Ya no vale ninguna explicación para tanta desidia, sin embargo, no podemos hacernos los opas y dejar de contarles cómo nos jue en nuestro ciclito pro-tolerancia. La verdad que todo jue medio a las carreras, pero quedamos contentos. El jueves y el viernes hubo buena asistencia de público, aunque fue evidente que el hueso duro de roer del ciclo fue El Papalote azul…entraron como 25 personas y sólo quedaron vivas 5. Las que aguantaron estoicamente hasta el final, pero que salieron con cara de haber estado en el purgatorio…eso sí, dijeron: «Qué bonita..». Ja!. La otra anécdota surgió cuando nuestra función de sábado se tuvo que pasar para el lunes, por el tema de disponibilidad de sala…y ahí ya no pudimos hacer nada contra nuestra pobre difusión. Llegó el lunes y para la primera función estuvieron como 10 personas…ya para la segunda sólo entraron 8 y de esos 8…cuando tocó irse cada uno pa su casita, resultó que sólo estaban despiertos 2. Pa´más verguenza, Fred Núñez (staff de Aullidos de la calle) se desparramó en el piso de la primera fila y ahí «fundió moroco» (dirían criollamente), o sea se durmió como si hubiese ingerido un valium, y el colmo jue cuando en partes en que habían silencios dentro del filme, se escuchaban sus ronquidos. Qué tal!!!