¨Cuando el todo, no es la suma de sus partes¨

Por: Mónica Heinrich V.

Ahí estábamos.

Lugar: Cine Center. Ocasión: Premier de Rojo Amarillo Verde.
A diferencia de otros estrenos nacionales, una nutrida concurrencia se dio cita en un filme que, para no ser hipócritas, se esperaba como el rocío de la mañana.
Esa era la gran apuesta, donde muchos poníamos nuestras esperanzas, ajá…donde ese apretado abrazo en el que me fundí con el cine nacional al ver Zona Sur, se vería mezquino. Aquí yo me esperaba más que un abrazo, aquí me esperaba abrazo,beso francés y hasta enroscar las piernas de felicidad…algo que me hiciera verter ríos de tinta o en este caso, teclazos en la oscuridad de mi habitación, que me dejaran con los dedos doloridos…
Y no…
Ni abrazo, ni beso francés, ni piernas enroscadas.
Vayamos por partes. En este momento tengo dos opciones. 1) La honestidad brutal, esa que me ha granjeado «tiernas amistades¨ y 2) cumplir con el protocolo social exclamando emocionada: Qué hermoso, qué divino!.
Qué elegir? Hmmm, grave disyuntiva. Sí.
Déjenme pensar…
Puerta 1! Puerta 1!
Empezaré diciendo que RAV (Rojo Amarillo Verde) es un filme irregular, que tiene sus luces y sus sombras, pero que como conjunto no termina de redondearse y que intentó hilar sus tres historias de manera bastante vaga.
La idea es buena, las intenciones también, y estoy segura que la sangre y el esfuerzo puesto en cada segmento bastarían para levantar los pulgares y decir Two Thumbs up! Y sé también, que a veces por muy planeadas que se tengan las cosas, no salen como uno espera…en un rodaje puede suceder cualquier cosa, se viven momentos de mucha tensión que no terminan ni siquiera cuando el producto está exhibido, sin contar que lo que a uno no le guste puede ser excelentemente justificado por el director…
Sin embargo, el cine es una cosa de dos. Por un lado, el que exhibe el trabajo (director y equipo) y por otro, el crispín que se sienta en la butaca a verlo (en este caso yo).
Esta crispina vivenció el momento RAV así:

ROJO
Hace unos años, escribí una opinión que titulé «Me gusta Boulocq». Acababa de ver Lo más bonito y mis mejores años, ópera prima de Martín Boulocq, y quedé convencida que sobre los hombros de este jovencísimo cineasta descansaba parte del renacimiento del cine boliviano. Sí, así de jodido.

A través de los subsiguientes años, pude ver su trabajo como director de videoclips, unos me gustaron, otros no tanto, pero la certeza que Boulocq era talentoso, nunca me abandonó.

Rojo basa su argumento en un cuento del escritor Rodrigo Hasbún. La premisa es simple: Una joven pareja, atraviesa difíciles momentos ante la presencia de un cáncer de seno. La situación es delicada, ya que además tienen una hija pequeña en común.

¿Qué es lo mejor de Rojo? De las tres propuestas es la historia que a nivel narrativo está más redonda, y cuya elegante factura a nivel fotográfico deja una buena impresión. Encima, Boulocq eligió a grandes actores como Daniel Aguirre (excelente actor formado en Teatro de los Andes y de quien hablé en su momento gracias a su espectáculo 120 kilos de jazz) y Patricia García (gran actriz ex teatro Duende, que últimamente trabaja con Diego Aramburo y Eduardo Calla, a quien también en su momento eché la pesada carga de ser una de las mejores actrices del país).

Aunque ambos provienen de las tablas, y muchos actores que hacen la transición ante la cámara, llevan los vicios teatrales a la pantalla, ….tanto Daniel como Patricia, aprueban con sobresaliente, convirtiéndose en un acierto de este segmento.

Con una estética, que muestra cuidado en los planos, no poner la cámara sólo por ponerla, Boulocq cuenta esta historia de manera sobria, íntima y delicada. Pero…aquí viene el pero…

La voz en off que anticipadamente explicaba lo que veíamos y se convertía en una molesta cacofonía de las bellas imágenes, me pareció sencillamente innecesaria. Encima, el lenguaje escogido era mucho más literario que cinematográfico. Ok, podemos nombrar N filmes en que una voz en off, comente ciertas cosas de manera poética, una de mis favoritas : Canciones del segundo piso de Roy Anderson, pero en este caso no hay una contraposición que justifique el uso de este artificio. Con contraposición me refiero a una ecuación simple: si vas a mostrar un plato, no es necesario decirnos que estamos viendo un plato.
Creo que la historia hubiera tenido más fuerza si íbamos descubriendo lo que pasaba poco a poco, y no con alguien interpretando lo que veíamos, pero eso ya es cuestión de gustos.

En general, Rojo me pareció la propuesta más sólida, la que tuvo elementos mejor usados, una buena fotografía con un contenido acorde, grandes actores principales, y la música del hermano de Martín, que permitió creernos (A PESAR DE LA MOLESTA VOZ EN OFF) lo que la pareja sufría.

No me encantó, pero no está mal. O sea, no es un producto con el que me sentí satisfecha, pero por lo menos es cumplidor.

AMARILLO
A Sergio Bastani no lo conocía hasta que supe que participaría en RAV. Sin embargo, tuve la oportunidad de ver dos trabajos suyos…un videoclip con créditos compartidos en la dirección: Youth Cadet y un corto que se presentó en el FENAVID llamado Yard of blondes. Ambos trabajos me mostraron a un director moderno, experimental, que cuida la imagen, pero que a nivel de contenido no me decía mucho.

En Amarillo existe el mismo problema. De los tres directores, es el único que se decantó por usar un guión cuya historia escribió él mismo. Un texto originalmente llamado Historia de hormigas. Básicamente, una mujer le pide a un fumigador que elimine las hormigas que han vuelto a aparecer en su casa, mientras el hombre hace su trabajo, ella y su hijo descansan. El niño se despierta…siente curiosidad y decide ver qué pasa, lo que lo lleva a una «aventura» a travès de inhóspitos paisajes.

Cuando Amarillo empezó, hubo quienes cayeron en los brazos de Morfeo. Por mi parte, me revolví en mi butaca, un poco incómoda, esperando ver algo que nos saque de aquel ingrato sopor. Lo dicho, a nivel técnico no hay nada que reclamar. Más bien existen muchas cosas que admirar, bellos planos, una composición de imagen muy lograda, mucha simbología y cualquier cosa que sirva para echarle flores a lo visual, pueden agregarlo mentalmente a este párrafo.

Sí, Bastani es talentosito también….pero…aquí viene el pero de Amarillo..tanta belleza visual, se pierde ante una historia demasiado ambigua, donde lo folclórico es explotado como un recurso ornamental y donde los personajes sufren de un autismo exasperante. Habrá quien interprete profundas cuestionantes sociales, políticas, psicológicas, y recurra a referencias de «cosas parecidas», para justificar la experiencia, no es mi caso…lo visual no llega al clímax de lo poético como para que compense, lo qu
e por ahí en la charla post premier, alguien definió como una «paja mental».
A destacar el niño protagónico, quien cumplió a cabalidad y con convencimiento su papel de mudo aventurero.

VERDE
De Rodrigo Bellot, lo que más me gustó fue Dependencia Sexual. Y claro, destacar que es un gran productor, eso no hay cómo negarlo. Un productor que además de apoyar a directores nacionales, trajo producciones internacionales al país, haciendo que otros bolivianos puedan participar de un trabajo más profesional.

En el corto que cierra RAV, hay dos cosas importantes, aposté mi dote (una cabra y un ternero) que sería la historia que más gustaría al público cruceño. Por qué?

Porque es la más digerible. Está narrada de manera muy sencilla, muy fácil de comprender, tiene un principio, nudo y desenlace clarísimos. También porque a diferencia de Rojo y Amarillo, el tema criollo está realmente anclado en la historia y para la gente (por lo menos aquí) será fácil identificarse con la trama. Y finalmente, usa algo de humor para no adormecer a una platea que viene atontada con el ladrillazo de Bastani.

Esos puntos no se pueden menospreciar, y siempre se agradece pasar un rato ameno en el cine…la historia? Un joven huérfano, es tomado bajo la protección de un amigo que lo invita a vivir con él y su madre para ayudarlo. Además le consigue trabajo en una estancia, y básicamente lo apoya para que inicie una nueva vida a su lado. El guión se basa en un cuento de Claudia Peña y cuenta con las actuaciones de Diego Paesano, Lorena Suigger e Ismael Suárez.
Hasta ahí lo bueno. El pero, viene con mayor impulso…Estéticamente, es la propuesta con la que menos empatía tengo. No me gustaron los planos, ni la dirección de actores, hay que recordar que todo RAV usó como cámara la RED ONE, la misma cámara que usó Valdivia para filmar Zona Sur y sus comerciales de ENTEL, la misma cámara que usó Soderbergh para filmar su dupla sobre El Che, la misma cámara que puede agarrar una textura casi casi similar a cuando se filma en 35, en cine.

Si comparamos Rojo y Amarillo con Verde, hasta parece que Bellot usó otra cámara. La imagen se ve opaca, no se sacó partido a todos esos paisajes bellísimos que hay en el oriente boliviano que pudieron enriquecer la historia, que grabando a cierta hora del día le hubieran dado una temperatura de color que por lo menos a nivel visual rescate Verde. Y más allá de eso, los planos…una querida conocida, con la que comparto ADN, dijo sin ascos: Parece una telenovela…
De más está decir que la película termina en un decrescendo que nos deja con la sensación que vimos algo más o menos.

Como un todo, ya lo dije, no está bien engranado. La idea central era hacer referencia en los tres segmentos a la madre, y liar ese concepto con la madre patria, subiéndose al barco de usar los colores de la bandera Rojo Amarillo Verde, cosita que en su momento Kieslowski logró plasmar con mayor desparpajo en su experimento francés Rojo, Blanco, Azul. En RAV, sin embargo, el tema ¨boliviano¨, a excepción de Verde, resulta casi un esquema más de marketing que de realidad.

A mí lo que me quedan son 3 cortos, con estética, intención y calidad de producto final demasiado dispares como para que puedan fundirse en una mezcla homogénea.

No obstante, aquí sí hay espacio para el premio al esfuerzo, ya que se trata de una película que en casi todo su metraje tiene aspectos técnicos muy logrados, y el hecho de que tres cineastas se hayan embarcado en este proyecto es de rescatar, aunque el resultado no sea del todo satisfactorio para algunos.

RAV, no quedará en mi retina por mucho tiempo…pero se agradece la experiencia, espero con ansias el nuevo trabajo de Boulocq Los Viejos, y también, por qué no…Perfidia, de Bellot.

El ascensor de Tomás Bascopé, se estrena en breve, habrá que darse una vuelta por ahí y ver qué se cocina por esos trechos. Ojalá, otra vez pueda fundirme en un apretado abrazo con el cine nacional…

LO MEJOR: Aspectos técnicos, y las buenas actuaciones de Daniel Aguirre y Patricia García.

LO PEOR: El autismo de Amarillo y la estética de Verde

LO MAS FALSETE: hmmmm algunas actuaciones

EL MENSAJE MANIFIESTO: Bolivia existe

EL MENSAJE LATENTE: Una madre, es una madre.

EL CONSEJO: Vela, hay quienes piensan que está buenísima.

LA PREGUNTA: ¿Los colores, realmente sienten?

EXTRAS

Identidad Sustituta: Basada en un cómic, esta película está dirigida por un crispín que responde al nombre de Jonathan Mostow, un chico Harvard…de este individuo había visto (de manera macabra) toda su filmografía. Ni yo me la puedo creer después del wikipedeazo. Fue el que dirigió Breakdown con Kurt Russel, la del tipo que perdía a su mujer en un viaje por carretera. También hizo una de un submarino con Harvey Keitel, y claro Terminator 3. Ya se imaginan cómo viene la cosa entonces…

El filme protagonizado por Bruce Willis, entretiene…pero sin apasionamientos. El argumento nos muestra un mundo donde la gente vive a través de sustitutos, especie de clones que uno maneja desde su casa…y que llevan a cabo cualquier función que el dueño del sustituto ordene. Obviamente que si estás en tu casa, y el bicho ortopédico ese sale a la calle, las posibilidades de que vos estirés la pata si un camión le pasa por encima, son nulas. Eso hasta que un arma es creada y Bruce Willis se da en la labor de buscar el origen de ese despelote que pondrá en peligro la vida de millones de usuarios…zzzzzzzzzzzzzzzZZZZZzzzzzzz

O sea bien, tiene unas cuantas escenas muy rescatables, está bien dirigida, lo que quieran…pero no tiene absolutamente nada que luego te impulse a una animada charla o siquiera a googlear el filme. Encima, casi el principio ya uno más o menos huele el ¨gran misterio». Entretenimiento pasivo-agresivo.

Enemigo Púplico: Michael Mann es un buen director, lo ha demostrado con creces en filmes como El Informante, Ali, y Collateral, y no le ha ido tan bien en Miami Vice…sin embargo, a pesar de ser un buen director…es algo, digámoslo…aburrido.

Un Ron Howard más refinado y talentoso, pero con ese tufillo medio soso. Enemigo Público tiene todos los ingredientes para ser un peliculón, una historia INTERESANTISIMA, basada en un caso real…un elenco ESPECTACULAR, encabezado por Jhonny Depp y Christian Bale, y lo dicho, un buen director.

Y la película termina siendo muy aceptable, pero no alcanza niveles de grandiosidad ni por si acaso. La historia nos lleva a la época de la Gran Depresión, los años 30s. Un fulano llamado John Dillinger se dedicó al robo de bancos convirtiéndose en una especie de celebridad, dada su juventud, su galanura y sus métodos medio de dandy. Ofrecían recompensas millonarias a quienes lo entreguen vivo o muerto. Como dije, la historia por sí sola es interesantísima, y hasta tiene romance de por medio, muy al estilo Bonnie and Clyde. Dotada de una excelente fotografía, bonita música, buena dirección de arte, bien actuada, bien dirigida, en general un producto redondito…Enemigos Públicos cumple, pero no sorprende.

La venganza de la casa del lago: Debo reconocer que fui a verla de puro morbosa y sin saber qué esperar. Además que era la única película de toda la pinche cartelera que no había visto, así que otras opciones no tenía. Pensé que iba a ser la típica película adolescente donde mueren un montón de crispines mientras vos te atragantás de pipocas. Pero no. Resultó una sorpresita…a pesar de ser un remake, y encima de Wes Craven…esta ver
sión filmada por Dennis Iliadis, un cuasi desconocido en el celuloide, tiene una primera mitad de película…notablemente narrada.

El tipo se dio el tiempo para crear un clima, para construir personajes y lo hizo con una dirección muy elegante, una familia va a una casa cerca de un lago a pasar vacaciones. Aunque no lo dicen de manera directa, la familia conformada por padre, madre e hija, acaba de perder un miembro…un hijo varón. Con este escenario nos introducen al horror, cuando la hija pasa por violentos momentos en una de sus visitas a una amiga que trabaja en el pueblo. Muy bien contadita, te mantiene en vilo, aunque a partir de la mitad se vuelva más de lo mismo, pero el director es bueno, y bajo un argumento visto hasta el cansancio, presenta algo bien hechito que te atrapa….muy bien actuada también.

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