En el primer post de este proyecto hablamos sobre Méliès, su Viaje a la luna y le dimos un repaso a las malas mañas de Edison, a su hilacha de ladronzuelo.
Qué tipito! estaba tan enfrascado en ser el número uno que incluso enviaba a malandrines a interrumpir y crear caos en rodajes que no estuvieran asociados a su estudio. Shame on you, Edison!
Pues Edwin S. Porter, el director del filme que nos ocupa, fue designado por Edison para copiar (así, descaradamente) las técnicas del momento y llevar a los estudios Edison un trabajo que los pusiera al frente de todos.
Edwin sacó un poquito de los ingleses y un poquito de los franceses, de los primeros las nuevas técnicas narrativas (Ferdinand Zecca) y de los segundos (Méliès) la puesta en escena.
En 1903 salió a la luz The great train robbery, película que hoy por hoy es considerada como un hito dentro del cine y el primer western.
Hito por la narrativa, porque las escenas están hiladas para que tengan sentido unas con otras, porque hay una secuencia temporal y además es la pionera del montaje paralelo.
«Basada en hechos reales» ocurridos en 1900, el filme narra en 12 minutos el asalto a un tren. Es decir, no es ni más ni menos que lo que su título sugiere.
Su toma más emblemática quizás sea la mejor. Aquella que en su época hizo que el público entrara en pánico y temiera por su vida, aquella que en ESTA época te hace mirar con absoluta simpatía ese atrevimiento, esa innovación.
Hablo del pistolero que aparece al final de la película, plano medio, sombrero, pistola que es apuntada directamente a la cámara y dispara. Maravilloso!
Al ser una escena que solo se hizo para generar un efecto en los espectadores, los que proyectaban el filme ponían la escena donde se les antojaba, algunos lo hacían al principio, otros al final.
Asalto y robo a un tren puede que no sea fascinante por sí sola. Cuando notás sus detalles es cuando decís sí, hay que verla, pero más como ejercicio analítico.
La cámara que deja de ser estática, una narrativa de hechos que no suceden en pantalla (cuando sabemos que los asaltantes están tratando de entrar pero no los vemos), la incorporación de tramas paralelas, efectos especiales como las explosiones, y hacer uso de la profundidad de campo son solo algunos de los elementos que la coronan como necesaria e imprescindible.
Esta escena ya nos demuestra el manejo del suspenso y del lenguaje cinematográfico que el filme tuvo:
En taquilla fue un éxito y, de hecho, es también considerada el primer atisbo de blockbuster.
Como la industria estaba en pañales, se podría decir que había un mundo por descubrir, y el rotular este filme como el primer western también ha traído su polémica. Los puristas alegan que no fue rodada en el Oeste y que existen obras anteriores donde ya se intentaba mostrar cowboys. Ciertamente, las búsquedas de una técnica tan nueva crearon muchos aspirantes a revolucionarla aunque en la práctica solo unos pocos lo consiguieron.
The great train robbery sentó un precedente en términos narrativos lo que llevó al filme a ser imitado en estructura y estética infinidad de veces.
No cabe duda alguna que en los inicios del cine la pasión por el séptimo arte (y por los dólares) hizo que le pusieran empeño y pienso en mejorar las técnicas y las historias.
Una delicia descubrir esos momentos.
Mónica Heinrich V.
Lo mejor: innovadora
Lo peor: mirada sin apasionamientos ni análisis de sus logros técnicos o narrativos, es bastante simplona
La escena: el pistolero que apunta al público
Lo más falsete: las muertes, eran grandilocuentes y afectadas. Igual causan simpatía.
El mensaje manifiesto: las técnicas mutan, lo que hoy fue innovador mañana no lo será.
El mensaje latente: hay quienes dejan su huella
El consejo: verla por lo que representa
El personaje entrañable: la niña del telégrafo
El personaje emputante: Edison, por ladrón.
El agradecimiento: Que no se haya perdido en el olvido y que se pueda acceder a verla hasta en youtube: https://youtu.be/8oTdPklBE0Y
CURIOSIDADES
Tuvo un presupuesto de 150 $us. y cada copia costó 11 $us.
Se filmó en New Jersey.
Una copia original se custodia en los archivos de la Filmoteca del Vaticano.
Porter creó alrededor de 250 películas.
El actor que hace de pistolero, Justus Barnes, participó en alrededor de 70 películas y luego se retiró. Primero fue lechero para después tener una tienda de cigarros.
Se creó una estampilla con la figura del pistolero en honor a esta película.
Otro actor que le sacó partido a su racha fue Broncho Billy Anderson que en el filme sale de pasajero que muere al tratar de huir, Broncho continuó en la industria como actor, escritor y director, siendo la primera estrella del western conocida gracias a su papel de Broncho Billy. También le hicieron su estampilla, hay un festival en California que lleva su nombre e incluso tiene una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
La historia del cine es fascinante… Y dentro de ellas hay algunas que lo son todavía más… ésta es una de ellas.
usté lo ha dicho, mi querido Inti!