LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

CINE CHILENO: Post Mortem

Por: Mónica Heinrich V.

Post_Mortem-229591714-large

Me alquilé un montón de películas, dos de ellas chilenas. Primero me vi una australiana, del género terror-gore. Primal resultó un filme entretenidito, medio clase Z, típico en la premisa de un montón de crispines que se van de excursión a un lugar inhóspito, y algo malo ocurre. En este caso: algo primitivo, escondido desde hace miles de años, transforma a las personas en caníbales. Los amigos se enfrentan unos a otros para sobrevivir, y el final llega muy freak.
No obstante, a pesar de que me encontraba recostada, con algo de insomnio, nada de lo visto hasta ahí me pareció para rasgarse las vestiduras o para dormir con las luces encendidas. Algo somnolienta, decido verme una de las pelis chilenas, Post-Mortem que ganó varios premios en el reciente Festival de La Habana.
Al terminar esta segunda experiencia, sí me dio cosita, sí se me quedaron imágenes en la cabeza, sí se me quitaron todas las ganas de dormir.
Empezaremos con los aspectos que a nosotros como espectadores nos importan. El filme chileno narra de una manera muy particular los días del golpe de Estado en Chile. Tema escabroso donde los haya, y que requiere talento para ser retratado en su justa medida, sin golpes bajos, ni ñoñeces.
Mario es un funcionario que trabaja en la morgue, transcribe a máquina lo que el doctor le dicta como datos de la autopsia de los cadáveres que reciben. Un tipo solitario. Extraño. Extraño, pero sobre todo solitario. Anda obsesionado con su vecina: una actriz-bailarina-vedette que vive enfrente de su casa. Tipa extraña. Solitaria. Solitaria, pero sobre todo extraña. El padre y el hermano de esta mujer, reúnen en su casa regularmente a gente de izquierda.
Cuando la película comienza, Allende todavía no ha muerto. Mario acude al teatro a ver a la vecina que lo tiene obnubilado, por primera vez traba relaciones con ella. Más adelante ocurre un nuevo encuentro, esta vez en casa de él. Sucediéndose un bizarro diálogo que culmina de la manera más dramática, con una de las mejores escenas del largometraje.
Todo esto transcurre de manera pausada, con leves toques de humor que por momentos puede sentirse solemne, aún así no podés dejar de mirar. Cuando el golpe de Estado se da, Pinochet sube al poder y los militares toman la morgue, ahí es cuando Post Mortem comienza a inquietar.
«Estamos en guerra, y como en toda guerra habrá bajas» dice impávido uno de los milicos, preparando al personal para el aluvión de cadáveres que se presentarán en las próximas horas. El doctor, jefe de Mario, que días antes se llenaba la boca hablando del «hombre nuevo», ahora estrecha las manos de esos asesinos.
Lo que sigue después les corresponde a ustedes vivirlo, el final es un final muy muy duro. Jodido. Desgarrador. Ese tipo de finales que se te quedan para siempre, no necesariamente ligado a la dictadura en sí, sino más bien a la oscuridad que habita en el ser humano.
Dirigida por un joven Pablo Larraín (34 años), cuenta con un elenco de lujo: Alfredo Castro como el sombrío y perturbador Mario Cornejo, y Antonia Zegert como la extraña Nancy. La película transita en una estética desoladora, alejada del cine latinoamericano que se acostumbra ver, el tono o el acento está puesto en esa existencia gris, vacía, incierta, que se vivieron esos días.
Lo bueno es que no comenta mucho, con esto me refiero a que no te llena la imagen de textos o de cosas que nos intenten mostrar lo terrible que fue, sino que pone escenas sencillas, simples, limpias que no nos muestran, sino nos hacen sentir lo terrible que fue.
Post Mortem jode por su mirada fría y lúgubre hacia el pasado. Un pasado que todavía no se olvida. Y más allá de la película, existe un elemento para considerar. Pablo Larraín (director) es hijo de Hernán Larraín un cercano colaborador de Pinochet, ex presidente de la UDI e incluso amigo íntimo y defensor de Paul Schafer (pédofilo, ex nazi, de la Colonia Dignidad)
Los detractores del cineasta, afirman que es una burla dedicarse a hacer películas sobre la dictadura cuando viene de una familia que apoyó, promovió y participó en crímenes contra los derechos humanos. No es de extrañar que se desconfíe del tipo, llegándose a afirmar que la plata para sus películas sale de los círculos de poder en los que se mueve su progenitor y que su sorpresivo rechazo a la derecha no se trata más que de una estrategia de marketing, además de una jugada maestra ya que supuestamente la izquierda está «de moda». No sé, yo resumo información recuperada por la red…
Ahora, lo que hay que destacar es que independientemente si existen buenas intenciones, una conciencia real del golpe, o es todo marketing e intereses personales, Post Mortem por sí sola es una buena película, cuenta con una buena dirección, una buena fotografía, linda música, excelentes actuaciones y un manejo de la historia preciso y certero. Y Pablo Larraín, hijo de quien sea, demuestra un talento que esperemos se magnifique en los años venideros.
Post Mortem, una oscura autopsia a la historia. Filme que causa desasosiego, pero que vale la pena ver.

Lo mejor: bien filmada, buen guión, jodida

Lo peor: que el contexto pasó de verdad 

La escena: la del llanto compartido y la autopsia a quien sabemos.

Lo más falsete: hmmmm 

El mensaje manifiesto: lo terrible te alcanza tarde o temprano

El mensaje latente: vos además de recibir lo terrible podés ejercerlo

La pregunta: ¿será que Pablo Larraín le ha reclamado a su padre su pasado?

CURIOSIDADES
-En la escena del llanto Nancy tenía que llorar 5 minutos, la toma se repitió 5 veces, por lo que la actriz lloró 25 minutos.
– Pablo Larraín tiene más de 100 comerciales sobre las espaldas y una productora propia llamada Fabula.
– Post Mortem es su tercera película y fue estrenada comercialmente en Chile en noviembre del 2010.
– La película se basa en un personaje real, Mario Cornejo, y se ha tomado parte de sus experiencias, para relatar lo que vemos en pantalla. Incluida la autopsia a ya saben quién, donde vemos los mismos utensilios que se usaron ese gris día de 1973.
 
– Durante el rodaje de Post mórtem, que se estrena el 25 de noviembre, su director, Pablo Larraín, registró a los actores con una vieja cámara 6 x 8. “Ninguna de estas imágenes está en la película. Son fotos análogas. 
 
– La actriz tuvo que perder mucho peso para construir un personaje que en un momento dado dice: «Me cargan los gordos»
Spread the love

7 Comentarios

  1. Definitivamente dejas la espina para correr a alquilarla y verla, lo que da cosita es la idea de que todos esos hechos pasaron en realidad..y podrian volver a pasar. Perdón por la opinión ñoña, pero me frustra ver sólo dos comentarios. Salutes!

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

*

Últimos de cine

CINE: Aftersun

Por: Mónica Heinrich V. (contiene spoilers) David Foster Wallace decidió que vivir
Go to Top