EN CARTELERA: Los 4 Fantásticos ( Fantastic Four)
Los 4 Fantásticos o La dictadura de la tibieza
De Josh Trank vimos esa interesantísima apuesta que fue Chronicle. Me dije: “el crispín que hizo esto es talentoso”. Lo mismo pensó la industria y le echaron el guante contratándolo para este enésimo reboot de los 4 fantásticos.
Este comic lleva años inmerso en una disputa descarnada entre Fox y Marvel y, hasta la fecha, Fox lleva 3 películas muy malas que no hacen más que agregar esta vacua esperanza: el día que Marvel agarre los derechos el sufrimiento para los fans concluye.
El joven Trank (apenas tiene 31 años) se metió en ese avispero y, como es de esperar, ha salido con ronchas por todos lados. En estos momentos es la comidilla de Hollywood porque tanto la crítica como el público han lapidado su película. El Rotten Tomatoes solo le da un 8% de aprobación/sobre 100.
O sea, un desastre épico.
¿Es realmente tan mala?
Hagamos una sinopsis: Vemos a un niño, Reed, que desde chico es un nerd y una especie de visionario, aunque sus compañeros y profesores lo vean como a un boludo que vive soñando despierto. Es en esa época que se hace mejor amigo de Ben, por lo que la secuencia es sencillamente para que veamos que esa amistad se fundó desde la más tierna infancia. Hacemos elipsis temporal y los chicos ya crecieron. Reed (Miles Teller) sigue con sus mismas fijaciones, y Ben (Jamie Bell) lo acompaña fielmente. En una feria de ciencias se les acerca el Dr. Storm que, con su hija, recluta rápidamente al joven Reed. Ellos están investigando, al igual que Reed, la teletransportación. La idea es concluir el proyecto y mandar astronautas al planeta que puede ser una opción de vida para los humanos.
Sí, sí, sí.
El mayor problema de Los 4 Fantásticos es que todo está a medias.
Se atisba el estilo de Trank (que también es uno de los guionistas), más contemplativo, más reflexivo, sobre el origen de los superhéroes y su desarrollo, pero también podés notar la mano de los otros guionistas, de Simon Kinkerberg (Sr. y Sra. Smith, X men, Sherlock Holmes), de Jeremy Slater (Lazarus Effect), que juntos convirtieron a la película en un sancocho desabrido que no termina de ser ni una versión oscura onda la trilogía de Nolan: Batman, ni un producto hecho para el entretenimiento onda Avengers.
El guión, definitivamente, no sigue un curso que permita crear emociones reales. La primera parte es bastante aburrida y sin que ese aburrimiento se justifique en el tiempo que se necesita para un nexo emotivo con los personajes. La segunda parte, en la que se supone comienza la acción real, es desarrollada de manera torpe y poco afortunada.
Y ya cuando tendríamos que encontrar un clímax, los guionistas se sumergen hasta el fondo en el cliché: el típico portal choto de planeta a planeta que hay que destruir, y un villano absurdo, concluyendo el filme con una escena muy ridícula (diálogo donde se decide el nombre).
Ya saliéndonos del guión, los efectos especiales están básicos y no aportan nada a esta nueva versión. Es como si la película se hubiera realizado de manera desganada. Como que, ya, pongámosle fueguito acá y allá. El diseño del planeta de donde se extraen los poderes es poco creativo y algo ya muy visto.
Aquí hago un punto aparte para mencionar un error de continuidad en el que otra vez se trasluce la dejadez: El actor que interpreta a Reed, Miles Teller, tiene muy mala piel. Además de unas cicatrices que le quedaron por un accidente de auto en el 2007 sufre de acné, a lo largo de la película los granos iban de un lado al otro, pero así, de una manera ya grosera. En una escena tenía un súper grano rojo debajo del labio, y en la próxima (mismo día, según la historia) la cara limpia como nalga de bebé. No puede ser que en la post-producción no hayan arreglado algo tan miserable.
El resto de los personajes parecen perdidos en su papel de héroes caídos en desgracia, a los que no se dibujan muy bien los padecimientos que quieren mostrar a través de las aspiraciones evidentes del guión.
Como dije, creo ver las intenciones de Trank: hacer una propuesta más humana de los protagonista, pero aparentemente tuvo las manos atadas por Fox. El pobre tipo, agobiado por las críticas, respondía el 6 de agosto a través de un sugerente tuit que fue borrado al poco rato:
«Hace un año yo tenía una versión sencillamente fantástica de esto. Y probablemente habría recibido críticas fantásticas. Probablemente nunca la verás. Esta es la realidad».
El otro guionista, Simon Kinkerberg, que también es uno de los productores, fue más allá y acotó:
“Creo que teníamos un director muy joven haciendo una película muy grande”
Yo no sé quién tenía qué y de qué tamaño. Solo sé que Fantastic Four terminó siendo tibia, desabrida, sosa.
Quizás lo más interesante de la película sea la batalla que se está librando entre sus protagonistas fuera de la pantalla.
Lo mejor: sus intenciones
Lo peor: de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno
La escena: cuando deciden el nombre (por ridícula)
Lo más falsete: ese aire a película emo introspectiva
El mensaje manifiesto: película grande no es sinónimo de película éxito.
El mensaje latente: Hollywood puede echar a perder a cualquiera El consejo: esperá que salga a DVD o hasta podés prescindir de ella del todo El personaje entrañable: The Thing, más por ver de nuevo Jamie Bell (actor que hizo de Billy Elliot) El personaje emputante: Reed El agradecimiento: Que no es muy larga, dura apenas 100 min.
CURIOSIDADES
El director, Josh Trank, renunció o fue «renunciado» de otro proyecto al que estaba atado con Fox.
La película se hizo en el afán de Fox de preservar los derechos del cómic, si Fox no sacaba esta película YA, los derechos se revertían a Marvel.
Saoirse Ronan, Margo Robbie, Allison Williams y Emmy Rossum fueron consideradas para el rol de Susan Storm.
Kit Harington, Anton Yelchin, Richard Madden y Jack O Connell fueron considerados para el rol de Reed.
El estudio ordenó refilmar escenas en enero del 2015.
Michael B. Jordan fue la primera elección de Trank para el papel de Jhonny Storm, el actor también trabajó en Chronicle.
Josh Trank fue a rodar a New Orleans acompañado de algunos de sus perros. Los perritos se quedaron en una casa rentada mientras él filmaba e hicieron daños a la propiedad por un valor de 100.000 $us.
El director está tan dolido por la situación de su película que expresó que nunca más trabajaría en un cómic.