Por: Mónica Heinrich V.
Ah, cómo me gustan esas películas que parten de algo sencillo y te tienen con el Yisus en la boca, fatigado e hiperventilando. Dogman funciona en varios niveles. Es una película sobre un personaje en apariencia insignificante que termina llevando su insignificancia a otro nivel, es un oscuro relato sobre la soledad y la supervivencia, y es, también, una oportunidad para ver en pantalla a varios perros.
Marcello (Marcello Fonte) trabaja como estilista de perros en una modesta peluquería canina llamada (claro que sí) Dogman. Está separado, tiene una hija, Alida, a la que ve de vez en cuando, por lo tanto su rutina transcurre entre su negocio y ocasionales servicios de dealer.
¿Peluquero de perros y dealer? Nada raro, querid@s. Nuestro personaje vive en un barrio a ojos vista marginal, donde los charcos de lodo se mezclan con el cemento, los arbustos y el mar. Todo el clima que la película construye nos habla de miseria, de necesidades, de sueños rotos, pero no es exhibido como autocompasión o pornomiseria, la realidad de ese entorno está asumida y normalizada, jamás cuestionada.
La película dirigida por Mateo Garrone tiene sus momentos más luminosos al inicio, cuando nos presenta al personaje principal luchando por bañar a un enorme pitbull blanco. Esa será la imagen pilar de todo el argumento, porque sirve perfectamente de metáfora a la relación que desarrolla con Simone (Edoardo Pesce), un fornido ex boxeador drogadicto al que todo el barrio le tiene miedo y a quien no pueden poner en su sitio por sus conexiones o parentescos familiares. Y cuando digo drogadicto digo: tipo literalmente embrutecido por la droga. Volátil, loco, lento de pensamiento, violento, un yonqui que debería estar preso y no lo está. La bendición de una doña que lo socapa aunque finja que no.
Y ojo que Marcello tampoco es un personaje al que racionalmente uno pueda “querer”, cuando mucho decís “es un pobre hombre”, porque tiene también un lado ruin quizás producto de la vida que le ha tocado vivir que contrasta con su amor por los animales y la relación con su hija. Esos matices son los que hacen fuerte al protagonista. Su faceta dealer, pusilánime, sobasaco, con su faceta de «salvemos al perro del freezer».
Garrone, conocido por su película Gomorra, no abandona el mundillo de las mafias italianas, esta vez matiza su película con unas mafias de menor escala pero igual de dañinas.
El guion escrito por Ugo Chiti, Massimo Gaudioso y el mismo Matteo Garrone construye de a poco el violento conflicto entre Marcello (que vendría a ser un caniche toy) y Simone (un pitbull desenfrenado).
Una linda fotografía del danés Nicolai Brüel acompaña la decadencia de la historia. Nicolai no se pajea mucho, hace buenas composiciones y consigue que la atmósfera traspase la pantalla.
El final, sin embargo, llega algo apurado. El plan de Marcello, la venganza, se siente insostenible a nivel dramático, sí es necesario y el personaje ha aguantado mucha humillación hasta ese momento, pero cuando sucede lo que sucede, sentí que me lo contaron muy rápido y sin darle la densidad a ese momento tan clave de la película.
Igual yo ya estaba que no aguantaba más y mi mayor preocupación eran los perros, que no les pase nada a los perros.¡CUIDADO CON LOS PERROS!¡Garrone, no te atrevás a matarme un perro! Mientras tanto, Marcello se nos iba al fondo. Al fondo de la vida. Al fondo de todo.
Y después, su escena final me reconcilió con lo que había pasado, con la densidad que me faltó en el enfrentamiento, con eso que corrió y no llegó. Su escena final fue desoladora y, sin duda, me hizo sentir un poco sola en el mundo.
Lo mejor: los perros…Lo peor: el enfrentamiento con Simone al final, un poco apurado y forzado La escena: la del freezer, me quería morir Lo más falsete: cómo se dio lo de Simone al final El mensaje manifiesto: perro que no ladra sí muerde El mensaje latente: El perro promedio es mejor persona que la persona promedio El consejo: La felicidad es un cálido cachorrito El personaje entrañable: sí, los perros El personaje emputante: El que deja al perro en el freezer, me quería morir El agradecimiento: sí, por los perros.
CURIOSIDADES
- Le ofrecieron el papel de Marcello a Roberto Benigni y lo rechazó.
- Italia la postuló como candidata al Oscar .
- Garrone y Marcello tomaban whisky antes de algunas escenas para ayudarlo a entrar en personaje.
- La película está inspirada en el conocido «delitto del Canaro», el homicidio del criminal y boxeador amateur Giancarlo Ricci, acontecido en 1988 en Roma, a manos de Pietro De Negri, conocido como «Er Canaro». Sin embargo, con el transcurso del filme, la trama se aleja de los hechos reales.
- Marcello Fonte ganó el premio a Mejor Actor en el Festival de Cannes.
- En un principio el proyecto estaba previsto para el año 2006, pero el director Matteo Garrone estaba insatisfecho con el reparto y la locación.
- La filmación se llevó a cabo en el Villaggio Coppola, una fracción de Castel Volturno.
- Marcello Fonte nació y se crió en un barrio marginal italiano.
- Garrone, el director, es hijo del crítico teatral romano Nico Garrone y de la fotógrafa Donatella Rimoldi (hija del actor de los años cuarenta Adriano Rimoldi) se dedica al cine desde joven: después el diploma del instituto artístico en 1986 trabaja como operador técnico y luego se dedica a jornada completa a la pintura.
¿Algún link para ver la peli?
Hola, Frank! se puede ver bastante bien acá…https://cuevana.io/pelicula/dogman-xztNg elegí SUBTITULADO! jejeje