“Perros de barrio pobre”
by: Mónica Heinrich V.
Estaba emocionada. No me temblaban las manos como cuando fui a ver Batman: The Darknight, pero estaba emocionada. Slumdog Millionaire prometía ser la película del año, la publicidad la vendía como el filme de la década. Yo estaba extasiada antes de verla, gracias a su aval de premios…y por el nombre, siempre querido, de Danny Boyle.
Así que a pesar de que a cada rato caía en enlaces que hablaban sobre “Quién quiere ser millonario” (su horrible traducción al español), a pesar de que caía en canales donde mostraban el backstage y entrevistas varias, a pesar de eso…no quise saber nada! Ignoré las páginas webs, las sinopsis, los reportajes…llegué a la sala de cine más virgen que quinceañera mormona.
Como era la premier, habían contratado a bailarinas hindúes y a chicas que vestidas a la usanza India daban la bienvenida a la proyección. Eso me agitó más, aunque lucía una calma aparente. Me apuré a entrar pensando que la sala iba a estar a reventar, eso me había dicho mi acompañante que llegó primero…pero no, contrario a nuestras predicciones había una respetable cantidad de público, sin alcanzar a la masa que he visto en otras películas. Me senté en mi butaca, acompañada de tres personas más…y los trailers empezaron.
Hago una pequeña pausa aquí, porque de los cuatro trailers que presentaron ya había visto 3 de las películas promocionadas, hasta que llegó Lust, Caution de Ang Lee (el de Brokeback Montain y El Tigre y el Dragón) y yo quedé convencida de que se trataba de la historia de Mata-Hari. Pero no, aunque hay cierto tufillo a eso, se trata de una peli basada en un libro sobre una tipa que se envuelve con un tipo al que tiene que espiar y luego liquidar. Las escenas mostradas y la bella banda sonora, hicieron que ahora la espere con ansias.
Pero volvamos a Slumdog Millionaire. Por qué estaba emocionada? No era por los 13 Oscars a los que fue nominada, no…era porque siempre me ha gustado Danny (otra vez, confianzuda) y desde que vi Trainspotting, no importa qué haga…lo sigo como el perro a la perra en celo. Tumbas al ras de la tierra, que fue su ópera prima, me gustó muchísimo. Hizo sus cagadas como Sunshine, película por la cual le retiré la palabra a Danny en mis pensamientos…pero el resto ha oscilado entre propuestas interesantes (28 días después) e historias raras (The Beach)…Ha hecho cositas menores como A life less ordinary…y la peli esa del niño que se pilla una maleta con plata: Millonarie. Siempre demostrando que no importa lo sencilla o lo complicada que sea una película, Danny le pone un toque en la dirección, en la edición y en la música.
Así que ahí estaba yo. En plena sala del Cine Center…cuando por fin, después de todo…Slumdog Millionaire comenzó. El inicio me recordó (y a otra amiga más) a Ciudad de Dios e hizo que me sintiera feliz ante lo que se venía…
La historia comienza cuando al protagonista Jamal, lo están torturando para que diga cómo acertó las preguntas del famoso juego de televisión “Quién quiere ser millonario”, porque siendo él un chico de 18 años, sin educación… era absolutamente imposible que lo hubiera conseguido solo. Jamal afirmaba: “Simplemente sabía las respuestas” y es así que mientras las imágenes van y vienen entre el pasado y el presente, Jamal cuenta cómo su vida se desarrolló de tal manera que las preguntas (cosas del destino) que le hicieron en el programa estaban íntimamente relacionadas con sus experiencias.
Ahí pasamos a la infancia de Jamal, que junto con su hermano Salim vivían en uno de los sectores más pobres de la India. Azotados por las desgracias en las que, según datos oficiales de la India, vive más del 27 % de la población…los hermanitos correrán muchas aventuras. Mientras la veía, no podía evitar recordar un documental que vi hace muchísimo tiempo en televisión, donde pintaban a la India como un país casi hacinado, cuya gran parte de su población vivía en una pobreza profana, donde los trenes eran peor que los micros acá y casi todos los días moría gente cayéndose a las rieles.
Tampoco podía evitar recordar La Madre India (1957) película india que a pesar de su colorido, retrataba con crudeza y tristeza la lucha de una mujer hindú en una sociedad que evoluciona constantemente. Tenía sus cantos (bien bollywood)…pero algo en ella te sacudía el alma.
El gran problema de Slumdog Millionarie, es que trata un tema gajudo y duro, como la vida de estos niños en situaciones precarias, pero lo hace tan frívolamente que la experiencia se vuelve artificial y aunque es una muy buena película, que tiene muchos elementos interesantes y bonitos, termina siendo un producto elaborado para grandes públicos…en que el trasfondo (la lucha por la sobrevivencia de ambos niños) queda absurdamente recreado en una suerte de frío videoclip.
Aunque Danny se fue hasta los barrios más marginales de Bombay, la pornografía de la miseria que tanto le critican, es simple ornamento. Jamal y su hermano se quedan huérfanos, teniendo así que valérselas solos en este mundo cruel. A ellos se les suma una niña, Latika…con quien formarán una especie de alianza, autodenominándose: Los tres mosqueteros.

Latika será el amor de la vida de Jamal, pero inesperados y sórdidos acontecimientos, lo mantendrán separado de la niña. Esto hará que Jamal se pase toda la película intentando reencontrarse con ella. Entonces, no se engañen pensando que esta película es sobre la lucha por conseguir salir de la miseria económica, ni nada parecido, esta es una película de amor y punto.

Danny hizo lo que sabe hacer mejor, a pesar de ser una historia en apariencia sencilla…la dirección, edición, música y los flashbacks consiguen que el ritmo sea trepidante y que lo que tratado de otra manera se hallaría hasta soso, se vea colorido.

Amén de situaciones algo increíbles, la disfrutás desde el principio y querés seguir a los protagonistas hasta el final. Eso siempre se agradece, encima Danny lo consigue dándonos el final de la película con la introducción de la misma.

Además hay que recordar que la intención del filme no es hacer una historia semi-documental sobre la realidad india con relación a la pobreza, es sólo el escenario…y aunque en la India le han llovido las críticas diciendo que es imposible para ellos reconocerse en esta película, que ni siquiera la palabra “Slumdog” se usa realmente, que lo de perro es ofensivo, que no hay absolutamente nada indio en ella…es eso (lo exótico de situarla en la India y de mostrar, aunque sea ornamentalmente, parte de su cultura con una buena dirección) lo que la separa de una producción cursi y melosa cualquiera.

Las actuaciones de los niños, la mayor parte de ellos sacados de los barrios marginales de Bombay…no consiguen llegar al naturalismo de otros actores en similares condiciones como los niños de La vendedora de Rosas, o hasta de Ciudad de Dios. Jamal, el protagonista, es un actor joven de 1
8 años que fue sacado de otra producción llamada Skins…y la chica, Latika, era modelo (se nota) por lo que se trata de su debut en la pantalla grande.

Aunque para algunos de nosotros el filme consiga convencer, o en el mejor de los casos dejar una grata sensación (nada más), queda el resquemor de que se trata de una película algo sobrevaluada, un poco artificial y que no dejará huella profunda…por lo menos, no en esta espectadora.

A nivel visual resulta una buena experiencia, aunque Danny abusa un poco de un plano que no sé cómo se llamará, pero hace que la imagen se vea en diagonal…quitándole algo de sobriedad al filme. La banda sonora, que mezcla elementos tradicionales con música contemporánea resulta uno de sus mayores aciertos, muy bonita banda sonora…aunque por ahí una lectora de esta columna me expresó su inconformidad con los Oscars obtenidos, a mí me pareció muy bonita, la verdad…hizo que disfrutará más de la película.

En términos generales, Slumdog Millionarie es una buena película. Entretenida, bonita, bien hechita, optimista. Lo mejor del año? Hmmmm no creo…Lo mejor de la década? Definitivamente NO. Podés verla y disfrutarla, aunque a algunos seres cínicos como yo, les moleste ese tufillo esperanzador tan “feel good” donde sólo falta un letrero en fondo negro que diga: “Y estos crispines, vivieron felices para siempre”.

Lo mejor: Bien filmada, no hay que negar que Danny Boyle es un gran director. Y otra cosa buena es que después de semejante éxito, se pueden esperar cosas mejores para él a nivel de apoyo en la industria.

Lo peor: Algo liviana, y no existe una escena que te haga querer cortarte las venas…y eso es preocupante tratándose de una historia tan dura como esta.

La escena: la del encuentro con el niñito ciego y el billete de 100 $us. También cuando Latika queda atrás, mientras el tren parte.

Lo más falsete: A partir de la mitad de la película, todo se ve un poco falso…incluso lo que hace el hermano al final (Salim) no condice con el perfil que ha mostrado hasta ese momento.

El mensaje manifiesto: El destino existe

El mensaje latente: El amor puede ser un motivo de vida

El consejo: Disfrutala sin esperar que sea la mejor película que hayas visto.

La pregunta: ¿Realmente, quién quiere ser millonario?

CURIOSIDADES
– Como todos pudimos ver en la entrega de los Oscar, la mayor parte de los niños que participan en el filme asistieron a la alfombra roja y estuvieron presentes en la ceremonia. Durante una semana vivieron en lujos que la mayoría de ellos no tenían idea que existían. Ahora les tocó regresar a sus casas, a las chabolas, donde se respira en el aire el olor a excremento mezclado con azafrán. El protagonista infantil (que hace de Jamal en niño) está enfermo desde que llegó de América, y sus padres achacan al estrés y a la sorpresiva inadaptación que ha sufrido el niño, luego de ser regresado a su ámbito original. Algo similar ocurre con la actriz infantil que interpreta a Latika, ya no quiere dormir en el piso, ni quiere comer cosas feas, ya ha vivido en hoteles de 5 estrellas y ahora, su hogar le parece mezquino. Ambos se visten con la ropa que usaron en la entrega de los premios, mientras su barrio sumido en la miseria les sirve de marco y esa dualidad jode más un segundo que las casi dos horas que dura la película en la que participan.
– El libro en el que se basa en realidad es un compendio de 12 pequeñas historias, algunas no guardan ningún hilo conductor entre sí. Dicen que la novela es mucho más cruda y oscura, y que si Danny Boyle hubiera seguido al pie de la letra lo escrito en el libro, hubiéramos tenido una película casi opuesta a la vista.
– El equipo rodó en el suburbio más extenso de India (Dharavi) y también en uno de los más vibrantes (Juhu), situado al lado del aeropuerto, al oeste de la ciudad y claramente visible por cualquiera que vaya en avión a Bombay. Se calcula que aquella área sola tiene alrededor de un millón de habitantes.
– El equipo planeaba en un principio grabar varias escenas con unas cámaras digitales avanzadas SI-2K y filmar el resto en película, pero Boyle se decantó por no llevar grandes y pesadas cámaras de 35 mm a unas zonas tan concurridas como aquellas. Las cámaras digitales, más pequeñas y versátiles, les permitían grabar rápidamente estorbando mucho menos en la vida cotidiana de la comunidad.
– Patel (Jamal) es un actor inglés, que estaba muy nervioso por tener que interpretar a un personaje supuestamente nacido y crecido en los bajos fondos de Bombay. Sintió una enorme presión por conseguir el acento adecuado.
– Salman Rushdie, autor de los Versos Satánicos, tildó de “vanidad claramente ridícula” la película…

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