Nació en Riga apenas finalizada la 2da. Guerra Mundial. Por eso no es de extrañar que en su página web, Misha Gordin acompañe sus fotografías con frases escritas por él mismo, frases como: «Recuerdo vivir después de la guerra, escondiéndome en las ruinas de edificios bombardeados, el hombre sin piernas arrastrando su camino en una pequeña plataforma. Recuerdo jugar solo, nosotros no teníamos juguetes. Recuerdo el olor de corredores oscuros. Recuerdo el bosque lleno de secretos. Recuerdo caras que nunca sonreían”.
Misha estudió ingeniería de aviación, profesión que nunca ejerció. En sus 20s tuvo, también, una pequeña participación en el Riga Motion Studios como diseñador de efectos especiales. Vivió hasta los 28 años bajo el régimen soviético, disconforme se trasladó a USA, ahí desarrollaría su carrera como fotógrafo.
Descubrí a Misha Gordin hace ya unos años, y me llamó poderosamente la atención su hermoso trabajo conceptual. Encima, el señor no usa photoshop sino que hace el ensamblado o el trabajo de la foto en un tradicional cuarto oscuro con una técnica artesanal que requiere tiempo, precisión y paciencia. “Los errores pueden darse, corregir sobre ellos no se puede. Hay que volver a empezar”, afirma sobre su estilo en una entrevista.
Influido por Tarkovsky, Dostoievsky, Parajanov, Lars Von Trier, Gordin se ha especializado en una obra que siempre es en blanco y negro y que presenta al ser humano de una manera un tanto desesperanzadora.
Recuerda su adolescencia como difícil, rechazando cualquier sentido de autoridad, y con un alejamiento emotivo hacia su madre, un profundo respeto hacia su padre y una necesidad de no involucrarse con ningún grupo o asociación de la época.
Una vez se estableció en USA, se encontró perteneciendo a círculos de artistas, la ciudad se le hizo pesada, y decidió mudarse con su familia a una alejada propiedad y vivir tranquilamente. Su esposa, el gran amor de su vida, moriría en un accidente automovilístico a los 39 años.
En su web, llamada bsimple se pueden apreciar sus galerías de fotos: Shadows, Shout, Crowd, Doubt, Remeber y New, aglutinan su obra.
“Soy un hombre confiando en su intuición”, dice sobre su visión de sí mismo a través de su trabajo. Y claro, cómo no va a confiar en su intuición si le permite lograr imágenes tan espectaculares.
Al ser consultado en distintas entrevistas para revista de arte sobre el significado de sus imágenes, Misha es contundente: “No interpreto mis imágenes, mi meta es que el espectador descubra pensamientos o sentimientos a través de ellas”.
Y ese quizás sea su poder de seducción, es imposible no detenerse frente a sus imágenes y que los pensamientos no se agiten como mar en medio de una tempestad.
Misha actualmente tiene 66 años, vive apaciblemente en un sitio que le permite respirar aire fresco todas las mañanas. Siempre dice que seguirá utilizando esta misma técnica hasta que el estado físico le permita pasar horas, semanas o meses montando los cientos de negativos que requiere para crear de sus obras.
Misha Gordin es considerado uno de los maestros de la fotografía conceptual, y ha dejado su impronta, su testamento, su homenaje al cuarto oscuro. En tiempos como los que corren en que la tecnología acaba desmitificando hasta las cosas más puras, un trabajo como el de Misha solo puede alimentar el alma.
Mónica Heinrich V.
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