PROYECTO 1001: 3) The Birth of a Nation / El Nacimiento de una Nación (1915)

Hay algo muy vomitivo en El Nacimiento de una nación.

Cierta repulsión que se genera hacia Griffith, hacia lo que la película ensalza, hacia algunos seres humanos, y hacia los que ponen a esta película como ejemplo de obra maestra.

Curiosamente, me vi otras películas de Griffith antes de la que nos ocupa y fue por eso que mi sorpresa y asquito se hizo mayor. No podía creer que el mismo hombre que hizo Intolerancia o Lirios Rotos había filmado esto.

Pero así es la vida: películas vemos, corazones no sabemos.

Hay un montón de ñoños, incluido el que escribe el libro de las 1001 películas que hay que ver antes de morir (el que estamos siguiendo en este Proyecto 1001), que dicen que Griffith no se dio cuenta del mensaje racista y que sus ambiciones/motivaciones eran más técnicas que ideológicas.

Un poquito de seriedad che, Griffith se endeudó hasta el último vello púbico para realizar este filme, gastó un montón de dinero que no se gasta así nomás, a menos que estés convencido hasta la médula del trabajo. Además, era sureño, hijo de un sureño (Coronel Confederado) caído en desgracia luego de la guerra, así que no.

No nos vendamos simulacros.

Por si fuera poco, estamos hablando de un tipo obviamente formado, un vanguardista, un genio, que a veces trabajaba sin guión ni apuntes, que se forjó una carrera de más de 500 películas en las que adaptó a Dickens y a otros. Decir que NO se dio cuenta o que era ajeno al sesgo racial es pues tomarnos por estúpidos.

Veamos el poster, pequeñas luciérnagas tropicales:

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Digan, así a ojo pelado, cuántas cosas están mal en esta imagen y en los textitos que la acompañan.

(espacio para la honda reflexión y análisis)

La película se basa en un libro de Thomas Dixon llamado The Clansman, que el fulano (hijo de Coronel Confederado TAMBIÉN) escribió como un claro mensaje al Norte de mantener la segregación racial, ya que según su teoría los negros al verse libres se convertirían en violentos y salvajes. El libro también ponía al Ku Klux Klan como la fuerza de equilibrio entre los negros liberados y el orden de la sociedad. Una especie de héroes, de vigilantes que mantendrían a los ex-esclavos a raya.

Desde su salida a la luz pública el libro fue objeto de polémica y rechazo, en una sociedad que trataba de curar sus heridas.

Luego, viene Griffith y gasta su dinero en hacer una épica de ese nefasto argumento.

Sigo sin entender cómo teniendo el talento de Griffith y la plata que manejaba, decidió adaptar ese tonto libro a la pantalla gigante.

Desde el primer intertítulo (rótulos con textos que se usaban en las películas mudas) la fetidez nos golpea:

Cuando trajeron a los primeros

africanos a América, se plantó la

primera semilla de la desunión.

Bello. Cualquiera cree que los africanos se vinieron solitos y por su propio pie, y que su sueño dorado era ser esclavos de los gringos.

Ese es el preámbulo que da Griffith para introducirnos a los albores de la Guerra Civil americana. Para eso usa dos familias: 1) Los Cameron abiertamente pro-Sur y 2) Los Stoneman apoyando a los del Norte.

Los Cameron han dado tres de sus hijos al ejército para defender sus ideales, cosa que es resaltada nuevamente por los intertítulos y por todo el tono (música, climas) de la película alrededor de la parte sureña.

Los Stoneman tienen dos hijos y una hija. Uno de sus hijos morirá en la guerra, junto a dos hijos de los Cameron.

Griffith, conocido por meter historias de amor con mucha pericia, coloca la flecha de cupido entre el hijo que les queda a los Stoneman y una de las hijas de los Cameron.

Norte contra Sur.

La primera parte de la película, alrededor de hora y media, está destinada a mostrar la debacle de la guerra, como ya dije cargando las tintas a favor de los sureños.

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Casas sureñas invadidas por feroces mulatos convertidos en soldados del ejército del Norte. Mujeres indefensas huyendo de violaciones seguras. Sureños acongojados por perder sus pertenencias para mantener sus convicciones.

La ama de llaves mulata de Stoneman es presentada como manipuladora y maquiavélica y así pintarán la relación con el congresista, una encubierta relación amorosa: como una oportunidad que la mujer de color aprovechó a su favor.

En esta primera parte es donde sucede el asesinato de Lincoln, secuencia que es motivo de análisis y estudio en escuelas de cine.

La segunda parte está dedicada a lo que sucede después de la guerra y a la adaptación de la sociedad a las nuevas reglas del juego. Estas reglas del juego son lo que mencionamos como trama central del libro: que los negros al ser libres se volvieron borrachos, ladrones, violadores, y trepadores en las altas esferas del Estado, permitido o, mejor dicho, socapado por los amigos del Norte.

Después de la muerte de Lincoln, Stoneman es uno de los hombres más fuertes del gobierno y tiene al mulato Silas Lynch en muy alta estima, en la película se lo presenta como un personaje perturbado y claramente peligroso. Un villano a todo trapo.

Ambos viajan a Carolina del Norte para ver que la Reconstrucción se esté llevando a cabo correctamente.

Se insinúa que los negros hacen fraude, mientras tanto Ben, el hijo sureño enamorado de Elise la hija del Norte, forma una suerte de milicia que pondrá a esos salvajes en orden: el Ku Klux Klan.

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Elise, agobiada por la lealtad hacia su padre, termina su relación amorosa. Su padre, el Dr. Cameron, es encarcelado.

Eso desemboca en un conflicto final terrible, que hace que nuestra protagonista vaya hasta Lynch a pedirle que que interceda a favor de la libertad de su progenitor. A Lynch lo ponen como un pobre cojudo que añora casarse con una mujer blanca, obviamente recibe a Elise borracho y luego suelta frases (a través del intertítulo) como:

Mira! Mi gente llena las calles. Con ellos voy a construir un imperio Negro y tú como mi Reina, te sentarás a mi lado

Claro, un ejemplo de cómo los negros se aprovecharán de su libertad y controlarán a los blancos.

A punto de ser violada por el susodicho y a último momento (como en muchas de sus películas) Griffith rescata al personaje femenino de las garras del temible negro con una impactante escena de miembros del Ku Klux Klan a caballo, ataviados de pies a cabeza con sus ridículos trajes, en un acto de heroísmo hacia la atribulada dama.

De ahí el póster, queridos.

Luego de sus rescates: un Stoneman se casa con una Cameron, y un Cameron se casa con una Stoneman.

Cerramos la desagradable película con unos letreritos ñoños sobre la libertad, el amor, la paz.

THE BIRTH OF A NATION, Miriam Cooper, Lillian Gish, Henry B. Walthal, 1915
THE BIRTH OF A NATION, Miriam Cooper, Lillian Gish, Henry B. Walthal, 1915

Ya.

Acá se abre el debate sobre lo que se puede pensar acerca de la película como película a secas sin contextualizar su origen, trascendencia y lo que la película significa al cine por sus innovaciones.

Puede ser que a nivel técnico contenga algunos hitos. Aunque la épica como tal ya había sido llevada a cabo por los italianos con Giovanni Pastrone y su Cabiria que un año antes (1914) sirvió a Griffith como punto de partida para su propuesta pro Ku Klux Klan.

The Birth of a Nation, quitándole la pica que provoca su tenor racista, tiene todos los grandes elementos que hicieron a Griffith famoso y que en otras películas sí le dieron una merecida fama. Un manejo narrativo avanzado a su época, una composición de planos que alcanza la perfección en sus obras posteriores, una ambición de puesta, de diseño de producción que serviría para sentar las bases de cualquier superproducción actual, el uso de primeros planos para redondear climas o situaciones y otros detalles que son una constante en la obra de Griffith.

En lo particular, me parece una obra sobrevalorada por lo mismo, porque antes y después de este filme, Griffith ya mostraba una personalidad detrás de cámara, y un sello propio, porque cuando hablan del montaje paralelo eso ya se hacía desde El gran robo al tren, porque cuando hablan de épica los italianos ya lo estaban haciendo antes que él, porque en la época había innovadores en Italia, Francia, Rusia pero fueron los gringos los que supieron sacarle partido a la naciente industria cinematográfica. No le quito sus hitos históricos, ni la facilidad del señor para filmar con derroche de talento escenas como el asesinato de Lincoln, o las de la guerra o las de la cabalgata de la vergüenza, soy fan de Griffith incluso teniendo esta película en su currículum, pero al ir acompañado de un mensaje y un contenido tan deleznable me quita cualquier intento de recomendación.

Se pueden escribir montañas de lo que significa para la historia del cine, a mí me tocó comerme tres horas de propaganda racista, no sé si el público raso al que no le interesa lo innovador del montaje y otros, realmente pueda disfrutarla.

Para recomendar a Griffith hay mejores y más potentes obras, no esta infamia.

Lo mejor: aspectos técnicos.

Lo peor: tan racista que da asco

La escena: la del heroico rescate del Ku Klux Klan. NO PODÉS

Lo más falsete: … Los actores blancos pintados con tintura negra para actuar de negros…ajá, tal cual. Como el actor que interpreta a Lynch (George Siegmann) o la actriz que actuaba de la empleada doméstica de Stoneman (Mary Alden). NO PODÉS

El mensaje manifiesto: se puede hacer una obra maestra con una apología horrible

El mensaje latente: en el fondo, Griffith también fue en sí mismo un representante de esa dualidad entre los racistas y los no racistas y claro, un reflejo del nacimiento de esa nación.


El consejo: hay otras películas mejores de Griffith

El personaje entrañable: …

El personaje emputante: creo que todos, desde los que actuaban de sufridos sureños hasta los que actuaban de salvajes negros.

El agradecimiento: porque gracias a Dios, hemos avanzado lo suficiente como para condenar el contenido sin miramientos.

CURIOSIDADES

La película tenía un presupuesto previsto de US$40,000[ (uno $932,500 hoy en día) y al final terminó gastando $100,000 (el equivalente de $2,331,250)

Griffith le pagó a Dixon la suma de 10.000 $us (250.000 $us. hoy) por los derechos de su obra, pero al quedarse sin dinero se los pidió asegurándole un 25 % de las regalías de la película. El trato convirtió a Dixon en millonario.

Inauguró los comentarios públicos sobre una película, ya que la repercusión sobre su contenido racista fue tal que llevó a numerosas personalidades de la época a escribir a favor y en contra de la misma.

Fue también la primera película en tener una banda sonora en toda regla.

Como era de prever, la película sirvió para un resurgimiento del Ku Klux Klan que había bajado el perfil debido a su mala reputación pero con una película mainstream que los convirtió en héroes tenían caldo de cultivo para un relanzamiento.

A Dixon le gustó tanto la fama y la repercusión que hizo su propia secuela llamada The Fall of a nation, y tuvo tres actos y un prólogo. El filme se vendió bien fuera de USA, pero en suelo americano fue un fracaso y actualmente no existen copias para verlo.

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2 Comentarios

  1. cita: «America has a stain on its soul; to understand our history we must begin with the contradiction that the Founding Fathers believed all men (except black men) were created equal», Roger Ebert, en la explicación de porque The birth of a nation, es una película fundamental.

    http://www.rogerebert.com/reviews/great-movie-the-birth-of-a-nation-1915

    Desde mi punto de vista, esta no es una película imperdible para cinéfilos o aficionados, pero si lo es para gente que quiera hacer cine.

    • Sí pues, vi lo de Roger antes…y claro, estoy de acuerdo con él. Es fundamental y digna de estudio, pero a mí no me gustó. y concuerdo con vos no es imperdible para un espectador raso pero para estudiarla como parte la historia del cine y analizar sus innovaciones, sí.
      Por ahí leía que lo peor de The Birth of Nation es que es demasiado buena en su envoltorio…y claro, si le quitás las 3 horas de descarada propaganda racista, es un peliculón en propuesta, en técnica, en todo lo demás. Slds!

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