Por: Mónica Heinrich V.
Escarbemos un poquito el contexto. En un inicio Muralla era solo una teleserie de exportación. El año pasado incluso se anunció que la producción de La entrega (su nombre de serie) estaba en conversaciones con NETFLIX para ser exhibida en su plataforma de streaming.
El tiempo pasó y de La Entrega se hizo un spin-off en la forma de un largometraje. A los cuatro meses de rodaje para la serie se sumaron tres semanas íntegras con el afán de sacar una película. Obviamente, aún veremos la serie más adelante con o sin NETFLIX. Mientras tanto, la versión película ya se estrenó y se puso a disposición de nuestros esperanzados ojos.
¿Qué podemos decir? ¿Qué puedo decir?
Empecemos por lo valorable, que siempre es “más mejor” decir lo que gusta y se disfruta.
El guion escrito por la escritora Camila Urioste, el director Gory Patiño y el actor principal de Muralla Fernando Arze, tiene una idea base con la que es fácil empatizar. No me molesta el cliché, o lo harto visto de la historia. Jim Jarmusch decía acertadamente que “Nothing is original”.
Coco “Muralla” Rivera (Fernando Arze) es un tipo al que solo le falta que lo orine el perro. Separado, con problemas económicos, su único hijo está internado en el hospital a la espera de un transplante. Por desesperación, toma la decisión de SPOILER vender a una niña que encuentra dopada en su minibus a la mafia que maneja la trata de blancas y con ese dinero salvarle la vida a su hijo. Obviamente, las cosas no salen como él espera y luego el remordimiento comienza a acosarlo. Ahí es cuando siente que debe recuperar a la niña que vendió e inicia una búsqueda sin importar las consecuencias. Una redención para este personaje golpeado por la vida FIN DEL SPOILER
Salta a la vista que Muralla sigue la fórmula comercial y por eso se vuelve más accesible, lo que a su vez conlleva que se genere una empatía en la platea por los tristes problemas que aquejan a este hombre, lo jodido de nuestra sociedad, y la problemática de la trata de blancas. Todo tratado muy por encimita, porque no olvidemos que es una película comercial no un documental ni una película de Haneke.
Gory Patiño, el director, comanda esta opera prima con un enfoque clásico y sin sorpresas. Lo que nuevamente no tiene nada de malo. Es una decisión, es una elección sobre el cine que se quiere hacer.
En lo personal, siento que hay aspectos un tanto limitados, como que la película nada en un limbo. El comentario social está tan maquillado y manipulado por la parte que pretende imprimirle ritmo a la historia, que nunca termina de adquirir cierta verosimilitud incluso tomando como válido lo ligero de su premisa.
Y ya, yéndonos al chancho, si queremos aceptarla como una película ultra-light de esas que en gringolandia podrían ser protagonizadas por un Denzel Washington (papá que toma de rehén un hospital para que le transplanten un corazón a su hijo en John Q.) o por un Andy García (policía que entra en conflicto porque un asesino done médula espinal para que su hijo sobreviva en Medidas desesperadas) tampoco lo logra.
Otro detalle es que se la vende como un vistazo súper profundo al tema, cuando en realidad no lo es y por eso mismo: lo que se ofrece y no recibís es lo que hace ruido.
Cuando termina, si querés reflexionarla te queda la sensación de que no es lo mismo explorar que explotar. Si no querés reflexionarla y la tomaste como un producto más para ir a matar tiempo, eso hiciste: mataste tiempo.
Aún así, no puedo decir que la historia es aburrida, al contrario, se sigue con facilidad. Las actuaciones están equilibradas entre sí, se podría discutir si hay escenas en las que faltaría o sobraría algo, pero no hay abismos de diferencia actoral entre personajes.
El final melodramático me pareció adecuado, SPOILER incluso en su exceso de fatalismo fue una buena decisión no resolver nada de las subtramas, porque en la vida real las cosas generalmente quedan irresueltas. Hubo algo que me conectó emocionalmente en esa “justicia” no divina, hubo algo. Capaz que deseaba que Coco Muralla muera sangrientamente. Tomando en cuenta que el desarrollo mismo de la trama lo viví con distancia, es rescatable que el final toque alguna fibra. Además, el final es lo que saca a la película un poquititito del lugar común donde tan cómodamente está casi todo el tiempo FIN DEL SPOILER.
Hasta ahí, esto podría ser una reseña sobre una película con la que se conectó o no, que gustó o no, sin mayores cuestionamientos que asuntos netamente subjetivos. Me podrían putear por mi mal gusto, por no saber valorar el esfuerzo, por no poder ver la brillantez o trascendencia de la propuesta, por no entender al cine nacional y abrazarlo con entusiasmo.
Pero vayamos a lo técnico que deja de ser una opinión y termina siendo un hecho.
Empezando la película, en el encuentro entre el personaje de Cristian Mercado y Fernando Arze se hizo un doblaje tan evidente que me fatigó. Los sonidos ambientales no eran continuos y el doblaje se mezclaba con el audio capturado in situ sin que exista la continuidad ni los foleys para que no se note el problema técnico. O sea, donde estaba doblado no soplaba ni el viento ni trinaban los pajaritos (por decir algo) para disimular que la voz se metió en estudio.
Imagino que para la mayoría ese detalle pasa casi desapercibido, pero quien escribe esta reseña piensa que lo técnico ya no debería ser un escollo en el cine boliviano, así que percibir eso en los minutos iniciales de Muralla significó un tempranero rompe-encanto.
La corrección de color tampoco tenía continuidad, el color iba y venía en cuanto a contrastes, siendo uno de los desbalances más notorios casi al final que aparecía una imagen lavadísima en comparación al estilo casi teñido que eligieron para el look visual de Muralla. Ni la corrección de color ni el etalonaje (look final) están a la altura de una película comercial-internacional cualquiera.
Por ese mismo problema de postproducción, hay cierta diferencia de calidad entre secuencias que me dicen que se filmó con varias cámaras de distintas resoluciones que no se llegaron a emparejar del todo.
Creo que una película nacional ya no debería batallar con lo técnico, es algo que tendría que estar previsto, estipulado, determinado, salvado, manejado, contemplado, ponga usted el adjetivo que más le agrade.
Porque acá, en nuestro canchón, podemos pensar que qué bonito y que casi ni se nota, pero eso que acá casi no se nota afuera no pasa el peaje.
De corazón, les ruego a las producciones futuras contemplar una buena tajada del presupuesto para una post-producción sin fallas y un exportado que vayan a la par de la propuesta internacional a la que se aspira.
Lo mejor: engancha y accesible para el público Lo peor: a título personal, me parece que no llena los zapatos de una película comercial exportable ni tampoco de una con un comentario social destacable. Además, tiene problemas técnicos. La escena: el final Lo más falsete: la mágica aparición de la niña en el minibus, las forzadas apariciones del Aparapita, la muerte del personaje de Echarri, el flashback del penal El mensaje manifiesto: explotar no es lo mismo que explorar El mensaje latente: ya no debemos batallar con lo técnico El consejo: invertir más en la postproducción… El personaje entrañable: la niña dopada y vendida El personaje emputante: pues al personaje de Arze le tuve cero simpatía. CERO. No al actor que respeto, sino al personaje. El agradecimiento: por la música y el arte que estaban aceptables.
«El mensaje latente: ya no debemos batallar con lo técnico!» a ver si aprendemos de una buena vez Monica! Es una vergüenza realmente que lo sigamos haciendo…
El cine boliviano podria ser tan bueno dado el riquísimo material del que se dispone…..
P.S.: Espero tu comentario sobre la otra peli de F.Arze: EL RIO
Pablo! sí, Bolivia es un país rico en historias, lamentablemente no encontramos aún el camino…pero poco a poco se van haciendo cosas interesantes.
Aishhh creo que ya no escribiré sobre El Río…sí la vi, pero hay películas que prefiero dejar pasar y no reseñar, y eso que El Río tuvo cosas que me gustaron…pero a la hora de poner lo bueno en la balanza…pues…
Ojalá podás verlas alguna vez…un abrazo!
hace harto que no me salia de ver una película. comparto todo y agrego, una película banal que la puedo haber dirigido lo mismo yo que cualquier otro. No aporta nada y los problemas técnicos son mas que notorios, este año yo declaraba desierta la preselección a los oscar.
Mieenchi Mauricio, no sé si Muralla sea pa abandono de sala, las he visto malas malas en serio…jejeje…y Muralla aún no siendo de las que me robó el corazón tampoco me impulsó a dejar la butaca. Pero sí concuerdo con vos en lo de la preselección, solo por el apartado técnico tiene cero chances…una pena.
Me pasó lo mismo con el audio inicial. Me mataron las cámaras cuando los personajes corrían. Esos temas deberían estar salvados. Muy mal por la producción. Ciertamente una película superficial, pero no me molestó. No me creí los giros, pero me alegré que no acabe como novela mexicana con el niño salvado y muralla contratado para D.T. o alguna macana por el estilo.
Sergio! a mí tampoco me molestó, pero como vos pienso que los detalles técnicos no resueltos ya no están pa ser exhibidos en pantalla gigante. El final la levanta un poquito! abrazos.
Pienso que la película sigue una línea paceña-saenziana iniciada por Mondacca y «El cementerio de elefantes». No busca hacer un remedo de cine universal de algún director consagrado como Haneke. Si leíste a Jaime Sáenz y no viviste en La Paz probablemente no le encuentres sentido a mucha de su obra y eso es lo que supongo puede pasarles a muchos con «Muralla». Para mi es de lejos lo mejor del cine nacional en los ultimos tiempos precisamente porque insiste en esa autenticidad «saenziana»que se enfoca en esa temática de la cruda noche paceña y los seres que la habitan. Dirán trillada temática pero muy «nuestra». Si quiero ver a Haneke veo a Haneke no a su imitador boliviano. Si quiero ver cine boliviano espero ver algo ajeno, distinto, original.
Rodrigo, pues ya son un montón las películas paceñas-saenzinas, y no es un misterio su influencia. Ojo que a mí me gusta mucho Saenz y La Paz me parece una ciudad de otro mundo. Hermosa, mágica. Lo triste de Muralla es que contrario a lo que decís me parece una película más del montón universal, sigue una fórmula muy universal y conocida. Obvio que está lejos lejos de Haneke y que tampoco es la intención de la película siquiera acercarse, por eso digo que ni se acerca al documental ni a película súper seria de autor (a eso me refiero con la referencia a Haneke). Sin embargo, qué bueno que a vos te pareció original y muy nuestra. A mí, la verdad, ni lo uno, ni lo otro, pero como digo con respecto a la parte del contenido, pues eso ya entra dentro de lo subjetivo. Un abrazo, también!
Formo parte del público al que, en resumen, sí le ha gustado la película. Admito que no soy experto en cine, jeje,(I’m a simple man, I see something, I like, por así decirlo) pero bueno, aquí va. Cierto es que no se trata de una mirada profunda a la temática del tráfico, pero me parece una película lo suficientemente interesante como para mantener la mirada del espectador a lo largo del trayecto del personaje que, sí, efectivamente, tiene una búsqueda de indulgencia que no puede ser resuelta porque, al fin y al cabo, es una búsqueda egoísta que se resuelve de la mejor manera con esa justicia no divina. Una vida no justifica a otra, ¿pero acaso no actuaría así mucha gente ante la posibilidad de hacerlo, casi otorgándonos una sensación de ambivalencia hacia el personaje y su modo de proceder? La aparición de la niña dopada realmente fue un deux ex machina que apenas soporté, pero dejándola pasar* una vez como base para lo subsecuente, esa búsqueda en medio del imaginario popular, que no pretende ser profunda, me pareció sostenerse bien entre las dobles semánticas (ese doble sentido del bulto, como peso de consciencia y víctima, la cancha que sirvió de patíbulo, San José equipo y san José santo) hacia el desenlace que se agradece, no tuviera una redención para nadie, pues así es como suelen ocurrir las cosas. De todos modos agradezco mucho la pronta crítica, Mónica, estaba ansioso de saber tu opinión. Me siento afortunado de no haber llegado a tiempo a ver esos primeros minutos que mencionas con ese problema del audio, que probablemente me hubieran indispuesto mucho a lo que seguiría.
*Es cierto, son cosas que no se dejan pasar a escala mundial. Sigamos esforzándonos…
Santi! pero qué genial que te haya gustado! Es cierto lo que decís, mantiene el interés del espectador y genera empatía con la situación (digo la situación jejeje porque el personaje de Coco Muralla para mí es detestable)…me parece muy lindo cuando la gente le encuentra significado a las cosas que suceden en pantalla y las afecta de algún modo, eso es el cine. Y diga lo yo diga en este blog, Muralla ha conseguido llegar a espectadores a los que ha movilizado de alguna manera y eso también es rescatable.
Muchas gracias por comentar y compartir tu experiencia! Y sí, hay que seguir esforzándonos…el cine boliviano ha mejorado a comparación de las primeras películas que surgieron con el digital. Yo le tengo fe a algunas que se vienen, no diré nombres pa no salarlas! jejeje Abrazos!
Muralla! es el gritito del borracho que reconoce a su Idolo en el minibus, así me sentí al oír algunos diálogos que tienen la firma de Camila Urioste desde la primera letra hasta su punto final.
Personalmente me gustó la película, sin embargo la historia avanza a ritmos acelerados a ratos y otros demasiado lento, habían momentos en que la fotografía tenia un fondo QUEMADO, espero que sea por la proyectora de la cinemateca y no un error D:, con todo logré sentirme emocionado por la película, algo que no me pasaba desde «El día que Murió el Silencio» de don Paolo.
Un Saludo
Guillermo! qué bueno que te emocionó, a mí no me pareció aburrida y por lo menos tiene esos momentos o personajes con los que habrá gente que se identificará igual que vos… Un saludo!!
Vieron el comentario de Santiago Espinoza en La Ramona (http://www.opinion.com.bo/opinion/suplemento.php?a=2018&md=0923&id=15023&s=3) … me parece es un poco duro con Muralla, pero no deja de tener ciertas razones en sus apreciaciones.
Estimado José, sí! leímos casi todo lo que se escribió de Muralla y claro que Santiago tiene una visión respetable de la película. Saludos!