LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE NORUEGO: La peor persona del mundo/ The worst person in the world

Por: Mónica Heinrich V.

¿Qué es ser buena persona? Pregunta engañosa. Pregunta abanico. Hay valores, o principios éticos-morales-emocionales que pueden ejercer de barómetro, pero en la práctica el concepto es esquivo. Más aún, tomando en cuenta que en los últimos años la libertad personal se usa como bandera para cagar a los demás. Capaz que si preguntáramos a gente al azar si se consideran buenas personas, las repuestas generales serían positivas. Nadie es buen Sherlock Holmes de sí mismo.

Joachim Trier y su coguionista habitual Eskil Vogt, nos traen esta película nominada al Oscar 2022 como Mejor Película Extranjera: La peor persona del mundo. Título sutil donde los haya.

Nótese que ya desde el poster entramos en el despropósito: «Uno de los mejores filmes románticos de los últimos tiempos». Awards watchs, #amigadatecuenta.

En La peor persona del mundo seguimos las peripecias de Julie (gran Renate Reinsve). La película continúa la fórmula familiar (gracias, primo Lars Von Trier) de separar la historia en bloques de episodios, 12 para ser precisos, más un prólogo y un epílogo. Una voz en off en tercera persona (gracias, de nuevo, primo Lars Von trier) complementa lo que nuestros ojitos/oídos perezosos parecen no ser aptos de decodificar.

Julie es una treinteañera que anda por la vida un poco perdida o buscándose o ambas, usted elija. Cuando la película arranca, la voz en off prologosa narra que Julie estaba estudiando medicina y en un momento epifánico decide que lo suyo es la psicología. En otra epifanía, el nuevo Everest será ser fotógrafa. En medio de ese ir y venir, Julie conoce a Aksel Willman (Anders Danielsen), famoso escritor de novelas gráficas que le lleva unos cuantos años. La parejita, obvio, empieza a tener una relación y así se derramarán como un efecto dominó los 12 episodios.

Soplémonos marihuana, nos vemos cools y desenfadados

Hay mucho que discutir. Sobre Joachim. Sobre Julie. Sobre los 12 episodios. Sobre el epílogo. Sobre el cine. Y sobre ser o no ser mala persona.

Joachim. Sigo a Joachim desde Reprise (2006), que me gustó mucho, y Oslo, 31 de agosto (2011), de la que mi proyector de cine interior guarda frames. Le hice una reseñita a Joachim (te sigo queriendo, Joachim) allá por el 2015 (leer ACÁ). Cuando se comparan ambas películas hay un poco de reprís de la mirada a la vida noruega y de sus personajes, de hecho, el personaje principal de las dos está interpretado por Anders Danielsen, que repite colaboración con Joachim en La peor persona del mundo. Luego, Joachim nos entregó una filmografía menor, hasta que llegamos a Thelma (2017). Un personaje femenino principal, outsider que no maneja el amor ni las relaciones personales, otra vez al revés. Y ahora, llegamos a Julie en La peor persona del mundo. Me aburro. Joachim, somos pocos y nos conocemos mucho.

Julie. Ya dije que si hay algo que sube la película uno o dos escalones es la comprometida interpretación de Renate Reinsve. Qué importante que es el casting. Cómo un personaje que de otra manera sería insoportable, al que desearías volcar a manazo limpio, adquiere matices a contramano de su guion, gracias a esta actriz. Es Renate la que logra que aguantemos atravesar los repetitivos y anunciados episodios. Es a Renate que le creemos que Julie no debe ser la peor persona del mundo. Gracias, Renate.

Amigo, después de este polvo no me jodás más. Superame.

Los 12 episodios. Tenemos: 1.- Los otros 2.- Engañando 3.- El sexo oral en la era del #metoo 4.- Nuestra propia familia 5.- Mal momento 6.- Tierras Altas de Finmark 7.- Un nuevo capítulo 8.- El circo narcisista de Julie 9.- BobCat Rompe la navidad 10.- Primera persona singular 11.- Positivo 12.- Todo llega a su fin. ¿Por qué nos hacemos esto Joachim? ¿Por qué? Mientras el espectador está viendo, es muy fácil adivinar lo que va a pasar en la mayor parte de los episodios solo con los títulos. Una vocecita interior cinéfila y odiosa dice: Ah, acá seguro sucederá tal o cual cosa, y lo peor: no se equivoca. Vi un poco forzado el recurso, además de anunciar la trama hasta hacer casi aburrida la sucesión de episodios. ¿Lo bueno? que podías saber qué tan cerca estabas de terminar con el show del circo narcisista de Julie. 

Epílogo. Cuando pasa lo que pasa, Trier sigue engolosinado con Julie, el resto de sus personajes carecen de trasfondo, de densidad, son estas personas que casi no conocemos porque se alimentan como sanguijuelas del personaje de Julie, que tampoco está muy dibujada, a pesar que la cámara no la abandona nunca. Incluso cuando supuestamente escribe un artículo “brillante” sobre el sexo oral y la era metoo, no sabemos hasta dónde llegó su agudeza para poder admirarla. El final o su arco de aprendizaje o lo que sea que quede dentro de Julie después de esos 4 años de vida resumidos en episodios chotos, es autocomplaciente, como un libro de autoayuda: “Te pasaron todas estas cosas, y ahora, mirá, mirá dónde te trajo todo eso. Qué loco ¿no?”.

Eh. No.

¿Pa qué nos vamos a mentir? Seguiré haciendo huevadas.

El cine. Podría pensarse que esta multipremiada y multinominada y multifestejada película noruega no vale la pena. Error. De alguna manera, el señor Joachim Trier se las ingenia para que su habilidad como director nos haga sentir que la película funciona a pesar de todo. Hay esos ramalazos de cine que hicieron que guardemos a Reprise o a Oslo, 31 de agosto en nuestro corazón. Incluso, cuando su recurso más halagado (la detención del mundo, mientras Julie le da rienda suelta a su hedonismo) ya lo hubiéramos visto en la película Futuro de Miranda July.

Para personas un poco más tolerantes con estos personajes tantas veces retratados en películas y series (la tipa/el tipo que sigue sus instintos o sus emociones sin importar nada más, aunque no sepa muy bien hacia dónde va) las vivencias de Julie podrán generar una mayor empatía. Las charlas didácticas sobre feminismo, o la pareja, o los hijos, o las carreras, o la vida, encontrarán receptividad también en un público dispuesto a recibir esas consignas de brazos abiertos.

Los demás nos quedaremos medio emputados ante un personaje unidimensional y poco atractivo. Trier huye a cualquier tipo de intimismo real aunque pretenda hacernos creer que es una película de «personaje». Al ser su película sobre Julie, y al Julie comportarse como se comporta, el cineasta noruego parece querer echar una palmadita complaciente sobre la espalda de Julie mientras nos la exhibe. No, esta chica no es mala persona. ¿No ve? Guiño, guiño. Trier se conforma con eso y poco más. 

Así pasamos tres noruegas horas. Con pocas dudas y muchas certezas. Emerson, el padre del trascendentalismo, lo tenía claro allá por el siglo XIX: Es muy difícil ser lo suficientemente simple para ser bueno.

Lo mejor: la actriz principal y el estilo de Joachim que hace la experiencia sea un poco más amena  Lo peor: el circo narcisista de Julie La escena: el copie de Futuro Lo más falsete: el circo narcisista de Julie El mensaje manifiesto: ser libre puede ser sinónimo de ser muy cojudo/a El mensaje latente: Ser bueno solamente consigo mismo es ser bueno para nada El consejo: para ver si se desea pasar tres noruegas horas con Julie El agradecimiento: Por Joachim, que cualquier huevada la embellece.

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