Era el final de un día caluroso en Santa Cruz de la Sierra. Las seis o seis y media de la tarde. Los bajos edificios del centro de la ciudad estaban bañados con luz naranja y perezosa. Sobre las losetas circulaban los micros, los autos Ladas y Ponys, las camionetas Datsun. Eran esos años.
La vi de espaldas. Cabellos rojos, largos y lacios. Piernas cortas, jean desgastado. Decidí rodear la manzana con un trote y encontrarla en la esquina siguiente. Así lo hice. Corrí con mi mochila en hombros. Trancos largos, brazos presurosos, melena al aire. Al llegar me posé sobre un auto. Piernas y brazos cruzados. Tan casual como si hubiese estado allí durante horas. Tal vez encendí un cigarrillo.
Atravesamos el Casco Viejo con paso lento. En esos años la ciudad aún se movía con somnolencia. Durante el recorrido cruzamos pocas palabras. Era lógico. No podía haber mucho en común entre una estudiante de segundo año de arquitectura y un colegial de segundo de secundaria. Debimos intercambiar opiniones acerca de Silvio Rodríguez, confesarnos el sueño de visitar la Cuba socialista, relatarnos nuestros pasajes favoritos del diario del Che en Bolivia, recordarnos que el fin de semana habría algún festival de trova en la ciudad. Le dije que El Amor Después Del Amor me parecía el mejor disco de Fito Páez. A ella La Verónika le arrancaba lágrimas. Sí, eran esos años.
Caminamos hasta el cine City Hall.
– ¿Qué vamos a ver? – debí preguntar en algún momento.
– El Lado Oscuro Del Corazón – me respondió.
– Ah, como el disco de Pink Floyd.
La película duró dos horas. La miramos mientras compartíamos una bolsa con papitas fritas. En la primera toma aparecen un hombre y una mujer. Están tirados sobre una cama de plaza y media. Acaban de hacer el amor. Sus ropas interiores y sábanas son blancas. El cuarto está en penumbras. Hay una pequeña ventana con cortinas transparentes. Está nublado en Buenos Aires. El hombre habla:
Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias y como pasas de higos. Un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso sí, y en esto soy irreductible. No les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar pierden el tiempo conmigo.
Luego se inclina hacia la mesa de noche y aprieta un botón. El lado derecho de la cama se abre. La mujer que estaba a su lado cae al vacío. Él acerca su rostro al hoyo, mira en sus profundidades. Suena un melancólico saxofón.
El Lado Oscuro Del Corazón es la historia de un poeta bonaerense que busca una mujer. Quiere alguien que lo haga volar. Esa mujer existe. Vive en Montevideo y es prostituta. Se conocen, se enamoran. Finalmente vuelan. Durante su búsqueda, el poeta mantiene conversaciones (a veces profundas, otras cómicas) con la muerte, vende poemas a cambio de choripanes, sale de juerga con su amigo artista, habla con su madre convertida en vaca (tal vez otro guiño a Pink Floyd), vende alguna que otra idea a agencias publicitarias. Todo lo hace mientras recita poemas de Benedetti y Gelman, viste un saco largo y negro y jamás sonríe. Jamás.
Tras la película me dirigí a casa. Durante la noche tuve dificultades para conciliar el sueño. No pensaba en mi amiga, en la oportunidad desperdiciada, en sus sonrisas, en el aroma de su cuello. Mis pensamientos vagaban por la gris Buenos Aires, los cabellos ondulados de la muerte alta y absurda, los cuerpos sobrevolando el Río de la Plata, las manos tristes de Benedetti, poemas latinoamericanos recitados en alemán, una boca mordiendo una cereza, los pechos de la prostituta. Esa tarde dentro de la sala hubo un descubrimiento. La certeza de haber presenciado una obra de arte. Así era en esos años.
No volví a ver a mi amiga. Años más tarde me enteré que vivía en el exterior y era bailarina o algo parecido. Mario Benedetti lleva siete años muerto. Yo aún cargo una mochila, pero ya no sueño con visitar la Cuba socialista. Eliseo Subiela, el director de El Lado Oscuro del Corazón acaba de fallecer esta navidad. Tenía 71 años.
Su película no envejeció con dignidad. En nuestros tiempos la imagen del poeta trasnochado que conquista amores con un puñado de palabras resuena patética. El hombre que desecha mujeres porque no le hacen volar puede tacharse de misógino. La Buenos Aires romántica de Subiela ya se quitó el velo: no es una ciudad de artistas, es un pueblo de tragedias. La prostituta que lee a Sartre constituye una baja glamorización de la trata de blancas.
El surrealismo romántico es ridículo.
Hay nostalgias a las que no hay que retornar. Son peligrosas. Nos pueden llevar a pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Son una trampa. Ahora mismo, mientras termino de escribir este artículo, escucho a Fito Páez. Aún pienso que, lamentablemente, El Amor Después Del Amor fue su mejor disco.
Se podría pensar que una vez concluye la última batalla, la guerra deja de ser guerra. Podríamos tener la ilusión de que caído el último bastión, firmado el último acuerdo de paz, las cosas empezarán a ser diferentes o, cuando menos, volverán a su curso natural.
En la práctica, la historia nos ha demostrado que sucede todo lo contrario. La Segunda Guerra Mundial no fue la excepción.
A la inicial algarabía que supuso la derrota de los nazis se sucedieron los bochornosos abusos por parte de las tropas aliadas, el reparto de botines y la política hizo lo suyo permitiendo, una vez más, que las potencias inmiscuidas sacaran los réditos que vieran convenientes.
Under sandet recrea un oscuro episodio post-guerra.
Los nazis invadieron Dinamarca en 1940 violando la postura neutral de dicho país, la movida fue estratégica ya que los dejaba a un paso de Noruega desde donde podrían controlar a los británicos.
Hitler veía a Dinamarca como un protectorado modelo, así que la invasión al inicio fue gentil comparada con las que se hicieron a otros países. Sin embargo, las condiciones fueron empeorando cuando la resistencia se hizo más intensa.
Casi al final de la guerra, los alemanes estaban convencidos que el desembarco enemigo sería a través de las costas de Dinamarca y, por eso, llenaron sus playas de minas. Estamos hablando de miles, miles de minas escondidas debajo de la arena y listas para estallar al menor contacto.
Cuando la guerra concluyó, se hizo evidente que los daneses tendrían que limpiar sus playas. ¿Cómo lo hicieron? Usando prisioneros alemanes. El elemento humano “desechable”.
Al hablar de las postrimerías de la guerra, hablamos de un ejército alemán diezmado que estaba echando mano de cualquier hombre en edad de sostener un fúsil. Entonces, los prisioneros resultaban ser chicos. Niños de entre 15 a 18 años.
La película arranca cuando un grupo de estos niños es puesto bajo las órdenes del sargento Rasmussen quien tiene que dejar una zona limpia e inmaculada de minas.
El director y guionista Martin Pieter Zandvliet, decide contarnos la historia como un edulcorado drama, que mantiene al espectador pegado a la pantalla y arranca una que otra lágrima culpable.
Desde la primera escena nos muestra a un pueblo danés absolutamente insensibilizado ante el enemigo, con ansias de revancha y un profundo odio fruto de 5 años de ocupación.
Es evidente que ninguno de los daneses que se cruzan en el camino de los prisioneros alemanes percibe que los nazis son niños. No.
Eso fue muy chocante. Una parte de mí se sorprendió al sorprenderse. Todos los días vemos noticias que nos confirman que al ser humano no le importa si frente al fusil o a la bomba hay niños o adultos. Da lo mismo. Pero no deja de sorprenderme.
Al peligroso oficio que los niños desempeñaban se sumaba la falta de comida, el encierro, las humillaciones, porque no lo olvidemos, estos niños seguían siendo prisioneros de guerra.
SPOILER ALERT
Sí, se trata de una trama bastante predecible. El sargento comenzará a cuestionarse su labor frente a este adolescente grupo, y algo dentro suyo se removerá.
Cuando llega el final, nuestros protagonistas alcanzan la redención, el perdón. A todos nos gusta una buena redención, una renovación de fe en el ser humano, un soplo de viento fresco que nos diga que en este cochino mundo hay gente buena.
La fórmula es harto vista, acá se vive en un escenario post-guerra con niños nazis y sargentos que terminan dándose cuenta que más que nazis son niños.
FINAL DEL SPOILER
Camilla Hjelm, la directora de fotografía que conocí a través de Little Soldier (2008), prueba su valía en esta película filmada casi íntegramente en exteriores. Hermosos planos narrando una historia sencilla.
No hay riesgo formal ni narrativo, no, no le hace falta tampoco, en general la película es una mirable propuesta anti-bélica. Bien filmada, bien actuada, bien contada, con los ganchos emocionales necesarios para crear empatía con los personajes y tratando de no caer en la zona blanco o negro sino en los necesarios grises.
El casting hace que nos creamos el cuento, un joven reparto solvente, tanto que detrás de la pantalla te descubrís haciéndole barra a los prisioneros, a los alemanes, a los nazis, deseando que lleguen a sus hogares sanos y salvos.
Son solo niños, pensás.
Pero la vida siempre es menos cursi y bonita que las películas cursis y bonitas.
Lo mejor: revela una historia desconocida de la post-guerra Lo peor:es condescendiente consigo misma y la fórmula de la trama ya ha sido vista muchas vecesLa escena: la de la niña, y la subsecuente decisión del niño Lo más falsete: lo del perro y algunas escenas «amistosas» entre el sargento y los niños El mensaje manifiesto: En la guerra todos se pueden convertir en monstruos El mensaje latente: en la guerra no hay ganadores, hay solo perdedores El consejo:Para ver una tarde de eneroEl personaje entrañable: los niños de la guerra El personaje emputante: los jefes cuadrados El agradecimiento: por una historia necesaria.
CURIOSIDADES
El uso de niños por parte del Estado Danés en la desactivación de minas después de la Segunda Guerra Mundial, ha sido considerado uno de los peores casos de crímenes de guerra perpetrados por Dinamarca.
En la película, el grupo era comandado por el sargento Rasmussen de origen danés, en la vida real, las actividades las controlaban el ejército británico y ponían a un soldado alemán como coordinador de cada grupo.
Se cree que más de 2000 soldados alemanes fueron obligados a remover minas de las playas danesas, de los cuales perdieron la vida alrededor de la mitad.
La película fue filmada en locaciones históricamente reales.
Hasta el momento, Under sandet ha sido presentada en once festivales de cine, entre ellos Toronto y ha sido premiada con el galardón al mejor actor para Roland Møller-Louis Hofmann en Tokio. También está nominada a Mejor Película Extranjera para el Globo de Oro y está per-seleccionada para la misma categoría en los Oscar 2017.
Un callejón. Un robo. Un protagonista: Elder Mamani.
Una discoteca. Diosa. La banda italiana Kano sonando con su tema de 1983 Ikeya Seki. El tema disco es en honor a un cometa “suicida”, un cometa de esos que pasan rasantes al sol.
La gente baila. Elder baila, baila y bebe, y vuelve a robar, esta vez dentro de la Diosa. Abandona la pista, sale y corre en medio de la noche, dejando atrás calles, huyendo del merecido castigo. La música del cometa “suicida” lo acompaña.
Entran los créditos.
Viejo Calavera tiene un inicio brillante. En la oscuridad de la butaca, con los acordes ochenteros de Kano aún en tus oídos, ese resplandor te hace susurrar “wow”.
Más adelante sabremos que este anti-héroe recibe la noticia de que su padre muere en sospechosas circunstancias, y casi casi por herencia él debe entrar a las minas y hacer lo que su progenitor hizo toda su vida: ser minero.
Para eso cuenta con el apoyo de su padrino Francisco, otro minero que usando su reputación y la del difunto consigue que Elder empiece a trabajar en Huanuni.
A Elder, por supuesto, no le interesa. Elder está en otra. Lo vemos recorrer pasadizos, ajeno a sus compañeros, ajeno a lo que se espera de él, ajeno a la mina misma que se convierte en un personaje más. Siempre es de noche. Elder trabaja en la mina y todo es oscuridad, y sale de esa oscuridad a la noche. Para él las 24 horas las vive en penumbras.
Es evidente que la fotografía de Pablo Paniagua está en su mejor momento. En este caso eleva a Viejo Calavera, la levanta con todo ese know how que ya le hemos visto a lo largo de su filmografía como director de foto.
La tremenda fotografía de Paniagua se disfruta, se admira y se agradece. Sin duda alguna, es lo más bonito que nos ha dado el cine nacional en los últimos tiempos.
A ese punto muy alto, se le suma otro igual de poderoso: el diseño de sonido. Gracias a él nos sumergimos en Huanuni y somos cómplices de las andanzas de Elder Mamani. Disfrutamos a pleno de un sonido que envuelve al espectador y lo lleva de la mano a través de la película.
El guión de Russo y Gilmar Gonzáles, sin embargo, no llega a cumplir la promesa de sus primeros cinco minutos. El embeleso se va deshaciendo a fuerza de la repetición o alargamiento de situaciones que solo buscan remarcar lo ya visto. A ratos, queda la sensación de ser un alargamiento para llegar a cumplir los minutos necesarios que conviertan la historia en un largometraje.
Russo dijo en una entrevista que a él le interesaba un cine sensorial, donde lo más relevante es el sonido y la imagen, incluso por encima de los actores o el guión. Visto el resultado, el director ha sido fiel a su manera de ver el cine, Viejo Calavera es un ejercicio estilístico impecable, de un rigor técnico sin posibilidad a cuestionamientos, pero con problemas narrativos y actuaciones que van de lo regular para abajo, detalles que a estas alturas no se pueden obviar.
Sé que se trata de actores naturales, que no tienen un “oficio” dedicado a la interpretación, pero para eso está la dirección de actores, para trabajar hasta que el resultado sea algo más que una recitación de textos lanzados mecánicamente al infinito.
SPOILER
Los guionistas, además, caen en la tentación de remarcarnos muchas veces que Elder es un mal tipo. No solo a nivel visual, sino con innecesarios textos que repiten lo que ya hemos visto desde los dos robos iniciales. Hay una secuencia en la que Elder llega borracho y orina las cosas de los compañeros, luego vemos a un personaje hablar con Francisco (en una propuesta experimental), quejándose de sus fechorías, pegado a eso está la lectura de una carta con el rosario de acusaciones de los compañeros contra Elder y la solicitud de que lo trasladen, de paso lo pringan al padrino por tráfico de influencias.
Ya entendimos, mal tipo.
Viejo Calavera tiene pocos diálogos, pocos textos, una austeridad que no fue bien administrada. Sufrí con algunas interpretaciones, directamente me sacaron de la trama y me hicieron pensar en el artificio. Hicieron que deje la historia y me fatigue porque ese hombre estaba teniendo problemas para largar su texto.
Después, así, como digitado divinamente, llega el accidente de Elder. Lo más flojo de todo el metraje. Tanto en puesta, como en actuación, como en coherencia del guión.
Esto, obviamente, es una apreciación personal, se podría pensar que “esa es la idea”, mostrar la vida rutinaria y repetitiva de un personaje como Elder, y usar la apuesta experimental (plano de personaje que habla sin que se vea o intervenga el interlocutor) para darle mayor énfasis a esa rutina, a esa cacofonía. Y luego, para que parezca que algo más pasa, colocar el accidente. Forzada metáfora del peligro al que se enfrentan día a día nuestros amigos mineros.
Esa falencia narrativa ya la había notado en los anteriores trabajos de Russo. Tanto en Enterprise, Juku y Nueva vida hay una sólida apuesta estética, un querer arriesgarse en lo formal, pero las historias nunca terminan de despegar.
Aún así, el final de Viejo Calavera es tan hermoso como el inicio. Elder con su padrino, en el camión, ya fuera de la oscuridad, con una luz diurna anegada de neblina, el muchacho cubriendo con la manta a quien atacó la noche anterior, un viaje hacia las soñadas vacaciones y el Concierto en D Menor de Alessandro Marcello acompañándolos. Una suerte de matiz a un personaje que hasta el momento ha sido mostrado siempre desde una óptica negativa. Funciona. Como imagen suelta funciona muy bien.
FINAL DEL SPOILER
Porque sí, la película de Russo tiene imágenes o situaciones muy lindas, bien trabajadas que generan emoción (las linternas en la noche estrellada, el inicio, el final, la doñita que dice que no tiene con quién hablar, la silueta que se pierde al fondo de la mina y se lleva la luz con él, el golpe bajo del canto minero), pero en el resultado global me dejó una sensación agridulce.
Discursivamente, Russo apunta a que es una película con una fuerte postura política, que no quiso adoptar una mirada paternalista sobre los mineros, que no quiso seguir un estereotipo…debo decir, con mucha sinceridad, que lo que vi en pantalla es el estereotipo que tengo del minero. Incluso Elder, responde a cierto estereotipo andino. Ya hablando netamente de lo político, Bolivia es un país de historia minera. La minería es nuestra segunda industria de extracción, si los mineros paran, se para el país. Lo vivimos hace poco con tristes consecuencias. Muy bonito lo del compañerismo minero, la separación generacional de la actividad minera, el duro oficio, las condiciones siempre adversas a cualquier ser humano, pero la “fuerte postura” política insinuada es una cómoda aproximación a las minas. Casi turística, decía un conocido.
Con esto no quiero decir que la película debió ser más “comprometida” políticamente, me parece mejor que no sea una huevada onda Ken Loach, solo hago una apreciación de lo dicho por el director y de lo que vemos en pantalla. O sea, de la pose.
Nuevamente, fieles a nuestra idiosincracia, se lanzan fuegos artificiales y cohetes que afirman se ha puesto la piedra fundamental del nuevo cine boliviano. ¿Es así? ¿Es Viejo Calavera una película de culto, que será referencia para las próximas generaciones? ¿Ha marcado un antes y un después? Hay que esperar.
Quizás los hechos precisos son que Viejo Calavera es una película impecablemente filmada, y que además goza de una buena aceptación que traspasa el patio trasero que significa el circuito de cines nacionales. La película de Russo está siendo exhibida fuera del país y ya pasó por varios festivales europeos y latinoamericanos, cosechando algunos premios. Lo de los premios no es garantía de nada. Los premios, como decía Lucrecia Martel, hablan más del jurado que de los ganadores. Pero sí me parece rescatable que al ser seleccionada o invitada, la película tenga la posibilidad de ser vista por otros públicos.
Porque en Bolivia, si hacés una película te podés llenar la boca hablando de lo genial que te quedó, de lo capo que sos, de las fórmulas que manejás al dedillo, de los auspicios que conseguiste o de la gente que metiste en sala, pero si no salís de tu canchón, ya sea con una distribución netamente comercial o a través de festivales, “la primera película boliviana de tal o cual cosa”, “la única que bla bla bla”, “la que rompe esquemas de bla bla bla” son solo palabras al viento. Quiere decir que tu película no aprueba ni para que un distribuidor te la compre y la exhiba en otros países, ni para que un festival la acepte.
¿Cuántas películas bolivianas son nini? ¿Ni para distribución ni para festivales? En ese sentido, Viejo Calavera sale de las películas Nini y cumple con las aspiración de ser una película no solo para que la vean los familiares, amigos y los cuatro gatos que vamos a los cines locales.
En mi adolescencia leí una novela que se llama Socavones de Angustia, que narra algunas historias de vida en las minas. La analogía perfecta tanto para la película que reseño como para el futuro del cine nacional es Sebastiana, uno de los personajes principales que reflexiona sobre la oscuridad que siempre rodea a los mineros. Al finalizar el libro, la doñita dice: “Siempre es noche oscura para nuestra gente…¿cuándo llegará el alba?”
Ajá.
¿Cuándo?
Lo mejor: es una ópera prima respetable con una fotografía impresionante y un diseño de sonido notable Lo peor:a nivel de guión no termina de cuajar, se queda en la promesa de sus hermosos minutos iniciales La escena: la discoteca, las linternas, el final Lo más falsete: los textos y el accidente El mensaje manifiesto: En la oscuridad siempre hay algo de luz El mensaje latente: alargar no significa dar mayor contenido El consejo: recomiendo ENFÁTICAMENTE verla, es una película que tiene que ser vista en sala de cine y hay que darle la oportunidad para que te seduzca o no. Hay mucha gente que la encuentra imprescindible. El personaje entrañable: los mineros El personaje emputante:…El agradecimiento: por el rigor, por la pasión puesta.
CURIOSIDADES
Dura apenas 80 minutos, aunque se sienten un poquito más.
Esta película fue rodada durante octubre y noviembre del 2015. La historia transcurre en la ciudad minera de Huanuni, en el cerro Posokoni, las comunidades de Molle-Punku y Chua Chuani (Oruro) y la población de Coroico en Los yungas de La Paz, Bolivia.
Kiro Russo comenzó a escribir el guion el 2011, junto a Gilmar Gonzáles. Desde entonces tuvo varias revisiones y la historia mutó desde su versión original a lo que quedó en pantalla.
La idea se gestó en el año 2010.
El montaje tomó aproximadamente siete meses.
Viejo Calavera ha sido producida por Socavón Cine, y cuenta con la Co-Producción del Doha film Institute en Qatar, a través de su fondo de Post-Producción.
Russo manifestó acerca de sus influencias: El neorrealismo siempre fue una gran influencia en el cine Boliviano. Desde la perspectiva de Jorge Sanjinés y el grupo Ukamau era necesario seguir esta escuela para hacer un cine de denuncia y militancia política. Luego de sus dos primeras películas, él mismo cuestionó la idea de ponerse en nombre de todo un pueblo para hablar acerca de la problemática social, se fue alejando de esta escuela hasta llegar a trabajar sólo con actores y sets. Ahora solo cree en la ilustración de iconos…En Viejo Calavera trabajamos con elementos del neorrealismo, los espacios y personajes de la realidad pero jamás me interesó conformar perfiles psicológicos, ni panfletos políticos. Son mucho más importantes los climas, las presencias, los encuadres y el sonido.
Este es el ejemplo perfecto de cómo con 300 $us. te podés hacer una carrera en las grandes ligas del cine comercial.
Fede es uruguayo y a los 31 años (2009) subió a su canal de Youtube este cortometraje:
El video tiene más de 7 millones de vistas y no precisamente de bots (vistas prepago).
Mis queridos linces virtuales, es fácil detectar cuando un video tiene bots, generalmente las millones de vistas de personitas de carne y hueso tienen una correlación entre los likes y los dislikes. En este caso, esa correlación existe. Entonces, estamos hablando de un éxito real y no ficticio.
Gracias a este éxito sin precedentes, el joven uruguayo se vio bombardeado por propuestas de un Hollywood necesitado de nuevos valores.
Una de las primeras personas con las que Fede hizo contacto fue con Sam Raimi.
A Sam lo amamos por cosas como Arrástrame al infierno, sí y lo lógico era que arrastre a Fede al género terror.
El 2013, Fede dirige y guioniza Evil Dead (Posesión Infernal), producida por Sam y que resulta ser un remake de una película de culto del mismo Sam llamada (OH, SORPRESA) Evil dead. La película cumplió, no me pareció la gran cosa, pero estaba dentro de un digno lugar en lo que el género nos da a cada rato.
De ahí, Fede dice que le ofrecieron ser parte de una franquicia de súper héroes y también dirigir una de las Rápido y furioso, le dijo no a ambas películas.
«Ya con Ataque de pánico, el nivel de proyectos que nos proponían era muy alto pero después de Posesión infernal, llamaron de Marvel o para ver si quería hacer Rápido y furioso. Les dije que no. Esto funciona a base de popularidad: sale Ataque de pánico y durante una semana todos te mandan proyectos, pero a las tres semanas, estás por la tuya. Y lo mismo con Posesión infernal. Eso sí, si sos un director con una película grande y exitosa, quedás un poco más arriba»
Muchacho inteligente.
Este 2016 vuelve al ruedo con Don´t Breathe (No respires) donde además de dirigir, produce y co-escribe el guión junto a Rodo Sayagues, con quien ha escrito todo sus guiones hasta la fecha.
En un mundo donde los crispines se dejan deslumbrar con los primeros imanes o espejitos que les muestran, Fede ha sabido mantener la cabeza en su lugar y continúa trabajando con su equipo pre-Hollywood incluyendo, también, al uruguayo Pedro Luque como director de fotografía.
No respires es una película diseñada para cumplir la promesa de su título: No respirar.
¿Se acuerdan de Tessa Altman, la protagonista de la serie Suburgatory? Pues Tessa era interpretada por Jane Levy y Jane Levy es quien protagoniza No Respires e interpreta a Rocky, una mamá soltera ansiosa de salir de la miseria de Detroit y, a la vez, es miembro de una pequeña banda de ladrones.
El grupete es bastante patético, aprovechan que Alex (Dylan Minnette) es hijo de un don que trabaja en una empresa que brinda alarmas de seguridad a las casas y roban a algunos de esos clientes, siempre con reglas ñoñas como: No llevar armas, no robar nada por encima de 10.000 $us. y hacer rápido el trabajo.
Money (el costarricense Daniel Zovatto) es el otro integrante de la banda, paralelamente novio/encame de Rocky y con un perfil un poco más impredecible que los otros dos.
Es él quien recibe el dato de que en una casa habitada por un ciego vetereno de guerra es probable que se encuentre un botín de unos cientos de miles de dólares. El golpe parece fácil, el anciano ciego vive solo con un perro, las casas de los alrededores están desocupadas y además su alarma fue puesta por la compañía donde trabaja el papá de Alex.
¿Qué puede salir mal?
Vayan a ver qué sale mal.
Particularmente, disfruté la película, aunque me parece un poco “matapasiones” que empiece con el viejo arrastrando a Rocky por la calle. En el segundo uno ya sabemos que el viejo venció a Rocky, aunque eso al final quede un poco más ambiguo.
De hecho, ya el trailer era bastante revelador, imagino lo delicioso que hubiera sido ir a verla sin saber nada y, además, omitiendo la escena inicial.
La historia en sí misma es poco creíble, pero los guionistas (Álvarez y Sayagues) se han preocupado por hacer lo increíble mirable. Soy muy fan de las películas de «home invasion», quizás porque ese es uno de los miedos más atávicos: que se te metan al rancho. Acá lo interesante es que la propuesta termina siendo al revés y uno se apega de manera empática a los intrusos cuando en realidad el viejo está en todo su derecho de hacerlos bolsa.
Pedro Luque, en fotografía, consigue una composición de los planos que permite al espectador sentir la adrenalina de lo que sucede en pantalla, logro también del diseño de luces, extremadamente importante para crear los climas necesarios.
Actuaciones correctas, personajes dibujados con ganchos emocionales: Rocky y su hija, Alex y Rocky, Money y el dinero, El viejo y su trauma, construyen una película bastante digna.
El Ciego, un Stephen Lang que va de víctima a victimario, tiene una presencia física que impacta y lleva a la película a otras esferas con su excelente representación.
A resaltar la escena del SPOILER insemine. Sí. De esas escenas que son tan risibles y, al mismo tiempo, freaks que hacen que valga la pena verlas. FIN DELSPOILER
No deja la fórmula americana (esa es la idea), pero Fede Álvarez parece estar siempre por encima de la media en sus propuestas.
Lo mejor: logra su meta de hacer pasar un buen momento en la sala de cine Lo peor:dice mucho en su trailer y en su inicio La escena: la del spoiler mencionado arriba y cuando encuentran a la chica Lo más falsete:lo del spoiler y cómo quedan a merced del viejo ciego El mensaje manifiesto: No todo lo que brilla es oro El mensaje latente: La plata fácil no siempre es fácil El consejo: para verla sin culpas El personaje entrañable: el perro El personaje emputante: Money El agradecimiento: por el cariño puesto. Se nota.
CURIOSIDADES
El perro fue interpretado por tres perros: Athos, Astor y Nomad.
Stephen Lang (el ciego) solo tiene alrededor de 13 líneas en toda la película, que son dichas casi al final de la película.
Fue titulada originalmente como: A man in the dark
La combinación de la caja fuerte de El ciego es la fecha de cumpleaños de Fede Alvarez.
Me gusta el cine rumano. Me gusta su sencillez, su desapego a las fórmulas comerciales, su partir de una cosa mínima y abrir un abanico de historias sin que ni siquiera te des cuenta.
También me gusta lo que el cine rumano te/me hace sentir.
Adrián (Adrián Purcarescu) se decide a visitar a su vecino Costi (Toma Cuzin) y le pide prestado dinero. Adrián está a punto de perder la casa familiar y dice que necesita 800 euros. Costi, que parece un tipo muy ducho con las matemáticas, empieza a sacar las cuentas de cómo el vecino llegó a esa situación. Finalmente, rechaza el pedido porque él mismo se encuentra ajustado. La crisis de la Cenicienta de Europa no es ajena a nadie.
La escena puede resultar chocante por el absurdo y por la charla en sí misma, pero estos rumanos se las ingenian para que se entre en la convención de que “puede suceder”.
Adrián se va, pero al rato regresa. Le cuenta a Costi que en realidad necesita la plata para buscar un tesoro, siendo más precisos: para pagar el detector de metales. Aparentemente, su abuelo escondió algo en la casa familiar antes que los comunistas tomaran el país.
¿Cómo lo sabe? Porque el abuelo le susurró antes de morir: Cuida la casa.
La casa resulta ser otro personaje más. Ella ha sido testigo de los cambios políticos en Rumania: fue tomada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, luego recuperada, luego alquilada con infinidad de usos (bares, farmacias, etc..). Así se alza misteriosa, con un vasto jardín que contiene la posibilidad de un futuro económico para ambos personajes.
En el cine comercial esta historia se manejaría de otra manera: o más onda suspenso, o más onda estrafalaria. El director y guionista, Corneliu Porumboio, se va por el lado simple de la vida. Plantea el conflicto (la búsqueda del tesoro) y sus personajes (dos adultos profesionales y educados) hacen lo posible por solucionarlo en un tempo tranquilo y mesurado.
La búsqueda del tesoro es solamente una excusa para contarnos cómo está la Rumania que sobrevivió a Ceaucescu.
Todo es patético y triste y cómico y absurdo.
La primera parte está destinada a conseguir el detector de metales, mientras que la segunda seguimos a nuestros personajes para descubrir junto a ellos si el dichoso tesoro existe o no. Planos fijos, silencios, tiempo muerto, son parte de la visión del director.
Como se basa en un hecho real, Rumania tiene leyes que tipifican lo que encontrás como “tesoro” y lo que debés hacer en caso de tener éxito en la búsqueda. Así que los protagonistas tendrán ciertos obstáculos con la misión.
Un poco de realismo social y otro poco de realismo burócratico, hacen de El Tesoro una experiencia en la que tenés un filme con cierta ingenuidad y límpida mirada que en realidad escarba en el oscuro pasado rumano.
Su final, acorde a los personajes decentes y patéticos que retrata, encierra una paradoja. Porumboio cierra su peculiar fábula como si fuera un bonito cuento de hadas.
Nuevamente, el cierre ingenuo esconde más miseria de lo que parece.
Lo mejor:una historia simpática contada con sensibilidad Lo peor: no destaca del todo, y no es una película que todos podrán ver con paciencia La escena: toda la secuencia de la detectada y la cavada Lo más falsete: algunos diálogos didácticos onda: ¿Te acordás que en 1985 Ceausescu se tiró un pedo y pasó tal cosa? El mensaje manifiesto: Las revoluciones no revolucionan El mensaje latente: No todo se trata de dinero El consejo: no te cambiará la vida ni te hará lanzar cohetes pero si tenés la paciencia para verla, es una linda película El personaje entrañable: el tesoro El personaje emputante: la desesperación El agradecimiento: por la austeridad.
Estos son los títulos que no mienten. Sé que habrá un gigante, que será bueno y que se convertirá en amigo del protagonista desde cuyos ojos veremos la historia. Es como el dicho ese de si se ve como pato, camina como pato, se escucha como pato, debe ser un pato.
Pues este, estimado lector, es un patote.
Pensé que nuestro Steven (Spielberg, claro) ya estaba por los 80s o 90s, y que con eso justificaríamos la pérdida sistemática de bríos cinematográficos que lo aqueja, pero grande ha sido mi sorpresa al constatar que ni siquiera llega a los 70s. Miro hacia el cielo lleno de humo y pregunto: “¿Qué pasó?, ¿Qué NOS pasó?”
Atrás quedaron el dedo de E.T., los dientes de Tiburón y el abrigo rojo de la Lista de Schindler. Muy atrás.
Este año, Stevie vuelve con una historia sobre una niña huérfana y solitaria que se hace amiga de un gigante.
Pato a la laguna.
Aunque usted no lo crea, el filme ha estado en proyecto alrededor de 25 años. 25 años son un egresado universitario. Un egresado universitario que salió así: mustio y sin chiste.
El guión corrió a cargo de Melissa Mathinson, quien fuera la guionista de E.T. y que murió víctima del cáncer el 2015. Melissa escribió un guión demasiado lineal, sin sorpresas, basado en un famoso libro del inglés Roald Dahl. De este don son Los Gremlins, Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas y Matilda, entre otras. O sea que la expectativa generada en torno a la llegada de The BFG a la pantalla gigante era alta.
Desgraciadamente, se trata de una película que por ahí podrán disfrutar las familias y los seres que aún creen en el amor y en la amistad muy cercana entre un hombre muy mayor y una niña muy pequeña.
Para el resto, será una experiencia desangelada y hasta aburrida.
Sinopsis: El buen gigante secuestra a Sophie (la niña) porque ella lo vio, y técnicamente no quiere que diga nada acerca de la existencia de los gigantes. Una vez “arrancada” del orfanato, la lleva a su casa y la esconde de los otros gigantes “carnívoros” que quieren comérsela. Después de diálogos vacíos, ella decide quedarse a vivir con el anciano lengua chuta de 7 metros, pero el anciano ya tuvo antes un niño viviendo en las mismas condiciones que Sophie y algo muy malo pasó.
Todo muy Rancho Neverland.
El gigante está interpretado por el ganador del Oscar Mark Rylance, quien a pesar de ser un gran actor no puede hacer mucho con el pajeo digital. Dicho pajeo se extiende al mundo de los gigantes y al país de los sueños. País al cual ya entraste mucho antes que llegue la ñoñísima secuencia. ZzzZZzzZZzzz.
La escena que permite no dejarla en el cajón del olvido es la sinfonía de pedos (literal, no figurativo) en la comida de la reina. Gracias, burbusita, gracias.
El final es un God Save the Queen, y un recordatorio sobre la existencia de finales felices. Finales en los que las huérfanas terminan viviendo en hermosos palacios, atentidas por miles de pajes y con amigos gigantes que no quieren comérselas.
Lindo.
Lo mejor:hay cierto público que la disfrutará Lo peor:aburrida y plástica La escena: el país de los sueños estuvo muy bonito a nivel visual y claro, los pedos de la reina Lo más falsete: todo plástico como las maruchan El mensaje manifiesto: Spielberg ya fue El mensaje latente: pero tiene la plata para seguir haciendo películas El consejo: se puede evitar con mucha elegancia El personaje entrañable: las burbusitas El personaje emputante: la reina y su séquito El agradecimiento: por las burbusitas.
NERVE
Así es niños y niñas. El mundo se divide entre jugadores y observadores. Ariel Schulman debuta como guionista en largometrajes con una historia sobre adolescentes enganchados a un peligroso juego virtual llamado Nerve.
Nerve es un juego top que se acomoda a las necesidades exhibicionistas del nuevo milenio. La gente que se suscribe como jugador recibe un reto y tiene que filmarlo con su mismo celular para que los observadores (personas que también se afilian pero para mirar) decidan cuál es el próximo paso. Por cada misión cumplida se les larga unos quintos.
Andate a un restaurant y besá a un tipo extraño durante cinco segundos. 100 $us.
Robale la pistola a un policía. 500 $us.
Colgate estúpidamente de una grúa de construcción durante 5 segundos con una sola mano. 1000 $us.
Dejá que un perro te lama el aparato durante 10 segundos. 200 $us.
Vee (Emma Roberts) es una chica ñoña y reprimida, su mejor amiga Sydney (Emily Meade) es todo lo contrario. Rencillas adolescentes van y vienen hasta que nuestra Vee se suelta el moño y en un ataque de rebeldía se suscribe a Nerve como jugadora. En casa está una avejentada Juliette Lewis que como mamá moderna vive absolutamente ajena a lo que la niña anda haciendo.
Sí, Vee necesita una contraparte masculina que sirva a la vez de adonis/villano/prospecto romántico/complemento protagónico, ese sujeto termina siendo el misterioso Ian (Dave Franco). Ian es otro jugador que pronto se encontrará compitiendo con Vee para ganar el primerísimo primer lugar de los tontos que hacen cosas por dinero y fama, mientras otros tontos gastan su dinero por verlo.
La dupla Ariel Schulman y Henry Joost dirige el filme con mimo y ritmo vertiginoso. Se puede percibir amor y pienso en las escenas. Mucho tiene que ver el trabajo de Michael Simmonds que con su fotografía le imprime personalidad y prolijidad a secuencias como el tatuaje, la moto y los 100 Km/hora o la asamblea final.
Sin embargo, Nerve empieza mejor de lo que acaba y es que el final llega en combo y con reflexión sobre el uso de las nuevas tecnologías y la ligereza con la que nos involucramos en espectáculos denigrantes.
Es verdad, la red nos bombardea con imágenes de asesinatos, violaciones, torturas, víctimas de guerra, bromas pesadas, culos, tetas, y huevadas como: “acá casual sacándome una selfie en la orilla del piso 60 a punto de morir como un imbécil”, pero el llamado a la conciencia llega algo tarde. Y más si hemos pagados unos cuantos pesos por ver las aventuras de Vee e Ian en la pantalla gigante mientras comemos pipocas y le metemos al “taste the feeling” de Coca Cola.
Ese rancio bocadillo de seriedad en una película hecha para el entretenimiento no cuaja ni con maizena.
Schulman y Joost concluyen con torpeza Nerve. ¿Jode? No. La película en general es “simpática”, mirable, con aspectos estéticos muy rescatables, pero tan llena de gases como las burbusitas.
Lo mejor: Tiene aspectos estéticos y técnicos muy disfrutables Lo peor: se cae en su afán de ser moralista y dar un mensaje al público La escena: la moto y los 100 Km/hora Lo más falsete: cómo tumban al poderoso Nerve El mensaje manifiesto:hay gente que le encanta ser vista, hay otros que les encanta mirar El mensaje latente: para ambos no existen los límites El consejo: está mirable El personaje entrañable: Juliette Lewis, nuestra asesina por naturaleza favorita hoy en papeles de doña sin chiste El personaje emputante: los mirones y el tal IAN El agradecimiento: porque tiene buenos momentos.
CUANDO LAS LUCES SE APAGAN
Peter Greenaway ha dicho muchas veces que el cine está muerto. Oh, sí. Caput. Chau cine. Cine malo.
Pareciera que Peter nunca tuvo la alegría de asistir al 2×1 de una proyección cinematográfica.
Así es, un miércoles me metí a ver Cuando las luces se apagan, porque tiene buena puntuación en el Rotten y porque ya habíamos agotado el resto de la cartelera. ¿Resultado? La mejor experiencia del mundo mundial, sala llena y el cine mostrando toda su vida y magia. La película no era una maravilla pero lo que provocaba con sus pocos recursos era divertidísimo.
Este es el debut de David F. Sandberg, un sueco que hasta el momento solo había filmado cortos varios.
Eric Heisserer, guionista relativamente novato, agarra el atávico miedito a la oscuridad y nos mete un fantasma.
No, no hay nada de originalidad. La historia es harto vista: Fantasma atormenta a familia y familia trata de sobrevivir.
SPOILERS
Cuando era niña, Sophie (María Bello) fue internada en un hospital psiquiátrico por una fuerte depresión. Ahí se hizo amiga de Diana, una chica tronadita que luego murió y se convirtió en el fantasma. Desde entonces, la tal Diana aparece cuando Sophie deja de tomar su medicación y se encarga de la gente que quiera desaparecerla. Diana solo puede moverse en la oscuridad, no resiste la luz, por lo que es incomprensible cómo los protagonistas al saber eso no se aprovisionan y se llenan de linternas, lámparas y cualquier elemento luminoso para que la bicha no joda. Yo estaría como arbolito de navidad.
Martin es el hijo de Sophie, anda súper traumado con la situación y recurre a su hermana Rebecca que vive en su propio lugar, huyendo de la disfunción familiar.
Los gritos del público por cada peligro que los protagonistas enfrentaban eran una delicia, así como los aplausos cuando conseguían salvarse.
Al final, Sophie se suicida en presencia de su hija Rebecca para llevarse con ella a Diana, la jodida bicha. Nuevamente, los aplausos se escucharon como un reconocimiento a ese perturbador sacrificio materno. La platea sabe.
FIN DEL SPOILER
Lights out no es una película imprescindible ni de esas que se convierten en clásicos del género, pero en su modesta factura cumple. Es muy tonta, aunque con momentos de tensión bien sostenidos y climas resueltos apropiadamente. Quizás si no la hubiera visto en un 2×1 me parecería más «qué huevada», pero la receptividad el público me cautivó.
Su efectividad se resume en el adolescente que se cubría la cara con su pipoca para no ver la pantalla y su amiga/novia que lloraba de miedo mientras él le decía: “pa qué venís si vas a llorar”.
Lo mejor: Algunos buenos sustos Lo peor: tonta y típica La escena: el suicidio, definitivamente Lo más falsete: la bicha jodida El mensaje manifiesto:hay cosas que solo viven en tu mente El mensaje latente:morirás como crispín si no reaccionás de acuerdo al peligro: Ejemplo: A la bicha le jode la luz, comprate luces hasta reventar tu tarjeta El consejo: pa qué venís si vas a llorar El personaje entrañable: el público El personaje emputante: la vieja suicida El agradecimiento: porque se deja ver.
EL ESPECIALISTA / Mechanic:Resurrection
Creo que de todas las películas reseñadas en este post, Mechanic: Resurrection se lleva la palma dorada a la brutez.
En el 2008, el alemán Dennis Gansel lanzaba su película La ola (Die Welle), en la que un profesor de secundaria cansado de sus revoltosos alumnos les imponía un proyecto: Recrear el funcionamiento de un régimen totalitario. ¿Qué mejor que el Tercer Reich? Sí, Gansel se metió en un tema jodidito y quizás no lo supo redondear y/o cerrar, pero en general daba la impresión de un director cumplidor.
Ruben Bladés cantaría como parte del soundtrack: La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios.
Sucedió la gran Florian Henckel von Donnersmarck.
Para quienes no entiendan un carajo, lo pongo así.
Florian Henckel von Donnersmarck es el director de esa bellísima película alemana llamada La vida de los otros (reseñada aquí).
Y, también, Florian Henckel von Doonersmarck es el director de esa huevada al infinito llamada El turista (Johnny Depp / Angelia Jolie ex Pitt-reseñada aquí)
Le llamo la gran Florian Henckel von Donnersmarck al fenómeno de un director que hace una película aceptable en su país de origen y luego hace una huevada en Hollywood.
Así como Dennis Gansel.
Ojo, que Gansel no es el único damnificado de Mechanich:Resurrection, creo que es la peor actuación que le he visto a nuestra amiga Jessica Alba y eso ya es decir mucho porque Jessi nunca ha sido una Meryl Streep.
La cosa va así: un tipito llamado Bishop (Jason Statham) era el súper matón, digo era porque la película es una secuela y en su primera entrega Bishop se pierde en la nada dispuesto a desaparecer. Fade out.
Bueno, se supone que Bishop es un geniecito en el arte de matar gente y de esconderse. Ahora que ya está en retirada, viviendo la vida loca en Río de Janeiro, detrás de él está un tal Crain que quiere usar sus servicios. Esos que Bishop ya no da.
Crain es un mafioso de aquellos y necesita que Bishop se encargue de tres de sus enemigos. De entrada, es ridículo que Crain que consigue rastrear y embaucar a Bishop (el propio, el sensei) necesite de su ayuda para liquidar a otros tres pelotudos. Ya, digamos que lo necesita. ¿Cómo lo consigue? Tiene chantajeada a Jessica Alba que se hace pasar por mujer golpeada para que Bishop la conozca, la cuide, se enamore de ella y luego la secuestren y lo obliguen a hacer los trabajos a cambio de no matarla.
Sí, nuestro matón se enamora de una doncella en apuros y se deja manejar por Crain en pos de preservar a una fulana a la que acaba de conocer. Tortolitos.
Oh, por Dios, maten a la tipa, a la china, a Bishop, a Crain, a todos.
El debutante Tony Mosher y Philip Shelby (Survivor) nos dan un guión tan tonto que parece escrito por adolescentes en un espeso trip. Está bien, sabemos que es una película hecha para entretener sin culpas, pero desde la escena uno (terraza en Río de Janeiro) es evidente que estaremos ante un fiasco de proporciones épicas.
La única parte más o menos interesante fue la de la piscina colgante, más que nada por lo visual, pero lo demás: el acuerdo, los objetivos, la historia de amor, la resolución, fueron solo una excusa triste y patética para gastar millones de dólares y desperdiciar la estampa de Jason Statham como hombre rudo.
Actuaciones malas, un guión terrible, una dirección por encargo mal ejecutada, hasta problemas de continuidad en cosas básicas como que un día Jessi tiene la espalda lastimada (heridas tipo rasguños) por la refriega con su supuesto abusador y luego, dos o tres días después, en el encame con Bishop las marcas desaparecen por arte de magia.
Salen los créditos y te queda la certeza de que a Mechanic: Resurrection no debieron resucitarla.
Dead film walking.
Lo mejor: la aparición de Tommy Lee Jones y cuando termina Lo peor: la aparición de Tommy Lee Jones y demasiado tonta La escena: la piscina Lo más falsete:el matón enamorado en un 2×3 El mensaje manifiesto: Hay películas por encargo que es mejor rechazar El mensaje latente: Jason debería cazar al guionista El consejo: no gastés tus quintos en esta huevada El personaje entrañable: la piscina El personaje emputante: todos y cada uno de los sujetos y sujetas que aparecían en la película El agradecimiento: cuando concluye.
El Adolf Hitler de 1945 un día aparece en octubre del 2014 en pleno Berlín.
Uy, qué miedito.
La premisa es sencillamente fantástica, atrevida, pendejita, y como para meditarlo con una copa de vino o un barril de cerveza.
El director David Wnendt se mueve como pez en el agua entre la ficción y el falso documental, con reacciones reales de la gente hacia un Hitler suelto por las calles.
Estamos ante una sátira deliciosa, que te hace soltar carcajadas (por lo menos a mí) y que al mismo tiempo te shockea porque te das cuenta que lo que pasa, después de todo, no es tan gracioso.
Ha vuelto se basa en el libro homónimo de Timur Vermes, libro que se convirtió en un bestseller mundial con su peculiar argumento.
A continuación, mi disfrute a pleno y cargado de spoilers.
Al ritmo de La Urraca Ladrona de Rossini, Hitler se despierta en el lugar exacto que estaba su búnker y que hoy, por motivos obvios, no es más que un parque para que loquitos hijos de Pooh no vayan a rendirle tributo al loquito mayor.
El don abre sus ojitos y PUM, otra vez está entre nosotros todo uniformado y freak. Ya nomás se topa con unos niños y se da el siguiente diálogo:
Hitler-¿Dónde está Bormann?
Niño-¿Quién es ese?
Hitler-¡Martin Bormann!
Niño-Ni idea, ¿cómo luce?
Hitler-Como un Jefe de Estado, ¡por amor de Dios!
Los niños lo ven un poco chiflado y, al darse la vuelta, uno de ellos lleva una camiseta con el nombre de Ronaldo.
Hitler: Joven hitleriano Ronaldo, ¿por dónde llego a la calle?
Lo siento, no puedo parar de reír.
Así, Adolfito se introduce en la Berlín moderna y rápidamente se da cuenta que han pasado años desde que mandó destruir hasta los tornillos de la ciudad para no dejarle nada al enemigo que había profanado el suelo ario.
La Puerta de Brademburgo, que es un hervidero de turistas, recibe a un confundido Hitler. Algunos ríen ante la ocurrencia de lo que asumen es un personaje, otros se toman fotos con él.
Sí, claro, es muy «simpática» una foto con un falso Hitler. Ajá.
La película, entonces, se atreve a ir más allá. Hitler como el político trepador y delirante que fue, decide que el destino le ha dado una oportunidad de continuar su lucha (Mein Kampf) y para eso evalúa toda la información que consigue en una revistería sobre el mundo actual. De Merkel dirá que es una matrona y que La República está en manos de una torpe mujer con el carisma de un fideo mojado. Analizará a los políticos alemanes y los encontrará débiles y sin pelotas.
Paralelamente, un reportero de poca monta es despedido de su estación televisiva y por accidente capta la imagen de este “imitador” de Hitler, se da cuenta que tiene oro entre sus manos y le propone sacarle partido al personaje llevándolo en una suerte de road-trip por Alemania y entrevistando a la gente sobre la situación del país.
En la Alemania actual, los alemanes se quejan de la economía, de los inmigrantes, de que hacen falta campos de trabajo y de los sospechosos musulmanes. ¡Oh, qué sorpresa! Tan sorpresivo como cuando Hitler conoce el mouse.
La historia está planteada con mucha inteligencia y hasta parece algo premonitoria con el fenómeno Donald Trump, un tipo con ideas abiertamente racistas, bruto y con una lista de seguidores que se incrementa al grado de ser un oponente a tomar en cuenta en las elecciones presidenciales de USA.
Un punto muy alto es la actuación de Oliver Masucci como el temido Führer. Masucci en la vida real es exactamente lo opuesto a Hitler, sin embargo, el departamento de maquillaje y su exhaustivo estudio del personaje consiguieron la transformación, aunque resulte más alto de lo que se supone era Hitler.
Donde la película tropieza es cuando la historia abandona a Hitler y se va hacia sus personajes secundarios, dejándonos con diálogos o situaciones de relleno que nada le interesan al espectador.
También hay cierta autocomplacencia en cómo se desarrolla la trama, llegando a un momento donde el personaje que ha impulsado la popularidad de Hitler entra en conflicto y toma medidas drásticas, creo que ese giro no era necesario.
Sí, sus 20 o 30 minutos finales son un poco accidentados, pero aún sabiéndolo, termina por no importar.
En contraparte, posee mucha riqueza como sátira libre de complejos que juega con un personaje tan incómodo como Hitler y lo lleva desde el extremo cómico hasta el extremo triste.
Como dije al principio, no todo es risa en esta aparición del Hitler moderno, al buen humor con el que algunos ciudadanos del mundo se toman la presencia del nefasto personaje, se suman los que aún sabiendo que es imposible que Hitler esté vivo reaccionan ante su personificación con sincera simpatía y admiración.
Una cosa es una foto, una selfie estúpida, otra hacer con orgullo el símbolo del nazismo, levantar el brazo como una muestra de complicidad al falso Hitler que se pasea en su convertible con la firme convicción de conquistar el mundo.
En su cierre, Ha vuelto refuerza la idea de que Hitler o, mejor dicho, lo que Hitler representa nunca se fue. Él mismo lo dice con seguridad antes de los créditos:“Tengo material para trabajar”.
Desgraciadamente, siempre lo tuvo.
Lo mejor: irreverente y más, mucho más, seria de lo que pareceLo peor: creo que las partes en que no aparece Hitler son muy bah! y la escena con la anciana un poco forzada La escena: Hitler vendiendo sus dibujos en las calles y el dibujo que hizo del tipo en el campo de concentración más lo que le dice después, también toda la secuencia del perro Lo más falsete: …El mensaje manifiesto: ha vuelto El mensaje latente: nunca se fue El consejo: véanla, está buena El personaje entrañable: el perro El personaje emputante: Hitler y todos los que acaban fascinados con él El agradecimiento: por el atrevimiento.
Al inicio de la película cuando las cámaras muestran el cielo y las nubes que pasan, es un homenaje directo a Triumph of the will (1937) de Leni Riefenstahl, una película que fue hecha como parte del a propaganda nazi.
En los libros los nombres principales de los personajes son otros, en la película se mantuvo los apellidos del libro pero los nombres son los mismos de los actores que los representan.
El libro real también se vendió al simbólico precio de 19,33 Euros en alusión a 1933.
El actor que interpretó a Hitler comentó en una entrevista: «Muchas veces, la gente me preguntaba: “¿Qué está haciendo usted vestido así?”. Yo decía que estábamos grabando una película y la gente esperaba que fuera una película crítica con Hitler. Pero yo decía: “No, yo soy Hitler. Este país tiene problemas y quiero hablar siendo Hitler de estos problemas, porque he vuelto”. Y, de repente, la gente encontraba esto interesante y, muy rápido, se mostraba dispuesta a acabar con la democracia. Resultaba absurdo. Pero, sencillamente con palabras como “islamización de Europa” o “terrorismo” se puede meter miedo a la gente. Con miedo, la gente está dispuesta a acabar con la democracia. Todo esto fue chocante»
El libro vendió más de 14 millones de copias y la película ha recaudado más de 10.000.000 $us.
Sí, hubo un pequeño atore (meses) con esta película, porque la condenada dura casi siete horas y no me gusta ver películas cortadas o por pedazos. No. Acá es a lo sacrificado nomás: sentarse y tratar de verla de un tirón. Si sacamos cuentas es casi una jornada laboral así que por eso la cosa se quedó empantanada como respuesta del Miss Bolivia.
Sin embargo, hoy en este ahumado agosto podemos decir: hazaña cumplida.
Como estito se trata de escarbar en la historia, empezaremos diciendo que allá por 1915 los franceses del estudio Gaumont vieron con envidia que la competencia, el gran estudio Pathé, había adquirido los derechos para filmar un serial llamado Misterios de Nueva York, y, con afán de progresar, decidieron a las tontas y locas (literal) lanzarse al ruedo con Les Vampires.
La confianza fue depositada en Louis Feuillade, cuya filmografía abarca 630 filmes desde 1906 hasta 1924 (un año antes de su muerte) y que ya había dirigido un serial exitosamente también para Gaumont: Fantómas.
Feuillide, consciente de la moda imperante en técnicas cinematográficas decidió NO seguirlas y tratar de hacer algo que se vea más realista, de ahí que se considere a Les Vampires como un filme pionero del surrealismo.
Dicho surrealismo avant-garde le costó una mala recepción de la crítica, que vio al trabajo del francés algo simplón y sin chiste, considerando lo que ya se estaba haciendo en ese momento.
Feuillide no seguía los lineamientos del momento: cámara más jugadas, ganchos en el relato como los cliffhanger, y otros juguetes técnicos que sí usó en trabajos anteriores a Les Vampires.
Sin embargo, años después se ha revalorizado el filme por su aporte a los seriales y por ser, también, un pionero del género thriller.
Otra cosa que siempre se destaca es el papel de Irma Vep (anagrama de Vampire) como una temprana reivindicación del papel femenino en el cine.
Sobre este puntito déjenme diferir. La tal Irma era en su principio amante y segundona del Gran Vampiro, luego aparece Moreno, la hipnotiza y pasa a ser la amante de turno del nuevo villano, después viene otro (Venomous) y la «hereda» también. Irma va de mano en mano como si fuera un trapo siendo siempre la segunda en mando. Quizás al final hay un poco más de autonomía, porque el personaje se queda literalmente solo contra el mundo.
Lejos de ser admirable, Irma Vep es una fulana que sigue al jefe de la pandilla de turno y encima se enamora de los tipitos como se cambia de calzón. Se podría interpretar que todo es al revés, que son los otros los que caen en sus garras, víctimas de su encanto, pero no. La posición de Irma nunca es de líder de sus parejas. Es al contrario. Ok, dicen que es la primera femme fatale, podríamos pajearnos diciendo que por lo menos para la época el personaje fue un semi-protagónico, pero detesto los “por lo menos” y los “semi”, para ese caso me quedo con la mamá de Guérande que se las batió sola cuando las papas quemaron.
De todas formas, entiendo porqué se considera al personaje rompedor de esquemas, aunque no comparta el principio básico de su fama como tal. Dicho concepto lo comparto si hablamos de la gran Musidora, la multifacética actriz, directora, acróbata, escritora, productora y etcéteras que la interpretaba. Una artista fascinante de cabo a rabo.
Les Vampires, al ser un serial, está divido en 10 episodios y no trata sobre los vulgares chupasangres que se espera encontrar a razón del título, no, sino más bien la trama es sobre una sofisticada banda criminal que suplanta identidades, lleva a cabo grandes robos y mata a quien les estorbe.
Desentraño los episodios a continuación para al final hacer un resumen global de todo lo visto en esas largas (casi eternas) horas de visionado:
1.- La cabezada cortada (33 min.)
Situamos la acción en Paris, 1915. Un reportero estrella, Philippe Guérande, trabaja en el diario La Crónica de París y descubre que sus archivos sobre Los Vampiros fueron robados.
Después sabemos que quien se llevó los documentos fue Mazamette, colega de Guérande. Guérande decide perdonarlo luego de ver la foto que Mazamette exhibe de sus niños dando a entender que todo lo hizo por el cochino dinero y sus necesidades de cubrir las pensiones familiares.
Los personajes principales han sido introducidos: Por un lado Guérande, por otro lado Mazamette. El primero más formal, el segundo con un toque cómico. Una fórmula que sigue rindiendo sus frutos hasta hoy.
Guérande parte a investigar la extraña decapitación de un agente que estaba tras la pista de Los Vampiros.
En este mismo episodio, la banda da un golpe y se roba una colección de joyas.
Se descubre a los villanos (un falso Nox que es el Gran Vampiro) y se nos dibuja una idea de sus alcances. Estamos ante un grupo de gente a la que no le importa matar para obtener sus botines.
Como primer episodio estuvo entretenido, nada que sorprenda, pero muy mirable. Además, se asienta la base de lo que se mostrará en el resto de episodios: golpes para robar botines, investigaciones peligrosas, un submundo criminal lleno de juguetes y habilidades inusuales, etc..
2.- El anillo que mata (13 min.)
Así de la nada, resulta que se corre el falso rumor que Guérande está comprometido con una bailarina. Y así, también de la nada, Los Vampiros deciden asesinarla antes de que salga a escena durante una de sus presentaciones.
Guérande, que casualmente está entre la audencia, reconoce a Nox (el don del primer capítulo) y en su afán de atraparlo es capturado. Aparece Mazamette, que resulta ser parte de Los Vampiros, y tomando en cuenta que Guérande fue buen tipo cuando lo pilló robando los papeles en el episodio anterior, lo libera.
Juntos elaboran una trampa y uno de ellos (el Gran Inquisidor) toma el lugar de prisionero de Guérande, quien es asesinado al ser confundido con el periodista. Se descubre que el muerto que es parte de la banda en realidad es un Jefe de la Corte Suprema.
Guiñito a la corrupción francesa y además se la dupla Guérande-Mazamette es oficialmente formada.
3.- El libro de códigos rojo (39 min.)
En el cuerpo del Gran Inquisidor encuentran un folleto rojo que tiene mensajes cifrados. El primer mensaje anuncia una maldición a quien intente descubrir lo que dice el libro. Philipe regresa a su casa y hace un anuncio al periódico para que crean que dejó la investigación de Los Vampiros.
No obstante, su casa está siendo vigilada por los malhechores.
La famosa Irma Vep se presenta como la artista de un show. Hay un efecto del letrero donde sale su nombre (Irma Vep) que nos permite saber que el mismo es un anagrama de Vampire.
Luego Irma, que lógicamente es parte de Los Vampiros, va disfrazada de empleada a trabajar a la casa de Guérande para tratar de recobrar el libro rojo.
Guérande enfrenta Vep y a otro secuaz. Piensa que los mata pero el revólver tenía balas de salva. Cuando la policía llega, los criminales huyen de nuevo a través de un clásico escape por los tejados (se ve muchas veces durante la serie)
La madre de Guérande es secuestrada y llevada a los barrios pobres parisinos donde otro cómplice más (Padre Silencio) la custodia e intenta hacerle escribir una carta, pero ella saca un bolígrafo envenenado que Guérande le dio y consigue envenenar al Padre Silencio.
Vuelve a su casa y Nox (el Gran Vampiro) al ver el cadáver del susodicho se da cuenta que el bolígrafo usado es suyo y que hay un traidor entre ellos.
Acá ya empezás a notar un patrón: Los Vampiros hacen sus golpes, Guérande investiga y ellos van tras de Guérande.
4.- El fantasma (29 min.)
El Gran Vampiro vuelve a suplantar a otra persona, esta vez es Mr. Trepps, agente inmobiliario.
En este episodio vemos dos golpes de Los vampiros, el primero fallido porque la víctima resulta ser Moreno, un criminal de la banda que rivaliza con ellos, en el segundo asesinan a un hombre que tenía que hacer una transacción de mucho dinero para luego intentar hacerse con esos quintos.
Moreno se convierte en otro antagonista. Él es el que se termina quedando con el botín de Los Vampiros.
En este episodio hay uso de un rústico flashback para que Moreno explique cómo se encontró con el cadáver de Mettadier y usurpó su lugar para conseguir su dinero.
Al final del episodio Moreno es metido a la cárcel.
5.- El escape del hombre muerto (35 min.)
Moreno finge su suicidio y huye de sus captores. Guérande sigue investigando los truculentos hechos que suceden propiciados por Los Vampiros. Mazamette ve por casualidad dónde es la guarida de Moreno. Moreno, buscando vengarse de Guérande, lo secuestra (escena muy chistosa de cuando se asoma al balcón y de ahí lo jalan para agarrarlo casi casi como pescar un pez o enlazar un chancho).
Acá hay dos escenas visualmente interesantes, una la de la fiesta de la aristocracia francesa que es gasificada y robada, y dos cuando Los Vampiros escapan en el carruaje. La cámara sigue al carruaje en movimiento mientras Moreno se encuentra en el techo.
Moreno también se apropia de ese botín.
El episodio finaliza con la decepción de Mazamette y su rápida conciencia moral de combatir el crimen hasta atrapar a la peligrosa banda.
Nunca está de más recordarle a la audiencia que el mal debe ser perseguido y que el héroe no claudicará en su afán de castigarlo.
6.- Ojos hipnóticos (53 min.)
Moreno quiere rastrear a sus enemigos y descubre que el asesinato de un notario en Fontainebleu puede conducirlo a Los Vampiros. Entre sus monerías, resulta que Moreno tiene poderes de hipnosis e hipnotiza a su criada Laura para que sea su esclava.
Mazamette y Guérande deciden seguir a un hombre que pasa a caballo muy temprano por la mañana, cosa que les parece sospechosa. Así de tiernos eran.
Descubren que esconde una caja y una vez el sujeto abandona el lugar, van a por ella. Se encuentran ante el botín de unos americanos que están escondidos en el hotel del lugar, casualmente en el mismo lugar que Los Vampiros. El Gran Vampiro no huyó de Fointanebleu después del asesinato del notario, sino que se quedó disfrazado de Count Kerlor e Irma Vep se hace pasar por su hijo.
Se sucede una secuencia que podría resumirse en ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.
Hay una “dramatización” para perder tiempo mientras Kerlor (Gran Vampiro) relata a su audiencia las aventuras de un supuesto abuelo así entretiene a los huéspedes del hotel e Irma Vep hace de las suyas.
Este es el episodio donde Moreno hipnotiza a Irma Vep y la hace asesinar al Gran Vampiro para quedarse con ella.
Se cierra el episodio con Mazamette que gracias a la recompensa de Baldwin (el gringo al que devuelven la caja del principio) ahora está viviendo en un lujoso apartamento y hasta mayordomo tiene.
Mientras Guérande lo visita, una horda periodistas quieren entrevistarlo. Afable, Mazamette figuretea y manda mensajes sobre la virtud que siempre será recompensanda aunque el vicio no siempre se castigue.
Aplausos.
Uno de los episodios más «intensos» teniendo en cuenta que el Gran Vampiro es asesinado por la mismísima Irma Vep.
7.- Satanás (42 min.)
Pues resulta que el Gran Vampiro había tenido jefecito y es nada más y nada menos que un sujeto que se hace llamar Satanás.
Satanás entra a escena y se presenta ante Moreno e Irma Vep. Sabe que el baúl de la sala contiene el cuerpo del Gran Vampiro, lo que altera a Moreno.
Satanás lo paraliza 5 minutos pinchándolo con una aguja especial que tiene en su mano. Los amenaza y se va.
Mientras tanto, Mazamette se está dando la gran vida. Está en un lugar llamado Happy Shack que es una de las guaridas encubiertas de la banda de Moreno. Esperando encontrar documentos sobre Los Vampiros, Moreno ordena a sus secuaces que revisen el departamento de Mazamette.
Satanás le envía un mensaje a Moreno para atemorizarlo, más tarde dispara un cañoñazo hacia el Happy Shack.
Luego se suceden unos cuantos minutos perdidos para ver cómo Mazamette está pasado de rosca con las chicas y el trago.
Irma Vep y Moreno van donde Satanás a rendirse (por lo del cañonazo) y se funden en una sola banda.
Planean otro golpe contra el gringo millonario del anterior episodio, y entra en escena Lily Flower, una cómplice que con triquiñuelas consigue la firma y la voz del americano para poder engañar al banco.
El robo es exitoso y cuando Moreno le lleva el dinero a Satanás, este se lo obsequia.
Mientras tanto, Moreno le lleva el dinero a Satanás y Satanás se lo regala.
Sin embargo, la dicha no dura mucho, ya que Guérande y Mazamette consiguen apresar a Irma Vep y a Moreno al final del episodio.
Si bien se repite la fórmula hasta el hartazgo, es muy interesante ver cómo cambian al villano e introducen a otro MÁS villano aún.
8.- El maestro del trueno (49 min.)
Vep ha sido condenada a cadena perpetua y aún siguen buscando a Satanás. Moreno es ejecutado por la mañana (nunca lo vemos) e Irma Vep es recogida por un grupo de personas que la trasladarán a una prisión en Argelia. Satanás se disfraza de sacerdote y consigue entregarle un mensaje a Irma, diciéndole que harán estallar el barco que la transporta a Argelia y que si sobrevive se encuentren en la guarida.
A Mazamette le devuelven a uno de sus hijos porque es demasiado travieso y ya no quieren hacerse cargo de él. Mazamette convierte al niño en parte de sus investigaciones
El barco de Vep estalla e Irma Vep sobrevive.
Luego Satanás decide hacer una visita a Guérande, ¿por qué? Nunca lo sabremos y lleva un sombrero con una bomba incorporada con la idea de liquidar al periodista, dizque en venganza por lo de Irma Vep.
Mazamette salva el día, descubre la bomba y la hace estallar en otro lado.Van todos a buscar a Satanás que es apresado.
Mientras tanto, Irma regresa como puede a la guarida de Los Vampiros y se pone a las órdenes de El Envenenador. Juntos consiguen hacer llegar un veneno a Satanás con el cual se suicida.
Nuevamente, otro villano que desaparece de la trama y otro villano que se introduce. Además, el pequeño hijo de Mazamette le agrega dosis de humor a una trama que ya acusa su trajín de varias horas o de varias entregas.
9.- El Envenenador (49 min.)
Venomous se vuelve el jefe de Los Vampiros y su principal objetivo es deshacerse de Guérande y Mazamette, para variar.
Irma y Venomous se enteran que Guérande está comprometido y que visita a su novia todos los días. Rentan un departamento vecino al departamento de la futura esposa.
Cuando saben que la pareja dará una fiesta de compromiso, se las ingenian para cancelar el servicio de catering y suplantarlo.
Envenenan el Champagne del brindis, pero no cuentan conque le regalarán una botella a los empleados y que gracias a eso sabrán que está envenenado.
Los Guérande se salvan por unos pelos pero a los días sus enemigos planean un nuevo ataque. Guérande y su novia deciden irse a otra casa para protegerse de Los Vampiros, Irma consigue echar un poderoso sedante en el coche en el que van a viajar y es descubierta por Mazzamette. La cómplice de Irma a su vez sorprende a Mazamette y juntas lo reducen y lo sedan.
Irma se esconde en el coche de Guérande y consigue saber la dirección del escondite de la pareja. Llama a sus cómplices.
Guérande sale de su escondite para ir al encuentro de Mazamette y descubre a Irma en un café de la zona. La sigue y la reduce. Mazzamette llega y juntos se llevan a Irma. Venomous intercepta a todos, consigue liberar a Irma y fugarse con ella. Persecución de por medio, Irma y Venenomous se separan y este se sube al techo de un tren (bonita escena).
Mazamette tiene una trifulca con la policía que aparece para impedir que salte al tren tartando de ayudar a Guérande. En la estación de policía se dan cuenta que es el famoso Mazamette y deciden pasar por alto su falta de respeto a la autoridad luego de una escena en que Guérande le reclama a Mazamette su desubicación. Risas y fin del penúltimo episodio.
10.- La terrible boda (57 min.)
Y así, después de un montón de horas llegamos al final de Les Vampires.
Han pasado varios meses, Guérande y su prometida finalmente contrajeron matrimonio pero saben que Los Vampiros siguen tras ellos.
La viuda del concierge que murió envenenado en la cena de compromiso es tomada como ama de llaves.
Atormentada por atrapar a los asesinos de su esposo acude a una espiritista que en realidad es parte de Los vampiros. Mazamette la sigue porque está interesado en ella.
La ama de llaves es hipnotizada entonces para que les abra la puerta a las 2 de la mañana. Mazamette descubre que mintió a Guérande y se queda preocupado. El amor y los celos hacen que la vigile incluso de noche.
Los Vampiros consiguen entrar al departamento e intentan envenenar a Guérande y su esposa soltando un gas venenoso. Nuevamente, Mazamette hiere a una de ellos y salva el día. Augustine (la ama de llaves), Guérande y Mazamette van a la policía.
La esposa de Guérande se queda sola y asustada en su habitación. Saca un revólver para defensa personal.
Por algún motivo, Los Vampiros regresan al departamento y Venomous se cuela a la habitación. Escena que se anticipa a películas como Misión Imposible con el recorte del vidrio para acceder por la ventana.
La mujer finge dormir y les dispara después, pero igual la toman prisionera.
La policía, Guérande y Mazamette van al deptarmento de la espiritista que hipnotizó a Augustine. Ahí, Irma escapa descolgándose de un edificio de 7 pisos y deja una bomba en el cuarto para sus perseguidores.
Se salvan de la bomba pero Los vampiros escapan, Mazamette sigue la pista y Guérande regresa a su hogar para descubrir que su esposa no está.
Mientras tanto, la esposa y también la ama de llaves están prisioneras de Los Vampiros. Guérande y Mazamette siguen un rastro de aceite que asumen es el auto en el que escaparon los bandidos.
La cámara sigue una bicicleta en movimiento manejada por Guérande que llega al escondite.
Los Vampiros estaban celebrando el matrimonio de Irma con Venomous. Mazamette llega con la policía. La banda trata de huir infructuosamente, mientras Guérande esperaba la llegada de Mazamette hizo que la única vía de escape (el balcón) esté fallado. Muchos mueren al caer de ahí incluido el recién casado: Venomous.
Irma consigue salvarse al esconderse en un armario. Una treintena de policías se muestra en escena. Qué producción!
Furiosa, Irma va armada hacia las prisioneras, y la esposa de Guérande la mata. Irma en un acto de rebeldía muere con el puño al aire.
Guérande y Mazamette entran a continuación. Besos, abrazos y celebración. La serie termina con Mazamette que le pide matrimonio a la ama de llaves y con un plano que muestra a los dos parejas finalmente felices.
Apreciación final
Debo confesar que cuando empecé a ver Les Vampires parecía una colina muy alta, un pequeño Everest. La cámara siempre está estática y la escena está trabajada para detallar los ambientes, el movimiento dentro del cuadro y elementos más realistas, tal cual lo pensó el director. Por eso es que también se la considera una de las obras maestras referentes a la profundidad de campo.
Por raro que parezca no me aburrí. Tampoco voy a decir que la pasé chancho, pero sí seguí con relativo interés las aventuras de Guérande y Mazamette.
Feuillade construye un guión que amén de su simpleza y algo de idiotez, tiene su dosis de burla al establishment, concretamente a la burguesía francesa que siempre es engañada, estafada, y acosada por los malhechores y además, presenta a la policía como una institución inoperante y obsoleta.
Si bien Guérande es uno de los protagonistas, Mazamette es quien se lleva las simpatías de la platea, siendo el único personaje (junto a su hijo) que rompe la cuarta pared y mira directamente a cámara para hacer cómplice al espectador.
De las cosas que me gustaron están los múltiples escapes por los tejados, escenas que tenían un dejo de poesía. Las acrobacias conseguidas con los saltos, los deslizamientos, el descolgarse de un edificio de 7 pisos como lo hizo Musidora, que dicho sea de paso hacía sus propias escenas de riesgo.
También, la cámara que seguía las persecuciones en auto, en tren o en bicicleta.
Hay una producción tanto de locaciones, vestuario y arte, importante y con muy buenos resultados como la escena del Happy Shack o la de la bailarina que muere en escena.
También me pareció simpática la idea de sacar y meter personajes para refrescar la historia y no quedarse con el mismo villano los diez episodios. Si bien es cierto que Irma se mantiene hasta el final, los villanos hombres rotan bastante.
Hay mucha astucia y creatividad en los elementos que se presentan como parte del juego de Los Vampiros y su vida criminal: Puertas ocultas, pasadizos secretos, potentes armas, venenos, gases, hipnosis, sedantes, etcéteras..
Más allá de eso, los episodios son bastante irregulares. El argumento tiene un montón de baches e incongruencias, quizás debido a que los guiones eran mayormente improvisados y partían de bosquejos del director que se pulían sobre la marcha con los actores en escena.
¿Es una película necesaria, una película para ver antes de morir, así con sus casi 7 horas?
A mí me supuso una experiencia interesante, aunque no sé hasta qué punto valdrá la pena para un espectador común al que no le interese el trasfondo histórico.
Hay cosas que admirarle a nivel estético y de manejo de la historia por la creación de algunos climas y por saber llevar su historia durante 10 entregas a pesar de la repetición de situaciones y elementos.
Me quedo con el descubrimiento de la gran Musidora y con esa frase de La Fontaine que cita Guérande en el quinto episodio:
En todas las cosas, hay que tener en cuenta el final.
CURIOSIDADES
Los que quieran lanzarse a la piscina de verla con sus propios ojos, acá el link: Les Vampires
Es considerada una de las producciones más largas.
Debido a sus características, Les Vampires es considerada parte de una trilogía de Feuillade en la que se incluyen: Fantómas y Judex.
La idea de la banda Los Vampiros puede haber sido inspirada por la banda Los Bonnot, grupo de ladrones que asoló Francia entre 1911 y 1912.
Debido a la I Guerra Mundial, los actores a veces eran llamados al frente de batalla y había que reemplazarlos.
Este filme empleó tintes para las escenas que diferencien las horas del día en que sucedían: ámbar para luz interior, verde para luz exterior, azul para la noche y lavanda para los climas de clubes o amanecer.
Se lanzó de a dos episodios y los primeros aparecieron en noviembre de 1915, los últimos en junio de 1916.
La policía forzó su censura diciendo que era una glorificación de la vida criminal y que los dejaba mal parados, finalmente la censura se quitó y el filme continuó su exhibición sin percances.
Los tres actores protagónicos (Guérande, Mazamette e Irma Vep) fueron llamados de nuevo para trabajar bajo las órdenes de Feuillade en sus películas Judex, Tih Minh, Barrabas y Parisette.
Hay una película de 1996 dirigida por Olivier Assayas que se llama Irma Vep cuya trama gira en torno a un director de cine que intenta hacer un remake de Les Vampires.