LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

Tag archive

Christopher Nolan

CINE: Dunkirk / Dunkerque

Por: Mónica Heinrich V.

En el filme Their Finest (2016) se aborda con humor el rodaje de una película post-Operación Dynamo diseñada para manipular a la opinión pública sobre la mayor retirada militar de la historia. El protagonista que interpreta a un guionista dice: “Alguien tiene que escribir la bazofia”, con bazofia se refiere al argumento propagandístico de las películas de la época. En dichos argumentos intervenían hasta los ministros para asegurarse de un correcto y útil uso del cine. Ese mismo personaje se verá ante la disyuntiva de contar una “mentira” y crear héroes ficticios reconstruyendo lo sucedido en Dunkerque. Para justificarse dirá con cinismo: “todos escogemos nuestras verdades”.

Es evidente que Cristopher Nolan con su Dunkirk también escogió la suya.

Antes de evaluar el resultado global de la película de Nolan, vale la pena reconocer que estamos ante un hermoso filme. Visualmente cuidado, fotografiado con la magia y el talento del suizo Hoyte Van Hoytema (Her, Interstellar, Spectre), un notable departamento de arte y vestuario con excelentes recreaciones y además la música machacona del gran Hans Zimmer imprimiendo angustia y desazón en los momentos indicados.

Nolan, por su parte, dirige esta película sin perder su impronta: el juego de los tiempos tantas veces visto en su filmografía, el privilegiar el efecto sobre el contenido y un sólido manejo de la tensión.

Así, el cineasta inglés toma el “milagro de Dunkerque” y lo convierte en película.

Se conoce como “el milagro de Dunkerque” a la evacuación exitosa de casi 400.000 soldados ingleses, franceses y belgas de las costas francesas durante la Segunda Guerra Mundial.

Dunkirk está narrada desde tres escenarios, tres temporalidades, tres grupos de hombres: 1) Soldados en Dunkerque en tierra luchando por sobrevivir en el transcurso de una semana 2) Un trío de rescatistas civiles a bordo de una embarcación en el transcurso de un día y 3) Un trío de pilotos ingleses en el transcurso de una hora tratando de controlar los cielos mientras el rescate se consigue.

Hay aciertos en las decisiones de Nolan a la hora de presentar su historia: uno de los más grandes es la presencia abstracta de los nazis como sinónimo de amenaza y muerte; en esa misma línea la ausencia de un montaje paralelo de oficinas o cuarteles con políticos y grandes generales tomando las decisiones también es destacable, porque para los soldados en peligro esas figuras eran nombres en los que no se pensaba cuando solo se trataba de sobrevivir; otro punto alto es el protagonista que no es un protagonista descollante, que es uno más de los 380.000 esperando el rescate; funciona, también, la historia entrelazada entre la playa, el mar y el aire, la guerra abarcándolo todo y hasta el juego de los tiempos demostrando que la guerra en una semana, un día, una hora, sigue siendo igual de jodida y peligrosa.

Este guion lleva en la mente de Nolan veinticinco años, aunque por su magnitud decidió esperar y ganar más experiencia haciendo otras películas antes.

El británico sabía lo que quería: una película compacta (es su película más corta junto con Following (1998), su ópera prima), sin sangre a borbotones y anclada en el suspenso y la supervivencia.

Los primeros 30 o 40 minutos de Dunkirk son emoción, sugestión, y sutileza en partes iguales. Nolan te mete de a poco en la impotencia de esa gente atrapada y abandonada a su suerte. Es a partir del último tramo donde Nolan adopta el camino más convencional ya conocido del género: ir cerrando la historia de tal manera que el halo heroico caiga aunque estés tratando de decir que en la guerra todos perdemos.

Los personajes terminan de volverse en contra del guion cuando este intenta desarrollarlos, por ejemplo el chico al que le chantan el detalle telenovelesco pero que tiene tiempo para contar anécdotas sobre su deseo de trascender como héroe: escena más cercana al último cine pipoquero y decadente de Spielberg. Lo mismo sucede con Tom Hardy como Farrier. Sus últimas secuencias donde renuncia a hacer lo más lógico y sucede algo más bien improbable, son el remarcado a un estoicismo barato que vende. Finalmente, el cierre del filme solucionado con la lectura del periódico o el discurso de Churchill, fue un recurso muy facilista para una película que prometía más riesgos.

Si bien cuenta con actores más que cumplidores (Mark Rylance, Kenneth Brannagh, Tom Hardy, Cyllian Murphy) hay pocos diálogos pero los pocos que se dijeron se me antojaron cursis, discursivos y forzados.

Con esto no quiero decir que no vale la pena ver Dunkirk, Nolan a pesar de los peros a su trabajo filma con maestría un gran espectáculo. Porque esa es la palabra que se le acomoda: “espectáculo”. Un espectáculo al servicio de una emoción básica como es el arraigo al hogar. El trailer de la película no deja lugar a dudas: “Cuando 400.000 soldados no pudieron regresar al hogar, el hogar fue por ellos”.

En la realidad, esa más descolorida y menos heroica, el milagro de Dunkerque fue la hasta hoy inexplicable decisión de los altos mandos nazis de no “rematar al enemigo”. El ejército de Hitler pudo dar una estocada mortal a los aliados y no lo hizo. Hay muchas teorías: su incapacidad estratégica, las ganas de Hitler de esperar a su escuadrón favorito para continuar y llevarse la gloria, reservar las fuerzas de sus tropas para una operación más importante o llegar a un acuerdo diplomático con Inglaterra.

Sí, ya sé: esta es una ficción no una lección de historia, pero como una película que usa la muletilla de «basada en una historia real» crea sí o sí imaginarios sobre hechos históricos. También está claro que la grandilocuencia de Nolan no aspira a hacer una película sobre la guerra, él mismo lo ha dicho en entrevistas, su visión es más bien la de un thriller de supervivencia,  aunque esas sean las intenciones verbalizadas del director el jolgorio de la llegada con que se recibe a los soldados, las tomas de las pequeñas embarcaciones acompañadas de música épica hacen exactamente lo que la película tibiamente cuestiona: sirven de inspiración unificadora para seguir mandando hombres al frente de cualquier batalla: Si nuestros soldados tienen problemas no importa el tipo de guerra que sea, hay que apoyarlos, eso es ser héroes.

Entiendo que el contrapunto es el trauma del personaje de Murphy, el shock de los soldados al verse recibidos como héroes a pesar de que es obvio que se trata de una derrota. La luz de la película, sin embargo, elige dirigirse a los civiles que uno rescatan a sus soldados y dos los reciben con amor en su retorno a casa.

Mientras Nolan concluye su filme con un sentimiento patriótico sobre el gran espíritu inglés (muy acorde a estos tiempos del Brexit) podemos olvidar un segundo que las embarcaciones civiles no solo fueron inglesas, también mandaron sus embarcaciones Francia y Bélgica. Olvidaremos también que el perímetro que posibilitó el rescate era sostenido por siete divisiones de soldados franceses, muchos de los cuales fueron capturados o asesinados por los nazis después de la evacuación exitosa de la Operación Dynamo. No se mencionará la significativa contribución de las tropas indias. No vale la pena saber que los soldados varados fueron reclutados entre los millones de desempleados británicos, que estaban pobremente armados y no tenían motivación alguna para morir en una guerra que aún no entendían. Tampoco interesa que semanas después, y lejos de heroísmos, Paris fue invadida por los alemanes.

Nada de eso importa, lo que pasó a la historia es la creencia hábilmente construida por Churchill del “espíritu de Dunkerque”, Nolan escoge esa verdad y la lleva hermosa pero algo vacía a la pantalla gigante.

Lo mejor: un acabado hermoso. Lo peor: cierta cosa patriotera disfrazada de relato thrillerintimista de la guerra La escena: la secuencia inicial que define el tono de la película, y por tensión la escena cuando se descubre que Gibson es francés  Lo más falsete: la ceguera al pedo del chico, la actitud del personaje de Rylance todo preocupado por los soldados y que le importa tres carajos el chico herido, la subida del grupo al barco encallado en zona enemiga, el espíritu de Dunkirk El mensaje manifiesto: se escogen las verdades El mensaje latente: es fácil manipular a los demás para que crean tu verdad El consejo: ¡Vela en versión subtitulada! Además de las opciones siempre en VIP y más costosas del Cinemark, el Multicine está poniendo horarios hermositos para ver películas subtituladas. Nada como el cine en versión original. El personaje entrañable: los 40.000 soldaditos que se quedaron defendiendo el boliche mientras el resto se evacuaba El personaje emputante: los hombres que toman las decisiones que terminan con la vida de tanta gente  El agradecimiento: porque es una película filmada impecablemente.

CURIOSIDADES

  • Sabiendo que los soldados que estuvieron en Dunkirk eran jóvenes sin experiencia, Nolan quiso contratar para sus soldados actores desconocidos.
  • A Nolan se le pagó 20.000.000 de dólares y el 20% de la taquilla, el mejor acuerdo logrado por un director desde el que consiguió Peter Jackson en el 2005 cuando hizo King Kong.
  • La película usó cerca de 50 embarcaciones reales, la mayor cantidad de barcos puestos en escena hasta la fecha.
  • Es el tercer filme escrito enteramente por Christopher Nolan: los otros fueron Following (1998) e Inception (2010).
  • Michael Caine sale en Dunkirk. Su voz se escucha en los intercambios por radio con el piloto que interpreta Tom Hardy. Esta sería la séptima participación de Caine en un filme de Nolan.
  • El sonido del reloj que se escucha en la película fue grabado por Hans Zimmer de un reloj de bolsillo que usa Nolan.
  • Cuando la emergencia de Dunkerque ocurrió, Churchill levaba como Ministro apenas 16 días.
  • Es la quinta participación de Cyllian Murphy en un filme de Nolan.
  • Es la sexta participación de Hans Zimmer en un filme de Nolan.
  • El guión tenían 76 páginas.
  • Se usaron alrededor de 1000 extras.
  • Cuatro contingentes de soldados indios participaron en la resistencia de Dunkerque.
  • Es la décima película de Nolan, sin contar un corto y un documental que hizo. Es la primera película ambientada en una guerra y la primera que hace basada en un hecho real.

EN CARTELERA: Interstellar

Queridos y queridas:

Hoy, noviembre de 2014, a punto de que el año reciba el dulce beso de la muerte, escribo estas líneas sumida en el desconcierto que me provoca la ola de alabanzas que está recibiendo ese esperpento llamado Interstellar.

Interstellar-vida
Me parece que vi un lindo gatito, Murph.

Ajá, rotulé como esperpento a la última película de Nolan, la que es tomada como biblia de la diversión y profundidad cinéfila en algunos agujeros negros de la red, la que hará que me putee a los gritos con los nolanbelievers, y la que supuso, para mí, el punto de inflexión con el trabajo de Nolan.

Este despelote, bien analizado, ya se lo veía venir. Nolan ha tenido una carrera plagada de excesos pero siempre sobresaliendo por la magnificencia de esos excesos, siempre dejando que obviemos la estupidez, la dejadez narrativa, en pos de una experiencia en la butaca que resulte a grandes rasgos satisfactoria.

Nos pasó con El gran truco, en la última Batman o en Inception donde los enrevesados tejes y manejes de la trama dibujaron un signo de interrogación en la cara de más de uno, y claro, lo que se ignora solo puede dar pie a dos actitudes: Poner altares y flores, hincarse de rodillas y rezarle a una imagen hecha de madera o tratar de entender, ver qué no cuaja, qué no se explica, qué no funciona para mirar hacia otro lado luego de la disección.

Interstellar resume todos los vicios y mañas vistos a lo largo de la filmografía Nolan (hermanos Nolan) y ojo, a mí me gustan los Nolan: Peca de excesiva, pretenciosa, intenta meter tramas sobre subtramas para disfrazar el vacío de la premisa principal, y tiene situaciones que desafían cualquier grado de sentido común e inteligencia.

No voy a ser mentecata y a decir que lo que no me gusta de Interstellar es la falta de precisión científica, creo que da lo mismo si el agujero negro rota, se revuelca o escupe galletas con la cara de Hello Kitty, o si el agujero gusano lleva a otra Galaxia o a Porongo, da exactamente igual.

Lo que me emputó fue la falta de coherencia de los personajes y de las situaciones, y una sensación de tomadura de pelo general que me distrajo de los momentos “ñoños-sobrecogedores” en los que debía sumergirme cual si fuera una piscina de leche de burra.

Y aquí Matthew haces esto, aunque no lo entendás
Y así Matthew, vos que hiciste papelazos, que el año pasado ganaste un Oscar, harás de Cooper

Voy a pasar a contar la película tal como la viví, voy a soltar spoilers como lluvia de confetti.

Será largo y pajero, como corresponde a una película larga y pajera.

SPOILERS (recalco porque nunca falta un despistado)

DE CÓMO UN ACTORAZO COMO McCONAUGHEY HIZO EL PAPEL DEL BOLUDO COOPER

Estamos ante un escenario distópico. El ser humano sobrevive como puede. Los cambios climáticos han dado paso también a tormentas de polvo/arena/loquecarajossea y eso hace que el alimento esté en los últimos toques y despegues.

Cooper (Matthew McConaughey) un ex ingeniero espacial/piloto devenido en granjero, quedó viudo y con dos hijos pequeños (chico y chica). A la familia disfuncional en un futuro distópico acompaña el suegro de Cooper interpretado por Trinity (John Lithgow).

Pasan los primeros minutos en onda contemplativa para contarnos la vida de estos crispines y su difícil día a día. No se ahonda mucho en política ni en aspectos sociales de cómo se mueve esta sociedad moribunda porque como no hay ejércitos, ni nada de nada, el disparate que supone el argumento llegaría a niveles de abandono de sala.

Murphy, la hija menor de Cooper (la adulada, la preferida, porque el otro pobre hijo está de adorno), empieza a percibir fenómenos extraños en la casa y dice que hay un fantasma que le envía mensajes. Sí, sí, I see dead people. Luego de unos cuantos bailoteos alrededor de esa idea, OH!!!! SORPRESA!!! Cooper interpreta (así nomás) que unas marcas de polvo que quedan después de una tormenta son coordenadas de un lugar misteriosísimo al que (OBVIO) hay que ir.

“Hermosa” epifanía.

Youngmurph
Hola, soy Murph, decodificadora de mensajes de aquí, de allá y de más allá.

Porque se le cantan los huevos a los guionistas (hermanos Nolan) el don parte en busca de resolver esa inquietud acompañado de Murph (la hija) que se da maneras para colarse en la aventura.

Después de manejar un buen rato, llegan a una verja, y pa dentro curiosos e impertinentes visitantes.

Resulta ser que en medio de la hambruna, la pobreza y el caos que supone el fin del mundo, Estados Unidos mantuvo en “secreto” una instalación de la NASA, desde donde se creaban misiones y se despachaban cohetes como si nada y la gente de los alrededores no se daba cuenta de que había “cosos” volando por el aire ni se preguntaban acerca de la gigantesca instalación que se necesitaría para crear bichos de ese tipo, poner una pista de lanzamiento e infinitos etcéteras.

Ok, estaba alejado, había preocupaciones más importantes del campesino promedio y bla bla bla. OK.

Corte. Vemos a Cooper siendo interrogado por el robot-estante más pelotudo que he visto en la vida, lo siento amantes de TARS/CASE/KIPPER, pero la escena me recordó vívidamente a ese capítulo choto de Friends en el que Joey está emocionado por una serie de televisión en la que es protagonista junto con un robot, la serie se llamaba Mac&Cheese (espacio para asumir que sí, que el robot-estante se creó para nada más que tener a quién botar al agujero gusano y hacer el pase de datos).

Nosotros sí sabemos que sos un robot trucho
Nosotros sí sabemos que sos un robot trucho

Por si ya no hiciera ruido la llegada mesiánica y de ribetes divinos a dicha estación de la NASA, el menso de Cooper se topa cara a cara con el Profesor Brand (Michael Caine), que OH!!! sorpresa de nuevo!! y jugarreta del destino, era su mentor antes!!

Ahí también está una bióloga, hija de Brand (Anne Hathaway) que se la pasa con las manos en los bolsillos y haciéndose la cariñosa con Murph.

Luego interrogan a Cooper, le preguntan que qué hace ahí, él cuenta lo de las coordenadas, nadie ahonda sobre eso ni se pregunta cómo el universo conspiró coelhianamente para llevar a Cooper y a su hija a tan recóndito escondite. Nadie dice: “Oye, qué raro ese temita de las coordenadas ¿no? Qué raro que este don aparezca de la nada”

Acto seguido, deciden que ya que está ahí y vio la luz, sea el piloto de la próxima e importantísima misión que están pensando llevar a cabo para salvar a la humanidad. Porque sí, porque han interpretado que el agujero gusano cerca de Saturno es un MENSAJE de unos seres pentadimensionales para que podamos salvar nuestros polvorosos cuerpitos humanos. Gracias, oh, seres quintadimensionales. Gracias por darnos ese mensaje y no decirnos cuál planeta era el que servía.

WTF.

Sí, de la nada (enésima repetición de la palabra nada) le ofrecen el puestito a Cooper que ni pestañea y el fulano Brand le explica con pelos y señales plan a y plan b. Plan A, volver al planeta Tierra y salvar a sus habitantes, plan B colonizar con embriones (que llevan consigo) otro planeta y dejar que la Tierra se las apañe. Y claro, Cooper tampoco reflexiona mucho qué onda, porque oh! Qué divertido volver a pilotar, oh! Qué interesante el plan de salvar el mundo! Oh! Por ahí no vuelvo a ver a mis pobres hijos ya huérfanos de madre, por ahí no veo crecer y/o morir a Murph mi hija predilecta, la niña de mis ojos, pero VOY! Claro que voy, mañana mismito me voy con ustedes desconocidos científicos que hasta la fecha no han hecho nada por nosotros.

Así, cual héroe de fina estampa, Cooper decide partir no sin antes comunicarles las “buenas nuevas” a sus hijos. El hijo adorno lo despide como si estuviera yendo a comprar Marlboro y Murph se pone histérica para luego decirle que ha descubierto OTRO mensaje del supuesto fantasma en clave Morse que dice STAY (quédate), Cooper que creyó en los mensajitos de la arena y las coordenadas pelotudas de la estación de la NASA, no se problematiza ni ahí con ese dato. No.

Adiós, Murph. Nos vemos en 123 años.
Adiós, Murph. Nos vemos en 123 años.

Tampoco le dan una clasesita de pilotaje, porque a pesar de los años pasados y de los avances de la ciencia, Cooper es tan talentoso como para lidiar con la ENDURANCE (nave espacial) y MÁS.

Todo este dramita familiar es la primera parte de la película.

DE CÓMO UNA PELICULA CHOTA COMO INTERSTELLAR ES PUESTA A LA PAR DE 2001 ODISEA EN EL ESPACIO

Sí.

En serio, sí.

Hay naves espaciales, hay robots, hay astronautas y paren de contar. Kubrick debe estar pateando el cajón con ganas de prendernos fuego a todos, para eso uno se muere con obras maestras sobre la espalda.

Mientras que la suya fue una película que rompió moldes, que en narrativa, en arte, en vestuario, en música, en todo lo que uno pueda mencionar como elemento de cine está a años luz de cualquier otra con temática similar, Interstellar se estrella en el lugar común, en lo ya visto:

– Héroe abnegado, rebelde, antisistémico que al final no seguirá las reglas sino que hará las suyas, y que sacrifica familia por un bien común

– Personaje que era bueno vira en malo para que haya un antagonista sorpresivo

– Chota historia de amor a la fuerza

– Resentimientos familiares producto de la acción heroica que luego serán subsanados en un glorioso y emotivo encuentro.

Prosígome.

En el espacio la trama girará alrededor del objetivo a cumplir que es salvar la tierra y de lo triste/atormentado que está Cooper por el tema de sus huérfanos, esos que abandonó sin mucha reflexión.

Veremos el viaje, el “aventurero” viaje de esa abnegada tripulación, contaremos con el personaje de Amelia Brand (Hathaway) que al principio se la ve con aires de mucha eficiencia pero que luego resulta absolutamente inoperante a excepción de la parte en que salva la vida del boludo de Cooper y cuyo macabro futuro es de incubadora/madre de las nuevas generaciones humanas.

images-1

Está Romilly, el físico que al partir se fatiga por el encierro y la posibilidad de pasar años ahí y luego cuando ocurre el desfase temporal y Brand-Cooper regresan 23 años después, está en onda zen casi casi haciendo origami. Seh…seguro. También vemos al pobre Doyle, un geógrafo cuyo único fin en la película es morir de la manera más inoficiosa del mundo. Y ya para rematar: TARS/CASE con su dosis de humor, sarcasmo igual a -0.

Ya puestos en materia, luego de fallar en la elección del primer planeta (el de las olas gigantes) vuelven para decidir ir al planeta del Dr. Mann (Matt Damon). Solo les queda algo de combustible y deciden ir al planeta de ese fulano por encima del Edmunds, novio de Amelia que tenía mejores datos. ¿Quién decide esa huevada? Cooper, claro.

Llegan ahí y resulta que Damon se nos había tronau y él que lideró a un equipo de 11 personas, que era un capo de capos, que era el héroe del boliche, que era una de las mentes más brillantes, el que prácticamente era el papi chulo de la ciencia junto con Brand, él que era un sensei del pilotaje (más avanzado que Cooper), muere tratanto de acoplar su nave a la otra, también, de la manera más estúpida del mundo no sin antes llevarse consigo a Romilly, en otro episodio de 1001 maneras estúpidas de morir.

¿En serio moriré así?
¿En serio moriré así?

Los baches argumentales son tan hondos como los pozos que encontrás de ida a las Lomas de Arena.

Murph ya creció y desperdician a esa gran actriz que es Jessica Chastain en su versión adulta. La fulana nunca perdonó la escapada del padre pero cuida con mucho mimo a Brand, el hombre que se lo llevó de su lado. Ahí descubre que lo del plan A nunca existió porque Brand siempre supo que solo había Plan B (jódanse terrícolas) y Murph se lo dice en mensajito virtual al padre y a la Amelia.

Más baches argumentales de por medio, muere el profesor Brand, el tiempo sigue pasando y Murph va a pasearse por su vieja casa donde ahora vive el hermano-hijo adorno con su mujer/hijo adornos y encuentra un reloj que su padre le dio antes de partir.

En ese punto, Cooper ya es parte de la quintadimensión y es el ser pentadimensional. Eso previo sacrificio del robot y escena similar a la del personaje de George Clooney y Sandra Bullock en Gravity (el combustible no alcanza para los dos, mejor me dejo ir y vos sobreviví Amelia, sobreviví por mí, por ellos, por nosotros).

Bueno, está Murph queriendo que su hermano y su familia abandonen la casa y para eso le prende fuego a su cosecha, brillante decisión. Mientras se pasea dentro de la casa con el maldito reloj ve que las manecillas se mueven e INTERPRETA-porque la película es una oda a la decodificación de mensajes escondidos- que es SU padre diciéndole en MORSE un montón de huevadas.

Murph sale reloj en mano como una poseída diciéndole a su hermano lo del mensaje y luego CORTE.

Elipsis temporal, la criaturita del señor terminó una teoría que salvaría a la humanidad, corre por los pasillos de la NASA con los papeles en su mano y los bota por un balconcito al grito de EUREKA.

Mil veces cojudos.

Hola, soy Murph. Ya crecí y sigo decodificando mensajes de acá, de allá y de más allá
Hola, soy Murph. Ya crecí y sigo decodificando mensajes de acá, de allá y de más allá

Cooper que está en la quintadimensión derrepente despierta y OH! Murph había conseguido sus coordenadas y envió a un equipo a rescatarlo.  Claro que el desfase temporal hace que Cooper siga igualito y Murph ya esté anciana a punto de morir. Nadie se pregunta por el hijo adorno y su respectiva familia adorno. NO ES NECESARIO.

Cooper va a ver a Murph a su lecho de muerte en un cuarto de hospital y Murph le dice que vaya a buscar a Brand con discursito lacrimoso incluido. Mientras Coop se va con esa nueva misión, ingresa al cuarto todo el familión de Murph (hijos/nietos/bisnietos/whatever) que seguro deben haber crecido escuchando las historias sobre ÉL, el abuelo perdido en el agujero gusano que ayudó a salvar el mundo y que ha sido rescatado y que está igualito que cuando se fue, pero nadie al entrar saluda al don, ni dan muestras de ser seres humanos medianamente normales. En caso de que NO sepan quién es, nadie dice nada acerca de ese extraño que llora junto a la vieja. Escena coreografiada al pedo y que no tiene ningún ápice de sentido.

pvSLN1O

Según la rocambolesca historia, para Cooper han pasado más de 100 años, sehhh! Y para la tierra deben ser unos 70 u 80. Nuevamente, no importan los grandes adelantos científicos, COOPER está en condiciones de ir a la NASA y robarse una nave espacial, manejarla como si fuera una bicicleta-triciclo e ir a buscar a la mamerta de Brand que anda deshojando margaritas en su colonia.

FIN.

Planeta Tierra, Santa Cruz Bolivia, sala de cine, 2014, seres tridimensionales: unos cuantos llorando a moco tendido, otro porcentaje con cara de haberse dormido en varias partes de la película, otros con cara de quécarajospasóaquí y otros con cara de haters.

Porque así es la vida y el mundo, hay para todos los gustos.

En un accidentado y no menos pajero resumen:

Para no decir que todo está impregnado de mierda:

Interstellar sigue siendo una película cuya factura es superior a la media. Buena fotografía del suizo Hoyte Van Hoytema (Her, Let the right one in, Fighter, El topo), aunque no arranca ningún asombrado suspiro. No vi nada a nivel fotografía que me apantalle. No alcanza ni la fastuosidad de 2001, Odisea en el espacio ni lo visto en Gravity, por decir algo.

Una banda sonora de Hans Zimmer que muchos alaban, y que a mí me pareció hasta por ahí nomás. Semi-eclesiástica edulcorando momentos ñoños y enfatizando momentos «intensos».

Actuaciones cumplidoras dado el disparate de guión. Había líneas de los diálogos que me causaban risa porque me imaginaba cómo los actores las ensayaron.

Hay que reconocer también que hay momentos que sí son «emocionantes» como por ejemplo cuando regresan y el negro está viejo, o cuando pasa lo de las olas gigantes, o cuando Matt Damon casi asesina a Cooper, o cuando éste se lanza al agujero gusano, situaciones que están diseñadas para eso.

Agreguemos los huevos de Nolan para hacer una trama tan enrevesada sin despeinarse/ni ruborizarse y lograr el asesoramiento  de uno de los grandes científicos contemporáneos Kip Thorne (padre de la teoría del agujero gusano) aunque en  global, ante mis resentidos ojos, haya sido en vano, más o menos echarle margaritas a los chanchos.

También destaco que a Nolan no le guste el asqueroso 3D y no nos haya sometido a la tortura que me supuso su película con los desagradables lentes.

No todo está impregnado de mierda, pero lo que sí está impregnado apesta

Al final es una película lenta y  tonta, que no termina de ser ni el puto blockbuster ni una película de autor.

Es engañosa, y por eso permite ene pajeos de las interpretaciones del agujero negro, gusano, y del asterisco más si les da la gana. Ni siquiera quiero meterme en esa bañera séptica que supone la paradoja de Cooper, ELLOS, y  el círculo de acciones y la imposibilidad de que la acción inicial que da razón al resto se produzca sin otro evento catalizador. Eso me da igual, yo vi una obra de 3 horas llena de baches en el guión que no voy a intentar tapar bajándome manifiestos de internet.

Respeto que existan seres tridimensionales que la encuentren emotiva, divina, hermosa, espectacular. No es mi caso. La encontré aburrida por ratos, irritante la mayor parte del tiempo, y un desperdicio de plata y grandes actores. No la vería de nuevo ni pescándola en el zapping.

No puedo creer el sinsentido!
No puedo creer el sinsentido!

Lo mejor: cuando termina Lo peor: las tres largas y eternas horas que te tortura La escena: lo de eureka fue un poquito too much Lo más falsete: todo, desde el inicio hasta el final El mensaje manifiesto: podés ver mensajes en las grietas de tu baño o en cómo se caen tus libros y nadie pensará que estás loco El mensaje latente: lo tópico no cansa a la platea El consejo: vela, igual puede que seás del porcentaje de seres tridimensionales que no la odian El personaje entrañable: ninguno, esta vez quería que todos mueran en una sangrienta explosión planetaria El personaje emputante: el más, más? Cooper, seguido muy de cerca por Murph El agradecimiento: por no sufrirla en 3D.

EN CARTELERA: Man of steel (El Hombre de Acero)

Un filme de criptonita

Ahora sí. Ha pasado tiempo suficiente para que una buena parte de ustedes haya visto Man of Steel y gracias a eso podamos mandarnos a la mierda con propiedad. Se abre el debate de lo que nos gustó y no nos gustó de esta descafeinada versión del hombre de acero.

man-of-steel-fan-art-wallpaper-superman-34401255-1920-1080
Oh! Puedo volar

Si bien nunca he sido fan de Superman, le tengo un respeto/cariño especial al Superman de Christopher Reeve, así paupérrimo  y todo marcó generaciones convirtiéndose en un clásico.

Varias veces intentaron recuperar la mítica figura y hacerla acorde a los ajetreados tiempos en los que vivimos, pero siempre el fracaso puso a los crispines en su lugar y les escupió en la cara que los clásicos no se tocan ni se mejoran, solo se imitan pobremente.

Este 2013 nos bombardearon hasta decir basta con un hermoso tráiler que prometía una reinvención, una revisión, un orgasmo narrativo, un tecito con leche y fritos de almidón, un…bueno…prometía algo diferente.

Debimos sospechar que algo iba a salir mal cuando decidieron que el nuevo héroe no lleve sus tradicionales calzoncillos por fuera, eso debió prepararnos para lo peor, pero uno se ilusiona, el pinche tráiler era tan épico y la historia tenía en sus créditos a Christopher Nolan, que la esperanza brotó en medio del estiércol y arrojó una tímida flor.

El director Zack Snyder saltó a la fama con 300 (2007), que particularmente disfruté aunque ya desde entonces brillaba una característica en su estilacho: los excesos. A ese cromado experimento, le siguieron Watchmen (2009) donde tendrías que ser muy hijo de puta para arruinar una historia del gran Alan Moore, y en la que Snyder bordeó  la delgada línea que separa lo aceptable de lo estridente. Luego vino la bizarra Ga´Hoole (2010), y finalmente Sucker Punch (2011), filme en el que todos los defectos de Snyder se metieron mano en la oscuridad.

Con esos antecedentes era muy difícil que el tipo surja entre las cenizas y haga que mi flor nacida entre el estiércol, crezca, se convierta en árbol y encima provea unas cuantas cestas de mandarina. Sin embargo, lo dicho, tenía en sus créditos como productor a Christopher Nolan, autor de la trilogía de Batman y de Inception, así que uno se imaginaba que el uno con el otro y el otro con el uno harían algo bueno.

Tanta cháchara para decir que el mentado día de estreno lo que podía salir mal, salió mal.

Snyder se decanta por contarnos los orígenes de Superman. Krypton se encuentra a un paso de sus destrucción, el científico Jor-El (Russel Crowe) decide enviar a su hijo recién nacido, Kal-El, a la Tierra, con la idea de que sobreviva y lleve en sus células el código genético que preserve la raza kriptoniana. En Krypton andan enfrentados por la necesidad de iniciar un éxodo y por “diferencias irreconciliables” dirían en Hollywood. El malo maloso es el General Zod (gran Michael Shannon) que bien mirado, no deja de tener razón cuando da su golpe de Estado. Digo, esos viejos mamertos estaban esperando la muerte con piñata y mariachis.

Man-of-Steel-General-Zod-armor-570x415
Después de Take Shelter, tener que hacer este papel me cabrea

Luego de esa laaaaargaaaaa introducción donde todo es explicado detalladamente, vemos qué paso con el niño, con Kal-El. Pues el don cae en Smallville y ahí lo adoptan los Kent (Kevin Costner y Diane Lane).

Señores, ese es el nacimiento oficial de Clark Kent.

Cuando termina el aburrido desarrollo que nos lleva a los Kent, se intercalan momentos del presente (Clark ya es grandecito, musculoso y bien plantau) con la infancia traumática y “bullyngeada” del protagonista.

Clark ha crecido algo acomplejado (podemos decirlo) y creo que gracias al sonso del padre que siempre lo llenaba de discursos boludos. La escena de papá Kent y el tornado es lo más choto que he visto desde la muerte de Marion Cotillard en Batman: el caballero de la noche asciende.

A eso sumémosle que el pobrecito actor Henry Cavill (Clark Kent/Superman) es realmente el hombre de acero: tieso, sin expresión, frío.

Gracias a sus complejos galopantes, Clark anda vagando por la vida sin trabajo fijo ni rumbo definido, eso sí, en excelente estado físico. Ajá. No voy a revelar más de la trama, solo decir que suceden los encuentros más tontos del mundo, claro, porque hay que ver a Luisa Lane (Amy Adams), y entender cómo ese tipo traumado y algo estúpido se convierte en un súper héroe.

Cuando ya lo vemos con el trajecito, el puchichi estalla y la hecatombe de efectos especiales arrasa con todo. Secuencias de acción e-t-e-r-n-a-s, una destrucción de edificios tan larga que es como si no tuvieran más que poner y quisieran alargar la trama con tanto vidrio y cemento roto. En realidad, es una escena muy parecida a la de Transformers (2 o 3, ya no recuerdo) con la diferencia que en esa Transformers por lo menos había la escena del edificio inclinado y aquí es solo el boludo dando tumbos por todos lados.

SPOILERS

Quizás lo que más me emputó aparte del holograma de la conciencia del papá Rusell Crowe, es la estupidez de relación entre Luisa y Clark Kent, cómo se conocen, la doña escalando un risco de hielo en medio de la noche o el amanecer con su camarita, el don entregándose a Zod y Zod pidiendo a la doña pa llevársela a la nave. Encima, los dos tienen nula química, si el futuro de la raza humana dependiera de las chispas entre esos dos, sería la extinción segura. Hay elementos  muy muy pobres. La forzada escena del final, cuando cosito ya es el Clark Kent hipster que se anunciaba, y el texto de la soldadita diciendo lo que pensamos pero que no había necesidad de remarcar, son solo algunos de los momentos en que te preguntás cómo pueden gastar tanta plata al pedo.

FIN DEL SPOILER

El hombre de acero relata el nacimiento de Superman y el encuentro con su veta heroica. Lo “oscuro” que prometía el tráiler queda limitado a la corrección de color y lo “íntimo”, “espiritual”, se diluye entre tanto escombro y la cara de estreñimiento de Cavill.

Esperame, Amy. Voy al baño
Esperame, Amy. Voy al baño

Por momentos, sentís ese halo épico que quisieron impregnarle, pero al final todo se derrumba y queda más aburrido que mono en bonsái.

Destinada al entretenimiento mínimo, plagada de textos clichés y escenas cursis que provocan ganas de meterse un lapicero a los ojos, Man of Steel decepciona.

Eso no quita que la parte técnica sea aceptable, la fotografía del iraní Amir Mokri tiene sus momentos, recordemos que Mokri también ha fotografiado Transformers, el lado oscuro de la luna, Coyote Ugly, El señor de la Guerra, entre otras, los efectos especiales están bien conseguidos aunque no haya momentos wow y la música de Hans Zimmer cumple con su labor de acompañar las escenas, a pesar sonar algo repetida.

¿Vale la pena el 3D? No. No hay motivo alguno que haga que pagar extra por verla en 3D se justifique.

La prometida reinvención de Superman y la mayor espiritualidad quedan a medio camino. Desgraciadamente, Snyder cae en los excesos que han caracterizado su filmografía.

Los fans de Christopher Reeve pueden descansar, en el reino de Krypton, Reeve seguirá cómodamente sentado en el trono.

Lo mejor: el trailer

Lo peor: que el trailer nos mamó

La escena: diré que la de la soldadita y su calentura, por tonta

Lo más falsete: el tono épico

El mensaje manifiesto: el tráiler no siempre tiene la razón

El mensaje latente: no es fácil hacer una película memorable

El consejo: para verla mientras jugás Candy Crush

El personaje entrañable: Mamá Kent y perro Kent

El personaje emputante: La conciencia de Russel Crowe

El agradecimiento: que no hice la cola de medianoche y no salí a las 3 de la madrugada rayada

CURIOSIDADES

Darren Aronofsky, Duncan Jones, Ben Affleck, Tony Scott, Matt Reeves y Jonathan Liebesman fueron considerados para dirigir el filme antes que Snyder haya sido elegido.

Ben Affleck rechazó dirigirla porque no tenía experiencia en la filmación de escenas con VFX (efectos especiales) y dijo que la experiencia le ha enseñado a no agarrar películas basándose en el presupuesto sino en lo él puede aportar a la historia.

Matthew Goode, Armie Hammer, Matt Bomer, Joe Manganiello, Zac Efron y Colin O’Donoghue fueron considerados para interpretar al súper héroe.

De acuerdo a distintas fuentes, debido al éxito de la franquicia de Batman, se habló con Nolan y Goyer para que sean consultores de guión de A man of Steel, dicen que cuando Snyder quedó como director, Nolan decidió tomar control de toda la historia y él mismo junto con su equipo creativo (Goyar) manejar la historia. La esposa de Nolan lanzó este lindo y tierno comentario: “Ellos (Nolan y Goyar) entregaron un guión apropiado y ahora es la película de Snyder”.

Vigo Mortensen fue considerado para el rol de Zod.

Henry Cavill actuó en Prueba de Vida como extra, en ese entonces era un niño y Russel Crowe le dio su autógrafo y lo animó a que continúe en la actuación.

Henry Cavill tuvo un riguroso entrenamiento para alcanzar la musculatura que deseaba la producción.

Al Zod original (de las pelis de Reeve) Terrence Stamp, la película no le gustó mucho y así la debatió en un baño con algunos fans de la saga que no podían dar crédito de que se encontraban con el mismísimo Zod.

Go to Top