EN CARTELERA: Interstellar
Queridos y queridas:
Hoy, noviembre de 2014, a punto de que el año reciba el dulce beso de la muerte, escribo estas líneas sumida en el desconcierto que me provoca la ola de alabanzas que está recibiendo ese esperpento llamado Interstellar.
Ajá, rotulé como esperpento a la última película de Nolan, la que es tomada como biblia de la diversión y profundidad cinéfila en algunos agujeros negros de la red, la que hará que me putee a los gritos con los nolanbelievers, y la que supuso, para mí, el punto de inflexión con el trabajo de Nolan.
Este despelote, bien analizado, ya se lo veía venir. Nolan ha tenido una carrera plagada de excesos pero siempre sobresaliendo por la magnificencia de esos excesos, siempre dejando que obviemos la estupidez, la dejadez narrativa, en pos de una experiencia en la butaca que resulte a grandes rasgos satisfactoria.
Nos pasó con El gran truco, en la última Batman o en Inception donde los enrevesados tejes y manejes de la trama dibujaron un signo de interrogación en la cara de más de uno, y claro, lo que se ignora solo puede dar pie a dos actitudes: Poner altares y flores, hincarse de rodillas y rezarle a una imagen hecha de madera o tratar de entender, ver qué no cuaja, qué no se explica, qué no funciona para mirar hacia otro lado luego de la disección.
Interstellar resume todos los vicios y mañas vistos a lo largo de la filmografía Nolan (hermanos Nolan) y ojo, a mí me gustan los Nolan: Peca de excesiva, pretenciosa, intenta meter tramas sobre subtramas para disfrazar el vacío de la premisa principal, y tiene situaciones que desafían cualquier grado de sentido común e inteligencia.
No voy a ser mentecata y a decir que lo que no me gusta de Interstellar es la falta de precisión científica, creo que da lo mismo si el agujero negro rota, se revuelca o escupe galletas con la cara de Hello Kitty, o si el agujero gusano lleva a otra Galaxia o a Porongo, da exactamente igual.
Lo que me emputó fue la falta de coherencia de los personajes y de las situaciones, y una sensación de tomadura de pelo general que me distrajo de los momentos “ñoños-sobrecogedores” en los que debía sumergirme cual si fuera una piscina de leche de burra.
Voy a pasar a contar la película tal como la viví, voy a soltar spoilers como lluvia de confetti.
Será largo y pajero, como corresponde a una película larga y pajera.
SPOILERS (recalco porque nunca falta un despistado)
DE CÓMO UN ACTORAZO COMO McCONAUGHEY HIZO EL PAPEL DEL BOLUDO COOPER
Estamos ante un escenario distópico. El ser humano sobrevive como puede. Los cambios climáticos han dado paso también a tormentas de polvo/arena/loquecarajossea y eso hace que el alimento esté en los últimos toques y despegues.
Cooper (Matthew McConaughey) un ex ingeniero espacial/piloto devenido en granjero, quedó viudo y con dos hijos pequeños (chico y chica). A la familia disfuncional en un futuro distópico acompaña el suegro de Cooper interpretado por Trinity (John Lithgow).
Pasan los primeros minutos en onda contemplativa para contarnos la vida de estos crispines y su difícil día a día. No se ahonda mucho en política ni en aspectos sociales de cómo se mueve esta sociedad moribunda porque como no hay ejércitos, ni nada de nada, el disparate que supone el argumento llegaría a niveles de abandono de sala.
Murphy, la hija menor de Cooper (la adulada, la preferida, porque el otro pobre hijo está de adorno), empieza a percibir fenómenos extraños en la casa y dice que hay un fantasma que le envía mensajes. Sí, sí, I see dead people. Luego de unos cuantos bailoteos alrededor de esa idea, OH!!!! SORPRESA!!! Cooper interpreta (así nomás) que unas marcas de polvo que quedan después de una tormenta son coordenadas de un lugar misteriosísimo al que (OBVIO) hay que ir.
“Hermosa” epifanía.
Porque se le cantan los huevos a los guionistas (hermanos Nolan) el don parte en busca de resolver esa inquietud acompañado de Murph (la hija) que se da maneras para colarse en la aventura.
Después de manejar un buen rato, llegan a una verja, y pa dentro curiosos e impertinentes visitantes.
Resulta ser que en medio de la hambruna, la pobreza y el caos que supone el fin del mundo, Estados Unidos mantuvo en “secreto” una instalación de la NASA, desde donde se creaban misiones y se despachaban cohetes como si nada y la gente de los alrededores no se daba cuenta de que había “cosos” volando por el aire ni se preguntaban acerca de la gigantesca instalación que se necesitaría para crear bichos de ese tipo, poner una pista de lanzamiento e infinitos etcéteras.
Ok, estaba alejado, había preocupaciones más importantes del campesino promedio y bla bla bla. OK.
Corte. Vemos a Cooper siendo interrogado por el robot-estante más pelotudo que he visto en la vida, lo siento amantes de TARS/CASE/KIPPER, pero la escena me recordó vívidamente a ese capítulo choto de Friends en el que Joey está emocionado por una serie de televisión en la que es protagonista junto con un robot, la serie se llamaba Mac&Cheese (espacio para asumir que sí, que el robot-estante se creó para nada más que tener a quién botar al agujero gusano y hacer el pase de datos).
Por si ya no hiciera ruido la llegada mesiánica y de ribetes divinos a dicha estación de la NASA, el menso de Cooper se topa cara a cara con el Profesor Brand (Michael Caine), que OH!!! sorpresa de nuevo!! y jugarreta del destino, era su mentor antes!!
Ahí también está una bióloga, hija de Brand (Anne Hathaway) que se la pasa con las manos en los bolsillos y haciéndose la cariñosa con Murph.
Luego interrogan a Cooper, le preguntan que qué hace ahí, él cuenta lo de las coordenadas, nadie ahonda sobre eso ni se pregunta cómo el universo conspiró coelhianamente para llevar a Cooper y a su hija a tan recóndito escondite. Nadie dice: “Oye, qué raro ese temita de las coordenadas ¿no? Qué raro que este don aparezca de la nada”
Acto seguido, deciden que ya que está ahí y vio la luz, sea el piloto de la próxima e importantísima misión que están pensando llevar a cabo para salvar a la humanidad. Porque sí, porque han interpretado que el agujero gusano cerca de Saturno es un MENSAJE de unos seres pentadimensionales para que podamos salvar nuestros polvorosos cuerpitos humanos. Gracias, oh, seres quintadimensionales. Gracias por darnos ese mensaje y no decirnos cuál planeta era el que servía.
WTF.
Sí, de la nada (enésima repetición de la palabra nada) le ofrecen el puestito a Cooper que ni pestañea y el fulano Brand le explica con pelos y señales plan a y plan b. Plan A, volver al planeta Tierra y salvar a sus habitantes, plan B colonizar con embriones (que llevan consigo) otro planeta y dejar que la Tierra se las apañe. Y claro, Cooper tampoco reflexiona mucho qué onda, porque oh! Qué divertido volver a pilotar, oh! Qué interesante el plan de salvar el mundo! Oh! Por ahí no vuelvo a ver a mis pobres hijos ya huérfanos de madre, por ahí no veo crecer y/o morir a Murph mi hija predilecta, la niña de mis ojos, pero VOY! Claro que voy, mañana mismito me voy con ustedes desconocidos científicos que hasta la fecha no han hecho nada por nosotros.
Así, cual héroe de fina estampa, Cooper decide partir no sin antes comunicarles las “buenas nuevas” a sus hijos. El hijo adorno lo despide como si estuviera yendo a comprar Marlboro y Murph se pone histérica para luego decirle que ha descubierto OTRO mensaje del supuesto fantasma en clave Morse que dice STAY (quédate), Cooper que creyó en los mensajitos de la arena y las coordenadas pelotudas de la estación de la NASA, no se problematiza ni ahí con ese dato. No.
Tampoco le dan una clasesita de pilotaje, porque a pesar de los años pasados y de los avances de la ciencia, Cooper es tan talentoso como para lidiar con la ENDURANCE (nave espacial) y MÁS.
Todo este dramita familiar es la primera parte de la película.
DE CÓMO UNA PELICULA CHOTA COMO INTERSTELLAR ES PUESTA A LA PAR DE 2001 ODISEA EN EL ESPACIO
Sí.
En serio, sí.
Hay naves espaciales, hay robots, hay astronautas y paren de contar. Kubrick debe estar pateando el cajón con ganas de prendernos fuego a todos, para eso uno se muere con obras maestras sobre la espalda.
Mientras que la suya fue una película que rompió moldes, que en narrativa, en arte, en vestuario, en música, en todo lo que uno pueda mencionar como elemento de cine está a años luz de cualquier otra con temática similar, Interstellar se estrella en el lugar común, en lo ya visto:
– Héroe abnegado, rebelde, antisistémico que al final no seguirá las reglas sino que hará las suyas, y que sacrifica familia por un bien común
– Personaje que era bueno vira en malo para que haya un antagonista sorpresivo
– Chota historia de amor a la fuerza
– Resentimientos familiares producto de la acción heroica que luego serán subsanados en un glorioso y emotivo encuentro.
Prosígome.
En el espacio la trama girará alrededor del objetivo a cumplir que es salvar la tierra y de lo triste/atormentado que está Cooper por el tema de sus huérfanos, esos que abandonó sin mucha reflexión.
Veremos el viaje, el “aventurero” viaje de esa abnegada tripulación, contaremos con el personaje de Amelia Brand (Hathaway) que al principio se la ve con aires de mucha eficiencia pero que luego resulta absolutamente inoperante a excepción de la parte en que salva la vida del boludo de Cooper y cuyo macabro futuro es de incubadora/madre de las nuevas generaciones humanas.
Está Romilly, el físico que al partir se fatiga por el encierro y la posibilidad de pasar años ahí y luego cuando ocurre el desfase temporal y Brand-Cooper regresan 23 años después, está en onda zen casi casi haciendo origami. Seh…seguro. También vemos al pobre Doyle, un geógrafo cuyo único fin en la película es morir de la manera más inoficiosa del mundo. Y ya para rematar: TARS/CASE con su dosis de humor, sarcasmo igual a -0.
Ya puestos en materia, luego de fallar en la elección del primer planeta (el de las olas gigantes) vuelven para decidir ir al planeta del Dr. Mann (Matt Damon). Solo les queda algo de combustible y deciden ir al planeta de ese fulano por encima del Edmunds, novio de Amelia que tenía mejores datos. ¿Quién decide esa huevada? Cooper, claro.
Llegan ahí y resulta que Damon se nos había tronau y él que lideró a un equipo de 11 personas, que era un capo de capos, que era el héroe del boliche, que era una de las mentes más brillantes, el que prácticamente era el papi chulo de la ciencia junto con Brand, él que era un sensei del pilotaje (más avanzado que Cooper), muere tratanto de acoplar su nave a la otra, también, de la manera más estúpida del mundo no sin antes llevarse consigo a Romilly, en otro episodio de 1001 maneras estúpidas de morir.
Los baches argumentales son tan hondos como los pozos que encontrás de ida a las Lomas de Arena.
Murph ya creció y desperdician a esa gran actriz que es Jessica Chastain en su versión adulta. La fulana nunca perdonó la escapada del padre pero cuida con mucho mimo a Brand, el hombre que se lo llevó de su lado. Ahí descubre que lo del plan A nunca existió porque Brand siempre supo que solo había Plan B (jódanse terrícolas) y Murph se lo dice en mensajito virtual al padre y a la Amelia.
Más baches argumentales de por medio, muere el profesor Brand, el tiempo sigue pasando y Murph va a pasearse por su vieja casa donde ahora vive el hermano-hijo adorno con su mujer/hijo adornos y encuentra un reloj que su padre le dio antes de partir.
En ese punto, Cooper ya es parte de la quintadimensión y es el ser pentadimensional. Eso previo sacrificio del robot y escena similar a la del personaje de George Clooney y Sandra Bullock en Gravity (el combustible no alcanza para los dos, mejor me dejo ir y vos sobreviví Amelia, sobreviví por mí, por ellos, por nosotros).
Bueno, está Murph queriendo que su hermano y su familia abandonen la casa y para eso le prende fuego a su cosecha, brillante decisión. Mientras se pasea dentro de la casa con el maldito reloj ve que las manecillas se mueven e INTERPRETA-porque la película es una oda a la decodificación de mensajes escondidos- que es SU padre diciéndole en MORSE un montón de huevadas.
Murph sale reloj en mano como una poseída diciéndole a su hermano lo del mensaje y luego CORTE.
Elipsis temporal, la criaturita del señor terminó una teoría que salvaría a la humanidad, corre por los pasillos de la NASA con los papeles en su mano y los bota por un balconcito al grito de EUREKA.
Mil veces cojudos.
Cooper que está en la quintadimensión derrepente despierta y OH! Murph había conseguido sus coordenadas y envió a un equipo a rescatarlo. Claro que el desfase temporal hace que Cooper siga igualito y Murph ya esté anciana a punto de morir. Nadie se pregunta por el hijo adorno y su respectiva familia adorno. NO ES NECESARIO.
Cooper va a ver a Murph a su lecho de muerte en un cuarto de hospital y Murph le dice que vaya a buscar a Brand con discursito lacrimoso incluido. Mientras Coop se va con esa nueva misión, ingresa al cuarto todo el familión de Murph (hijos/nietos/bisnietos/whatever) que seguro deben haber crecido escuchando las historias sobre ÉL, el abuelo perdido en el agujero gusano que ayudó a salvar el mundo y que ha sido rescatado y que está igualito que cuando se fue, pero nadie al entrar saluda al don, ni dan muestras de ser seres humanos medianamente normales. En caso de que NO sepan quién es, nadie dice nada acerca de ese extraño que llora junto a la vieja. Escena coreografiada al pedo y que no tiene ningún ápice de sentido.
Según la rocambolesca historia, para Cooper han pasado más de 100 años, sehhh! Y para la tierra deben ser unos 70 u 80. Nuevamente, no importan los grandes adelantos científicos, COOPER está en condiciones de ir a la NASA y robarse una nave espacial, manejarla como si fuera una bicicleta-triciclo e ir a buscar a la mamerta de Brand que anda deshojando margaritas en su colonia.
FIN.
Planeta Tierra, Santa Cruz Bolivia, sala de cine, 2014, seres tridimensionales: unos cuantos llorando a moco tendido, otro porcentaje con cara de haberse dormido en varias partes de la película, otros con cara de quécarajospasóaquí y otros con cara de haters.
Porque así es la vida y el mundo, hay para todos los gustos.
En un accidentado y no menos pajero resumen:
Para no decir que todo está impregnado de mierda:
Interstellar sigue siendo una película cuya factura es superior a la media. Buena fotografía del suizo Hoyte Van Hoytema (Her, Let the right one in, Fighter, El topo), aunque no arranca ningún asombrado suspiro. No vi nada a nivel fotografía que me apantalle. No alcanza ni la fastuosidad de 2001, Odisea en el espacio ni lo visto en Gravity, por decir algo.
Una banda sonora de Hans Zimmer que muchos alaban, y que a mí me pareció hasta por ahí nomás. Semi-eclesiástica edulcorando momentos ñoños y enfatizando momentos «intensos».
Actuaciones cumplidoras dado el disparate de guión. Había líneas de los diálogos que me causaban risa porque me imaginaba cómo los actores las ensayaron.
Hay que reconocer también que hay momentos que sí son «emocionantes» como por ejemplo cuando regresan y el negro está viejo, o cuando pasa lo de las olas gigantes, o cuando Matt Damon casi asesina a Cooper, o cuando éste se lanza al agujero gusano, situaciones que están diseñadas para eso.
Agreguemos los huevos de Nolan para hacer una trama tan enrevesada sin despeinarse/ni ruborizarse y lograr el asesoramiento de uno de los grandes científicos contemporáneos Kip Thorne (padre de la teoría del agujero gusano) aunque en global, ante mis resentidos ojos, haya sido en vano, más o menos echarle margaritas a los chanchos.
También destaco que a Nolan no le guste el asqueroso 3D y no nos haya sometido a la tortura que me supuso su película con los desagradables lentes.
No todo está impregnado de mierda, pero lo que sí está impregnado apesta
Al final es una película lenta y tonta, que no termina de ser ni el puto blockbuster ni una película de autor.
Es engañosa, y por eso permite ene pajeos de las interpretaciones del agujero negro, gusano, y del asterisco más si les da la gana. Ni siquiera quiero meterme en esa bañera séptica que supone la paradoja de Cooper, ELLOS, y el círculo de acciones y la imposibilidad de que la acción inicial que da razón al resto se produzca sin otro evento catalizador. Eso me da igual, yo vi una obra de 3 horas llena de baches en el guión que no voy a intentar tapar bajándome manifiestos de internet.
Respeto que existan seres tridimensionales que la encuentren emotiva, divina, hermosa, espectacular. No es mi caso. La encontré aburrida por ratos, irritante la mayor parte del tiempo, y un desperdicio de plata y grandes actores. No la vería de nuevo ni pescándola en el zapping.
Lo mejor: cuando termina Lo peor: las tres largas y eternas horas que te tortura La escena: lo de eureka fue un poquito too much Lo más falsete: todo, desde el inicio hasta el final El mensaje manifiesto: podés ver mensajes en las grietas de tu baño o en cómo se caen tus libros y nadie pensará que estás loco El mensaje latente: lo tópico no cansa a la platea El consejo: vela, igual puede que seás del porcentaje de seres tridimensionales que no la odian El personaje entrañable: ninguno, esta vez quería que todos mueran en una sangrienta explosión planetaria El personaje emputante: el más, más? Cooper, seguido muy de cerca por Murph El agradecimiento: por no sufrirla en 3D.