LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

TELEVISIÓN: Squid Game 2 / Disclaimer / All creatures great and small

Por: Mónica Heinrich V.

EL JUEGO DEL CALAMAR 2 (Squid Game temporada 2)

No esperaba mucho más.

Ya en la reseña de la primera temporada (la pueden leer ACÁ) hablábamos del cansancio.

El eco de las dudas acumuladas, diría Pessoa.

Porque después de tanto camba muerto (455 para ser precisos) y de un discurso cojudo al final. No había mucho más que esperar. ¿O sí?

Pero los coreanos siempre vuelven. Y eso me encanta. Porque recuerden: 내 마음은 한국의 것이다.

Así que me preparé, me preparé para regresar a beber la leche ya rancia de la madre del ternero: Los deudores morosos, ambiciosos, irresponsables, boludos y más descartables que las Oreo con sabor a Coca-Cola. El chancho dorado lleningo de suculentos quintos añonueveros. La muñecota barriendo todo a su paso. Y el instinto de supervivencia mezclado con instinto asesino convertido en experiencia pipoquera, para que nosotros, atiborrados de chancho navideño y pavo, veamos con beneplácito y cansancio (dudas cacofónicas) las nuevas aventuras de El juego del calamar.

Gi-Hun (Lee Jung Jae) que era el tipejo (sí, tipejo) más desagradable de Corea. El más pusilánime. El más pendejo. El más irresponsable. El más caradura. El más decepcionante. El más más. Ese mismito. Luego de eliminar a 455 competidores y tener una pequeña fortuna capaz de pagar la deuda externa de algún país tercermundista, se convierte en un ser íntegro. Al parecer es más fácil ser íntegro con quintos que sin quintos. Y claro, en lugar de hacer algo productivo con los quintos, quiere vengarse del juego que lo volvió millonetas, porque qué pesar todos los que murieron para que él tuviera sus quintos, y qué desgraciados los que se aprovechan de las deudas y la desesperación de los que murieron para que él tuviera sus quintos.

Lástima que los quintos y el deseo de venganza no iluminen como focos de neón de supermercado el cerebro de nadie. Lástima. Porque el plan de Gi-Hun es de una estupidez casi insultante. O por ahí es nomás la flojera de Hwang Dong-hyuk (director y guionista de la serie) que no tiene empacho a la hora de gritar que está harto del proyecto. Porque sino no se explica la desidia para el manejo de la trama. Una trama que necesitaba un poco más de entusiasmo, tomando en cuenta que ya no goza del factor sorpresa de la novedad.

Volví más pendejo que en la primera temporada. Síganme.

Habíamos dejado a Gin-Hu teñido. Y al comenzar la nueva temporada nos lo destiñen. Han pasado años, pero la venganza sigue en pie. Muy coreano todo. El plan vengativo de Gin-Hu, obviamente falla, y termina metido, una vez más, dentro del juego. Qué bruto. Y como ya nos acostumbraron en la primera temporada, entre los concursantes tenemos un mix pluri-multi: mamá-hijo, para el vínculo emotivo-filial, una trans para cuota LGBT, chica embarazada para cuota femenina en estrés, rapero yonkie para cuota villana, chamana loquita para cuota excéntrica, amigo de antaño para que cuando muera suframos y así. Ah, y como no podía faltar, porque parece que les gustó echar mano de ese ardid, está…fanfarrias, por favor: el infiltrado, con el mismo número que el viejo chantulín de la primera temporada.

La muñecota (a quien extrañábamos) vuelve a hacer de las suyas. Gi Hun, sobrevive, a pesar que entre tanto grito y temblequeo desesperado por salvar las vidas de los otros jugadores, debió ser eliminado sin piedad. ¡MATALO, MUÑECOTA. MATALO!

La dinámica conocida por el espectador cambia en el segundo juego, donde veremos juegos nuevos (gracias a Dios) y cambia, también, con las larguísimas votaciones. Más transparentes que las de cualquier país en democracia.

Mientras tanto, el paco inútil de la primera temporada, Hwang Jun Ho (Wi Ha-joon) sigue igual de inútil, arrimado a un pescador que se nota a la legua más falsete que las galletas Oreo sabor Coca-Cola. Todo lo que sucede con él es un tiempo absolutamente muerto. No pasa nada interesante. O relevante para la trama. Es más o menos como cuando vagaba por la isla al divino botón.

SPOILER A Gin-Hu, que no se le cae una sola idea buena durante toda la temporada, se le ocurre incitar a la revolución, cual Mayo francés, cual Primavera Árabe, con uno de los planes más descabellados que veremos nunca. Encima, contradiciendo totalmente la idiosincrasia del jugador promedio metido ahí: uno que necesita pagar sus deudas, que ha aceptado la posibilidad de morir sangrientamente por los quintos y que lo justo/heroico se lo debe pasar por el fundillo FIN DEL SPOILER

Son sanguinarios, están perturbaditos, están armados hasta los dientes, tienen entrenamiento, conocen bien el lugar, la plata ya valió verga, pero adivinen qué… los vamos a derrocar. Caerán como moscas, aunque no tengamos matamoscas.

No importa nada, mis querubines, ahí donde El Juego del Calamar 1, intentó enchufar una reflexión social, de ricachones VIP con la ociosidad y la necesidad hedonista de ver morir gente yesca, ahí donde incluso se dio tiempo de humanizar a sus personajes, a los descartables jugadores yescas, en El Juego del Calamar 2 es solo pan y circo. Como una check-list de las cosas que creen que funcionaron mejor en la primera entrega (la Muñecota, por ejemplo) y unas ganas de pisar el acelerador en la brutalidad y las muertes (como cuando juegan a la ruleta rusa con el doncito de Train to Busan), porque…ajá…así es…entretiene.

Y esa sería su mayor virtud. Dentro de todo, sigue siendo muy fácil de mirar, de consumir. Tiene un diseño de producción impresionante, con dos nuevos juegos estéticos y vertiginosos que mantienen la tensión hasta el final. Su imaginería visual compensa su falta de imaginación narrativa.

A pesar de la unidimensionalidad de Gi-Hun, a quien solo le falta la Biblia bajo el brazo, y los tropos a los que recurre sin ningún rubor, la serie consigue que no abandonemos una carnicería en la que intentan crear paralelismos de la explotación económica con el trabajo de la chica que se disfraza de conejita y que tiene jornadas extenuantes y acaloradas debajo del traje. Un discurso que en la superficie siempre ha intentado criticar el capitalismo salvaje, pero que por lo bajo jamás logra articular algo coherente o profundo fuera de los juegos a los que el entretenimiento vacío está anclado.

La temporada 2 de Squid Game es un coitus interruptus. Esta cortada con un hachazo por la mitad. Cual mago que parte a su asistenta en dos. Porque recuerden: En la vida real, siempre hay un chancho lleningo de quintos que añorás conseguir. Y Netflix cuida ese chancho a mil.

Lo mejor: La muñecota y que, a pesar de todo, sigue siendo entretenida Lo peor: poco creativa y mucho más tonta que la primera  La escena: la muñecota, la ruleta rusa y los juegos nuevos Lo más falsete: la revolución chota que intentan El mensaje manifiesto: que tengás mucha plata no quiere decir que tengás muchas luces El mensaje latente: La violencia estilizada tiene pegue  El consejo: para verla sin demasiadas expectativas. Una tarde de sábado lluvioso. El personaje entrañable: la muñecota, obvio El agradecimiento: por la Muñecota.

DESPRECIO (Disclaimer)

Ay, amig@s. Es que me sorprende mi reincidencia. Debí sospecharlo. Claro que sí. Cómo me voy a poner a ver esta serie de Cuarón sin imaginar que se vendría lo que se vino. CÓ-MO.

Tenemos una historia. Él y yo. Nos conocemos. Te conozco, mosco. La última experiencia, la más reciente (no tan): “su carta de amor a la empleada”, reseñada ACÁ. Y voy y caigo y/o “resfalo” en su carta de amor al #metoo.

Es imposible traducir la palabra Disclaimer de una manera elegante. Sería algo así como aviso, como advertencia, como: no me hago cargo. De hecho, es una palabra muy útil y divertida para iniciar conversaciones difíciles o chismes densos.

A alguien se le ocurrió traducirlo como Desprecio, que no, a la serie no le pinta ni un poquito. La novela homónima de Reneé Knight en la que se basa fue traducida como Observada, que tiene mucho sentido. La pueden leer ACÁ.

Esto es así: Catherine (Cate Blanchett, siempre impecable) recibe un libro. El perfecto extraño. Y en el libro (de autor desconocido) cuentan una historia de su pasado. Una historia que ella ha querido olvidar y que nosotros queremos descubrir. Alguien quiere atormentarla con ese secreto o “castigarla” como dice ella misma. El secreto parece ser “muy delicado” “grave” “jodido”, porque todos los involucrados andan pelando cable.

En el momento en el que Catherine recibe el libro atormentador, lleva años casada con Robert (Sacha Baron Cohen, el mismísimo Borat) y tiene un hijo mamerto llamado Nicholas (Kodi Smit-McPhee, el de The Power of the Dog).

Así es…somos familia, pero no nos decimos cosas importantes…

En paralelo, vemos a Stephen (¡te queremos, Kevin Kline!) un profesor viudo que es despedido y que va contándonos de entrada que él tiene unos asuntitos pendientes con Catherine.

Además, nos meten flashbacks de Jonathan (el hijo de Stephen (¡te queremos, Kevin Kline!)) como pildoritas de “el ayer”. Donde se supone está enterrado el secreto jodido.

Hay esas tres líneas narrativas, hay voces en off, en primera, en segunda y en tercera persona. Hay demasiado.

Y sí, uno está ahí con el ojo pelado, pero dudoso. El ojo que duda.

Porque cuando finalmente recrean la escena que justifica el accionar de Don Stephen, es demasiado cursi, tirado de los pelos, romantizado. Y te empieza a hacer ruido. Una voz (tuya), la que vio Roma, te dice que algo no está bien.  SPOILER: ¿Cómo una tipa como Catherine encontró medianamente encamable a ese boludazo (Jonathan) que vemos en pantalla? Era un manual andante de cómo no ser sexy en la playa: un chico en chancletas, sin charla, sin sex appeal alguno, sin nada interesante. Ya era creepy con su cámara sacándole fotos a una desconocida, aunque en esta parte de la historia supuestamente no lo es. Ajá. Y una doña que parecía modelo de Victoria Secrets. Bikini rojo y todo…¿lo elige como pecado extramatrimonial? ¿Todo eso para decirnos que la choca se alocó y dejó que a ese pan de Dios lo matara el mar? FIN DEL SPOILER 

Hola, soy Jonathan. Creepy incluso en la versión no creepy de la historia.

Cuarón en su adaptación de Disclaimer se pone tramposo. Algo que sabe hacer muy bien.

En sus siete episodios apuesta a que nos subamos al barco de “Catherine, crazy bitch”, de una manera menos honesta que en el libro. Y ese barco navega a todo trapo. Las contradicciones llueven sin pudor. Las estupideces también.

Catherine, crazy bitch, cae en desgracia. Todos se vuelven contra ella. Y el plan de Cuarón es ese. Que el espectador la deteste, porque quiere mostrarnos SPOILER: lo equivocados que estábamos, lo mucho que debimos poner en práctica eso de: escuchamos, pero no juzgamos FIN DEL SPOILER

Así que hay punto de giro. Un: “Ajá, cayeron” “Se la creyeron” “Compraron mi pomada vencida”. Y el ojo que duda, duda más. ¿Por qué nos hacés esto, Cuarón? ¿POR QUÉ? Toda la secuencia que revela “la verdad verdadera” se me antojó igual de forzada que la versión romantizada del bikini rojo. Una situación caricaturizada, tonta, sin asidero. Con un Jonathan más creepy que nunca. Y encima, subido tardíamente a la ola del #metoo. Hasta llegué a pensar que se venía OTRO punto de giro. Así de fuera de tono era todo. Y no, no llegó.

Aquí se queman las esperanzas de que este final levante.

Disclaimer tiene un gran reparto. Grandes nombres. Grandes actuaciones (¡te queremos, Kevin Kline!), pero su episodio final se podría llamar Desastre.

Intenta ponerse en una posición de virtuosismo moral y de condescendencia feminista casi irritante.

Las voces en off me agotaron. Remarcaban lo que veíamos en pantalla. No me molestan las voces en off cuando suenan bien y están bien utilizadas (Te queremos, Meredith Grey), pero en este caso, era algo anticlimático, sobre todo cuando estaba en segunda persona. Amiga, silencio. Quiero ver e interpretar sola.

Una sensación rara, como cuando se ponían a cantar al pedo en Joker 2.

El disclaimer de Disclaimer: Es Cuarón.

Lo mejor: Kevin Kline…porque: TE QUEREMOS, KEVIN KLINE Lo peor: el punto de giro La escena: la «revelación» Lo más falsete: la revelación y que Catherine no llame por teléfono NUNCA al hospital pa prohibirle la entrada al viejo El mensaje manifiesto: machirulos everywhere El mensaje latente: nada es lo que parece El consejo: para verla solo por Kevin Kline El personaje entrañable: Don Stephen porque…LO INTERPRETA KEVIN KLINE El agradecimiento: creo que ya lo saben: por KEVIN KLINE.

TODAS LAS CRIATURAS GRANDES Y PEQUEÑAS (All Creatures Great and Small)

Pensar que uno mira mucha huevada retorcida, oscura, incoherente, boluda, y se pierde de estas series sencillas, cuyo único objetivo en la vida es pintarte una sonrisa en el alma.

Acababa de ver la serie documental Cold Case: Who Killed JonBenét Ramsey? en Netflix, y había quedado con una nube negra encima. Sintiendo que el mundo era lo que decía Dulcinea del Toboso con la boca de Aldonza en una obra de teatro que vi hace añadas: El mundo es un maldito estercolero.

Así que quise “limpiarme” y me vi All creatures Great and Small...

Vibramos tan alto como nuestro poster.

Esta serie cuyo título ya te referencia cierta celebración a los animales, es muy tierna.

Se basa en el libro homónimo de James Herriot (lo pueden leer ACÁ). Que no es otra cosa que las memorias de un veterinario en un pueblito inglés

James (Nicholas Ralph) es un joven recién graduado que llega a Yorkshire. Estamos en los años 30s más o menos. El chico se postula para ser ayudante de Siegfried Farnon (Samuel West), el veterinario de la zona: viudo, estricto, con un carácter un poco de mierda, pero en el fondo es una taza de chocolate beniano.

Los episodios de la primera temporada (que son seis más un especial navideño) tienen como protagonistas a los animales y los espectaculares paisajes ingleses. El pekinés cochi Tricki, el caballito Andante, la gritona Sheila, el salchicha al que se le cae la sandía, la vaca en parto, la vaca con absceso, la perra en parto, uf. Cada episodio es una montaña rusa de emociones donde esperás que ningún animal muera y confiás ciegamente en las habilidades de Herriot y Farnon. En tu mente: Los docs.

Tricki, vas dejar de ser cochi. Yo te voy a ayudar.

La serie no tiene antagonistas, solo personajes humanos que se mueven alrededor de las actividades de los veterinarios. Está la benévola Sra. Hall (Anna Madeley) que es la ama de llaves y, espero, futuro amor del doc Farnon. Está Tristan (Callum Woodhouse) el irresponsable y disoluto hermano menor del doc Farnon. Está la encantadora Helen (Rachel Shenton) que es el crush del doc James. Está Mrs Pumphrey como la dueña consentidora del cochi Tricki. Y así. Es un pueblo pintoresco con hermosos paisajes.

No tiene mayores puntos de giros ni cliffhangers, es una serie para disfrutar de situaciones comunes, ver animalitos por doquier, gente que quiere a sus animalitos, y personajes ñoños y buenos.

Quizás lo único que le veo como medio HMMM es ya una tara personal. Entre tanta celebración a la vida, al ser humano, a las criaturas grandes y pequeñas, el tal James tiene su familia, sus padres, en otra ciudad. Son gente obrera que bregó un montón para sacarlo adelante. En esta primera temporada solo se los ve al inicio, e incluso en Navidad, el tal James no va a verlos. Amigo, andá juntate con tu familia también.

All creatures great and small tiene cinco temporadas hasta la fecha y está bajo el paraguas de la BBC. Cuenta con una gran trabajo de adaptación a la época tanto en dirección de arte, vestuario, música, así como interpretaciones sólidas (incluyendo a los animales) y gran fotografía. Esta serie es un placentero descubrimiento. Una limpia necesaria de todas las cosas horribles que no solo se miran, sino se viven.

Así, de la nada, te volvés a acordar del caballero de la triste figura, y esta vez con una de sus frases más lindas y muy ad hoc:

«El cielo que no se cansa de cuidar de sus criaturas, siempre las ilumina con su favor.»

Lo mejor: Todas las criaturas grandes y pequeñas Lo peor: cuando muere algún animalito  La escena: todos los primeros planos de los animalitos Lo más falsete:El mensaje manifiesto: se puede vivir una vida tranquila y feliz con muy poco El mensaje latente: Hay tanta belleza y bondad en el mundo (ñieee)  El consejo: para disfrutar y sonreír El personaje entrañable: todas las criaturas grandes y pequeñas El agradecimiento: por todas las criaturas grandes y pequeñas.

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3 Comentarios

  1. Hola señorita Monica, cómo va todo? Creo que la segunda temporada del amigo molusco trae cosas interesantes, SPOILER los psicopatas vestidos de rosado y el de negro también tienen sus demonios internos, la gente prefiere jugar “una última vez” todo el tiempo, el amor de una madre perdona demasiado rápido y demasiado fácil( al menos de los afortunados) FIN.
    Pero quería preguntarle de la pequeña escena al final SPOILER al parecer nuestra amada muñecota tiene un hermano, será tan jodido como ella? Ojalá 😹 FIN DEL SPOILER

    • Guillermo! capaz sí, ver el lado de los soldaditos rosados, sobre todo de la loca del conejo, le da un poco de onda. A mí me gusta que quieran jugar por última vez la mayoría jejeje es como que tiene mucha coherencia con el planteo, los jugadores son seleccionados porque están en una situación límite con relación a sus deudas, muchos de ellos perseguidos por otros maleantes dispuestos a todo por cobrar, o con ilusiones sobre qué hacer con la plata con relación a la familia o a una mejor calidad de vida. Son gente que nada tiene para perder, y millone$$$ de razones para intentar ganar. Sobre la escena post-crédito: Me emocioné (ñie) ya quiero ver qué hará el muñecote 😂 LO NECESITO!

      • Da miedo ese cóctel de ludopatía, desesperación y millones de won engordando al chancho cada día.

        Y todo por la promesa de un cambio radical en la vida. 1 en 456 mmmm. (457, que mala suerte tener que jugar sin haber nacido aún)

        En fin. #esperandoalmuñecoteconganas 😹

        Saludos señorita Mónica:)

        transformando a las personas, y nosotros como VIP incapaces de ver las caras de las personas incapaces de pensar con los 5 sentidos.

        Pocos cambian de manera orgánica, eso me gusta por un lado y me jode por el otro.
        Sin embargo creo que todos los jugadores si tienen algo que perder, sonará cursi pero sería la vida.
        Apostándola como ficha para conseguir lo que quieran. No me olvido de ti viejito (yoda koreano malvado), que apuestas para poder “vivir” la experiencia máxima.

        Si los vikingos que morían de forma gloriosa en batalla, eran llevados al Valhalla, donde van los apostadores que mueren en estos juegos?

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