Hay que reconocerle su versatilidad al señorito Ridley Scott, el mismo año que estrena The Last Duel, ambientada en la Francia de 1386, estrenó House of Gucci con Lady Gaga. A sus 84 años, está más activo que nunca. Ya tiene anunciadas también la secuela de Gladiator (#miedito) y una biopic de Napoleón Bonaparte (#ansiedad).
Bien por él.
Lo último que habíamos visto suyo fue la descafeinada All the money in the world (2017) sobre el secuestro de John Paul Getty III y, aunque la película dejaba sabor a poco (me es difícil recordar una escena memorable), las virtudes de Ridley eran más que evidentes.
Ahora, nuestro buen amigo se sube a la ola del #metoo con esta historia afrancesada hablada en inglés. The Last Duel o El último duelo es basada en un hecho real: la violación de Lady Marguerite de Thibouville.
Ben Affleck y Matt Damon escribieron el guion e incorporaron a Nicole Holofcenter para la “mirada femenina”. Así lo dijeron en las entrevistas de promoción, literal. Papitos. A Ben y a Matt se los conoció como dupla creativa cuando eran las jóvenes promesas, los chicos Harvard (bueno, Matt sí fue a Harvard) que escribieron Good Will Hunting (1997). Nicole se hizo notar cuando dirigió y escribió Friends with money (2006) cuya premisa no estaba para nada mal y en la que actuaba Jennifer Aniston. Nicole, además, fue pupila de Martin Scorsese. Pues bien, Ben, Matt y Nicole leyeron el libro de Eric Jager: El último duelo: Una historia real de crimen, escándalo y juicio por combate en la Francia medieval, y lo adaptaron al cine. Según Jager, con un 75% de apego a lo que en realidad pasó.
Ya me conocen, peiné la red buscando el libro en digital y solo encontré el primer capítulo que me hizo darle click a la compra del libro en papel. Si me acuerdo, haré una actualización de esta reseña cuando me llegue y lo lea.
En todo caso, las coincidencias entre la realidad, el libro y la película no tienen importancia si el resultado cinematográfico se sobrepone a todo lo demás ¿Ridley logró esa hazaña?
Ya está claro que la película aborda la violación de Lady Marguerite, el contexto, el hecho y sus consecuencias son vistas desde tres ángulos: La verdad según Jean de Carrouges (el marido), La verdad según Jack Le Gris (el violador) y La verdad según Marguerite de Carrouges (la víctima). Acá se sigue más o menos la fórmula de Akira Kurosowa en la clásica Rashōmon. La diferencia es que Akira es Akira, y manejó como un malabarista su propuesta. Y Ridley, por su parte, está haciendo una película pipoquera (igual: te amamos, Ridley).
Otro ejemplo más actual es The Affair, esa serie de televisión que tuvo una muy buena primera temporada y en la que veíamos las mismas situaciones desde cada personaje principal. Este truco se puede apreciar cuando está bien ejecutado y no se hace trampas. En el caso de The Affair, en la segunda temporada empezó a hacer trampas narrativas: las percepciones diferentes o interpretaciones personales eran escenas totalmente cambiadas. En The Last Duel, existe cierta coherencia con los momentos y los personajes que los viven/interpretan. Sin embargo, se les dedica más pantalla o pulso narrativo a los problemas de Jean (Matt Damon) con Jack (Adam Driver) y a ese trasfondo del honor, de lo noble, de lo correcto en el mundo masculino. Marguerite (gran Jodie Comer) termina quedando en segundo plano, incluso en su violación y en el momento del duelo. Capaz sea una metáfora más de cómo las mujeres eran ciudadanas de segunda clase y por eso hay una omisión hasta en el planteo de la película. Si esa fue la intención, queda difuso.
El duelo se convierte en el punto culminante de la película. El director ha construido un esquema en el que eso es lo que esperamos: ver cuál de los pequeños hombrecitos logra matar al otro. Tremendo duelo, tremenda secuencia, lo mejor de Ridley Scott surge en la escena más llena de testosterona vacía. Esa “energía” no se siente cuando se intenta darle a la víctima vida interior, y eso que Jodie Comer (Killing Eve) es una actriz fantástica y está muy comprometida con Marguerite.
Participan también Ben Affleck como el disoluto Pierre D´Alencon. Ben iba a interpretar al mismísimo Le Gris para compartir pantalla con Matt, pero por conflictos de cronograma tuvo que conformarse con ser el noble compañero de chupa y farra de Le Gris. Otra sorpresa en el casting es Alex Lawther que interpreta al Rey. A Alex lo hemos visto como protagonista de The end of the f*cking world, reseñada ACÁ.
A pesar de los esfuerzos de un casting de altura, la estructura de tres actos se vuelve repetitiva y antojadiza. ¿De qué sirve perder tanto tiempo en las “verdades” de Jean y Jack, si la misma película toma partido inequívoco por Marguerite? Si Marguerite es el principio y fin de la película ¿por qué terminamos conociéndola tan poco y dándole vuelo a la hilacha a los machirulos?
El tono general de The Last Duel se vuelve simplista y didáctico, es un tono que busca congraciarse con la coyuntura que exige posiciones y no matices. En el instante en el que busca caerle bien a su platea, subestima su historia y a su público.
Y lo peor es que al final, la película ni siquiera cumple realmente con las exigencias de la coyuntura al estar su personaje femenino opacado. Los guionitas masculinos y la guionista que «aporta la mirada femenina», deciden omitir en La verdad según Marguerite el verdadero relato de la asquerosa violación que describió en los papeles oficiales existentes. Una violación en la que participa activamente el ayuco de Le Gris y en el que incluso le ponen un sombrero en la boca.
La cámara del polaco Dariusz Wolski, habitual colaborador de Ridley, nos pinta con elegancia y belleza los inviernos franceses, las orgías tontas de la nobleza y los lúgubres castillos que habitaban las damas a las que se ofrecían en matrimonio como trueque de títulos y bienes. Dariusz se luce en el ya mencionado duelo. Con una maestría propia de su experiencia contenemos el aliento ante cada sangrienta embestida. Al igual que la mal llamada “plebe”, exhalamos con su conclusión. La burbuja se rompe y Ridley sabe que después del duelo queda muy poco para decir. El plano final de Marguerite me pareció innecesario, una nota disonante que se agrega a las pequeñas disonancias que la película carga.
Ridley nos contó tres «verdades» y muchos crímenes. El gris azulado que elige para pintar su película contrasta con las antorchas y velas que iluminan escenas clave. De toda la sangre derramada por machirulos varios, de todas las espadas que cruzaron los machirulos, de todas las cosas que se dijeron en tono de discurso aleccionador, lo mejor fue la mirada de Marguerite cuando el duelo de machirulos estaba en su momento clímax. Esa mirada que mezcló el miedo y la impotencia.
Lo mejor: engancha y Jodie Comer hace una gran performance de la sufrida Marguerite Lo peor: confusa en sus propósitos y difusa en sus resultados La escena: las preguntas de si Marguerite había tenido placer o no cuando cogía con su marido, y claro EL DUELO Lo más falsete: el tiempo perdido en las «verdades» machirulas El mensaje manifiesto: a veces omitir puede convertirse en matizar o sugerir El mensaje latente: omitir es omitir El consejo: para ver una tarde de lluvia tropical con pipocas ZebraEl agradecimiento: por la actividad y versatilidad del gran Ridley.
Estamos bombardeados de blockbusters así que no queda nada mal bombardear spoilers. Avisados están.
ALIEN: COVENANT o la falacia del bicho malo
Quiero romper una lanza a favor del bicho/los bichos de Alien: Covenant. Déjenme decirles que la tripulación de Covenant (toda, incluidos los que están en estado de soponcio) merece que los bichos los penetren, naden en medio de sus órganos, los succionen cual bombilla en un vaso de milkshake y los hagan estallar sangrientamente.
Es más, si no existieran los xenomorfos apuesto mis pertenencias terrenales y divinas que esos pendejos igual encontrarían una manera estúpida de morir. Hasta un caniche ciego acabaría con sus vidas.
Ridley Scott vuelve a las viejas mañas, las que hicieron naufragar a Prometheus (reseñada ACÁ), y nos cuenta una historia que ya hemos visto no una sino cien veces: Tripulación reputada, re-tarada, re-inútil explora planeta desconocido para lidiar con desconocidos bichos extraterrestres mientras un conocido droide malo es el master puppet del rancho.
John Logan (Gladiator, 007:Spectre, El último samurai, Hugo) y Dante Harper (debutante) son los dueños de los deditos a los que acusaremos del guion. Deditos pillos que crean personajes como Orum (Billy Crudup) un fulano acomplejado que toma las riendas de la nave y las peores decisiones que he visto en pantalla desde las que se tomaron en la fallida Interstellar (reseñada ACA) y las no menos terribles de la tripulación de Life.
Daniels (Katherine Waterstoon) va de allá pa acá en desacuerdo con Orum pero siguiendo sus órdenes sin un peso partido al medio de criterio como el resto del equipo. ¿No se supone que estos sujetos que desprestigian la profesión del astronauta, al científico espacial o el concepto de ser humano evolucionado, fueron entrenados, son las mentes más brillantes de su rubro, detalles por los que se les encarga un bollo de boludos durmiendo o embrionando?
El resto de la tripulación está ahí solo para que los guionistas tengan cuerpos a disposición mientras avanza la película y nos den un festín de vísceras y sangre. Menos mal que el actor mexicano nominado al Oscar Demian Bichir no muere entre los primeros, aunque su papel pasa sin pena ni gloria como futura comida alienígena.
¿Se acuerdan de Dave/David (Michael Fassbender) de Prometheus? El susodicho regresa malo y solemne como en la película del 2014 y lo hace x dos. Sí, sí, hay otro droide igualito a él llamado Walter. Ni bien se encuentran Dave hace un extreme makeover y queda físicamente idéntico a Walter. Nadie se pregunta porqué lo hace, nadie sospecha nada de nada, porque claro, los básicos terrícolas andan corriendo por oscuros pasadizos tratando de salvar sus miserables vidas.
Como marca registrada, los intentos de hacer trascendente la franquicia llevan a Ridley a crear todo un discurso filosófico sobre la creación, la humanidad de las máquinas y la reacción de las personitas en situaciones difíciles. Me aburro.
No hay una sola escena memorable. Una sola. Si alguien piensa que existe una escena WOW hágamelo saber en los comentarios porque me la perdí. Lo único medianamente anecdótico sería el beso a beso de Fassbender con Fassbender.
No hay misterio, no hay tensión, no hay coherencia, no hay flores en el campo, ni estrellas en el cielo, ni canela en tu capuccino, es como estar ante un mago decrépito que desea hacer el truco de sacar el conejo del sombrero y no hay conejo. NO HAY CONEJO.
Lo ves con penita, con ganas de irte y dejar de presenciar cosas que ponen tu corazón triste y tu alma cansada.
Alien: Covenant es un fan service barato. Cercana al desastre de Life, con la diferencia que se toma mucho más en serio a sí misma y no tiene un bicho carismático como Calvin que por sus propios medios consigue llegar a la tierra a barrer con todo.
#teamCalvin.
Lo mejor: que gustará a algunos fans Lo peor: no aporta nada nuevo al género ni a la franquicia La escena: la de Oram persiguiendo a David que ya sabe es el villano y se meten a un cuarto donde hay un bollo como de plantas carnívoras y David le dice “mirá de bonitas” y el otro menso se asoma a pesar de que es OBVIO que no debería acercarse por ningún motivo! A partir de ahí es difícil tomarse en serio lo demás Lo más falsete: La que puse como la escena, y la de David siendo costurado por Daniels cuando supuestamente la nueva versión de droide se autocura de sus heridas. Imbéciles. El mensaje manifiesto: lo vintage puede vender tickets El mensaje latente: figurita repetida no llena álbum El consejo: mirala sin NINGUNA expectativa, tanto de la franquicia como del mamerto de Ridley Scott El personaje entrañable: los bichos cuando se comen a todos esos brutos con b gótica El personaje emputante: los brutos con b gótica El agradecimiento: por los bichos cuando se comen a todos los brutos con b gótica.
Si ya la viste, puntúa la película!
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MUJER MARAVILLA o la falacia del feminismo
Ciertamente la directora Patty Jenkins tiene un currículum donde sobresale el filme Monster (el de Charlize Theron) y supongo que por esas credenciales la contrataron para que en Mujer Maravilla se venda la pomada de heroína feminista o emponderamiento femenino que ya se sugería en el cómic.
Hay que tomar en cuenta que el nacimiento de la Mujer Maravilla como personaje creado por William Moulton se da en otro contexto, sus pequeñas batallas personales como “mujer que rompe moldes” en ESE contexto están más que justificadas. La Mujer Maravilla nace en la Segunda Guerra Mundial, sin contraparte masculina y como miembro de la famosa Trinidad que conforma junto a Batman y Superman. Desgraciadamente, estamos ya en el 2017 y si querés romper moldes, rompelos y hacelos añicos de verdad.
Acá no se rompe ni una tacita de té, porque Wonder Woman como ligero canapé puede ser digerido sin mayores sobresaltos. Tiene protagonistas lindos (sí, los feos no son héroes a menos que sean directamente deformados como La Mole), tiene un trasfondo problemático (la primera guerra mundial puede ser el escenario ideal para que la chica Barbie feminista se luzca), tiene personajes carismáticos (indio, turco, escocés, la secretaria, etc.) y se une al universo de Batman (no debe faltar un galán a futuro, claro). Más de lo mismo.
Esta nueva propuesta de DC no me emocionó en demasía pero asistí a su desarrollo narrativo sin mayores exigencias, porque Mujer Maravilla es eso: una película que gira en torno a Mujer Maravilla y nada más. Es la presentación de un personaje, de un universo y la preparación para cuando dicho universo se revuelque con otros universos. También podemos afirmar que es de lo mejorcito que ha dado DC después de los fiascos que supusieron BvS (reseñada ACA) y Suicide Squad (reseñada ACA). Aunque este último argumento mueve a la risotada teniendo en cuenta que con semejantes comparaciones cualquier película de medio pelo sale bien librada.
Donde estoy en absoluto desacuerdo es en los ríos de tinta vertidos en críticas y sinopsis en las que se pone a esta película algo simplona como una revelación del género y lo que es peor venden a su protagonista como lo que toda señorita de buena crianza debería soñar ser: ¿fuerte? ¿independiente? ¿luchadora? Y bla bla bla.
Para ser honesta me aburre un poco incluso analizar esa visión, pero teniendo en cuenta que parte del Hype es anclado en ese paradigma, ni modo.
Para empezar Diana (Mujer Maravilla) vive en su isla de amazonas sin preocupación alguna hasta que el personaje de Chris Pine aparece. O sea, caballero galante le dice “oye nena, el mundo no es lo que pensás que es. Mientras vos soñás con maripositas preñadas afuera hay una hecatombe”. Ella no puede valerse sola en ese mundo inexplorado por lo que tiene que irse sí o sí con el fulano recién llegado. El fulano es el que la lleva y la trae por todos lados y quien además termina decidiendo el curso de sus acciones incluidos los trapos que se pone, mientras ella observa lo que pasa con sorpresa, indignación y/o embeleso. El fulano es quien hace el sacrificio mayor, ella cual doncella del medioevo está lloriqueando al descubrir que se equivocó, que el ser humano es bien cochinito y rastrero. El fulano va y se inmola y como consecuencia de esa muerte ella agarra fuerza y valor para enfrentar a Ares. Luego se pasa décadas añorándolo cual Penélope para volver a sonreir gracias a la relación epistolar con Batsy.
Los comentarios sobre el físico de la protagonista son los que sirven de gags constantemente, y lo peor: la boquita de Diana suelta todo un discurso cursi y naif sobre el amor y el ser humano que no se lo escucharíamos nunca a un súper héroe masculino, ni siquiera al calzonudo de Superman o al insulso de Capitan América.
La película explora una veta filosófica en la que Diana descubre y asume que Ares (el villano) no existe, que son los seres humanos los que hacemos las guerras, los que matamos gente, los malos, los mezquinos, admiraría al guionista si se hubiera apegado a esa línea, si el arco narrativo se mantenía. Sin embargo, vuelve a su precepto inicial y cuando estamos murmurando en la butaca: “Ah, esto es lo que le ven, por eso tiene buena puntuación en el rotten”, pum nos pincha el globo y muestra a un Ares real, un bigotón tan ridículo y estridente que poco aporta a una tercera parte del filme que ya viene muy accidentada.
El guionista no es otro que Allan Heinberg, un debutante en la pantalla gigante y cuyo currículum rezuma cursilería al ser el responsable de episodios televisivos para Gilmore Girls, Greys Anatomy, Scandal, OC, Sex and the City, Party Of Five.
Si tomamos a Wonder Woman como una película solo para entretener la pupila y disfrutar sin culpas, su discurso cursi de la vida puede equipararse a los que balbucean algunas animaciones de Disney o Pixar y zafa, sino tenemos una película muy bien filmada, con un guion flojito flojito, una linda protagonista y con la parafernalia necesaria para hacerse un hueco en el mundo de súper héroes.
Alcanza para un momento de solaz, de esos en los que no importa que una Barbie humana te diga que lo que importa es el amor, siempre y cuando te lo diga enfundada en un entallado vestuario que resalta sus atributos y con muchos slow motions para que los disfrutemos a pleno.
No tengo ni ganas de remitirme a los cómics, pero si les interesa les diré que una vez más se han pasado por el ojete la historia de los cómics. Lo único fidedigno es el personaje de Steve Trevor como el tipo que cae en la isla, lo que sigue después que Diana lo salva es un saludo a la bandera que estos crispines llaman “adaptación” y que en realidad quiere decir: “hice lo que me dio la gana”.
La actuación de Gal Gadot está al nivel de la de Henry Cavill (Superman), claro que Gal es más simpática. Imaginarme un duelo de ceños entre ambos fuera de los que vimos en BvS (Batman Vs Superman) me dejó tranquila sabiendo que en un futuro cercano no sucederá dado que el cuerpo del hombre de acero se encuentra enterrado a una buena profundidad.
Lo mejor: no es aburrida y la música estuvo buena Lo peor: ¿qué carajos es eso de que esta doña con discurso de princesa Disney, guiada/adoctrinada por el personaje de Chris Pine es feminista? La escena: cuando cosita se lanza a toda madre contra las filas enemigas Lo más falsete: la tipa que creyó en ella muere por defenderla y la Diana panchota, también toda la secuencia del baile y la aparición de Ares El mensaje manifiesto: si lo disfrazás bien consigue engañar El mensaje latente: ponele más azúcar y nos volvemos diabéticos El consejo: para verla con Coca Cola, Snickers, Pipocas, Nachos con queso y cualquier elemento ad hoc a la plasticidad El personaje entrañable: Charlie El personaje emputante: ella y él El agradecimiento: porque Batsy devolvió la foto que es TAAAAN importante para Diana.
Si ya la viste, puntúa la película!
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GUARDIANES DE LA GALAXIA o la falacia de todo lo que no es baby Groot
Hace ya tres años salió la primera Guardianes de la Galaxia (la reseña ACA). No voy a mentir: llené un balde de baba por Groot y quedé en estado de viudez cuando se sacrificó por todos NOSOTROS. Esa pequeña ramita creciendo y bailando en una macetita ha sido el pensamiento que me ha sacado de hondas tristezas en los últimos años.
(insertar música de autoayuda ochentera)
Esperaba la secuela con un gran letrero de “Bienvenida”, pensando que Jimmy (el director James Gunn) llenaría las expectativas de seres humanos cuyo único momento de Felicidad se da cuando se apagan las luces en una sala de cine.
Y justo cuando nuestra espera ya entraba a la guardería, Jimmy aparece con este Vol. 2. Oh, Jimmy. Jimmy. Jimmy.
Resulta que Groot ya creció un poquito pero ese cerebringo no está muy desarrollado por lo que a veces confunde las cosas o entiende mal, lo que lo convierte en el personaje más honesto del boliche. Sí, baby Groot a las claras actúa y se mueve con la ignorancia y la mamertez derramadas por todas sus ramas, el resto se las da de muy cools y muy guerreros y muy autosuficientes y en la práctica son un cero al cuadrado.
Ok. La primera entrega era también un espectáculo de colorida, musical y divertida idiotez, pero tenía a su favor la novedad.
Con la novedad muerta y enterrada, hay que remar en dulce de leche, y Jimmy (Oh, Jimmy) trata de ponerse “creativo” insertando más personajes, más tramas ocultas, más ridiculez, todo en onda hiperbólica tanto que al final te empachás y solo deseás que acabe de una maldita vez.
A favor de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 diré que tiene momentos, secuencias que nos reconocilian con Jimmy y el universo: La aparición de Stallone, las intervenciones de Mantis, las de Yondu, y lo más importante: absolutamente todas las pequeñas y grandes apariciones de él, de baby Groot.
En la esquina opuesta tenemos la música pegada a fuerzas a la acción, algunos gags que no funcionan, el entramado del guion donde no hay hilo lógico y el excesivo tunchi tunchi de acción planetaria que se vuelve muy redundante. El despropósito mayor es Ego (Kurt Russell) que aparece como padre-planeta-sermultidimensional-dios-pelotudoequis que se presenta a Peter Quill muy al estilo Darth Vader con un “Soy tu padre”. El tipo anda todo seductor y maquiavélico para luego hablar un montón de huevadas que echan por tierra los planes que forjó durante años. Ego podría dictar un cursillo en la CAINCO que se llame: Cómo destruir tus planes en 1 sencillo paso.
Técnicamente, la pandilla entera está viviendo en Ego (recuerden que es un planeta) y Ego nunca se entera de nada de lo que traman ellos ni su empleada/esclava Mantis. Ego podría dictar otro cursillo en la CAINCO que se llame: Cómo ser un Dios y no enterarte de un carajo.
Pensar que en el cómic original Yondu (Michael Rooker) es uno de los fundadores de Los Guardianes de la Galaxia me hace reflexionar sobre la también falacia de eso llamado apariencias y de esa práctica grosera llamada tergiversación de hechos.
Así es queridos, Yondu en el cómic es uno de los patriarcas, de los propios, no un pelotudo secuestrador de niños o descendientes. Jimmy lo pone como un villano en Vol. 1 y luego le da el cambiazo en Vol. 2, para no perder esa bella costumbre del casette ochentero: Lado 1 y lado 2. En realidad, las intenciones macabras de Jimmy son usar al pobre Yondu para matarlo y que se implante en nuestra memoria como el “daddy” muerto de Peter.
Nada de eso nos importa, bueno, nada de eso me importa. No me importa, Jimmy. La posibilidad de ver a baby Groot creciendo, robando pantalla al trochi mochi, me invita a pensar que Jimmy planea que compremos entradas de las próximas entregas solo para ver a este adorable ser.
Bien jugau, Jimmy, bien jugau.
Lo mejor: baby Groot Lo peor: se siente larga A PESAR de baby Groot La escena: cuando baby Groot va a buscar la aleta de Yondu y cuando baby Groot tiene que elegir los botones Lo más falsete: Ego y sus cursillos básicos en la CAINCO El mensaje manifiesto: si la película fuera solo de baby Groot sería mucho más divertida El mensaje latente: Queremos más baby Groot! El consejo: comprate el muñeco de baby Groot y Groot El personaje entrañable: a que no lo adivinan: BABY GROOT El personaje emputante: Ego, Peter Quill El agradecimiento: por BABY GROOT y los extras finales donde baby Groot es adolescente y vive masturbándose.
Ridley Scott se sacudió todos los hijueputazos que le llovieron por Prometheus (2012), decidió reintentar con el género que lo hizo famoso: Ciencia Ficción y hacer una versión ligera del espacio, ligera como nube de algodón. Sacó su cabeza por un huequito y, a sus casi 80 años, dijo: Ola, k asen?
Está bien. La nueva película de Ridley, Marte (The Martian), es, sin duda, muy entretenida.
De qué va? Un grupo de seis astronautas está en una misión en Marte. De pronto surge una tormenta, y la Comandante Lewis (Jessica Chastain) decide que es tiempo de agarrar los chécheres y salir tostando del planeta. No se olviden del dicho: Mejor aquí corrió que aquí murió.
Empiezan a caminar en fila india hacia la nave y pim pum pam, un pedazo de antena se lleva con todo a Mark Watney (Matt Damon). Los trajes de astronautas están diseñados para emitir las señales vitales, y el equipo no recibe señal alguna del traje de Mark, entonces piensan que ha muerto y con la tormenta ya encima no les queda otra que partir.
Mientras ellos están de regreso a la Tierra resulta que nuestro Mark estaba vivito y coleando en ese desolado y rojo planeta llamado Marte.
La película agarra un tono survival, donde el personaje principal tiene que luchar por sobrevivir, porque sí, porque la vida es un camino cuesta arriba. Lo hemos visto mucho y de todas las maneras posibles, esto sería una mezcla entre Gravity, El Naúfrago, Robinson Crusoe y Kathy, la oruga.
Mark, que es un astronauta con una maestría en Botánica, dará muestras de ingenio en esa lucha por llegar con signos vitales hasta el final de la aventura. Ajá, McGyver un piojo tuerto, Sheldon Cooper un mero aprendiz. Ni Harry Potter con su varita se las podría haber ingeniado mejor que Mark Watney.
El tipo vuelca las adversidades a su favor, y todo con una predisposición y un buen estado de ánimo envidiable que es acompañado de clásicos de la música disco. Turn the beat around, Hot Stuff, Rock the boat, Don´t live me this way y hasta I Will Survive se campean por ahí.
Sí, Marte es una píldora contra la depresión y los deseos suicidas. Todo en ella es superación y ver el vaso tan llenito que ya se está derramando.
Paralelo a la situación del animado Mark, vemos lo que la NASA hace para manejar primero: la supuesta muerte de Mark ante la opinión pública y luego: el supuesto rescate. Hay que recordar que ir a Marte no es como agarrar un micro que te lleve a Warnes, no. Toma años llegar o salir de ahí, sin contar el gasto de millones de dólares que exige mandar una misión.
El montaje de Pietro Scalia (Gladiator, Prometheus, Good Will Hunting) colabora para que la historia sea accesible y veamos ambas puntas de manera efectiva.
El guión es de Drew Goddar, conocido por La Cabaña del Bosque y Guerra Mundial Z, créditos que nos permiten constatar que el público objetivo es el masivo, y que la idea es hacer una película taquillera con un esquema argumental más bien clásico.
Claro que se apegaron bastante al libro homónimo en el que se basa, tanto que su autor, Andy Weir, dijo que las lágrimas se le escaparon al ver el primer corte del filme.
Lágrimas que esperan sean compartidas por un público que sí, que aún sabiendo que todo pinta a final feliz, sufre con los obstáculos por los que atraviesa Mark y se ríe bobamente con los chistes americanos del abandonado personaje.
Dariusz Wolski (Prometheus, Exodus, Piratas del Caribe) pone su impronta detrás de la cámara y a través de su hermosa fotografía transforma los paisajes de Jordania en un espectacular planeta marciano.
Mención aparte merece Matt Damon, que al igual que Sandra Bullock por Gravity y Tom Hanks por El Naúfrago, seguro recibirá un reconocimiento por su papel del chabacano y animoso Mark Watney. Estos papeles que sirven de humanos paradigmas siempre son bien recibidos por la Academia, y si encima el actor/actriz perdió algunos kilos en el proceso, pues es casi seguro que lo tendremos en los Oscar 2016.
El resto de los actores que interpretan tanto a los compañeros de Mark como a la gente que trabaja en la NASA, también demuestran su solvencia: Chastain, Daniels, Chiwetel, Kristen Wigg, Sean Bean están en la medida correcta y con personajes igual de luminosos que Mark. No hay muchas mezquindades, ni siquiera un odioso antagónico, porque como decía El PUMA: Juntos podemos llegar, Unan sus manos conmigo.
Ridley, por su parte, se mete a la piscina del conformismo y nos entrega una película común y corriente, bien hechita, bien filmada, bien contada, bien actuada, pero con la que no pasa más nada. Sus detractores dicen que nuestro Ridley se ha convertido en un vulgar Ron Howard.
(insertar emoticón del monito con los ojos tapados)
No sé si llegaremos a tanto. Marte no será la apuesta más innovadora o lo más jugado de Ridley Scott pero es su mejor y más entretenida película desde Gladiator, es la menos accidentada, la menos bizarra, la menos ceremoniosa, la menos petulante.
Conseguir un buen blockbuster tampoco es tan sencillo, todas las semanas estrenan huevadas que son infumables a pesar de ser solo productos destinados a escapar del mundanal ruido un rato, en el caso de Marte están todos los elementos que hablan de un buen director y un buen equipo, aunque sí, sí, hay que reconocer que poco o nada se ve del director de Blade Runner.
En esa metáfora que son las inclemencias por las que atraviesa Mark Watney supongo que Ridley ha bajado los brazos y ha decidido entregarse a una industria donde repetir una historia de sobrevivencia con un mensaje global de superación personal que bien pudo ser escrito por Coelho o Dyer, aun funciona.
Mónica Heinrich V.
Lo mejor: Funciona.
Lo peor: bastante simplona.
La escena: todo lo relacionado a cómo Mark supera los imprevistos.
Lo más falsete: en general: demasiado buena onda, buen corazón y buen ánimo. y claro, lo de Iron Man.
El mensaje manifiesto: Vos podés.
El mensaje latente: Vos podés.
El consejo: Vela, está bonita. No sé si valga mucho el 3D, a excepción del inicio y el final, creo que no hay mucha necesidad de los lentes.
El personaje entrañable: las plantitas
El personaje emputante: Prometheus, ah no. Eso era en la otra…hmmm
El agradecimiento: porque es ligera y entretenida.
CURIOSIDADES
El libro en el que se basó: The martian (El Marciano), fue escrito primero por capítulos en un blog, en el que el autor tomaba los consejos que le daban los lectores para ir desarrollando la historia. El texto final fue rechazado por varias editoriales hasta que Weir decidió subirlo a Amazon para comercializarlo por su cuenta. De ahí, la alta venta de su versión virtual hizo que una editorial lo contactara y lo llevara a papel, el resto es historia.
La película fue filmada en Wadi Rum Jordania. Las escenas de set se filmaron en Budapest.
NASA y varios científicos fueron consultados para pulir los aspectos científicos del filme.
Aunque en la película Mark tiene que ver la manera de crear agua, 4 días antes de que la película fuera lanzada al mercado se supo que se había encontrado agua en Marte.
Cerca de 20 sets fueron construidos para filmar Marte.
Matt Damon filmó sus escenas en 5 semanas.
La escena en que el personaje de Donald Glover (Rich) se cae cuando está tratando de hacer cálculos para la sonda, fue una caída real en la primera toma, a Ridley le gustó como quedó y la dejó en el corte final.
Bastante material que se investigó y consiguió para hacer Prometheus fue usado/reciclado para The Martian.
El rodaje duró alrededor de 70 días y tuvo un presupuesto aproximado de 180.000.000 $us..
Mark es el equivalente inglés a Marcus que es el equivalente latino de Marte.
El título de la reseña: “Demasiado ginecológico para ser sexy” aplica totalmente para la esencia de The Counselor.
Señores, se acaba de estrenar The Counselor, la más reciente película de Ridley Scott que tiene un casting como para dejarte la jeta abierta: Michael Fassbender, Javier Bardem, Cameron Diaz, Penélope Cruz, Bruno Ganz, Rubén Blades (¡!) y el pobrecito Edgar Ramírez.
Además, su director de fotografía es Dariusz Wolski y el guión le pertenece a (tiene que ir con mayúsculas y ser dicho con megáfono): CORMAC MCCARTHY
Leer y escribir eso es casi orgásmico (si el nombre de Penélope no lo jodiera).
Y es lo que esperamos: Un orgasmo.
Después de la cagada que Ridley se mandó con Prometeo, era justo y necesario un resarcimiento de daños, una compensación que haga que saquemos los muñecos de Blade Runner del baúl y la vida continúe su curso natural.
Pero no. Lo visto en el cine no se puede procesar bien. Pasan demasiadas cosas y se dicen demasiadas huevadas como para que se saque algo en limpio.
Aquí, desde el título, la palabra clave es “demasiado”.
Aunque un “demasiado” de Ridley Scott siempre es mejor que un “demasiado” cualquiera, o ¿no?
Bueno, resulta que estamos ante una historia de narcos y conspiraciones. De puñaladas traperas en la espalda, de un juego despiadado de caza/pesca y de inocencias turbias.
Fassbender interpreta a un abogadillo (del que nunca sabremos el nombre) que accede a subirse al pony del crimen de la mano de Reiner (Javier Bardem). Estamos hablando del narco “exitoso”, las grandes ligas. Gente que mueve millones y millones de dólares en operativos de distinta índole. Ahí está pringau también Westray (Brad Pitt).
¿Qué pito tocan Cameron Díaz y Penélope? Pues Cameron es Malkina, cuyo nombre ya te dice que debe ser muy pendeja e hija de puta. Mala y maquinadora. Seh. Malkina es la blondielover de Reiner. Por su lado, Penélope es Laura, la ñoña de la película, novia del abogadillo, con cruz colgada en el coto y todo.
El abogadillo es codicioso, y aún gozando de un alto nivel de vida se involucra con esa gentuza estando comprometido en matrimonio con la ñoña de Laura.
Por una nefasta coincidencia, un negocio se va al chancho y el peligro revienta botando pus para todos lados.
ALERTA DE SPOILER:Cuando acordamos, el abogadillo, Reiner, Westray, Laurita Ingals, están con el dibujo de tiro al blanco en la frente. Los narcos creen que ellos se aliaron para robarles un cargamento de merca y todos tienen que morir.
Claro, como escarmiento puej. No es nomás venir a joder al Cartel.
Por mi parte, después de estar escuchando tanta chorizada de texto filosófico, solo deseaba que las muertes sean sangrientas, lentas y dolorosas. Porque lo que hace Cormac o…hmmm…sí, la culpa debe de ser de Ridley, lo que hace Ridley con su película es disparar sin sentido un montón de situaciones, no filtrar diálogos pelotudos y dejarnos con la incómoda sensación de que nos fuimos un poquito a la mierda. FIN DEL SPOILER
Porque en una época post-Breaking Bad, en un mundo en el que ya tenemos la magnífica Pulp Fiction, hacer una historia en la que de repente los narcos son los pensadores del siglo XXI, puede generar dudas.
Rubén Blades se lanza una catarata de frases que parecen ser escupidas por alguien que encontró a su mujer en la cama con su familia inmediata y se ha tomado dos fardos de cerveza. Sí, cita a Machado y habla del ser y la nada, todo eso con una actuación pésima que provocaron en esta espectadora las ganas de agarrar un ladrillo meterlo dentro de un guante y darle unos buenos sopapos. ¿Por qué no te callas?
Los estereotipados personajes de Bardem y Pitt supuestamente no son niños de pecho, y cuando estalla el conflicto no hacen nada medianamente coherente. Pero eso sí, tienen tiempo de recitar versos a la pantalla que deben tener a Nietzsche pateando el cajón.
Mientras tanto, Penélope deambula por ahí con cara de niña asustada que sufre de algún problema digestivo.
Cameron Díaz construye un personaje al que no le ahorran ni tatuajes de manchitas felinas para que quede claro su naturaleza depredadora, tiene una escena que por disparatada, maldita y curiosa, hace que valga la pena ver el despropósito que supone la película en su conjunto. Anótense con marcador y estén atentos a la escena del auto y el bagre. Tan insólita como extrañamente sublime.
Y así, todo se desliza en el precipicio de la nada absoluta, lo plástico y lo rimbombante al pedo.
McCarthy, a quien considero un escritor espectacular, escribe un guión plagado de textos rebuscados y a quien nadie le avisó que no era adecuado al lenguaje cinematográfico. Habrá quien los disfrute igual, porque no deja de ser Cormac McCarthy el autor y no dejan de lanzarse frases pendejas, pero en su resultado global pareciera que a Ridley le dio cosita decirle a don: “recortemos 70% de texto y quitemos todas estas escenas boludas”.
Porque sí, estamos ante un filme bipolar, por un lado tiene varias escenas absolutamente prescindibles: la del tipo en su casa antes de la escena de la moto, la del confesionario, algunas entre Reiner y Cameron, la voz de Cameron en el teléfono, la marcha de los desaparecidos, etc…pero no podemos negar que también tiene escenas inolvidables y de alta calidad: auto, bagre, motociclista y alambre, cordón mortal y Brad Pitt…
El The Counselor de Ridley Scott es un trabajo prácticamente inclasificable, un desfile de caricaturas que se desvanecen en la ambición desmedida de esta producción que en conjunto acusa más sombras que luces.
Considero que aún a pesar de su barroquismo y excesos, hay chispazos de lo que pudo ser que hacen que valga la pena verla en el cine.
Una pena que esta mayonesa no cuajó.
Lo mejor: mucho pedigrí
Lo peor: mucho pedigrí pa tan triste resultado
La escena: Cameron Díaz y el auto (otra, otra, otra!!!)
Lo más falsete: Rubén Blades al teléfono. MATENLO.
El mensaje manifiesto: No todo lo que brilla es oro
El mensaje latente: Hasta los diamantes tienen imperfecciones
El consejo: Vale la pena verla, pero solo para aquellos que apreciarán la elegancia de Scott a pesar del resultado general.
El personaje entrañable: El auto amarillo y ver a Dean Norris como narco (Hank el de Breaking Bad)
El personaje emputante: los estereotipos narcos y las charlas boludas sobre las mujeres
El agradecimiento: Porque es una película que al salir los créditos te deja varias imágenes en la mente
CURIOSIDADES
– El filme se desarrolla en en la frontera méxico-americana, pero fue filmado en España y Estados Unidos.
– El personaje de Malkina era originalmente para Angelina Jolie, ella dejó el proyecto y el papel pasó a Cameron.
– La película está dedicada a la memoria de Tony Scott, hermano de Riddley que se suicidó cuando se estaba filmando. Ridley dejó la filmación una semana para acudir al entierro de su hermano.
– Natalie Portman fue considerada para el rol de la ingenua Laura
– Bradley Cooper y Jeremy Renner fueron contemplados para hacer de Reiner.
– Comarc McCarthy estuvo en la filmación de The Counselor casi todos los días