LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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Recen y disparen

Por: Mónica Heinrich V.

BASHIR

Se quedan allí ladrando, 26 perros…veo sus rostros diabólicos, vinieron para matar…

Así comienza una de las mejores propuestas animadas de los últimos años: Vals con Bashir.
Me habían recomendado bastante esta película, así que ahora que estoy con más tiempito y el oscuro mundo laboral no pone cadenas a mis tobillos ni vendas a mis ojos, pude verla.

Se trata de un filme atípico, que ha creado un nuevo género. Es una animación en tono docu-ficción, con una técnica diferente…cuyos dibujos mezclan animación clásica, flash y 3D.

En 1982, se llevó a cabo la masacre de Shaba y Chatila. El hecho, vergonzoso por donde se lo mire, acabó con la vida de un número indeterminado de civiles (se hablan de más de 3000) en su mayoría mujeres, niños y ancianos.

Ari Folman, el director de origen israelí, estuvo en las Fuerzas de Defensa Israelíes con 19 años, y como testigo presencial del hecho, no pudo olvidarlo… al punto que crea de manera poética y conmovedora Vals con Bashir.

El filme, ganador del Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, entre otros premios…parte con un relato autobiográfico donde el protagonista es el mismo director, Ari Folman…que en un bar, mientras un amigo le cuenta las pesadillas recurrentes que tiene acerca de la guerra, con los 26 perros mencionados al inicio de la nota; reactiva su memoria sobre la masacre de Shaba y Chatila, y empieza a buscar respuestas entre sus excamaradas, psicólogos expertos en traumas y periodistas.

La Guerra del Líbano, que Israel llamó Operación Paz para Galilea, surgió en 1982. Se trataba de un conflicto de larga data, para variar relacionado con esa sangrienta rencilla entre palestinos e israelíes.

El Líbano, sumido en una cruel guerra civil, invadido por Israel y Siria, eligió como presidente a Bashir Gemayel, un alto mandatario del partido Falange Libanesa y comandante de las milicias libanesas. Bashir es asesinado con 26 personas, un mes después de su elección. El autor material es arrestado, aunque nunca se supo a ciencia cierta a qué grupo representaba.

Dos días después, en venganza, las fuerzas libanesas perpetratron la masacre de Sabra y Chatila (campo de refugiados palestinos), con la venia de las fuerzas israelíes que rodearon la zona mientras los falangistas asesinaban, violaban y desaparecían a civiles indefensos.

Folman, el director, consigue contar el horror con una mirada desgarradora, dotada de una conmovedora belleza (si es se puede encontrar belleza en el horror) argumental y visual.

En un periplo que lo lleva a buscar testimonios de ex camaradas que compartieron con él el cerco a Sabra y Chatila, Ari Folman nos muestra más que la guerra en sí, lo que la guerra deja. Hombres atormentados con recuerdos, otros cuyas memorias se han borrado espontáneamente como mecanismo de defensa contra lo insoportable. Muertos que no encuentran paz y que viven en el recuerdo de sus asesinos.

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En flashbacks, vemos también, batallas, disparos en la oscuridad, el miedo carcomiendo a un hombre que fue entrenado para morir, bengalas que iluminan un Beirut destruido por las bombas, shoppings saqueados, aeropuertos en ruinas, viudas gritando, Folman nos transporta por un pasillo que huele a muerte y que hace que desesperadamente busqués el control remoto para poner Pausa.

Recuperándote un poco, podés continuar. Seguir el recuento monótono de hechos aberrantes, y llegar al final…donde Folman quita el artificio de la animación y nos da imágenes reales, la masacre ante nuestros ojos, la desgracia, lo terrible…tan terrible que no se puede poner ningún texto de fondo, sólo imágenes…llanto, gritos, imágenes…el dolor.

Brillante y portentoso filme, que una vez visto se queda en la retina de forma imperecedera, una joyita, que regala escenas tan bellas que quedan ganas de entregarse al llanto…todo esto matizado con una banda sonora, donde se mezcla una apabullante música clásica, temas conocidos de los 80s y música especialmente creada para el filme. Tan acertada musicalización hace que la banda sonora cumpla un papel casi protagónico.

Y claro está, un argumento que te hace pensar en todas esas absurdas guerras que se están librando en este momento, genocidios y masacres en nombre de Dios, de la raza, de la ideología política, y en las cifras de aquellos soldados que van a pelear por su ¨patria¨, y regresan a su hogar en cajones o con un trauma tal que acaban por quitarse la vida.

Vals con Bashir, una alegoría desgarradora a lo que queda después…lo que queda después…del terrible silencio de la muerte.

Lo mejor: Visualmente espectacular y conmovedora

Lo peor: El desasosiego que te deja

La escena: La de los caballos, la del vals, el final…el comienzo también, este es un filme con varias escenas memorables.

Lo más falsete: Nada

El mensaje manifiesto: La guerra lo destruye todo

El mensaje latente: La guerra no es la paz del futuro

El consejo: Es una OBLIGACION verla

La pregunta: ¿Qué nos dará Folman después de semejante debut?

CURIOSIDADES

Tardo 4 años en realizarse.

Folman primero montó la película en video, antes de pasar a la animación.

7 de los 9 personajes principales que aparecen en el filme son reales, y responden al mismo nombre y a la misma ocupación que sale en Vals con Bashir.

Ha servido como una especie de autoterapia para el director.

Folman ya había participado en varios documentales menores.

EXTRAS

DESTINO FINAL 3: Fui a ver esta huevada, por el temita de los lentes 3D. Empezaremos diciendo que es exactamente la misma cagada de las anteriores entregas, lo único que cambia son los crispines y las situaciones, pero si ya has visto las anteriores, asistirás con aburrimiento a la repetición por n vez del argumento. Ni siquiera los lentes 3D, consiguen hacerla zafar. No digo que no tenga uno que otro momento que sobresalte, y que te haga sentir que un tornillo está a punto de perforarte el ojo, pero aparte de eso nada. Protagonistas tan carismáticos como Barbie y sus amigos, dan vida a un grupo de crispines que están viendo una carrera de autos. Uno de ellos comienza a tener una visión sobre un accidente en el que van a morir todos. Rápidamente avisa a los otros, y despúes de un semidespelote salen, discuten y mientras discuten la predicción se cumple. Ahora todos los que se salvaron de la muerte, serán perseguidos por ésta…porque acordémonos de que CUANDO TE TOCA, TE TOCA…hmmm sí, filosofía profunda.

HEROES (Push): Entretenida película, en la que destacan sus hermosas locaciones, su excelente fotografía y un trabajo actoral de Dakota Fanning muy aceptable. Aunque la peli termina por irse medio al chancho con tanto desfile de efectos y cosas raras, McGuigan (el director, que debutó con Lucky Number) es un buen director. No lo acompaña, esta vez, como en su ópera prima, un argumento que consiga mantener el nivel hasta el final. Sin embargo, no es una película para odiar. El argumento gira en torno a seres que por x o z motivos tienen poderes especiales, distintos gobiernos intentan capturar o reclutar a aquellos que les puedan ser más útiles. El gobierno americano, a través de La División creó una poderosa droga que hace que dichos poderes aumenten. El problema es que hasta ahora ninguna persona ha resistido la inyección. Eso hasta que una ¨controladora» lo hace y gracias a una «vidente» consigue escapar de donde se encuentra recluida. Es ahí donde comienza la aventura…hmmm…no es WOW, pero puede entretener un rato, aunque a partir de la mitad el tedio llegue a la platea ante tanto artificio.

Beksinski

Por: Mónica Heinrich V.

El otro día descubrí a Zdzisław Beksiński y se convirtió en uno de mis fetiches. Directo desde Polonia, que siempre ha sido cuna de impresionantes artistas, Beksinski es uno de los pintores más representativos de ese lado del mundo. El tipo transitó por varias ramas, fue fotógrafo, dibujante (tiene una colección de dibujos relacionados al sadomasoquismo IMPRESIONANTES) y pintor. Es en esta última faceta donde destaca, sobre todo por su periodo de «realismo fantástico», de donde extraje las imágenes de este post.

La mayor parte son de los años 80s o principios de los 90s. En esa etapa su fijación fueron los detalles, y cada pintura tenía elementos dibujados muy muy en detalle, incluso en la galería virtual del susodicho, paseamos por todas sus obras con la opción de hacer un zoom a las partes más elaboradas.
Como se puede apreciar, la visión de un mundo apocalíptico y decadente era parte del estilo de este gran maestro polaco. En el principio de su carrera podía pintar hasta 40 cuadros al año, ya al final apenas alcanzaba los 15 o 20.
Detestaba el silencio, por eso siempre pintó acompañado de música clásica. A finales delos 70s se dice que quemó una importante parte de su obra, sin dejar referencia alguna de lo que había destruido. En su momento dijo que las pinturas destruidas eran demasiado personales y deseaba que nadie las viera nunca.
Su vida personal no estuvo exenta de dramas. Su esposa murió en 1998, y en las navidades de 1999 su hijo cometió suicidio, siendo el mismo pintor el que encontraría el cuerpo. La desgracia no lo abandonó y en el 2005 fue apuñalado hasta morir por el hijo adolescente de su cuidador. Aparentemente el asesinato se debió a que el pintor no quiso prestarle 100 $us.
Los cuadros de Beksinski nunca tuvieron título o nombre, y es en esa muda contemplación de colores que uno queda arrobado. Hay una fuerza, un desgarro perceptible en cada trazo…y eso que el tipo creía que su obra era optimista y llena de humor. Un pintor para tener en cuenta, tan en cuenta como lo tuvo Guillermo del Toro (director de El Laberinto del Fauno y Hell Boy) para inspirarse en sus creaciones.

Mil mundos

No soy una persona religiosa, la religión siempre me ha parecido un cúmulo de dogmas impuestos por personas que creen tener la verdad de su parte. ¿Qué diferencia puede existir entre un Dios judío, musulmán, católico, budista, etc.? Puede que exista un ente superior, lo que diferencia en cómo lo perciben unos de otros se basa en algo tan azaroso como la cultura, el espacio geográfico, la educación y las vivencias personales. Dos mundos es una película danesa que nos trae a colación el viejo tema de las diferencias religiosas con todo lo que esto conlleva: intolerancia, soberbia, etc..

Hace varios años leí una diatriba epistolar entre Umberto Eco y el cardenal Carlo María Martini condensada en el libro ¿En qué creen los que no creen? Martini respondía por la Iglesia Católica y Umberto Eco cuestionaba aspectos como la prohibición de los métodos anticonceptivos, el aborto, las relaciones pre-matrimoniales, y otros; el cardenal apelaba a la Fe, a la ética y a los valores que se consideran puros e incorruptibles dentro de toda religión. Después de páginas y páginas de idas y venidas, se llega a una conclusión tácita: podés creer lo que querrás, siempre y cuando respetés al que no tiene tus mismas creencias.

En este caso, por un lado tenemos a Sara, 17 años, Testigo de Jehová, y por otro lado a Teis, 23 años, ateo. El argumento está basado en hechos reales, y en los foros sobre la película se pueden leer a más “afectados” por una situación similar. Dos mundos arranca cuando los padres de Sara deciden divorciarse. Papá fue adúltero y mamá no pudo perdonar la traición. Los tres hijos deben decidir cuál de los dos se queda con la casa y con ellos. La decisión me parecía obvia: padre cholero AJUERA! Pero resulta que basándose en sus teorías religiosas, deciden que por lo menos el padre se arrepintió y la madre está pecando de soberbia-egoísmo al no perdonar a la oveja descarriada. Eso será sólo el comienzo, una vez Sara conoce a Teis, todo el ordenado y dogmático mundo en el que vive se viene abajo.

Vemos cómo hay dobles discursos en cosas tan simples como no ser egoísta o dar el perdón, mientras ignorás y dejás de ver a personas amadas que son “expulsadas” de la congregación por cometer faltas como leer un libro prohibido, vivir con un chico sin casarse, etc.. A título de Dios se pueden hacer y decir muchas cosas, tanto del lado creyente como del no creyente. Sara, rápidamente se ve obligada a tomar decisiones que van contra aquello que le inculcaron desde que estaba en el vientre. Dichas decisiones traerán consecuencias para todos.

Una vez aparecen los créditos nace una reflexión interior sobre lo visto. Caminos ante la disyuntiva planteada en la situación de Sara, después de todo ser el “outsider” del grupo en el que te has criado-vivido no es fácil para nadie. Dar la espalda a tu familia, darte cuenta que no es tan sencillo como parece, intentar cambiar conceptos tan arraigados que es casi imposible cambiar…y seguramente escenas polémicas para los Testigos de Jehová que son los que se llevan la peor parte, moverán a más de una polémica.

Hay de todo y para todos, dirían en Telepaís. La temática es muy jodida, porque en una historia simple y básica como la de la adolescente Sara que tiene que replantearse su fe en nombre del amor, está la semilla de todos esos conflictos que asolan al mundo, conflictos que hacen que la gente se mate o se odie por adorar a dioses distintos y tener dogmas incompatibles unos con otros. Levantar muros, construir campos, inmolarse, y mil cosas más en nombre de una fe.

A destacar las excelentes actuaciones de todo el elenco, sobre todo de la joven Rosalyn Mynster, interpretando a la confundida Sara. Bonita fotografía, buena musicalización, y en general un producto final bastante logrado.

La película está muy bien planteada, tanto en su argumento como en su dirección. Niels Arden Oplev director danés de las Trilogía Millenium (la saga de Stieg Larsson) dirige con mesura y pulcritud una película que si no se tiene el cuidado necesario puede bordear el panfleto. No obstante, desde mi punto de vista el cierre un tanto drástico de una temática crítica con los extremos, el dogmatismo, y la inflexión, se vuelve un punto más de lo ya mencionado.

El director vio la historia en un periódico nacional en el 2006 y supongo que se produjo ese momento mágico que sólo vivís cuando sabés que estás ante “LA” historia. El personaje real se llama Tabita, y en el filme aparece al final cuando Sara se encuentra en el tren.

Dos Mundos fue una de las películas más taquilleras en Dinamarca durante el 2008 y fue también la elegida para representar a dicho país para aspirar al Oscar como Mejor Película Extranjera. Tiene todos los elementos para ser digna de consideración. Un filme danés de buena factura que plantea un argumento polémico, pero necesario. Esta película se exhibe en el marco del Festival de Cine Europeo este miércoles, consulten la cartelera!

Lo mejor: Muy bien filmadita, interesante y con un argumento necesario

Lo peor: el drástico final es un extremo más

La escena: el diálogo final entre padre e hija

Lo más falsete: hmmmm

El mensaje manifiesto: La libertad no consiste en cambia de collar, sino en dejar de ser perro

El mensaje latente: El libre albedrío es una realidad

El consejo: Vela, está buena

La pregunta: ¿qué será de la vida de Sara?

La bombita

Por: Mónica Heinrich V. Acabo de terminar de ver los Oscar y tal como le predije a gente allegada, era más que seguro que The Hurt Locker iba a arrasar hasta con las servilletas. Esto por dos buenas razones: 1) Es una película que dado el contexto social y político que vive USA actualmente es políticamente correcta. Toca la fibra más sensible de los americanos, echando una mirada que pretende ser honesta al corazón de soldados americanos, no toma partido por nada abiertamente, se podría decir que la postura es tibia, aunque la explicación se relaciona con lo “humanista”.
Ver a los soldados como gente que está ocupada en sobrevivir o en seguir adelante con la “misión”, que mostrarlos cuestionándose motivos y 2) Está bien filmada. Hay una propuesta casi semidocumental, cortesía de algunas cámaras de 16mm usadas para impregnarle mayor realismo a escenas movidas.
Si bien The Hurt Locker no será la mejor película sobre la guerra que se ha filmado, tiene una primera mitad muy bien lograda. Está dirigida con sobriedad y sin pretensiones, intentando enfocarse en la historia. En este caso el argumento gira en torno a un grupo de soldados en Irak. Un escuadrón que desactiva bombas. El protagonista es el sargento Will James (Jeremy Renner) un sujeto que ha desactivado tantas bombas y se ha encontrado tantas veces al borde de la muerte que le ha perdido el respeto al peligro. Parece disfrutar la adrenalina, incluso puede parecer suicida, pero el personaje más que suicida o loco, navega en una especie de nomeimportismo.
Ese es el punto básico, un adicto a esa situación, al estar frente a una bomba con un 50% de sobrevivir y un 50% de morir. A pesar de tener mujer y descendencia, nuestro rancio soldado americano se verá obnubilado por los sinsabores de la cruenta batalla.
La guerra, es una droga, dicen al principio. Y no sólo una droga, sino un negocio muy lucrativo, quizás el más lucrativo. Pero eso sería otra película, ahora hablamos de The Hurt Locker y de los soldaditos americanos queriendo vivir la adrenalina de matar irakíes y no ser destruidos por kamikazes.
Los grandes aciertos de The Hurt Locker están en sus aspectos técnicos, buena fotografía, buen montaje, con una propuesta de estilo interesante. Minimal, precisa, sobria. Desprovista de artificios a nivel visual. Bien actuada, bien musicalizada, bien dirigida. Sí. No hay que negar los puntos fuertes de la película estrella de los Oscar 2010.

Los grandes desaciertos están en situaciones inverosímiles que nos muestran soldados con actitud naif, que nunca se dan cuenta que han invadido un país y cuya capacidad de reacción ante varios acontecimientos presentados dentro del argumento, es casi ridícula.

O sea, todo bien mi querida Kathryn Bigelow, pero es difícil creer que un auto va a pasarse descaradamente por medio de un escuadrón sin que nadie dispare ni una bala, es difícil creer que los irakíes se van a poner en los techos de sus casas sin ningún disimulo a darse indicaciones entre sí, delante de los gringos, para detonar una bomba. Es difícil de creer que un escuadrón que se topa con el grupo de Ralph Phiennes en el desierto, se va a poner a charlar con él como si estuvieran en una Burger King. Y así sucesivamente.

No obstante la película se deja ver. Con ritmo pausado, pero no carente de emoción tiene muy buenos momentos. A destacar la provocación conseguida en algunas escenas, donde se insinúa que algo pasará, que algo está por romper la rutina, y no sucede nada.

A partir de la mitad, la trama se hace más artificial, menos real y va resquebrajándose para entregarnos un producto aceptable, pero muy lejano a ser llamado la mejor película del año. Repito NO es una mala película, es una película aceptable, digerible, pero que no aporta nada nuevo al género, que está rodada con buenas intenciones y que llega en un momento que USA necesita ver este tipo de historias, carente de cuestionamiento real acerca de la brutalidad de la guerra. Se podría decir que es condescendiente. Es un filme comercial, con tintes de cine de bajo presupuesto, pero que no deja de ser comercial.

El personaje adicto a la adrenalina, me recordó al conejo de un cuento de Galeano, aquel que al abrirle la jaula, se quedaba pegado al fondo con miedo a la libertad.

The HurtLocker ha ganado todos los premios habidos y por haber, hay quienes se sorprenden que sobrepase a Avatar. No podía ser de otra manera. Amén de sus caros efectos especiales, Avatar resulta una película entretenida, aunque para algunos (pocos parece) carente del factor Wow, estando destinada a provocar el Wow.

Sobre la guerra de Irak se seguirán haciendo películas. Algunas como esta, evitando el panfleto. Otras como Kimberly Pierce (directora de Boys dont cry) intentarán contar en filmes como Stop-Loss, la realidad de miles de soldados que NO quieren volver a esa adrenalina. A esos soldados que son llamados desertores, perseguidos por su propio gobierno, ejecutados civilmente, y puestos en la cárcel quitándoles todos sus beneficios si deciden no regresar a ese infierno. Historias, hay un montón.

The Hurt Locker es la película del año. La guerra, mientras tanto, sigue descarnada al otro lado del charco. Me pregunto qué pensarán los soldaditos por las noches.

Lo mejor: Muy bien filmada y se deja ver
Lo peor: el guión se cae después de la mitad
La escena: cuando se ve el montón de pedazos de bomba que guarda de souvenir, también la del niño que vende DVDs.
Lo más falsete: las escenas de peligro no estaban bien logradas
El mensaje manifiesto: La guerra es una droga
El mensaje latente: El cine comercial anda medio desvencijado
El consejo: Vela.
La pregunta: ¿cuánto habrá que esperar para que un director jodido exhiba una película sin autocomplaciencias de la invasión a Irak-Afganistán?

Cero muchismo

Por: Mónica Heinrich V.

De manera muy narcisista me siento directamente afectada por la segunda gran decepción del año: Alicia en el país de las maravillas. No sé cómo Tim pudo HACERME esto. Sí, Tim con quien llevamos una estrecha relación desde El Joven Manos de Tijeras, pasando por Beetlejuice, Ed Wood o El cadáver de la novia. Tim a quien le perdoné El Planeta de los Simios, Mars Attacks y la HORRIBLE Charlie y la fábrica de chocolate. No sé, no sé porqué Tim ME traiciona de nuevo.
O mejor dicho, sí sé. Esto sucede cuando se juntan Serrat y Locomía. En este caso, Tim Burton (director) y Disney. El resultado es lo que es. Un filme de Disney, que lleva la firma de Burton pero que muestra la parte más light y sosa de Burton, o sea… lo firme quien lo firme es básicamente un filme Disney.

Esto no sería malo, si no fuera porque Disney ya sacó una versión animada más que digna y mágica hace muchos años, un clásico de la animación, por lo que su propuesta disneyfila de Alicia en carne y hueso, resulta muy paupérrima y visto lo visto, porque las “esferitas” podrían bifurcarse en opiniones, es un filme intrascendente.

Iba a hablar de Lewis Carroll, de la pedofilia, de los sueños farmacológicos, de las postales que venden en Oxford ilustradas con Alicia…iba a hablar de espejos, de mi disfraz de Alicia, de Alice Liddley, de Alicia Munro, del Alice Game (hmm eso me recuerda que debo hablar de Rozen Maiden prontito) de muchas cosas más, pero eso era antes…cuando en mi mente ilusionada visualizábaME en la sala 3 del Cine Center con mis lentes 3D viviendo tórridas y burtonianas aventuras.

Ese fue el primer error. Los lentes 3D. Aún no descubro a quién dirigir mi carta reclamando los 10 pesos que pagué de más por ver Alice in Wonderland en 3D. No puedo recordar una película en la que el 3D sea más innecesario y caprichosamente incorporado que en esta. El filme funcionaría exactamente igual sin los lentes.

En una versión muy libre del relato original (que no me dan ganas ni de discutirlo, hay muchas Alicias, y esta Alicia es otra Alicia, pero una Alicia al fin y al cabo) el filme comienza mostrándonos primero al padre de la individua, un visionario. Es ahí cuando Alicia niña y ñoña, entra a escena.

Todo bien, aun no había ni lágrimas ni resentimiento ni firma de papeles de divorcio con Tim. Luego Alicia joven, ñoña y ANNOYING (fastidiosa) se presenta. De la manera más aburrida del mundo, nos hacen ver que esta tipa es “diferente”, “especial”, ZZZZZZZZZZZZzzzzzzzZZZZZZ …mucho despliegue técnico para vendérnosla como semi-feminista y poseedora de una particular visión de la vida y el mundo.

Luego lo ya conocido, conejito blanco, vení que te agarro, pozo, piso, caigo, querida encogí a los niños, querida agrandé a los niños, Johnny Depp que vuelve a repetir como caricatura, y lo único más o menos cómico Helena Boham Carter como la Reina Roja.

El argumento es que Alicia estuvo en el inframundo cuando era niña, los recuerdos se borraron de su mente, aunque siempre tenía los mismos sueños relacionados con el hecho. Luego, con 19 años y a punto de ser pedida en matrimonio por un desagradable sujeto, vuelve al inframundo con la finalidad de devolverle la corona a la Reina Blanca (Anne Hathaway).

Si les suena aburrido epes poporquepe lopo epes. El guión está a cargo de Linda Woolverton que es autora también del guión de El Rey León y La Bella y la Bestia. Hmmm generalmente filmes animados, creo que el proyecto le quedó grandecito a esta individua.

Burton exhibe una Alicia (incorrecta al principio, incorrecta al final) donde el despliegue visual es todo aquello que soñábamos cuando veíamos los avances de las fotos, y hago hincapié en el bellísimo vestuario que encontré jodidamente bueno. Más nada.

Imagen y trapos no alcanzan para cubrir un guión sosito, pobremente presentado, donde una historia como la tejida por Lewis Carroll no tiene absolutamente nada de genio creativo…no hay riesgos en el montaje, no hay riesgos en la propuesta, no hay riesgos ni siquiera en la música que tiene de canción principal un tema INSIPIDO cantado por Avril Lavigne. Alicia, nuestra querida Alicia, es una tipa convencional en un mundo convencional, maquillado con efectos especiales, imponentes escenarios y alta costura.

El señor Burton (porque ya me rayé) vuelve a fallar, y comete los mismos errores que en Charlie y la fábrica de chocolates. Dirige para un estudio una película poco memorable, grandilocuente a nivel visual pero muy pobre en contenido.

Entretendrá a algunos, aburrirá a otros, mientras que habremos unos cuantos que seguiremos esperando a la Alicia correcta, a la verdadera Alicia, una Alicia que puede haber sido esa Alicia, pero no es. La Alicia Alicia, prima hermana de Alicia Carroll. No es que sea exigente y necesite UNA sola Alicia, pero quiero una Alicia que me enamore, quiero una GRAN Alicia.

La que vi en el cine es Alicia Burton, y Alicia Burton no me gusta, es sosa y aburrida. ¡Que le corten la cabeza!

Lo mejor: Vestuario y aspectos estéticos
Lo peor: cero muchismo
La escena: donde aparecía la reina roja…que más o menos hacía reír.
Lo más falsete: la verdad que se sentía muy artificial
El mensaje manifiesto: No es nomás filmar adaptaciones, hay que tener un toque para lograr buenos resultados.
El mensaje latente: Burton, hace rato que no nos das nada impresionante
El consejo: Ahórrate el 3D, no lo vale
La pregunta: ¿qué sigue?

Festival de cine europeo

Señores! nuestras plegarias han sido escuchadas, y hasta el 25 de noviembre podremos acceder a películas de lujo. Al fin, abandonaremos el cine made in hollywood para ver buenos filmes.

El Grupo Europeo de Cultura, conformado por la Delegación de la Comisión Europea en Bolivia, las embajadas de la Unión Europea y la Confederación Suiza, organiza onceava edición del Festival de Cine Europeo, gestionado por Fundación Imagen. Esta versión del Festival llegará por segundo año consecutivo a todos los departamentos del país, ofreciendo una programación de más de 25 películas provenientes de 9 países, además de actividades paralelas organizadas con el objetivo de promover la cultura cinematográfica en nuestros contextos.

Realmente vale la pena que se den una vuelta por algunos de los centros de proyección, encontrarán más información en http://www.cineeuropeobolivia.org/. Hay actividades paralelas, talleres y otros que le dan un valor agregado a este festival de cine. La cartelera tiene como opciones películas buenísimas como Dejame Entrar, Soul Kitchen, Kebab Conection y otros!

Una iniciativa para sacarse el sombrero y que cada año se pone mejor.

Centros de proyección

Ciudad: Cochabamba Lugares: mARTadero, Instituto Cultural Boliviano Alemán (ICBA), Alianza Francesa, Cine Center

Ciudad: Sucre Lugares: Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia, Instituto Cultural Boliviano Alemán (ICBA), Alianza Francesa
Ciudad: La Paz Lugares: Cinemateca Boliviana, El Alto , Universidad Pública de El Alto, Fundación COMPA
Ciudad: Santa Cruz de la Sierra Lugares: Centro de Formación de la Cooperación Española , Centro Cultural Santa Cruz, Centro Cultural Franco Alemán, Cine Bellavista
Ciudad:Tarija Lugares: Casa de la Cultura, Centro Boliviano Americano (CBA), Yembatirenda
Ciudad: Potosí Lugares: Casa de la Cultura, Paraninfo Universitario (en colaboración con Productora Zona Vip), Tupiza, Cine Teatro Suipacha
Ciudad:Trinidad Lugares: San Ignacio de Moxos, Biblioteca de San Ignacio de Moxos Ciudad: Cobija Lugares: Universidad Amazónica de Pando
Ciudad: Oruro Lugares: Casa de la Cultura / Museo Simón I. Patiño, Centro Cultural Muro Tambo (en colaboración con Cine Club Séptimo Ojo).

Outsiders

Por: Monica Heinrich V.

Un cuento de hadas glacial tan delicado, atormentado y poético como nunca has visto” (Guillermo del Toro)

Una pequeña pieza de orfebrería, la mejor película de Sitges, de lejos” (El País)

Una de esas maravillas que logrará traspasar el umbral del tiempo” (El Periódico de Cataluña)

Vampiros. Parecía que estábamos condenados a sufrir vampiros ñoños, pijos, de catálogo Mattel gracias a la insulsa pluma de Stephanie Meyer. Pero no, la respuesta a nuestras plegarias llegó del lado menos pensado, en el momento menos esperado, de la manera más inusual. La respuesta llega directo desde la tierra del gran Bergman, de Suecia. . Y si pensabas que nunca ibas a ver este filme en pantalla gigante, te equivocaste. El Festival de Cine Europeo que arrancó este 11 de noviembre te traerá la posibilidad UNICA de vivir esta experiencia.

En el 2004, un escritor de 36 años, John Ajvide Lindqvist, publicaba su primera novela Let the right one in, gracias al éxito obtenido dentro de su país muchos directores tocarían a su puerta (yo también hubiera tocado, pateado, violado su puerta) buscando adaptar la historia. Uno de ellos sería Tomas Alfredson, que luego de una cita con el escritor llegaría a un acuerdo para adaptar el libro a la pantalla gigante, y cuatro años después, Eli versión papel sería de carne y hueso.

Let the right one in, cuya traducción literal sería Deja que el indicado entre, y que ha sido traducido como Déjame entrar, es sin duda una gran película y una mejor novela (si es posible).

Blackeberg, 80s. Una noche que la nieve cae suavemente nos da la bienvenida en la pantalla. Vos que te encontrás arrebujado en tu asiento y absolutamente ingenuo, susurrás como estúpido: “nieve”. Luego la voz en off de nuestro protagonista, Oskar, que dice “Chilla como un cerdo. Chilla”. Ahí te desperezás y sentís ese vértigo previo que anuncia que verás algo especial. Luego Eli, nuestra querida Eli, Eli 12 años, Eli Niña, Eli Vampiro, Eli asexual, Eli Dios, bajando de un auto con su “guardián”, “lacayo”, “ayuco”…con Hakan.

El edificio de un lugar tan remoto como Blackeberg, de un sitio tan lejano como Suecia, recibe a ambos. Y dentro, Oskar, Oskar Cuchillo, Oskar cerdo, Oskar 12 años, Oskar rubísimo, Oskar núbil, cuyo reflejo en el vidrio observa a los recién llegados. Vos, en otro país igual de lejano como Bolivia, lo ves y mientras la historia avanza, te conectás con esa gélida fábula.

Podés amar a Oskar, Oskar que representa a todos esos niños que son acosados o abusados por sus compañeros de clase en el colegio. Oskar que ve cómo un resentimiento oscuro se apodera de su vida, resentimiento hacia esos que lo llaman cerdo, a esos que lo convierten en un marginal, atrapado en un invierno sueco que no cesa. Ángel solitario hasta que llega Eli.

Podés amar a Eli, que alejándose de la “moda vampírica vegetariana” que ha bombardeado la pantalla últimamente, necesita sangre humana para vivir. Amar a Eli que al igual que Oskar es una outsider, sin amigos, sin conexiones emocionales, que genera muerte y terror a su alrededor, pero que consigue sentir cosas por nuestro rubio y abandonado protagonista. Demonio solitario hasta que llega a Oskar.


¿Dónde nace el terror o lo macabro? Eli es un vampiro, necesita sangre, tiene la imagen tierna y dulce de un niño de 12, lleva una relación ambigua y perversa con Hakan, un tipo mayor que no es su padre, ni tiene ningún lazo familiar con ella, pero que se convierte en asesino serial para proveerle sangre fresca.

Oskar producto del maltrato físico y psicológico que vive a diario, hijo único de padres separados, que pasa la mayor parte del tiempo solo, fantasea con actos violentos y con provocar la muerte a alguno de sus acosadores. Carga siempre un cuchillo y su moral, a pesar de ser un prepúber se vuelve oscura mientras el filme avanza gracias a los intensos sentimientos que le despierta el único ser con el que se puede conectar emocionalmente, Eli.

El argumento tiene elementos que condimentan más la trama. Los acosadores de Oskar son niños, niños crueles, obscenamente crueles, tan crueles que en tu corazón se gesta una empatía con Oskar y un rastrero sentimiento de que reciban su “merecido”. Borrachines testigos de los crímenes, gente “infectada” por la mordida vampírica, vivir o morir, la violencia in crescendo, el amor, lo aceptable socialmente, el sistema, etc..

Como bien lo dijo el director del filme en un videochat con el escritor: En la literatura sueca todavía no se había manejado tan bien una temática de este tipo. Y como le respondió el escritor al director, el cine sueco tampoco puede ufanarse de haber dado al cine una gran película de este tipo.

Entonces lo que tenemos es algo atípico. Donde sobresale un casting perfecto, que al mismo decir (sí, me vi el videochat completito) de Alfredson es el 90% del éxito y que encontró a sus 2 protagonistas después de 1 año de intensa búsqueda. Otro punto a favor es un guión adaptado por el mismo escritor de la novela, donde a diferencia de la versión literaria se tuvo que focalizar la historia sólo en Oskar y en Eli, al tener apenas 2 horas para redondear una trama que en la versión literaria abarca 460 páginas. En la pantalla destaca por tener los diálogos precisos y que según el director está compuesta sobre todo por silencios. Silencios que cuentan la historia.

La estética austera, de planos fijos, semiazulada, sirve para darle un aire elegante, opresivo y frío al ambiente. Las locaciones, el vestuario, la luz, todo confabula para que sintás lo grotesco, el aislamiento, la tragedia.

Si bien la película llena en gran medida lo planteado en la novela, suaviza algunos elementos que hubieran provocado “ruido” en pantalla desviando la atención de la platea hacia temas más peliagudos que un amor bizarro.

El libro, por su parte, nos ofrece un perfil de Hakan que la película obvia. En el filme las motivaciones de Hakan nunca quedan claras, sabemos que siente “algo” por Eli, pero no se desarrolla lo que en la novela es un hecho, Hakan es pedófilo y como tal, el interés que siente en Eli es una especie de amor-obsesión sexual provocada por la edad que representa la niña vampiro. La versión literaria es responsable de una fea fea feísima imagen que se me quedó, y que desearía no haber leído nunca, la del niño sin dientes. Quienes la hayan leído o quienes la lean, comprenderán.

Otros detalles que no se pueden apreciar en el filme tienen que ver con los tiempos, tiempos que el libro se puede tomar para describir olores, situaciones, personalidades de personajes secundarios como Gosta o Virginia que en el papel son mucho más ricos. Detalles de personajes protagónicos. En la película jamás se dice que Eli es un niño y no una niña, mientras que en el libro queda claro que Eli sufrió un abuso terrible que lo dejó castrado y vemos el conflicto de Oskar ante el amor que siente por un niño, preguntándose porqué rechaza tanto sentir amor por otro niño, y puede ser más flexible con el hecho de que sea vampiro.

La novela es más oscura y sórdida, más despiadada. El filme, a pesar de suavizar muchos aspectos, es duro también. Y su plus radica en que todo lo feo se maneja bajo una ternura extraña, desgarrada y bella. Se iba a presentar una especie de flashback que de explicaciones sobre el pasado de Eli, y de cómo se convirtió en vampiro, pero como dije, la historia es demasiado grotesca y el director consideró que poner los elementos más desagradables de la novela en pantalla cumplirían como una especie de “efecto especial emocional” que al ser tan duro, le quitaría power a lo demás. Creo que Alfredson no se equivocó.

El final que algunos consideran “Happy” a mí me pareció dramático. Si vemos la suerte que corrió Hakan y los oscuros corazones que albergan esos cuerpos infantiles.

La película ya ha ganado más 50 premios en todo el mundo, la novela ya ha sido traducida a 21 idiomas. Se prepara un remake americano (POR QUË DIOS, POR QUÉ!!!) y el encargado será el director de Cloverfield y de la nueva versión de La Mujer Maravilla, el señor Matt Reeves.

Alfredson ya expresó su desacuerdo con el tema e incluso hizo amague de abandonar su carrera cinematográfica decepcionado por la falsedad de la industria. No sé, Reeves no es un mal director, pero no sé hasta qué punto pueda emular una película que no necesita remakes.

Aclamada por la crítica, Let The Right One in, seduce e hipnotiza por su estética narrativa y visual hermosa, elegante, austera. Una película sombría como sus gélidos y oscuros paisajes suecos. Cuento poético, protagonizado por ángeles con alas rotas de apenas 12 años. Los mejores vampiros de la década, y claro, una historia de amor donde se cita a Romeo y Julieta entre sangre, muerte y terror.

Imprescindible. Sólo te queda verla y dejarla entrar.

CURIOSIDADES
– El escritor sueco John Ajvide Lindqvist (Blackeberg, 1958) antes de alcanzar la fama en el 2004, fue cómico, mago, guionista de televisión, narrador. Escribe sobre vampiros, almas en pena, muertos en vida, zombies. Sus personajes muestran una obsesión por la muerte.
– El director Tomas Alfredson, afirmó que buscó inspiración en la música, la literatura y la pintura, sobre todo en la bella obra de Hans Holbein. ¨La expresión que le da a los rostros es espeluznante¨, dijo Alfredson.
– Aunque la trama tiene lugar en Blackeberg, Estocolmo, varias escenas y fotografías fueron tomadas en Luleå, en el norte de Suecia, para disponer de nieve y tiempo frío. Se construyó un escenario similar arquitectónicamente a Blackeberg .
– La música del sueco Johan Soderqvist refleja la época invernal en dónde se desarolla la película. Las partes vampíricas fueron logradas con el uso de la Orquesta Sinfónica Nacional Eslovaca (principalmente cuerdas, arpa y clarinete) y el uso de guitarras, los llamados waterphone de bajo, hurdy-gurdy, y piano tocados por Soderqvist mismo.

Let the right one in hace referencia a un tema musical de Morrisey, Let the right one slip in, pero también a esa característica de los vampiros que supuestamente no pueden entrar a un lugar a menos que lo inviten.

– Lina Leandersson es la pequeña actriz que interpreta a Eli, filmó la película cuando tenía 11 años, desde pequeña se dedica al teatro y a la danza, gracias a su convincente performance la chica ha ganado algunos de los tantos premios que obtuvo el filme. Por su parte, su compañero de reparto el jovencísimo Kåre Hedebrant, hoy también de 14 años, viene del teatro y de la música, y luego del éxito obtenido con el filme, planea dedicarse a su primera pasión: una banda musical. Ambos, junto con el director Tomas Alfredson y el escritor John Ajvide Lindqvist, son parte de una película que sin duda s convertirá en referencia de culto.

PD: Si supiera que podrán encontrar el libro en alguna librería les recomendaba comprarlo, pero como son tiempos crueles de supervivencia cultural, les dejo el link donde pueden descargarlo.

ENTREVISTA: Natalia Smirnoff

Hoy sale en El Deber la versión más corta de esta entrevista (ya que pa variar soy de largo aliento jejeje). Ayer finalizó el Festival Iberoamericano de Cine de Santa Cruz de la Sierra, siendo la gran triunfadora Rompecabezas, mi peli favorita del festival con los premios a Mejor Película y Mejor Dirección. El contacto telefónico lo hice el domingo pasado, al terminar felicité a Natalia y le deseé mucha suerte, esperando que saque algo en esta edición porque se lo merecía, y hoy despertamos con la feliz noticia. Espero que puedan ver el filme en las funciones del Cine Center, si es que los desajustes organizativos de esta versión lo permite.

NATALIA SMIRNOFF: Saltando al vacío
Vi Rompecabezas en el Festival de Friburgo (Suiza) a principios de este año. Después de toparme con otras películas latinas que no llenaron mis expectativas, este filme argentino me dio uno de esos momentos Kodak. El frío europeo fue olvidado gracias a esta pequeña gran historia. Cero pretensiones, honesta y bien filmada, Rompecabezas es una de mis películas aduladas de esta versión del FIAC.
Por eso, sabiendo que iba a presentarse ante el público cruceño, peiné la red buscando cómo contactarme con su directora, Natalia Smirnoff. Un día de la semana pasada le envío un mail, que fue respondido de manera rápida y amable. La conversa telefónica sorteó algunos imprevistos y finalmente el contacto con la tierra del tango se concretó.
Natalia tiene 38 años, también gusta de armar rompecabezas como la protagonista de su película. Hoy es domingo, marco su número a las 16:40 de la tarde argentina. Dos timbrazos. Responde. Empezamos a armar las piezas que componen su ópera prima.
¿Siempre supiste que querías hacer cine?
Fue algo muy raro. Yo estudiaba Ingeniería de Sistemas, y a la par trabajaba como periodista. A los 21 tuve un accidente de auto muy tonto, fue una pavada pero caí en cuenta de la línea delgada que sostiene la vida y la muerte, y que estaba llevando una vida que no tenía como ganas. Ahí cambié, tres meses más tarde iba a caminando por la calle, pasé por la puerta de la FUC (Universidad del Cine) me anoté y acá estoy…(risas)
Un poco azaroso…
Sí, con los azares que la vida tiene. Siempre me había gustado mucho el cine, pero no había pensado en hacer cine hasta esa edad…Al principio no podía creer lo que era la Universidad del Cine, yo venía de estudiar Ingeniería, que es estudiar a morir y esto era como disfrutar. Después encontré en el cine un vehículo, que reúne una cantidad de actividades y cuestiones diferentes que me causan mucho placer.
Estuviste 10 años trabajando con otros directores de asistente, directora de casting o ayudante, ¿qué te dejó esa experiencia?
A mí me gustaba pensar en dirigir mi primera película teniendo algo de experiencia. Al salir de la facultad sentía que me faltaba como cierta madurez de vida. La verdad que también tuve la suerte de estar en un momento histórico bueno, donde la nueva ley del cine apoyó a directores jóvenes que eran de mi misma generación o unos años más, por lo que habían montón de películas que me parecían muy apasionantes en los que tuve la suerte de trabajar y sentí toda mi necesidad creativa realizada en esa actividad. Podía transmitir cosas desde pequeños lugares…

Hay muchos jóvenes que desean hacer cine apurados por debutar…y no conciben ponerse a las ordenes de otro director…¿no te sentiste presionada por el tiempo?
La verdad que no, al contrario despreciaba esa idea. Tal vez por miedo. Antes reprochaba a la gente que no podía sumarse a otras experiencias. A esta altura puedo decirte que también había algo de que no me animaba, pero en esas épocas mis argumentos eran “se mete a dirigir sin…hmm…

Saber…
Claro…sin saber. Lo que creo que no es cierto, cada quien tendrá sus propias necesidades. Para mí, la experiencia de haber dirigido mi primera película a los 37 me dio otro sostén en la vida.

Contabas una vez que Jorge Gaggero (director de Cama adentro) te había incitado a empezar tu propio camino, regalándote un lapicero para que escribás tu guión, ¿fue así que empezaste a escribirlo realmente?
Hmm mirá, creo que te lo puedo relacionar con otra frase que me dijo Lucre. Cuando estábamos haciendo La Ciénaga, yo me encontraba en esa etapa en que salís de la Escuela y tenés dos opciones: o tratás de hacer tu película como sea o te ponés a trabajar para otros, yo estaba en esa etapa de duda cuando hicimos La Ciénaga y Lucrecia me agarró y me dijo “Natalia todo bien con esto de ser ayudante, pero no pierdas tu oportunidad de saltar al vacío. Para dirigir hay que poder saltar al vacío, si sos demasiado conciente no lo vas a poder hacer” y justamente cuando empecé a trabajar más y pasaba el tiempo, me estaba costando bastante saltar al vacío. Es como las mujeres médicas al embarazarse, saben todos los problemas posibles. Un poco parecido, conocés todas las terribles cosas que te pueden pasar en un rodaje, (risas) entonces cuesta mucho lanzarse. Jorge Gaggero me dio ese impulso para saltar al vacío regalándome el lapicero, estaba metida en una vorágine en la que no podía saltar.

Una vez saltaste, ¿cómo fue el proceso creativo del guion? ¿Fue producto de una necesidad espontánea o un día dijiste quiero escribir un guión y empezaste a buscar tema?
Estaba un poco en crisis: por un lado con mi rol de asistente de dirección, y por otro acababa de ser madre un tiempo atrás. Entonces no sentía muchas ganas de dedicar tanto tiempo a ser arrastrada por otros; aparte, mi hijo, el ser madre me había llevado a un lugar creativo más potente, que necesitaba explotar. Después de terminar Cama adentro, con Jorge que me había impulsado a escribir, e influenciada por lo que te cuento, me puse a escribir. Sabía que quería una protagonista mujer y que quería una historia sencilla, pero se me vino solo.

El tema de los laboratorios de guión ¿qué tan importantes te parecen? ¿De la versión original hubo grandes cambios al pasar por laboratorios?
Yo sólo pasé por el de Sundance, pero uno de los asesores tanto del de Oaxaca (Toscano–Sundance) como el de Casa de las Américas es Martín Salinas, amigo mío y fue mi profesor de guión hace tiempo y la verdad que siempre tuve sus devoluciones, lo considero fundamental, y del laboratorio de Oaxaca también me encontré con una asesora de guión que es Paula Markovitch, que me ayudó entender de qué estaba hablando. Todo lo que te digan te sirve, pero hay gente que se acerca más a lo que vos querés contar y si esos asesores tienen lucidez, el aporte es tremendo.

Leí por ahí que una de tus influencias fue Virginia Woolf…
No fue a priori Virginia, pero sí a la par que estaba escribiendo el guión leí Mrs. Dalloway, vi Las horas, y encontré cosas en común. Hay algo en la narración, en la mirada que para mí es común en todas las mujeres. La gracia para cada director sea mujer o hombre es encontrar lo más personal que tiene. Hay patrones en común, como el patrón común de los argentinos es Argentina, y el patrón común de las mujeres es ser mujer, entonces Virginia Woolf tiene en su obra una mirada que me impacta. Y me contaban hace poco de un ensayo de ella El cuarto de uno mismo, que uno como mujer, como escritora, necesita su propio cuarto…que es lo que pasa en la película…(risas)

¿Te parece importante que un guionista sea un buen lector?
Creo que lo que necesite, lo que lo alimente es válido. A mí me pasa ahora que con los estrenos y los festivales, no pude ver nada. Todo el tiempo tengo que presentar mi película, ver mi película. Entonces en vez de poder ver, al contrario se me cerró el ver…Y ahora que estoy escribiendo, estoy volviendo a ver…hoy por ejemplo ya vi dos películas. Cuando a empezás a mirar hay elementos que te emocionan, que te dan cosas, te abre un universo…a mí me hace bien ver cine…

¿Qué películas viste?
Medusas…¿la viste?

No…ni la había escuchado nombrar
Ay…está buenísima. Es israelí. Tratá de verla, porque me encantó. Y la otra fue Lecho de rosas, que la agarré por cable…

En la mirada que echás a esta mujer madura, a pesar de que se trata de un trasfondo triste (mujer con marido machista, entregada a la familia, sin espacio para ella) le pusiste dosis de humor ¿te parece que el filme funcionaría igual sin humor?
Yo no creo en la vida sin humor, me parece que hay algo mentiroso en los dramas. La vida está llena de instantes de humor, porque hasta en los peores momentos que me han tocado vivir hubo alguna circunstancia que me hizo reír a carcajadas. En el caso de la película no es que haya buscado convertirla en una comedia, sino que mi concepción de la vida está unida a la risa y al llanto.

¿Cuáles fueron las etapas a nivel de financiamiento?
El primer premio fue el del FonSud y después del INCAA, lo que fue un poco difícil fue conseguir algo más. Sin duda una vez que tenés algo, te sirve de respaldo y cuando tenés un premio es difícil que no se haga esa película.

¿Cómo fue el rodaje, se siguió el guion cronológicamente? Cuanto tardaste en filmar?
Fueron 5 semanas de rodaje, y filmamos lo más cronológicamente posible divididos en los dos escenarios. Las situaciones con Roberto se hicieron en la primera semana, después hicimos los exteriores, y para finalizar nos metimos en la casa de la familia. Ahí casi todo fue improvisado, la verdad que los actores fueron de una ayuda tremenda, porque funcionaban como familia, prendías la cámara y arrancaban.

María Onetto era la actriz que ya tenías pensada para este papel o hizo un casting?
A María Onetto la empecé a ver en la película al año de empezar a escribir el guión. No hizo casting, de hecho los únicos que hicieron casting fueron los chicos y la novia. Pero imaginate, he trabajado como directora de casting así que claro uno da 250 vueltas con cada uno de los roles. María no era conocida cuando yo la elegí, no tenía ningún protagónico, pero cuando la vi supe que era la actriz que podía dar toda una gama, era como perfecta.

¿A nivel fotografía, mientras escribías el guión ya tenías claro cómo querías tus planos?
Empecé a tener una idea clara como a los 2 o 3 años de escribir la primera versión del guión. Lo que me terminó de aportar Bárbara (directora de foto) fue darle una homogeneidad y forma a lo que quería. Fue genial, imaginate que cuando tocaba improvisar ella elegía qué se filmaba.

¿En la post siempre se ven detalles que pueden gustar o no gustar, al ver el primer corte pensaste que te faltaban cosas o estabas satisfecha?
Faltarme no me faltaba mucho. Me faltaron 2 o 3 cosas, pero más que nada había mucho material que ordenar y encontrar lo mejor fue un largo trabajo para mí, porque cuando se improvisó había tomas de 10, 15 minutos que tenía que revisar, y elegir lo que me servía. Fue un proceso de 11 semanas, porque había partes que se reescribían en montaje. Necesité mucho tiempo, y eso por ahí lo voy a tener en cuenta la próxima vez, el montaje tiene que ser un momento para pensar y necesita tiempo.

¿Fuiste seleccionada en el festival de Berlín, que es uno de los más importantes, estuviste allá? ¿Qué tal la experiencia?
A ver, es como un mundo de fantasía (risas) los directores en el festival de Berlín son tratados como estrellas y yo venía tan golpeada por todo el proceso del rodaje que no lo podía creer. Pensá que para ellos los directores van hasta por encima del actor. Los stars son los directores, es muy raro estar en una situación así. De hecho te maquillan, te peinan. Si no tenés ropa, Hugo Boss te hace un diseño, te maquilla Loreal, es todo un mundo de fantasía. Me parece que lo interesante con los festivales o de viajar, es que te da una perspectiva mundial del cine. Uno sabe lo chiquito que es cuando viaja, uno sabe que tiene una película chiquita…

¿Y tuviste oportunidad de compartir con algunos de los directores que estaban ahí?
Conocí a alguno, sí…igual todo es muy rápido. Tuve una cena donde estaba Gerard Depardie (risas)…

Pero lejos…
Sí, estaba al otro lado del salón…y estaba el que ganó el Oso de Oro, también Win Wenders, pero no sé, a menos que uno se haga el vivo o establezca una relación finalmente es muy superficial todo eso.


El otro lado del cine, el light…
Sí, y no hay que perder lo que importa en el cine, y es fácil perderlo. La realidad es que una película son los actores, el equipo, y el público…

En Berlín estrenaste tu película…
Sí, es más…fue la primera vez que la vi entera. Había 1800 personas a las que la tenía que presentar. La verdad que la vi y no la vi. Tenías que caminar por una alfombra roja, te sacaban fotos a lo loco, hay alguien que te dice qué hacer todo el tiempo, después entrás, saludás al público y empieza la película y antes que finalice te sacan corriendo porque hay más cosas que hacer, así que es un poco caótico.

Supongo que la presentaron más veces…
La pasaron 4 veces, pero en la segunda función yo tenía que hacer notas de prensa, y no pude estar. Las otras dos no las vi, porque tuve que ir al Festival de Guadalajara, ahí la vi por segunda vez.

Y una vez tuviste la tranquilidad para verla… ¿qué pensaste? ¿Sentiste que te quedó bien?
Me siento contenta con la película, obviamente que le veo defectos o cuestiones. Pero siento que la esencia de lo que quería contar está. Me acuerdo que tuve esa sensación: “Ah, bueno, lo que yo quería contar está”.

Los directores con los que trabajaste antes Lucrecia, Pablo, etc. ya vieron Rompecabezas? ¿Cuál fue la devolución que te hicieron?
Justamente Lucre la vio ahora en Lima, que fue jurado. Me llamó la semana pasada para decirme que le había gustado mucho, que era una película mesurada, que transmitía, que emocionaba sin golpes bajos, que le parecía bella con el público, que se sentía muy orgullosa, fue lindo, con Pablo no hablé pero Jorge también me ayudó en el montaje, yo había hecho como un corte bastante final y al proyectarla me volvió a dar un par de cosas para mejorarla, que la mejoraron mucho. Entonces yo trabajo un poco mostrando, recibiendo las devoluciones como parte del proceso.

A nivel prensa te ha ido muy bien con la crítica, ¿te producen temor los críticos?
Un poco sí, un poco no. Tal vez pasa algo, no soy muy lectora de las críticas. No es algo que habitualmente leo. Es difícil estar expuesto, pero me parece interesante ver otras lecturas de otros espectadores que te completan tu película, que te dan más variantes. Puede ser bueno o malo, al fin y al cabo todo es subjetivo…

Depende de la persona que la mire…
Claro, por ahí te la elogian un montón y a veces no estás ni de acuerdo con los elogios. Finalmente si algo tiene bueno y malo el cine, es que es subjetivo. No una opinión que sea la verdadera. Hay películas que algunos los emociona, les encantan, y otros las detestan.

Algunos periodistas te destacan con la etiqueta de “La heredera de Lucrecia Martel”, qué te provoca…
(risas) Me causa gracia porque Lucrecia en primer lugar está vivita y coleando, para heredar, alguien tiene que estar muerto…

O por lo menos ser un poquito mayor…
Sí, y Lucre tiene sólo 4 años más que yo, no podría ser la heredera. Por otro lado, mirá…lo hablamos con ella el otro día y la verdad es creo que ese pensamiento surge porque trabajé con ella…

Y porque sos mujer…
Y porque soy mujer, claro. Pero no hay otro motivo, porque mi película no tiene algo que remita a Lucre. Y ojo que para mí fue una influencia para un montón de cosas, humanamente y de formación, pero no sé si cinematográfica. Ojalá fuera la heredera (risas)

¿Cómo estás llevando el tema de la distribución, tengo entendido que tuviste problemas para venderla en latinoamérica?
Pasa que en Estados Unidos está vendida, en Japón, en Australia, en Europa, en Israel ya encontró espacio y de Latinoamérica sólo en México la compraron. Sospecho que es una cuestión de mercado, no existe tanto el mercado para este tipo de películas en Latinoamérica.

Tu cinta se está exhibiendo en Santa Cruz…está en competencia junto a Francia, Carancho, Andres no puede dormir la siesta, de argentina y otras…qué sentís competir con gente con la que hasta has trabajado…
Es raro la competencia, no he visto las películas, pero en el fondo hay algo que es como lo que decía Lucrecia en una entrevista en Perú, que ganar un festival habla más del jurado del festival que de las películas. En el fondo es así, a mí me encanta que Rompecabezas haya llegado hasta donde llegó, ya que se hizo de forma más independiente y con mucho esfuerzo, no dudo que en las otras haya esfuerzo también pero yo trabajé lo que me tocó. Igual en los festivales pasa mucho que por ejemplo en el Festival de Guadalajara había películas que estaban en el Festival de Lima, y no coincidieron en ninguna de las premiadas. Es muy subjetivo.

Totalmente. En qué proyectos andás ahora…
Estoy escribiendo El Cerrajero, y tengo un protagonista hombre así que estoy muy muy emocionada. Justamente aproveché mi gripe para darle una mirada, y corregir un poco esta tercera versión. Sigo mucho mi instinto y me van surgiendo historias. Mi idea es filmar a mitad del año que viene.

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