Matar a un ruiseñor es pecado
Por: Mónica Heinrich V.

Hace ya cuatro años la American Film Institute dio a conocer los resultados de una encuesta que respondieron actores, directores y críticos de cine americanos; encuesta que buscaba conocer a los 50 héroes y villanos del celuloide de todos los tiempos . Mientras Aníbal Lecter se coronó como el villano de villanos, Gregory Peck sobrepasó a todos los héroes y se alzó como el número uno por su papel de Atticus Finch. Unas dos semanas después de que dicha lista saliera a la luz, Peck exhalaba su último aliento y la prensa, lo recordaba, por su actuación en Matar un ruiseñor.
Para qué toda esta cháchara? Yo no había visto Matar un ruiseñor hasta ese momento, y ya que Atticus Finch (Gregory Peck) era el personaje más entrañable del cine americano, me entró la curiosidad por ver qué tan bueno y noble era el susodicho. Mi espíritu aventurero me hizo decidir verla y debo reconocer que la experiencia no fue mala.

Matar un ruiseñor es una película hecha en la década de los 60, filmada íntegramente en blanco y negro, basada en el libro homónimo ganador del Pulitzer escrito por Harper Lee. La historia se sitúa en los años 30 luego de la Gran Depresión, en un pequeño pueblo de Alabama. Atticus Finch es un abogado viudo, muuuuuy bueno, muuuuuy íntegro, muuuuuy noble, padre de dos hijos pequeños que, como han quedado en la orfandad, dependen de él para todo. La niña se llama Scout y el niño Jem. Mientras que Jem es el semiresponsable de los hijos, a Scout no le gusta ponerse vestido, ni tampoco tolera a sus compañeros cuando la critican o le hacen bromas. En este escenario vemos la bondadosa atención de Atticus para con su familia.

La historia se entrelaza con lo que el pueblo como sociedad vive y experimenta. En el pueblo se habla sobre una historia acerca de Boo Radley, un hombre al que nadie ha visto desde que era niño. Boo tiene un pasado sombrío, se dice que intentó matar a compañeros de colegio y que sus padres prefirieron recluirlo por una enfermedad mental. Supuestamente, sólo sale de noche y muy de vez en cuando. Este personaje lleva sobre él el estigma de “hijo opa”, o “enfermo metal”, que muchos pequeños pueblos manejaban de una manera bastante vergonzosa.

Por otra parte a Atticus le dan un caso, el caso de Tom Robbinsson, un afroamericano. Tom es acusado de haber violado a una mujer blanca y Atticus acepta defenderlo en un juicio, a sabiendas de todos los problemas que esa decisión le acarrearía en el pueblo.

Entonces, la película toma dos caminos. La narradora es Scout, la hija de Atticus quien describe los acontecimientos ya desde su adultez. Por un lado, la película enfoca todos los miedos infantiles, la curiosidad, la ingenuidad, la sabiduría de los hijos de Atticus con relación al tema Boo Radley. Por otro lado, describe la intolerancia y la rechaza de manera efectiva.

Encuentra su clímax, durante el juicio a Tom Robinsson. Los alegatos de la mujer violada, del padre de la mujer violada, y obviamente, la decisión del jurado.

Atticus, hace todo lo posible porque se haga justicia, ya verán ustedes si lo consigue. Sin embargo, lo admirable de Atticus será siempre su recto proceder, sus acciones que te harán exclamar: Pucha, qué bueno que era Atticus!

Si bien la película exalta valores ya conocidos dentro del cine americano, lo hace con mucha delicadeza y estilo. Es una película que a pesar de tener algunos ingredientes tan característicos del cine americano te llega a gustar y cautivar.

La dirección corre a cargo de Robert Mulligan, está muy cuidada, y lo mejor es que no cayó en excesos ni en poses falsas. Si se siente como una persona «ideal» a Atticus, pero eso no impide que se lo admire sinceramente.

Hermosa banda sonora, muy bonita fotografía, excelente uso de la narración, intercalando momentos no muy agradables con detalles muy tiernos. Las actuaciones son excelentes, la de Gregory Peck es realmente memorable, he visto otra película de él, pero luego de verlo como Atticus Finch creo que ya no hay nada que decir. Los niños muy bien también, no sobreactúan, son muy naturales, muy buen casting infantil. Y bueno, el debut de Robert Duvall en la pantalla, interpretando a Boo Radley, mienchi, Robert Duvall en sus épocas mozas, qué milagroso que es el cine che.

En definitiva, una película muy bien hechita que vale la pena ver porque además es un clásico. ¿Por qué se llama matar un ruiseñor? Porque en un diálogo con sus hijos Atticus les dice que matar a un ruiseñor sería un pecado, porque cómo matar algo que sólo trae alegría y felicidad?. Y bueno, la alegoría surge por sí sola durante la película.

El filme es un alegato valiente, considerando la época en que fue exhibida, ya que USA, ustedes saben, siempre ha sido un nido de racistas, entonces al abordar un tema como la tolerancia y abordarlo como una virtud, como un ideal (independientemente de lo convencional del film) hace que la película tenga más valor.

Te la recomiendo, una película para sentirse bien, una película linda…

Lo mejor: El final
Lo peor: que no existan muchos Atticus Finch
La escena: El juicio
Lo más falsete: Locaciones dizque “naturales” que eran estudios.
El mensaje manifiesto: En este cochino mundo hay gente buena
El mensaje latente: Existe una sola raza, la humanidad, y es una raza tendiente a la mezquindad.
El consejo: Kleenex
La pregunta: ¿Cómo matar algo que sólo trae alegría y felicidad?
La web: no tiene, pero podés ver datos en http://www.imdb.com/title/tt0056592/

CURIOSIDADES
– La autora de la novela, Nelle Harper Lee, todavía vive. Al igual que J. D. Salinger, no concede entrevistas y vive retirada tras haber escrito una única novela Matar a un ruiseñor (To kill a mockingbird); escrita en 1960, que obtuvo el premio Pulitzer el año siguiente.
– Harper Lee era amiga íntima de Truman Capote, y a pesar de escribir tan sólo esta novela, su nombre figura como personaje importante en las biografías de Capote y en sus películas aparece interpretada por distintas actrices.
– Ganadora de 3 Oscars (Mejor Actor Gregory Peck, Mejor Dirección Artítistica y Mejor Guión Adaptado) y 3 Globos de Oro (Mejor Promoción, Mejor Actor de Drama y Mejor Banda Sonora).
– Mary Badham, la pequeña actriz que interpretó a Scout, la hija de Atticus (Peck), tuvo tan buena relación con el actor, que mantuvieron un estrecho contacto hasta el día en que Peck murió a sus 87 años.

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