El Segundo sexo habla de eso, del segundo sexo que somos nosotras, el primero, el dominante por definición es el hombre, no tanto porque el hombre así lo haya querido sino porque el contexto cultural y la historia lo ha permitido y ha acostumbrado a esos seres de reacciones a veces extrañas, a que nosotras seamos el segundo sexo, y nosotras, a su vez, nos hemos acostumbrado a serlo. Entonces el libro se divide en dos partes:
Primera parte: Destino .- Un divertido (por lo menos para mí) capítulo acerca de nuestras diferencias biológicas, y sobre todo la pregunta en el aire de por qué @#~%& las mujeres tienen que ser concebidas como entes reproductivos, por qué nuestro desarrollo genital es tan incómodo e insatisfactorio (menstruación, menopausia, lactancia, partos) mientras que según Beauvoir el hombre es un ser infinitamente privilegiado y de existencia más apacible (habría que investigarlo). También hace una crítica bastante entusiasta hacia Freud por sus teorías aquellas del complejo de Edipo y de la supuesta sensación de castración y envidia del pene que siente la niña.
Segunda Parte: Historia.- En este apartado Simone pretende darnos un tours histórico que nos avispe y nos explique cómo se establecieron la jerarquía de sexos…para ella el mundo siempre ha pertenecido a los hombres, entonces hace una análisis desde las culturas primitivas hasta nuestros días, opinando que aunque ahora la mujer trabaje y sea liberal, igual tiene un nuevo vasallaje, tiene que tener «cierta» imagen para competir en el mundo laboral y encima ocuparse de las labores familiares.
Tercera parte: Mitos.- Cosa de no creerse lo narrado en este apartado, Beauvoir hace una analogía en torno al origen de la mujer que tienen las diferentes culturas o religiones, y es así como puntualiza el papel secundario o de complemento que la mujer ha tenido en la historia. Además analiza la dualidad que se le da a la mujer tanto de Virgen como de Eva, siendo la percepción masculina más cambiante que El Niño. Corona la cuestión comentando anécdotas acerca de «mitos» que se daban en relación al periodo menstrual y su «peligrosidad» en situaciones totalmente absurdas…mitos sobre la virginidad, sobre el poder de la eroticidad de la mujer y sobre el temor sexual de los hombres hacia las fémeninas.
Cuarta parte: Formación.- Acá Beauvoir plantea mostrarnos los pasos en que se forma el frankestein que es la mujer promedio. Sí, porque para ella uno no nace mujer, se hace. Desde ahí ya sabemos cuál será el talante de lo relatado, pasamos por nuestras jodidas infancias donde el lavado de cerebro recién comenzaba, nos hacían jugar pérfidamente con muñecas y nos adiestraban para ser buenas madres y mejores esposas, ya en la adolescencia, dizque nos enseñan a avergonzarnos de nuestras «dotes» y «protuberancias» por lo que asumimos nuestra entrada a la adultez con turbación. Para Beauvoir una vez llegamos a la juventud nos dejamos engatuzar con algún pantalón y terminamos dejando todo por formar la familia que desde siempre nos han enseñado debemos formar. ALgunos detalles sobre nuestra «traumática» iniciación sexual y una descripción pintoresca de la lesbiana promedio, tal cual.
Luego pasamos a El Segundo sexo II, donde la cosa se pone color de hormiga. El matrimonio es analizado hasta el cansancio, recogiendo testimonios de mujeres que se casaron y nunca conocieron la felicidad o que la reconocen en las pequeñas grandes labores de casa, para Beauvoir el matrimonio es reconocer el imperialismo del hombre, no se tramita en pie de igualdad, ni tampoco se vive de igual manera para los dos sexos. Las labores de casa, lavar, planchar, cocinar, son la esencia de un buen matrimonio y si la mujer trabaja, debe tener la fuerza titánica de llevar a cabo las labores igual. La maternidad es cuestionada por Beauvoir diciendo que no es obligación de la mujer procrear o sentirse realizada por haberlo hecho, el aborto es mencionado como una elección personal y necesaria para cada mujer, manejando cifras y datos estadísticos, recopila información donde defiende la necesidad de legalizar el aborto, para que por lo menos aquellas mujeres que tomen esa decisión puedan ser correctamente atendidas. También recoge la experiencia de ser madre, la necesidad de ver crecer a los polluelos, de ver cumplida su «labor», muchas veces será el amor de madre lo que la mantenga al lado del marido, y para Beauvoir esa es una servidumbre que nunca termina, la mujer buscará satisfacción en las relaciones con el marido, la dependencia de los hijos y sus labores de ama de casa. Hace también una elocuente defensa del papel de la prostitución en la sociedad. Describe los estados o las características que se le han dado a la mujer: narcisista, enamorada y mística, alegando contra todos esos apelativos.
Todo esto tiene como objetivo llegar al capítulo final intitulado Hacia la liberación, qué conclusiones habrá sacado Beauvoir? Después de revolver el avispero algo bueno ha quedado? Será que reconocerá que los hombres no son tan malos o tan felices a comparación de nosotras? Será que nosotras quedaremos mejor que si fuéramos un montón de pelotudas descerebradas?? Leelo y averígualo. Recomiendo a Beauvoir, aunque algunas biografías suyas digan que es el burro hablando de orejas y que su deseo secreto era ser Sartre :p, de todas formas el libro es interesantísimo lleno de citas, pensamientos, testimonios y anécdotas de personajes célebres que alguna vez se mandaron una cagada contra las mujeres y Beauvoir los hizo pasar a la posteridad como misóginos, es el caso de Pitagóras que de catetos e hipotenusas sabía mucho pero que de mujeres andaba más perdido que Bush en Irak: «Existe un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el HOMBRE, y un principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer…»