Kawabata ganó el Nobel de Literatura hace años, pero fue recién hace un par que lo descubrí. Suicida, con escritos desgarradores y adecuados al agobio de un mundo cada vez más oscuro, este magnífico exponente de la escritura nipona legó su obra Lo Bello y Lo Triste.
Novela corta, profunda y perturbadora. Una noche, Oki (escritor) espera el tañido de las campanas que anuncian un nuevo año. Para algo tan íntimo decide llamar a Otoko, una ex-amante a la que no ve desde hace 20 años. Oki es infelizmente casado con Fumiko y Otoko fue su amante cuando ésta contaba con apenas 15 años.
La historia se centra en ese amor tan profundo que los protagonistas (Oki y Otoko) vivieron y que de una forma u otra, marcó el curso de sus vidas. Otoko, en el momento en que se reencuentra con Oki, lleva una tormentosa relación con su pupila Keyko. Este tercer personaje es el hilo conductor de todo lo que ocurre después y factor desencandenante de la tragedia.
Una narrativa en extremo emotiva, sin ornamentos, con un trazo fino y delicado que te sacude el alma. Lo bello y lo triste es tal cual su título, una oda a lo efímero pero determinante de la belleza en todas sus expresiones, y la conciencia de que después de algo hermoso, llega inevitablemente lo triste.