LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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TELEVISIÓN: Luis Miguel – La Serie

Por: Mónica Heinrich V.

Esta reseña se escribió hace unas semanas, cuando íbamos por la mitad de la temporada. Visto el episodio final se han agregado algunas cosas más, como amerita.

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Corre el año 2003. Un joven y bronceado Luis Miguel promociona su disco 33. Adal Ramones, de Otro Rollo, es invitado en exclusiva para hacerle una entrevista. Acapulco enmarca el encuentro: es de noche, están a la orilla del mar, y todo sucede en la mítica casa del cantante. Ramones le pregunta a Luis Miguel qué sería eso que le pediría a Santa, “llamésmole Santa”, dice el conductor como refiriéndose a cualquier ente superior. Aclara que el deseo lo tendría que hacer en el pasado, sin saber que se convertirá en el Sol de México. Luis Miguel se mueve incómodo en la silla y sin pensarlo mucho lanza: “Volver a ver a mi madre”. Se hace un incómodo y triste silencio. Han pasado 17 años desde que Marcela Basteri desapareció sin dejar rastro.

Hoy, y ya con más de 30 años que el misterio persiste, Netflix revive a Marcela en Luis Miguel – La serie. Y, claro, el público ama un buen misterio. ¿Dónde estás Marcela? Queremos saber qué carajos hizo Luisito Rey con vos.

En medio de esa honesta inquietud hay mucho chisme farandulero que un ser cínico rotularía con tres palabras: Pobre niño rico. Bajo ese cariz, las angustias de alguien que parece tenerlo todo: fama, fortuna, galanura, talento y éxito parecen nimias cuando existen peores y más grandes preocupaciones en la existencia de un común mortal. Sí, sí, vos amable lector no vas a perder tu tiempo viendo las burreras que le pasaron a un tipo que se creía la bola izquierda del Papa. Pero no nos engañemos, que el cinismo no nuble la razón: Luis Miguel la ha tenido difícil, pobre niño rico o no.

Ficción vs Verdad

Durante años, fue hermético sobre sus miserias. Siempre decía que de su vida privada no hablaba. Sin embargo, desde el 2015, el “Sol” había dejado de brillar. El tipo se dedicó a la mala vida y a la poca vergüenza, le debía una vela cada santo,  estaba fodongo, seguía viviendo de sus temitas de hace quichicientos años, lo tumbó a  Alejandro Fernández con un adelanto que pidió por una gira que luego no le dio la gana de hacer, se peleó con Sancho, Pedro y Martín y tuvo un problema médico que le impedía cantar. Muchos dijeron que “el ocaso” era definitivo y gente que en el pasado brotaba pecho por haber trabajado con él, por haber sido su amigo o su compañera de sábanas, salían a echarle barro en carretilla.

El ser humano, pues.

Vengan de a uno, perros

El 2016, Televisa se reunía con Claudia Icaza autora de la biografía no autorizada: El gran Solitario (PDF ACÁ: El Gran solitario). El libro, que apareció a principios de los 90s, provocó la indignación del cantante y una demanda que terminó ganando Icaza, hoy por hoy uno de los tantos némesis «del niño». Luis Miguel, marcando territorio y adelantándose al disgusto que supondría que Televisa se uniera a Icaza, aceptó la propuesta de su amigo de la infancia Miguel Alemán, un empresario mexicano que ha estado a su lado en sus peores momentos (único amigo cuyo personaje sale en la serie que sigue siendo su amigo) y que es parte de la productora Gato Grande. De ahí surgió el acuerdo con Netflix y Telemundo para Luis Miguel – La serie.

Los guiones se trabajaron primero tomando elementos conocidos o polémicos de la vida del cantante. Luego, los productores se reunían Micky (como le dicen los amigos, para nosotros el Sol) profundizaban sobre estos hechos y pasaban los apuntes a los guionistas. Ajá, siendo fiel a su estilo, Luismi  jamás se reunió con los escritores, y solo contó lo que quiso contar a las personas autorizadas a escucharlo.

El casting fue muy delicado, más allá del parecido físico una de las exigencias era que los Luis Miguel (adulto, niño y adolescente) tenían que cantar ellos mismos los temas de la serie. Por un lado, tenemos a Diego Boneta como el Luis Miguel que guía la historia, Izán Llunas como el Luis Miguel niño y Luis de La Rosa como el Luis Miguel adolescente. Boneta logra imitar a Luis Miguel de una manera aceptable, quizás más ñoño e ingenuo de lo que se veía el verdadero en sus años mozos, pero sin provocar ganas de mandar quejas a Netflix. No ocurre lo mismo con Izán Llunas y Luis de La rosa. Izán es hijo del cantante Marcos Llunas y nieto de Dyango, vocalmente zafa, pero como actor es muy inexpresivo, nada que ver con el vendaval de carisma del Luis Miguel ochentero. Es un Luis Miguel dopado y es como si ese dopaje no fuera parte de la historia o de las argucias de Luisito Rey. Luis de la Rosa tampoco lo logra, a su favor está un poco más de trabajo en los gestos y movimientos cuando lo interpreta sobre el escenario, pero el chico es otro poste de luz. A esos chicos Luisito Rey los hubiera puesto a ensayar mañana, tarde y tunda.

Esa es otra de las cosas flojitas de la serie, entre los actores secundarios existe mucho desnivel que a ratos nos da la sensación de que la vida de Luis Miguel es nomás una telenovela y de las de bajo presupuesto.

¡Coño, Micky!

En contraparte, el punto alto es el actor español Oscar Jaenada interpretando al hoy “personaje más odiado de México” Luisito Rey (Te odiamos, pinche Luisito Rey). Jaenada en el pasado hizo de Cantinflas y de Camarón, pero parece haber nacido para ser el abusivo papá de Luis Miguel. Su representación es un villano de manual. Malo, oportunista, mitómano, un infeliz. Si queremos ponernos puristas, el verdadero Luisito Rey guardaba su villanía bajo una capa de aparente inocencia y simpatía. La visión de Jaenada es menos amable. Es como un Luisito hardcore.

La actriz italiana Anna Favella interpreta a la extrañada Marcela Basteri. Cuando Marcela está por hacer el viaje a Madrid, le gritamos a la pantalla: «No vayás, Marcela. ¡Es una trampa! ¡UNA TRAMPA!». Ella, junto con el youtuber Juan Pablo Zurita como Alejandro Basteri (el hermano de Luis Miguel), completan el cuadro familiar. Poco o nada se dice hasta el momento de Sergio, el hermano menor cuyo ADN ha sido puesto en duda y que en la vida real lleva una vida apartada de Luis Miguel y Alejandro. El hermano que, para mí, lo ha tenido más jodido aún que Luismi.

Te estamos buscando, Marce

La dirección de la serie es compartida. Por un lado: Humberto Hinojosa, un joven director mexicano que tiene una modesta filmografía compuesta por cuatro películas, dos de las cuales han sido exhibidas en importantes festivales del mundo. Y por otro, Natalia Beristain, que dirige tres episodios de la temporada, uno de ellos Culpable o no. Beristain tiene tan solo dos películas en su filmografía. Ambos directores son relativamente desconocidos, y no hacen un mal trabajo sacando adelante una serie en la que prima un buen manejo de la tensión alrededor de su personaje principal.

He tenido discusiones más acaloradas que sobre el penal de Francia en la final con Croacia, sobre si la serie tiene look de Al Fondo hay Sitio y no vale nuestro tiempo: señores, amigos lectores, muchachos, a pocos les interesa si la serie está medio chafita, se la mira por el morbo, por ese gran y misterioso personaje que es El Sol y porque la huevada tiene los ingredientes necesarios para que domingo a domingo le des recargar a Netflix hasta que aparezca que hay un nuevo episodio.

Obviamente es una versión autorizada, por lo que Luis Miguel es retratado de forma benevolente seguramente omitiendo elementos que harían que no le tengamos tanta simpatía. Testimonios de gente como el actor Roberto Palazuelos que fue compañero de aventuras de su juventud y sobre la serie dijo “A Micky no se le puede olvidar lo mal que se portaba” o lo que el compositor Armando Manzanero expresó de mala gana: “Es más fácil que un elefante logre entrar por el ojo de una aguja a que Luis Miguel haga algo por el prójimo”, pintan a otro Luis Miguel lejos del ñoño, buena gente, sufrido Boneta.

El sol vs El solecito

Ya a mitad de la temporada, y cuando ingresa el personaje de Erika (Camila Sodi) la cosa se va separando más de lo real. El trato que le dan a temas como el disco Romance o lo de la nacionalidad del tipo, llegan a momentos insospechados de autobombo. Creo que lo de Roberto Palazuelos (la tan comentada discusión en la discoteca) fue innecesario, así como lo fue la mención a la mamá de su hija (la solecita). Situaciones que fueron aprobadas por Luis Miguel y que aunque alimentan el morbo por la serie, debieron manejarse de otra manera por obvias razones.

Los episodios  de la serie son lacrimógenos (lo de Luisito Rey y el jamón fue más triste que cuando perdió Bélgica). Pensar que «el bello y talentoso Sol» sufriera tanto y le tocara lo peor cuando apenas tenía 22 años conmueve el corazón del vulgo. El final está diseñado para que se espere la segunda temporada con soda y pipoca. Queremos saber de una vez dónde Luisito Rey escondió el cuerpo (Te odiamos, pinche Luisito Rey).

Teniendo en cuenta que la serie fue de más a menos, tengo curiosidad por cómo afrontarán la otra temporada sin  los pilares más fuertes de esta: Jaenada y la desaparición de Marcela. Además, los discos se van acabando, al igual que los temas conocidos. Recordemos que Luismi se nos quedó anclado en los noventas y que la serie resucita sus hits, así que después de los boleros hay poco o nada que rescatar.

Ahora te puedes marchar…

Luis Miguel – La serie, le pese a quien le pese, está por encima de la verdad y la mentira. El macabro papel del Negro Durazo, jefe del Departamento de la Policía mexicana que terminó sus días en prisión, el tío chanta, los managers, los artistas, los amores a los que siempre trató para el orto (Micky, pendejo) y conocidos personajes que rodearon y rodean al cantante, son los ingredientes extras de una vida compleja.

La semi-ficción rápidamente ha causado furor, incluso con sus falencias actorales, o su obvio culto a la figura de Luis Miguel. Cada episodio que termina deja una sensación de tristeza ante el ídolo sufriente y solitario. El público ama a los ídolos sufrientes y solitarios. Compramos eso con moñito y celofán. Después, hasta nos dan ganas de ir a un concierto suyo, a escucharlo, a verlo,  a seguir teniéndole penita por la vida tan dura que le tocó vivir. Y si se puede abrazarlo fuerte, muy fuerte y decirle: «Sol de México, aún podés ser feliz».

Atrás quedan los rumores de que ni siquiera le funcionaba su tarjeta de crédito en restaurantes, o que le estaban confiscando sus bienes más preciados, o las burlas porque se estaba quedando “calvo y panzón”, o que jamás llenaría un concierto nuevamente.

Reaparecen esos que dicen son o fueron sus amigos, son o fueron sus amores, son o fueron sus colegas de trabajo, conocieron o no a Luisito o a Marcela.

El ser humano, pues.

Netflix pone a Micky en el mapa otra vez, revive sus éxitos de los 90s y se los presenta a una generación que nunca supo que ese hombre de casi cincuenta años fue/es una de las voces más privilegiadas del mundo.

El Sol ha vuelto a brillar, un poco rechinante, pero brilla.

CURIOSIDADES

Diego Boneta tuvo un breve romance con Michelle Salas, la hija de Luis Miguel.

Como dato curioso, el productor ejecutivo Pablo Cruz afirmó ser el ideólogo del proyecto que luego se presentó a Alemán y que Alemán trasladó a Luis Miguel. Cruz, junto a Arturo Sampson que también figura de productor de la serie, son socios de Canana Films productora de Sal & Fuego, película de Werner Herzog que se filmó en Bolivia hace un par de años. Tanto Cruz como Sampson estuvieron en Bolivia casi un mes. Entre todos los productores de la serie suman casi 15 nombres, que incluyen al mismo Luis Miguel, a Diego Boneta y a Oscar Jaenada.

El proyecto se pensó por todo lo alto. No se dan cifras exactas pero se dice que es la producción más cara de Netflix para Latinoamérica. La serie arranca en 1992, cuando Luis Miguel recibe la noticia de que su padre se está muriendo. Ahí se abren dos líneas temporales más: una que abarca su infancia y la otra que lo muestra en su temprana juventud.

En la escritura del guión participan seis guionistas, siendo el que más episodios co escribió Daniel Krauze, un escritor mexicano que firma siete de los 13 episodios que componen la primera temporada. Los episodios llevan el nombre de canciones míticas de Luis Miguel.

El artista elegido para personificar al Sol de México a partir de sus 16 años se sometió a un tratamiento odontológico para separar sus dientes frontales y así lograr un parecido aún mayor con su personaje.

Camila Sodi (Interpreta a Erika) es sobrina de Thalía y ex esposa de Diego Luna.

LuisMi  tiene una aparición fugaz en el primer capítulo de la serie cuando presentan en un boliche el videoclip de Cuando calienta el sol y él parece sentado entre el público como un extra más.

“Me aclararon el cabello, me hicieron un trabajo dental para parecerme a él, trabajé con el coach de Penélope Cruz y Javier Bardem por un mes en España, y ensayé todas sus canciones en el mismo tono que él. No sabía si podía lograrlo, quisimos estar a la altura de la producción”, comunicó Boneta.

Los tiempos no coinciden o se le arrenjuntaron las novias «al niño» en la vida real: Mientras en la serie la pobre Erika le prestaba el avión al fulano para que vaya a ver a Luisito Rey morir…segun este testimonio Salmita Hayek fue a Chile a consolarlo.

TELEVISIÓN: Mindhunter (Temporada 1)

Por: Mónica Heinrich V.

“Debo estar en el infierno”, es lo primero que se lee en el prólogo de Mindhunter (Cazador de mentes), el libro del agente del FBI John Douglas. En ese párrafo Douglas describe su pesadilla más recurrente: los asesinos y violadores a los que puso tras las rejas lo torturan buscando su muerte.

El libro es una crónica que narra alrededor de 25 años de carrera de Douglas en la UCC (Unidad de Ciencias del Comportamiento) del FBI y sus encuentros con peligrosos criminales. Dicho así parece muy interesante, pero en la práctica gran parte del relato se ancla en la vida personal del tipo de manera muy condescendiente (“Estaba en gran forma” “Tenía muchos músculos”, “Ya era conocido como el chico malo”, “tenía talento para tal o cual cosa” “Me ovacionaron sinceramente”). Con esto no quiero decir que  no tenga valor, sino que a los datos valiosos estorba esa torpeza del autor de ponerse por encima del texto.

El libro también lo firma Mark Olshaker que no es un colega de Douglas, sino el escritor profesional que apoya al agente del FBI en la redacción.

Pues nuestra Charlize Theron vio oro ahí y compró los derechos del libro. Ante el fracaso por llevar la historia a la pantalla gigante se unió al cineasta David Fincher. Juntos quisieron vender el proyecto a HBO en el 2009 y finalmente este 2017 la convirtieron en una serie exclusiva para Netflix.

Hay buenas y malas noticias al respecto.

En ese juego odioso de Libro vs Serie, puedo decir con propiedad que el versus no existe ya que la versión de Fincher para Netflix es muy libre de la crónica de Douglas. Corre como gacela por pradera verdosa lejos, lejos de Douglas.

Fincher ha creado un universo oscuro donde se repite la vieja fórmula de agente ingenuo va descubriendo cosas que empiezan a cambiarlo internamente. Todo sucede, claro, acompañado del colega refunfuñón con mayor experiencia.

Para eso extrapolan a Douglas en el personaje Holden Ford (Jonathan Groff). El agente real, Douglas, fue francotirador, participó en guerras, y cuando empieza su estudio tenía hambre de protagonismo y gloria. Ford, en la serie, es un joven ingenuo, bastante atarantado, que comienza el estudio casi por accidente y que se la pasa con cara de asombro ante cada hallazgo y preguntando obviedades. Eso si es que no está charlando de sociología con su pareja/proyecto de novia/encame.

Aquí, casual, en la disco. Coqueteando.

La serie nos muestra a dos agentes del FBI bonachones, tratando de sacar adelante su proyecto de estudio del comportamiento criminal ante una institución burocratizada.

Lo más chocante de los episodios iniciales es que los personajes principales son bastante tópicos y ya hemos visto ese tipo de dupla muchas veces. Además, la serie te presenta ese universo de manera bastante convencional, aunque muchos se afanen en decir que estamos ante algo no visto hasta ahora.

La guionización de la mayor parte de los episodios corre a cargo de Joe Penhall cuyo trabajo más destacado es su mediocre adaptación a la pantalla gigante de La carretera (McCarthy). Penhall tampoco aporta a particularizar este thriller, sin embargo la dirección de Fincher (primeros dos y últimos dos episodios) es tal cual su filmografía y sus otros escarceos televisivos (House of Cards) sobria y elegante.

El primer episodio de Mindhunter es casi de manual, sin nada que te motive a ver el segundo aparte de dejarte llevar por el hype. Tu seguimiento al rebaño rinde sus frutos cuando finalmente aparece en escena Edmund Kemper (un gran Cameron Britton). Con el universo de Kemper (un asesino en serie que decapitó a su madre y violó la cabeza, entre muchas fechorías más) cuyas respuestas son calcadas a las del verdadero asesino, se abre la ventana a la insania que la gente esperaba con soda y pipoca.

Paralelo a las entrevistas a asesinos y criminales violentos, Holden y su compañero investigan algunos crímenes sin resolver que se les van presentando. Entre esas incógnitas y la riqueza de los personajes perturbados podemos decir que la serie llega a funcionar y que cocina un interés a fuego lento. Mindhunter comienza en 1977 y en cada episodio vemos a un misterioso personaje del que solo se muestra una secuencia. Ese es el asesino BTK, un asesino en serie de Kansas que recién fue arrestado en el 2005.

El leitmotiv del libro y de la serie es desmitificar a los asesinos y más que humanizarlos tratar de entender por qué actuaron como actuaron. En la realidad, este trabajo se usó para prevención de delitos y “cacería” de criminales, muchos casos se resolvieron siguiendo un protocolo establecido gracias al estudio de Douglas.

Pero seamos sinceros, pocos están viendo la serie porque vayan a “aprender” algo del comportamiento humano, la serie se la mira por el morbo que despierta el tema. Fincher mismo ha dicho que películas como Seven o El silencio de los inocentes enaltecen la imagen del asesino y la pone en una posición casi de virtuosismo (leer la entrevista aquí). Desgraciadamente, Mindhunter tampoco es tan ajena a eso. Si bien estos personajes vienen de entornos degradados y de situaciones familiares muy jodidas, la serie pone un cierto halo de fascinación a los mismos. Son las intervenciones con los psicópatas las que están mejor montadas, las que tienen los mejores diálogos y las secuencias más memorables. Si vos charlás de la serie con otros pequeños humanos, el comentario general es «el Kemper ese, puta qué genial está, lo busqué en youtube y es igualito».

Y es entendible, el problema es vender la pomada de que estás ante una serie diferente y de corte más profundo que otras de la misma temática cuando en realidad el tratamiento es más bien convencional y el resultado es el mismo.

Mindhunter tiene 10 episodios en su primera temporada y ya ha sido renovada para una segunda entrega. Es una serie que inicia flojita y que va creciendo conforme avanza. La temporada cierra de manera muy abierta y promete que esa urina asustada llamada Holden agarrará mayor fuelle en lo que sigue.

Go, Holden, Go.

Con grandes actuaciones, un sólido diseño de producción y personajes secundarios (asesinos) de lujo, Mindhunter se deja ver. En lo particular pienso que no alcanza niveles de embeleso. Quizás sea porque he visto/leído demasiadas cosas (series, documentales, películas, libros) relacionadas al tema y nada de lo que se relata me resulta nuevo o asombroso. Sí, puede que el problemita sea yo.

Como thriller me pareció algo aburrido (sobre todo al inicio), como estudio del ser humano no profundiza y se queda en una somera aproximación a la mente de un asesino, como vistazo al nacimiento de protocolos del FBI para manejar casos como los que la serie presenta hay cierta ingenuidad en la narrativa y cierta ingenuidad que se atribuye a un espectador que ya ha visto un montón de temáticas parecidas y no es el espectador de los 70s a los que la serie recrea.

¿Vale la pena verla? Tiene buenos momentos. El caso de Benjamin, lo del profesor cosquillas, lo de Kemper, como que le dan peso suficiente para que digás que sí, que vale la pena.

La segunda temporada será su prueba de fuego, una temporada en la que terminará de crear su personalidad como serie y veremos si sale de la casilla en la que parece estar muy cómoda: fórmula tradicional para la masa.

Lo mejor: Sobria, elegante, y tiene buenos momentos Lo peor: no se despega de los clichés del género La escena: todas las de Kemper Lo más falsete: las charlas boludas con la novia, el papel inicial de Holden  El mensaje manifiesto: hay cosas que no tienen cura El mensaje latente: qué importante es criar con amor y cariño a un niño El consejo: esperar que pasen los dos primeros episodios para que agarre más interés El personaje entrañable: el gato que come los atunes en la lavandería El personaje emputante: Sí, el pelotudo de Holden El agradecimiento: porque está bien filmada y por sus personajes perturbados tan bien trabajados.

EXTRAS

Adjunto el libro (en inglés) en el que se basó por si algún curiosito le quiere dar una leída:Mindhunter

CURIOSIDADES

    • Jonathan Groff audicionó para hacer de Zuckerberg en la película Red Social y fue ahí donde Fincher le echó el ojo.
    • Se filmó con una RED EPIC DRAGON especialmente ajustada para Fincher bautizada como la Red Xenomorph
    • El personaje Debbie (novia de Holden) maneja una peta beige, es el mismo tipo de auto que usaba Ted Bundy otro infame asesino serial.
    • Holt McCallany (actor que interpreta al compañero de Holden) ha actuado también en El Club de la pelea.
    • En la serie el personaje Holden tiene 29 años y el actor que lo interpreta 32. Bill, por su parte, tiene 44 y el actor que lo lleva a la vida 54.
    • Además de Mindhunter, Charlize Theron participa como productora en otro proyecto vinculado a Netflix: Girlboss, la comedia que adapta el libro escrito por Sophia Amoruso.
    • La nueva temporada se anclará en los asesinatos de Atlanta.
    • A continuación una comparación entre el Kemper real y el Kemper ficcionado.

TELEVISIÓN: Peep Show, Vikings, The 100, Cartel de los Sapos, Girls, Sense 8

Me Recomendaron 

Por: Marco Martorell

A veces, por hacer caso a recomendaciones de amigos uno se encuentra con gratas sorpresas. Otras veces no tanto, pero siempre es bueno probar, ver series nuevas recomendadas por gente con gustos diferentes a los tuyos.

Hoy hablaré de unas cuantas y espero que les den una oportunidad. A su vez, ustedes pueden recomendar o no (en los comentarios), algunas que están viendo.

Peep show

Recomendada por: Chivo
Antecedente recomendador: The Office, Flight of the Conchords

peep-showUna serie de culto inglesa, y aunque me gusta la comedia inglesa de vez en cuando, la verdad que no estoy muy metido en cuanto a sus series conocidas. Esta ya tiene nueve temporadas y como está en Netflix decidí darle una oportunidad.

Se trata de observaciones de la vida a través de los ojos (literalmente) de estos personajes, contiene bastante diálogo bien realizado, o sea que si medio les gusta este tipo de comedia, les va a agradar.

Solo voy por la primera temporada así que no sé si baja o sube su calidad, hay  nueve para ver si eso sucede, pero lo más seguro es que haya mantenido cierto nivel para llegar tan lejos.

Peep significa espiar, como cuando uno espía por la cerradura de  una puerta y de esta forma está filmada la serie: en primera persona, espiando lo que ven estos graciosos personajes.

Es interesante la apertura hacia la sexualidad y las drogas que, desde una sociedad un poco más abierta, se puede encontrar, lo que suele ser escaso o muy disimulado en el tipo de comedia norteamericana y/o latina que nos llega regularmente.

Vikings

Ultrarecomendada por: Estebanquito
Antecedente recomendador: Game of Thrones, Mr Robot

vikingsEsta fue muy recomendada, así que pensé ver unos cuantos capítulos y acabé viendo toda la primera temporada.

Serie de muy buena factura, interesante pero no tan atrapante como esperaba, en cierto modo me la pintaban como un reemplazo a Game of Thrones que no lo es porque carece de una intriga siquiera cercana a lo que nos ofrece la serie de HBO.

No deja de ser entretenida y en cierto modo histórica, dándonos un vistazo a los usos y costumbres de estos vikingos (seguramente está llena de errores pero como pantallazo sirve).

Peleas, sangre, algo de sexo (quizás en eso se parezca algo a GoT), pero la trama es una línea recta con batallas predecibles y con el triunfo de nuestro personaje principal el cual lleva el peso casi completo de la trama. La serie va por su cuarta temporada y recomiendo darle una mirada.

The 100

Recomendada por: Diego y Jordi
Antecedente recomendador: Top Gear, The Walking Dead

the-100-new-headerLe di tres capítulos de ventaja para que me atrape y no lo logró en lo mas mínimo. Tiene una premisa interesante: el planeta tierra se volvió inhabitable luego de guerras nucleares y la gente que sobrevivió está en una gran nave (formada de más naves) llamada el Arca donde han vivido 97 años. Mandan a unos 100 malandrines o jóvenes delincuentes a la tierra de conejillos de india, así si mueren no pasa nada. Luego de eso todo es predecible, y mi gran problema con esta serie es que apunta a un público crédulo, quizás más joven, porque las cosas que suceden no me parecen coherentes desde las instrucciones, mandatarios, peleas, todo forzado y antinatural.

Esta serie va por su tercera temporada y yo no se las recomiendo, aunque para gustos hay colores.

Cartel (El cartel de los Sapos)

Recomendada por: bato
Antecedente recomendador: Patrón del mal, House of Cards

cartel-de-los-sapos

Tomando en cuenta que Escobar,el Patrón del mal me pareció súper entretenida le di una oportunidad porque tiene mucho que ver con ella: misma productora (Caracol), mismo guionista (Juan Camilo Ferrand), casi mismo tema.

Sin embargo, Cartel tiene menos presupuesto y se nota, la historia no es tan atrapante porque no tiene un personaje tan carismático al frente como lo es Escobar, igual sigue siendo muy graciosa. Los diálogos me hacen ver de vez en cuando algún capítulo solo para reírme de las ocurrencias, de las comparaciones hilarantes, de la picardía para contar algo tan fuerte, pero que en este caso  debe ser tomado solo como entretenimiento. No la considero tan recomendable pero si ya vieron Escobar, el patrón del mal y les gustó, puede ser algo para llenar el vacío.

Girls

Recomendada por: Majo (vera)
Antecedente recomendador: Seinfeld, Mad Men

girls-recap-season-4-hbo-lena-dunhamEsta recomendación es de hace unos años y hasta ahora sigo viendo Girls cada vez que puedo, también ayudaron los maratones que dan en HBO antes de que aparezca cada nueva temporada.

Alguna vez escuché que era una serie para chicas, o una especie de Sex and the city, pero en sí su forma de enfrentar los temas es bastante honesta, lo cual a veces puede ser chocante.

Las protagonistas principales son cuatro chicas y su vidas, relaciones amorosas etc. Esta serie va por su quinta temporada y debo decir que cada temporada va mejorando en la forma y tiempos de entregar esos momentos cómicos y vergonzos que son muy característicos de ella.

Si se animan a verla prepárense para ver a Lena Dunham desnuda cada dos por tres, porque le encantan ese tipo de escenas.

Sense 8

Recomendada por: Tanque
Antecedente recomendador: Breaking Bad

bannerLos Wachowski (ahora LAS Wachowski) van libres por la vida haciendo sus proyectos como quieren. A veces les va bien, a veces no,  pero andan intentando cosas interesantes.

Hace un tiempo me sorprendió su película Cloud Atlas que va tratando temas básicamente de reencarnación, de sexualidad, de género, temas que son recurrentes en sus últimos trabajos.

En este caso su serie Sense8 para Netflix no es la excepción, solo que en vez de tocar esta temática a través del tiempo se enfoca más en el espacio.

La serie trata de ocho personas que son en escencia una misma, que tienen un lazo profundo que los une y los hace compartir experiencias de una manera presencial, fuera de explicaciones religiosas y sobrenaturales.

Este es un proyecto ambicioso y en cada capítulo nos mueven de un lado a otro del planeta, los personajes son divertidos y con cierta profundidad.

La serie tiene una temporada y este año saldrá la segunda, ojalá no la llenen de explicaciones porque este tipo de temas a veces es mejor no tratar de explicarlos. Recomendable para ver algo de acción con un tema interesante.

Marco Martorell

@matole

TELEVISIÓN: House of Cards

House of cards es una adaptación de una serie homónima inglesa por la que se pelearon cadenas como HBO, Showtime, AMC y Netflix. Finalmente, Netflix fue la que ganó la pulseta.

Pero ¿qué hace que las mejores cadenas de televisión se peleen por una serie?

Pues la gente que está detrás de ella, en este caso David Fincher, Kevin Spacey.

Netflix ganó por tener como bandera la información, más específicamente por su recolección y uso, lo que al final le dio la certeza de que el combo Kevin Spacey, House of Cards (la versión original inglesa) y David Fincher (productor ejecutivo, y director de los primeros capítulos)  era tan infalible que no solo dio luz verde a un capítulo piloto sino que elaboró un contrato por dos temporadas completas.

Esto, además del formato de la cadena (sacan temporadas completas y no por capítulos), dio extrema libertad a los showrunners de la serie para plasmar los que deseaban a un costo de cien millones de dólares.

Los antecedentes no son solo mera anécdota sobre esta serie, sino han dado pie a una evolución en la forma de hacer televisión que se ha venido dando en estos últimos tiempos.

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Frank Underwood (F.U.) al inicio, es un político demócrata en el Congreso y cuyo ascenso al poder presenciaremos a lo largo de la serie.

Por momentos: moralmente reprochable, pero a su manera nos presenta toda la gama de valores a los que está expuesto no solo alguien en posición de poder, sino el ser humano en general.

¿Es malo, es bueno? a veces uno, a veces otro, a veces ambas, todo depende de nuestra propia idea de lo permitido.

Es verdad que va rozando cada vez más lo delictivo, pero es en casos específicos y que pueden ser vistos como valederos desde su punto de vista por lo que nos hará cuestionarnos el apoyo que damos a un protagonista tan carismático y abierto.

En ese sentido, Frank rompe cada cuanto la cuarta pared y nos hace partícipes no solo de sus pensamientos sino de sus decisiones.

Kevin Spacey hace gala de todo su carisma y francamente es difícil imaginar a alguien que pudiera llevar este personaje y dotarlo de tantos matices, claro que ayuda el haber visto ya a Spacey en papeles entre malo y bueno en el pasado.

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Por su parte, Claire Underwood es la mujer fuerte (esposa en la serie) en la que Frank se apoya, un personaje con un aura sensual y decidida que tiene un magnetismo fuera de duda. Interpretada por Robin Wright (la Jennie de Forrest Gump) forma con Frank una pareja de temible apertura moral y muy honesta entre sí.

Ella le da asidero mental y terrenal a las ambiciones de Frank, se mueven como una pareja con una misión y ambos se sacrifican para conseguirla.

Otros papeles recurrentes como el de Doug tienen a veces peso en la trama, pero es la pareja la que lleva la carga de la serie en su mayor parte.

House of Cards es una serie que no trata de hacer apología de la política, tampoco la critica realmente, solo es un medio que estos personajes humanos  utilizan y de la que (casi como algo natural) abusan un poco. A veces por el bien común, un poco más para su propio beneficio.

El argumento simplifica la forma de enfrentar conflictos, lobbies, elecciones, leyes, proyectos, política externa, y todo lo que este mundo conlleva con una capacidad de manipulación sencillamente maquiavélica.

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Este 4 de Marzo se estrena la cuarta temporada que será la última con el showrunner Beau Willimon, y con una quinta temporada no sabemos qué nos espera.

En mi caso, les puedo decir que si bien prefiero la primer temporada a las siguientes, la calidad es alta en todas y no decepciona.

Marco Martorell

@matole

TELEVISION: The fall – La caza (serie de la BBC, temporada 1 y 2)

Por: Alejandro Paniagua

A pocos meses de recibir la tercera temporada hay que darle una revisión a las dos primeras temporadas de The Fall.

Esta es una serie inglesa que tuvo una muy buena acogida entre el público y espectadores. Lo mejor que podemos decir de ella es que es parte de ese grupo de series lanzadas por la BBC, lo que la transforma automáticamente en un producto de calidad.

The fall además rescata a Gillian Anderson del olvido y le da un protagónico con el que puede sacarse de encima el estigma de Dana Scully (X Files).

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Es un thriller policial, pero a diferencia de las series convencionales en las que se sigue más que nada el curso de las investigaciones, en The Fall el tiempo de cada episodio es partido a la mitad para ver por un lado a Stella Gibson (Gillian Anderson) lidiar con el caso de un asesino serial que tiene en jaque a la comunidad y al departamento de homicidios y, por otro lado, la vida de Paul Spector (Jamie Dornan), el asesino serial, en su ambiente familiar mientras se le echa un vistazo a los crímenes que comete.

1era temporada

Es la mejor temporada de la serie por muchos motivos. En ella se presenta a Stella como una mujer fría, promiscua aunque eficiente. Recién transferida, se le pide encabezar una investigación en curso sobre el asesinato de una arquitecta. El papel parece hecho para Gillian Anderson, que además mostrará que se desenvuelve en un mundo dominado por varones y en una ciudad, Belfast, con muchas problemáticas sociales y políticas.

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El psicólogo Paul Spector y su familia son el otro foco con una rutina muy bien construida, y con una disciplina a raja tabla a la hora de planificar sus asesinatos. Spector tiene dos hijos, y mientras su esposa que es enfermera hace turnos nocturnos, él lleva a cabo un flirteo ocasional con la adolescente niñera.

Tiene una debilidad por un tipo específico de mujeres: morenas, de clase media, con cierto nivel académico y un ritual de asesinato muy particular también.

Esta primera temporada se toma su tiempo casi con una precisión quirúrgica para revelarnos el perfil psicológico del asesino. No es de extrañar que recién a partir del tercer o cuarto capítulo sea cuando se tenga realmente un panorama claro y la serie finalmente enganche.

La primera temporada termina sin peros en el guión, muy limpia y ordenada en cuanto a los personajes y las situaciones, con un anticlimático intento por parte de Spector de recuperar a su familia y alejarse de sus pulsiones asesinas.

2da temporada

Empiezan los problemas en el momento en que esta visión paralela es unida por los guionistas y Stella y Paul comienzan a tener una comunicación o relación vía teléfono, mensajes, pensamientos, etc.. El personaje mesurado y calculador de Paul se vuelve demasiado audaz.

La policía ya sabe que el formal psicólogo es el responsable de los crímenes y la cacería es abierta y pública.

La niñera, Katie, adquiere un protagonismo innecesario en el sentido del curso de su personaje. Todas las acciones de Katie parecen más un gatillo de los guionistas para darle emoción a la trama.

Escenas al cuete como la de Stella y Reed en el bar, o la irrupción de Spector en su habitación de hotel, son algunos de los cabos sueltos que deja el guión en pos de conseguir más espectadores.

La muy trabajada secuencia criminal de Spector empieza a ser chapucera y llega a ser inconcebible que la policía aún no pueda agarrarlo.

El departamento de Stella que en la primera temporada se veía como eficiente, corrupto pero cumplidor, en la segunda temporada se ve sencillamente inepto.

Se infiere cierta atracción entre ambos, entre policía y asesino, y ya llegado el capítulo final todo resulta en un melodrama absurdo y desprolijo.

Eso no quiere decir que no se siga la temporada con interés, y con deseos de ver qué sucede en la tercera luego de ese disparo.

¿Por qué verla?

Porque es una serie que con su ritmo pausado, su estética oscura, atrapa. Al ser de la BBC tiene un elemento extra en cuanto a calidad y contenido.

La novedad de repartir el tiempo de los episodios entre Paul y Stella hace que se tenga una visión más profunda del argumento y que esta no sea una serie más de asesinatos y policías.

Los personajes están muy bien dibujados, no solo los protagónicos, los secundarios tienen un buen trabajo a nivel de guión.

Tiene algunos diálogos tan buenos que no se olvidan.

Es una oportunidad para ver a Jamie Dornan en un buen papel y quitar de la mente su interpretación de Christian Grey en 50 sombras de Grey.

Otro punto a favor es que tiene pocos episodios por temporada: 5 en la primera y 6 en la segunda.

Lo que falla

La segunda temporada. Los personajes se desdibujan, la trama que en toda la primera temporada se mantuvo muy consecuente con lo que sucedía ahora es desprolija, errática.

Puede que no sea una serie para todo tipo de público en el sentido de que no se trata de un CSI o un Criminal Minds, donde las historias son más amenas. The fall tiene su ritmo, sus tiempos.

Cada cierre de temporada pudo haber sido un cierre de serie. En la primera temporada se pudo dejar a ambos personajes ahí y sería un gran final, lo mismo en la segunda temporada. Son finales abiertos, pero al regresar de esos buenos finales se da la sensación de un alargamiento innecesario.

El futuro de The Fall

Se viene la tercera temporada, algunos decían que sería a finales de 2015 otros informan que será a principios del 2016.

Dejamos a Dornan herido y a Stella llorando sobre el cuerpo del asesino, mientras su amante también yacía herido al costado.

A pesar de ser pocos episodios, pareciera que hay muy poco que decir ya, así que es un desafío para los guionistas ver qué más puede salir de la trama.

Habrá que esperar el retorno tanto de Paul y Stella para finalmente descubrir si The Fall no sucumbe  sus propios trucos.

TELEVISION: Better Call Saul (1era. Temporada)

It´s showtime, folks!!

Si te sobra tiempo, si no te sobra tiempo, la serie que tenés/debés ver es Better call Saul.

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Estamos ante el spin off de una de las series que más marcaron el milenio: Breaking Bad. Es como cuando estás en una reunión y alguien dice: Yo no vi Breaking Bad, y vos lo mirás con penita honda, así como cuando sabés que alguien nunca ha probado el saice.

Te azota la melancolía y recordás a Walter White en su escena final, rodeado de su amada meta, mientras un rechoncho Jesse Pinkman recobraba su libertad.

Qué tiempos aquellos.

(suspiro)

Quizás la apuesta más lógica y aburrida era seguir a Jesse, hacer un spin off de él, pero no. Vincent Gilligan y Peter Gould tenían otros planes y antes de que acabara Breaking Bad ya estaban preparando la serie con Saul Goodman como personaje principal.

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Saul, claro, ese abogadillo inescrupuloso y excéntrico que se ajustaba a cualquier situación y a cualquier cliente en pro del cochino dólar. Y aún así, hasta el final de Walter White pudimos ver que era de esos seres con los que se puede contar. La confianza no es poca cosa, señores, no es poca cosa.

Así que cuando se confirmó el spin off de Saul tuvimos variopintas sensaciones. La más importante era la duda, ¿funcionaría? O sería solamente una excusa barata para quemar minutos en pantalla y aprovecharse de nuestras nostalgias como el spin off de Joey Tribbiani (Friends).

Quizás el precedente más exitoso lo tenga Frasier, serie aclamadísima que fue un spin off de Cheers y que consiguió equiparar a su predecesora en número de temporadas (11).

Los productores de Breaking Bad lo tenían difícil, porque salir de una serie con tanto éxito y luego mandarse una cagada seguramente era la pesadilla que los perseguía hasta cuando se quedaban dormidos en el cine.

Finalmente, la duda se disipó y la premier de Better call Saul no solo rompió records en su cadena, sino que se convirtió en el estreno más visto en la historia de la televisión por cable.saul-ep-2-720x404

La mancuerna Gillian y Gould vuelve a hacer de las suyas y crea una serie que sigue manteniendo el humor negro que tanto nos gustaba de Breaking Bad, pero al mismo tiempo se trata de una serie de personajes y eso es importante resaltar.

Tanto Saul, interpretado brillantemente por Bob Odenkirk, como Mike (Jonathan Banks) como Chuck (Michael Mckeen) son personajes con muchos matices y subcapas. Y eso es lo que nos gustaba tanto de Breaking Bad, que los personajes no eran malos malos o buenos buenos, no había esa división moral tan marcada, los personajes podían mutar, transformarse a lo largo de la serie hacia un lado, hacia el otro, o regresar a lo que fueron.

Better call Saul, entonces, nos narra la génesis de Saul Goodman. Contará cómo Jimmy Mcgill, que es su verdadero nombre, llevaba una vida de estafadorsillo de poca monta hasta que su hermano, el gran abogado Chuck, le pone un ultimátum y decide acomodarse por la senda del bien.

Jimmy McGill se hará a sí mismo, pero la vida no es justa, la vida no es bonita, la vida nunca es como uno piensa que será y así, gracias a esos vaivenes y miserias, Jimmy terminará dando al mundo a Saul Goodman.

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En esta primera temporada veremos a personajes que ya conocemos de Breaking Bad, disfrutaremos de las locuras de Tuco Salamanca, Mike (Oh, Mike) volverá mágicamente a la vida para ser personaje recurrente de la serie y ahondar nuestro odio por Walter White al saber su triste final.

A eso agréguenle las bizarras situaciones legales/policiales/mafiosas que como abogado enfrenta Jimmy/Saul, mézclenle la carga emotiva con su hermano, el gran abogado Chuck (Muere Chuck, muere!), su obvio amor por Kim, su desesperado deseo de éxito, de triunfo, su papel de antihéroe, y tenemos Better Call Saul.

La serie ofrece un abanico de posibilidades narrativas y lo mejor es que Gilligan y Gould lo saben.

La primera temporada termina con esa crisálida Jimmy/Saul. La segunda temporada promete una mariposa salvaje y vengadora.

Hay que verla.

Mónica Heinrich V.

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Lo mejor: Muy bien elaborada, mantiene esa frescura, esa sensación de personajes fracasados y ese sentido del humor que nos gustó tanto de Breaking Bad.
Lo peor: que cuando termina querés ver inmediatamente la segunda temporada y no se puede, hay que esperar.
La escena: todo lo que sucede con Tuco Salamanca es muy gracioso, también lo del inodoro, lo de los stickers y los Kettlemans y actoralmente el monólogo que se manda Jimmy en el bingo.
Lo más falsete: que siendo tan buen abogado como es no haya tenido mejor suerte.
El mensaje manifiesto: Podemos ser más de lo que somos
El mensaje latente: Vos determinás que querés ser
El consejo: Vela, y vela de un tirón. Está en Netflix, en los torrents y no sé si en cable continua en algún horario.
El personaje entrañable: Mike. TE QUEREMOS MIKE, TE QUEREMOS!
El personaje emputante: Chuck, TE ODIAMOS CHUCK, TE ODIAMOS!
El agradecimiento: Por mantener la esencia que todos los que amamos Breaking Bad esperábamos.

CURIOSIDADES

La serie está situada en el año 2002, seis años antes de su aparición cronológica en la trama de Breaking Bad.

El nombre: Better call Saul, es el mismo título del episodio 8 de la segunda temporada de Breaking Bad que es donde aparece por primera vez el personaje de Saul Goodman.

El salón de manicure asiático donde Saul mantiene su oficina, es el mismo que en Breaking bad intenta venderle a Jesse para lavado de dinero.

Hablando de Jesse, el actor que lo interpreta, Aaron Paul, dijo que tuvo conversaciones series sobre su aparición en este spin off pero que al final no llegaron a un acuerdo.

Aunque en la serie su verdadero nombre es Jim Mcgill, se cambia el nombre a Saul Goodman porque suena como Its all good man.

Cada episodio tiene una secuencia de apertura diferente.

La frase característica de Saul (Jimmy) “It´s showtime, folks!” es una referencia a la película All That Jazz.

Vincent Gilligan tenía la idea de poner en forma a Better Call Saul y luego dejarle el show a Peter Gould, pero el proceso creativo fue tan satisfactorio para él que decidió meterse de lleno.

Bob Odenkirk y Julie Ann Emery participaron en la serie Fargo.

La serie fue filmada con dos cámaras 4k al mismo tiempo. Mientras Breaking Bad se filmó en 35 mm.

En la primera escena el personaje Saul está en Nebraska, él también participó en la película llamada Nebraska.

Jeremy Shamos y Julie Ann Emery, que interpretan a los Kettlemans, tuvieron libertad para improvisar ya que a los productores les gustó mucho la dinámica que tenían juntos.

El primer episodio sucede cronológicamente el 15 de mayo del 2002, solo unos pocos días después que en la vida real terminara la serie X Files, serie en la que Gilligan trabajó también.

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