Por: Mónica Heinrich V.
A ver, a ver, acá tenemos a los nominados a Mejor Documental exceptuando I´m Your Negro, que aún sigue en cartelera en USA y me ha sido imposible verlo. Esta categoría tiene dos coladitos, descubramos cuáles son. Como sé que muchos de ustedes ni siquieran tendrán interés en sentarse a ver los documentales en cuestión (picarones) les voy a dar spoilers hasta reventar. De nada.
13th
13th se refiere a la 13va enmienda de la Constitucion americana, la que va contra la esclavitud. La famosita que les ha servido a los gringos para autodenominar la patria gringa como “la tierra de la libertad”. En ella hay una claúsula que indica que la esclavitud está prohibida “a menos que el sujeto sea culpable de algún crimen”.
Miren ustedes qué previsores son los gringos. Porque de ahí se desarrolla un concepto aún más triste: La esclavitud previa a la Guerra Civil fue, obviamente, un sistema económico. Cuando el Sur pierde, la economía se va al tacho y la única forma de recuperar la mano de obra “liberada” es metiendo presos a los negros por delitos menores. En esa época ocurrió el primer aumento de la población carcelaria.
Mediáticamente se trató de posicionar la imagen del negro liberado como una amenaza para la sociedad, la película El nacimiento de una nación confirmó de manera masiva lo que muchos blancos querían que se cuente como consecuencia de la Guerra Civil: El afroamericano libre es un peligro para los blancos y el mejor lugar para ellos es la cárcel y el trabajo forzado. Acuérdense de la escena de la blanquita balanceando sus pies inocente y juguetona, mientras un perverso negro la acechaba para violarla.
La película también produjo un renacimiento del Ku Klux Klan al mostrarlos bajo un halo romántico y heroico. La cruz quemándose fue algo creado por el propio Griffith (el director), porque le parecía una imagen fuerte, luego el KKK la adoptó.
El documental evalúa el trauma generacional que supuso tener que migrar del sur hacia otros estados no en busca de bonanza económica sino de escapar de las condiciones de vida donde el asesinato por sospecha de crímenes estaba normalizado.
Luego, cuando se hizo inaceptable que esas prácticas quedaran impunes, surgió un agregado legal: la segregación. Los negros no podían usar los buses, ir a la playa, entrar a algunos restaurantes, ir a ciertas escuelas, o universidades, no podían votar, etc..
Cuando Nixon fue presidente tenía en su contra a varios movimientos sociales: los que peleaban por los derechos civiles, los antiguerra de Vietnam, los LGBT, entonces lanzó una dura campaña contra las drogas que no tenía otro destino que meter presos a los que le incomodaran y así poder controlar los movimientos en su contra. ¿Qué se puede esperar si se ataca el problema de las drogas desde lo penal y no desde la salud?
Con Reagan esto se hizo más profundo. Cuando salió el crack y quedó claro que esa droga era la que afectaba a los afroamericanos más que la cocaína, se impusieron penas ridículas: unos cuantos gramos de crack obtenían la misma condena que ser encontrado con 3 kilos de cocaína.
13th muestra imágenes de archivo en las que tanto Hilary Clinton como Donald Trump percibían a toda una generación afroamericana como Superpredadores. Prueba de ello fue que en los 80s, un caso de violación en el Central Park puso en la cárcel a 5 adolescentes negros, Trump inclusó pagó una página del New York Times presionando para que los chicos sean condenados a muerte. 11 años después las pruebas de ADN dijeron que eran inocentes.
Es terrible constatar que la comunidad afroamericana no es paranoica, que realmente existió una educación sistématica, impartida durante años en la que se crea este concepto de crimen=negros, que no solo es aceptada por la comunidad blanca sino por los mismos negros.
Al final, todo resulta ser por el cochino dinero, todo.
El bonachón Clinton expandió dramáticamente el sistema carcelario, se crearon más cárceles, y se les dio incentivos a la policía para hacer cosas hoy consideradas abusivas. Se produjo una militarización de los policías rurales y se ejecutaron sentencias más largas.
Hoy, Clinton admite que empeoró el problema. Para muestra un botón, el caso Zimmerman y Trayvon Martin, del tipejo ese que asesinó a un adolescente negro por “sentir” que era sospechoso en su urbanización. Zimmerman se apoyó en la ley Stand your Ground y salió libre.
Pero esta ley no cayó del cielo, no, la participación de ALEC (un grupo de políticos y corporaciones que redactan leyes para los republicanos) en el armado de la legislación tuvo mucho que ver. Empresas como WalMart son parte de ALEC, leyes como Stand Your Ground disparan las ventas de armas en los Estados Unidos, Walmart es uno de los más grandes almacenes que vende armas y es el mayor vendedor de balas del mundo. Luego de la tragedia de Trayvon, Walmart se alejó de ALEC aunque aún lo financia.
A través de ALEC, CCA es una empresa que mueve billones construyendo cárceles y ligada íntimamente al incremento de la penalización.
Si en sus cabezas están escuchando sonar el pitido de la caja registradora, es tal cual.
ALEC también impulsó la ley SB1070 que le daba el derecho a la policía de detener a quien pareciera inmigrante. Es así que CCA ganó un contrato de 11 millones de dólares al mes para “alojar” a los inmigrantes arrestados.
Porque hay que actualizarse, claro, con el flujo de refugiados e inmigrantes, ahora la atención del negocio se vuelca a esas comunidades a las que, a su vez, trasladan el mote de criminales, amenaza, peligro.
La monetización de las cárceles es tan grande que hay compañías de seguridad, telefónicas, comida, servicios de salud, etc.. que ganan millones en contratos a largo plazo para las cárceles. También, hay empresas que se sirven del trabajo gratuito de los internos. Las papas Idaho de las McDonalds son sembradas, cosechadas y empacadas por internos.
¿Qué podemos decir? Un documentalazo, de esos que manejan una información valiosa, que además tienen una estética cuidada y una presentación de los datos meritoria.
La directora Ava DuVernay confirma la pericia, la sensibilidad y contundencia mostrada en su película Selma.
Un gran tema abordado de manera responsable, además escuchamos lo que vulgarmente se llama “las dos campanas”, porque también hay testimonios de miembros de ALEC o senadores republicanos y el trabajo cuenta con detalles como la música, el montaje, la gráfica muy admirables.
Estamos ante una fuerte denuncia porque el 25% de la población carcelaria mundial se encuentra en USA y ese 25% está compuesto en su gran mayoría por negros, latinos y árabes. En lugar de ocuparse de cazar musulmanes y alzar estúpidos muros, los ojos de Trump deberían estar puestos en optimizar las cárceles y dejar libres a un montón de personas que podrían tener otra oportunidad en la vida.
Sabemos que no será así, después de todo, cazar musulmanes y alzar estúpidos muros también tiene su beneficio económico. Una pena.
O.J.: Made in América
He visto bastantes películas, documentales, especiales, reportajes sobre el caso de O.J. Simpson. Por eso, empecé a ver este documental sin mucho entusiasmo, más como una tarea para reseñarlo en el blog. Así es, la idea de verme las cinco partes, cada una de hora y media, me parecía demasiado. Pensé en ver la primera parte y en base a eso sacar conclusiones en cuanto a estética y manejo de información. Grande fue mi sorpresa cuando no lo pude soltar.
En serio, no se puede soltar.
Mi amigo Ezra Benjamin Edelman, el director, hizo un trabajo maravilloso, memorable. No sé si soy la única que ha llorado con esta terrible fábula del ascenso y la caída de un ser humano, pero confieso que al terminar de verlo sentí muchas cosas.
Parte 1
La primera parte nos cuenta la historia de O.J. desde sus inicios en un humilde barrio afroamericano de San Francisco hasta que alcanza su status de jugador de futbol americano. Hasta que es conocido como el Juice. En esa primera época, O.J. se ve casi tímido, relajado, accesible a sus seguidores, en sus primeros pasos hacia la fama.
Paralelamente, como una constante en todo el documental, se hace una semblanza del contexto social de la época, los 60s.
Simpson fue el primer hombre negro en ser contratado por una marca de auto para sus anuncios, y fue el primer hombre negro en estar en un comercial publicitario con una imagen exitosa y de ejemplo a seguir.
El tipo era, según lo que dicen, más grande que Ali. Porque además él no iba al conflicto con el tema racial, directamente no se involucraba, no era partícipe de los movimientos por los derechos civiles, no era vocero, no daba declaraciones polémicas, él siempre decía “no soy negro, soy O.J.”.
Simpson se casó con una mujer llamada Marguerite, que en un inicio fue novia de su mejor amigo Al Cowlings. Con ella tuvo dos hijas.
Esta primera parte comienza con la voz en off de O.J. diciendo que más que dinero quiere fama, ser reconocido, que la gente al verlo diga: allá va O.J.. El capítulo termina exactamente cuando conoce a Nicole Brown (aún casado), que en ese entonces tenía 18 años y era mesera de un restaurant. Al verla dijo: Me voy a casar con esa chica.
Parte 2
El encuentro con Nicole coincide ya con sus últimos años como jugador profesional, O.J. estaba próximo al retiro y su hija menor había muerto ahogada en la piscina de su lujosa casa. Hecho por el que culpó a su entonces esposa Marguerite.
Cuando se enamora de Nicole, él ya lleva una vida de lujos y rodeado por un séquito de amistades de todo tipo. En esa época vive en Los Ángeles, ciudad que le encantaba porque en ella se movía como una celebridad.
Afianza su relación con Nicole, se muda a Brentwood (un barrio residencial del sur de Los Ángeles) donde es uno de los tres afroamericanos de toda la zona. En esa casa contrae matrimonio con Nicole, y en esa casa iban y venían sus amistades, entre las que se contaban políticos, deportistas, artistas y policías, mayoritariamente blancos.
Mientras O.J. se relacionaba con los policías en onda groupies-estrella, la comunidad afromaericana los veía como sus enemigos. Nuevamente, se muestra el contexto de la época, el famoso caso de Rodney King apaleado por policías blancos o la muerte de Latasha Harlins baleada por una mujer coreana en una tienda. La comunidad negra sentía que no había justicia para ellos, que la vida de los negros no tenía importancia en una sociedad en la que eran ciudadanos de segunda clase.
O.J., por su parte era amado por los blancos y era amado por los negros. Era un proveedor, se encargaba de su familia, de sus amigos, de Nicole, de toda la familia de Nicole.
Sin embargo, la aparente paz de esta estrella de fútbol americano ahora abriéndose camino como actor y presentador de televisión, da un giro cuando se descubre que ejerce violencia de género sobre Nicole.
La denuncia formal llega después de otros 8 incidentes previos. Por ese delito le dan 120 horas de servicio comunitario que las usa organizando torneos de golf entre celebridades.
Las marcas que lo tienen como imagen no lo abandonan y su entorno lo apoya, incluida la misma Nicole. Estamos ante un personaje que hasta la fecha sigue saliéndose con la suya, y cuyo nombre O.J. pesa más que la justicia.
Esta parte termina cuando Nicole decide separarse y O.J. no puede dejarla ir. Un amigo suyo dirá: “Es tan celoso como buen jugador de fútbol. La persona más celosa que conocí en mi vida”.
PARTE 3
Este capítulo arranca con detalles del asesinato en sí mismo. Imágenes del crimen y el relato de lo que pasó ese día y los posteriores.
O.J. se apareció en el funeral como un compungido viudo.
Cuando la policía decide arrestarlo, él pacta con su abogado una entrega que nunca sucede y es cuando se produce la famosa persecución. La que todos recordamos del Bronco blanco filmado por helicópteros y perseguido por un montón de patrullas. Yo lo vi así, sin embargo, policías de la época, periodistas comentan en pantalla que eso fue una escolta, que la policía de Los Ángeles actuó así porque se trataba de O.J. que si fuera otra persona se habría manejado diferente.
Como el seguimiento estaba siendo televisado la gente cercana a la zona por donde pasaba el auto salió a las calles vitoreándolo, con letreros de apoyo y muchos lo siguieron hasta la blanca Brentwood.
Cuando lo consiguen arrestar, el mismo O.J. se asombra de la cantidad de negros que rodean la zona: “Cómo hicieron tantos niggers para estar acá”, fue uno de sus comentarios.
Luego viene la preparación del juicio, O.J. contrata a lo que se llamó el “dream team”, formado por Ben Shapiro y más tarde por el abogado que también defendió a Michael Jackson: Jhonny Crochan, un abogado de reputación intachable admirado por toda la comunidad afroamericana. En la selección de jurados, hacen una encuesta que arroja que las mujeres afromaericanas están dolidas porque un hombre negro exitoso y guapo se casó con una blanca por encima de alguien de la comunidad, pero ese antagonismo no está dirigido a él, sino a la víctima.
La fiscal Marcia Clark había tenido buenas experiencias antes con jurados mujeres y negras, así que no objeta la elección del jurado que queda compuesto en su mayoría (8) por mujeres afroamericanas. Como una jugada poco afortunada, involucran como parte del equipo fiscal a Chris Darden, solo porque es negro. Darden cometerá alguno de los errores más graves de su equipo.
La defensa, el dream team, arma una estrategia anclada en presentar a O.J. lo más negro posible, y, como tal, probable víctima de la policía de Los Ángeles. Bajo esa artimaña consiguen desacreditar al detective Mark Furhman, que tenía un historial de comentarios racistas y denigrantes. Sí, se juegan la carta racial, esa que Shapiro dijo en una entrevista previa no iban a usar.
Brillante.
PARTE 4
Acá se desglosan las evidencias en contra de O.J.: Sangre de O.J. en el lugar del crimen, sangre de O.J. y de los asesinados en el auto de O.J., sangre de O.J. y de los asesinados en la casa de O.J. (en ese entonces Nicole vivía separada de O.J. en otra casa cercana), O.J. no tenía coartada, el asesino había sangrado en la escena del crimen porque estaba herido, O.J. tenía uno de sus dedos con un feo corte que nunca supo explicar cómo se lo hizo (se contradijo muchas veces), las evidencias en su contra eran muchas, y además incluía algo básico de cualquier crimen: Un móvil, una motivación y antecedentes (los reportes de violencia, el diario de Nicole donde aseguraba estar aterrada por la posibilidad de que un día él la mate).
La defensa decidió objetar las pruebas y tratar de sembrar en el jurado una idea absurda: que el detective Mark Furhman había plantado las evidencias por su odio a la comunidad negra, que se dio el afán de colectar sangre del detenido (O.J.) y regarla en los lugares mencionados, que además se siguió un negligente protocolo de colecta de evidencias, y eso aunado a la segura postura de inocencia de Simpson, construyó el clima perfecto para un veredico a favor.
Al ser un caso tan mediático, la comunidad negra lo adoptó como una causa más por la cual luchar. Habían letreros de apoyo que rezaban: NO importa si lo hiciste o no lo hiciste, te amamos!, o mujeres afroamericanas que sin tener un argumento sólido para afirmarlo clamaban la inocencia del famoso O.J..
PARTE 5
En esta última parte, se da el veredicto. Después de 8 meses de juicio, el jurado deliberó apenas 3 horas y media. Lo declararon inocente. Mientras leían el fallo, uno de los miembros del jurado se levantó e hizo el gesto de las Panteras Negras, porque él había sido pantera años atrás, cosa que la fiscalía supo en ese momento.
Cuando los jurados fueron relevados se escuchó que se celebraba diciendo: Esto fue por Rodney King.
Después del juicio era evidente que la gran mayoría pensaba que sí era culpable y escarchaban a O.J. en lugares públicos, los amigos no se acercaban y él intentó continuar con la vida que tenía antes sin conseguirlo.
La familia de Ronald le hizo un juicio civil que ganaron fácilmente, porque se tuvo la oportunidad de cuestionar a Simpson directamente. En él, O.J. ni siquiera admitió la violencia doméstica que tenía constancia en más de 12 reportes policiales. A pesar de ser encontrado culpable, la pena era solo monetaria, por lo que estaba obligado a pagar un resarcimiento económico a la familia de los asesinados.
Después de un periodo de adaptación al escrache al que era sometido en algunos lugares, Simpson siguió teniendo groupies, fans, personas que caían seducidas por su carisma.
Se sumergió en las drogas, en el alcohol, en una vida disipada que trasladó a Miami, ahí la caída del astro fue total. Puede que haya ganado el juicio que lo libró de la cadena perpetua o la pena de muerte, pero en la práctica el hombre se hundió en la miseria.
Finalmente, en un confuso episodio dentro de un hotel de Las Vegas y recuperando cosas personales que un coleccionista vendía a altos precios como Memorabilia, fue condenado a la cárcel por delitos menores. Así es, por una estupidez tiene una condena de 30 años de cárcel, y ahí está desde hace 10 años. Este 2017 puede apelar a la libertad condicional.
Es muy triste todo el documental, porque en el vistazo que le damos a O.J. como el tipo que “lo logró”, hay todo un contexto social y racial que es tan jodido que repercute hasta en un caso judicial de la peor manera. Es el sueño americano convertido en pesadilla. A través de entrevistas a periodistas, políticos, atletas, amigos, y familiares de los involucrados, por primera vez uno es conciente cómo fue creado O.J.. Ese tire y afloje entre lo que debía ser como negro en su comunidad, entre lo que los blancos esperaban de él, entre lo que él deseaba para sí mismo, entre lo que su status de estrella, de héroe requería.
No, no se humaniza al asesino, sino se deja claro que el sistema permite que un ricachón escape de su culpa, en un terrible contraste con los negros provenientes de los sectores pobres de Los Ángeles que apoyaron a Simpson durante el juicio.
Extraordinario documental, necesario y desolador. Por eso, fue casi imposible evitar las lágrimas al final por los que pusieron el pecho por él en una absurda solidaridad de raza, por la caída brutal, por las muertes, por la tragedia.
No sé cómo acabé aquí. Tenía una gran vida. Conozco la bondad que había en mí y la bondad que di a los demás. Ahora, ya no siento esa bondad. Me siento vacío. Completamente vacío. Solo le pido a las personas , por favor recuérdenme como el Juice, por favor. Recuérdenme como el buen tipo.
Fuocoammare / Fire at sea / Fuego en el mar
Para mí, este documental italiano es uno de los colados de la categoría.
Gianfranco Rossi agarra un tema espinudo: Los refugiados y nos lleva con su cámara a la isla italiana Lampedusa, por la que han llegado cerca de medio millón de personas de distintos países africanos.
La idea de Rossi es mostrarnos como una realidad paralela dos hechos: la llegada masiva de refugiados en condiciones infrahumanas y la vida apacible de los lugareños, una vida cómoda de europeos con sus necesidades básicas cubiertas.
Me parece que la comparación es injusta, y al mismo tiempo antojadiza. Rossi nunca hila a profundidad lo que pretende con esa comparación aparte de valorar las condiciones de vida de ambas partes y la aparente indiferencia a los migrantes que tienen los lugareños.
El estilo es frío desprovisto de cualquier emoción, cosa que en ciertos trabajos se agradece, pero acá torna la pila de cadáveres en un barco de africanos en una especie de fotografía de exhibición.
Hay pequeñas insinuaciones: el niño con el ojo flojo, que ve borroso y que necesita mejorar su vista. La doñita súper cristiana, inmersa en sus labores domésticas escuchando por la radio el horror y comentando: Pobres cristianos. Los niños paseando y jugando en una tierra que es concebida como el sueño a alcanzar, como la promesa de una mejor vida y por la que miles de personas mueren.
No, el tema no es poca cosa.
Y de hecho, yo me quedé con ganas de saber qué pasa con ellos, cómo se los procesa, dónde se los manda. Lo único que el documental muestra es: largas escenas del niño jugando con su honda, o paseando, largas escenas de la familia comiendo fideos, largas escenas del rescate de los refugiados que piden ayuda por radio, testimonio del doctor que muchas veces los recibe, una especie de selección de enfermos-no enfermos, y eso es todo.
Creo que en su afán de hacer una comparación, se pierde mucho tiempo mostrando cosas sin importancia real. Para decirme que el europeo promedio vive en la seguridad de su casa sin importarle un carajo lo que hacen otras personas escapando de la guerra o de la pobreza, no necesito cien imágenes de europeos comiendo o pasándola bien.
Sin embargo, Rossi parece necesitarlo.
Le rescato su sentido de la oportunidad (¿o es también gol en contra?), los refugiados son uno de los temas candentes de la actualidad, y merecen una aproximación profunda que mediatice la necesidad de una respuesta internacional real y sólida. Le rescato, también, las imágenes que consigue, el tipo se metió en el meollo del asunto. Filma la llegada de refugiados en las peores condiciones, filma los cadáveres, su material es vasto y útil.
Una lástima que como relato no haya llegado a buen puerto y se quede como una mirada desprovista de alma.
LIFE, ANIMATED
Es triste decir que un documental que tiene un aparente fin social es un colado dentro de las nominaciones, pero sí, me hago cargo.
Life, Animated narra la vida de un niño autista que consigue conectarse con su familia y el mundo exterior gracias a…películas de Disney. El documental dirigido por Roger Ross Williams, se basa en el libro homónimo escrito por el padre del niño, Ron Suskind.
Owen empezó a desarrollar autismo a los 3 años, y dejó de hablar. Los especialistas dijeron que lo más probable es que nunca vuelva a comunicarse hasta que descubrieron que había memorizado todas las películas de Disney y además elaboraba conceptos en base a ellas.
En el documental vemos a Owen ya de veintipico años, a punto de mudarse y haciéndose cargo de su vida, tiene novia, va a conseguir trabajo y sigue igual de fascinado por las animaciones de Disney.
Es evidente que se trata de una hermosa historia de superación, condimentada por los elementos que a todos nos gustan: emotividad, familia unida, prójimo solidario y final feliz.
Sin duda, un lindo trabajo que además intercala las imágenes de la vida de Owen, con las de Disney y con las animaciones originales que narran su niñez y adolescencia.
¿Material de Oscar? No creo, a ratos parece, también, una larga publicidad para Disney y sus personajes. Está narrado de una manera convencional, sin grandes sorpresas y, para mi pesar, tiene una escena casi al final que sentí gratuita y actuada: el rompimiento con Emily, la novia autista.
Fue el último documental que vi de la tanda, y la verdad me sentí agradecida de ver algo positivo y limpio.
Pero no, creo que la selección de este documental como Mejor Documental en los Oscar obedece a cubrir un espacio que está dominado por el tema racial, político y social. No deja de ser un tema «oscarizable», pero siento que su factura no alcanza los niveles ni siquiera para separarlo de un documental de A&E Mundo.
CONCLUSIONES
Mi corazón estaría feliz si se lo dan a 13th o a O.J.: Made in América, la investigación es tan profunda y la dirección tan cuidada, que cualquiera de los dos podría alzar el Coso Dorado.
Dárselo a cualquiera de las coladas sería bochornoso. Esperemos que el domingo, se haga justicia en esta categoría.