DOCUMENTAL: Bowling for Columbine
«What a wonderful world»
Por: Mónica Heinrich V.
«Los monstruos de la puerta de al lado” tituló el Time en su portada sobre la tragedia de Columbine. La portada venía ilustrada por fotos de Dylan Klebold y Eric Harris cubriéndola completamente. Además, como un marco aterrador, las fotos pequeñas de las víctimas alrededor de los “monstruos”.
No sería la primera, ni la última vez que Dylan y Eric serían portada del Time, quizás la revista más poderosa y representativa del país del “sueño americano”.
El primer tiroteo en escuelas lo protagonizó una muchacha (leen bien). Brenda Spencer, de 16 años, recibió un rifle de regalo de navidad, un mes más tarde se cobijaría entre los arbustos que cruzaban la calle del colegio y daría rienda suelta a su balacera, morirían dos personas (el director entre ellas) y heriría a una docena de niños.
Brenda iría a su casa, llamaría a la prensa y contaría lo ocurrido, al ser cuestionada ¿Por qué lo hiciste? diría simplemente: “No me gustan los Lunes”, frase que recorrería el país y daría pie a que una banda de rock compusiera la balada de Brenda Spencer “I dont like Mondays”.
Todo esto ocurriría en los 70. A partir de ese momento las balaceras y violencia en escuelas seguirían una escala desproporcionada para llegar finalmente al 20 de Abril de 1999, cuando Dylan Klebold y Eric Harris, después de un año de planear el ataque y con lista negra de víctimas ya elaborada, irrumpieran en la secundaria Columbine sembrando el caos y el pánico. Las víctimas reportadas son 13, sin contar el suicidio posterior de los dos adolescentes atacantes.
Michael Moore parte de este evento para ilustrar su punto de vista al respecto, y esta frase es literal. Si bien Bowling for Columbine es un documental técnicamente muy bien logrado, donde incluso se puede percibir “ritmo”, “dinamismo”, y donde Moore ha aportado un documental que se siente, de alguna manera, informal…el documental se va al carajo en los últimos, hmm, 40 minutos.
Moore comienza con contrastes, se burla de los estatutos, se burla del sistema, se burla del miedo o la paranoia americana, se burla de la hipocresía, y muestra el absurdo en que se sustentan algunas frases o ideas del vivir americano.
Moore (ciudadano preocupado) ilustra su peregrinaje (algo que quiso ser “investigación”) en busca de la verdad, la pregunta es simple: ¿Qué hace que en estados unidos, los niños se estén matando entre sí, y la violencia parezca ser la única manera de limar asperezas entre los americanos? Bajo esta premisa veremos a Moore mostrándole al público lo fácil que es conseguir un arma en Estados Unidos, lo fácil que es conseguir municiones, y sobre todo, la paranoia en la que vive el americano promedio. Una paranoia que es incentivada por los medios de comunicación, el gobierno y el pueblo mismo, donde el “defiéndete o muere” parece ser la consigna. Aparentemente, en USA, todos son posibles atacantes, todos quieren robarse algo, todos tienen la intención de matar a alguien, por esa razón la necesidad de portar armas no es sólo una necesidad, es, más bien, un derecho.
Moore entrevistará a un extremista que fue acusado de haber colaborado con Timothy McVeight para poner la bomba de Oklahoma. Además, entrevistará a uno de los creadores de South Park, a sobrevivientes de la tragedia de Columbine, a Marilyn Manson, a Charlton Heston, a jóvenes que tienen una opinión al respecto, a la maestra de la niña de 6 años que fue baleada por otro niño de la misma edad, en fin, Moore hará de todo en busca de la verdad.
Habrá un segmento animado por la gente de South Park donde se hará una parodia de la historia americana desde los peregrinos hasta nuestros días, llevando las cosas al otro extremo. De las cosas que me gustaron, rescato el no sopor del documental, te mantiene atento, te mantiene, en algún momento, fascinado, te hace reflexionar.
La investigación que hace Moore es interesante, y rescato también, su absoluto desparpajo para hacer y decir lo que se le cante, creo que desde el punto de vista de edición está muy bien hecho, está editado de tal manera que cada parte tiene la carga emocional necesaria para dar pie a la otra parte.
Me gustó Marilyn Manson mostrando que detrás del DISFRAZ (sip, disfraz) hay un ser pensante. Me gustó la escena de “What a wonderful world” donde hacen un repaso a la participación de USA en la muerte de civiles alrededor del mundo. Me gustó la osadía de Moore, la visión de hacer algo que pudo haber funcionado del todo, pero que, aunque es un documental bien hecho y digno de admirar, pierde todo su valor de investigación al final.
Hubo dos cosas que me molestaron sobremanera.
1. Que la cámara filmara impúdica el quiebre de las personas que estaban brindando su testimonio, hay dos personas que al ser vencidas por el llanto le dan la espalda a la cámara para no mostrar su vulnerabilidad y la cámara no se apaga nunca.
2. Lo de Charlton Heston me pareció una barbaridad, no sólo por lo efectista de la cuestión, sino porque Moore hizo gala de una intolerancia chocante. Además, creo que el documental muestra que el problema de USA no es la posesión de armas, ya que el propio Moore visita Canadá y descubre que la gente también porta armas a granel. No sólo eso, Moore es conciente de que en el pueblo donde Heston y él se criaron, el concepto de cargar un arma es algo arraigado. Heston es víctima de todo lo que Moore muestra en el documental, y es algo que se nota, porque Heston no tiene el poder argumental para responderle a Moore de ninguna manera. Moore se introduce en la casa de Heston con engaños, haciéndole creer a éste que se trata de un compañero de organización, cosa que no es cierta y que me parece una falta de ética. Heston estaba enfermo de Alhzaimer (no creo que Moore no lo haya sabido) y es patética la forma en que Moore lo acorrala sin darle ni siquiera chance a decir esta boca es mía.
Lo de la foto ya me hizo lanzar unos cuantos improperios a la pantalla, porque Moore se transforma en uno más de los dedos acusadores que salen a lo largo del documental, lo de Heston fue tan absurdo como los que apuntan a Marilyn Manson, fue un extremo en el que se cobijó Moore, víctima también de su afán de probar su punto. A muchos les pareció jocoso, a otros les parece que Heston se lo merece por ser el tipo de persona que fue, pero olvidamos que Heston era una persona mayor enferma de Alzheimer, que no tenía por qué servir de chivo expiatorio a un exacerbado Moore. ¿Acaso Moore habría invadido su casa de no ser Charlton Heston? Moore se sirve de la celebridad de Heston.
Por otra parte, el documental OMITE, quiero pensar que no a propósito, el detallito de que Eric Harris tenía una prescripción psiquiátrica que lo obligaba a consumir anti-depresivos y que además acaba de pasar por situaciones frustrantes como el de no ser admitido en una escuela militar por su cuadro psiquiátrico (ahí se fueron al tacho todas sus expectativas de “éxito” en la vida), por su parte Dylan Klebold tiene su expediente médico cerrado al público, lo que me hace suponer que debe haber algo más, porque si no hubiera nada no estaría cerrado al público, también se levanta la sospecha de que consumía anti-depresivos recetados por una clase de manejo de la ira que estaban tomando los dos.
La muchacha que nombré al principio tenía un cuadro epiléptico y depresivo. Y si me pongo a enumerar cuántos de los atacantes en las escuelas estuvieron bajo tratamiento psiquiátrico antes de cometer sus ataques, no acabo nunca. El documental también OMITE, quiero pensar que tampoco fue a propósito, el detallito de que muchos de estos chicos han querido obtener la “fama” y el reconocimiento que obtienen los criminales en USA por hechos atroces.
Brenda Spencer, semanas antes de que tomara su rifle y disparara, había dicho que ella iba a ser famosa, que ella iba a hacer algo “grande”, que todos sabrían quién era ella. Dylan y Eric, tenían la misma sed de fama, tan es así, que el crimen no fue algo que nació de un momento de ofuscación, sino que fue planeado durante un año, la lista negra de personas a las que iban a matar fue colocada en internet mucho antes del ataque, llegando algunos padres de los mencionados en la lista a denunciar a Dylan y Eric, las autoridades se quedaron de brazos cruzados.
Estamos hablando de una sociedad que se regodea en los crímenes, que hace de los crímenes bastiones de lucha, el Unabomber fue una de las personas más célebres en el top 100 de la revista Times donde se hizo un recuento de las “personalidades” del siglo. Ciertamente Moore no toca ninguno de estos puntos, los omite elocuentemente y se centra en el aspecto menor (o mayor) de que una persona pueda tener un arma y de lo que la sociedad ha instituido como defensa personal y derecho a la vida. Con esto no quiero decir que Moore no tenga razón, pero ese no es el único problema.
Si Moore se hubiera detenido en el caso de Andy Williams habría descubierto que Andy se inspiró en Columbine y que quiso emular o colaborar al legado de Eric y Dylan. Estos nos dice algo importante, además de los factores que menciona Moore y que menciono yo, existe una predisposición de los adolescentes a identificarse con los modelos que los medios de comunicación promueven.
Para un adolescente que piensa que la vida no vale nada, cuya imagen de sí mismo es de «loser» (perdedor) o alguien desechable, que ya no tiene ninguna oportunidad de éxito, ver a Dylan y a Eric convertidos en noticia durante años, sirve para sembrar en su mente la idea de que haciendo lo que ellos hicieron consiguen ser tapa del Time, consiguen que un director de cine haga un documental que será visto alrededor del mundo, consiguen que una banda haga una canción sobre ellos, consiguen que se escriban libros, que se abran sitios de internet, que una individua en un país remoto esté hablando sobre ellos sin siquiera haberlos conocido, consiguen la trascendencia.
Comprendo la necesidad de Moore de mostrar que incluso niños pequeños han cometido estos actos, pero esos casos son los menos, y en esos casos si podemos hablar de irresponsabilidad de los padres por dejar las armas al alcance de los niños, un niño de 6 años cuyo esquema mental ni siquiera puede manejar conceptos abstractos, podrá discernir entre lo que es asesinato y no lo es? Siendo su niñera una tv o un playstation?, no lo creo.
Entonces, me gustó el documental de Moore desde un punto de vista estético, y casi hasta la mitad del mismo. Me da pena que una de las causas de invalidación para cualquier investigación haya afectado a Moore: Las expectativas del investigador. Moore se dejó gobernar por sus ideas y no pudo ver más allá, ampliar su investigación de tal manera de no probar su hipótesis sino elaborar una más completa.
Independientemente de Moore, Dylan y Eric vieron probada una vez más su hipótesis propia, entrar a una escuela y matar a 13 personas sí te hace portada del Time, sí te hace protagonista de un documental dirigido por Moore, sí te hace protagonista de una película dirigida por Gus Van Sant, sí te hace “célebre”.
Dylan y Eric, no los monstruos de la puerta de al lado, las víctimas número 14 y 15 de la tragedia de Columbine.