LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE: Godzilla

Sí, sí, ya sé. Después de mil lunas henos aquí. Han pasado muchas películas bajo el puente, y claro, esa certeza de que la sala de cine es el mejor lugar del mundo mundial se afianza cada día.

(suspirito)

Pero no siempre, no siempre, mis querubines. Porque de un tiempo a esta parte, la escasez de…bueno, de todo, hace que Hollywood siga sacando remakes al trochis mochis y encima crea que es muy muy divertido lanzar películas donde se destruyen un montón de cosas y no pasa más nada.

Y toca hablar de eso. De ese vacío existencial que queda después de la hecatombe, de ese silencio que te dejan los créditos y de los bostezos que te sacuden en ese lugar sagrado que es la butaca.

Ajá.

Así que luz, cámara, pipocas, acción!

Godzilla o vuelve el perro arrepentido…

Recordemos la digna leyenda de Godzilla, recordemos.

En 1954 tenía sentido agarrar este bicho descomunal y sacudir al espectador que no había visto Titanic, Avatar, Transformer, con los avances y desmanes del coso ese. Sí, ese espectador virgen, puro como Copito de Nieve bajando por los Alpes suizos la pasaba chancho viendo a Godzi arrasar con todo.

Puedo imaginarlo/imaginarme.

Incluso en estas épocas, hace ya unos 10 años, igual llegué a disfrutarla, porque uno la ve con los ojos enternecidos con los que siempre se mira el pasado y piensa “qué pendejos fueron los japoneses”. Claro.

El bicho apareció en 28 películas japonesas desde entonces, hasta que los gringos dijeron “nosotros lo haremos mejor” y lanzaron su vomitiva versión de 1998 donde desperdiciaron a Jean Reno y Matthew Brodderick, entre otras estrellitas estrelladas.

Como cualquier hueco es trinchera, este año regresan por todo lo alto con un remake, donde los nombres de Heisenberg (AKA Bryan Cranston) y Juliette Binoche aparecen garantizando que algo bueno habrá en esta nueva apuesta.

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Error.

Una familia formada por papá Heisenberg, mamá Binoche e hijo único, se encuentra en Japón. Los dones son científicos y trabajan en una planta nuclear que sufre una devastadora experiencia. No voy a decir qué, pero ya se imaginarán. Debido a esa suceso, papá Heisenberg queda traumado y obsesionado con el origen del despelote. SPOILER Reconozcamos que esa escena donde Binoche es hervida en radiación estuvo muy bien lograda FIN DEL SPOILER

Hacemos una elipsis temporal y OH! un japonés (Watanabe) y su asistenta (Sally Hawkings) son llamados para analizar un hallazgo. Dicho hallazgo está ligado íntimamente con el despelote del principio. Los gringos se tomarán su tiempo en juntar el rompecabezas y en actuar a la altura de la circunstancias.

Ahí aparece el hijo de Heisenberg, interpretado por Aaron Jhonson (el de Kick Ass), que como no puede ser de otra manera es soldadito americano. El soldadito americano está casado con el personaje que interpreta Elizabeth Olsen (la talentosa Olsen, no las gemelas) y ya se reprodujo, lo que le pondrá mayor “emoción” a las andanzas de Godzi.

Hay que decir que lo intentaron. Se tomaron la molestia de crear dos familias que al final es una sola y de ponerle carga emotiva a ambas para que uno conecte con la historia y desee que los personajes se salven. Lastimosamente, a pesar de lo muy a pecho que se tomó Bryan Cranston su papel como afligido ser humano (hago énfasis en lo “afligido”), yo deseaba que todos caigan como mosquitos en una apoteósica sinfonía de muerte.

No sé si la culpa es del británico Gareth Edwards, que dirige su primer largometraje de grandes presupuestos con Godzilla y cuyo mayor logro en la vida es Monsters (2010). No sé. Lo que sabemos es que Edwards ha trepado como enredadera después del éxito de Monsters  y que su nombre resuena por ser un especialista en efectos especiales y la creación de mundos alternativos con  bichos incluidos. Por ahí hay que dirigir las cartas con ántrax al guionista, el casi novato Max Borenstein quien tuvo bajo sus deditos el guión y fue incapaz de hilvanar mejor esta historia. Sin embargo, no importa si esto fue por encargo, si el guión era pedorro o no, lo que queda es el resultado global de una visión, la de Edwards y para desgracia suya y nuestra, no pasa nada con Godzilla.

Ni siquiera un tipo como Seamus McGarvery que ya mostró su descomunal talento como director de fotografía en Anna Karenina. We need to talk about Kevin y Atonement, consigue que su hermosa fotografía sea motivo suficiente para verla y disfrutarla.

No.

Después de dos horas y un poquito más, solo tenemos destrucción tras destrucción, con la cadena de decisiones más boludas que se puedan imaginar, súper predecible y con el pobre Watanabe como uno de los personajes más contemplativos desde la presencia de la maceta que salía en la oficina de Bruce Wayne en la primera Batman. En realidad, si contáramos las escenas en que Watanabe y cualquier otro crispín a la redonda se quedaban en primer plano con cara de “por los calzones de Cristo, qué carajos es esto” se nos va la mitad de la película. Para muestra un botón:

La versatilidad de Watanabe
La versatilidad de Watanabe

Además, Edwards parece no decidirse si  hacer algo existencial o agarrar la innoble estela dejada por Michael Bay.

Pone dos bichos más a buscarle boche a Godzi, lo que nos deja claro que los humanos están realmente al pedo. Abusa de los clichés, niños en autobús pegados a las ventanas viendo a los bichos, los bichos surgiendo entre niebla y humo. Sí, que esta película ya la hemos visto un montón de veces!

Siendo justos, igual Godzilla no llega a los niveles de bochorno ofrecidos en Yo, Frankestein, las Transformers y muchas otras recientes, el filme se conforma con ser un blockbuster enano, sin mayo trascendencia que la de un par de escenas.

Mónica Heinrich V.

CURIOSIDADES

– Tuvo un presupuesto de 160 millones de dólares y lleva recaudado alrededor de 194 millones. Segunda parte confirmada.

– Godzilla es el icono más popular de la cultura japonesa del último siglo y continua siendo la figura más representativa del cine japonés. Hay rumores que apuntan a que los estudios Toho pensaron en el monstruo como una representación del miedo que experimentó Japón con el bombardeo atómico de la Segunda Guerra Mundial por parte de EEUU.

– Guillermo del Toro fue otro de los nombres que se barajó para que dirijan Godzilla, pero éste se encontraba filmando Pacific Rim

– Todos los actores principales fueron la primera opción del director Edwards. Incluso Binoche aceptó ese insulso papel luego de que el susodicho le enviara una carta que fue catalogada de “hermosa”. Dedicate a escribir cartas, Edwards.

Lo mejor: la fotografía y ver a Bryan Cranston en pantalla gigante muy convencido de su papel  Lo peor: ver a Bryan Cranston TAN convencido de su papel La escena: la de Binoche cuando se cierra la puerta y la de los soldaditos saltando en paracaídas Lo más falsete: Watanabe con sus caras de asombro, y la cadena de decisiones que llevan al heroísmo godzilliano El mensaje manifiesto: los gringos no son los asiáticos El mensaje latente: qué pendejos son los asiáticos El consejo: para verla y reflexionar sobre la decaída industria hollywoodense El personaje entrañable: Godzilla, cuandro creés que matará a todos El personaje emputante: Godzilla, cuando deja vivir El agradecimiento: por un buen casting y Seamus.

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15 Comentarios

  1. Gracias por la advertencia Mónica! Estaba en mi duda si este fin de semana ir a ver Xmen o Godzilla, ahora las dudas fueron disipadas.
    Por favor no nos dejes la próxima tanto tiempo al abandono. Un abrazo

  2. No fueron mil sino cien mil lunas las que echamos de menos tus acertadísimos comentarios Monica.!!!

    Y si bien Hollywú está en franca decadencia como tu bien dices hay ciertos productores en Bolivia que están en merecido ascenso! Felicidades pues por el lauro obtenido!!! Bolivia te espera está mas que bien lograda. Y claro viniendo de quein viene…….

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