CINE: Jurassic World: Reino Caído

Por: Mónica Heinrich V.

El buen J.A. Bayona está lejos, muy lejos de sus inicios. Todavía recuerdo con acuosidades oculares su opera prima: El Orfanato, que ignoro porqué no reseñé pero que me dejó hondas y confusas emociones.

Permítanme un segundo.

De ahí, alguien en Hollywood pensó que el español estaba para bailar en otras pistas y zas, lo importó hacia tierras gringas y le dio la dirección de Lo Imposible, la huevada esa del tsunami con Naomi Watts. Ok. Estuvo intensa, pero era el 2013 y ese año salieron cosas como Amour (reseñada ACA), Bestias del Sur Salvaje (reseñada ACÁ), La vida de Pi (reseñada ACÁ), Django (reseñada ACÁ). No hay mucho que explicar, el artificio de Lo Imposible hizo imposible tomarla más en serio.

Bayona siguió en lo suyo, dirigió un par de episodios de Penny Dreadful y el 2016 regresó a la pantalla grande con la lacrimógena A Monster Call, película que estaba bellamente filmada pero no, no, no, mi mente no es muy empática (a veces) con la prefabricación de líquido salado, y le gritaba a Felicity Jones “MORITE DE UNA VEZ”.

Esas han sido hasta ahora las aventuras cinematográficas del director español. Este 2018, abandona su evidente carrera hacia el Oscar y cumple un sueño. Porque en su lista del Bayona niñoquequiereserdirectordecine había puesto como meta en la vida: “Trabajar con Steven Spielberg”. Ajá. Esas son las consecuencias de ser adolescente en los noventas.

Entonces se nos subió al barco de la película pipoquera, a Jurassic World: Reino caído, sin otra aspiración que meter dólares a la caja registradora y ponerle mascarilla de oxígeno a una franquicia agotada. De hecho, hace tres años escribíamos sobre la película que presentaba a los nuevos personajes del mundo jurásico (ACA) y decíamos estar ante un cuerpo en paro cardiaco con necesidad de desfibrilador.

Y aunque Bayona esté lejos de sus inicios, sorprendentemente logra una película que es pie para que en un futuro y con los dinosaurios como machos/hembras alfas de este triste, pequeño y jodido mundo humano, la cosa se ponga más interesante. Hola, Planeta de los dinosaurios I, Planeta de los Dinosaurios II y Planeta de los Dinosaurios III.

El guion de Derek Connelly (Safety Guaranted, Jurassic World, Kong Skull Island) y Colin Trevorrow (Safety Guaranted, Jurassic World) toma al mejor personaje de la anterior entrega y lo vuelve protagonista: nuestra pequeña y amada Blue es principio y fin del argumento.

Resulta que Claire (Bryce Dallas) dejó sus tacones y sus aires de grandeza en la anterior película, ahora es una mujer sensible, comprometida con el medio ambiente y con los adorables dinosaurios. Mientras el resto del mundo los quiere exterminar, ella está ahí como activista, peleando por su destino.

La tipa recibe la llamada de un don millonario (interpretado por el gran James Cromwell) que le dice que antes que un volcán entre en erupción hay que salvar a la mayor cantidad posible de especies para que los dinosaurios no se extingan. En especial quieren poner a buen recaudo a la señorita raptor (¿raptora?) Blue, que es codiciada por su viveza criolla y alto coeficiente intelectual. No olvidemos que en la anterior película dejaron a los bichos botados en una isla.

Obviamente, Claire no puede ni debe ir sola, así que arma un equipito y va a buscar al menso que hizo que la mitad de los Avengers se hagan cenizas, sí…ah, bueno, es otra película pero el mismo actor: Chris Pratt hace de Owen, el que entrenó a Blue y que por lo tanto es necesario para que la princesa se deje atrapar.

¡Cuidado Blue! la gente puede ser muy mala

Hay mucho pim pum pam típico del género y de la franquicia: sombritas de dinosaurio o de garritas, hocicos llenos de dientes a punto de comerse a alguien o comiéndose a alguien, momentos en los que ¡OH, Sorpesa! vinimos a salvarlos y ellos nos salvan a nosotros, autohomenajes a la saga, etc.. Pero así como hay mucho pim pum pam que se cae cual manzana podrida de un árbol de tanto que lo hemos visto, hay momentos tan bien logrados que pensás en Bayona, en sus inicios y en que ojalá alguien le de un buen guion para que termine de lucirse como se merece.

Un ejemplo de esos grandes momentos SPOILER cuando se alejan de la isla que está a punto de destruirse y vemos al dinosaurio en la orilla entre el humo y el fuego, haciendo sonidos antes de morir. Una parte de mí se quedó con ese dinosaurio SPOILER FIN.

Permítanme otro segundo.

La conexión emocional con Blue, también está bien construida, y a pesar que el argumento tiene (para variar) baches e inconsistencias, El Reino Caído se deja ver.

Si hablamos de la coherencia de la saga, no es novedosa ni trata de ser más oscura que sus antecesoras, es una película “familiar” a pesar de las amenazas de muerte, de la muerte y de que el ser humano se comporta como ningún ser humano debería comportarse jamás. Su versión madre de 1993 supuso un desafío en cuanto a efectos especiales, diseño de producción y la presentación de un mundo hasta ese momento poco explotado, después de 25 años parece que hay poco o nada más por descubrir. Se siguen repitiendo las temáticas vistas en todas las entregas de la saga: científicos poco éticos, millonarios que quieren apropiarse de los bichos, manipulación genética para usufructuar a los bichos, encariñamiento con los bichos, etc….

Aquí, casual, contemplando la obra de los humanos

Oscar Faura, el habitual director de foto de Bayona, embellece una película simplona, repetida, sin pies ni cabeza, pero efectiva. Llegado el final te dan ganas de meterte a la película y apretar el botón. “APRIETEN EL BOTÓN, MALDITOS”.

Nuestro corazón animalista mirará con simpatía el salvataje de los dinosaurios, glorias perdidas de una época de la que no tenemos memoria. Nos encantará verlos correr y volar a sus anchas. Mientras tanto, nuestro corazón cinéfilo seguirá pensando en los inicios de Bayona, en su talento aun no explotado del todo y deseará que nos entregue más pronto que tarde su gran película americana.

Lo mejor: BLUE Lo peor: un guion flojito que hace aguas por varios lugares La escena: el dinosaurio que se queda a la orilla de la isla esperando su muerte y todas las escenas donde aparece BLUE Lo más falsete: el proyecto de rescate, el proyecto de venta, el proyecto del otro rescate El mensaje manifiesto: qué jodidos somos El mensaje latente: los animales nos superan en muchas cosas El consejo: está mejor que la anterior, puede que la disfrutés El personaje entrañable: BLUE, cómo te amo Blue El personaje emputante: Los malos malosos, la boluda de Clarie, el IMBECIL que hizo que parte de los Avengers se convirtieran en ceniz…ah sí, es otra película. Pero igual, OWEN también se lleva el reconocimiento de emputante El agradecimiento: por Blue, salud y larga vida.

CURIOSIDADES

Se ambienta cuatro años después que su antecesora.

Su protagonista Chris Pratt anticipó su fichaje por la saga de los dinosaurios en 2009 mientras grababa un capítulo de la serie Parks and Recreation. Se filmó a sí mismo mandándole un SMS a Spielberg suplicándole que lo fichara para una de las películas. Dicho y hecho.

Primera película de la saga que tiene una escena post-créditos. Quédense hasta el final, chicos.

Es el quinto filme de la franquicia que comenzó con Jurassic Park y el segundo de la saga Jurassic World.

Hablando de los inicios de Bayona, el código del ascensor (ese que Maisie recuerda y utiliza para ir el sótano) hace referencia al título de un cortometraje del guionista de ‘El orfanato’, que es “7337”. Sergio Sánchez, que más tarde escribió la primera historia que Bayona llevaría a la gran pantalla, estrenó este cortometraje en el año 2000.

Aproximadamente 2,500 niñas hicieron casting para el rol de Maisie.

Bayona se ha convertido en el primer director español que supera los 1.000 millones de recaudación con una película gracias a Jurassic World Reino Caído.

Spielberg eligió personalmente a Bayona para dirigir esta cinta.

Algunas ideas de Chris Pratt fueron incorporadas a la película.

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7 Comentarios

  1. Crear la conexión emocional en tan poco tiempo (las escenas donde aparece el diplodoco, desde que se lo ve comiendo hasta el final donde el pobre bicho muere) son la clara señal de un director que entiende la esencia de una ficción, el sentir.
    Un Saludo señorita Monica.

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