PINTURA: Los niños llorones

Hace mucho tiempo, me topé con este cuadro:

Hay algo terrible en la mirada y en los lagrimones del niño. Averiguando más, resultó que el cuadro era parte de una colección de 27 (son 24?) pinturas denominada Los niños llorones. La serie pertenecía al pintor italiano Bruno Amadio, que se hizo conocido por estos cuadros firmando como Giovanni Bragolin.

Se sabe que Amadio fue soldado de Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. Se supone que estos niños, son algunos de los niños que el pintor vio mientras servía a su país y que eran los vestigios de una guerra larga, cruel e inhumana. Los rostros pertenecerían a huérfanos de la guerra.

Terminada la guerra, Amadio se instala en Sevilla y comienza a pintar bajo el nombre de Bragolin. Los fantasmas de los niños lo persiguen y los exorciza a través del lienzo. Eso es lo que hasta ahora se asume. Sin embargo, una leyenda negra comenzó a rondar el trabajo del italiano. Los cuadros se volvieron populares y se replicaron en versiones de todos tamaños, llegando a varios países.

Al principio, se dijo que las imágenes servían para proteger niños, y la gente colgaba los cuadros en las habitaciones infantiles como amuleto. Sin embargo, de un rato a otro, el rumor de que los cuadros estaban malditos se esparció por todo el mundo.

Se dijo que quienes poseían una de estas imágenes caían en desgracia, se dijo que hubo incendios en casas donde los cuadros estaban colgados y la casa se incendiaba, dejando solo el cuadro, se dijo que los niños pintados no eran niños de la guerra, sino niños abusados por el pintor, que era pederasta. Se llegó a decir que Amadio hizo un pacto con el diablo a cambio de fama. En los últimos años, apareció una supuesta entrevista que dio Amadio sobre el origen de Los niños llorones, y él comentaba que fue idea de un marchante de arte, una idea que buscaba ganar dinero, nada más.

La verdad, nadie la sabe a ciencia cierta. Lo único real es que Amadio regresó a su Italia, y murió en Padua en 1981.  Lo sobrevive el halo de misterio que rodea a su obra, y claro, sus impactantes niños llorones.

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8 Comentarios

  1. Me cuentan que existe el mito de una madre que tenia uno de esos cuadros, o una de las versiones de esos cuadros que había comprado en Argentina, el niño en el cuadro era moreno, de labios gruesos, ojos enormes y sentado en el suelo le caigan grandes lágrimas, la madre que por su avanzada edad ya no podía concebir, siempre miraba al cuadro deseando tener un hijo igual, por lo cual se hizo tratamientos para poder engendrar. Entonces después de un tiempo logra su cometido y desembaraza un niño, que a diferencia de toda la familia de piel blanca y ojos claros, nace moreno de ojos grandes y labios gruesos.

    • Miltón, hay muchas leyendas urbanas. En Santa Cruz, me comentaron varias respecto a los famosos cuadros que dizque también llegaron a mediados de los 80s.La que vos contás no está tan mal jejeje. Saludos!

  2. recuerdo a mi padre raspando la base donde estaba colocada la reproducción del primer niño llorón que aparece en este link, le contaron que traía mala suerte ademas que era un demonio que se comía al niño.
    pamplinas nomas

    • Amo de la realidad, pues sí. Son huevadas, pero cuando se corre el rumor sobre algo, es difícil huirle. Si te dicen que un cuadro trae mala suerte, y te pasan cosas malas (siempre pasan cosas malas) sería muy difícil resistirse a la tentación de deshacer del mentado objeto maldito 😛

  3. En mi niñez recuerdo haber visto una reproducción de esos cuadros con el niño rubio llorando colgado en la sala, mudado luego al comedor, al pasillo o un cuarto, objeto de la decoración caprichosa de mi madre.
    Más que sus lagrimas me preocupaba que sintiera calor por lo abrigado hasta el cuello en su ropa, para entonces en mi pequeño universo no conocía lo gélida que llegan a ser otras tierras.
    Sus lagrimas no me incomodaron porque pensaba con alivio que no era el único llorón de la casa.
    Si el cuadro se perdió por los estragos que la humedad hace en todo lo que ya no se mueve y se mantiene escondido del sol o se perdió por la superstición no lo sé, pero es un grato recuerdo de la mejor época de mi vida.

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