LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE TURCO/FRANCÉS: Mustang

En un pueblito de Turquía viven cinco hermanas. Son huérfanas, por lo que la abuela y el tío se encargan de criarlas.

Tres generaciones compartiendo una sola casa.

Los días transcurren como los de cualquier adolescente. Las chicas estudian, juegan, se divierten. Salen del colegio y chapotean en el mar.

Hay inocencia, hay libertad.

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Pero a los ojos desaprobadores de alguien eso no es libertad, no es inocencia y ese alguien le echa el chisme a la abuela de que las chicas estaban con compañeros (masculinos) en la playa.

El mensaje provoca histeria.

A la obvia orfandad de estas cinco hermanas se le suma la más absoluta indefensión ante las supuestas normas de comportamiento de una mujer.

Se las trata de impúdicas, de casi casi deshonrar a la familia, se habla de lo obsceno desde una escena que por sí sola es obscena.

La única forma que la abuela tiene de quitar esa horrible mancha en la reputación de estas “casaderas chicas” es haciéndoles un examen que certifique que siguen siendo vírgenes.

La famosa virginidad.

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Mustang, la opera prima de Deniz Gamze seduce. Lo hace desde un filme austero, pequeño en sus aspiraciones y grande en lo que intenta decir.

Para eso, la voz en off de Lale, una tremenda Günes Sensoy (la más pequeña de las cinco), nos acompaña en ese descubrimiento de un mundo lleno de reglas e hipocresía.

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Es Lale la que nos cuenta que SPOILER los barrotes reemplanzan las antes abiertas ventanas, que verjas altas y puntas de metal rodean la casa, que les imponen vestidos sin forma ni colorido para no despertar el apetito sexual, y que para evitar que la “mercancía” se dañe, la abuela comienza a casar una por una a sus nietas, siempre en matrimonios arreglados. SPOILER FINAL

Con un tono casi de cuento, Gamze traslada al espectador a ese entorno rural y opresivo que hace una critica tácita a sociedades patriarcales y a destinos femeninos que llevan siempre a la mujer de turno a aceptar un marido.

La quimera de una Estambul más flexible se alza como única salida a una situación insostenible.

Sí, Mustang es hermosa y al concluir te deja el corazón roto en pedacitos grises. Lale, Sonay, Ece, Selma y Nur se quedan con vos, aún cuando salís de la sala de cine.

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El guión es escrito por la misma Gamzer y por Alice Winocour, ambas mujeres. Es ese toque femenino el que se siente tanto en la estética como en la narrativa de Mustang.

No, no niego que a ratos cae en la gratuita manipulación SPOILER como cuando el tío resulta ser violador o como cuando después de tanta oda a la libertad femenina, el escape se realiza gracias a la ayuda de un buen muchacho SPOILER FINAL

Esa manipulación puede que le quite puntos extras a un filme que tiene cierta alma, cierto je ne sais qua que lo hace muy “amable” (de amor).

Con ese pequeño pero, Mustang no dejar de ser una obra sobresaliente, con un cast precioso, y una mirada personal e íntima a “la vergüenza social” que a veces significa ser mujer.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: un tono íntimo y conmovedor Lo peor: algunos momentos forzados La escena: el balazo y la consiguiente muerte, creo que nadie se lo espera / también cuando se llevan a la segunda chica al hospital porque no sangró Lo más falsete: el rescate, que no deja de ser patriarcal El mensaje manifiesto: la mujer es un ciudadano de segunda clase El mensaje latente: even if they don´t want, we will fly El consejo: para verla en el cine YA! antes de que la saquen El personaje entrañable: las hermanitas El personaje emputante: el tío HDP, la abuela HDP (aunque en parte la doña es víctima de lo mismo que las nietas) El agradecimiento: por un relato que llega.

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CURIOSIDADES

Estuvo nominada a Mejor Película Extranjera a los Oscar de este año.

La directora nació en Ankara, Turquía. En los 80s se mudó a Francia. También vivió en algunos momentos en Estados Unidos y en Turquía, donde sintió un fuerte choque con las costumbres y percepciones sociales.

Ha ganado muchísimos premios entre ellos Mejor Película Extranjera en los Goya, el Europa Cinemas Label en Cannes, cuatro premios en los César, y otros.

Algunas escenas son tomadas de las vivencias de la directora.

Las chicas no son hermanas, solo una de ellas (la que interpreta a Ece) era actriz previamente.

La directora tenía miedo de que alguna de las chicas crezca demasiado mientras esperaba a estar lista para rodar.

Gamze conoció a Winocour en un atelier del festival de Cannes, eran las únicas dos mujeres en el programa. Gamze estaba con un proyecto más grande que no consiguió respaldo, entonces Winocour le propone aliarse y hacer un filme más pequeño, así nace Mustang.

La productora principal abandonó la película antes de que comience a filmarse, y mandó un mail a todos los demás involucrados informando que Gamze estaba embarazada y que la película sería un desastre.

Cuando filmaron la escena del auto que está afuera del banco, y donde una de las chicas mete a otro chico, el equipo estaba nervioso y pensaba que la gente podía amotinarse contra la escena. Felizmente, no hubo mayores contratiempos.

OSCAR 2016: Brooklyn

Por: Mónica Heinrich V.

Lo que sorprende de Brooklyn es que en esencia no es una película romántica, por mucho que el poster choto nos quiera convencer de lo contrario.

O, por lo menos, a mí no me lo pareció.

Saoirse Ronan (The Atonment, Hannah, La huésped) nos prueba su valía como actriz nuevamente y encarna a la dulce e inocente Eilis Lacey.

Ese es el mayor acierto del filme dirigido por John Crowley.

Crowley cuya carrera con títulos como Boy a, Circuito Cerrado, Intermission, y otras, ha sido más bien discreta, tiene en Ronan a su mejor aliada para levantar un guión lindo pero poco memorable.

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La película se basa en el libro homónimo del novelista irlandés Colm Tóibín y sigue la vida de la joven Eilis que en los 50s tiene que emigrar desde Irlanda a Estados Unidos.

En su tierra natal deja a su madre, a su hermana y a una vida apacible, sin sorpresas, con un futuro probablemente predecible. En América aprende a valerse por sí sola, a madurar y a tomar decisiones. Sí, también se enamora de un chico de origen italiano Tony. Sí. Pero el relato apunta más a las búsquedas y descubrimientos de una joven que está decidiendo qué hacer con el curso de su vida.

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El punto de giro vendrá cuando ya acomodada en tierras gringas su hermana mayor muera y deje a la madre sin ningún otro familiar en la lejana Irlanda.

SPOILER Eilis decide regresar, pero se casa con Tony antes de partir para darle la seguridad de que regresará. Una vez en Irlanda, Brooklyn comienza a verse como algo borroso y ajeno, y poco a poco Eilis se involucra más en su pueblo. Vuelve a su círculo de amigos, consigue un trabajo e incluso comienza a salir con un joven mientras guarda el secreto de que es una mujer casada.

Pero el pueblo que dejó sigue siendo el pueblo que dejó. Un chisme desatará su decisión de finalmente volver a Estados Unidos.

La esencia de la historia, repito,  no es la elección entre fulanito y perenganito, como se puede caer en la tentación de interpretar, sino es una elección entre dos mundos, una elección de cómo vivir.

En el libro, Eilis se besuquea con Jim Farrel (para más señas: EL OTRO) pero sin que esto sea algo que tome muy en serio, es una experiencia más, una vivencia más. De hecho, su matrimonio también es más bien visto como una suerte de consecuencia o de algo que tiene que suceder. SPOILER FINAL

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El guión de Nick Hornby (novelista famoso por Alta Fidelidad y About a Boy) se vuelve algo condescendiente y explica demasiado las situaciones consiguiendo que algunos sectores de la platea perciban a Brooklyn como una historia de amor y nada más.

La película se ve con simpatía, en parte gracias a la colorida fotografía del canadiense Yves Bélanger (Wild, Lawrence Anyways)  como a la preciosa adaptación de la época y el uso de una paleta de colores verdes/rojos en arte y vestuario. Sí, la fotografía, el arte y el vestuario hicieron muy agradable el visionado de este filme.

Y claro, es Saoirse/Eilis la que brilla con luz propia, a su alrededor, la hermana (Fiona Glascott), la madre, el cura (Jim Broadbent) y principalmente la doñita (magnífica Julie Walters) que la recibe en Brooklyn tienen unas actuaciones muy muy buenas, no puedo decir lo mismo de los acompañantes masculinos, sobre todo de Tony (Emory Cohen).

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Así las cosas, no le perdono el final, ese final que en la novela es sutil, desenfadado y abierto. Tanto Hornby como Crowley echan tierra a un gran final por un final de masas. Ese que reduce Brooklyn a un abrazo tonto y cursi, mientras nuestra Eilis quería años, años de más mundo que descubrir, de más cosas por vivir.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: visualmente hermosa y con una actriz protagónica de lujo Lo peor: en general, poco memorable y se pone más melosa en los últimos 20 minutos La escena: la conversación con la vieja chismosa Lo más falsete: que todo se reduzca a fulanito o perenganito El mensaje manifiesto: la vida es una sola El mensaje latente: hay un mundo por descubrir El consejo: para verla una linda tarde acompañada de un buen vaso de limonada El personaje entrañable: Eilis El personaje emputante: Nich Hornby por ese final choto El agradecimiento: lindo vestuario y arte.

OSCAR 2016

Mejor Actriz: Es la única actriz que si le ganara el Oscar a Brie Larsson, no me jodería. Saoirse está exquisita en Brooklyn.

Mejor Película: Nop. No hay por dónde.

Mejor Guión Adaptado: Hmmmmmmm…no creo. Prefiero Room.

EXTRAS

La novela para que la puedan leer en PDF y en EPU:
PDF: Brooklyn – Colm

CURIOSIDADES

Se filmó durante tres semanas en Irlanda y cuatro semanas en Canadá. Solo se filmó dos días en Nueva York.

Crowley separó la película en tres momentos visuales: 1) cuando Eilis vive en la Irlanda de la postguerra, 2) cuando llega a Brooklyn y 3) cuando vuelve a Irlanda.

Saoirse nació en el Bronx pero fue criada en Irlanda, por padres irlandeses.

Rooney Mara fue pensada para el proyecto, porque vieron que Saoirse era muy joven. Mara postergó por motivos de agenda, y pasó el tiempo suficiente para que Saoirse se vea un poco más adulta para los productores y decidieran que ella tenía el papel.

Las escenas de Brooklyn se filmaron en Montreal por razones de presupuesto.

En su vida privada Saoirse tiene acento de la zona de Dublin, mientras que en la película el acento es de Wexford.

Saoirse quiso quedarse con el traje de baño verde que usa en la película.

La edición tomó 15 semanas.

OSCAR 2016: Spotlight / En primera plana

Por: Mónica Heinrich V.

Spotlight es de esas películas cuya relevancia está más en lo que dice que en cómo lo dice. No veremos algo fuera de lo común, no veremos un filme de esos que no se olvidan, no será una experiencia que a nivel cinematográfico sea extraordinaria, pero sí, es importante.

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El director Thomas McCarthy tiene un currículum irregular, de hecho es curioso que el año pasado haya escrito, dirigido y producido otra pésima película de Adam Sandler llamada The Cobbler. Así es, el tipo con una película nominada a los premios Oscar tiene otra (el mismo año) que apenas alcanza el 8% de aprobación en el Rotten Tomatoes.

Podría escribir los párrafos más tristes esta noche, pero como dicen los colombianos: me da mamera y acá estamos para hablar de Spotlight, no para hablar de Sandler.

Neal-Huff-Basado en hechos reales, el filme se introduce en la redacción del Boston Globe, más concretamente en su sección Spotlight dedicada a reportajes especiales de investigación. En julio del 2001, el periódico contrata a Marty Baron (Liev Schriever) como editor, Baron de entrada pone el gallinero en orden, decide sacudir el tablero y que los periodistas de Spotlight trabajen sobre una pequeña nota en la que un abogado afirmaba que el Cardenal Law (Arzobispo de Boston) estaba al corriente del caso de abuso sexual perpetrado por uno de sus sacerdotes y NO hizo nada al respecto.

La idea era compleja: desentrañar los secretos de la Iglesia Católica respecto al abuso sexual en Boston y no quedarse con los nombres de los abusadores, sino llegar hasta el tope de la pirámide de poder que sabía o no sabía de esa situación.

spotlight-dataWalter»Robby» Robbinson (Michael Keaton) es el líder del equipo, y junto con Resendez (Mark Ruffalo), Sacha (Rachel McAdams), Matt (Bryan Darce James) y Ben (John Slattery) entrevistarán a víctimas, abogados, sacerdotes buscando la esquiva y asquerosa verdad.

Josh Singer es el guionista. Guionista cuya experiencia, a excepción del mediocre filme El Quinto Poder, es netamente televisiva. A sus manitos les pertenecen créditos como Fringe, La ley y el Orden, Lie to me y The West Wing. 

Puede que a eso se deba un aire televisivo, con una narrativa que se antoja hasta retro, no sé. Igual, dentro de todo lo convencional que es la propuesta tanto de dirección como de guión, Spotlight quiere defenderse bajo el argumento de retrato casi docu-ficción al que no se le encuentran muchas fisuras en cuanto a argumento.

La primera parte de la película se desarrolla morosamente, con parsimonia y algo de tedio. En la segunda es donde podemos sentir un poco la adrenalina del oficio periodístico y la enormidad de lo que Spotlight estaba descubriendo.

Unas solventes actuaciones del cast, logran que una película correcta y sin sorpresas, avance un poco más allá. La fotografía austera de Masanobu Takayanagi (Silver Linings Playbook, The Grey, Warriors) nos sumerge en pasillos, bibliotecas, salas de redacción, oficinas y calles de Boston sin mayores pretensiones. 

Todo está medido, y no hay que desmerecer la sencillez de Spotlight, a veces es difícil ser sencillo y Spotlight lo es.

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Después de acompañar el relato por más de dos horas, llegás a la conclusión de que hay historias que efectivamente merecen ser contadas, esta es una de ellas. No importa que llegue casi dos décadas tarde, la película servirá para seguir debatiendo sobre las responsabilidades de la Iglesia respecto a los abusos sexuales, y el papel del periodismo para revelar temas gajudos.

Bonito el mensaje, sí. Qué bonito el mensaje.

Aún así, confieso que no me encantó, no me fascinó. Seguí la proyección con interés, admirando su relato tranquilo y sobrio, sin que me despierte mayores pasiones. A ratos, la sentí algo repetitiva en sus recursos y limitada a nivel visual.

Eso me pareció triste, que esta carta de amor al periodismo no deja de ser una algo plana aproximación a la realidad. Entiendo que es la propuesta, pero su factura más televisiva que cinematográfica me estorbaba, para qué les voy a mentir.

Ya lo dije al principio: esta es una película cuya importancia está en lo que dice más que en cómo lo dice, pero a manera personal siento que por muy importante que sea la temática si no tiene un envoltorio a su altura  no llegará más allá del impacto momentáneo.

El tiempo dirá.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: sencilla y dice algo importante Lo peor: una propuesta de guión y de dirección demasiado convencional, casi televisiva La escena: cuando descubren cómo estaban listados los curas pedófilos en la guía de sacerdotes de Boston, y, también, la escena de Saviano Lo más falsete: el griterío de Mark Ruffalo cuando se pone histérico con Keaton porque van a retrasar la publicación, las escenas en que a fuerzas hacían aparecer niños en lugares donde se entrevistaba a pedófilos como mostrando «OH, todavía hay víctimas alrededor de ellos», la escena del gordito cuando se detiene frente a la Iglesia El mensaje manifiesto: el poder siempre esconde mugre El mensaje latente: el poder NUNCA es inocente El consejo: para verla  El personaje entrañable: las víctimas El personaje emputante: el HDP del Cardenal Law El agradecimiento: porque siempre es necesario contar estas historias.

OSCAR 2016

Mejor Película: Me parece que puede ser la sorpresa de la noche. Es la típica película «lava conciencias» que al Oscar le gusta premiar. Veremos si la Academia se la juega o gana el lobby de El renacido o el espectáculo cinematográfico de Mad Max.

Mejor Guión: Difícil categoría. Aún no veo Straight Outta Compton, pero de las nominadas, no adoro el guión de ninguna. Pienso que el guión de Charlie Kauffman se revolcaba a todos estos.

Mejor Dirección: Yo quiero que se lo den a George Miller. Sería muy chistoso que McCarthy gane a mejor dirección, teniendo otra película tan mala ese año. O sea, el Mejor Director del año es también uno de los peores? insertar risa maquiavélica.

Mejor Actor de Reparto: Solo tengo dos palabras: TOM HARDY.

Mejor Actriz de Reparto: Esta me pareció una nominación gratuita. Cualquiera, cualquiera de las otras puede arrebatarle el Oscar a la señorita Rachel McAdams.

Mejor Montaje: Hmmmm…ocho meses de edición? hmmmmmm huevadas: Mad Max o The Big Short.

CURIOSIDADES

La edición tomó casi 8 meses.

El guión de la película estuvo en la famosa Black List del 2013, de los guiones más poco probables de filmarse.

Cuando la película se filmó, Resendez era el único miembro del equipo original que seguía trabajando en Spotlight.

Matt Damon fue considerado para el rol de Resendez.

Margot Robbie rechazó el papel de Sacha alegando cansancio. Amy Adams y Michelle Williams también fueron consideradas para el rol.

Es la segunda película en la que Michael Keaton es parte del periodismo, la primera fue The Paper (1994).

El director Tom McCarthy también es actor y tiene 39 créditos en películas y cortos.

OSCAR 2016: Carol

Por: Mónica Heinrich V.

El señorito Todd Haynes nos ha dado películas como Velvet Goldmine, Im Not There o Far From Heaven, y sin ir muy lejos una interesante serie llamada Mildred Pierce.

Por ese curriculum se assume que Haynes es sutil, un director que además puede retratar una época (los 50s) y que sabrá darle a sus personajes algo más que una engañosa bidimensionalidad.

Con Carol, Haynes se queda en una especie de cómodo limbo, donde sí hay una “linda” y “delicada” película, pero quizás sobrepasada por ese estilo pulcro y sin costuras.

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La película comienza con una escena entre Carol (Cate Blanchett) y Therese (Roonie Mara), ambas están en un local teniendo una charla definitoria acerca de su relación. Alguien interrumpe ese momento clave, y el filme viaja en un círculo para contarnos cómo llegamos a esa mesa, a esa charla.

Carol está basada en una novela homónima de Patricia Highsmith, si leen la novela descubrirán que el énfasis está puesto en esa jovencísima Therese, que a pesar de mantener una relación amorosa que ya llegó a ser sexual con su pareja Richard, todavía tiene conflictos irresueltos.

En la novela, Therese es joven, culta, lee libros, escucha música, tiene opiniones sobre la vida, sobre el mundo. Carol es una puerta hacia el amor sí, pero también a esa parte dormida dentro suyo que la chica no sabía que existía. En la novela, que tampoco está wow pero que engancha, Therese se descubre a sí misma gracias a esa relación.

La película nos presenta a una Therese con poca sustancia, que aún no ha intimado con su pareja y a la que le gusta tomar fotografías. Similar sensación deja Carol, mujer adinerada, viviendo una separación, con una hija pequeña, y paren de contar.

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Hay una historia de amor, pero los personajes no tienen mayor profundidad. Y ojo, nadie está diciendo que la película debió ser igual a la novela, de hecho primero vi la película y después leí la novela. Al leer la novela, le di algo más de valor a la película porque quedaron claras algunas cosas que en el trabajo de Haynes apenas se perciben.

El guión adaptado por la debutante Phillys Nagy conmueve en determinados momentos, cumple con exhibirnos a esta seductora y confiada Carol, a la tímida Therese, a esa relación que surge a partir de una mirada en medio de un mar de gente.

En contrapunto, o poniéndole el pelo a la leche, tenemos al estereotipo de macho celoso y posesivo en Harge (Kylie Chandler) que seguirá y atormentará a Carol porque no se resigna al fracaso matrimonial y peleará por la custodia de la hija de ambos.

Sí, el guión cumple con lo básico. La fórmula de una historia de amor casi imposible está ahí.

El final SPOILER ALERT contradice la norma de los 50s (eso quería su autora), en una época en que las relaciones interraciales u homosexuales suponían un estigma en todos los aspectos de la vida de los involucrados, Carol pretende dejarnos una suerte de happy ending o, por lo menos, algo parecido a darse una oportunidad: dos mujeres que a contracorriente deciden intentar ser felices por encima de los prejuicios. Hay que reconocer que no deja de haber belleza en eso. FIN SPOILER ALERT

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Con una linda fotografía de Edward Lachman (Erin Brockovich, Las vírgenes suicidas, Im Not There) y muy bien actuada por Blanchett y Mara, lo mejor que puede decirse de Carol es que es una película filmada con gusto, elegante y sobria.

Si algo hay que admirarle a Haynes es que su narrativa no cae en la muletilla de «amor lésbico»=propaganda de los derechos gays, sino que el filme se trata como una historia de amor a secas.

¿Alcanza? Puede que a algunos espectadores sí, en mi caso me dejó una sensación de vaga empatía, en la que por algún extraño motivo recordaba a La vida de Adèle y su famosa escena del café donde las dos chicas se juntan y una descubre que finalmente, después de tanta agua bajo el puente, el amor se acabó.

Quizás eso extrañé en Carol, más vísceras, más pulso, más desgarro, más…algo.

Mónica Heinrich V.

EXTRA

La novela en PDF: Carol – Patricia Highsmith

OSCAR 2016

Carol consiguió seis nominaciones:

Mejor Actriz: Cate Blanchett hace una interpretación muy buena de Carol, una mujer sofisticada, elegante, que alcanza sus mejores momentos en las discusiones con Harge. Sin embargo, visto lo visto, ese Oscar debe ir para nuestra Mamá de Room.

Mejor Actriz Secundaria: Rooney Mara hace una Therese frágil y encantadora. Acá, mi corazón se parte porque me encantó Jennifer Jason Leigh en Los odiosos 8, Kate Winslet está genial en Steve Jobs, Alicia Vikander hace lo suyo en La chica danesa, quizás la única que no me gustaría que se lo lleve sería Rachel McAdams.

Mejor Fotografía: Aunque tiene una fotografía muy linda no le hace sombra a Lubezki o a John Seale de Mad Max, creo que incluso la fotografía de La Chica Danesa pudo ser mayor rival, aunque no fue nominada.

Mejor Vestuario: Hmmm en esta categoría tampoco tengo un claro favorito. El vestuario de La Chica Danesa es espectacular, Cenicienta y Mad Max pueden dar pelea y el de Carol estaba muy lindo también.

Mejor Guión Adaptado: Me falta ver Brooklyn, pero entre las restantes me quedo con la primera hora de Room. Si no fuera Room, supongo que Carol, pero la verdad, ni fu ni fa con ninguno.

Mejor Música Original: Esa sí quedaría entre Carol y Los odiosos 8.

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Lo mejor: elegante y sobria Lo peor: sensación de vacío, una historia de amor fría La escena: cuando Carol le dice a Harge: We are not ugly people, Harge, fue una de las pocas escenas que me movió el piso Lo más falsete: sabe que el marido es un HDP que anda arañando las paredes y se va de road trip con la amiguita…El mensaje manifiesto: la vida es una sola o como se dice actualmente YOLO (You only live once) El mensaje latente: uno es artífice de su felicidad  o de su desdicha El consejo: para verla en el cine y en idioma original El personaje entrañable: la pobre hija El personaje emputante: Harge, por no saber dejar ir El agradecimiento: por el lindo vestuario y por no hacer una película que parezca más una propaganda pro derechos gay que una historia de amor.

CURIOSIDADES

La nominación de Rooney Mara a Mejor Actriz Secundaria causó controversia, tomando en cuenta que en la novela es ella la protagonista y en la película tiene 6 minutos más de pantalla que Cate Blanchett.

Fue filmada en Super 16mm para tener una textura similar a la de los años 40s/50s.

Justo después de filmar La Chica del Dragón Tatuado (2011) se le ofreció a Mara el papel de Therese, ella lo rechazó y Mia Wasikowska estuvo atada al proyecto hasta que decidió filmar con Guillermo del Toro Crimson Peak.

La productora ejecutiva del filme Tessa Ross, dijo que lleva 11 años tratando de llevar la historia a la pantalla gigante.

Es la segunda adaptación de una novela de Patricia Highsmith en la que participa Cate Blanchett, la primera fue El Talentoso Mr. Ripley.

La guionista Phillys Nagy escribió el primer borrador del guión en 1996.

La película recibió una ovación de casi 10 minutos en su premier en Cannes.

La primera escena que Mara y Blanchett filmaron juntas fue precisamente la escena en que sus personajes hacen el amor por primera vez.

La historia se basa en un encuentro real de la novelista con una atractiva mujer rubia en una tienda de Nueva York.

OSCAR 2016: La gran apuesta / The Big Short

Lo que te mete en problemas no es lo que no sabes, sino lo que crees que sabes con certeza y resulta no ser así

Mark Twain era un pendejo. En esas aciagas épocas derramaba más sabiduría que los tweets de Alejandro Jodorowsky (¡!).

Con esa sapiente frase abre The Big Short, porque claro, la película nos contará a lo largo de más de dos horas, cómo se desinfló, o más bien dicho: reventó la burbuja inmobiliaria en USA y creó la famosa crisis del 2008.

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Así es endeudados amigos, víctimas del sistema bancario, de la sociedad, del cochino dinero y de los illuminatis, la última película de Adam Mckay (The Stepbrothers, Anchorman 1 y 2, The other guys) se basa en hechos reales y usa grandes estrellas de Hollywood para darnos una clase didáctica de fenómenos macroeconómicos.

La comparación más obvia es la de El lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, que también nadaba en las espesas y hediondas aguas de Wall Street, sin embargo, Scorsese se la jugaba y (hasta lo último) sus personajes, esos que coqueteaban con los millones de dólares y eran adictos no solo a ganarlos sino a gastarlos, guardaban cierta coherencia. No había redención para la corrupción, ni ñoños sentimentalismos.

McKay, por su parte, toma como base el libro homónimo de Michael Lewis, lo adapta y explica (como un paciente profesor) los orígenes del colapso financiero que hizo que millones de americanos se quedaran sin casa y empleo, y no se decide si está haciendo un película de humor negro o un filme con mensaje a la conciencia.

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En toda tragedia o crisis, hay alguien que ve venir la bola de nieve, la ve o la presiente, y, en la película que nos ocupa, Mckay agarra a los personajes que supuestamente se percataron de la endeble estructura hipotecaria y le sacaron partido. Dicho de otra manera, estos sujetos tomaron los limones que la vida les dio y se fabricaron las súpermegas caipiriñas.

Michael Burry (Christian Bale) es uno de esos fabrica-caipiriñas. Con imagen desaliñada, y un solo ojo, Burry fundó su compañía SION Capital LLC, y atrajo a inversionistas a los que trepó al bus de esperemosquelamierdaestalleyrecojamoslasganancias.

Pero no fue solo Burry, el cíclope, el que se benefició de la caída de un obvio castillo de naipes, también algunos analistas, corredores y advenedizos más.

Uno de ellos, el personaje de Ryan Gosling, es el hilo narrativo de la película y rompe la cuarta pared para contarnos cómo fue el despelote.

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Ok. En los primeros 15 minutos, The Big Short resume de qué y hacia dónde va. SPOILER ALERTA Lo demás es una caja de resonancia mezclada con aderezos como el personaje de Steve Carrel y su muy empelucado Mark Baum, que a pesar de que está salivando porque la huevada colapse, es aquejado por ataques de culpa, y nos enchufan unos flashbacks sobre el suicidio de su hermano bastante chotos.

Eso no le impide cobrar sus 200.000.000 $us. claro, ni a él ni a los dos muchachos que son ayudados por un hippie chic Brad Pitt, Ben Rickert, cuyo personaje está en contra de todo lo que termina haciendo en la película. FINAL DEL SPOILER

The Big Short trata de alivianar un cúmulo de información que es súper aburrida y técnica con la muletilla de: “Ahora, Verónica Larrieu nos explica cómo caen las acciones cual si fueran achachairuses en temporada”

No está mal, aunque para el público promedio sigue siendo un lenguaje poco accesible y dentro de los engranajes mismos de la película, todo se vuelve bastante repetitivo.

Desde el principio, Mckay toma partido porque parece incómodo con los grises, y reflexiona sobre lo sanguinario del sistema bancario, del gobierno que socapa a los creadores de la crisis, y de la impunidad.

Sí, McKay, entendimos.

Qué jodida es la vida y el ser humano.

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La gran apuesta está nominada a 5 premios Oscar:

1.- Mejor Película: No está mal, pero me resulta difícil situarla entre lo mejor que vi del año, porque a pesar de su aire irreverente es una película bastante políticamente correcta que tiene aspiraciones más grandes que sus resultados. El acelerado montaje disimula un poco la corrección política.

2.- Mejor Director: McKay incursiona en un género que aún contiene los visos humorísticos de su filmografía anterior, pero creo que no supo comprimir su historia y en términos de dirección termina dando demasiados mensajes moralistas sobre un hecho que el espectador puede juzgar por sí solo.

3.- Mejor Actor: Christian Bale hace una muy buena representación de Michael Burry, quizás no tenga mucho que ver con el verdadero, pero Bale sabe actuar. ¿Se llevará el Oscar? Creo que hay opciones más sólidas como Tom Hardy en El Renacido, estos días me queda ver Creed.

4.- Mejor Guión adaptado: The Martian y The Big Short me parecen las apuestas más débiles de este apartado. Aunque nunca sabe, a la Academia le gusta lavarse la cara con temáticas sociales como esta.

5. Mejor Edición: Su edición está muy buena y cubre parte de las falencias del guión, aunque, nuevamente, tiene rivales que son mejores.

En resumen: The Big short es una buena película con una interesante historia. A ratos, la palabra que se te viene a la mente es: inteligente…porque lo es, pero el tufillo conciliatorio arruina un poco la experiencia.

Ahora, Falkor, mi perro, les explicará con huesitos lo que trato de decir.

(…)

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: es inteligente y didáctica Lo peor: repetitiva y moralista La escena: la de la Jenga y las intervenciones de los artistas invitados Lo más falsete: la supuesta culpa o remordimientos o tristeza de los personajes que esperaban que el sistema colapse para hacerse millonarios El mensaje manifiesto: si le das más poder al poder, más duro te van a venir a coger El mensaje latente: ponete vaselina El consejo: para ver en un horario en el que NO vayás a sucumbir de sueño El personaje entrañable: todos los que creyeron que las cosas saldrían bien adquiriendo casas sin tener cómo pagarlas El personaje emputante: Mark, el de Steve Carrell, porque fue el más moralizador de todos, con la cantaleta del hermano muerto y lo mal que se sentía de que la gente pierda sus casas. Sí, claro.  El agradecimiento: inteligente, a pesar de los peros que podás encontrarle.

CURIOSIDADES

  • «La verdad es como la poesía y la mayor parte de la gente odia la maldita poesía” es una frase que creó el mismo director, Adam Mckay, cuando no sabía qué frase decir sobre el bar de Washington.
  • Se basa en el libro homónimo de Michael Lewis, y es la segunda obra de Lewis que la productora de Brad Pitt produce, la primera fue Moneyball.
  • El estudio quería que los personajes sean menos odiosos, sin embargo, Mckay se impuso y quiso mantenerlos tal cual los vimos.
  • Es la primera aparición de Ryan Gosling desde que el 2013 anunció que se daba un respiro de la actuación.
  • El personaje de Christian Bale jamás comparte escena con ninguna de las otras estrellas principales.
  • Margot Robbie era la esposa del personaje de Leo Dicaprio en El lobo de Wall Street.
  • El verdadero Michael Burry tiene un cameo en la escena de las oficinas.
  • En el guión original las celebridades que explicaban los términos eran otras: Scarlett Johanson reemplazaba a Margot Robbie y Beyonce tenía el parlamento de Selena Gómez.

EN CARTELERA: Steve Jobs

Amantes de la manzanita, detractores de la manzanita, aspirantes a multimillonarios que siguieron la carrera de Steve Jobs con la esperanza de que se les peguen algunos dólares al absorber sus “enseñanzas”, estimados padawanes, lectores en general.

La nueva biopic del fundador de Apple ya está en cartelera para que todos vayan a verla, discutan cuán hijo de puta era el señor y busquen las biografías para constatar verdades o mentiras.

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Y muy al estilo binario con el que algunas personas ven la vida y el 2016, la película del británico Danny Boyle puede ser apreciada de dos maneras.

Como película a secas

Boyle no es un director muy prolífico, tiene casi 60 años y solo ha hecho 10 largometrajes, siendo lo mejorcito de su carrera lo que hizo al principio.

Con Tumbas al ras de la Tierra y Trainspotting parecía que Boyle estaba destinado a las grandes lides, pero el hombre ha ido de más a menos y aunque nunca deja de ser un cineasta interesante se podría decir que ha sido literalmente devorado por las exigencias de los estudios. Este es un ejemplo de cómo tu estilo y/o talento puede ser anulado miserablemente o cómo tu estilo y/o talento no evoluciona con vos.

No importa, igual ir al cine a ver una película de Danny Boyle es garantía de que pasarán cosas y sentirás cosas.

Boyle se junta con el guionista Aaron Sorkin y nos da una película entretenida, con excelentes actores, con una fotografía espectacular (Alwin Küchler: Hanna, Sunshine, Movern Callar, Divergente), con un muy buen montaje (Elliot Graham), con una excelente banda sonora (Daniel Pemberton: Operación U.N.C.L.E., The Counselor, In Fear) y, a pesar del aire sentimentaloide que nos ventea al final, hace salir del cine con la sensación de haber visto algo superior al promedio, de impecable factura.

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Si uno no se pone exquisito y pendejo con las comparaciones con el Steve Jobs real, puede ser una película muy disfrutable, gracias, sobre todo, a los diálogos que van y vienen de Aaron Sorkin.

Sorkin (Red Social, Moneyball), una vez más, muestra su pericia y audacia al lanzarnos una chorizada de texto que en ambientes más bien controlados (los lanzamientos de los nuevos productos de Steve Jobs) unen los hilos que conforman el perfil de un personaje tan lleno de capas como Jobs.

Y es que la biopic de Jobs parecía destinada al fracaso, sufriendo el abandono del director David Fincher en sus inicios, el rechazo de actores como Leonardo DiCaprio y Christian Bale, y quizás, la sensación de que era casi imposible abarcar con exactitud y precisión el proceso que convirtió a Apple en ese gigante de la tecnología.

Danny Boyle tomó ese desafío y eligió centrar la trama dando un repaso a la vida de Jobs a través de tres puntos claves: 1) Lanzamiento de la Macintosh 2) Lanzamiento de NeXT y 3) Lanzamiento de la Imac.

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El arco dramático va desde el aparente fracaso de Macintosh, la salida de Jobs de Apple y el retorno a Apple, todo esto condimentado o, más bien dicho, acentuado en la relación que el afamado ejecutivo llevó con su hija Lisa, que incluso sirve como vehículo para esbozar (falsamente) el nacimiento del Ipod.

Como película a secas lo compro. Compro el excelente desempeño de Michael Fassbender como un ficcional Jobs, compro la portentosa actuación de una Kate Winslet en su mejor forma, compro la ñoñez de los 20 minutos finales, compro el desfile de némesis/ex amigos/detractores que se le aparecían antes de cada lanzamiento, compro a Woz (Seth Rogen) mendigando reconocimiento ausente de su marca personal: el sentido del humor, compro los encuentros forzados para ponerse a charlar de cosas profundas y deudas antiguas, compro todo.

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Lo que no compro es que sea una buena biopic y ahí entramos en la manera número dos de ver este trabajo de Danny Boyle.

Como biopic o aproximación al personaje real

Físicamente, Fassbender no se parece en nada al verdadero Steve Jobs. Ni en joven, ni en viejo. Eso no importaría si el aura o la personalidad de Jobs estuvieran plasmados en otros aspectos. Desgraciadamente, Fassbender nos presenta un tiburón frío y despiadado, claramente obsesivo, que no digo que no sean características reales de Jobs, sino que el verdadero Jobs jugaba más a the nice guy, a tipo hippie, onda zen, coloquial en sus ademanes, un tipo más común, por decirlo de alguna manera.

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De hecho, hay biografías que cuentan que Jobs no era muy controlado en sus emociones sino más bien volátil, podía romper en llanto con tal de conseguir lo que quería, y ponerse histérico muy fácilmente. Con esto quiero decir que Fassbender le ha dado una elegancia al personaje que Jobs no tenía.

Hablando netamente de la fundación de Apple, sus problemas, los personajes que rodearon a Jobs, y los tres puntos que la película toca, es por demás decir que se han tomado bastantes libertades. Desde el énfasis en Lisa, que dicho sea de paso, vivió con Jobs a partir de los 14 años, pasando por la presencia constante de Johanna (Kate Winslet) que después de NeXT no siguió con Jobs, hasta la omisión de la segunda esposa de Jobs con quien se casó en 1991 y que en la película (cuya trama concluye en 1998) jamás es mencionada.

En la película Jobs (2013) protagonizada por Ashton Kutchner, los actores que representaron a los personajes reales sí tenían una similitud física más marcada. Kucthner y Josh Gad (Woz) eran muy parecidos a los dos chicos que juntos trabajaron en el garaje del papá de Jobs para fundar Apple. Jobs, sin embargo, languidecía ante una dirección de Joshua Michael Stern carente de imaginación y con un tono muy de telefilm de Lifetime.

Acá se omitía el papel relevante de Johanna y se daba más vuelo a las relaciones tempranas de Jobs con sus colaboradores, con la madre de Lisa, con el amigo con el que fue a la India y que luego dejó botado como una chancleta, con Woz, para luego siguiendo la fórmula hollywoodense contarnos su glorioso ascenso, mensajitos de autoayuda de por medio, y vendernos una imagen de superación, excesivamente amable del personaje.

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Por su parte, el documental Steve Jobs: The man in the machine profundiza un poco más. Alex Gibney, responsable de documentales como Freaknomics, Gonzo: Vida y hazañas de Hunther Thompson, La mentira de Lance Amstrong y Going Clear: Scientology and the prison of belief muestra el lado más oscuro tanto de Jobs como de Apple bajo el mando de Jobs.

Así sabremos de los 18 suicidios en un año que tuvo en una de sus fábricas, que se estacionaba siempre en la zona de discapacitados, las malas prácticas corporativas, la contaminación ambiental de Apple, la explotación de sus trabajadores, sus movidas ilegales para sacar dinero a paraísos fiscales, su ausencia absoluta de filantropía, su carácter vengativo, ya que estando a punto de morir de cáncer se dio tiempo para perseguir a un periodista por haber filtrado el nuevo Iphone, y otros.

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Lo que jode de The man in the machine es el tono de introspección que adopta Gibney para abordar la figura, las preguntas que se hace ante la masiva respuesta de las personas a la muerte de Jobs, ¿por qué la gente llora? ¿Por qué la gente hace cola durante horas por un teléfono? ¿Por qué Steve Jobs trascendió por encima de gente que sí eran ingenieros, técnicos o expertos en softwares? Y el cierre, onda filosófico existencial del documental, que juega a que no juzga al personaje, pero sin embargo se regodea en las zonas más polémicas del mismo.

Así que no, ni Jobs ni Steve Jobs: The man in the machine lo consiguieron tampoco.

Y si tenés como referencia o como comparación esos dos trabajos, Steve Jobs de Danny Boyle es una rueda más al carro que intenta retratar a este complejo personaje.

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Puede que algunos piensen que el trabajo de dirección de Boyle y el de guión de Sorkin, son más que suficientes para decir que la película es de lo mejorcito del año. Sin ir muy lejos, de las últimas películas de Boyle debe ser la más inspirada. Puede que también crean que Fassbender se merece su nominación al Oscar por una brillante actuación que no es precisamente tributo al personaje que recrea. Puede que sí, pero para los que busquen a Steve Jobs como tal, supondrá una mezcla de sentimientos. Un coitus interruptus.

Steve Jobs, no el de Ashton ni el de Fassbender, decía que no tenías que ser mejor que la competencia, sino diferente. Think Different era su lema, hasta el momento ninguno de los trabajos audiovisuales que intentan ahondar en su vida lo es.

Eso sí, la otra máxima que vendía como slogan: «cambiar el mundo», para bien o para mal la cumplió con creces y las películas/documentales que salen unos detrás de otros, lo prueban.

Buenos días, esito sería. Cierro por unos instantes mi Mac.

Mónica Heinrich V.

EXTRA:

Acá el link de descarga de la biografía escrita por Walter Isaacson: Steve Jobs (Spanish Edition) – Walter Isaacson

Lo mejor: los elementos que componen una buena película están ahí: actuaciones, dirección inspirada, montaje, guión (incluso con su parte cursi) y arcos narrativos.

Lo peor: el Steve Jobs de Fassbender y de Boyle no es el Steve Jobs de Apple.

La escena: la primera secuencia introductoria al personaje, la de la coincidencia, las charlas con Scully estuvieron muy buenas.

Lo más falsete: lo de la hija, lo del ipod, lo de Woz todo el tiempo mendigando reconocimiento.

El mensaje manifiesto: Think Different

El mensaje latente: definamos Diferente

El consejo: Vela subtitulada, y sin exigir muchas similitudes con el Jobs real.

El personaje entrañable: Siempre sentí particular simpatía por Woz

El personaje emputante: la mamá de Lisa.

El agradecimiento: porque es amena y porque mueve a buscar mayor información sobre los personajes reales.

CURIOSIDADES

Tuvo un presupuesto de 30.000.000 $us.

Los espacios temporales de la película fueron filmados con diferentes técnicas para mostrar los avances de la tecnología, los inicios de Apple se filmaron en 16mm, luego en 35mm y la parte final en digital para que queden tácitamente marcados los 16 años que pasaron hasta la escena final del filme.

Fincher dejó la película porque no cumplieron sus dos exigencias: 10.000.000 $us. por dirigirla y tener absoluto control creativo del proyecto.

Steve Wozniak fue consultor del filme.

Las audiciones no se hicieron con el guión de Sorkin sino con escenas de Newsroom la serie de TV del mismo guionista.

Como la película está dividida en tres secuencias, la filmación se hizo igual. Se ensayó durante dos semanas, se filmó el primer pedazo durante otras dos. Se detuvo otras dos semanas en las que se ensayó la otra parte, y luego se filmó. Y lo mismo sucedió con la tercera parte.

El guión tenía alrededor de 180 páginas y Fassbender se lo memorizó.

Aaron Sorkin hace un cameo mientras Steve Jobs y Woz discuten en el teatro vacío. Es una de las personas que pasan por el fondo.

EN CARTELERA: El Clan (Argentina)

Nunca un poster fue tan sincero: La realidad supera a la ficción.

Así es, muchachos, El Clan de Pablo Trapero se queda corta en sus aspiraciones a trasladarnos al perturbador mundo de la familia Puccio.

Muy corta.

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En 1982, el joven Ricardo Manoukian es secuestrado. A pesar de que la familia pagó el rescate, el cuerpo del infortunado aparece con tres balazos. Así comienza una de las historias criminales más sórdidas de Argentina.

Sórdida porque ya en 1985 y después de tres secuestros más, se detiene a Arquímedes Puccio un milico de la dictadura en retiro y con nexos en las altas esferas políticas y militares.

Puccio hizo lo que hizo ayudado por otros dos “colegas” y con la complicidad (aparente) de toda su familia: la esposa (llamada curiosamente Epifanía), tres hijos varones y las dos hijas mujeres. El mayor de los chicos no pasaba los 22 años y la menor aún estaba en colegio.

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El tráiler de El Clan sí capturó ese hedentina que nos envolvía cual pesado poncho cuando pensábamos en dicho despelote. El plano secuencia de la cotidianidad de esta familia inmersa en sus actividades, que sigue a papá Puccio por la casa en la que todos conviven y que termina con el secuestrado enmanillado en el baño del segundo piso, estaba demasiado bueno.

Si la película hubiera seguido esa tónica tendríamos un peliculón de aquellos, pero Trapero decide hacerle homenajes a Scorsese, a Mann y estiliza tanto la historia como los personajes en una vacua búsqueda de alcanzar las fórmulas americanas.

Quiero decirle algo a Trapero: los gringos hacen eso que intentó hacer y lo hacen mejor.

El-clan-1-e1447348398431El guión, también de su autoría, crea un anclaje emocional en la figura del atormentado Alejandro Puccio (Peter Lanzani) y nos lo presenta como un chico con futuro en el rugby que queda atrapado por las telarañas de su padre, Arquímedes (Guillermo Francella).

Juega con el glamour que rodea al joven Puma, y lo contrasta con una vida familiar clasemediera en problemas por el cambio de gestión del país.

Con algo de ingenuidad y como muletilla, Trapero recurre en demasía a las imágenes de archivo para remarcar constantemente que la dictadura terminó pero que la nueva etapa democrática levanta incertidumbre y que gente como Puccio quedó sin opciones laborales. Sí, a pesar de que la dictadura concluyó algunos resabios flotan en al aire, escondidos pero presentes.

Agradezco el contexto, pero me estorba el subrayado.

Más aún si este subrayado es un mero ornamento que evade el tema más contundente del caso Puccio. Arquímedes Puccio fue parte del SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) y también se dice que de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina: grupo paramilitar de extrema derecha que durante la dictadura “limpió” a la oposición), los entretelones del caso en el que es evidente estaba inmersa mucha más gente son apenas acariciados.

No hay profundidad, solo el morbo de agarrar a Puccio como psicópata narcisista y no contarnos más nada.

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Algo que me aterraba del verdadero Puccio era su capacidad de camuflarse con el ciudadano promedio, cuando uno lo escucha en las entrevistas descubre un estilo coloquial, casi casi como cualquier panadero, jardinero, hombre mayor que te topás en alguna calle de Buenos Aires, eso es lo que provoca mayores escalofríos: La normalidad escondiendo un monstruo.

Y jode porque indirectamente te dice: tu mundo no es seguro. El tipo parecía un señor mayor normalito y mirá lo que resultó.

El Arquímedes Puccio de Francella, por el contrario, es un casi robotizado ser que además tiene look vampírico y afectado, ya con el chip de “soy malo, muy malo, no te imaginás lo malo que soy”.

Al Puccio de Francella te lo topás por ahí y te va a dar cosita de entrada.

Ok. Son las licencias narrativas al trasladar la realidad a la ficción, pero creo que ganaba más si no recurría a un estereotipo de villano.

La banda sonora también me significó un problema, una seguidilla (en su mayoría) de canciones gringas, estilizando aún más esta historia de una oscura familia venida a menos. Y ya quitándole el pero del algo burgués uso de temas en inglés, está excesivamente musicalizada. Perdí la cuenta de las canciones que puso en los momentos menos adecuados dándole aire videoclipero.

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Sí, sí, sí, a El Clan la historia le queda grande, aunque haga méritos suficientes para que los 110 minutos que dura sean “entretenidos” (muy al estilo Hollywood) .

Trapero se ha convertido en un director bastante impersonal, que funciona correctamente y entrega productos correctos, pero que no trasciende ni creativamente ni narrativamente.

El Clan, cuya historia en la que se basa parecía destinada a que salgamos del cine desconfiando del amigo, del vecino que barre la calle, de los uniformados policías y de esa invisible mano que mece la cuna a nivel político, nos devuelve la imagen de un director que sueña con las alfombras rojas hollywoodenses y que en su afán de trasladar una trama argentina al fuero universal, entrega una película desangelada y sin intensidad.

Arquímedes Puccio, luego de un proceso judicial que solo puede caratularse como extraño,  alcanzó su libertad en el 2008 y se convirtió en abogado. Un periodista lo fue a buscar a la Facultad de Derecho,  el líder del infame clan, que seguramente carga más muertitos de los que se supo, lo recibió amablemente. Ahí, el periodista recorrió los pasillos universitarios con el viejo a su lado. Amén de que los jóvenes estudiantes no tenían idea quién era ni escuchando el nombre completo, Puccio empieza a decir canchero: «Mirá cómo camino, quién me para a mí. ¿A quién le tengo miedo yo?» El periodista interviene: » Bueno, en alguna oportunidad se le tenía mucho miedo a usted» y  Puccio desestima esa afirmación exclamando muy fresco: ¡Pero ¿por qué? Todo por la prensa, querido!»

Ese es el Puccio jefe de un clan, líder de una mafia. Ese es el Puccio al que puedo imaginar secuestrando, torturando y asesinando personas sin siquiera pensar en ellos al día siguiente. Ese es el Puccio que queríamos. Y detrás de ese macabro Puccio, el clan, y detrás del clan la sombra del poder que lo protegió.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: se deja ver con interés

Lo peor: el montaje, los flahsbacks, la música gringa, y que a grandes rasgos se siente hueca en comparación a las impensables ramificaciones que tiene el caso Puccio.

La escena: el salto de Alejandro, y el montaje (too much) paralelo entre la escena sexual y la tortura.

Lo más falsete: el personaje de Puccio, cero matices. Un villano de manual de película americana.

El mensaje manifiesto: Solo vemos lo que queremos ver

El mensaje latente: Lo que no vemos puede que sea demasiado para nuestros ojos

El consejo: Vela, y antes o después nutrite de la extensa información que hay sobre el caso en las redes.

El personaje entrañable: las víctimas

El personaje emputante: la forzada representación de Puccio

El agradecimiento: porque dentro de todo es entretenida y su factura técnica aprueba.

LINKs de interés

EN CARTELERA: Our brand is crisis (Experta en crisis)

Mis queridos coterráneos, tengo noticias para ustedes: somos exóticos y fascinantes. Ajá. Casi, casi como el buitre barbudo o el ciervo de agua chino.

No hay vueltas que darle.

Pero antes que nos champemos en las oscuras aguas del pantano es mi deber anunciar que: Our Brand is crisis no es sobre Bolivia, ni siquiera sobre el duro mundo de las campañas políticas, Our Brand is crisis es, por encima de todo, una película sobre Calamity Jane.

Y es ahí donde descubrimos, una vez más, que el mundo es una breve mascarada.

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Caballero, si usté está yendo al cine a ver una inteligente película sobre las pestilentes argucias de los asesores de campaña electoral, si usté piensa que se pringará hasta los codos removiendo secretos y descubriendo verdades, se ha equivocado de sala.

Señorita, si usté está yendo al cine a ver algo medianamente interesante sobre los hechos acaecidos en la reelección de Goni (aquella que terminó con el gringo huído), si piensa que verá un retrato/parodia/simulación de Manfred, Evo, y cualquier otro personaje/hecho verídico que pueda servir como entretenido espejo de la bolivianidad, también se ha equivocado de sala.

Repito, por si no lo ha captado, esta es una película sobre Jane y Jane no es otra que Sandra Bullock, criollamente designada como “la Sandra».

La Sandra interpreta a una Jane que NO es experta en crisis, no, así que no sé quién carajos hace las traducciones de los títulos en español, Jane es experta en la manipulación de las masas, en el cambio de opinión de un electorado que en su gran mayoría no sabe realmente por qué vota a quien vota, Jane es asesora de campañas políticas.

Cuando la película comienza, la Sandra está en retiro espiritual onda hippie chic, con cerámica zen de por medio, hasta allá van a buscarla unos crispines que quieren que participe en la campaña del oligarca neoliberal Pedro Castillo (supuesta figura ficcional de Goni).

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Las motivaciones de Jane para aceptar el trabajo son simplemente relacionadas a una vieja rivalidad con Pat Candy (Billy Bob Thornton) que se encuentra asesorando a Rivera (supuesta figura ficcional de Manfred) y quien encabeza las preferencias para ocupar el tan cotizado sillón presidencial del Palacio Quemado.

De esta manera, la Sandra se viene a La Paz y tanques de oxígeno de por medio decide que ya que su candidato es odioso, jailón, con mala fama y algo atorrante para relacionarse con el pueblo, la marca de la campaña será: CRISIS.

Sí, sí, sí. Recordemos que hay dos tipos de candidatos ganadores, uno: la esperanza, lo nuevo, aquello que devuelve la fe un futuro mejor y dos: ese que será el mejor guerrero para una situación de crisis.

Frases de grandes pensadores van y vienen, gags también van y vienen, en algún momento describen a Bolivia como un país cuya democracia es frágil, aquejada de convulsiones sociales y con mayoría indígena. Uno de los gringos dice que la Sandra tiene que imaginarse a USA con millones de apaches, bueno, un difícil cuadro ya que ellos tuvieron la “democrática” idea de exterminarlos.

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Castillo está interpretado por Joaquim de Almeida y amén de  escasas similitudes con el Goni al que evoca, lo de Almeida es tan boliviano como los actores nicaragüenses, hondureños, mexicanos, y whatever que representan al resto de los personajes.

Hay llamas, algunos folklóricos bloqueos, unas cuantas banderitas rojo, amarillo y verde, paisajes paceños, cholitas y paren de contar.

Lo boliviano es simplemente una vitrina que sirve de gag para que la Sandra se pare a verla con sus asombrados ojitos gringos: lo hará pijchando, con chulos colorinchis, prácticamente envuelta en el aguayo. No cabe duda, es el alma máter de la película con un personaje que carece de la más mínima coherencia.

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Porque Jane se pasa meses acompañando al tal Castillo y haciendo las cosas más ruines con tal de ganar las elecciones y voilá, SPOILER ALERTA cuando finalmente ganan las pinches elecciones, la doña entra en crisis existencial. La carcome la culpa porque OH! El político mintió! Ella que tiene toda la experiencia del mundo mundial no se lo vio venir OH! Castillo los cagó a todos. QUE SORPRESA! Qué inaudito! Sí, el pueblo  pobre y pintoresco ha sido engañado y ella, ELLA, la mal llamada experta en crisis, lo hizo posible. Es tan fuerte el momento que  resulta que lo que hemos visto es un recuerdo para saber cuál fue el punto de inflexión que la llevó a trabajar contra las injusticias latinoamericanas SPOILER FINAL.

Digan si no es lo más cojudo que han leído en mucho tiempo.

La culpa es de Peter Straughn, guionista que curiosamente hizo películas bastante aceptables como El Topo, La Deuda, Frank.

En Our Brand is crisis, es el absurdo lo que se impone en un relato que se focaliza en puntos de lucimiento para la Sandra. Hay cierto desgano, cierto valeverguismo en hacer la historia creíble y  el error mayor es haberla convertido en una “comedia” de medio pelo. Si a eso le agregamos que la película agarra onda de redención casi al final, imagínense qué tenemos.

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David Gordon Green es el director de este filme que se basa en un documental mucho más interesante del mismo nombre, ahí no vendían simulacros y nos decían directamente que ellos ponen y sacan presidentes cuando les da la gana y de la manera que les da la gana. In your face, Bolivia! Esos maquiavélicos sujetos deben estar en un país tercermundista haciendo de las suyas mientras nosotros vemos películas chabacanas de la Sandra.

Gordon Green tiene como su trabajo más conocido a Pineapple Express.

Sin comentarios.

A nivel actoral, pues yo sí respeto a la Sandra como actriz. No es mi favorita, pero me parece que trabaja bien. De hecho, es gracias a ella que se pueden disfrutar algunos momentos. El resto de los actores son meramente ornamentales, hasta Billy Bob está ahí con la misma intensidad que la llama Marco. Quizás lo más emputante eran los actores latinos que fingían ser bolivianos y decían sus textos con todo tipo de acentos.

Así las cosas, Bolivia tiene su pequeño cameo. Un cameo de plástico y cartulina.

Se estarán preguntando si, por lo menos, es entretenida. Pues si te la tomás como una película de la Sandra  que vas a ver por Billy Bob Thornton, puede que la pasés bien. Hubiera ganado mucho en ese punto si le quitaran toda la parte de la redención.

De lo contrario, este repaso a la existencia de Calamity Jane es una calamidad en toda regla, es como sentarte a comer un pedazo de pizza recalentada acompañada de una Coca-cola sin gas.

Y lo peor, es que cual político cochinón promete mejores cosas de las que finalmente entrega.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: tiene algunos momentos que sí arrancan por lo menos una sonrisa Lo peor: chicha sin dulce La escena: la Sandra con los tres bolivianos jodiendo a Billy Bob Lo más falsete: la mayor parte de los dizque bolivianos y claro, la redención de un personaje como Jane  El mensaje manifiesto: Bolivia es una vitrina rica en gags El mensaje latente: somos exóticos como el buitre barbudo y el ciervo de agua chino El consejo: mangueá la invitación a verla y hacelo en VOS, imagino el desastre que será doblada El personaje entrañable: la llama Marco El personaje emputante: el fan al pedo de Castillo (personaje de Reynaldo Pacheco) El agradecimiento: que termina.

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