LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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EN CARTELERA: Lincoln

EL CAZADOR DE OSCARS

Lincoln demuestra, una vez más, lo pusilánime que es la Academia y lo ridículas que son las nominaciones de los Oscar. Sólo en USA este último trabajo de Steven Spielberg puede ser premiado y no porque su figura sea un presidente americano, Abraham Lincoln, sino porque la industria de Hollywood es la única capaz de reconocer un filme cuyo lugar ideal sería la televisión y no la pantalla gigante.

Cuando vimos War Horse, supimos que algo andaba mal con Steven “dulce de leche” Spielberg, sí. El don que dirigió ET, la primera Indiana Jones, la inolvidable La lista de Schindler, Munich (última cosa decente de su carrera), ya no era el mismo.

Por eso Lincoln suponía un reto mayúsculo.

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Por eso y porque no es fácil hacer una película de una figura tan importante como Abraham Lincoln, no es fácil. Tampoco es fácil que una vez hagás esa película de una figura tan importante como Abrahm Lincoln, que además de importante fue INTERESANTE, te salga aburridísima, salvada únicamente por las actuaciones y por el trasfondo histórico.

Sí, señores. No alcanza con que estés en uno de los periodos más turbulentos de la sociedad americana, y que intentés retratar esa transición histórica que supuso el fin de la guerra civil (Norte contra Sur) y la abolición de la esclavitud. No alcanza.

Spielberg nos cuenta los últimos estertores de la Guerra de la Secesión. Lincoln (Daniel Day Lewis) quiere asegurar los votos de todos los estados a favor de la 13a enmienda que garantizaba la libertad de los esclavos. Para ello despliega un complejo operativo de corrupción, chantaje y coacción en busca de los votos necesarios para que la enmienda sea aprobada.

La película intercala estos momentos de tensión política, con tensiones familiares entre Lincoln, su mujer e hijo que son acariciadas tibiamente. Los esclavos aparecen con los ojos brillando de emoción y anticipación ante la propuesta del presidente, los sureños son caricaturizados como ignorantes, idiotas y racistas y los del norte son los tipos nobles y correctísimos. Maniqueísmo Express.

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“bueno muchachos, haremos historia»

De manera muy americana se idealizan las motivaciones políticas de la famosa enmienda que si bien tenían su componente de justicia social o respeto humano, era uno de los golpes maestros que debilitaría a un sur agrario dependiente de la mano de obra esclava contra un norte industrial. O sea, se trató de una lucha de economías, en la que la Guerra de la Secesión coronó como ganador al Capitalismo y permitió a Estados Unidos convertirse en la potencia que es hoy en día.

En palabras más simples: Todo fue por el cochino dinero.

Spielberg, sin embargo, intenta hacernos creer que las triquiñuelas para ganar la guerra apuntan a un “Que canten los niños..que alcen la voz…que hagan al mundo escuchar…”…

Daniel Day Lewis compone un Lincoln acorde a la visión Spielbergiana, un Lincoln acartonado, rígido, que en el momento menos pensado pierde su mirada en el infinito y relata anécdotas aleccionadoras mientras sus ocasionales interlocutores lo observan con arrobamiento. Vos, en tu butaca, pensás: “NO, otra pinche anécdota, NO!” e imaginás pastizales, tu cuerpo recostado lánguido a la orilla de una laguna, el cielo plagado por nubes con formas de animalitos, mientras te ponés unos audífonos y la voz de Lincoln se va apagando…

Luego volvés a la realidad y Lincoln sigue ahí, claro, porque la película dura casi tres horas. Entonces empezás a susurrar: Mátenlo de una vez!

Daniel Day Lewis es un gran actor, GRAN, y ganará el Oscar seguro, penita porque Spielberg y él me hicieron aborrecer a Lincoln un rato, me hicieron extrañar al cazador de vampiros que tanto odié en 3D, ese cazador que ahora ante este retrato casi formológico (de formol) luce tan humano.

El resto del casting no puede ser menos prestigioso, Sally Field da vida a Mary Todd, esposa del presidente americano. Spielberg no confiaba en Sally para hacer el papel, le parecía demasiado mayor para el personaje, pero nuestra amiga se encaprichó en hacerlo y le rogó a SPielberg la oportunidad de leer el guión. Daniel Day Lewis viajó desde Europa para nada más, y una vez ambos leyeron el guión, Steven aceptó que Sally hiciera el papel. ¿El resultado? Sally es buena actriz, subió como 15 kilos para lograr mayor veracidad, pero por momentos se la veía muy teatral y exagerada. No es culpa suya, todos los actores desfilan teatralmente con aire demasiado solemne y de “Oh, qué película seria, histórica, trascendente” estoy haciendo.

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“uy qué históricos nos vemos»

Tommy Lee Jones, por otra parte, consigue que su Thaddeus Stevens tenga matices, parezca humano, y logre quizás la mejor escena de la película con su alegato sobre la esclavitud y lo legal. Lamentable que el personaje con mayor dignidad de la película tenga un cierre tan bochornosamente ñoño. No importa si es real o no, sino cómo fue planteado por Spielberg.

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“menos mal me tocó el mejor texto»

Entre tanto actor bueno, el actor Lee Pace es el que sale peor parado. Interpretando a Fernando Wood se enfrenta a los personajes de la Cámara de Representantes en varias ocasiones, mostrándose desafinado y carente de presencia. Algo similar sucede con la elección del hijo menor de Lincoln.  Un niño exagerado en sus ademanes y poco convincente fue elegido para el papel en un país como Estados Unidos donde tenés actores por montones.

El guión se lo debemos a Tony Kushner, que en el pasado también escribió Munich y cuyo currículum no cuenta con ningún otro largometraje. Según que Kushner desperdició 6  años de su vida escribiendo Lincoln, basándose parcialmente en el libro de Doris Kearns: Team of rivals: The political genius of Abraham Lincoln.  El primer borrador del guión tenía 500 páginas, pero GRACIAS A DIOS y al de abajo, se fue reduciendo y quedó en lo que quedó: Un relato irregular con una primera parte pomposa, una segunda donde más o menos consigue repuntar y un final dramático con metáforas cursis como la vela encendida (o era lamparita?) fundiéndose con la imagen de Lincoln y su discursito pro igualdad social.

La fotografía exquisita, cuidada, la música que nos remite a esas películas en las que se dicen grandes e importantes verdades, una dirección de arte y un diseño de vestuario al que no puede objetársele nada, hacen que sus nominaciones al Oscar no sean tan al pedo. Y no me malentiendan, el filme tiene en su envase o factura una calidad técnica que es sobresaliente, y aún conserva los vestigios de lo mejor que ha tenido Spielberg como director, pero desgraciadamente se queda a medio camino. Es como un yogur vencido.

Lincoln es el mejor ejemplo de esas películas sin alma que gustan tanto a la Academia por esgrimir un discurso facilista, panfletario y ñoño de los cimientos de la sociedad americana.

Lo mejor: diseño de arte y vestuario Lo peor: ñoña, rígida y sin matices La escena: la de Tommy Lee Jones sobre la igualdad y lo legal Lo más falsete: las anécdotas de Lincoln, el aire místico de todo el filme, la escena de los miembros amputados…El mensaje manifiesto: la política es un pozo lleno de mierda El mensaje latente: si te metés al pozo salís pringado El consejo: podés verla o no verla, si no la ves no te perdés gran cosa El personaje entrañable: el de Tommy Lee Jones El personaje emputante: Fernando Wood y Mary Todd El agradecimiento: que dentro de lo larga que es, no la hicieron MAS larga.

CURIOSIDADES

El papel de Lincoln era originalmente para Liam Neeson, quien sabiamente rechazó participar porque se sintió muy viejo para interpretar el personaje.

Spielberg ha pasado 12 años preparando este filme.

Daniel Day Lewis rechazó hacer el papel a través de una educada y amable carta, dicen que fue Leonardo DiCaprio quien convenció al actor de aceptar.

Spielberg estaba decidido a que sea Daniel Day Lewis el actor que encarnara a Lincoln, si no hubiera aceptado el filme no se hacía.

Spielberg trabaja en este filme con sus colaboradores habituales Janusz Kamisnki en la fotografía y John Williams en la música.

Mónica Heinrich V.

MAKING OF: La vida de Pi

A ver, señores si hay algún despistado por la vida que quiere atesorar ilusiones, es el momento de detenerse, de fingir que no ha visto nada y seguir su camino, porque vamos a descubrir la no existencia de varias cosas: Richard Parker no existe, la isla de las suricatas no existe, la tormenta no existe, Papa Noel no existe, nada existe. Como una prueba más de que el cine todo lo puede, aquí el behind scenes de La vida de Pi o Una aventura extraordinaria. Uno que piensa que el pobre indio sufrió horriblemente filmando, y ahí está pasándola chancho en su piscinita azul.

Estos palos son la isla de las suricatas. O lo que después fue la isla de las suricatas.

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La escena del barquito yéndose al fondo es esta.

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Cuando el barquito ya se fue…

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Y Richard Parker…nuestro querido Richard Parker:

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Aquí la tormenta…
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Los storyboard iniciales:
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Y para que lo entiendan mejor…Jugo de Naranja tampoco existe, la cebra nanays, la hiena hija de puta nones.

Más del set de filmación:

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EN CARTELERA: Mi querido Richard Parker

Ang Lee es un cojudo. Hizo una película que parece una tacita de leche, que incluso cuando comienza pensás: “¿Cómo entré a ver ESTO?”, que tiene mensajitos ñoños a la conciencia, y huevadas que pueden sonar coelhianas, espirituosas y algo fumadas, seh… pero no! Ahí estás desparramado en tu butaca, atiborrado de pipocas y coca-cola, odiando intensamente al Pi niño que busca la verdad de la vida y el ser, o sea: jodido, vulnerable, con la guardia baja, hasta que  aparece Richard “Thirsty” Parker  y cuando aparece Richard Parker, esa tacita de leche se vuelve una noria.La realidad te cachetea y te das cuenta, entre lágrimas, que el mundo es un “maldito estercolero” (Dulcinea del Toboso dixit).

Mode: Vaso medio vacío ON

Basado en el best-seller homónimo de Yann Martel, Life of Pi, cuya correcta traducción es La vida de Pi y no Una aventura extraordinaria, el filme nos cuenta la existencia de Piscine Molitor Patel.

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Con una bellísima introducción visual, llegamos al relato que hace Pi adulto a un escritor canadiense. Supuestamente le contará una historia que lo hará creer en Dios.

(¡!)

De Canadá nos trasladamos a la India para descubrir la infancia de Pi: Pi es un niño inquieto, curioso, que indaga sobre la religión. Lo vemos con sed de conocimientos, y dicha sed es saciada en tres religiones…su padre sabiamente le dice: “Si crees en muchas cosas, terminas creyendo en nada realmente” o algo así. Al final, la conclusión es que la fe es una casa con varias habitaciones, una casa en la que cabe la duda, tres o cuatro religiones, además del tigre, la cebra, el orangután y Vishnu.

Los padres de Pi tienen un zoológico, un majestuoso zoológico donde transcurre la vida familiar. Dentro del zoológico vive un hermoso tigre de bengala, Pi dirá: “Es el animal más magnífico que hemos tenido nunca”, dicha fascinación dará pie a presentarnos una anécdota determinante con el tigre.

Lo que dibuja al personaje principal y su entorno es lo que engaña, lo que parece decir que realmente será una aventura extraordinaria que nos hará creer en todos los dioses del universo. Eso para el espectador menos cínico, para mí fue el cosquilleo desagradable que sentí cuando leí El Alquimista o Tus zonas erróneas, como cuando entrás al baño y alguien YA está ahí haciendo el dos…un momento no grato, “perfumado”, en el que solo querés cerrar la puerta y largarte.

Luego de la anécdota con el tigre de bengala, Pi crece y además lee a Camus y a Dostoievsky, claro, porque la pequeña burbuja en la que vivía se rompió y ahora es un extranjero, un paria que mira a través del cristal a sus compañeros de especie. Eso interpreté con el optimismo de siempre.

Pero todo cambia. La familia de Pi decide trasladarse de la India a Canadá, y empezar de nuevo. El traslado se hace en un barco japonés que naufraga, se hunde como una piedra en el mar luego de una colosal tormenta. El tipo de tormenta en la que Dios agita los vientos y el agua sin piedad. Ese punto de giro lleva el filme por dos sendas: 1) Una historia maravillosa e increíble y 2) Una historia sórdida y demasiado dura para ser asimilada.

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En ambas, no obstante, prevalece un trasfondo doloroso y desalentador, muy a pesar del tono positivo-ñoño del que Lee quiere impregnar a su trabajo.

El director chino conocido por El tigre y el dragón, Brokeback Mountain, Hulk y otras, pinta de un mágico lirismo la desesperada lucha de Pi por sobrevivir. Y claro, Lee es realmente un cojudo. Es como cuando veías Brokeback Mountain y te sumergías en un lento viaje narrativo entre ovejas y puteríos, y luego el personaje de Jack Gyllenhall muere y Heath Ledger va a su casa y abraza la chaqueta, y nos rompe el corazón y lloramos convulsivamente…

(…)

La secuencia de la hiena, la cebra y Jugo de Naranja está muy bien narrada, es tan jodida que como amante de los animales me sentí traumada, y eso que supuestamente estamos viendo algo “light” y apto para todo público. Así es, no se puede luchar contra la naturaleza y sus propias reglas.

Richard Parker hace su entrada con toda la gloria que requiere el momento. Tu ñoño interior quiere que Pi y él sean amigos, y que todo salga bien, y que la gente muerta resucite, y que al final se case con la bailarina y que terminen con un homenaje a bollywood bailando/cantando bajo serpentina y confeti. Y que…

Sí, la sensación de alguien en el baño haciendo el 2 y vos abriendo la puerta cambia ya no a cerrarla y largarte, sino a buscarle el papel higiénico y a compartirle tus miserias.

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 Imágenes poderosamente bellas agitan la pupila: esa toma cenital del barco solitario estampado contra el océano: la soledad infinita, la isla de las suricatas, los peces voladores, el salto de la ballena luminosa, la oscuridad, todo el tecnológico y fake Richard Parker que parece respirar y mostrar su alma…, en La vida de Pi solo podemos sentirnos atónitos ante la belleza visual. Habría que agradecerle al director de fotografía, el chileno Claudio Miranda que muestra el talento que ya lo hizo conocido y premiado por películas como El curioso caso de Benjamin Button y Tron:Legacy.

El joven y debutante actor Suraj Sharma (Pi), logra que su travesía sea creíble y conmovedora. Aún odiándolo un poquito en algunos pasajes, Suraj nos conecta y encima hace que quedemos desvalidos ante su último relato.

Es verdad que por momentos se vuelve tediosa (sobre todo al principio) y en tu mente deseás malévolamente que Richard Parker haga lo suyo y se coma al indio, pero en su resolución: el diálogo final de Pi adolescente con los del seguro, le perdonás lo que no te gustó: Cosas como el recurso boludo del escritor que pregunta y del Pi adulto que relata..dicen que en el libro la cosa no es así, sin embargo entiendo que para hacer el filme accesible se hayan decantado por esa opción aunque no comparta el criterio; o la pose (exagerada pose) mística/filosófica/espiritual que casi casi me corrió de la historia, y que levanta pajas polémicas sobre si es una película muy religiosa o anti-religiosa, ZzzzzZZZZzzz Al fin y al cabo queda sobreentendido que ese no es el tema y que la película sabe a qué juega y por qué juega  eso.

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El acierto es del director, del chino, del cojudo, de Ang Lee, que agarra un guión cumplidor de David Magee y lo lleva hacia otro nivel. Lo convierte en un terrible relato de supervivencia ya no física, sino emocional. Parte de la belleza para contar el horror, lo presenta como una fábula, y lo que nos deja es desasosiego.

La vida de Pi o Una aventura extraordinaria posee una estética poética a la que solo podés sucumbir y una historia que independientemente de lo que elijás creer, es una mirada a los ojos de ese tigre de bengala en los que solo podés reflejarte.

Lo mejor: visualmente hermosa y con un final pendejo.

Lo peor: puede resultar un poco pesada o demasiado azucarada en algunos pasajes.

La escena: cuando el barco se hunde y Pi lo ve yéndose al fondo del mar. La isla de las suricatas y la secuencia de Jugo de naranja.

Lo más falsete: el escritor, guácatelas!

El mensaje manifiesto: se puede sobrevivir al horror

El mensaje latente: para sobrevivir te aferrás a cualquier cosa…

El consejo: Podés verla con o sin 3D. Yo la vi con y sin, y no pierde o gana mucho con los pinches lentes.

El personaje entrañable: Richard Parker

El personaje emputante: el escritor, y Pi niño.

El agradecimiento: su final…

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CURIOSIDADES

Tuvo un presupuesto de 120 millones de dólares

Casi casi le dieron la peli a Shyamalan para que la dirija y la escriba (NOOOOO)

También estuvieron en consideración Alfonso Cuarón y Jean Pierre Jeunet, aprobados los dos!

El barco japonés que naufraga se llama Tsitsumin: expresión usada en la Kabbalah que cuenta como antes de la creación del mundo, Dios llenaba todo el espacio. Cuando Dios quiso crear el mundo retiró su luz. Esta luz sufre de numerosas Tsitsumim (restricciones) ; cada Tsimtsum es una disminución gradual de la luz divina y una adaptación a la capacidad de recepción de los seres creados. La vida de Pi está llena de simbolismos similares. 

El escritor iba a ser interpretado por Tobey Mcguire pero el director pensó que era demasiado famoso y sería distractivo para el filme tenerlo en un rol tan pequeño, ahí llamaron a Rafe Spall.

La piscina Molitor de donde se extrae el nombre de Pi (Piscine Molitor) fue declarada monumento histórico por el gobierno francés en 1990.

El escritor Martell se inspiró al leer una reseña de una novela del brasileño Moacyr Scliar en la que un refugiado cruzaba el atlántico compartiendo su bote con un jaguar.

Casi todas las escenas del tigre son computarizadas a excepción de un par, como el tigre nadando.

Suraj Sharma fue al casting acompañando a su hermano, él no pensaba audicionar, pero el equipo de Ang Lee lo eligió por encima de 3000 competidores.

El nombre de Richard Parker está ligado a varios escenarios, uno el relato «The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket” de Edgar Allan Poe, donde el personaje Richard Parker sobrevive a un naufragio; otro: en 1984 un barco llamado Mignorette naufragó y solo sobrevivieron 4 personas incluyendo un chico llamado Richard Parker que fue asesinado y comido por los otros tres sobrevivientes.

En la historia Pi menciona que la isla carnívora nunca fue vista de nuevo, en una escena muestran la isla como la figura de un hombre echado, más antes cuando Pi contaba sus influencias religiosas dijo que en la India uno de los dioses a los que veneraban era Lord Vishnu y lo describió como “duerme en un océano cósmico y nosotros somos el resultado de sus sueños”.

Los créditos también están en 3D.

Erase una vez un espía

Las malas lenguas y hago énfasis en “malas”, dicen que Skyfall es la mejor Bond de los últimos años. Y no sé, no es que Casino Royal y Quantum Solace sean algo difícil de superar, de hecho desde que Daniel Craig es parte de la franquicia no queda mucho para rescatar de una saga a la que le sobran redundancias y le falta ingenio desde hace rato.

Igual uno va al cine siempre dispuesto a pasar un buen rato, porque no importa qué suceda cuando las luces se apagan y la pantalla se enciende la felicidad invade nuestros corazones.
Ahora nos quieren mostrar un Bond que detrás de su sucio y frío trabajo tiene un corazoncito sufriente y una historia familiar trágica. Lo compro! Quiero que el cojudo que mata gente a nombre del gobierno inglés sea un traumado, acomplejado y si se puede semi-impotente. Dios bendiga a la Reina Madre.
Skyfall inicia con una aburrida secuencia de acción, por aquello de que toda película de acción que se precie debe tener un espectacular inicio. Lo que vemos ya lo hemos visto cien veces: persecución coreografiada del bueno-bond contra un villano malo-maloso.
Al principio algo tiene que salir mal, porque estamos empezando y claro, Bond-Craig sufre un gran contratiempo que sí, es culpa de M (la gran gran Judi Dench), por lo tanto Bond desaparece del mapa hasta que algo peor ocurre.
Lo voy a decir porque para una historia que se centra en el poder del servicio de inteligencia inglés, la anécdota que sirve de base para la historia suena muy estúpida: Resulta que estos crispines tenían los nombres de todos sus agentes encubiertos (nombre real-más nombre encubierto) en un flash drive, estamos hablando de agentes que estaban infiltrados por toda Europa en movimientos terroristas, subversivos o simplemente espiando a algún país…
Sip. Han leído bien. Un flash drive…
REPITO: UN FLASH DRIVE.
No me pregunten cómo puede ser que el M16 tenga dicha información amontonada en un dispositivo de ese tipo y que encima se lo roben, pero la película nos hace creer que es posible y que el hecho no resulta una paradoja en sí mismo.
Como no puede ser de otra manera, Bond siente el llamado al campo de trabajo aún a pesar del trauma vivido al principio de la película, y buscará la manera de servir al país y a la agencia con empeño y valor.
(espacio para escuchar el himno a Inglaterra)
Por otra parte, M (Judi Dench) es cuestionada sobre las no menos estúpidas decisiones que tomó respecto a lo del flash y otros entretelones por lo que arrimados al dicho de “lo que no sirvió una vez que no estorbe dos veces”, la quieren jubilar.
Cuando Silva (Javier Bardem)  irrumpe nos regala el monólogo de las ratas y hace que valga la pena el suplicio de todo el sinsentido previo y todo el sinsentido que vendrá después.

Despelotes van y vienen, y sí…pasás un rato entretenido que si no fuera por los guionistas, y por la poca inspirada dirección de Sam Mendes, la cosa hubiera ido mejor.

Robert Wade, Neal Purvis y John Logan tuvieron la responsabilidad de escribir algo que debió ser medianamente coherente. Escarbando en la red, pues parece que aquí el damnificado fue John Logan. John Logan es el único de los tres que tiene algo de currículum, ha escrito Rango, La Invención de Hugo, Gladiador y otritas de esas. Wade y Purvis se han dedicado a vivir de la franquicia y su trabajo como guionistas se reduce a las distintas entregas de Bond, conté alrededor de 5 participaciones. Pues dicen que Logan tenía un guión escrito y que luego les recortaron presupuesto y Logan fue expulsado de la trinidad, cuando fue expulsado o se expulsó, según él mismo mantuvieron algunas ideas que aportó, pero Wade y Purvis metieron su cuchara también. Así tenemos Skyfall después de no sé cuántas revisiones, recortes y retoques.
Es un híbrido que en muchas partes nos hace exclamar WHAT THE FUCK! Ejemplo: Viene un SPOILER gigante así que el que no la vio, sáltese al siguiente párrafo. Decía…la tal Severine que le tiene pánico a Silva, va y lleva a Bond al refugio del tipo sin más ni más, y muere de la forma más inoficiosa del mundo. Otra: nunca queda claro cómo hace Silva para escapar tan campante de su prisión, tampoco tiene sentido que M, cabeza del M16, una vieja loba de mar inescrupulosa y a la que no le tiembla el pulso para decir: DISPAREN…vaya y se meta a una casa descascarada con Bond y su guardabosques a esperar a Silva. O sea, qué mierda se supone que es eso.  Y luego cuando “escapan”, se van en la negra noche con su linternita….como una señal de faro para Silva. Hermoso. Y Silva qué onda, le quitan dignidad con eso que más o menos resulta en un “mommy please love me”. Al final, no hay triunfo de Bond porque si Silva lo que quería era poner al M16 de cabeza, matar a la vieja y matarse él, TODO se cumple tal cual sus deseos. Pelotudo Bond.
FIN DEL SPOILER
Bueno, ustedes saben que uno de los distintivos de la saga son las mujeres-adorno que suelen ponerle sexualidad a cada entrega, seh…la típica de macho galán necesita mujeres lindas para revolcarse mientras salva al mundo (Simone Beauvoir araña su cajón). En Skyfall a falta de una hay dos principales,  dos “chicas Bond”. Una es Berenice Marlohe interpretando a Sévérine, una prostituta aterrorizada por Silva, y a quien hacen aparecer como la full bomba sexy, pero cuya interpretación deja mucho, mucho que desear; y otra es la jamaiquina Naomi Harris, Eve en la película, cuyo papel no termina de calar ni como la ayuca de Bond ni como su amante ocasional.

 

Si podemos objetar las interpretaciones de ambas actrices, no sucede lo mismo con Judi Dench, a quien da lo mismo si la vemos como la cojuda M o como una señora de la tercera edad tratando de empezar de cero en la India (Hotel Marigold), la doña sabe actuar. Lo mismo va para Javier Bardem, a quien en algún momento podemos sentir desafinado o “raro” pero que luego la sensación pasa y te conquista. Lo único que no me gustó fue el pelo. Horrible, parecía peluca de 2 pesos.
Daniel Craig al que ahora se le exige menos esterilidad interpretativa, nos sigue dando exactamente lo mismo de siempre, o sea casi nada. Lo siento, por ese lado no hay mucho que contar.
Si hablamos de dirección, Sam Mendes aún no encuentra su lugar en el mundo. Tuvo una muy buena acogida por la interesante American Beauty, y después una seguidilla de películas entre regulares y aceptables. En Skyfall se nota una estética por ahí más aspiracional que la que suele usarse en la franquicia, pero definitivamente no es una película inolvidable, ni mucho menos una a la que el director haya conseguido dotar de una personalidad que la separe diametralmente de las anteriores.

 

Sin embargo, hay algo para estar contentos: la dirección de arte y la fotografía. Una gran dirección de arte que debido a sus locaciones en 5 países tuvo a 6 personas a cargo con un resultado sobresaliente. Lindísima, alegra la pupila y el corazón, cosa que no sería posible si no viniera acompañada por la gran fotografía de Roger Deakins cuyo currículum como director de foto de La Duda, No es país para viejos, El Lector, El asesinato de Jesse James, El Gran Lewosky y Fargo, entre muchas más, dan una garantía inobjetable a la parte visual del filme. Gran gran fotografía que se luce en el edificio cuando Bond tiene su encuentro con el mercenario, también cuando llega al casino, la escena de la isla y claro, toda la parte del tiroteo.
Skyfall no será todo aquello que prometen algunas críticas, y claro nos dejará pensando en tanto profesional nominado/ganador al Oscar amontonado ahí medio al huevo, pero igual entretiene sin mayores tribulaciones.
Película pipoquera, a la que no se le puede pedir nada más que ser la veintitanta entrega de James Bond.
Lo mejor: Bardem y su monólogo de las ratas. Puso ideas bonitas en mi cabeza.
Lo peor: Bien pelotuda.
La escena: El encuentro con el mercenario y lo de las ratas. Seh…me gustó esa idea…
Lo más falsete: Lo mencionado dentro de los spoilers
El mensaje manifiesto: Si el coco viene metete debajo de la cama.
El mensaje latente: Cría cuervos y te sacarán los ojos
El consejo: Vela sin mayores expectativas
El personaje entrañable: Silva. Amé.
El personaje emputante: Las chicas Bond, y Bond: separados y juntos.
El agradecimiento: que a pesar de intentar con todas sus ganas ser insoportable, se deja ver.
CURIOSIDADES
Se filmó con la ARRI ALEXA L, PLUS, y STUDIO, además de la RED EPIC como segunda unidad para las escenas de acción.
Es la película número 25 de la saga James Bond, la 26 si se cuenta una hecha para televisión y la 23 con Eon Productions.
En 50 años de películas Bond, es la segunda en que Bond es herido de bala.
No tiene ninguna relación argumental con las dos entregas previas que protagoniza Daniel Craig.
Es la primer entrega que no usa como hilo argumental lo escrito por Ian Flemming.
Sam Mendes quería trabajar con Kevin Spacey para el papel de Silva, pero el actor tenía conflictos de cronograma, finalmente el papel lo tomó Javier Bardem.
Daniel Craig estaba preocupado porque a sus 43 años encontraba que ya no estaba en el estado físico necesario para hacer de Bond, tuvo una preparación física de 6 meses antes de filmar.
Ben Bishaw es el cuarto actor que interpreta a Q.
La primera James Bond en ser lanzada en formato IMAX.
El tema principal de la película se llama Skyfall y es interpretado por Adele.
Se filmó en cinco países: China, Turquía, Japón, Inglaterra y Escocia.
Un tercio del presupuesto de la película proviene de acuerdos comerciales para mostrar marcas como: Coca Cola Zero, Bollinger Champagne, relojes Omega; joyería Swarovski; Honda Motorcycles; Jaguar & Land Rover; Sky TV’s , televisores Bravia, computadoras y laptops Vaio; Xperia tablets & smart-phones, the Sony Xperia TL phone y Heineken, entre otros.
Según Sam Mendes, el filme fue influenciado por la saga de Batman creada por Cristopher Nolan.
Sam Mendes tuvo una relación amorosa con la actriz Rachel Weisz que ahora es esposa de Daniel Craig.
Presupuesto de 125 millones de dólares, una de las más baratas de la franquicia y la que más éxito tuvo en la taquilla internacional.
La actriz Berenice Marlohe, que interpreta a la sexy Severine, comentó que Daniel Craig era muy tímido y que en la escena de la ducha estuvo nervioso y no quería quitarse los calzoncillos, ella tuvo que convencerlo para hacer la toma completamente desnudos.
Después del éxito del filme, los fervientes fans del agente 007 no han podido contenerse y han agotado las existencias del famoso bulldog que M, la directora del MI6, tiene en su escritorio.
Se filmó en 127 días.

Judment Time

No se dejen engañar por el poster choto. Ni tampoco la miren con asquito solo porque en el 95 hubo una versión vomitiva con nuestro amigo Sylvester Stallone.No.

Dredd con esos antecedentes que menciono en el párrafo de arriba, es una más que digna adaptación de un cómic. No será inolvidable, no será imprescindible, no hará que me haga un tatuaje con su título, pero lo dicho, salís del cine sin ese cáncer hepático que se va formando gracias a otras producciones como Resident Evil: El mal se hace global, o la odiadísima (muy) Lincoln: el cazavampiros.
Parece que Peter Travis (director) se puso como máxima no repetir los errores y horrores que nos regalan las producciones americanas tipo Linterna Verde, y en esta ocasión junta a sus actores, dice: “Luz, Cámara, Acción” y tenemos Dredd.
 
La trama nos cuenta que el mundo se fue al carajo, y huyendo de la radioactividad se formaron megaciudades. Es así que estamos en MegaCity 1, que viene a ser Nueva York, y donde se alzaron megabloques, unos edificios grandotes, con alrededor de 200 pisos y que albergan comunidades enteras.
Uno de estos megabloques es zona roja y está liderado por Ma-ma (Lena Headye, actriz conocida como la reina bitch de Juego de tronos), ex prostituta que luego de un altercado pone los ovarios en la mesa y dirige el boliche sin que le tiemble el pulso.
Como la megaciudad tiene sus índices de violencia desatados y la fuerza policial no abastece, quienes lidian con el despute son los Jueces, que hacen de agentes del orden, jueces y verdugos, un hermoso combo justiciero.
(Siento el tufillo fascista perforando mis pulmones, pero…qué le vamos a hacer)
Uno de estos jueces es Dredd, que ya de entrada vemos es un tipo duro, un bad ass, esos que van al dentista y no necesitan anestesia, seh…
A Dredd le endilgan a Anderson, una mutante ñoña que es psíquica y a la que tiene que entrenar/supervisar para ver si es capaz de ser Juez. 
Ocurre un asesinato y envían a la parejita a poner el rancho en orden. Hacia allá van, pensando que se trata de algo rutinario, de ir a pastar al campo y oler las flores, pero no, se toparán cara a cara con la loca/bitch Ma-ma  y sus no menos inescrupulosos secuaces.
Partamos diciendo que se trata de una producción inglesa, lo que ya es motivo de confianza, buena fe y alegría adelantada. Digamos también que el guión no se lo pasaron por el traste, y han intentado ponerle cariño, esmero, con miras a que el espectador que ya está acostumbrado a que le roben las ganas de vivir, pase un rato ameno y que la película no le grite: “Sos un imbécil”.
Alex Garland que ya escribió 28 días después, La Playa, Nunca me abandones, y en cuyas manitos descansa la adaptación de la esperadísima Halo, construye un guión cumplidor, con uno que otro momento destacable, y que guarda coherencia entre personajes y situaciones, cosa pocas veces respetada entre aquellos que adaptan un comic.
Merece mención la estética del filme, oscura y sombría, en la que se unen el más prolijo slow-motion con una nueva droga llamada slo-mo, justificando a pleno los momentos oníricos híper-lentos que la droga provoca.
Karl Urban interpreta a un Dredd que algunos dicen no necesita mayores matices gracias al casco que lo cubre, pero que teniendo en cuenta otros villanos cuya energía no traspasa la máscara o el disfraz (besito a Bane) pues tampoco es para tomárselo tan al cuete. Urban no incomoda, el Dredd que interpreta nos transmite todo aquello que se supone debe transmitir. Lo mismo sucede con el resto del elenco, un casting que colabora con la visión del director.
Si bien su primera hora es más propositiva que el resto del metraje, podemos decir que Dredd se convierte fácilmente en una de las mejores adaptaciones de cómic de este año.
 

Entretenida, bien filmada, poderosa en su estética, digna de verse.

Lo mejor: Es entretenida y no es estúpida (en los cánones de estupidez a los que nos tienen acostumbrados)
Lo peor: Tiene un muy buen inicio y al final se vuelve más de lo mismo.
La escena: Cuando Anderson se mete en la cabeza del matón.
Lo más falsete: la escena en que los encierran con los barrotes y Ma-Ma se nos va al chancho.
El mensaje manifiesto: La justicia sobrevive
El mensaje latente: La justicia es implacable
El consejo:No esperés que te cambie la vida, aceptala como un buen producto de entretenimiento. El 3D lo vale.
El personaje entrañable: Dredd…seh…así uno puede pasar por la zona roja de la zona roja de este pueblo, sin que se te mueva ni un cabello.
El personaje emputante: no hubo uno particularmente destacable.
El agradecimiento: que esté bien filmadita y que nos siga demostrando que hay cámaras digitales capaces de emular o superar al 35mm.
CURIOSIDADES
Fue filmada con la Phantom Flex, la RED ONE y la Silicon Imaging
El bloque Peach Tree fue nombrado así en honor al restaurant en el que el guionista y el autor del comic se reunieron por primera vez para discutir el proyecto.
45.000.000 $us. de presupuesto.
Garland empezó a escribir Dredd en el 2006, mientras escribía Sunshine (peli de Danny Boyle).
El director, Peter Travis, fue prohibido de participar en el proceso de edición y post-producción, siendo Garland (guionista) el que se lideró esa fase. De hecho, hubo polémica porque se decía que las contribuciones de Garland fueron tan significativas que aparecería en los créditos como co-director. Al final, llegaron a un acuerdo en que Garland solo aparece como guionista.
Dredd es el comienzo de una trilogía.

A storm is coming

Hay momentos en la vida en que uno se puede comportar muy estúpidamente. Hay momentos en que el ser estúpido te hace feliz. Y claro, hay momentos en que perdés la vergüenza y le mostrás al mundo tu feliz estupidez sin pudores: Miércoles 25 de julio. Cine Center. Polerita negra con imagen del Joker. Sonrisa bobalicona. Corazón palpitante. Premier: Batman The Dark Knight Rises.
Compré las entradas con cinco días de anticipación. El país olía mal: un “Oruro es una ciudad fétida” era motivo suficiente para airear leyes, exigir disculpas, pedir perdones, y buscar resarcimientos morales mientras la basura (real/metafórica) se sigue acumulando en todo el suelo patrio. La infame comitiva olímpica, la corrupción, los desmanes municipales, todo, todo, no importaba porque la catarsis del vacío existencial se aproximaba: El cierre de la trilogía iniciada por Christopher Nolan.
 
Sintiéndome muy precavida, llegué a las 20:00 al cine, la película empezaba recién a las 21:00. Otra gente se avivó también, así que la cola llegaba casi hasta afuera de las instalaciones. No podía faltar algo de humor negro, irresponsable y hasta de mal gusto sobre Denver. Lo humano de lo inhumano.
 
Los disfraces estaban prohibidos (decían) pero unos cuantos Jokers y un par de Banes se hicieron presentes para demostrar que aquí en Santa Cruz de la Sierra Bolivia también le hacemos a eso de ser groupies-fans-seguidores.
 
Con esa felicidad que solo puede darte el llegar a un momento anhelado, acariciado en tus noches de insomnio, entramos a la sala 12. VOS (Versión Original Subtitulada, OBVIO!)
 
Seh. Era el ser más emocionado del mundo mundial. A compañeros de butaca los engañaba con un discurso nihilista: “Seguro que no es gran cosa”. La vara alta dejada por la anterior entrega hacía imposible una repetición de esa hazaña. Pajas. En el fondo de mi corazoncito soñaba con que la experiencia sea apoteósica, inolvidable, épica.
Empezó.
 
Entré en shock cuando escuché a Bane, “QUE ES ESTO!!!” susurré indignadísima. La voz me estorbó desde el principio. El acento, la textura, parecía una voz puesta encima como cuando doblás un dibujo animado. Luego visualizamos a Tom Hardy interpretando a un villano que en papel es superior y  en pantalla carece de energía. Me sentí decepcionada.
La escena que presenta al nuevo villano es espectacular. No tiene mucho sentido, es un poco chota, pero la acepto, abrazo la resignación y la acepto. Aparece también Aidan Gillen, el actor de Juego de Tronos (Meñique) como agente de la CIA.
 
El filme cuenta en qué anda Gótica 8 años después de los intensos momentos vividos gracias al Guasón. La ciudad está en paz. Los criminales han sido castigados bajo una dura ley inspirada en el héroe del boliche: Harvey Dent.
 
Batman se nos ha deprimido, ajá. Asumió la culpa de todas las fechorías de Dent, se alejó del mundanal ruido, lleva vida de monja en claustro y se regodea en la autocompasión y la culpa. 
 
Dan ganas de ponerse unos guantes de alpaca, rellenarlos con ladrillos y agarrarlo a lapos. Descojudizate Bruce Wayne, descojudizate!!
 
Michael Caine (Alfred, el mayordomo) aparece mejor que nunca. Cada escena en que Caine estaba era una escena en que Caine brillaba.
 
Inmediatamente conocemos a la felina Selina Kyle, interpretada por Anne Hathaway. Anne pasó lecciones de baile y se entrenó duramente durante meses para lograr esa elegancia/fuerza en sus movimientos. Me gustó.
 
Como la ciudad anda tranquila y feliz,  a todos coge por sorpresa la aparición de Bane. Sí, volvamos a Bane. Este crispín en el cómic es un brillante estratega, un tipo súper inteligente, que en prisión se la pasó leyendo montonera de libros. Más allá de los musculitos se supone que retará a Batman intelectualmente, al menos eso dijo (léase: “me prometió”) Christopher Nolan, el director.
 
Quizás esas fueron las intenciones, en la práctica Bane parece un mercenario cualquiera, un poco más comedido/eficaz que otros y esito sería. Sabemos que hará talco a Batman, es un poco evidente, pero mi sueño era que lo haga talco y de paso diga cosas que nos joda el alma y nos trastorne la cabeza (masoquismo express).
 
Mientras el Guasón no tenía un plan y era en sus propias palabras como un perro persiguiendo un auto que de alcanzarlo no sabría muy bien qué hacer con él, Bane sí tiene un plan, un objetivo y sigue pasos específicos para lograrlo, aunque dicho plan no sea diferente al de cualquier terrorista de turno.
 
Gordon (gran Gary Oldman) anda con remordimientos por sus “mentirijillas” sobre Dent y Batman. Cosa que me pareció medio al huevo. Y tiene en su escuadrón al joven Blake (Gordon-Levitt), un huérfano que aún recuerda al hombre murciélago con cariñito y que se pasa casi toda la película con el ceño fruncido.
 
Por si fuera poco nos encontramos con Marion Cotillard interpretando a la misteriosa Miranda , una multimillonaria que anda tras los huesitos de Bruce Wayne para que juntos salven al mundo de los huecos que tiene la capa de ozono. Bello.
 
¿La trama central de estos personajes? Bane querrá ejercer justicia divina y barrer con todos los miserables seres que habitan ciudad Gótica. Nuestro querido Batman-Bruce Wayne tendrá que descojudizarse e intentar salvar los panes que se queman (una vez más) aún cuando no se encuentra en condiciones físicas/psicológicas y es prácticamente un suicidio. El Rises (asciende) será literal y también una bella metáfora de la superación personal, la lucha por la sobrevivencia y la fortaleza interior.
 
(Espacio para que agarren el libro El Alquimista y lean dos  o tres capítulos)
 
La primera media hora la pasé para la mierda. Estaba indignada, jodida, cabreada. Pero conforme fue avanzando me introduje en la historia y conseguí disfrutarla con picos de éxtasis y embeleso.
 
Así como tiene escenas o partes del argumento muy pedorras, Nolan crea otras que son definitivamente magníficas y que hacen de Batman The Dark Knight Rises, un espectáculo emocionante y meritorio.
 
Después de estar tres horas sintiendo muchas cosas, la película terminó.
Al día siguiente hice lo único que podía hacer: Volver a verla.
 
Esta vez me jui al cine Palace, así que desde este humilde rincón de la virtualidad les recomiendo que vayan a verla al Palace. El sonido estuvo muchísimo mejor, a años luz del Cine Center. Aquí la voz de Bane ya se escuchaba más “lata” menos saturada, y aprendí a “quererlo” en esta nueva y más agradable aproximación sonora. Advierto también que cuando la vi en el Palace me tocó verla en la sala 1, cuya pantalla está demasiado levantada y quedás con el coto dolorido de mirar pa arriba. Ese inconveniente, no obstante, se resuelve sentándote lejitos.
 
La segunda vez disfruté más la historia, a pesar de que le encontré muchas más incoherencias. Llegué a la conclusión de que Nolan ya no es el Nolan de Memento o de Following, Nolan es un tipo que hace cine pipoquero pero un buen cine pipoquero. Espectacular, fastuoso, y con un intento de guión mucho más interesante que el promedio.
 
Ese sería el bright side (lado luminoso), el lado oscuro tiene que ver con que los errores argumentales son tan básicos, absurdos, que no entendés cómo a los Nolan (porque esta vez también trabajó su hermano en el guión) se les escaparon tantas cosas.
 
De ahí surgen interrogantes existenciales como:
SPOILERS (los que no la hayan visto pasen de largo la lista y vayan al final)
 
1.- Qué onda con el pozo. Dónde se supone que quedaba. No tenía absolutamente nadie que lo vigilara? Supuestamente está en otro país, pero van y vuelven del pozo como si se tratara de ir a la venta a comprar chicha. Y hablando del pozo en sí mismo, se supone que ahí está la escoria de la escoria, gente que incluso hizo que Bane tuviera que usar esa máscara de por vida. Llega Batman, y todos son amigos unidos en pos de la superación. Con cantitos y consejos pa que cosito trepe y alcance la libertad.
2.- Gótica está cercada, nada entra, nada sale y Batman regresa del pozo como Pedro por su casa. Le da tiempo de bañarse, ponerse el trajecito, recuperar sus juguetes, hacer su símbolo en un edificio para que después le prendan fuego desde el hielo  y encima se pasea por el barrio de Gatúbela y se la encuentra. Sí, algunos dirán: “Es Batman”…pero…
3.- Nuestro amigo Blake cuenta que supo que Bruce Wayne era Batman con “solo mirarlo”.  Sí, podríamos decir que como ambos tienen una “conexión especial”, como Blake es huerfanito, como ambos sufrieron lo mismo, y como al parecer Blake tiene un sexto sentido desarrollado (que jamás da frutos) PODRIA SER POSIBLE. Pero no sé. En esa parte hubo una risa apagada en la platea, a la que se unió mi carcajada en la oscuridad. El “instinto” de Blake deja mal parau a Gordon, que lleva años conociendo a Bruce Wayne y a Batman y jamás los asocia.
4.- Es la entrega en que la “humanidad” que le achacamos a esta visión de un súper héroe se pasa un poco de rosca. Está bien que Batman-Bruce etc., tenga sus conflictos, sus vacíos, sus mirarse el ombligo, su tocarse por las noches, pero como que una cosa es eso, y otra las decisiones bastante incoherentes que el hombre murciélago toma a lo largo de este filme, incluida su confianza sostenida en la caradura de Gatúbela y su “entrega inmediata” a Miranda.
5.- Después que se activa la bomba y Bane se va al estadio y da el discursito y se supone que toma por rehén a toda la ciudad, esteee cuál es el plan a los ojos de Gótica? No pueden salir de la ciudad, ni nadie puede entrar porque hay una bomba nuclear que destruirá todo, así que quédense todos en su casa mientras la vida pasa?
6.- Como que ya está bueno de la bomba nuclear, de largo alcance o what ever, que el héroe de turno agarra, se lleva lejitos en un acto de sacrificio y reconfirmación de su estampa heroica y luego pensamos que el pinche asqueroso muere pero nada…(Avengers-escena final con Iron Man/ Capitán América-Escena final en el mar/Y ahora estito)
7.- La espalda de Batman. Pues sí, en el cómic queda parapléjico. Claro. Aquí le acomodan la vértebra dislocada, lo cuelgan un rato, hace ejercicio los días subsiguientes y puede escalar el pozo con singular destreza, un par de meses después.
8.-Las acciones físicas no son la especialidad del director. Hay una escena en particular (callejón: Blake, Batman, matones) en que los criminales directamente esperan turno pa pelear con Batman, en lugar de írseles todos encima a sacarle la infundia o disparar como si el mundo se juera a acabar. Ahí se quedan como mensos viéndolo venir.
9.- La aparición del Espantapájaros (primer villano en Batman Begins) interpretado por Cillian Murphy pasa sin pena ni gloria. El espantapájaros es el juez que condena a exilio o a muerte a los ciudadanos de Gótica. En el cómic, Bane, consciente de que no puede enfrentar solo a Batman libera a los presos, y con ellos salen todos los némesis del hombre murciélago: El espantapájaros, el Guasón, etc…
10.- Un némesis como Bane, cuyo perfil es absolutamente anárquico, terrorista e independiente, es disminuido a peón de la hija de Ras Al Ghul. En el discurso ñoño, el típico que pierde el tiempo en lugar de barrer con todo, Talia cuenta que salió del pozo, buscó a su padre. Encontró a su padre y como el padre rechaza a Bane, se enemista con su padre. Cuando Batman liquida a su padre, ella quiere vengar a ese tipo que según su discurso nunca estuvo a la altura. Seh. Lindo.
11.- La muerte de Marion Cotillard es sin duda la escena más horrible a nivel de actuación que le he visto a esta actriz. Tomando en cuenta los grandes papeles que interpretó y sus habilidades, esa escena es absolutamente terrible por donde se la mire.
 
FIN DE LOS SPOILERS- Podéis continuar.
 
Si dejamos TODO ESO de lado, si nos entregamos a lo fastuoso sin mayores pretensiones, si nos dejamos golpear por la hermosa música de Hans Zimmer, se puede disfrutar y decir: Peores hay.
 
Nolan comentaba que la trilogía se planteó con temáticas específicas en cada entrega. En Batman Begins era el miedo, en Batman Dark Knight, el caos y en Batman The Dark Knight Rises es el dolor. Dolor emocional por las pérdidas que sufre el enmascarado gracias al guasón. Dolor por la culpa. Dolor por el aislamiento al que se condena. Dolor físico. Dolor del sacrificio. Hasta los villanos ejecutan acciones basadas en el dolor.
 
El trasfondo ideológico ha sido criticado como conservador y neofascista. Pero admitámoslo, el súper héroe americano por definición defiende el american life style. Protege el sistema, celebra el status quo. Encima lo hace de manera maniqueísta. Mientras ellos salvan al mundo, los árabes, asiáticos, rusos, terroristas, son retratados como el enemigo a perseguir. Aquí la policía resulta ser la respuesta a todos los males. Una institución que en USA en estos momentos no está vista precisamente como la salvación de la sociedad y de las buenas costumbres.

El discurso de liquidar las clases sociales, devolverle a la ciudad lo que los ricos, políticos, banqueros, etc. han usufructuado a lo largo de sus actividades, se pone en boca de los villanos. Lo bueno, lo decente, es que las cosas sigan como estaban antes de la aparición de Bane.
 
Aún con ese tufillo que ha generado detractores, Batman de Christopher Nolan es el mejor acercamiento a un súper héroe que ha dado el cine. Fue el primero en atreverse a sacar del absurdo, la chabacanería, y las historias superficiales a su personaje. El que dejó la caricaturización e hizo de un súper héroe un hombre con sus tribulaciones y conflictos.
 
Como un todo funciona, aunque con este cierre repita la fórmula ya manejada en anteriores entregas, aunque podamos encontrarle ene fallas argumentales, aunque nos deje sabor a poco y el corazón sufriente por lo que “pudo ser”.
 
Salen los créditos y sabés que no es el mejor filme de Nolan (muy lejos de serlo), sabés que el Guasón y la Gótica que dejamos hace unos años merecían mejor suerte, lo sabés y aún así, algo muy dentro tuyo dice: cómo lo disfruté.
 
Lo mejor: tiene escenas grandiosas y a pesar de su excesiva duración no aburre
Lo peor: el guión estuvo muy flojo, lleno de baches e inconsistencias. Al ser un cierre de una trilogía como esta, se espera mucho más.
La escena: La del estadio, y la del pozo (el éxito)
Lo más falsete: la rápida recuperación y la última escena de Marion Cotillard.
El mensaje manifiesto: El ser humano puede redimirse o hundirse
El mensaje latente: Estamos más inclinados a la redención
El consejo: Vela en versión original subtitulada, y si estás en Santa Cruz, en el cine Palace.
 
El personaje entrañable: Alfred (Michael Caine) hubo un par de momentos en que me convenció del todo y tenía ganas de cachetear toda la vida a Bruce Wayne.
 
El personaje emputante: La voz de Bane, aunque después lo encontré más llevadero.

El agradecimiento: Que no cayeron en la tentación de cagarla más haciéndola en 3D y que dentro de todo tiene escenas que vale la pena ver.

 
CURIOSIDADES
       Presupuesto estimado de 250.000.000 $us. Recaudación aproximada de 555.000.000$us. hasta el 1 de agosto.
       Nolan es el primer director que completa un a trilogía de Batman. Y el segundo que lo hace de un super-heroe, compartiendo el podio con Sam Raimi que hizo la trilogía de Spider Man.
       La horrible voz de Bane es culpa del mismo Tom Hardy, quien se inspiró en un viejo gitano octagenario que era viajero y músico.
       Wally Pfister es el director de fotografía y ha trabajado con Nolan en todos sus filmes a excepción de su ópera prima: Following.
       Muchas actrices hicieron casting para ser Gatúbela, al final quedaron Keira Knightley, Jessica Biel y Anne Hathaway. El papel se lo quedó Anne.
       Para la escena del estadio se usaron cerca de 10.000 extras y aparecen conocidos jugadores de football americano.
       Aunque en la película nunca se explica para qué carajos usa la máscara Bane, en el cómic… Bane fue sujeto a experimentación durante su estancia en la cárcel. Le aplicaron una droga conocida como VENOM que había matado a todas las otras personas a las que se la inyectaron. Bane sobrevive, la droga lo hace más fuerte pero necesita un bombeo constante cada 12 horas a través de unos tubos que van directamente al cerebro.
       Nolan afirmó inspirarse en el libro de Charles Dickens: Historia de dos ciudades.
       La encargada de vestuario dijo que tardó dos años en diseñar la chaqueta de Bane (¡!)
       El traje de Batman contiene 110 piezas.
       Tuvieron que ponerle tacos a Bane porque era más bajo que Bale, Cain y Morgan Freeman. No querían que el villano se viera enano.

Promether demasiado

Si en los trailers y en el poster advirtieran: “Guionizada por los mismos crispines que escribieron Cowboys & Aliens y The Darkest Hour”, no habría resentimientos. 

Diríamos con voz de niño que desea un dulce: “PERO es filmada por Ridley, algo interesante tendrá”. Nuestras expectativas estarían por el piso, la posibilidad de divertirnos visualmente nos haría asistir a la sala y salir de ella sin mayores daños.
 
Eso pasaría.
 
El problema empieza cuando nos promethen el GRAN retorno del señor Ridley Scott, la vuelta a SUS orígenes, digamos que un nado estilo mariposa en su placenta.
 
Y para los que desde hace años nos preguntamos DONDE se nos extravió RS, en qué intestino de la industria hollywoodense se quedó atorado, pues la posibilidad de ver al creador de Alien y de Blade Runner en his best shape, es demasiado tentadora.
 
Nada importa que sus últimos trabajos (Robin Hood, A good year, Red de Mentiras, y todo lo que hizo durante el nuevo milenio) sean una antesala lógica de ESTO. Nop.
 
El ser humano siempre insistirá en abrazar la esperanza y estrangularla.
 
Así que en un aciago lunes de junio del 2012, ahí estábamos a ojo pelado ante Prometheus, que en un principio se llamaría Paradise, pero luego de que toda la paja mental de creer o no creer fue asentada a Ridley le pareció que lo de Prometheus le quedaba pintau.
 
Hermoso: Mitología, ciencia ficción, filosofía, religión. Todos para uno y uno para todos.
 
Las secuencias iniciales, que según diversas fuentes, tardaron en filmarse dos semanas en Islandia, son sencillamente espectaculares. Diría que si ves eso, podés ir a tu casa, cerrar los ojos y morir tranquilo. Muy bonito.
 
 
Prometheus promethía.
 
Luego aparece el gran (GRAN) Michael Fassbender interpretando a David. En tu cabeza suena Beethoven y aparecen imágenes de Kubrick (en tu cabeza). Las palabras “Hello, Dave” que son lanzadas al androide son un claro homenaje a HAL-9000.
 
David custodia la nave donde duermen a pierna suelta (al estilo crionizados) 8 individuos. Estos han sido reclutados por la corporación Weyland dirigida por Peter Weyland. Dos de ellos descubrieron que jeroglíficos de distintas culturas apuntaban a un elemento común. Este elemento común entre culturas que nunca tuvieron contacto entre sí es la prueba de que existe un ser o seres superiores que son como los padres de la humanidad. Los Weyland y compañía llaman a este poder superior: Los Ingenieros y arden en deseos de topárselos cara a cara.
 
Yo no querría verlos ni en una lectura de hojas de coca, pero son opiniones.
 
Después de un viaje de unos cinco años, todos despiertan y llegan a un planeta donde supuestamente encontrarán a Papi o Mami. Aquí se juega mucho con el tema de la fe, la necesidad de saber de dónde se viene y hacia dónde se va. El resentimiento del porqué nos dejaron a nuestra suerte, huérfanos, abandonados. Es decir, se plantean cuestionantes existenciales que han derramado litros de tinta en distintos libros, que han creado guerras, y que han destruido naciones. Para eso hay que ser muy pendejo, y tener entre tus guionistas gente con criterio, dos dedos de frente y un poco más de profundidad que una tapa de cerveza.
 
¿Quiénes se encargan de escribir una historia con ese trasfondo tan delicado? Les presento a John Spaihts.
 
Esperen un momento que voy a salir a la calle a gritar un rato.
 
 
Este John Spaihts debutó en la pantalla gigante con el guión de una película llamada La hora más oscura. Película insípida, estúpida, sin chiste, aburrida, mal hecha, donde las haya. Era aquella de los individuos que estaban pasándolo chancho en Moscú y llega la invasión extraterrestre para liquidarnos con una extraña luz.
 
Averiguada la cosa, resulta que Prometheus iba a ser dirigida por Carl Rinsch un director de comerciales de televisión, pero la Century Fox que tiene los derechos de Alien, exigió que el filme sea dirigido por Ridley. Tanto Ridley como el estudio aprobaron a Spaihts, pero filmar ese guión costaba 250 millones de dólares y además iba a tener una calificación R (no apta para todo público).
 
Century Fox, después de meditarlo, no estaba dispuesto a pagar esa platita por un film que iba a tener restricciones de público. De ahí que llamaron a otro sujeto: Damon Lindelof quien hizo una “revisión” del guión escrito por Spaihts ajustándose al presupuesto (150 millones aproximadamente) que la Century Fox estaba dispuesto a gastar.
 
Damon, amoroso él, es la mente iluminada que escribió Cowboys & Aliens.
 
Ajá.
 
En entrevistas posteriores a Spaihts sobre la co-escritura de Prometheus, el susodicho se muestra políticamente correcto. Formalismos aparte, sospecho que en su casa guarda un muñeco vudú de Lindelof al que le clava alfileres y le quema cigarrillos. Yo haría eso y más (insertar mirada desquiciada)
Dejando ese contexto de lado, volvamos a la película.
 
Uno elige en qué creer”, nos dice ñoñamente uno de los personajes. Bajo esa premisa se sostiene el argumento o la falta de él. Llama la atención la poca consistencia de los personajes a nivel de acciones, lo de los cascos me pareció la cosa más insensata del mundo, y se supone que son científicos, la crema y nata de sus áreas. A veces me emputaba y murmuraba: «Cómo pueden ser tan brutos«.
 
No me voy a poner cojuda porque la ciencia ficción se toma licencias de todo tipo, y alguna gente no gusta de buscarle lógica a conceptos básicos de supervivencia, pero más allá de eso, lo que parte con una introducción ambigua, bien cuidada, sutil, estéticamente hermosa, se va perdiendo en el camino para dar paso a los diálogos clichés de cualquier película, y digo bien:cualquiera…esas líneas las podés escuchar hasta en un dibujo animado de tan pobres que son.
 
Hay varias vertientes que la historia toma, siendo la principal la que gira en torno al personaje de Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), quizás es en ella donde el esfuerzo por conectarnos emocionalmente con la trama tiene más resultado, aunque eso se deba en gran medida a que el filme gira en torno a ella. Otra vertiente es la de David, el androide que siente curiosidad, morbo, por la humanidad, los sentimientos, las sensaciones, y que en su búsqueda de entender o descubrir situaciones, experimentará a placer. 
 
Meredith Vickers (Charlize Theron) como la estirada y fría comandante de la nave, guarda un secreto que se revela al final. Su personaje, a partir de la mitad, se desdibuja notablemente. El resto de los personajes son de difícil rememoración, no están bien construidos, no conectamos nunca con ellos, su muerte o existencia no repercute en el ánimo de la platea, y los minutos siguen pasando.
Por otro lado, la pregunta principal: “Quién nos creó” se resuelve de una manera mentecata. 
 
Las secuencias finales de David movían más a la risa o la contemplación un tanto extrañada del curso de los acontecimientos. Y no tiene que ver con las escenas en sí, sino con el armado de celofán en que se encontraban envueltas.
 
Un armado poco convincente que no justifica ni hila un concepto tan poderoso como el origen de nuestra especie.
 
Prometheus termina con más preguntas que respuestas, lo que no sería malo si dichas preguntas calaran hondo, que no es el caso. También concluye con la promesa de secuelas, y con la certeza de que los 150 millones de dólares gastados y el nombre de Ridley Scott en el poster no garantizan el resurgimiento de una franquicia a la que ya de por sí se la había exprimido hasta el hartazgo y que reclamaba una inyección de adrenalina, creatividad y genio para que valga la pena desempolvarla.
 
Lo que tenemos es un producto entretenido con escenas vistosas, secuencias en algunos casos muy buenas, el chorro pegajoso que siempre nos encanta ver, la mano de Ridley Scott que convierte a este producto pipoquero en algo un poquito más “estiloso”, y nada más.
 
No será el filme de culto que se esperaba, ni un referente de la ciencia ficción. Será la promesa fallida de un Ridley Scott que desde hace más de una década nos entrega productos un tanto desangelados y sin la chispa que lo hizo conocido.


Lo mejor: Entretiene, y es dentro de su nicho visualmente superior al promedio.
Lo peor: que guión más horrible
La escena: la secuencia inicial y la de Rapace, las grampas y la cuestión quirúrgica.
Lo más falsete: David al final, la capacidad de los científicos y el maquillaje de Guy Pearce.
El mensaje manifiesto: Uno elige en qué creer
El mensaje latente: Creer no es saber
El consejo: Mirala entendiendo quiénes son los guionistas.
El agradecimiento: Que dentro de todo no es aburrida.
 
CURIOSIDADES
  •      Gemma Arterton, Carey Mulligan, Olivia Wilde, Anne Hathaway, Abbie Cornish and Natalie Portman fueron consideradas para el rol de Elizabeth Shaw.
  •              Fue filmada con la RED EPIC
  •     El director de fotografía Dariusz Wolski, responsable de películas como Piratas del Caribe, El Cuervo y la Alicia de Tim Burton, fue el que sugirió a Scott que Prometheus se trabajará en 3D.
  •      Cuando Scott y el estudio deciden revisar el guión se lo mandan con un mensajero a Lindelof. El mensajero le informa que tiene que leerlo en ese instante y devolvérselo al tiro, ya que existía un celo profundo de Scott sobre la confidencialidad del guión.  
  •        Al principio se la trabajó como una precuela, pero luego se manejó como un filme que se desarrolla en el mismo universo de Alien y que a decir del director comparte un mismo “ADN”, pero que no están relacionadas profundamente. Más o menos como un primo lejano.
  •       James Franco fue considerado para el rol de Holloway.
  •     Noomi Rapace tuvo un entrenador personal para que la ayudara a lograr el acento británico de su personaje.
  •     Charlize Theron fue pensada para el rol de Elizabeth Shaw, rechazó la oferta por conflictos de agenda, más adelante cuando Rapace ya tenía el papel, Theron contactó a la producción porque quería trabajar en el filme, le dieron el papel de Meredith Vickers.
  •     James Cameron canceló su proyecto de rodar la quinta parte de la saga Alien, al encontrar similitudes en ambas historias. Por su parte, Guillermos del Toro, postergó indefinidamente “En la montañas de la locura” por iguales motivos.

Aihooooooooo

Los hermanos Grimm la rompían. Tenían muy claro lo que descubrió el poeta William Blake más o menos por la misma época, que “la crueldad tiene corazón humano y la envidia humano rostro“.
Allá entre 1812 y 1815 escupieron al mundo un compendio de cuentos donde madres abandonaban hijos, niños eran secuestrados y asesinados de brutales formas, padres querían casarse con sus hijas, y locas villanas envenenaban a imaginarios némesis. Tierno.
La pacata burguesía de antes (y seguro, la de ahora también se nos despeinaría) vio en los escritos originales demasiado “horror”, así que a pesar de las negativas de los Grimm a modificar su obra, a pesar de explicarles a esas mentes estrechas que NO eran cuentos infantiles, al final tuvieron que hacer concesiones, quitarle el sexo, bajarle los decibeles al gore y hacer como que los finales bonitos existen.
Uno de esos cuentos era Blancanieves. Esa cojuda fue inspirada en otros relatos de larga data, los Grimm hicieron su versión más oscurita. La censura cambió cosas como que la mala sea su madrastra y no su madre, dizque para no dar una imagen de la madre tan negativa. Y así algunos detalles más.
Para aquellos que no les gustó nunca abrir un libro, ni siquiera con dibujitos, Disney hizo posible que se conozca la historia  a través de su película animada Blancanieves y los 7 enanitos. Revolucionaria para su tiempo, se convirtió rápidamente en un clásico.

Una Blancanieves media inútil, a la que por su belleza intentan asesinar, a la que un cazador le perdona la vida, a la que unos enanitos cobijan para que les lave y planche los calzones, a la que la malvada bruja deja durmiendo, a la que el zopenco del príncipe despierta con un beso. Esa misma, la que cantaba con los pajaritos en su balcón, la entrañable con enanitos entrañables, ganó un Oscar honorario por su innovación. Era el primer largometraje animado y a full color.

Este 2012, la niña del pelo negro y la piel blanca, regresa. Por si fuera poco, llega elevada al cuadrado, o sea: en dos versiones.
No es la primera vez que Hollywood lanza dos productos similares casi al mismo tiempo. Recuerdo cuando en un mismo año tuvimos que ver Volcano y Dante´s Peak, o Antz y Bugs Life o Deep Impact y Armageddon o Infamous y Capote, etc.. Estos gringos no se inmutan por pisarse la manguera, al contrario.
Así y todo, un encuentro tipo las cholitas luchadoras entre Mirror, Mirror y Blancanieves y el leñador, no vendría mal. Algo donde veamos correr la sangre y el ganador derrote a su contrincante entre gritos de dolor y por knock out.
En una esquina tenemos a Tarsem Singh, conocido en la industria por sus comerciales, sus videoclips y por un estilo propio a la hora de hacer sus películas.
He visto toditas: The Cell, The Fall, Inmortals y ahora su visión de Blancanieves. Si algo lo caracteriza es que sus trabajos son visualmente hermosos, en parte gracias a una dirección de arte sobresaliente. Su peor falencia es que sus argumentos a veces carecen de contenido y la puesta llega a verse demasiado plástica.
 
En Mirror, Mirror, el director nacido en la India se decanta por una versión más caricaturizada, luminosa, ñoña, en la que el humor intenta ser una veta a explotar. En el aire se percibe sus ganas de hacer algo “diferente”, y arriesgarse a pleno, se puede escuchar una voz de niño emocionado que grita desde un peñasco: VAMOS A PASARLA CHANCHO. La pregunta es: ¿Lo consigue? Mirror, Mirror es diferente pero desgraciadamente la fórmula nunca termina de cuajar. Su grandilocuencia kitsch no engancha con un producto difícil de incorporar emocionalmente. 

Julia Roberts como la madrastra malvada, Lilly Collins (hija de Phil Collins) como Blanca Nieves y otros que de tan poco memorables pasan sin pena ni gloria, son parte de un elenco destinado a mejores cosas. Mientras Julia Roberts se ve bastante extraña jugando a ser la mujer más hermosa del mundo, Lilly Collins encarna a una optimista, dulce y poco atribulada Blanca Nieves.

La historia sigue lo ya conocido, con algunos cambios o adaptaciones: los enanos no son mineros sino bandidos, el príncipe es muy estúpido (escena del perro para el bochorno), la tal Blancanieves no da pie con bola. Y el espejito-espejito solo puede indignar y hacer que nuestros recuerdos infantiles se suiciden en masa.

 

Si algo se puede decir de Mirror, Mirror es que es inofensiva. No es una película para odiar, tampoco una que se convertirá en peli de culto o de referencia. Sus aires de grandeza que esconden un guión endeble le quitan cualquier oportunidad de llegar a la gloria, los tres motivos para verla son: 1) Una hermosa dirección de arte 2) Un hermoso vestuario a cargo de la japonesa Eiko Ishioka, quien murió de cáncer, por lo que se trata de su último trabajo y 3) para los niños parece ser muy divertida, para los adultos es medianamente entretenida.
Tarsem nos entrega una resultona pero tímida aproximación al universo Grimm.

En la otra esquina, nos golpea Rupert Sanders, tufillo emo dark de por medio con: Blancanieves y la leyenda del cazador.
Rupert ganó la palma de oro en Cannes, dentro de la competición publicitaria. Con este filme, el joven inglés debuta en las grandes ligas cinematográficas. A él le entregaron un presupuesto de 170 millones de dólares. A él le encargaron un proyecto destinado a las masas y con el objetivo claro de ganar público adolescente. La idea es darle un vuelco a la historia, quitarle un poco su aire a cuento de hadas y pasarlo a un tono sombrío y tétrico.
El problema es que al igual que en Mirror, Mirror todo se queda en fastuosa envoltura. Ni Tarsem lleva su irreverencia visual a algo más allá del absurdo, ni Rupert cruza la línea de una oscuridad real.
A esto se le suma que a nivel de argumento, Blancanieves y la leyenda del cazador abandona a los Grimm con cada minuto que avanza y se convierte en muchas cosas.
La elección de Kristen “mohín” Stewart como la desafortunada doncella no es fallida si se piensa solo en lo físico, aunque haya quienes crean que entre ella y la Charlize, pues no había competencia alguna y el espejo andaba más ciego que Mr Magoo al declarar a Kristen como ganadora. Lo peor de la susodicha llega en el apartado actoral en que queremos desaparecerla de la faz de la tierra. Kristen repite a su Bella Swan (Crepúsculo), a la que construyó con dos expresiones: la cara de fatalidad, que puede confundirse con estreñimiento o la de asombro, sin darle absolutamente ningún matiz o personalidad a su papel.
A Charlize Therón que por lo general es una actriz más que correcta, le juega en contra una dirección que le regule el histrionismo del que hace gala al representar a la bruja malvada. Porque para mí (gusto personal) en general está muy bien, mejor que el resto, solo que a ratos se le va la olla, y queda desafinada.

 

Chris Hemsworth, alias THOR, es el cazador. Cambia el martillito por un hacha y se convierte en el obvio galán de la película. O sea, no vas a llamar a Thor para que le espante los mosquitos a Blancanieves. Pero sí lo vas a llamar para que se pelee el amor de la protagonista con galán 2. Sam Caflin es el otrito, para que Kristen-Bella no pierda la costumbre de los triángulos. En la película su nombre es William y es amigo de la infancia de Blanquita.
El tono para contar esta historia es que todos sufren por su suerte: La bruja con un pasado triste, el cazador con un pasado triste, el hermano de la bruja con un pasado triste, los enanitos con un pasado triste, la gente que se topan con un pasado triste, sí, sí, ya entendimos todos sufrieron y están tristes o traumados. Emos.
Cuando la trama deja de ser completamente de los Grimm, por mi mente se sucedían nombres que podían explicar lo que veía en pantalla: Juana de Arco, el Señor de los Anillos, Krull, hasta hay una escena que encendió el foquito del cuarto en el que guardo con amor a La historia sin fin.
Sí, sí. ¿Es esta Blancanieves que no es Blancanieves, recomendable? Aquí las tres cosas que pueden hacer que su visionado valga la pena: 1) Tiene una hermosa fotografía, realmente linda. No es una película más de alto presupuesto chota sin pretensiones artísticas. 2) Su diseño de arte también está muy bueno y 3) a pesar de su duración (más de dos horas a las que yo le restaría unos 20 minutos) es entretenida.
En el round final entre Mirror, Mirror y Blancanieves y la leyenda del cazador, me inclinaría más por la segunda. Ambas no son imprescindibles pero tampoco te vas a recriminar el tiempo perdido en la sala de cine como sucede con otras bazofias del nivel de Batalla Naval.
Lo que queda claro es que Walt Disney puede seguir su reposo eterno. Su Blancanieves, pura, simple, sencillita, sin efectos especiales, ni fastuosos escenarios, sigue vigente y nadie le usurpa el título de ser: la más hermosa de todas.
CURIOSIDADES Mirror, Mirror.
  • Lilly Collins audicionó para el papel de Blancanieves y la leyenda del cazador. Siendo rechazada.
  • Julia Roberts admitió que pensó: “Esto es una mala idea, una terrible idea”, pero luego se juntó con el director Tarsem, y aceptó.
  • Los tratamientos de belleza que Julia se hace en el filme son tratamientos reales ofrecidos en algunos spas del mundo, a excepción del de la abeja picando sus labios para engrosarlos. 
CURIOSIDADES Blancanieves y la leyenda del cazador
  • Este filme está pensado como una trilogía, de ahí que el final se les antoje como un final abierto. Faltan dos secuelas.
  • Un grupo de enanos actores se manifestó muy molesto con el estudio y la producción del filme porque en lugar de darles trabajo a actores realmente enanos, usaron actores de estatura media, para luego hacerlos parecer enanos con la magia de la post-producción.
  • Angelina Jolie y Winona Ryder fueron consideradas para el papel de la bruja mala.
  • Charlize abandonó el proyecto de J. Edgar (Clint Eastwood) para hacer esta película.
  • Por meses, Vigo Mortensen estuvo en conversaciones para ser el cazador. Finalmente, el papel lo rechazó.
  • Selena Gomez, Dakota Fanning, Felicity Jones, Emily Browning fueron otras de las que se consideraron para el papel de Blancanieves.
  • Kristen Stewart tuvo que superar su fobia a los caballos durante la película, la actriz tiene fobia a estos animales desde niña, cuando se fracturó un codo en un accidente. 
Lo mejor: Mirror, Mirror— animación del inicio, vestuario, arte, algunos momentos de humor; en Blancanieves y el cazador—-fotografía, arte.
Lo peor: en ambas—una pretensión que no cumple con sus aspiraciones.
La escena: Mirror, Mirror—la del perro, pero por el bochorno; en Blancanieves y el cazador—el jardín de las hadas.
Lo más falsete: Mirror, Mirror—el humor que a veces no es humor y son gags demasiado usados; en Blancanieves y el cazador—el tono lúgubre que no se champa del todo.
El mensaje manifiesto en ambas: Lo kitsch, la fusión, lo grandilocuente está de moda.
El mensaje latente en ambas: el que mucho abarca poco aprieta
El consejo: el mejor homenaje a Blancanieves se puede ver aquí: http://youtu.be/RN16Wgp48MI
 
El agradecimiento: A los Grimm y a Disney, por sus respectivas Blancanieves.
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