LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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cine americano - page 9

La canción de Marcy

¿Se acuerdan de la serie Full House? Esa en la que salía John Stamos y las gemelas Olsen interpretaban a Michelle Tanner. ¿Se acuerdan? Pues las gemelas Olsen tienen una hermana menor, la que antes de esta película era designada como «la hermanita de las gemelas Olsen» y la que después de esta película es reconocida como Elizabeth Olsen.
Martha Marcy May Marlene supone el debut de un veinteañero Sean Durkin, quien en el pasado hizo dos cortos y ahora se lanza a las grandes ligas con un filme pequeño, cuidado y muy interesante.
Martha (Elizabeth Olsen) es una adolescente que no encaja en su familia rota (padres muertos, hermana en universidad, rebotando entre familiares para que la acojan) Se intuye que a merced de esta sensación de desarraigo, empieza a buscar su lugar en el mundo.
Como el mundo no es un lugar muy adecuado para buscarte solo, la chica cae en medio de una secta.
Cuando digo secta ya todos comprenderán la envergadura del tema. Martha aterriza en una alejada comuna rural habitada por unos cuantos hombres y unas cuantas mujeres. Al principio absolutamente inocente, feliz de encontrar un lugar tan bonito con gente tan buena.
El discurso manejado por el grupo va desde elevar tu experiencia de vida hasta convertirte en maestro-líder purificándote a través de actos que son todo lo contrario a la pureza.
Al no tener nada y al ser recibida en un concepto «familiar», Martha se siente reconfortada.
Los vacíos de la existencia se llenan siempre con ilusiones, pero esas ilusiones al ser sólo ilusiones, tarde o temprano lastiman.
Martha comienza el filme escapando, huyendo, presa del terror después de estar dos años viviendo bajo ciertas reglas y haciendo cosas que la «familia» le dice que están bien, pero que ella sabe que están mal.
Marcy May es el nombre que le da Patrick (gran John Hawkes), el jefe de la familia, para anularla como Martha. Ese bautizo tiene como única finalidad vulnerar su ya frágil personalidad y marcarla como algo perteneciente a ellos. Como Marcy May se verá expuesta a duras experiencias. Como Marcy May terminará buscando refugio en casa de su hermana Lucy, tratando de volver a ser Martha.
Marlene es el nombre que adopta cuando alguien de afuera llama por teléfono, Marlene es como el símbolo de ser parte absoluta de ese oscuro sistema, de tener el alma corrupta y de ser una de ellos.
Narrada de manera muy poética y sobria, Martha Marcy May Marlene intercala el pasado y el presente en elipsis temporales muy bien conseguidas.
Vemos a Martha en el presente, y es a través de la Martha dañada, jodida, y rota que conocemos a Marcy May y a Marlene. Los flashback nos muestran lo que nuestro morbo imagina o aguardar ver. ¿Qué pasa en la secta?¿Cómo vivía?¿Qué cosas hizo o la obligaron a hacer?
A ratos me imaginaba a la familia de Charles Manson, y pensaba que el director se pondría más cojudo mientras el filme avanzara, pero Durkin la tiene clara.
Al escribir él mismo su guión, decide no irse por lo exagerado ni lo evidente, sino por lo ambiguo, por la insinuación, por la provocación. Sí vemos cosas jodidas, pero no están subrayadas, lo más perturbador se encuentra en la Martha de hoy, en ese abismo en el que se encuentra hundida.
El daño ya está hecho y parece irreparable.
La perfecta vida de Lucy y su esposo, es otro lugar donde ella no encaja, Martha Marcy May Marlene no tiene dónde ir.
Hay mucha gente que objeta el final. Sí te deja con la sensación de «Y?», pero esa ambiguedad también funciona y acompaña al tenor del filme. Creo, por ahí, que la historia se desinfla en su última media hora, puede ser, eso no quita que esta ópera prima tenga momentos intensos, bellos y muy bien filmados.
Elizabeth Olsen está sencillamente genial. Graduada en Arte y Teatro en Nueva York, seguro dará sorpresas como actriz. Además de hermosa, es talentosa y este año podremos verla en Luces Rojas de Rodrigo Cortés, entre otras.
A ella la acompaña un elenco muy bien pensado que refleja en gran medida ese perverso mundo. Un perverso mundo que a simple vista puede lucir limpio y puro.
Martha Marcy May Marlene, es un filme para tener en cuenta. En ella su protagonista se resquebraja ante nuestros ojos. Busca su origen, pero la persigue un pasado que poco a poco hace un presente imposible.

LO MEJOR: bien filmada, y un gran debut

LO PEOR: a ratos se desinfla y el final puede ser decepcionante

LO MAS FALSETE: …

LA ESCENA: cuando Lucy y su marido están en la cama y Martha aparece; cuando finalmente Martha se quiebra luego de la sospecha hacia el chico del bar.

EL MENSAJE MANIFIESTO: buscar a veces es perder

EL MENSAJE LATENTE: sentirte solo en el mundo es jodido

EL CONSEJO: vela, vale la pena

LA PREGUNTA: ¿cuántas personas estarán viviendo como Martha Marcy May Marlene?

CURIOSIDADES
– Se filmó en 20 días
– Elizabeth Olsen audicionó dos veces para el papel, y comenzó a filmar dos semanas después de ser aceptada.
– Los nombres de Marcy y de Marlene son parte de dos canciones de Jackson Frank. Incluso durante el filme Patrick (John Hawkes) interpreta Marcy´s Song, que pertenece a Frank.
– El guión fue escrito desde el 2007.
– El director afirma sentir influencia por La semilla del diablo de Polanski.
– El proyecto fue desarrollado en el Laboratorio de Guionistas y Directores de Sundance en 2010
– Ganó premios en Sundance y en Cannes.

About Payne

Me encanta Alexander Payne. Me gusta desde su película Citizen Ruth, donde una yonqui y perfecta Laura Dern quería abortar. Sí. Nada como el humor negro para alegrar la vida.

También me gustó en Election, donde Reese Witherspoon interpretaba a la odiosa Tracy Flick. ¿Se acuerdan? Daban ganas de pasarle una motosierra muta por encima.

No podemos olvidar a About Schmidt, en esa gigante escena de un Jack Nicholson que habla sobre lo emputante que es levantarse todos los fucking días de su vida y ver la misma cara (su esposa).

Ya más recientemente, Payne se consagró ante mis ojitos con Sideways, la película en la que salía Paul Giamatti de perdedor fanático del vino y la película por la que me obsesioné con el Pinot.

Payne. Payne. Payne.

Por eso es que si escuchamos el nombre de Alexander Payne, intuiremos que el cojudo hará una película con una ácida crítica hacia el tema de turno (sociedad, matrimonio, exitismo, etc.) y que nos regalará un gran guión.

Eso es lo que esperamos. Eso es lo que queremos. Eso es lo que nos ha prometido a lo larga de su breve carrera.

Y entonces se le ocurre contratar a George Clooney (actor que ocupa el puesto número 2 de actores a detestar sin motivo aparente) y hace Los descendientes.

Los descendientes nos habla sobre Matt King (Clooney) y su vida en Hawai.

Ni bien empezado el filme una voz en off (Matt) nos dice que existe otro lado de Hawai, el que no es turístico, el que no es paradisiaco, el que no es bonito y claro, que los hawainos también sufren. PARE DE SUFRIR!

Pudo hacerlo sin la voz en off como cuando David Lynch nos muestra en Blue Velvet un acercamiento progresivo hacia la vida de un elegante, tranquilo y publicitario suburbio americano y toda la mierda que se esconde debajo de esa idílica postal se va descubriendo conforme va avanzando la historia. Pudo, pero Payne elige decirlo palabra por palabra.

Elizabeth King (esposa de Matt), sufre un accidente y queda en estado vegetativo. Es ahí cuando lo terrible o las duras verdades del existir aparecen para poner a prueba a todos los hawaianos que viven y que también sufren en la no tan perfecta Hawai.

Un ni tan oscuro/ni tan perturbador secreto es revelado por lo que Matt tiene que exhibir en pantalla esa batalla de emociones que sólo disparadores de stress y angustia (inminente muerte de su esposa/sucio secreto/hijas que quedan a su cuidado/decisiones cruciales) pueden provocar. Seh. Por eso le querían dar el Oscar a George Clooney.

Pues NO! Un poco de seriedad…si se lo daban hubiera sido como cuando le dieron el Oscar a Julia Roberts por Erin Brokovich. Ya está, lo dije.

El guión es bonito, pero bonito a secas. Payne deja botado como una chancleta maloliente lo que nos dio en sus trabajos anteriores (el retorcido e hiriente humor negro), y salva a todos sus personajes de la inmolación moral.

Ajá, en Hawai también se sufre, pero la gente tarde o temprano acaba siendo buena, pura, y se comporta a la altura de las circunstancias. Ajá, la vida continua y todos somos lo suficientemente maduros para que eso suceda.

Los descendientes también habla de los descendientes, de esas familias enormes, con cargas del pasado que se transmiten de hijos a hijos, de esas historias que afectan presentes y futuros. Matt es la cabeza de una icónica familia hawaiana, Matt tiene en sus manos el futuro de lo que legaron los que ya se fueron y lo que definirá como descendientes a ellos, los que quedan. Este conflicto seduce más que el otro, el del sucio secreto. Pero Payne se inclina por el colorido absurdo que le brinda el segundo.

Aún así, Los Descendientes es una película que supera al promedio y que entrega una historia humana, simpática, sobre las relaciones de pareja, sobre la vida misma (insertar mi imagen en una ventana mirando hacia el infinito).

Actuada decentemente por el casi siempre simplón George Clooney, por Shailene Woodley como la rebelde Alexandra y por Amara Miller como Scottie, Los descendientes maneja un ritmo pausado como el oleaje del mar.

El griego Phedon Papamichael, que también trabajó con Payne en Sideways, e hizo cosas como Ides for March (Secretos de Estado) y Walk the line entre otras, es el encargado de la fotografía.

Siendo las locaciones en Hawai, el compromiso es alto y nuestro ateniense amigo cumple.

Alexander Payne, Nat Faxon (debutante) y Jim Rash (debutante) ganaron el Oscar a Mejor Guión Adaptado. No sé. Tendría que leer la novela para saber qué tan buena es, y qué tan bien adaptaron ese libro a la pantalla. Además, todavía me falta ver El Topo para decidirme, pero no sé. Las dudas sacuden como un terremoto mi escéptico corazón.

Lo que sí puedo decir, es que ya llegando al final de Los Descendientes sentía que no terminaba nunca. Los últimos quince o 20 minutos aparecían escenas que bien podrían ser cierres…una y otra vez, una y otra vez. Y nada. Ya cuando el mensajito a la conciencia llega y todo acaba, me dejó una sensación como de “al fin la acabaste”.

Payne hace una película “bonita”, pero sin esa acidez corrosiva que le hemos visto en anteriores trabajos. Sí hay escenas o personajes que nos remiten a las glorias pasadas, pero es como cuando recordás que eras joven y hermoso, porque ya no sos joven y hermoso.

Me gustó y no me gustó, y es difícil explicarlo.

Quizás se resuma en que Los descendientes trata una temática muy jodida y lo hace de una manera amable que adopta la pose de no serlo.

LO MEJOR: está bien.

LO PEOR: no termina de cuajar, y el cierre se alarga demasiado

LO MAS FALSETE: el personaje del chico, amigo de la hija. Parecía arrancado de un sitcom con la única finalidad de ponerle el supuesto humor.

LA ESCENA: hacen que verla valga la pena DOS: la de la piscina *muy bonita, y la de la puerta entreabierta cuando el viejo se despide de su hija.

EL MENSAJE MANIFIESTO: en hawai sufren, sip.

EL MENSAJE LATENTE: todo sufrimiento construye

EL CONSEJO: vela sin esperar el peliculón

LA PREGUNTA: ¿de cuándo acá esa amabilidad de Payne?

CURIOSIDADES

Presupuesto de 20.000.000

George Clooney quiso el papel de Jack en Sideways y fue rechazado por Payne. (gracias, muchas gracias)

En la novela hay una escena en que se describe a Scooter vistiendo una camiseta con las palabras: “Mrs. Clooney”

Kaui Hart Hemmings, autora de la novela, aparece en la película como la asistente de Brian, Noe.

Niaux

Parece que se pusieron de acuerdo para rendir homenajes al cine. Lo hizo Spielberg, lo hizo Hazanavicius y también Scorsese. De la flojera de Spielberg opino en la reseña que sigue. De Hazanavicius opinaré más adelante y de Scorsese sólo puedo decir que volví a dibujar corazones con M & M.

“Es una película hermosa” dije, cuando recién iban 5 minutos de proyección de HUGO. Era imposible decir lo contrario. La fotografía exquisita, una bella música y esa cosita mágica indefinible que traspasaba la pantalla, lo confirmaba.

En las salas de cine, la primera elección que tenemos que hacer es si verla subtitulada o en español con 3D. Señores, seriamente, elijan TODA LA VIDA subtitulada. HUGO está hecha para disfrutar un gran 3D (tiene travellings que lo valen y el perfeccionismo de Scorsese), pero prefiero no sacrificar la verosimilitud que sólo se puede obtener de la versión original subtitulada. La otra opción sería verla dos veces, una con 3D y otra con subtítulos.

Hechas esas recomendaciones, les diré que Hugo comienza con Hugo.

Un pequeño niño interpretado por Asa Butterfield pierde a su padre en un incendio. Al quedar huérfano, su borracho tío lo toma bajo su cuidado. De esta manera llega a la estación de trenes, donde el tío trabaja dándole cuerda a los relojes del lugar.

Lo único que le quedó a Hugo de su padre (interpretado por Jude Law) es un curioso objeto. Como es un niño, y los niños siempre piensan cosas más interesantes que los adultos, él creerá que tal objeto contiene la clave para recibir un mensaje de su difunto progenitor.

SPOILER Parece que Stephen Daldry y Scorsese se espiaron mutuamente, porque el planteo y la resolución de dicho mensaje paternal, también se encuentra en Tan Fuerte y Tan Cerca FIN DEL SPOILER

Por otra parte, en la misma estación de trenes trabaja el señor Georges Méliès, interpretado por el siempre solvente Ben Kingsley. Georges o Papa Georges, como lo llama la amiga de Hugo, es dueño de una juguetería y por esos azares de la vida, su camino se cruzará con el del pequeño Hugo.

La obra de Scorsese rescata del olvido a un gran maestro como Georges Méliès.

Denominado el “mago del cine”, este muchachón fue un vanguardista, un apasionado, un artista y al venir del mundo de la magia (era ilusionista) fue el primero en experimentar e intentar usar sus trucos para crear efectos especiales.

Mientras los Lumiére presentaban paisajes y escenas más bien documentales, Méliès innovó en la continuidad narrativa dirigiendo ficciones que contaran historias más allá de la simple contemplación.

Todo eso, que tiene una base real, se presenta ante nosotros con un hermoso envoltorio. Personajes como el policía minusválido que interpreta Sacha Baron Cohen, la vendedora de flores, la doña del perro, el gran Christopher Lee como librero, las escenas bellísimas de los filmes rescatados, en fin…Scorsese dirige con mimo y amor hasta el último detalle (vean las curiosidades, por favor)

John Logan guionista de Gladiator, Rango, El aviador, El último Samurai se encargó de adaptar para la pantalla gigante el librode Brian Selznick, La Invención de Hugo Cabret, que salió a la luz el año 2007.

Quizás la mayor falencia que le veo a Hugo es el guión. No es que sea malo, es un guión correcto al que le sobran algunos instantes o situaciones que si no se tratara de un filme que tiene tan grandiosos elementos, me haría putear de lo lindo.

Soy conciente de que la historia por almibararse y forzar el homenaje a veces flaquea, soy conciente. Soy conciente, también, que estamos ante un filme absolutamente atípico a lo que solemos ver de Scorsese. Atípico en la forma, atípico en el contenido, pero muy típico en la manera preciosista de llevar dicho relato a la pantalla gigante.

Tanto HUGO, como El Artista, como la estupidez de War Horse, cojean de la misma pierna. Y es que en su afán de homenajear al cine (a su estilo), los argumentos se llevaron la peor parte. Los tres directores se fueron por la forma, perdiendo el contenido.

En algunos casos con más o menos suerte. En el caso de Hugo, esta falencia se nota, pero no incomoda, por lo menos a esta espectadora. Seguramente, al finalizar el filme, puede asaltarnos el pensamiento de que esta historia SIN Hugo y sólo con Georges Méliès, funcionaría genial. PUEDE SER, no digo que no. Nunca lo sabremos, porque lo que tenemos es a Hugo Cabret contándonos cómo se cruza con Georges Méliès, .

Robert Richardson, habitué de Oliver Stone (Natural Born Killer, Nacido el 4 de Julio, JFK, y otras), también de Tarantino (Kill Bill 1 y 2, Malditos Bastardos) y del mismo Scorsese (Shine a Light, Aviador, Shutter Island, Casino) es quien pone la firma para la espectacular fotografía. Para mí, sin lugar a dudas, el Oscar a Mejor Fotografíasi no se lo lleva Lubezki, debe ser para este tipo.

Las actuaciones son como el guión lo requiere. Sorprende Sacha Baron Cohen (Borat, Bruno) a quien finalmente vemos en un papel en el que no sale de bellaco. El niño, Hugo (Asa Butterfield), es carismático y dulce, y cumple su rol de elemento disparador del entuerto. El resto de los personajes conforman un casting muy bien elegido.

Y así, tal cual está, con sus redundancias que alargan la trama, con su sabor artificial a película hollywoodense navideña que cuesta millones de dólares, HUGO es hermosa, innegable e incuestionablemente hermosa. Es honesta en su amor por el cine, en el tributo, que es palpable.

Los detalles, la atmósfera, la música, el vestuario, hacen que le perdone todo…todo lo que no me gustó.

Sí, Hugo no es perfecta, pero los momentos que alcanza de grandiosidad (que los tiene) son puros e inolvidables. Suficiente para verla y dejarse empapar de la magia que desprende descubrir el trabajo de Méliès y verlo a través de los ojos de un devoto Scorsese.

LO MEJOR: Alcanza visos mágicos

LO PEOR: algunas redundancias y problemas de guión

LO MAS FALSETE: la historia de Hugo

LA ESCENA: todas las que se refieren al trabajo de Méliès

EL MENSAJE MANIFIESTO: la magia es posible

EL MENSAJE LATENTE: qué mágico es el pasado…

EL CONSEJO: SUBTITULOS, SUBTITULOOOOOS

LA PREGUNTA: ¿qué Oscar se llevará a casa?

El presupuesto fue 170 millones de dólares

Asa Butterfield es conocido por ser el protagonista de El niño del pijama a rayas.

Chloe Moretz, la niña, fue la protagonista de la versión americana de Let me in (la peli de vampiros sueca), también ha participado en Kick Ass, 500 days of Summer y otras.

Scorsese APARECE EN LA PELICULA. Es el fotógrafo que toma la foto de Méliès cuando construyen su estudio.Se escucha su voz diciendo: “Good, thats good. Yes”

Es el primer film de Scorsese en 12 años que no protagoniza Leonardo DiCaprio.

Hugo fue filmada en Londres y en Paris.

Después de verla, James Cameron le dijo a Scorsese que era una obra maestra y que era el mejor uso del 3D que había visto hasta el momento, incluyendo sus películas. Si lo dice el director de Avatar…

El autómata se inspiró en el fabricado por el relojero suizo Henri Maillardet, que fue visto por Selznick en el Instituto Franklin de Philadelphia,así como el Jaquet-Droz automata, «el escritor»

Emil Lager, Ben Addis, y Robert Gill realizan diversos cameos representando a Django Reinhardt, guitarrista padre del gypsy jazz, Salvador Dalí, pintor español, y James Joyce, el escritor irlandés, respectivamente. Todos los nombres de estos personajes aparecen al finalizar los créditos del reparto de la película.

En 1928 Leon Druhot descubrió, casualmente, a George Méliès vendiendo juguetes y caramelos en un puesto callejero de la Gare Montparnasse. Luego fue recuperado y homenajeado por la sociedad francesa, siendo reconocido su aporte al mundo del cine.

Se murió mi amigo Bronco…

Esta es una historia sobre un caballo y…la relación preocupanteXXX con su dueño.

Habrá quien vea la película con ojos bienintencionados, quien crea que un chico en edad de tener las hormonas alborotadas como un bolillo de bingo puede vivir obsesionado sólo por su caballo.

Habrá quien sienta que es normal que ese mismo chico que va a la I Guerra Mundial, al calor del fragor de la batalla no mirará con nostalgia la foto de sus padres, ni pensará sumido en la nostalgia en su hogar allá por las campiñas inglesas o tendrá sueños húmedos con la hija del carnicero, no, él mirará los dibujos hechos a mano de…adivinen…sí…su caballo.

Puedo empatizar en algún nivel con el argumento. Tengo tres perros, (momento freak) que gozan denombres/apodos/ropa/peluquero/veterinario/cumples/juguetes/rutinas, los ADORO, mi vida no sería lo mismo sin ellos y eso hace que quiera abrazar a cualquier perro que se me cruce en el camino.

Pero no sé, como que War Horse llega a un nivel de desquicie más profundo, como que cruza la delgada línea roja que me separa de las pastillas antipsicóticas y las terapias grupales.

Para ser más claros: la trama del último filme de Steven Spielberg es vecina directa de la historia verídica de la tipa que pagó 50.000 $us. para clonar a su perro.

Ajá.

No es mi intención romper el encanto (sí, sí es), pero creo que War Horse es la prueba fehaciente de dos cosas:

Estamos ante el peor trabajo de Spierbelg desde Indiana Jones y la escena estúpida de la heladera. Y por ahí es peor que esa, porque War Horse se toma en serio.

El lobby reina en Hollywood, nominar esta bosta a tantos premios sólo es síntoma de que la mano que mece la cuna por esos trechos es parte del brazo de…adivinen…Spielberg.

En la Inglaterra de 1914, nace Joey (pobre, Joey) Escena 1. Spielberg en su casa piensa cómo hacer para que entendamos que se trata de un caballo con garra y personalidad desde que es parido. Escena 2 Spielberg filma a Joey en la apertura que ustedes verán. Escena 3 Ahí es cuando muchos usamos el WIFI del celular para averiguar cuánto durará y descubrimos aterrados que serán más de dos horas y media!!

El caballo crece, revoltoso, brioso y pendejo. En una subasta pública es comprado por Narracott, un granjero que piensa que el equino es especial (como todo ser viviente que se cruzará con él) y, contrario a sus necesidades económicas, lo compra.

Al llegar a su casa, su hijo Albert queda prendado de Joey (insertar música de Benny G)

Albert es interpretado por el barbieoso actor (parece un muñeco del mundo Barbie) Jeremy Irvin, que en la película se la pasa con actitud positiva, estridentemente emocionado por todo evento que sucede, además de ”in loooove” con el caballo.

Una gran actriz como Emily Watson es desperdiciada como la esposa del tal Narracott, y claro…los problemas llegan. La guerra llega. La guerra al estilo Disney.

Entiendo que Spielberg rinde un evidente homenaje a las grandes epopeyas del cine clásico onda Lo que el viento se llevó. De hecho, hay un par de escenas que son casi calcos descarados de la mítica película protagonizada por Clark Gable y Vivian Leight.

¿El problema? Está desangelada, desproporcionadamente cursi y con un guión que sólo puedo calificar de horrible. La tan cacareada fotografía de Janusz Kaminski no es ni tan espectacular, ni tan inolvidable como quieren hacernos creer. Hugo y El Árbol de la vida se la revuelcan en fotografía.

Son casi tres horas que se pasan lentísimas, deseando que el Barbie Boy muera al pisar una mina, o que se le explote una granada de mano para que agonice desfigurado durante media hora ante nuestros ojos mientras los bichos le carcomen las heridas. Muere, Albie, muere!!!

Los guionistas Lee Hall y Richard Curtis tienen en su pasado cosas como Billy Elliot y Cuatro Bodas y un funeral, lo que me pone a dudar si la culpa es realmente del guión o es Steven “dulce de leche” Spielberg el que hace que la historia se sienta tan “RARA” y a cada momento le susurrés malévolamente a tu compañero de butaca: “¿Y si mejor Albie se muere?.

Reconoceré que hay momentos que sí están bien construidos y donde podemos decir: “AHHHH, este es nuestro Stevie (tal cual) el de La Lista de Schindler, el de Salvando al soldado Ryan”, pero son momentos…como cuando te quedaste despierto toda la noche y ves que amanece, o cuando pisaste puchi de vaca durante el día y recién te das cuenta al llegar a tu casa. Algo así.

La película está musicalizada grandilocuentemente a la vieja usanza. Sí, seguimos con el homenaje. John Williams, que ha trabajado con Spielberg montón de veces, y cuyo currículum es tan kilométrico como su edad, compone una banda sonora cuyo objetivo es subrayar el meloserío. Más azúcar para el mundo.

En el apartado actoral, el francés Niels Arestrup que interpreta al abuelo de la chica enferma (la que parece arrancada de un musical de Broadway),es el único personaje digno aparte del caballo. Es como un lunar, como un pequeño espacio puro y blanco en una pared llena de dibujos infantiles, huevos estrellados y chocolate derretido.

Hay dos momentos específicos en los que le perdí el respeto a Steven. SPOILER (El que no la haya visto, salte a la siguiente parte) 1) Cuando cosito queda cegatón y empieza a hacer el pinche sonido. Por qué no te moriste Albie, POR QUE???! y 2) la charla ridícula entre el alemán y el inglés cuando el caballo está herido. Sí. O SEA! Nunca la guerra se vio tan humillada. Entiendo el “mensajito antibelicista”, pero…todo tiene su límite…FIN DEL SPOILER.

Quizás mi cinismo hizo que corrieran negros, turbios y apestosos pensamientos acerca de Joey y Albie, quizás. Quizás, yéndonos a una mirada diáfana, complaciente, AMABLE, podríamos decir que War Horse es bonita, humana, y dulce. Quizás.

Pero la certeza es que desde esta esquina, desde este humilde hogar en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, War Horse sólo me huele a azúcar quemada.

Una lástima por Joey (aka Bronco), que si esta película merece un Oscar se lo debería llevar él.

LO MEJOR: Tiene uno que otro momento

LO PEOR: no apta para diabéticos

LO MAS FALSETE: el encendido amor de Albie, los años que pasan, y la escena del reencuentro.

LA ESCENA: estuvieron muy bien: la del molino, la del ataque a caballo al campamento y la del gas.

EL MENSAJE MANIFIESTO: Si es el amor de tu vida, volverá (muajajaja)

EL MENSAJE LATENTE: es triste cuando la nostalgia no innova

EL CONSEJO: no hay consejo posible. Estás por tu cuenta.

LA PREGUNTA: ¿Recuperaremos algún día a Steven?

CURIOSIDADES

14 caballos hicieron de Joey en la película

Finder, el caballo principal, también apareció en Seabiscuit

El escritor del libro en que se basa la peli, Morpurgo, hace un cameo en la escena inicial del filme.

Queremos tanto a Fincher

Podríamos coincidir en que David Fincher es en líneas generales un gran director, podríamos decir que si echamos un vistazo a su filmografía encontraremos de todo, pero nada que nos haga elaborar cartas bombasa su persona, a excepción quizás de su debut ALIEN 3 que según él mismo casi le quita las ganas de dirigir para siempre.

De esto, se puede concluir que La chica del dragón tatuado no será una mala película, pase lo que pase, pensemos lo que pensemos. “No puede ser mala, no puede ser mala, no puede ser mala.” (insertar mi imagen en una mecedora, abrazando una muñeca)

Ahora, podríamos decir que soy seguidora de Fincher y que me han gustado casi todos sus trabajos, podríamos decir que leí la saga Millenium y que vi la versión cinematográfica sueca, diremos, también, que fui la más emocionada al saber que Finchersito estaría involucrado en esta nueva apuesta.

Se puede concluir, también, que tendríamos cartón lleno. Felicidad y satisfacción, con orgasmo y fumada de pucho al final.

(Espacio reflexivo, donde se mezclan recuerdos de cines que ya no están y directores que ya murieron)

Y no. No. No. No. No. No.

Esto va a ser largo y similar a un perro que persigue su propia cola, así que lo voy a hacer fácil para el lector promedio. Empezaremos hablando sobre la sinopsis, y ya al final entraremos en ese laberinto que es mi mente pajera.

En Suecia, un reconocido periodista (Mikael Blomkvist/Daniel Craig) queda con su reputación por los suelos al escribir un reportaje sobre un empresario corrupto que luego, juicio de por medio, lo deja como un crispín sin backup y credibilidad.

Sin un peso en el bolsillo, es contratado por un patriarca millonario (Henrik Vanger/Christopher Plummer) que le presenta un misterio. Su sobrina fue asesinada, y cada año desde algún lugar del mundo le llegan flores disecadas (regalo que acostumbraba darle Harriet) atormentándolo. Quiere saber qué pasó y para eso contrata a Blomkvist. Antes de darle el trabajo, lo investiga, y dicha investigación cae en manos de Lisbeth Salander. Lisbeth es una tipa peculiar, con su propia ética, habilidades de hacker y otros. Por x o z, los caminos de ambos se cruzan y empiezan a investigar un turbio pasado.

Esto es lo que conocemos desde que Stieg Larsson plasmó la trama en su celebrada trilogía Millenium. Ni más, ni menos.

Ya se había realizado una versión sueca y claro, los gringos quisieron sacar algo de rédito del talento ajeno y encargaron una versión americana.

La chica de dragón tatuado, tiene el sello Fincher en su estética y sobriedad, vistas en otros trabajos de temática cercana como Seven o Zodiac.

Teóricamente, tiene todas las papeletas para ser un peliculón: el guión lo escribe Steven Zaillian, que es conocido por ser el guionista de La Lista de Schindler, Despertares, Gangs of New York, Hannibal y otras más. La dirección de foto corrió a cargo de Jeff Cronenweth, que ya trabajó con Fincher en El Club de la Pelea y en Red Social. En la música participa Trent Reznor y Atticus Ross. No suena tan mal. Así que escapa a mi comprensión cómo ha salido tan insulsa.

Las comparaciones entre la Lisbeth Salander de Noomi Rapace y la de Rooney Mara pueden llenar foros, para mi gusto la sueca lo hizo muy bien aunque el personaje en la versión literaria mostraba cierta fragilidad que Rapace no le puso. Mara se acerca más a esa visión, de una Lisbeth algo infantil, que algunos piensan sufre leve retraso mental, una fragilidad por la que otros se atreven a abusarla. Así te la pintan en el libro, como alguien a quien le ponen menos edad porque parece adolescente, arisca como una urina asustada, y todas las genialidades que ya se le conocen. Sobre Rooney Mara no tengo ningún pero, sí lo tengo sobre Daniel Craig que me parece un actor insípido donde los haya, sin presencia, con menos profundidad que una tapa de Coca Cola.

El resto del casting americano, me parece en algunos casos muy bueno, en otros aceptable.

El tono que Fincher elige es un tono más condescendiente con la platea, trató de hacer más entendible la trama y hace un poco más de esfuerzo que la apuesta sueca en ser comercial. Al ser una versión bastante fiel a la literaria, las flaquezas del libro son igualmente retratadas en la película. Para un espectador común y corriente, hay cosas muy estúpidas, pero lo dicho, son igual de estúpidas en el papel. O sea que la culpa no es de Fincher, sino de Larsson.

Aún así, Fincher se toma algunas licencias como con el final cuando encuentran a quien sabemos, que en el libro es en otros parajes y a caballo; o cómo se descubre el significado de las iniciales, pero que no tiene una importancia real sobre la trama. En general, el enfoque de Fincher pasa muy por encima asuntos de contexto que eran más ricos en la novela y que le daban el peso a una historia que como ya dije, puede ser muy estúpida.

Mi sensación final es que La chica del dragón tatuado es una película correcta, cumplidora, decente, bien actuada, sin sorpresas, ni sobresaltos. Es una película de Fincher, pero que definitivamente se inscribe entre los trabajos “menores” de este cineasta.

Para mí, como espectadora, el problema de ambas versiones tanto la sueca como la americana, es lo aburrida que llega a ser la historia por momentos. Estamos hablando de una trama que en el libro te mantenía pegada a sus hojas adictivamente, y que en la pantalla gigante tiene partes bastante soporíferas.

Aún así lo más triste de la versión americana es Fincher. Es como si Pollock estuviera pintando un cuadro (salvando las distancias) y en lugar de entregarte su obra de arte, te entregue unos garabatos baratos. Apreciación personal y subjetiva, pero eso es lo que pienso.

Otro detalle, me parece que el timing para lanzar esta película no fue el adecuado. Estamos hablando de una saga que ha causado furor, que tiene una base de fans nada desdeñable y que se vio la versión sueca con igual entusiasmo. Lanzar una versión americana, cuando la sueca todavía no despega del inconciente colectivo, no es muy inteligente. Eso, obviamente, tomando en cuenta sólo a los que son fans.

Con respecto a los que no son fans o no tienen ni puta idea de la trama, lanzan la huevada a finales de año y la ponen a competir con Mission Imposible 4, Sherlock Holmes 2, entre otras. Resultado? La película queda en cuarto lugar, detrás incluso de Alvin y las ardillas. Para un presupuesto estimado de 90 millones de dólares, recauda en su primera semana apenas 13.

Beso mortal de la taquilla.

Si esta fuera otra película, las dos secuelas quedarían anuladas ante el bochorno. El estudio tuvo que “tranquilizar” a los que sí la vieron y gustaron de ella, y asegurar que las otras dos secuelas siguen en pie con actores confirmados, aunque Fincher está aún indeciso. Eso habla también del apego del director al proyecto. Cuando amás algo, no estás indeciso, se hace…así como Peter Jackson vivió quichicientos meses filmando El Señor de los Anillos.

Si se conoce la filmografía de Fincher, lo que se espera de esta versión es algo un poco más jugado, donde veás la pasión, las ganas de hacer algo diferente. Donde sintás que el director dijo: “Hay otro cojudo en Suecia que filmó la misma historia, MI versión se la va a revolcar”.

Sus créditos iniciales son muchísimos más propositivos que el resto del metraje que está narrado de manera súper mega clásica, en la que no existe ningún aporte real a esta saga. Eso le gritaba a uno de los compañeros de butaca que me decía que la había disfrutado (A VOS TE HABLO JC): “CUAL ES SU APORTE A LA SAGA, CUAL?” Si no viéramos los créditos sería muy difícil adivinar quién filmó esto.

No se trata de un filme netamente comercial, ni tampoco es un filmeque aspira a ser de autor. Es un híbrido, que como ya dije no le aporta nada a lo ya leído y a lo ya visto en la versión sueca. Ese es su mayor pecado.

Para los tiempos que corren, para las películas que podés ver, toparte con una obra de Fincher que se puede catalogar como “discreta” y que no entra en tu top 5 de sus mejores películas, sólo será triste.

LO MEJOR: estética Fincher, bien filmada

LO PEOR: cero sorpresas, cero propuesta, cero

LO MAS FALSETE: la escena donde Salander le pide a Mikael que le ponga la mano en su espalda. O cuando Salander que tiene memoria eidética (fotográfica) y no necesita leer dos veces lo mismo para recordarlo, se pone a comparar las notas sobre las iniciales con un mapa.

LA ESCENA: la del robo de la mochila en el subte, la venganza,

EL MENSAJE MANIFIESTO: las repeticiones aburren

EL MENSAJE LATENTE: las repeticiones aburren

EL CONSEJO: las repeticiones aburren

LA PREGUNTA:¿la segunda será tan repetidamente aburrida?

CURIOSIDADES

Kristen Stewart, Ellen Page, Mia Wasikowska, Natalie Portman, Keira Knighley, Eva Green, Emma Watson, fueron algunos de los nombres considerados para el papel. Algunas rechazaron el papel, otras audicionaron y no lo consiguieron.

Jhonny Deep, Vigo Mortensen, Brad Pitt y George Clooney fueron considerados para interpretar a Mikael Blomkvist. Yo me quedaba con Vigo. Vigo 100%.

Daniel Craig rechazó el papel inicialmente porque tenía que filmar la nueva James Bond, lamentablemente se cambiaron las fechas de filmación de Fincher y cosito pudo filmar.

Fue filmada en Suecia durante el invierno más duro que ha tenido el país en los últimos 20 años.

Rooney Mara se hizo los piercings con los que aparece, no son simulados.

En una parte del filme, Lisbeth Salander le compra un libro de Bobby Fischer a su tutor, antes de descubrir que ha sufrido una embolia. Esto en realidad es un chiste interno, ya que el guionista escribió el guión de la peli Searching for Bobby Fischer.

La secuencia inicial de la película es según David Fincher un vistazo al subconsciente, a la pesadilla de Lisbeth.

El actor Yorick Van Vageningen que interpreta al violador de Lisbeth, quedó muy afectado luego de la escena, tanto que pasó todo el día siguiente encerrado en su habitación.

Y aquí algo que me preguntaba: Por qué eligieron la pinche canción de Enya para la escena de Daniel Craig capturado y a punto de…? Pues la culpa (cuando no) es de Daniel Craig, resulta que le dijeron que ponga la primera canción que pille en su Ipod, y esito salió.

Somos los únicos que vimos algo parecido a un boom en la escena donde Cristopher Plummer conversa con Daniel Craig??? voy a tener que esperar el DVD pa confirmar.

Dos porciones de mierda…

Por: Mónica Heinrich V.

Hace ya varios años, alquilé una película llamada Pretty Ugly People que venía avalada por algunos premios festivaleros (laureles en la carátula del DVD). Uno es bruto e ingenuo y supone que esos pinches laureles son garantía de algo. La experiencia me ha enseñado que a veces esa garantía es cheque sin fondo.

En el caso de Pretty Ugly People fue estafa total. El argumento nos contaba la historia de Lucy cuya vida había sido muy desgraciada porque fue gorda, repito: GORDA y que reúne a sus amigos incondicionales a los que no ve hace mucho dizque para darles una noticia. Todos asumen que la fulana se está muriendo o algo así, y cuando llegan al lugar resulta que la GRAN noticia es que enflaqueció y que OH! bendita sea la vida, se ve espectacular, atractiva, HOT y ahora su existencia puede ser “más mejor” y feliz. Todo esto para que luego de juntar a sus amiguetes y situaciones MUY aburridas de por medio, se de cuenta que la belleza está en el interior (d-i-v-i-n-o). Los laureles seguro fueron por el mensajito a la conciencia políticamente correcto.

Me pregunté quién sería el ñoño que había filmado algo así, y ese algodón de azúcar no es otro que Tate Tylor, que nos demuestra y estruja en la cara que podés tener una ópera prima bastante asquerosa y aún así hacer un segundo largo decente.

Mis esperanzas en el cine nacional renacen como flores en primavera.

(espacio para cachetazo mental)

Este mismito Tate Tylor es el que ahora anda todo nominado globeado y seguramente oscarizado por el filme The Help, traducido al español de manera muy fea como Historias cruzadas. En correcto boliviano esto debería llamarse “La empleada”.

Pues nos vamos a Missisipi en los años 60s. Una vivaracha joven de familia acomodada, Skeeter (la siempre simpática Emma Stone), quiere ser periodista. Criada por una mujer de color, bajo normas estúpidas de segregación racial, decide escribir un libro sobre las sirvientas negras, sus experiencias, sus condiciones de trabajo, el tipo de familia a las que sirven, y en sus propias palabras “el lado de la historia que no se ha contado”.

Rodeada por un grupito de estiradas amigas, que ya cumplieron su rol social al casarse, ser amas de casa y organizar eventos de caridad mientras maltratan a su servidumbre, Skeeter la tendrá difícil. Las empleadas no quieren hablar por temor a las represalias, pero eventos en cadena harán que quieran contar sus vivencias.

Quizás el mayor acierto de la película está en su casting. Empezando por la carismática Emma Stone como Skeeter, pasando por una genial Viola Davis (se acuerdan de ella en La Duda??) y una entrañable Olivia Spencer (Minny) que se roba la película. A ellas, agreguémosle Jessica Chastain (El árbol de la vida), Bryce Dallas Howard (La Aldea, La chica en el agua) y hasta Sissi Spacek.

Narrada de una manera muy condescendiente y políticamente correcta, la película muestra con humor los abusos y la segregación racial de la época. Cumple a pleno su objetivo de ser accesible para todos los públicos y escarbar (sin incomodar) en ese oscuro pasaje de la historia americana.

El guión lo escribe el mismo Tate Tylor quien se basa en el libro homónimo escrito por su amiga de infancia Kathryn Stockett. Tylor construye un filme liviano, que a pesar de tener toda la pinta de ser un producto hollywoodense hecho para el consumo de un público que no quiere sentirse “demasiado culpable”, conmueve por momentos y al finalizar su visionado, salís sintiéndote bien, pensando que existe gente buena, decente y que lo malo pasa.

Sí.

Por otro lado, no es una película perfecta, ni mucho menos. Quizás su blanda mirada se comprenda, pero los gratuitos y poco creíbles cambios de actitud de algunos personajes sólo acrecientan la sensación de estar ante un filme “bonito” en su envoltura con pocas aspiraciones reales de cuestionar su contexto.

Así como algunos pasajes hechos para que digás “qué mezquinos y cojudos eran en esa época”, sin siquiera detenerte a reflexionar sobre todas las historias de empleadas que se viven en nuestra linda, tolerante y plurinacional Bolivia.

No obstante, el filme se deja ver, pero lo dicho, una mirada más cínica podría identificar a las luces a este producto que lava conciencias pero no agita del todo un pasado en el que seguramente habían anécdotas mucho más humillantes que la del baño hecho especialmente para los criados negros.

“The Help” es a pesar de sus flaquezas, entretenida y excelentemente actuada. Cuenta con una gran fotografía y una linda banda sonora. Te engancha y por momentos, su ñoñez hiperglucémica llega a conmover. Razones suficientes para verla y constatar que el Jackson, Missisipi de los 60s no es un cuento para nada lejano a la Bolivia del 2012.

LO MEJOR: bonita, bien filmada

LO PEOR: lava conciencias pero no las agita

LO MAS FALSETE: lo de Constantine.

LA ESCENA: la del pastel

EL MENSAJE MANIFIESTO: hay historias que merecen ser contadas

EL MENSAJE LATENTE: hay historias que merecen ser contadas, que siguen sin contarse

EL CONSEJO: Mirá la viga en tu ojo después de verla.

LA PREGUNTA: ¿las cosas realmente han cambiado?

CURIOSIDADES

El director y guionista Tate Taylor y Kathryn Stockett, la autora de la novela sobre la cual se basa la película, fueron amigos desde la infancia y crecieron juntos en Jackson, Mississippi, en la década del 70.

El director Tate Taylor, también es actor y trabajó en Winter´s Bone, que fue nominada a cuatro premios de la Academia en el 2011, así como en varias series de TV como Six Feet Under y Charmed.

Los realizadores eligieron al icónico compositor Thomas Newman como el responsable de la música de The Help. Con diez nominaciones a los premios Oscar® y dos premios Grammy en su haber, Newman es uno de los compositores más respetados en la actualidad en la industria del cine.

Costó 25.000.000 $us. y ya lleva recaudado más de 200.000.000 en todo el mundo.

El estante de libros de Skeeter contiene libros como El hombre invisible, Matar a un ruiseñor y Lo que el viento se llevó, que en la versión literaria (novela) eran incluso discutidos en varios pasajes.

Iron Holmes

Como ávida lectora de nuestro amigo Arthur Conan Doyle, como seguidora y admiradora de su personaje Sherlock Holmes, como ser humano común y corriente deseo que el universo conspire para que Guy Ritchie cese de asesinar una y otra vez a Sherlock. PARA RITCHIE, PARA!!! (se acepta cualquier método que nos provea dicho deseo)

Digamos que en Sherlock Holmes 1 se lo pasé. Abracé la resignación, me dejé llevar por Robert Downey Jr., y me entretuve a lo bruto. Puteé en la oscuridad un montón de veces diciendo: “Ese no es Sherlock. Ese no es Sherlock” y bla bla bla, para luego asumir que a la gente no le importa si es Sherlock o Pedro García, sino que haya acción, entretenimiento, y nada más.

Ya. Ni modo. Esa nada se aceptaba. Esa nada se comprendía. Esa nada se toleraba…hasta que llegó Sherlock Holmes: A Game of shadows, donde la nada ya no es nada, sino estupidez y aburrimiento.

Para empezar, si algo caracterizaba al Sherlock Holmes literario era que se trataba de un tipo muy inteligente, brillante, en situaciones que requerían dicha inteligencia. Lo que tenemos en A Game of shadows, es todo lo contrario.

Pareciera que Ritchie pensó que tenía que sacarle el jugo a la relación entre Holmes y Watson, lo que hace que casi todo el filme sea una referencia constante a lo muuuuucho que se adoran y se complementan. Esto ya es irritante de entrada, pero le suman una historia sin pies ni cabeza donde las supuestas dotes deductivas de nuestro Sherlock, son reemplazadas por una bellaquería sin fin, y efectos especiales ene veces vistos en la filmografía del ex marido de Madonna.

La inexperiencia de los guionistas Michelle Mulroney, con tres desconocidos títulos en su currículum y Kieran Mulroney, escritor de capítulos aislados de series de TV como ER, Nash Bridges, etc..quizás tengan algo que ver con que esto no funcione.

Holmes se enfrenta a su archienemigo el Dr. Moriarty, interpretado dignamente por Jared Harris. En una pulseta de supuesta lucha intelectual, ambos personajes serán los protagonistas de este despelote.

El Dr. Moriarty tiene intereses diversos que van desde el contrabando de armas hasta semifilosóficas posturas sobre la guerra y el caos que se puede desatar moviendo unas cuantas fichas. Otro desperdicio, reducir a un personaje tan brillante en la literatura a un paupérrimo aspirante a terrorista.

Caprichosamente, una gitana (Noomi Rapace =Chica Millenium) forma parte de la trama. El ornamento femenino, típica fórmula hollywoodense, esta vez pasa sin pena ni gloria, Rapace hace lo que puede, el papel es lo que no ayuda para nada.

Sin absolutamente ninguna lógica, A game of shadows abusa de su metraje y nos tiene pegados a la butaca viendo un montón de slow motions y coreográficas escenas de acción que sólo entretienen a un nivel muy primario dejándote la inquietud de: “cuándo acabará esta huevada” mientras mirás tu reloj con desespero.

Sí hay gente que la pasa chancho, que sale diciendo “QUE PELICULANGA!”, a los que envidio sanamente por su capacidad de aceptar y disfrutar una película tan irregular y, por momentos, irritante.

Aún así hay espacio para destacar algunas cosas o momentos, que sacan a Ritchie de mi TOP 5 de elementos a eliminar en caso de que me sobrevenga un brote psicótico: una espectacular ambientación, un trabajo de arte muy logrado; un vestuario inobjetable; una música correcta (sin superar a la primera entrega); actuaciones aceptables, a pesar de que Robert Downey repita su Iron Man en estilo victoriano; unas cuantas escenas que no importa lo pelotudas que sean te hacen decir “qué bonito”, como la del bosque que es “bonita” pero eterna y pegada con moco.

Y a esto sumémosle sus hmmm 20 minutos finales, donde podemos ver a un Robert Downey Jr. mucho más cercano a lo que en realidad es NUESTRO Sherlock Holmes. Hablo de todo lo que acontece en el juego de ajedrez mental. Esa secuencia recupera el verdadero aire a lo escrito por Conan Doyle.

Desgraciadamente, es eso: una leve brisa matinal.

Terminado el visionado, llegás a tu casa con el ansia de releer El problema final, sólo por reencontrarte con ese que ha sido tan vilmente mancillado.

Cuando el cine falla, siempre quedará la literatura.

LO MEJOR: arte y vestuario

LO PEOR: larga, aburrida y nada que ver con Holmes.

LO MAS FALSETE: casi todo

LA ESCENA: la del bosque, pero a nivel estético nada más

EL MENSAJE MANIFIESTO: podés engañar al respetable diciendo Sherlock Holmes y mostrando cualquier cosa.

EL MENSAJE LATENTE: Siempre habrá quienes se den cuenta del engaño

EL CONSEJO: Vela sin pensar en Conan Doyle.

LA PREGUNTA: ¿habrá manera de hacer que la tercera parte la filme otro crispín?

CURIOSIDADES

Brad Pitt, Gary Oldman, Sean Penn fueron considerados para el papel de Moriarty.

Robert Downy (Holmes) y Jared Harris (Moriarty) ya trabajaron juntos en el filme Natural Born Killer.

Audrey Tatou, Virgini Ledoyen, Penélope Cruz, Juliette Binoche, Marion Cotillard eran las posibles actrices para interpretar a la gitana.

Esta secuela tenía que hacerse rápidamente por lo que Guy Ritchie tuvo que abandonar el filme Lobo y Robert Downey no participó en Cowboys Vs Aliens.

La película nutre su argumento de “El problema final”, “Valle de miedo”, “El detective moribundo”,y otros tres relatos de Arthur Conan Doyle.

En “El problema final” es cuando Doyle mata a Sherlock Holmes y la horda de atribulados y emputados fans, hace que lo reviva.

Sherlock What?

Una de las películas que más esperaba era la que le daría vida al agudo Sherlock Holmes. La elección de Guy Ritchie como director no me desanimó, ya que imaginé que el muchacho podría con la tarea.

Aprovechando su presencia en cartelera y el haber sido premiada con un Globo de Oro a Mejor actor, hago una reseña del filme y para contextualizar una reseña de los relatos en los que se basa esta historia. Empezamos con lo hecho por Guy Ritchie.

En mi temprana adolescencia (hubo un tiempo que fui hermosa y fui libre de verdad) fui una voraz lectora de Arthur Conan Doyle así que verme en la sala de cine, en la premier de la primera película de Sherlock (porque he visto otras) en que se había usado un gran presupuesto y que estaba dirigida por un peso pesado del cine, era emocionante.

Mis acompañantes estaban igual de expectantes. Aunque a primera vista la elección de Robert Downey Jr. como Holmes parecía caprichosa ya que no coincidía para nada en la descripción física que se hace en el libro, no me importó…Robert es un gran actor, y podría dar sorpresas. Jude Law como Watson me generaba más dudas, aunque también es buen actor.

La escena que da inicio al filme, nos dice lo que todos sospechábamos desde un principio, que nuestro querido Ritchie se había decantado por una versión libre de los textos de Conan Doyle. Muere, Ritchie! Muere!

Es así que en líneas generales lo que se puede decir del filme es que cualquier parecido con la versión literaria es PURA COINCIDENCIA.

La acción comienza en una especie de ritual satánico donde Lord Blackwood estaba por sacrificar a una damisela. Holmes que llega justo para el rescate, protagoniza una escena donde los efectos onda matrix y las secuencias típicas de la cinematografía de Guy Ritchie son los grandes protagonistas.

Lord Blackwood es arrestado, y nos venden la imagen de poderes paranormales con los que Holmes tendrá que lidiar. Paralelo a eso, se presenta a Irene Adler, quien además sí aparece en los relatos de Conan Doyle y que en la versión literaria resulta ser el único personaje femenino que le despierta admiración a Holmes. Aquí, además de mostrarla como una dama ingeniosa que siempre se sale con la suya, es presentada como el interés romántico-erótico de Holmes.

Watson, contrario a lo que estamos acostumbrados, despliega humor e ingenio, acompañando a un Holmes bohemio, irreverente, enérgico y curioso. Watson está por contraer nupcias, por lo que habrá escenas que nos muestren el conflicto (celos) que esto representa para Holmes.

El entuerto o misterio está claro desde el principio, y es bastante predecible, lo único que le queda al espectador es esperar pacientemente las explicaciones científicas. Holmes tiene que descubrir qué trama Blackwood y cómo piensa lograr su planes. Irene Adler ha sido contratada por el némesis de némesis, el profesor Moriarty…y nada más.

Se deja ver…es entretenida, liviana, pero mustia para una historia y personajes tan ricos. Te deja con la sensación de poco, y con la impresión de que has visto cualquier cosa. Nada memorable, ni para pensar en ir a verla al cine una segunda ocasión.

Fotografía excelente, música muy muy linda, con cierto tufo a las cosas que hace Goran Bregovic para Kusturica. Vestuario y ambientación muy buenos, actuaciones buenas, pero lo dicho, pudo llamarse Las Aventuras de Arnaldo Chávez, que hubiera sido lo mismo…porque a Sherlock Holmes como tal, no se lo ve nunca.

Averiguada la cosa, hay infinidad de detalles en que han hecho guiños a los escritos de Conan Doyle, pero son tan chapuceros que no vale la pena ni nombrarlos, además que me parece es para que no podamos decir que la historia no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con lo escrito.

El pendejo de Ritchie (comprenderán el enojo) dice que era un fanático de Holmes y que se ha leído todito todito, cosa que puede ser cierta, pero lo que ha hecho él con NUESTRO Holmes es inaudito. El tan recordado ¨Elemental, mi querido Watson¨, según Ritchie no existe y fue invento del cine, yo lo invito a releer El Jorobado, incluido en Las Memorias de Sherlock Holmes, donde la famosa frase aparece por única vez, pero aparece.

Supuestamente el temido y esperado Profesor Moriarty que en esta primera parte sólo es visto como una masa amorfa, sin rostro, en la secuela tendrá protagonismo y será encarnado por nada más y nada menos que Brad Pitt.

Esta secuela comenzará a darse forma a partir de marzo de este año, esperemos que Ritchie le ponga más empeño, porque sinceramente para los que hemos visto su filmografía, escenas y estilo se repiten en Sherlock Holmes, y no estoy en contra del estilo, pero creo que Holmes se merece algo más memorable.

¿Me atreveré a recomendarla? Es entretenida, pero muy insípida. Desangelada y con poco o nada que ver de lo escrito por Conan Doyle.

¿Esperamos la secuela? Elemental, mis queridos lectores. Quizás con la aparición de Moriarty, la cosa mejore.

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