex prostituta vietnamita que fue su amante en sus épocas de juventud) y sale la chica negra y le dice “mamá” a Tién, y porque es negra vos sabés y Otis sabe que es su hija, y al tiro se lo pregunta a Tién y Tién le dice que sí…Gente, solo la Marimar de Thalía se atrevió a tanto…FIN DEL SPOILER en ese momento mirás suspicaz hacia los costados, buscando testigos y sabiendo que estás a punto de presenciar un desastre.

Aquí yace cualquier secuela de Pantera Negra. Oremos.

El guion es escrito a 8 manos por Danny Bilson (con unas cuantas películas desconocidas clase b como currículum), Paul De Meo (más conocido como guionista de videojuegos), Kevin Willmott (cuyo mayor logro fue ser guionista de una de las James Bond) y el mismísimo Spike Lee. Permítanme decirles que el 90% de las veces solo viendo a los involucrados en una película, podés saber si la van a cagar o no, y acá olía a cagada épica.

Rocío un poco de desodorante ambiental y prosigo.

Una de las cosas que más me molestó de las incongruencias del guion es que SPOILER: Se supone que estos sujetos hacen un trato con Desroche (Jean Reno). Ellos recogerán los lingotes de oro, se los entregarán a Desroche, Desroche convertirá ese oro en efectivo y les depositará los quintos en una offshore. Un servicio a todo trapo por un porcentaje de las ganancias. ¿Alguien me puede explicar por qué Desroche intentaría quitarles los lingotes siendo que los bloods se los iban a entregar de buena gana y después esperarían que el francés cumpla? O sea, si los quería estafar bastaba con recibir el oro y despachar a los boludos y desaparecer con el tesoro cual vivaz Copperfield. Ese detalle me hizo ruido toda la película, sabiendo (porque era claro como el sol de la mañana) que quien estaba detrás del “volteo” era Desroche. 

Otra cosa que me tuvo a punto de lanzar objetos contra el televisor fue cuando deciden quedarse con el oro: “Nos quedamos con este oro por cada negro que no regresó a casa”. No, Spike Lee. Así razonan muchos ladrones y narcotraficantes que dicen ser lo que son porque el sistema y la sociedad les han fallado. No caigamos tan bajo. Y el tal Norman interpretado por Chadwick Boseman que se hizo famoso por interpretar a Pantera Negra (¿guiñito a propósito de Spike?) era un boludo de manual…y cada que aparecía en esos flasbacks donde le ponían una música súper cursi con trompetas y fanfarrias de guerra y heroísmo, Pantera Negra se ponía más Pantera Negra que nunca mientras la pantalla cambiaba de formato para que nos quede claro que era el pasado y que él, Pantera Negra, era uno más de los negros que no regresaron a casa. Oh, por Dios. Se sonrojó hasta mi subconciente. FIN DEL SPOILER

No contentos con el tole tole de los tipos buscando su oro y los fumados flashbacks, arman un conflicto entre Paul (Delroy Lindo) y su hijo David (Jonathan Majors), conflictos padre e hijo más falsos que la llegada de respiradores al pueblo ¿Era necesario, Spike? ¿Era, realmente, necesario?

El montaje, caprichoso, donde insertaban a gusto y disgusto imágenes de referentes afroamericanos (la de Aretha, tan al pedo) fue otra experiencia cinematográfica que espero no volver a vivir. No nos hagamos tanto daño, Spike. Por favor.

Aquí yace el activismo-panfletario. Oremos.

Ahí donde podríamos agarrarnos de la fotografía, de las actuaciones, de la música, de la belleza de Vietnam, digo no a todo. Fotografía genérica, actuaciones desiguales (el que pisa la mina es el peor), música demasiado incidental con tufillo anticuado, la belleza de Vietnam no fue ni contemplada como regalo para la fatigada platea.

Sí, ya sé, este es el cine que hace Spike Lee, un cine «activista», un cine que toma posición, un cine de lucha que algunos describen como panfletario, y todo eso no está mal, puedo ver y disfrutar una película activista y panfletaria, he disfrutado una que otra película de Spike Lee. De hecho, dentro de Da 5 Bloods hay momentos particulares en los que podemos valorar lo que intenta hacer el director: el monólogo en la selva de Paul cuando rompe la cuarta pared o que uno de los bloods sea pro Trump o que sean racistas con los «amarillos»,  El tema es que el resto, la chapucera mezcla de géneros, de tópicos, literalmente se padecen, e incluso aunque simpaticés con los vanos intentos de Spike de pegar con moco su poco creíble guion, sus actuaciones desiguales, sus escenas ridículas a la lucha por los derechos afroamericanos…aunque digás puño en alto Black Lives Matter, no podés dejar pasar tanto despropósito. 

Da 5 bloods dura casi dos horas y media, dos horas y media que no vas a recuperar, la escena que mejor la resume es SPOILER cuando Eddie empieza a dar discursos de moral en el monte y retrocede tontamente con un lingote en la mano y PUM. Ese Eddie sin brazos, sin piernas, que grita solo mientras mana sangre cual fuente de agua lo dice todo: Efectismo activista con moralismo barato. Mala combinación.

Lo mejor: el poster  Lo peor: que la película no sea tan buena como el poster Lo más falsete: todo eso que no consigue transmitir con la fuerza que el poster sí tiene El mensaje manifiesto: activismo para el Oscar, no, mi ciela El mensaje latente: el contexto puede hacer relevantes algunas cosas que no lo son La escena: el monólogo de Paul en la selva y la de la mina, por estúpida El personaje entrañable: el poster El personaje emputante: el personaje tan sin chiste que le dieron a un gran actor como Paul Walter Hauser.  El agradecimiento: por el poster.

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2 Comentarios

  1. De acuerdo en todo. De lo que vi de Spike Lee, por lejos lo peor. Nada tiene sentido. El hecho de que alguien va a morir por las minas es más que predecible. El desenlace, 100% inverosímil. 2 horas y media de mi vida perdidas

    • Es demasiado desastrosa, no sé qué pasó. Y me da un poco de pudor las grandes recomendaciones o reseñas que hacen de ella jejeje.

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