Bestias vs Bestias
Olvidándonos un poquito de esos asquerosos blockbusters que estridentemente andan pringando la pantalla de cine, me animo a hablar de dos películas que son más o menos similares, más o menos hermanitas, jodidas a su manera, controversiales a su manera. A una se le critica la ingenuidad, liviandad, exasperante optimismo, a otra se le critica su dureza, su no concesión con la desgracia y el estrujarle al espectador esa desgracia en la cara. Ambas, me parece, son películas inolvidables y tienen cierta magia o poesía que hacen que valga la pena verlas, masticarlas, digerirlas. Ambas, al verlas, se quedarán levitando en tu memoria.
HUSHPUPPY
Una niña. 6 años. Una infancia. 6 años. La tina. Una voz en off. 6 años. Solo los animales más fuertes sobrevivirán.
“Estoy escribiendo mi historia para los científicos del futuro. En un millón de años, cuando los niños vayan a clases, aprenderán que existió una Hushpuppy”
Esa es una de las frases que dan inicio a Bestias del Sur Salvaje, una de las frases que presenta a Hushpuppy, la protagonista.
Bestias del Sur salvaje es una película que puede encender pasiones. Puede ser amada como despreciada, ambos sentimientos justos. En mi caso en particular, amé a la pequeña protagonista, amé su tono lírico, su tono mágico, su estilo algo naif, pero a la vez conmovedor.
Hushpuppy vive en La Tina, separada del resto del mundo por un descomunal dique. La zona es un vertedero, es el aislamiento de la miseria, de los pobres, de aquellos que no tienen nada. La Tina es eso que los que viven detrás del dique no quieren ver y no quieren conocer.
“La tierra se hizo para nosotros”, dice una Hushpuppy que siempre muestra una presencia de ánimo envidiable. La niña vive, literalmente, en medio de la basura. A pesar de vivir con su padre, un hombre errático que cuando el filme comienza se encuentra con una enfermedad aparentemente terminal, Husspuppy es un ser solo y abandonado a su suerte. Sin perspectiva, ni escape posible.
Además de la inminente muerte de su progenitor, la naturaleza también se ceba con la zona y se presume que se viene una tormenta que barrerá con todo.
Bestias del sur salvaje puede tranquilamente posar como una suerte de filme apocalíptico-social.
Es verdad que la pequeña Hushpuppy parece no darse cuenta de la enormidad de las desgracias que se le avecinan, o al darse cuenta de ellas su espíritu es tan estoico que consigue convertir esos golpes en sanadoras fábulas. Es verdad. Las Bestias que acosan a la protagonista se vuelven metáforas de enormes animales que arrasan y destruyen.
El joven director Benh Zeitlin construye una propuesta cuya visión puede exasperar a aquellos que consideran que la vida miserable no es digna de exaltación y que los pobres solo sufren, sin espacio para las fiestas fraternales, la alegría sincera y etcéteras, exasperará (también) a esos otros que sientan que Zeitlin manipula a la platea con sus bellas imágenes que enmascaran un discurso en líneas generales, vacío. Para otros, las sanadoras fábulas, el supuesto estoicismo son el hilo que consigue que Hushpuppy no sucumba a su entorno, que sus ojos infantiles no naufraguen en la desesperación de una existencia que en la práctica no tiene un futuro.
A pesar de lo que podés criticar o amar, siento que el filme pierde gran parte de su empuje inicial cuando la historia sale de La Tina, la escena del barco, la del improvisado hospital, se siente demasiado artificial como para que uno se pueda conectar. La salva el maravilloso personaje de Hushpuppy, cuya representación es tan poderosa que deseás seguirla hasta el final, deseás acunarla en tus brazos y darle el amor que en su corta vida no ha recibido.
Una inolvidable fotografía, muy muy hermosa, con la mejor selección de música sureña hacen que Bestias del Sur salvaje sea algo más que el bocadillo indie destinado a desaparecer.
Zeitlin, amén de ser un dotado o un posero, muestra un talento real en su ópera prima. Un talento a la hora de contar la historia, a la hora de filmarla, a la hora de dirigir o elegir a su protagonista, la gran Quvenzhané Wallis.
Recuerdo que cuando la niña fue nominada a los Oscar como Mejor Actriz, se alzaron unas cuantas voces que no estaban de acuerdo con la nominación. Decían que Quvenzhané era solo una niña, que no estaba actuando, que no era conciente de que actuaba, y que por lo tanto no entendía el valor de la nominación y la nominación en sí misma no era justa.
Difiero completamente, trabajar con niños es más difícil que trabajar con adultos, y mientras más chicos son, más complicado lograr que ellos hagan lo que un guión dice. Quvenzhané, a pesar de tener solo 5 años, dotó a su personaje de una pureza y una profundidad que no se encuentran a la vuelta de la esquina. No importa si no repite la hazaña, su papel como la poética Quvenzhané es para reconocerlo.
Cuando los créditos salen, sentís que viste algo donde primaba la belleza, y es raro que esa belleza se perciba en tanta inmundicia.
La aniñada voz en off tenía razón, hemos aprendido que una vez existió una Hushpuppy que vivía con su papá en La Tina.
Lo mejor: hermosa en su factura, poética
Lo peor: cuando salen de La Tina
La escena: no sé por qué se me quedó muchísimo cuando habla de los animales y de los latidos y se pone el pollito en la oreja. La de la cocinera del barco, y cuando habla de su madre, también.
Lo más falsete: cuando salen de La Tina
El mensaje manifiesto: las desgracias suceden y se enfrentan
El mensaje latente: enfrentar no quiere decir superar
El consejo: tenés que saber que existió una Hushpuppy
El personaje entrañable: Hushpuppy, obvio
El personaje emputante: el padre
El agradecimiento: por la belleza
CURIOSIDADES
– A partir de su presentación en el festival de Sundance, la cinta no paró de cosechar premios y elogios. Ahí consiguió el Gran Premio del Jurado. En el de Cannes se llevaría el FIPRESCI de la sección Una cierta mirada y una mención especial del jurado. Nominada a los Globos de Oro y a los Oscar, entre muchos otros galardones y festivales.
– Ben Zeitlin, el director, es también coguionista y el que compuso la hermosa banda sonora.
– Fue inspirada por algunas comunidades de pesca independientes amenazadas por las aguas en Luisana, en particular la Isle de Jean Charles.
– La película fue filmada en el pueblo de Montegut
– Zeitlin tiene apenas 30 años
– La película se basa en la obra homónima de Lucy Alibar, quien también colaboró en el guión
– Fue filmada en 16mm
– Tuvo un presupuesto de casi 2 millones de dólares
– El casting era para niños de 6 a 9 años, pero la personalidad de la pequeña niña de 5 años hizo que el director se decidiera por ella.
– Hay cosas dentro de la película que han sido incorporadas por los actores, ejemplo cuando Hushpuppy dice que puede eructar, la actriz Quvenzhané le contó al director que había aprendido a eructar y se lo mostró, al director le pareció que sería una linda escena para la película.
KOMONA
Una niña. 12 años. Una infancia. 12 años. Un embarazo. 14 años. Una voz en off. 14 años.
“Tengo que contarte mi historia, porque cuando salgas de mi vientre no sé si Dios me dará fuerzas para amarte”
Esa es una de las frases lapidarias que dan inicio a Rebelle, una de las frases que presentan a Komona, la protagonista.
Rebelle es ese tipo de películas que se te meten dentro. Que se quedan en tu mente y en tu corazón por mucho tiempo, que te sacuden de tu rutina, que te hacen ver tu vida con nuevos y llorosos ojos.
Rebelle te muestra un mundo sucio y ruin, un mundo donde se rompen infancias y se destruyen sueños.
Komona vive en algún lugar del África Subsahariana, su aldea la cobija a ella y a sus padres. La cámara presenta el lugar sin mayores comentarios, casas de caña de bambú elevadas sobre el suelo para evitar las inundaciones, paredes hechas de los restos de cajas de anuncios publicitarios, de productos que usan la gente con dinero para mejorar su vida, una paradoja del siglo XXI. La pobreza y la precariedad saltan a la vista.
Esa situación, ya desgraciada, empeorará. Un día, el hogar de Komona es invadido por un ejército rebelde, los rebeldes del Gran Tigre.
Además de la masacre que perpetran en la aldea, los soldados reclutan a los niños, entre ellos Komona, para que sirvan a su causa. Komona se convierte en una niña soldado, que debido a distintas circunstancias será venerada en las filas por su “sobrenatural” capacidad para anunciar el peligro.
Será la bruja de la guerra.
A su lado, solo contará con un niño albino de 15 años apodado Mago, que se enamorará de ella e intentará construir un futuro en donde no hay futuro, solo un oscuro presente. Las bestias, en este caso, son la depravación, la violencia, el abuso, lo inhumano.
El filme es una dura fábula sobre los niños que matan, los niños que empuñan un fusil, los niños que ya no son niños.
El director franco-canadiense Kim Nguyen, trabajó la historia durante una década y se inspiró en una noticia que vio en el periódico sobre dos hermanos gemelos que con apenas diez años eran considerados figuras sagradas para un grupo de rebeldes africanos a quienes guiaban en sus ataques y luchas.
Rebelle está llena de los ritos propios de África, Rebelle te susurra que dentro de ese desgarrador mundo se mueve una fe que va más allá de la violencia. Será frecuente que la película muestre tradiciones o supersticiones en torno a cada cosa que sucede. La misma Komona condiciona al Mago que solo se casará con él si captura un gallo blanco.
El gallo blanco será símbolo de amor, esperanza y milagro. En el mundo real, no hay espacio para las concesiones, para la esperanza, para los milagros. Komona pasará por un montón de experiencias, que no son solo las de Komona, sino la de los miles de niños que habitan un tercer mundo golpeado por el infortunio y olvidado de la piedad divina.
En su periplo angustiante y teñido de lirismo, la vida de Komona es relatada en un tono semi-documental y con una hermosa/sobrecogedora fotografía del también canadiense Nicolas Bolduc.
Al director/guionista Nguyen se le ha criticado que Rebelle está plagada de golpes bajos, como la escena de la muerte de los padres de Komona, o como lo del Mago, o como lo de la espina en el vientre, o ese aura de seriedad que reviste un filme que cuenta cosas serias.
Desgraciadamente, el horror existe, y la película se queda corta al retratar la existencia de esos seres que un día son niños y al otro se convierten en máquinas de matar. ¿Qué nombre se le puede dar a esos niños? Ya no son niños, tampoco son adultos, no son asesinos a pesar de que asesinen…el diccionario todavía no tiene una palabra que defina eso.
Rachel Mwanza, la increíble actriz que interpreta a Komona, fue descubierta en las calles del Congo cuando se filmó un documental llamado Los niños de Kinshasa. Rachel es huérfana desde los 6 años, y desde entonces alternaba su sobrevivencia entre la casa de su abuela y la vida en la calle. Al hacer el casting para Rebelle, se la recomendaron al director y Nguyen supo que era la actriz ideal para el papel.
Rachel construye una Komona querible, con la que el público empatiza y a quien se desea proteger. Su voz en off nos relata su vida.
Cuando salen los créditos, te quedás mirando tontamente la pantalla, y luego algo te sacude más cuando te enterás que en una conferencia de prensa le preguntaron a Rachel qué le gustaría hacer en el futuro, la tímida adolescente congolesa respondió ilusionada: Aprender a leer.
Lo mejor: bellamente filmada
Lo peor: la desgarradora realidad que describe
La escena: la del inicio fue muy chocante por lo que significa y el final
Lo más falsete: …
El mensaje manifiesto: hay un lado del mundo que lleva una vida que ni siquiera podemos imaginar
El mensaje latente: esa vida es vida igual
El consejo: para verla en un momento de estabilidad emocional
El personaje entrañable: Komona, la valiente Komona
El personaje emputante: el Gran Tigre, por sanguinario
El agradecimiento: que exista
CURIOSIDADES
– Compitió en los Oscar como Mejor Película Extranjera
– Rachel Mwanza ganó el Oso de plata a Mejor Actriz en el Festival de Berlín
– Kim Nguyen nació en Montreal en 1974, de padre vietnamita y madre de Quebec. Estudió cine en la Universidad Concordia, además de fotografía y guión para películas. Profundizó sus conocimientos en manipulación de imágenes con computadora al mismo tiempo que ejercía como profesor en el Instituto de creación artística y de investigación en gráficos por computadora (ICARI), donde enseña guión y lenguaje cinematográfico.
– Las visiones que luego Komona explica con detalle, en forma y fondo, son producto de una leche mágica que les daban de beber a todos los rebeldes, y según se sobreentiende, también se generarían por la cercanía, amorosa y amistosa, de Komona y el más aguerrido y experimentado joven soldado de su batallón, aquel que conocen como Magicien.