Por: Mónica Heinrich V.
Hormigas. Una de las cosas que siempre me fascinó de las hormigas fue descubrir que podían levantar cincuenta veces su propio peso. Intenté imaginar al ser humano logrando esa hazaña, pero el común de los mortales ya batalla para levantar el diez por ciento de su peso. Así es, las hormigas son las putas amas.
Antonella Sudasassi Furniss de apenas 34 años, debutó en el audiovisual con el corto El Despertar de las hormigas, lanzado el 2016. Ese corto es parte de un proyecto que buscaba explorar la sexualidad femenina. En el 2019, y continuando con ese proyecto, lanza su largo que también se llama El despertar de las hormigas.
Ah, las hormigas. Y esas hormigas son ligadas a la mujer, o al rol de la mujer en la sociedad. Y el despertar también es ligado a la mujer, o al rol de la mujer en la sociedad.
La directora escribe el guion. En su guion, la protagonista Isa (Daniela Valenciano) lleva una vida tranquila, casada con Alcides (Leynar Gomez), con dos hermosas hijas pequeñas, Vanessa y Valery. Esta convencional familia vive en un pueblo de Costa Rica. Pasa sus días en una casa humilde, en la que las hormigas (las putas amas) están haciendo de las suyas, trepándose por los mesones, caminando por las paredes, mientras Isa vive enfrascada en sus actividades de ama de casa.
Hay mucha sensibilidad en la mirada que propone Antonella a esa vida discreta y modesta. La cámara sigue a Isa cuando peina a sus hijas, cuando se baña, cuando el sexo marital no es satisfactorio, cuando en sus tiempos libres costura y deja el dinero ganado en una pequeña latita de la cual Alcides, el marido, dispone a su antojo. Los primeros planos se vuelven los compañeros ideales de nuestro personaje principal, porque gracias a ellos y con una economía de diálogos, es que podemos ser testigos de la vida interior de Isa. Es en sus gestos que intuimos esa rebelión que luego se desarrolla.
Antonella sabe dónde poner el acento de esta historia. No busca la pornomiseria de la vida de ama de casa, ni tampoco demoniza al marido. De hecho, Alcides, dentro de su rol heteronormativo se podría decir que no es un mal tipo. Es, al igual que Isa, buen padre, buen marido, buen trabajador.
El tema es que en esa dinámica que el mundo contemporáneo ha establecido de vida de pareja, Isa tiene deseos de bailar, deseos de crecer, deseos de orgasmos, deseos de independencia, deseos fuera de los suyos. Ella, a pesar de amar profundamente a su familia, necesita algo más.
Los instantes que estamos con Isa y vemos su anhelo de otra vida, de otras satisfacciones, son construidos con mucha belleza. Admirás a esa Isa valiente que llega a romper con la tradición de total entrega maternal o la tradición de la postergación de sueños femeninos.
Una de sus primeras escenas, en las que ella decora una torta estresada, presionada por los familiares para terminarla, y sucede algo contrario a lo que cualquiera de nosotros esperaría en una situación así, establece el tono de la película.
Esa torta, el foco que hay que cambiar, el vestido celeste, el cabello largo o corto, las moscas, el calor, las hormigas, son solo las extensiones de ese mundo del que Isa se siente de alguna manera prisionera, ese mundo que intentará controlar.
Antonella hace un gran trabajo en la escritura de esta fábula delicada sobre una mujer que despierta, y que despierta con hambre de más. También hace un gran trabajo detrás de cámara guiando el despertar de Isa con imágenes como las de la playa de noche, o el retorno con sus hijas.
Donde se produce cierta decepción es en el trabajo actoral de Leynar Gomez, que es corresponsable de dos de las escenas cumbre de la película. SPOILER Una cuando Isa regresa a su casa y otra, cuando Isa dice fuerte y claro lo que quiere y lo que no quiere de su vida. Al ser escenas tan importantes, el desempeño de Leynar no alcanzó para dar la trascendencia que las escenas pedían a gritos. Era una actuación robótica, sin sustancia. Sobre todo en el final, en ese cierre en el que confluye toda la tensión desarrollada durante la película, es como un efecto de globo pinchado. De coitus interruptus. FIN DEL SPOILER De todas formas, el pequeño mundo creado por Antonella con Isa como bandera y las niñas leales y devotas a su madre, tiene la suficiente fuerza para ir más allá de Leynar.
“Los patrones están para cortarlos” reza el poster de El despertar de las hormigas, en un juego de palabras sobre el micromachismo de cualquier familia latina con la actividad de costurera de Isa. E Isa despierta, corta y es capaz de levantar el peso de miles, de muchas más como ella.
Lo mejor: bonita, pequeña e interesante película Lo peor: la actuación de Leynar y un par de situaciones sin sentido Lo más falsete: cuando ella regresa a su casa, la reacción del marido. La escena quedó muy descafeinada El mensaje manifiesto: los patrones están para cortarlosEl mensaje latente: se despierta tarde o temprano La escena: Isa con sus niñas, cuando se hace el vestido celeste y baila feliz El personaje entrañable: Isa, las niñas…el despertar El personaje emputante: la vida dormida El agradecimiento: por hermosos y sensibles momentos.