Partamos diciendo que The hateful eight NO es lo mejor de nuestro querido Quentin Tarantino. No. Sigamos con que no tiene un ápice de sentido y que todo se desarrolla con el mismo caos y excentricidad que cuando intentás hacer caipiriñas en un vaso de plástico y no tenés idea de las medidas ni del orden de los ingredientes.
Eso puede generar el odio más corrosivo por Los odiosos ocho. Ajá. Pero he aquí un detalle: tal vez no sea lo mejor de Tarantino pero sigue siendo una película de Tarantino.
Con esto quiero decir que tiene personajes pintorescos y escenas pendejas que harán que valga la pena sentarte como 3 horas a ver ese desfile de autoreferencias que se te antojará eterno.
Q.T. se inclina (una vez más) por el western y sitúa la acción en la América profunda y racista que ya nos mostraron en Django.
Una diligencia avanza por la blanca nieve, en ella viajan don John Ruth (Kurt Russel) y Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh). La diligencia se detiene en el camino para darle aventón al mayor Marquis Warren (Samuel Lee Jackson) y Chris Mannix (Walton Goggins).
Ruth está llevando a la señorita Daisy al pueblo Red Rock para obtener una recompensa por su cabeza y ver cómo la ejecutan en la horca.
Es evidente que la presa, Daisy/Jennifer, será el botín a disputar y es evidente que Ruth no debió detener NUNCA esa maldita diligencia.
Así las cosas, charlas van y vienen y nos damos cuenta que en esta nueva película de Q.T. escucharemos un montón de texto y que dentro de su filmografía es su película más «diferente». Diferente porque pone el diálogo por encima de la acción.
Pero volvamos al argumento: a la situación ya de por sí incómoda y peligrosa, se suma el hecho de que hay una tormenta a punto de alcanzar a los viajeros y la troupé se detiene en una especie de tiendita: la famosa Mercería de Minnie.
Los cuatro personajes se toparán entonces con otros cuatro sujetos: el mexicano Bob (Demian Bichir), Osvaldo Mobran (Tim Roth), Joe Gage (Michael Madsen) y el general Smithers (Bruce Dern).
Ocho crispines, una tormenta, una tipita cuya cabeza vale un montón de dinero, varios cazarecompensas, y voilá, tenemos montada una intriga sobre qué pasará y lo más importante: quién llenará de balazos a quién.
Q.T. responde esas inquietudes con creces recurriendo a su ya consabido derramamiento de sangre, algo de gore, violencia extrema al pedo, y MÁS (sí), MÁS texto.
Por supuesto que es un desfile efectista y egomaníaco, es como ver a Q.T. bailando una bachata con él mismo, con el contoneo y todo.
Y claro, Ennio Morricone que tiene más de 500 piezas acreditadas como compositor para audiovisuales (comerciales, series, películas) le pone su impronta a esa bachata tarantinesca con una banda sonora ideal, asegurándose así el Oscar este año a Mejor Banda Sonora.
Por su parte, el gran Robert Richardson (Kill Bill 1 y 2, Hugo, Django, Bastardos sin Gloria) demuestra una vez más su talento para fotografiar este frío western. Bonita secuencia la que nos explica cómo Bob y compañía llegaron a la Mercería de Minnie. Bonita.
Lo menos creíble de The Hateful Eight fue el ojo morado de Jennifer Jason Leigh que si existiera un premio a peor maquillaje, tendríamos que dárselo a ese horrible círculo negro que aparece al principio y que va oscureciendo/menguando a su antojo mientras la película avanza. Mapache Style.
The Hateful Eight se inspira en The Thing, película de terror/ciencia ficción de John Carpenter y si ven o repasan este ya clásico de clásicos, se pueden comparar planos, personajes y situaciones.
Hay que decir, empero, que Tarantino parece un niño de pecho al lado del Carpenter de The Thing, es como ese amigo ñoño que quiere imitar al malote del curso.
Lo más decepcionante es que después de los ríos de texto y sin vos contar con las habilidades de Hércules Poirot o Miss Marple, te preguntás porqué los maleantes no usaron esa bonita secuencia que nos explica cómo Bob y companía llegaron a la Mercería de Minnie para emboscar a Ruth y compañía.
Tres horas con un guión que dice poco, aparte de las sesenta y cinco veces que la palabra nigger es escuchada fuerte y claro.
¿Gusta? Es difícil no sucumbir ante el encanto de algunos de sus diálogos, o a esa soberbia Jennifer Jason Leigh, que merece más y mejores papeles en el cine. Es difícil.
Como dije al principio: puede generar un honesto odio haciéndole honor a sus odiosos personajes, algunos seguidores quedarán aburridos por el excesivo texto, o se sentirán traicionados porque la famosa violencia aparece en contadas ocasiones y no de manera espectacular. Yo me quedo con una sensación de jugarreta, de esas que arrancan risas.
Igual de sabrosas, igual de efímeras.
Mónica Heinrich V.
Lo mejor: no deja de tener el desparpajo Tarantino Lo peor: una bachata lenta y apretada de Tarantino con Tarantino La escena: la parte en que el Mayor le cuenta al Coronel Sanders lo que pasó con su hijo Lo más falsete: tanto tole tole que con la eficiencia mostrada al inicio se pudo resolver más fácilmente El mensaje manifiesto: menos es más El mensaje latente: los excesos pueden ser marcar registrada El consejo: se disfruta más sin grandes expectativas El personaje entrañable: Daysi y su hermano (Channing Tatum siempre será “entrañable”) El personaje emputante: el de Roth, similar a los que suele hacer Waltz El agradecimiento: por las pequeñas grandes escenas.
CURIOSIDADES
Fue filmada en 65mm. Generalmente, una película contiene 24 fotogramas por segundo, y gracias a este formato se puede alcanzar hasta los 30 fotogramas dándole al filme un look ultrapanorámico. En la práctica y en específico para The Hateful Eight, esa elección resulta más un capricho de Tarantino, teniendo en cuenta que de panoramas y tomas colosales hay poco y todo se reduce a lo que sucede en la Mercería de Minnie, un lugar para el que no necesitás mucho más.
En la escena que Jennifer Jason Leigh toca la guitarra y canta Jim Jones at Botany Bay se prestaron una guitarra antigua de un Museo de guitarras. La guitarra en cuestión era de 1870, y se habían construido dos réplicas para que Kurt Russell las destruya de acuerdo al guión. Desgraciadamente, no le informaron a Russell de dichos reemplazos y el actor destruyó la guitarra original. La reacción de Jason Leigh es auténtica y quedó para la película. El Museo lanzó un comunicado asegurando que nunca más prestarían guitarras para otra filmación.
Este es el guión que se coló a las redes gracias a piratas informáticos. Tarantino había decidido no filmarlo, pero como ya se había hecho una lectura con el cast y los actores estaban entusiasmados, persuadieron al director de continuar con el proyecto.
The hateful eight tiene referencias a True Grit, Django, Bastardos sin Gloria y Reservoir Dogs.
Es la sexta colaboración entre Samuel Lee Jackson y Tarantino.
Algunas escenas se grabaron en sets refrigerados a -1 grados bajo cero.
Las primeras pruebas con público tenían una duración de más de tres horas y un entreacto.
En el guión original Bob era francés, no mexicano.
Tarantino hace la voz en off.
Es la primera banda sonora para un Western que compone Morricone en los últimos 35 años.
Hubo alguna polémica porque al personaje femenino lo estropean durante toda la película, algunos colectivos o periodistas acusaron a Tarantino de perpetuar la idea de que maltratar a una mujer está bien. O sea!!! ni cómo explicar cosas que parecen tan obvias. Es más, si algo sucede con Daisy es que nunca se la trata distinto por ser mujer. En fin.
Me encanta tu trabajo mónica, leerte es un placer y coincido con lo que dices de esta peli de tarantino, a mí se me hizo un poco aburrida y tonta pero tuvo escenas como la del hijo del milico que estuvieron buenas.
un abrazo guapa!
Mauricio! yo no lo considero trabajo =) el placer es mío, muchas gracias por el comentario! abrazos!!!!
Quien es joe madsen???
Tiene usté nuevamente razón Carlitos!!! error de tipeo y el único que se dio cuenta, repetí el nombre del personaje jejeje
Os nombro editor!
Un abrazo