CINE HOLANDÉS/INGLÉS: Dirty God

Por: Mónica Heinrich V.

“Quería que tuviéramos el mismo tatuaje: Una golondrina que vuela. Pensé que era amor”. Así empieza Dirty God, con esa frase dicha por su protagonista en off y escondida en un fondo negro.

Dirty God es una historia difícil de ver y difícil de contar. Difícil de ver por nuestra posición de espectadores vulnerables ante las tragedias ajenas/propias y difícil de contar para la directora holandesa Sacha Polak, porque una película que hace un comentario social tan abierto puede naufragar en la porno-miseria o en el excesivo afán de buscar la lágrima fácil.

Jade (Vicky Knight) es una joven de unos veinte años a la que dan de alta del hospital. Se ha recuperado de un ataque con ácido que perpetró su ex pareja.  Tuvo una hija con ese desgraciado y cuando sale del hospital el reencuentro con la niña es muy triste. La mitad de la cara de Jade está llena de cicatrices, al igual que parte de sus hombros y brazos, por lo que la pequeña hija no la reconoce.

El guion co escrito por la misma directora y la debutante Susan Farrell, se centra con delicadeza en cómo Jade se reincorpora o trata de reincorporarse a la vida que tenía antes del ataque.

Uno de sus mejores atributos es que es muy sutil incluso en las escenas que pueden sentirse direccionadas a ser golpes bajos. Jade, más allá de las cicatrices y el trauma, es hija de una mamá soltera que roba ropa y después la revende en su pequeño departamento. Su contexto social y económico no es el mejor. Se intuye que su vida anterior al ataque tampoco era la mejor. Aunque Jade es una víctima, y se lo deja claro en muchas escenas, no es la víctima inmaculada que se suele ver en este tipo de películas. Jade es un personaje más complejo que puede ser tremendamente egoísta e irresponsable.

Dirty God trata de llevarnos por los triunfos y fracasos (más fracasos) de su protagonista en este redescubrimiento del mundo. Un mundo en el que su juventud ya no es una muleta para evadirse en una discoteca o evadirse con sus amigos. Por eso, Jade no se resigna a sus cicatrices, a ese rostro que cree es mirado con asco, burla o rechazo. Así que toma una decisión que la llevará a vivir otras experiencias con giros que cualquier adulto pensante esperaría.

El tono del filme es minimalista. La cámara y las luces dibujan el mundo de Jade con primeros planos, con claros-oscuros, con paneos sobre las cicatrices. Todo se cuenta con pequeños gestos, pequeñas escenas, pequeñas situaciones. Incluso los momentos que podrían vivirse con exageración, se manejan con sobriedad. La secuencia en la que Jade cuenta cómo pasó el ataque es una de las más importantes, ahí se condensa el evento traumático que desencadenó todo, el morbo del espectador y las expectativas que podás tener respecto al origen del ataque, esa secuencia está muy bien planteada en cuanto a locación, metáfora del lugar y manera en la que se relata el hecho. Nuevamente, la delicadeza.

Dirty God es un viaje interior, el villano, el horrible sujeto que pensó condenarla cuando le arrojó el ácido será mostrado pocas veces, generalmente en una alegoría a las golondrinas mencionadas al principio. Como una forma de contrastar el ataque con el amor que la protagonista anhela en su vida. Para mí, ese recurso no funcionó y no era necesario, se pudo intuir sin necesidad de verlo, pero habrá quien le encuentre cierta poesía.

La película tiene su mejor aliada en su protagonista, en Vicky Knight, una actriz que en el 2003 quedó con el 33% de su cuerpo quemado por un accidente en el bar de su abuelo. Vicky construye una Jade llena de matices. No está solo deprimida, ni sufriente, también ríe, bromea, se excita, quiere tener sexo, quiere seguir siendo la chica joven que fue, y sabe que ya no es la chica joven que fue.

Sí, sí. Hemos visto historias parecidas muchas veces. Vidas de mierda que se vuelven más mierda aún. En este caso, Polak no pretende hacer un manifiesto ni sobre estratos sociales empobrecidos, ni contra la violencia de género, de una manera inteligente te muestra las consecuencias de un acto tan barbárico sin necesidad de remarcar lo obvio.

Hay directores/guionistas que llevan a sus personajes hasta el borde del abismo, y el espectador es torturado para aceptar que las vidas de mierda tienen muy pocas probabilidades de cambiar. SPOILER La directora elige el camino de la esperanza. Podríamos decir que se queda corta, o es muy optimista, pero siento que no. Que está bien. Elige darle a Jade . y a todas las Jades del mundo, una chance de reconstruir su vida y de descubrir, quizás, de qué trata realmente el amor.FIN DEL SPOILER

Lo mejor:  la directora sabe lo que hace y tiene una excelente actriz protagonista Lo peor: las apariciones del ex como metáfora, y la relación con el novio de su mejor amiga, ambas cosas innecesarias Lo más falsete: las apariciones del ex como metáfora, y la relación con el novio de su mejor amiga, ambas cosas innecesarias El mensaje manifiesto: nadie tiene el poder de romperte El mensaje latente: se puede construir una nueva vida después de cualquier situación triste o traumática. La escena: cuando cuenta qué pasó con el ataque y también las que tenía con su hija El personaje entrañable: Jade El personaje emputante: me emputaba la abuela de la niña que actuaba como si no hubiera pasado nada El agradecimiento: por los momentos de verdad.

Para verla en FILMIN

o de forma gratuita en: http://gnula.nu/drama/ver-dirty-god-2019-online/

Spread the love

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

*