LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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CINE: Jurassic World: Reino Caído

Por: Mónica Heinrich V.

El buen J.A. Bayona está lejos, muy lejos de sus inicios. Todavía recuerdo con acuosidades oculares su opera prima: El Orfanato, que ignoro porqué no reseñé pero que me dejó hondas y confusas emociones.

Permítanme un segundo.

De ahí, alguien en Hollywood pensó que el español estaba para bailar en otras pistas y zas, lo importó hacia tierras gringas y le dio la dirección de Lo Imposible, la huevada esa del tsunami con Naomi Watts. Ok. Estuvo intensa, pero era el 2013 y ese año salieron cosas como Amour (reseñada ACA), Bestias del Sur Salvaje (reseñada ACÁ), La vida de Pi (reseñada ACÁ), Django (reseñada ACÁ). No hay mucho que explicar, el artificio de Lo Imposible hizo imposible tomarla más en serio.

Bayona siguió en lo suyo, dirigió un par de episodios de Penny Dreadful y el 2016 regresó a la pantalla grande con la lacrimógena A Monster Call, película que estaba bellamente filmada pero no, no, no, mi mente no es muy empática (a veces) con la prefabricación de líquido salado, y le gritaba a Felicity Jones “MORITE DE UNA VEZ”.

Esas han sido hasta ahora las aventuras cinematográficas del director español. Este 2018, abandona su evidente carrera hacia el Oscar y cumple un sueño. Porque en su lista del Bayona niñoquequiereserdirectordecine había puesto como meta en la vida: “Trabajar con Steven Spielberg”. Ajá. Esas son las consecuencias de ser adolescente en los noventas.

Entonces se nos subió al barco de la película pipoquera, a Jurassic World: Reino caído, sin otra aspiración que meter dólares a la caja registradora y ponerle mascarilla de oxígeno a una franquicia agotada. De hecho, hace tres años escribíamos sobre la película que presentaba a los nuevos personajes del mundo jurásico (ACA) y decíamos estar ante un cuerpo en paro cardiaco con necesidad de desfibrilador.

Y aunque Bayona esté lejos de sus inicios, sorprendentemente logra una película que es pie para que en un futuro y con los dinosaurios como machos/hembras alfas de este triste, pequeño y jodido mundo humano, la cosa se ponga más interesante. Hola, Planeta de los dinosaurios I, Planeta de los Dinosaurios II y Planeta de los Dinosaurios III.

El guion de Derek Connelly (Safety Guaranted, Jurassic World, Kong Skull Island) y Colin Trevorrow (Safety Guaranted, Jurassic World) toma al mejor personaje de la anterior entrega y lo vuelve protagonista: nuestra pequeña y amada Blue es principio y fin del argumento.

Resulta que Claire (Bryce Dallas) dejó sus tacones y sus aires de grandeza en la anterior película, ahora es una mujer sensible, comprometida con el medio ambiente y con los adorables dinosaurios. Mientras el resto del mundo los quiere exterminar, ella está ahí como activista, peleando por su destino.

La tipa recibe la llamada de un don millonario (interpretado por el gran James Cromwell) que le dice que antes que un volcán entre en erupción hay que salvar a la mayor cantidad posible de especies para que los dinosaurios no se extingan. En especial quieren poner a buen recaudo a la señorita raptor (¿raptora?) Blue, que es codiciada por su viveza criolla y alto coeficiente intelectual. No olvidemos que en la anterior película dejaron a los bichos botados en una isla.

Obviamente, Claire no puede ni debe ir sola, así que arma un equipito y va a buscar al menso que hizo que la mitad de los Avengers se hagan cenizas, sí…ah, bueno, es otra película pero el mismo actor: Chris Pratt hace de Owen, el que entrenó a Blue y que por lo tanto es necesario para que la princesa se deje atrapar.

¡Cuidado Blue! la gente puede ser muy mala

Hay mucho pim pum pam típico del género y de la franquicia: sombritas de dinosaurio o de garritas, hocicos llenos de dientes a punto de comerse a alguien o comiéndose a alguien, momentos en los que ¡OH, Sorpesa! vinimos a salvarlos y ellos nos salvan a nosotros, autohomenajes a la saga, etc.. Pero así como hay mucho pim pum pam que se cae cual manzana podrida de un árbol de tanto que lo hemos visto, hay momentos tan bien logrados que pensás en Bayona, en sus inicios y en que ojalá alguien le de un buen guion para que termine de lucirse como se merece.

Un ejemplo de esos grandes momentos SPOILER cuando se alejan de la isla que está a punto de destruirse y vemos al dinosaurio en la orilla entre el humo y el fuego, haciendo sonidos antes de morir. Una parte de mí se quedó con ese dinosaurio SPOILER FIN.

Permítanme otro segundo.

La conexión emocional con Blue, también está bien construida, y a pesar que el argumento tiene (para variar) baches e inconsistencias, El Reino Caído se deja ver.

Si hablamos de la coherencia de la saga, no es novedosa ni trata de ser más oscura que sus antecesoras, es una película “familiar” a pesar de las amenazas de muerte, de la muerte y de que el ser humano se comporta como ningún ser humano debería comportarse jamás. Su versión madre de 1993 supuso un desafío en cuanto a efectos especiales, diseño de producción y la presentación de un mundo hasta ese momento poco explotado, después de 25 años parece que hay poco o nada más por descubrir. Se siguen repitiendo las temáticas vistas en todas las entregas de la saga: científicos poco éticos, millonarios que quieren apropiarse de los bichos, manipulación genética para usufructuar a los bichos, encariñamiento con los bichos, etc….

Aquí, casual, contemplando la obra de los humanos

Oscar Faura, el habitual director de foto de Bayona, embellece una película simplona, repetida, sin pies ni cabeza, pero efectiva. Llegado el final te dan ganas de meterte a la película y apretar el botón. “APRIETEN EL BOTÓN, MALDITOS”.

Nuestro corazón animalista mirará con simpatía el salvataje de los dinosaurios, glorias perdidas de una época de la que no tenemos memoria. Nos encantará verlos correr y volar a sus anchas. Mientras tanto, nuestro corazón cinéfilo seguirá pensando en los inicios de Bayona, en su talento aun no explotado del todo y deseará que nos entregue más pronto que tarde su gran película americana.

Lo mejor: BLUE Lo peor: un guion flojito que hace aguas por varios lugares La escena: el dinosaurio que se queda a la orilla de la isla esperando su muerte y todas las escenas donde aparece BLUE Lo más falsete: el proyecto de rescate, el proyecto de venta, el proyecto del otro rescate El mensaje manifiesto: qué jodidos somos El mensaje latente: los animales nos superan en muchas cosas El consejo: está mejor que la anterior, puede que la disfrutés El personaje entrañable: BLUE, cómo te amo Blue El personaje emputante: Los malos malosos, la boluda de Clarie, el IMBECIL que hizo que parte de los Avengers se convirtieran en ceniz…ah sí, es otra película. Pero igual, OWEN también se lleva el reconocimiento de emputante El agradecimiento: por Blue, salud y larga vida.

CURIOSIDADES

Se ambienta cuatro años después que su antecesora.

Su protagonista Chris Pratt anticipó su fichaje por la saga de los dinosaurios en 2009 mientras grababa un capítulo de la serie Parks and Recreation. Se filmó a sí mismo mandándole un SMS a Spielberg suplicándole que lo fichara para una de las películas. Dicho y hecho.

Primera película de la saga que tiene una escena post-créditos. Quédense hasta el final, chicos.

Es el quinto filme de la franquicia que comenzó con Jurassic Park y el segundo de la saga Jurassic World.

Hablando de los inicios de Bayona, el código del ascensor (ese que Maisie recuerda y utiliza para ir el sótano) hace referencia al título de un cortometraje del guionista de ‘El orfanato’, que es “7337”. Sergio Sánchez, que más tarde escribió la primera historia que Bayona llevaría a la gran pantalla, estrenó este cortometraje en el año 2000.

Aproximadamente 2,500 niñas hicieron casting para el rol de Maisie.

Bayona se ha convertido en el primer director español que supera los 1.000 millones de recaudación con una película gracias a Jurassic World Reino Caído.

Spielberg eligió personalmente a Bayona para dirigir esta cinta.

Algunas ideas de Chris Pratt fueron incorporadas a la película.

CINE: Alien: Covenant / Wonder Woman – Mujer Maravilla/ Guardianes de la Galaxia Vol. 2

Por: Mónica Heinrich V.

Estamos bombardeados de blockbusters así que no queda nada mal bombardear spoilers. Avisados están.

ALIEN: COVENANT o la falacia del bicho malo

Quiero romper una lanza a favor del bicho/los bichos de Alien: Covenant. Déjenme decirles que la tripulación de Covenant (toda, incluidos los que están en estado de soponcio) merece que los bichos los penetren, naden en medio de sus órganos, los succionen cual bombilla en un vaso de milkshake y los hagan estallar sangrientamente.

Es más, si no existieran los xenomorfos apuesto mis pertenencias terrenales y divinas que esos pendejos igual encontrarían una manera estúpida de morir. Hasta un caniche ciego acabaría con sus vidas.

Ridley Scott vuelve a las viejas mañas, las que hicieron naufragar a Prometheus (reseñada ACÁ), y nos cuenta una historia que ya hemos visto no una sino cien veces: Tripulación reputada, re-tarada, re-inútil explora planeta desconocido para lidiar con desconocidos bichos extraterrestres mientras un conocido droide malo es el master puppet del rancho.

John Logan (Gladiator, 007:Spectre, El último samurai, Hugo) y Dante Harper (debutante) son los dueños de los deditos a los que acusaremos del guion. Deditos pillos que crean personajes como Orum (Billy Crudup) un fulano acomplejado que toma las riendas de la nave y las peores decisiones que he visto en pantalla desde las que se tomaron en la fallida Interstellar (reseñada ACA) y las no menos terribles de la tripulación de Life.

Daniels (Katherine Waterstoon) va de allá pa acá en desacuerdo con Orum pero siguiendo sus órdenes sin un peso partido al medio de criterio como el resto del equipo. ¿No se supone que estos sujetos que desprestigian la profesión del astronauta, al científico espacial o el concepto de ser humano evolucionado, fueron entrenados, son las mentes más brillantes de su rubro, detalles por los que se les encarga un bollo de boludos durmiendo o embrionando?

El resto de la tripulación está ahí solo para que los guionistas tengan cuerpos a disposición mientras avanza la película y nos den un festín de vísceras y sangre. Menos mal que el actor mexicano nominado al Oscar Demian Bichir no muere entre los primeros, aunque su papel pasa sin pena ni gloria como futura comida alienígena.

Bueno chicos, tratemos de no morir estúpidamente

¿Se acuerdan de Dave/David (Michael Fassbender) de Prometheus? El susodicho regresa malo y solemne como en la película del 2014 y lo hace x dos. Sí, sí, hay otro droide igualito a él llamado Walter. Ni bien se encuentran Dave hace un extreme makeover y queda físicamente idéntico a Walter. Nadie se pregunta porqué lo hace, nadie sospecha nada de nada, porque claro, los básicos terrícolas andan corriendo por oscuros pasadizos tratando de salvar sus miserables vidas.

Como marca registrada, los intentos de hacer trascendente la franquicia llevan a Ridley a crear todo un discurso filosófico sobre la creación, la humanidad de las máquinas y la reacción de las personitas en situaciones difíciles. Me aburro.

No hay una sola escena memorable. Una sola. Si alguien piensa que existe una escena WOW hágamelo saber en los comentarios porque me la perdí. Lo único medianamente anecdótico sería el beso a beso de Fassbender con Fassbender.

No hay misterio, no hay tensión, no hay coherencia, no hay flores en el campo, ni estrellas en el cielo, ni canela en tu capuccino, es como estar ante un mago decrépito que desea hacer el truco de sacar el conejo del sombrero y no hay conejo. NO HAY CONEJO.

Lo ves con penita, con ganas de irte y dejar de presenciar cosas que ponen tu corazón triste y tu alma cansada.

Alien: Covenant es un fan service barato. Cercana al desastre de Life, con la diferencia que se toma mucho más en serio a sí misma y no tiene un bicho carismático como Calvin que por sus propios medios consigue llegar a la tierra a barrer con todo.

#teamCalvin.

Lo mejor: que gustará a algunos fans Lo peor: no aporta nada nuevo al género ni a la franquicia La escena: la de Oram persiguiendo a David que ya  sabe es el villano y se meten a un cuarto donde hay un bollo como de plantas carnívoras y David le dice “mirá de bonitas” y el otro menso se asoma a pesar de que es OBVIO que no debería acercarse por ningún motivo! A partir de ahí es difícil tomarse en serio lo demás Lo más falsete: La que puse como la escena, y la de David siendo costurado por Daniels cuando supuestamente la nueva versión de droide se autocura de sus heridas. Imbéciles. El mensaje manifiesto: lo vintage puede vender tickets El mensaje latente: figurita repetida no llena álbum El consejo: mirala sin NINGUNA expectativa, tanto de la franquicia como del mamerto de Ridley Scott El personaje entrañable: los bichos cuando se comen a todos esos brutos con b gótica El personaje emputante: los brutos con b gótica El agradecimiento: por los bichos cuando se comen a todos los brutos con b gótica.

Si ya la viste, puntúa la película!

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MUJER MARAVILLA o la falacia del feminismo

Ciertamente la directora Patty Jenkins tiene un currículum donde sobresale el filme Monster (el de Charlize Theron) y supongo que por esas credenciales la contrataron para que en Mujer Maravilla se venda la pomada de heroína feminista o emponderamiento femenino que ya se sugería en el cómic.

Hay que tomar en cuenta que el nacimiento de la Mujer Maravilla como personaje creado por William Moulton se da en otro contexto, sus pequeñas batallas personales como “mujer que rompe moldes” en ESE contexto están más que justificadas. La Mujer Maravilla nace en la Segunda Guerra Mundial, sin contraparte masculina y como miembro de la famosa Trinidad que conforma junto a Batman y Superman. Desgraciadamente, estamos ya en el 2017 y si querés romper moldes, rompelos y hacelos añicos de verdad.

Acá no se rompe ni una tacita de té, porque Wonder Woman como ligero canapé puede ser digerido sin mayores sobresaltos. Tiene protagonistas lindos (sí, los feos no son héroes a menos que sean directamente deformados como La Mole), tiene un trasfondo problemático (la primera guerra mundial puede ser el escenario ideal para que la chica Barbie feminista se luzca), tiene personajes carismáticos (indio, turco, escocés, la secretaria, etc.) y se une al universo de Batman (no debe faltar un galán a futuro, claro). Más de lo mismo.

Esta nueva propuesta de DC no me emocionó en demasía pero asistí a su desarrollo narrativo sin mayores exigencias, porque Mujer Maravilla es eso: una película que gira en torno a Mujer Maravilla y nada más.  Es la presentación de un personaje, de un universo y la preparación para cuando dicho universo se revuelque con otros universos. También podemos afirmar que es de lo mejorcito que ha dado DC después de los fiascos que supusieron BvS (reseñada ACA) y Suicide Squad (reseñada ACA). Aunque este último argumento mueve a la risotada teniendo en cuenta que con semejantes comparaciones cualquier película de medio pelo sale bien librada.

Donde estoy en absoluto desacuerdo es en los ríos de tinta vertidos en críticas y sinopsis en las que se pone a esta película algo simplona como una revelación del género y lo que es peor venden a su protagonista como lo que toda señorita de buena crianza debería soñar ser: ¿fuerte? ¿independiente? ¿luchadora? Y bla bla bla.

Para ser honesta me aburre un poco incluso analizar esa visión, pero teniendo en cuenta que parte del Hype es anclado en ese paradigma, ni modo.

¿Llevame a la tiendita de la esquina, Steve?

Para empezar Diana (Mujer Maravilla) vive en su isla de amazonas sin preocupación alguna hasta que el personaje de Chris Pine aparece. O sea, caballero galante le dice “oye nena, el mundo no es lo que pensás que es. Mientras vos soñás con maripositas preñadas afuera hay una hecatombe”. Ella no puede valerse sola en ese mundo inexplorado por lo que tiene que irse sí o sí con el fulano recién llegado. El fulano es el que la lleva y la trae por todos lados y quien además termina decidiendo el curso de sus acciones incluidos los trapos que se pone, mientras ella observa lo que pasa con sorpresa, indignación y/o embeleso. El fulano es quien hace el sacrificio mayor, ella cual doncella del medioevo está lloriqueando al descubrir que se equivocó, que el ser humano es bien cochinito y rastrero. El fulano va y se inmola y como consecuencia de esa muerte ella agarra fuerza y valor para enfrentar a Ares. Luego se pasa décadas añorándolo cual Penélope para volver a sonreir gracias a la relación epistolar con Batsy.

Los comentarios sobre el físico de la protagonista son los que sirven de gags constantemente, y lo peor: la boquita de Diana suelta todo un discurso cursi y naif sobre el amor y el ser humano que no se lo escucharíamos nunca a un súper héroe masculino, ni siquiera al calzonudo de Superman o al insulso de Capitan América.

La película explora una veta filosófica en la que Diana descubre y asume que Ares (el villano) no existe, que son los seres humanos los que hacemos las guerras, los que matamos gente, los malos, los mezquinos, admiraría al guionista si se hubiera apegado a esa línea, si el arco narrativo se mantenía. Sin embargo, vuelve a su precepto inicial y cuando estamos murmurando en la butaca: “Ah, esto es lo que le ven, por eso tiene buena puntuación en el rotten”, pum nos pincha el globo y muestra a un Ares real, un bigotón tan ridículo y estridente que poco aporta a una tercera parte del filme que ya viene muy accidentada.

El guionista no es otro que Allan Heinberg, un debutante en la pantalla gigante y cuyo currículum rezuma cursilería al ser el responsable de episodios televisivos para Gilmore Girls, Greys Anatomy, Scandal, OC, Sex and the City, Party Of Five.

Si tomamos a Wonder Woman como una película solo para entretener la pupila y disfrutar sin culpas, su discurso cursi de la vida puede equipararse a los que balbucean algunas animaciones de Disney o Pixar y zafa, sino tenemos una película muy bien filmada, con un guion flojito flojito, una linda protagonista y con la parafernalia necesaria para hacerse un hueco en el mundo de súper héroes.

Alcanza para un momento de solaz, de esos en los que no importa que una Barbie humana te diga que lo que importa es el amor, siempre y cuando te lo diga enfundada en un entallado vestuario que resalta sus atributos y con muchos slow motions para que los disfrutemos a pleno.

No tengo ni ganas de remitirme a los cómics, pero si les interesa les diré que una vez más se han pasado por el ojete la historia de los cómics. Lo único fidedigno es el personaje de Steve Trevor como el tipo que cae en la isla, lo que sigue después que Diana lo salva es un saludo a la bandera que estos crispines llaman “adaptación” y que en realidad quiere decir: “hice lo que me dio la gana”.

La actuación de Gal Gadot está al nivel de la de Henry Cavill (Superman), claro que Gal es más simpática. Imaginarme un duelo de ceños entre ambos fuera de los que vimos en BvS (Batman Vs Superman) me dejó tranquila sabiendo que en un futuro cercano no sucederá dado que el cuerpo del hombre de acero se encuentra enterrado a una buena profundidad.

Lo mejor: no es aburrida y la música estuvo buena Lo peor: ¿qué carajos es eso de que esta doña con  discurso de princesa Disney, guiada/adoctrinada por el personaje de Chris Pine es feminista? La escena: cuando cosita se lanza a toda madre contra las filas enemigas Lo más falsete: la tipa que creyó en ella muere por defenderla y la Diana panchota, también toda la secuencia del baile y la aparición de Ares El mensaje manifiesto: si lo disfrazás bien consigue engañar El mensaje latente: ponele más azúcar y nos volvemos diabéticos El consejo: para verla con Coca Cola, Snickers, Pipocas, Nachos con queso y cualquier elemento ad hoc a la plasticidad El personaje entrañable: Charlie El personaje emputante: ella y él El agradecimiento: porque Batsy devolvió la foto que es TAAAAN importante para Diana.

Si ya la viste, puntúa la película!

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GUARDIANES DE LA GALAXIA o la falacia de todo lo que no es baby Groot

Hace ya tres años salió la primera Guardianes de la Galaxia (la reseña ACA). No voy a mentir: llené un balde de baba por Groot y quedé en estado de viudez cuando se sacrificó por todos NOSOTROS. Esa pequeña ramita creciendo y bailando en una macetita ha sido el pensamiento que me ha sacado de hondas tristezas en los últimos años.

(insertar música de autoayuda ochentera)

Esperaba la secuela con un gran letrero de “Bienvenida”, pensando que Jimmy (el director James Gunn) llenaría las expectativas de seres humanos cuyo único momento de Felicidad se da cuando se apagan las luces en una sala de cine.

Y justo cuando nuestra espera ya entraba a la guardería, Jimmy aparece con este Vol. 2. Oh, Jimmy. Jimmy. Jimmy.

Resulta que Groot ya creció un poquito pero ese cerebringo no está muy desarrollado por lo que a veces confunde las cosas o entiende mal, lo que lo convierte en el personaje más honesto del boliche. Sí, baby Groot a las claras actúa y se mueve con la ignorancia y la mamertez derramadas por todas sus ramas, el resto se las da de muy cools y muy guerreros y muy autosuficientes y en la práctica son un cero al cuadrado.

esa sonrisa con la que esperás ver el mundo arder

Ok. La primera entrega era también un espectáculo de colorida, musical y divertida idiotez, pero tenía a su favor la novedad.

Con la novedad muerta y enterrada, hay que remar en dulce de leche, y Jimmy (Oh, Jimmy) trata de ponerse “creativo” insertando más personajes, más tramas ocultas, más ridiculez, todo en onda hiperbólica tanto que al final te empachás y solo deseás que acabe de una maldita vez.

A favor de Guardianes de la Galaxia Vol. 2 diré que tiene momentos, secuencias que nos reconocilian con Jimmy y el universo: La aparición de Stallone, las intervenciones de Mantis, las de Yondu, y lo más importante: absolutamente todas las pequeñas y grandes apariciones de él, de baby Groot.

En la esquina opuesta tenemos la música pegada a fuerzas a la acción, algunos gags que no funcionan, el entramado del guion donde no hay hilo lógico y el excesivo tunchi tunchi de acción planetaria que se vuelve muy redundante. El despropósito mayor es Ego (Kurt Russell) que aparece como padre-planeta-sermultidimensional-dios-pelotudoequis que se presenta a Peter Quill muy al estilo Darth Vader con un “Soy tu padre”. El tipo anda todo seductor y maquiavélico para luego hablar un montón de huevadas que echan por tierra los planes que forjó durante años. Ego podría dictar un cursillo en la CAINCO que se llame: Cómo destruir tus planes en 1 sencillo paso.

Técnicamente, la pandilla entera está viviendo en Ego (recuerden que es un planeta) y Ego nunca se entera de nada de lo que traman ellos ni su empleada/esclava Mantis. Ego podría dictar otro cursillo en la CAINCO que se llame: Cómo ser un Dios y no enterarte de un carajo.

Pensar que en el cómic original Yondu (Michael Rooker) es uno de los fundadores de Los Guardianes de la Galaxia me hace reflexionar sobre la también falacia de eso llamado apariencias y de esa práctica grosera llamada tergiversación de hechos.

Así es queridos, Yondu en el cómic es uno de los patriarcas, de los propios, no un pelotudo secuestrador de niños o descendientes. Jimmy lo pone como un villano en Vol. 1 y luego le da el cambiazo en Vol. 2, para no perder esa bella costumbre del casette ochentero: Lado 1 y lado 2. En realidad, las intenciones macabras de Jimmy son usar al pobre Yondu para matarlo y que se implante en nuestra memoria como el “daddy” muerto de Peter.

Nada de eso nos importa, bueno, nada de eso me importa. No me importa, Jimmy. La posibilidad de ver a baby Groot creciendo, robando pantalla al trochi mochi, me invita a pensar que Jimmy planea que compremos entradas de las próximas entregas solo para ver a este adorable ser.

Bien jugau, Jimmy, bien jugau.

Lo mejor: baby Groot Lo peor: se siente larga A PESAR de baby Groot La escena: cuando baby Groot va a buscar la aleta de Yondu y cuando baby Groot tiene que elegir los botones Lo más falsete: Ego y sus cursillos básicos en la CAINCO El mensaje manifiesto: si la película fuera solo de baby Groot sería mucho más divertida El mensaje latente: Queremos más baby Groot! El consejo: comprate el muñeco de baby Groot y Groot El personaje entrañable: a que no lo adivinan: BABY GROOT El personaje emputante: Ego, Peter Quill El agradecimiento: por BABY GROOT y los extras finales donde baby Groot es adolescente y vive masturbándose.

CINE: Batman VS Superman

Por: Mónica Heinrich V.

Es como cuando tenés miedo a nadar y te animás a meter un pie al mar y aparece un tiburón.

Este tiburón tiene su nombre tatuado en una aleta: Batman VS Superman, y llega así: gigantesco, colmilludo, justo cuando ya vos estás con el agua hasta la cintura.

Así de mala es la nueva película de Zack Snyder, sobrepasa cualquier pesimista predicción que se fue cocinando en los tres años que pasaron desde que se anunció el proyecto en Comic Con.

Lo de Snyder podría entrar entre los anales de la destrucción más violenta y virulenta (además de lenta) de varios superhéroes. Inventaremos una palabra para el susodicho: es un “superheroéfago”. Se los come a todos y los devuelve hechos mierda.

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La Trinidad, desperdiciada

Pero OH! sorpresa de las sorpresas, el señorito Ben Affleck resulta ser el MENOR de los males.

Desarrollo por partes. Aviso que hay spoilers y que esto será largo, pajero y hasta insoportable, pero me acojo a lo que dijo Zack Snyder cuando le preguntaron sobre qué pensaba de la bosta en camión que le echaban a la película: «It is what it is»

1.- Hubo una vez algo llamado blockbuster

Todos sabemos que si vamos a ver un blockbuster no veremos una película de Michael Haneke o de Wes Anderson o de Fellini, o sea, el blockbuster es un cine pop, es el Justin Bieber de las salas, es la hamburguesa Luisin, es El Alquimista.

Lo que podés esperar en el caso de un blockbuster con superhéroes es al sujeto de turno (Batman, Superman, Hombre Araña, Iron Man) luchando para salvar al mundo de “algo” o “alguien”, un villano loco, una chica linda, y algunos conflictos existenciales del héroe. Todo revestido de algo de misoginia, fascismo, celebración del Estado americano y paternalismo yanqui.

Muy bien.

Nos comemos esa huevada para recibir a cambio algo de entretenimiento, popurrí cursi, violentos cortes de plano, algunos chascarrillos, rayitos acá, bichitos allá y distraernos un rato de nuestra pintoresca realidad personal y nacional que ya son películas multigénero.

2.- Hubo una vez un blockbuster de superhéroes

En el tema de los superhéroes hay dos visiones: DC y Marvel. Mientras el universo Marvel es más relajado, descontraído, y con héroes más humanos, DC juega la carta conservadora de lo que debe ser un superhéroe. En ese conservadurismo apuesta por un enfoque más profundo.

Eso no está mal, se puede disfrutar/o no disfrutar de ambos estilos, de DC es la trilogía Batman de Nolan, mientras que Los Avengers (Jódanse, Avengers!!) de la cocina Marvel.

Batman Vs Superman es la manera que encontraron DC y Warner de expandir su universo y tratar de hacerle competencia a Marvel en ese ámbito.

Dicho esto, podemos meternos sin pudor con hombres que vuelan, damiselas en apuros y kilos y kilos de cemento destruido.

En Batman VS Superman, Snyder nos vuelve a presentar a Batman como el traumado niño Bruce (¿era necesario?) y arranca su película con el entierro de sus padres y su subsiguiente orfandad.

Elipsis temporal.

Bruce Wayne ya creció (un alto y fornido Ben Affleck) y llega a Metrópolis que está siendo atacada por aliens, para más precisión estamos hablando del momento exacto cuando se lleva a cabo el enfrentamiento entre Superman y Zod en The Man of Steel.

Uno de los edificios de Bruce se encuentra en pleno centro del despelote. El espectáculo es dantesco y cualquier ser humano con dos dedos de frente evacuaría la zona, pero sus crispines están ahí como mensos, viendo caer los edificios de alrededor como la vaca mira pasar el tren, eso hasta que Bruce llama y les dice que salgan tostando.

Superman está luchando contra Zod y, según él, tratando de salvar al planeta, pero como daño colateral se podría adivinar que mueren un montón de personas, incluido un tal Jack,  amigo de Bruce Wayne que estaba en el edificio junto a algunos empleadillos más.

Nuestro Batman queda, otra vez, traumado y resentido. No entiendo en qué universo paralelo sería culpa de Superman y no de los hijos de puta que atacaron Metrópolis. Si me preguntan a mí, la culpa es de Jack por no evacuar a tiempo y del mamerto de Bruce por no ordernar la evacuación a tiempo.

Negligencia, everywhere.

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Si la negligencia tuviera cara, sería esta

El hombre murciélago no lo ve así, y decide «vengarse» de Superman, aunque para eso se tome años (LITERALMENTE). La venganza se disfraza de control, porque como Superman es un alien, y encima súper poderoso, ¿qué tal si un día no se lo puede controlar?

«Yo, que no puedo controlar mis pensamientos emo, te controlaré pinche Superman«, parece murmurar Batsy.

Batman se convierte en un tipo acomplejado, ridículo, loser, inútil hasta para la venganza, que va por ahí en onda muy freak marcando a los criminales que agarra cual si fueran sus terneros. Se podría decir que necesita un súper psiquiatra.

Superman no lo hace mejor, siempre detrás de Lois Lane (Amy Adams) que se las arregla para meterse en entuertos estúpidos a título de que es periodista y cuya misión en la vida es ser rescatada por su novio con el cual tiene una química que ronda el menos cero.

Tanto en su versión Clark Kent como en su versión de Dios con capa, la versatilidad como actor de Henry Cavill me resulta pasmosa. Para muestra un botón o, mejor dicho, un ceño:

PicMonkey Collage

El señorito Superman también anda “preocupado” por las actividades extracurriculares de Batman porque pareciera que su oficio de vigilante es más “legal y necesario” que el del Hombre Murciélago. ¿Me pregunto si no hay otras cosas de las que ocuparse en Metrópolis y en Gótica? que dicho sea de paso parecen tan cercanas como mi vecina y yo.

Al final, más que un enfrentamiento épico, pareciera la enemistad que podrían tener Kim Kardashian y Nicki Minaj por quién luce la retaguardia más voluminosa, así de patético se ve y se vive.

Damn you, Snyder!

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Tranquilo, Batman. No te fatigués. En el fondo nos amamos y nuestras madres se llaman igual.

Entra en escena Lex Luthor (Jesse Eisenberg) a quien debieron avisarle que Heath Ledger ya murió y que no se ve bien que haga un Lex Luthor que es una mezcla de Zuckerberg y el Joker. Su personaje tampoco tiene mucha coherencia ni altura de villano, o sea, secuestra a la mamá de Superman, tiene la piedra de kriptonita, hace estallar el juzgado, pero pucha que sin el menor orden o consistencia. Tampoco es la anarquía que generaba mi amado/crush/amigoimaginario El Guasón, esa anarquía medida que él mismo describe como un perro que persigue autos, pero que de alcanzarlos no sabría qué hacer con ellos.

Vacíos, everywhere.

Oh, piedrita, piedrita, qué haré contigo, piedrita
Oh, piedrita, piedrita, qué haré contigo, piedrita

Se introducen más personajes, se hace mención a un muerto Robin, se muestra brevemente a Jimmy Olsen (fotógrafo amigo de Lois y de Clark Kent), también a Mercy Graves que es mano derecha de Luthor, Aquaman, Cyborg, Silas, son solo algunos de los cameos comiqueros que veremos deseando no verlos.

Es difícil simpatizar con la visión de Snyder sobre esta franquicia, el trabajo de Frank Miller era un decontrucción del mito del superhéroe,  pero Snyder parece ignorar cómo deconstruir y mucho menos construir. Hollywood le sigue dando cantidades obscenas de plata a este sujeto para que obtenga estos no menos obscenos resultados. La taquilla lo acompaña, pero de cambiar el director, ¿estamos seguros que no tendría la misma taquilla?

Porque ¿qué es lo que hace Snyder?

Lo que hace Snyder es un fanservice de principio a fin.

Así, descaradamente y como si el público se comiera los mocos.

Agarra elementos sueltos de distintos comics, huevaditas que a los fans (algunos) les pueden gustar, los ventea un poquito y BOOM, bitches! Batman vs Superman.

Puede que resulte suficiente que Flash aparezca como una premonición de Bruce Wayne, o la alusión a Darkseid o los guiños a los superhéroes que serán parte de la Liga de la Justicia, y la parafernalia «freak» «geek» «comiquera» que puede generar hurras de alegría.

Yo doy un hurra de alegría por la gente a la que el fanservice de Snyder le ha funcionado, porque si la disfrutaron y no sintieron que botaron su plata a la calle es para tirar purpurina y confetti o, en el peor de los casos, sentarse en una esquina a shhhorar.

3.- Hubo una vez algo llamado cómic

PicMonkey CollageAl salir del cine, hablaba y hablaba de lo mala que había sido la experiencia hasta que un amigo me sacudió casi a manazos y mirándome a los ojos me gritó: «Los cómics son igual de estúpidos!», y yo dije al estilo Barney Stinson: «Challenge Accepted!». Me busqué los cómics en los que se basaron para la película y pasé un par de días sumergida en ese mundo. No sé porqué carajos a los felices fans no les incomoda que los cómics usados como referencia hayan sido tratados casi casi como papel higiénico.

A continuación pongo, con opción a lectura, los cómics en los que se pueden encontrar partes de la trama que Snyder nos entregó.

  • Batman, el caballero de la noche regresa: Esta es una miniserie de cuatro números, publicada por DC Comics y escrita por el gran Frank Miller . Es considerado el cómic más importante de Batman de los últimos años. En la historia, Batman anda efectivamente atormentado, pero tiene que ver con cosas más profundas que si Superman o él la tiene más grande. La complejidad de lo que le pasa a Batman se desarrolla en los cuatro tomos y nos lleva al enfrentamiento con Superman (último libro), que va más allá (nuevamente) de un celo profesional o de vacías vanaglorias. Batman ya es cincuentón y Gótica está jodida, por lo que a pesar de ser un borracho patético y no tener motivos para vivir, Bruce Wayne retorna a poner el gallinero en orden. El Estado, que tiene en Superman  (quien regresa de una situación casi zombie) a un aliado, le pide al Hombre de Acero que se «ocupe» de Batman. El enfrentamiento se lleva a cabo de esa manera: Superman, un «empleado» estatal/ contra Batman, un renegado. El resultado es opuesto al mostrado en la película. Compruébalo con tus propios ojitos AQUI. Pensar que Miller tuvo un proyecto con Darren Aronofsky que fue rechazado por Warner porque los niños no iban a poder verla (muy oscura) y no venderían juguetes. Damn you, Warner!
  • La muerte de Superman.- También considerada una de las tramas más exitosas con el Hombre de Acero como protagonista. Está dividida en cuatro partes: La muerte de Superman, Funeral para un amigo, El legado de Superman y El Regreso de Superman. Todos se pueden leer AQUI. Es verdad que Superman «muere» a manos de Doomsday, pero ni Doomsday tiene el origen que muestra la película, ni la batalla se libra como parte de un enfrentamiento con Batman. De hecho, toda la Liga de la Justicia intenta detener al bicho y nadie lo consigue, Superman se sacrifica, pero nada tiene que ver Batman. Por eso es que es tan engañoso el título de la película de Snyder, porque al final no es Superman Vs Batman, sino Superman, Batman y Mujer Maravilla Vs Doomsday.
  • Flashpoint Paradox: de ahí sacan la minúscula y horrible escena de Flash advirtiéndole a Batman sobre Lois y Superman. Una prueba más de que hay que ser muy pendejo y osado para usar una trama compleja y ponerla para los fanboys de la manera más paupérrima del mundo. Pruebita AQUÍ!
  • La Saga de Darkseid: La escena anaranjada denominada Pesadilla, donde vemos a Batman entrar a un camión y en la que aparece Superman transformado y luego atacan los parademons (los bichos que volaban) es parte de la trama creada para Darkseid y que Snyder manoseará en el futuro. «Oye, y si en lugar de esperarnos a que lleguen las otras pelis, metemos nomás a Darkseid de refilón aunque no pegue ni con pegamento industrial?». El cómic AQUÍ.

4.- Hubo una vez algo llamado guión

Ni siquiera revisando los nombres que entran como guionistas hay una explicación para tamaño exabrupto.

Chris Terrio junto a David S. Goyer son los responsables de estito. Terrio fue guionista de Argo, y Goyer ha colaborado en la trilogía de Nolan, aunque para ser honestos solo en una fue parte del script, ya que su función fue más para delimitar la premisa de las historias. En Batman Vs Superman trabajaron a cuatro manos, y no sé a cuál poner en mi lista negra. No sé. Y ante la duda, los meto a los dos.

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Damn you, both!

Acá las incongruencias del guión de Terrio y Goyer.

  • Ya lo dijimos, hay que ser muy bruto para ver todos los edificios cayendo como naipes a tu alrededor y vos mirar por la ventana cual si estuvieras asomándote a un balcón en las islas Fiji.
  • Si Batman sabía que Lex Luthor era un mafiosillo (por algo lo quiere hackear), y luego ve que tiene los archivos de varios superhérores y que estaba evidentemente loco, no era más prioridad que Superman, un ñoño que andaba salvando vidas?
  • El tipo que pierde las piernas. O sea, Bruce Wayne casi casi se dormía pensando en Superman y nunca se preocupó por ese pobre infeliz? Sus empleados nunca le pasaron las amenazas alarmantes que hacía?
  • Culpan a Superman porque hubo un tiroteo entre mercenarios cuando fue a rescatar a Loise Lane, un tiroteo del que Loise fue testigo y encima la boludaza se conflictúa?
  • Si Clark Kent era un periodista de larga data, cómo es posible que no sepa quién carajos es el famoso, multimillonario, mujeriego, Bruce Wayne.
  • Si vas a poner a la Mujer Maravilla en la trama, ponela y que haga Maravillas. La querida Gal Gadot se pasó la película enfundada en trajes de diseñador, tacos, y mirando lo que sucedía a su alrededor por la tele. Inutilidad express.
  • Batman-v-Superman-Dawn-of-Justice-Trailer-2¿Era necesario que Superman interactúe con su fallecido padre UNA VEZ MÁS? Dejen que Kevin Costner muera en paz.
  • El menso de Batman pone un rastreador al camión. Encima bastante notorio, que tiene pitido y lucecita roja, aún así decide atacar el camión porque sí, qué más da. Los maleantes no se dan cuenta del cosote que suena y se ilumina. Hermoso.
  • Sabés que tu pareja puede morir por la exposición a la kryptonita, y cuando ves un arma potencialmente peligrosa que cualquier enemigo del susodicho puede usar en su contra, la largás como una papa caliente a un hueco y que sea lo que Dios quiera.
  • Luego, mirás a Doomsday y pensás (de entre todas las cosas que podés pensar) ahhh, sí, el palo con la kriptonita puede destruirlo! iré a buscarlo.
  • Hay formas de contar las cosas sin recurrir a chafas, fétidas e infantiles secuencias oníricas, flashbacks, premoniciones, alucinaciones.
  • Las motivaciones de Lex Luthor brillan por su ausencia.
  • La Mujer Maravilla consigue robar un flash cuya información no puede desencriptar y tiene la cortesía de devolverlo.  Qué boniiitooo.
  • Estamos hablando del jodido Batman (multimillonario, supuestamente inteligente y lleno de artefactos de última generación), las trampitas que le pone a Superman cuando llega la batalla son tan ingenuas y cursis que dan ganas de darle un apretado abrazo a Batman y decirle: «Batsy, lo intentaste».
  • Jeremy Irons acompaña a Bruce Wayne como Alfred, y sí, es uno de los pocos personajes bien actuados. ¿Aporta? Nada. Dentro del guión es tan o más adorno que la Mujer Maravilla.
  • Acá viene mi reclamo mayor: lo de la madre. Lo de Martha. Marthita. No podés. A quién se le ocurrió crear un vínculo entre Batman y Superman basados en lo de sus mamitas queridas. Que si es la manera en que Batman se da cuenta de la humanidad de Superman, que si esto o aquello. Pajas! Y lo peor para mí no fue cuando Batman se pone histéricA por lo de Martha, sino cuando va a rescatar a Martha y le dice: «SOY AMIGO DE SU HIJO», muuuuuueeero! y si no muero, mátenme! Asco. Deberían hacer camisetas con esa frase.
  • Demasiados personajes, demasiadas alusiones, demasiado todo, faltó nomás que aparezca El Chapulín Colorado o una premonición de Walter Mercado.

Finalmente, cuando el señorito Superman «estira la pata» y cuelga la capa, Batman está acongojado, claro, porque qué pena que él que estuvo tan solo en la vida no pudo ser amigo de ese Clark Kent (Superman) que compartía con él su amor por las Marthas.

5.- Hubo una vez una película en serio.-

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La película daba para más, cuando leés los cómics (sobre todo los relacionados a Batman) te das cuenta del potencial desperdiciado, se pudo aprovechar toda esa lucha de clases, de poder, el tema político, el tema filosófico, el tema de la manipulación de las masas, etc.. para plasmar una historia más sólida e interesante.

Sin embargo hay cosas que la salvan del olvido:

  • La hermosa música de Junkie XL, compositor de Mad Max: Fury road, y que acá baña con su talento las tristes escenas de Batman. Hans Zimmer compuso una también correcta música para las escenas de Superman.
  • La fotografía de Larry Fong (300, Sucker Punch, Watchmen) que sí estuvo por momentos muy linda.
  • Creo que la secuencia del bombazo estuvo bien construida en cuanto a climas y a intensidades.
  • Vuelvo a repetir, en un universo donde el Hombre de Acero es el Hombre de Acero a excepción del ceño y la Mujer Maravilla es un maniquí viviente, Ben Affleck fue el menor de los males, lástima que le tocó tan pobre película.

¿Es aburrida? ¿La recomiendo? No me pareció aburrida, porque es tan estúpida que no podés sucumbir al sueño, la sorpresa por ver tanta cosa revuelta no lo permite.

Lo que me hace detestarla y escupir sobre su tumba es lo que menciono que no me gustó porque para el presupuesto que tiene, para la mercadotecnia de la que goza, para las posibilidades de casting, de director, para basarse en un cómic de Frank Miller (que tiene diálogos hermosísimos y viñetas pendejas), para tener todo lo que tiene a su favor, es triste que nos quedemos con un resultado tan vacío.

Lo peor, es que no hace falta que venga Flash del futuro a través de un portal chanta para advertirnos que lo más probable es que Snyder seguirá cagando las próximas entregas.

Damn you, mil veces, Snyder!

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: a nivel visual tiene sus buenos momentos y al ser un fanservice habrá fans que la disfrutarán Lo peor: intentó abarcar demasiado en lo que es la presentación de un universo  La escena: lo de Martha y el «Soy amigo de su hijo» OMFG Lo más falsete:casi todo se ve falso como diente de palo El mensaje manifiesto: taquilla no es equiparable a calidad El mensaje latente: un héroe puede quedar como un cojudo en un segundo El consejo: si la vas a ver, no gastés en el 3D, ni esperés demasiado El personaje entrañable: el pobre Ben Affleck haciendo de un Batman emo El personaje emputante: todos los demás El agradecimiento: por contratar a Junkie XL, su música es brutal.

EXTRA

Morí de risa, lo mejor comienza en el minuto 3!

CURIOSIDADES

Jeffrey Dean Morgan, el actor que interpretará al esperado Negan en The Walking Dead, encarna al papá de Bruce Wayne. Él también fue considerado para el rol de Batman, pero quedó como papá.

Ben Affleck y Christian Bale se toparon por casualidad en una tienda de disfraces, habían ido a buscar casualmente un disfraz de Batman para sus respectivos hijos. Ben le pidió consejos a Christian y este le dijo que lo mejor que podía decirle era que se asegure de que pueda orinar en ese traje.

Henry Cavill ganó el doble de musculatura de la que tenía en The man of steel, por su parte, Ben Affleck ganó unos 10 kilos de masa muscular.

Ben Affleck interpretará a Batman en seis películas más. 3 en el universo de La liga de la Justicia y 3 en solitario.

Ben intentó quedarse con el disfraz de Batman luego de terminada la película, el chistesito le salía 100.000 $us. al final se desanimó.

Hubo un momento (HORRIBLE) que el estudio consideró a Tom Hanks para hacer de Lex Luthor.

Este es el décimo sexto Batman desde 1939.

Otros actores considerados para Lex Luthor fueron Jean Dujardin (el de El Artista), Joaquin Phoenix, Adam Driver (Kylo Ren), Matt Damon y Bradley Cooper.

Es el debut de Batman en 3D. Nolan nunca quiso usar el 3D para sus películas.

Gal Gadot tiene 16 líneas en el filme.

En conversación con IGN, el director Zack Snyder explicó que “ Robin murió hace 10 años durante su encuentro con un joven Joker”.

El cineasta indicó que como Bruce Wayne prácticamente no tiene vida fuera de su guarida en la película, “pensé que la inclusión de Robin, un Robin muerto, ayudaría a entender” quién es Batman.

EN CARTELERA: Star Wars The Force Awakens / El despertar de la fuerza

Los 70s no son los 80s, los 80s no son los 90s y los 90s tampoco son el nuevo milenio. Dicha esa obviedad, el público también evoluciona. No es aquel que se asustaba por el tren viniendo hacia la cámara, o el que se obnubilaba por los FX de planetas lejanos.

Nos convertimos en un público más pachorriento y poco dado a las expresiones de entusiasta embeleso en la butaca. Un público atiborrado de pipocas y Coca Cola. Hemos visto tanto y de tantas maneras que para que salgan gritos masivos o aplausos en media proyección se necesita un milagro.

OH, sorpresa, el milagro se llama Star Wars: El despertar de la fuerza y nos dice fuerte y claro que las fórmulas repetidas aún funcionan.

Por los tornillos de R2D2! No les miento.

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Sí, es verdad, el gordo George Lucas casi casi aniquiló la franquicia con Amenaza Fantasma y El Ataque de los Clones, planes de enviar cartas con ántrax fueron elaborados, pero después de La Venganza del Sith todo volvió a su cauce natural y pudimos esperar con relativo entusiasmo el glorioso retorno de la saga.

No, J.J. Abrams no ha reinventado a Star Wars ni le dio un empujón que la lleve al olimpo de las grandes películas, no. De la mano de Disney es difícil hacer algo que no esté bañado de crema chantilly y bonitos colores pasteles. Muy difícil.

J.J. Abrams dirige con practicidad un bulto pesado, ese bulto es revivir Star Wars y lograr dos cosas: 1) que la generación que amó y creció con la saga no escupa sobre su tumba y 2) que las nuevas generaciones se vuelvan parte de ese consumo masivo que mueve tantos millones de dólares.

Y la verdad, logra ambas. star-wars-the-force-awakens-daisy-ridley-bb-8

El despertar de la fuerza es un eco del pasado y como tal está diseñada para agarrar las aristas más llamativas de la trilogía original y sacarle partido:

Tenemos a la Resistencia, que después de quichicientos años sigue en las mismas.

Tenemos a la parejita chico/chica unidos en una epopeya de la que no saben mucho pero a la que convierten en una especie de misión.

Tenemos un poder tiránico, opresivo, al cual derrotar.

Tenemos una galaxia que salvar.

Tenemos a un malo maloso que lee mentes, levanta su manito y zas! Matanga dijo la changa. Por supuesto, el don sufre una lucha personal/espiritual entre el bien y el mal.

Tenemos el droide que carga un mapa y su propia misión.

Tenemos la Starkiller Base como elemento a destruir, muy similar a la Death Star.

Tenemos conflicto padre e hijo.

Tenemos a the chosen (el elegido/a) cuyo papel aún está por determinar pero que con poderes impensables sabemos que es el peón principal de esta nueva entrega.

Tenemos la cantina de bichos raros.

O sea, el universo es un pañuelo para que se repitan y se junten tantas cosas similares a la primera trilogía.

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El guión escrito por el mismo J.J. Abrams acompañado de Lawrence Kasdan, autor de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi (entre otras)   y Michael Arend, autor de Little Miss Sunshine, Toy Story 3, Oblivion y la primera Juegos del Hambre, bebe de la melancolía y decide darle al público aquello que supuestamente quiere.

Rey (Daisy Ridley), una chatarrera que espera el regreso de la familia que le fue arrebatada, se encuentra con BB 8, un droide al que le han encargado guardar el mapa que llevará a la Resistencia a encontrar al mítico Luke Skywalker.

La chica decide ayudarlo, y para ello se une a Finn (John Boyega) , un ex stormtrooper escapando de esa condición.

En plena misión se toparán con Han Solo (Harrison Ford) y Chewbacca (Peter Mayhew) que intentarán ayudarlos para lograr encontrar a Luke.

La base es muy simple y en general está llena de baches e inconsistencias. Nada tiene mucho sentido, pero tampoco importa. El manto de Disney le quita la oscuridad y la tragedia que se cernía sobre los personajes en El Retorno del Jedi, quizás la entrega más intensa de toda la saga.

J.J. Abrams cubre esa ausencia de peso dramático con efectos especiales y muchas peleas al pedo.

A los que hemos visto las películas una y otra vez nos suena a circo repetido, pero el circo repetido está tan bien montado que cuando aparecen Han Solo y Chewie, se te humedece el corazón y una ahogada exclamación se siente vibrar en medio del público.

Lo mismo sucede cuando la princesa Leia entra a escena, el diálogo acartonado entre estos dos amantes que además son padres de un hijo, no sería nada sin el poder de la memoria. Es la memoria lo que hace que disfrutemos el cursi encuentro y es la memoria lo que hace que batamos palmas cuando aparecen los droides originales C3PO y R2D2.

Una película de este tamaño requiere un villano igual de grande y poderoso, y, para mí, la mayor flaqueza de El despertar de la fuerza está en la elección de sus villanos.

Mientras Kylo Ren (Adam Driver) se encuentra con la máscara puede ser un villano creíble, en el momento que se quita la máscara pierde toda credibilidad y nos quedamos con un fantoche sin presencia escénica.

Y ojo, a mí me gusta el trabajo de Adam Driver, sobre todo en comedias, pero acá la tesitura ideal para un papel tan atormentado no se consigue nunca y queda como un fulano muy desabrido que además toma las peores decisiones y que nunca demuestra la maldad que requiere la oscuridad que lo gobierna.

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SPOILER ALERTA

La muerte de Han Solo en sus manos me pareció lo más choto de todo y, como dije, el villano parricida no trasciende el tormento que debería asquearnos hasta lo más profundo de nuestro ser. Se lo ve raro e incómodo. Incluso la acertada dirección de fotografía de Daniel Mindel (John Carter, Star Trek, Mission Imposible III, Spy Game) que lo ayudaba en la escena clave iluminando solo la mitad de su rostro, no pudo darle mayor énfasis a la situación.

Después de que Solo sorteó los mayores peligros durante años, verlo morir de esa manera tan inoficiosa me resultó doloroso. Fui de las que se llevó las manos a la boca, aunque todo indicaba que iba a suceder, y algunas lágrimas corrieron en honor de un ícono al cual le había llegado su final bochornosamente.

Así es señores, me siento sola por la muerte de Solo y declaro rotundamente que Hans merecía una muerte mejor en manos de alguien peor.

FINAL DE SPOILER

La carrera de J.J. Abrams no nos engaña respecto a la trivialidad con la que aborda la dirección de El despertar de la fuerza.

Mission Imposible III, Star Trek, Super 8, y Lost son un testimonio de un estilo más abocado al espectáculo vacío.

No hay engaño, pero aún así sentimos cierta trampita en el recopilado, en ese collage fácil de los elementos de la trilogía original. Es treparse a una balsa segura, con el pito  que puede soplarse en caso de emergencia.

No deja de ser válido, y hay que reconocer que a diferencia de las dos primeras películas de la segunda trilogía, por lo menos J.J. Abrams no te hace salir del cine puteando hasta en japonés, ni te entrega un recuerdo tan bizarro como Jar Jar Binks.

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El despertar de la fuerza cumple con entretener, sumergir en la melancolía a viejas generaciones y presentar la saga a nuevas generaciones.

Más no se puede pedir ni esperar, quizás otro director le pueda dar un extra de consistencia a las dos entregas que vienen, quizás otro director consiga revivir, aparte de los personajes de antaño, esa poesía que la hizo duradera a través de los años. Quizás.

Solo queda desear que la fuerza nos acompañe.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: es entretenida y emociona en las partes que tiene que emocionar.

Lo peor: los villanos (Kylo y el bicho computarizado al que obedecía), le sobran algunos minutos, y es una película que parece un remake de la trilogía original. No tiene nada innovador y también carece de peso dramático.

La escena: la defunción de quien sabemos, y claro, todas las partes en que aparecían viejos personajes y la gente exclamaba y aplaudía en la sala.

Lo más falsete: la pelea entre Rey y Kylo, por pelotuda. La defunción de quien sabemos, por pelotuda.

El mensaje manifiesto: Todo tiempo pasado fue mejor

El mensaje latente: de recuerdos vive el hombre

El consejo: Vela subtitulada, en el cinemark hay la opción del DBOX que es con asientos que se mueven de acuerdo a la película. Elegí horarios no muy masivos porque la gente no sabe ir al cine y con los celulares/charlas/ comentarios puede arruinarte la experiencia.

El personaje entrañable: BB 8

El personaje emputante: el piloto Poe (Oscar Isacc) qué personaje inoficioso y encima interpretado tan mal.

El agradecimiento: porque no es odiable.

CURIOSIDADES

Daniel Fleetwood, un joven con cáncer terminal, pidió como último deseo que se le permita ver la película aunque esta todavía iba a tardar unos meses en estrenarse. Como la condición de Daniel era terminal, tanto Mark Hammil como John Boyega presionaron al estudio para cumplir el deseo.  Finalmente, pudo ver la película en su casa y falleció el 10 de noviembre de este año.

El episodio 11 de la nueva temporada de The Big Bang Theory recrea la asistencia de Leonard, Wolowitz y Koothrapali a la premier de El despertar de la fuerza, Sheldon Cooper no asiste porque es el cumpleaños de Amy y por ende decide darle algo muy especial: su primer encuentro sexual. El episodio hace un paralelismo entre ambos eventos épicos.

La producción exigió a Carrie Fisher perder al menos 15 kilos y a Mark Hammil llegar a perder 20 kilos si es que querían retornar a sus papeles de Leia y Luke.

Carrie Fisher sufre de trastorno bipolar, adicción a las drogas y problemas de peso.

J.J. Abrams decidió usar en la medida de lo posible locaciones reales y maquetas, en lugar de recurrir a los efectos especiales.

El nuevo droide BB 8 se basa en los bocetos tempranos de R2D2.

Los actores Kevin Smith y Bennedict Cumberbatch visitaron el rodaje luego de firmar acuerdos de confidencialidad.

Michael Fassbender y Hugo Weaving fueron considerados para el papel del villano Kylo.

La hija de Carrie Fisher, Billy Lourd, debuta en esta película.

La película costó alrededor de 200 millones de dólares, lo que la convierte en la más cara de la saga.

Adam Driver abandonó la serie Girls para poder participar en esta película.

Elizabeth Olsen, Jennifer Lawrence y Shailene Woodley fueron consideradas para el papel de Rey.

Michael Arnd era el encargado principal del guión, pero luego abandonó el proyecto y fue retomado por J. J. Abrams y Lawrence Kasdan.

El nombre de Rey, se tomó de un miembro del equipo de filmación Rey Philippe Santos.

Es la quinta película que dirige J.J. Abrams.

EN CARTELERA: Marte / The Martian (Ridley Scott)

Ridley Scott se sacudió todos los hijueputazos que le llovieron por Prometheus (2012), decidió reintentar con el género que lo hizo famoso: Ciencia Ficción y hacer una versión ligera del espacio, ligera como nube de algodón. Sacó su cabeza por un huequito y, a sus casi 80 años, dijo: Ola, k asen?

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Está bien. La nueva película de Ridley, Marte (The Martian), es, sin duda, muy entretenida.

De qué va? Un grupo de seis astronautas está en una misión en Marte. De pronto surge una tormenta, y la Comandante Lewis (Jessica Chastain) decide que es tiempo de agarrar los chécheres y salir tostando del planeta. No se olviden del dicho: Mejor aquí corrió que aquí murió.

Empiezan a caminar en fila india hacia la nave y pim pum pam, un pedazo de antena se lleva con todo a Mark Watney (Matt Damon). Los trajes de astronautas están diseñados para emitir las señales vitales, y el equipo no recibe señal alguna del traje de Mark, entonces piensan que ha muerto y con la tormenta ya encima no les queda otra que partir.

Mientras ellos están de regreso a la Tierra resulta que nuestro Mark estaba vivito y coleando en ese desolado y rojo planeta llamado Marte.

La película agarra un tono survival, donde el personaje principal tiene que luchar por sobrevivir, porque sí, porque la vida es un camino cuesta arriba. Lo hemos visto mucho y de todas las maneras posibles, esto sería una mezcla entre GravityEl Naúfrago, Robinson Crusoe y Kathy, la oruga.

Mark, que es un astronauta con una maestría en Botánica, dará muestras de ingenio en esa lucha por llegar con signos vitales hasta el final de la aventura. Ajá, McGyver un piojo tuerto, Sheldon Cooper un mero aprendiz. Ni Harry Potter con su varita se las podría haber ingeniado mejor que Mark Watney.

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El tipo vuelca las adversidades a su favor, y todo con una predisposición y un buen estado de ánimo envidiable que es acompañado de clásicos de la música disco. Turn the beat around, Hot Stuff, Rock the boat, Don´t live me this way y hasta I Will Survive se campean por ahí.

Sí, Marte es una píldora contra la depresión y los deseos suicidas. Todo en ella es superación y ver el vaso tan llenito que ya se está derramando.

Paralelo a la situación del animado Mark, vemos lo que la NASA hace para manejar primero: la supuesta muerte de Mark ante la opinión pública y luego: el supuesto rescate. Hay que recordar que ir a Marte no es como agarrar un micro que te lleve a Warnes, no. Toma años llegar o salir de ahí, sin contar el gasto de millones de dólares que exige mandar una misión.

El montaje de Pietro Scalia (Gladiator, Prometheus, Good Will Hunting) colabora para que la historia sea accesible y veamos ambas puntas de manera efectiva.

El guión es de Drew Goddar, conocido por La Cabaña del Bosque y Guerra Mundial Z, créditos que nos permiten constatar que el público objetivo es el masivo, y que la idea es hacer una película taquillera con un esquema argumental más bien clásico.

Claro que se apegaron bastante al libro homónimo en el que se basa, tanto que su autor, Andy Weir, dijo que las lágrimas se le escaparon al ver el primer corte del filme.

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Lágrimas que esperan sean compartidas por un público que sí, que aún sabiendo que todo pinta a final feliz, sufre con los obstáculos por los que atraviesa Mark y se ríe bobamente con los chistes americanos del abandonado personaje.

Dariusz Wolski (Prometheus, Exodus, Piratas del Caribe) pone su impronta detrás de la cámara y a través de su hermosa fotografía transforma los paisajes de Jordania en un espectacular planeta marciano.

Mención aparte merece Matt Damon, que al igual que Sandra Bullock por Gravity y Tom Hanks por El Naúfrago, seguro recibirá un reconocimiento por su papel del chabacano y animoso Mark Watney. Estos papeles que sirven de humanos paradigmas siempre son bien recibidos por la Academia, y si encima el actor/actriz perdió algunos kilos en el proceso, pues es casi seguro que lo tendremos en los Oscar 2016.

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El resto de los actores que interpretan tanto a los compañeros de Mark como a la gente que trabaja en la NASA, también demuestran su solvencia: Chastain, Daniels, Chiwetel, Kristen Wigg, Sean Bean están en la medida correcta y con personajes igual de luminosos que Mark. No hay muchas mezquindades, ni siquiera un odioso antagónico, porque como decía El PUMA: Juntos podemos llegar, Unan sus manos conmigo.

Ridley, por su parte, se mete a la piscina del conformismo y nos entrega una película común y corriente, bien hechita, bien filmada, bien contada, bien actuada, pero con la que no pasa más nada. Sus detractores dicen que nuestro Ridley se ha convertido en un vulgar Ron Howard.

(insertar emoticón del monito con los ojos tapados)

No sé si llegaremos a tanto. Marte no será la apuesta más innovadora o lo más jugado de Ridley Scott pero es su mejor y más entretenida película desde Gladiator, es la menos accidentada, la menos bizarra, la menos ceremoniosa, la menos petulante.

Conseguir un buen blockbuster tampoco es tan sencillo, todas las semanas estrenan huevadas que son infumables a pesar de ser solo productos destinados a escapar del mundanal ruido un rato, en el caso de Marte están todos los elementos que hablan de un buen director y un buen equipo, aunque sí, sí, hay que reconocer que poco o nada se ve del director de Blade Runner.

En esa metáfora que son las inclemencias por las que atraviesa Mark Watney supongo que Ridley ha bajado los brazos y ha decidido entregarse a una industria donde repetir una historia de sobrevivencia con un mensaje global de superación personal que bien pudo ser escrito por Coelho o Dyer, aun funciona.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: Funciona.

Lo peor: bastante simplona.

La escena: todo lo relacionado a cómo Mark supera los imprevistos.

Lo más falsete: en general: demasiado buena onda, buen corazón y buen ánimo. y claro, lo de Iron Man.

El mensaje manifiesto: Vos podés.

El mensaje latente: Vos podés.

El consejo: Vela, está bonita. No sé si valga mucho el 3D, a excepción del inicio y el final, creo que no hay mucha necesidad de los lentes.

El personaje entrañable: las plantitas

El personaje emputante: Prometheus, ah no. Eso era en la otra…hmmm

El agradecimiento: porque es ligera y entretenida.

CURIOSIDADES

El libro en el que se basó: The martian (El Marciano), fue escrito primero por capítulos en un blog, en el que el autor tomaba los consejos que le daban los lectores para ir desarrollando la historia. El texto final fue rechazado por varias editoriales hasta que Weir decidió subirlo a Amazon para comercializarlo por su cuenta. De ahí, la alta venta de su versión virtual hizo que una editorial lo contactara y lo llevara a papel, el resto es historia.

La película fue filmada en Wadi Rum Jordania. Las escenas de set se filmaron en Budapest.

NASA y varios científicos fueron consultados para pulir los aspectos científicos del filme.

Aunque en la película Mark tiene que ver la manera de crear agua, 4 días antes de que la película fuera lanzada al mercado se supo que se había encontrado agua en Marte.

Cerca de 20 sets fueron construidos para filmar Marte.

Matt Damon filmó sus escenas en 5 semanas.

La escena en que el personaje de Donald Glover (Rich) se cae cuando está tratando de hacer cálculos para la sonda, fue una caída real en la primera toma, a Ridley le gustó como quedó y la dejó en el corte final.

Bastante material que se investigó y consiguió para hacer Prometheus fue usado/reciclado para The Martian.

El rodaje duró alrededor de 70 días y tuvo un presupuesto aproximado de 180.000.000 $us..

Mark es el equivalente inglés a Marcus que es el equivalente latino de Marte.

EN CARTELERA: Los 4 Fantásticos ( Fantastic Four)

Los 4 Fantásticos o La dictadura de la tibieza

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De Josh Trank vimos esa interesantísima apuesta que fue Chronicle. Me dije: “el crispín que hizo esto es talentoso”. Lo mismo pensó la industria y le echaron el guante contratándolo para este enésimo reboot de los 4 fantásticos.

Este comic lleva años inmerso en una disputa descarnada entre Fox y Marvel y, hasta la fecha, Fox lleva 3 películas muy malas que no hacen más que agregar esta vacua esperanza: el día que Marvel agarre los derechos el sufrimiento para los fans concluye.

El joven Trank (apenas tiene 31 años) se metió en ese avispero y, como es de esperar, ha salido con ronchas por todos lados. En estos momentos es la comidilla de Hollywood porque tanto la crítica como el público han lapidado su película. El Rotten Tomatoes solo le da un 8% de aprobación/sobre 100.

O sea, un desastre épico.

¿Es realmente tan mala?

Tapate los oídos, los críticos nos odian

Hagamos una sinopsis: Vemos a un niño, Reed, que desde chico es un nerd y una especie de visionario, aunque sus compañeros y profesores lo vean como a un boludo que vive soñando despierto. Es en esa época que se hace mejor amigo de Ben, por lo que la secuencia es sencillamente para que veamos que esa amistad se fundó desde la más tierna infancia. Hacemos elipsis temporal y los chicos ya crecieron. Reed (Miles Teller) sigue con sus mismas fijaciones, y Ben (Jamie Bell) lo acompaña fielmente. En una feria de ciencias se les acerca el Dr. Storm que, con su hija, recluta rápidamente al joven Reed. Ellos están investigando, al igual que Reed, la teletransportación. La idea es concluir el proyecto y mandar astronautas al planeta que puede ser una opción de vida para los humanos.

Sí, sí, sí.

El mayor problema de Los 4 Fantásticos es que todo está a medias.

Se atisba el estilo de Trank (que también es uno de los guionistas), más contemplativo, más reflexivo, sobre el origen de los superhéroes y su desarrollo, pero también podés notar la mano de los otros guionistas, de Simon Kinkerberg (Sr. y Sra. Smith, X men, Sherlock Holmes), de Jeremy Slater (Lazarus Effect), que juntos convirtieron a la película en un sancocho desabrido que no termina de ser ni una versión oscura onda la trilogía de Nolan: Batman, ni un producto hecho para el entretenimiento onda Avengers.

¿Y si mejor dejan de pelear y cambiamos algunas cositas?

El guión, definitivamente, no sigue un curso que permita crear emociones reales. La primera parte es bastante aburrida y sin que ese aburrimiento se justifique en el tiempo que se necesita para un nexo emotivo con los personajes. La segunda parte, en la que se supone comienza la acción real, es desarrollada de manera torpe y poco afortunada.

Y ya cuando tendríamos que encontrar un clímax, los guionistas se sumergen hasta el fondo en el cliché: el típico portal choto de planeta a planeta que hay que destruir, y un villano absurdo, concluyendo el filme con una escena muy ridícula (diálogo donde se decide el nombre).

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Nuestro portal es más bonito que el de Avengers

Ya saliéndonos del guión, los efectos especiales están básicos y no aportan nada a esta nueva versión. Es como si la película se hubiera realizado de manera desganada. Como que, ya, pongámosle fueguito acá y allá. El diseño del planeta de donde se extraen los poderes es  poco creativo y algo ya muy visto.

Aquí hago un punto aparte para mencionar un error de continuidad en el que otra vez se trasluce la dejadez: El actor que interpreta a Reed, Miles Teller, tiene muy mala piel. Además de unas cicatrices que le quedaron por un accidente de auto en el 2007 sufre de acné, a lo largo de la película los granos iban de un lado al otro, pero así, de una manera ya grosera. En una escena tenía un súper grano rojo debajo del labio, y en la próxima (mismo día, según la historia) la cara limpia como nalga de bebé. No puede ser que en la post-producción no hayan arreglado algo tan miserable.

El resto de los personajes parecen perdidos en su papel de héroes caídos en desgracia, a los que no se dibujan muy bien los padecimientos que quieren mostrar a través de las aspiraciones evidentes del guión.

Como dije, creo ver las intenciones de Trank: hacer una propuesta más humana de los protagonista, pero aparentemente tuvo las manos atadas por Fox. El pobre tipo, agobiado por las críticas, respondía el 6 de agosto a través de un sugerente tuit que fue borrado al poco rato:

«Hace un año yo tenía una versión sencillamente fantástica de esto. Y probablemente habría recibido críticas fantásticas. Probablemente nunca la verás. Esta es la realidad».

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FOOOOOX, déjame crear!

El otro guionista, Simon Kinkerberg, que también es uno de los productores, fue más allá y acotó:

“Creo que teníamos un director muy joven haciendo una película muy grande”

Yo no sé quién tenía qué y de qué tamaño. Solo sé que Fantastic Four terminó siendo tibia, desabrida, sosa.

Quizás lo más interesante de la película sea la batalla que se está librando entre sus protagonistas fuera de la pantalla.

Lo mejor: sus intenciones

Lo peor: de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno

La escena: cuando deciden el nombre (por ridícula)

Lo más falsete: ese aire a película emo introspectiva

El mensaje manifiesto: película grande no es sinónimo de película éxito.

El mensaje latente: Hollywood puede echar a perder a cualquiera El consejo: esperá que salga a DVD o hasta podés prescindir de ella del todo El personaje entrañable: The Thing, más por ver de nuevo Jamie Bell (actor que hizo de Billy Elliot) El personaje emputante: Reed El agradecimiento: Que no es muy larga, dura apenas 100 min.

CURIOSIDADES

El director, Josh Trank, renunció o fue «renunciado» de otro proyecto al que estaba atado con Fox.

La película se hizo en el afán de Fox de preservar los derechos del cómic, si Fox no sacaba esta película YA, los derechos se revertían a Marvel.

Saoirse Ronan, Margo Robbie, Allison Williams y Emmy Rossum fueron consideradas para el rol de Susan Storm.

Kit Harington, Anton Yelchin, Richard Madden y Jack O Connell fueron considerados para el rol de Reed.

El estudio ordenó refilmar escenas en enero del 2015.

Michael B. Jordan fue la primera elección de Trank para el papel de Jhonny Storm, el actor también trabajó en Chronicle.

Josh Trank fue a rodar a New Orleans acompañado de algunos de sus perros. Los perritos se quedaron en una casa rentada mientras él filmaba e hicieron daños a la propiedad por un valor de 100.000 $us.

El director está tan dolido por la situación de su película que expresó que nunca más trabajaría en un cómic.

EN CARTELERA: Misión Imposible: Nación Secreta (Rogue Nation)

Desperate times, desperate measures

El 2011 dábamos cuenta del resurgimiento de Tom Cruise, de la saga y de la fe en la capacidad del ser humano de hacer películas de acción decentes (no es con vos Michael Bay).

Con Protocolo Fantasma, Misión Imposible pasó a ser de aburridita/sosa a garantía de espectacularidad. Lo dijimos acá, compramos un muñeco de Tom Cruise para mirarlo por las noches y nos quedamos deshojando margaritas, esperando cual Penélope la nueva entrega.

Por eso es que cuando Misión Imposible: Nación Secreta se estrenó la semana pasada, el corazón hacía Bidi bidi bom bom.

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Un momentito, antes que nada hay que decir que llevamos viendo los correteos de Ethan desde 1996, y esta sería la quinta parte de una saga que parece no tener final a la vista.

Lo digo para que el mundo tenga claro que vos y yo sabemos quién es Ethan Hunt, sabemos que es parte de una organización (IMF) dedicada a tumbar gobiernos, manipular sociedades y limpiarse el camino de personas indeseables para el Estado que representan.

Estamos hablando de que en la vida real, por ejemplo, el ruso Litvinenko que murió envenenado por polonio era un triple agente (KGB, MI6 y España), lo que significa que un espía no canta canciones de cuna.

Por eso me extraña, araña, que en Nación Secreta, Ethan, agente del IMF-subdivisión de la CIA, parezca casi una escandalizada Carmelita Descalza.

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El filme, escrito y dirigido por Christopher McQuarrie (Jack Reacher), agarra el despelote dejado en Protocolo Fantasma y continúa la obsesión de Ethan por descubrir qué carajos es el Sindicato y cómo está organizado.

Repite la fórmula, la receta inamovible de la saga: Ethan, el rebelde; el IMF/CIA de Judas por la vida dándole la espalda; un malo al que se persigue más por ego que por necesidad; una complicada misión; algo que hay que extraer de un edificio altamente custodiado; traiciones por doquier; una chica ornamental; y persecuciones varias.

Voilá.

A lo largo de la vida fílmica de Misión Imposible cada director ha intentado ponerle su impronta. Brian de Palma (1996) hizo, para algunos, la mejor entrega de la saga barnizándola de un cuestionamiento un poco más sencillo pero a la vez más estructurado, John Woo (2000) pensó que la película era Rápido y Furioso versión motocicleta, J.J. Abrams (2006) se puso demasiado romántico y así llegamos a Bird, que en el 2011 le quitó el acartonamiento y lo esperable para inyectarle una dosis de espectacularidad y amenidad, elementos que McQuarrie (2015) intenta replicar con mejor o peor suerte.

Al iniciar vemos la “fabulosa” secuencia de acción prometida. Ethan Hunt, vestido impecablemente para una misión de esa naturaleza, se cuelga de un avión al que intenta detener por su preciada carga (gas nervioso). Ok. Para escenas ilógicas/imposibles de aviones en el aire me quedo con la secuencia inicial de la última Batman. Nada más que decir.

Luego, descubrimos que el IMF ha sido disuelto gracias al director de la CIA: Alan Hunley (Alec Baldwin). Así, Ethan se queda, una vez más, rebelde y solo en mundo vulnerable al terrorismo.

Ethan descubre que OH, Sopresa! El Sindicato provoca atentados varios para cambiar la situación política y social de países específicos. Sí, Ethan, qué sorpresas da la vida, qué inaudita situación.

Hay menciones a la muerte de “civiles inocentes” a los que Ethan intentará resguardar haciendo lo posible por detener a esos “terroristas”.

Se cruzará en el camino de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) espía inglesa infiltrada en el Sindicato y cuyas acciones, al igual que las de Hunt, son un bocadillo fácil para el cuestionamiento.

Tanto Simon Pegg interpretando al carismático Benji,  Jeremy Reener como el perspicaz Brand y Ving Rhames como Luther, hacen lo posible por lanzar algunos chistes al firmamento y que el interés de una platea acostumbrada a violentos zappings no decaiga.

La tal Ilsa, a quien llegué a confundir con Ruth Wilson, elabora un personaje ambivalente del que nunca se tienen claras sus intenciones/motivaciones, más por las falencias del guión que la ponen caprichosamente en situaciones ambiguas que por la profundidad del personaje.

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El malo malo resulta un desperdicio desde el momento en que lleva a cabo un laberíntico plan para luego sucumbir como un Crispín por unos cuántos dólares, es nomás lo que decía el Guasón (segunda Batman): This town deserve a better class of criminal. En todo caso, el actor sueco Jens Hulten resulta inquietante en su personificación de Janik Vinter.

Hay escenas que sí, que cumplen con la espectacularidad que añoramos. Toda la secuencia en la ópera de Vienna es sofisticada, delicada y hermosa. La ópera elegida, Turandot, es una obra espectacular, habla de una princesa que despreciaba a los hombres y que mandaba a matar a todo aquel que se atrevía a intentar conquistarla y no descifraba tres acertijos. El protagonista masculino finalmente resuelve los enigmas, pero decide ponerle uno a ella: que averigüe cuál es su nombre. La princesa proclama que nadie duerma en Pekín hasta averiguarlo, mientras tanto el príncipe canta la aria más conocida Nessun Dorma que aparece en la película y que además es usada para algunas de las secuencias semi-románticas entre Ilsa y Ethan. Punto extra para Puccini, Viena, la princesa, el príncipe y para quien pensó algo tan bonito.

Otro detalle es el vestuario elegido para Ilsa en la ópera. Ese maravilloso vestido amarillo ondeando en las secuencias de acción fueron una delicia.

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Los problemas de Rogue Nation van más que nada por el argumento que aunque sabemos no pretende ser un ensayo de filosofía, hay cosas demasiado chapuceras. Es cierto que la película adopta una que otra reflexión sobre lo desechable que es un agente en el mundo del espionaje, sobre las traiciones y alianzas entre países, pero todo se queda ahí, más como excusa que como algo sólido. Ethan se la pasa admirado por las mañas del Sindicato cuando él se revuelca en el mismo chiquero y lo que ya me pareció lo último de lo último SPOILER en la comentada secuencia de inmersión, el señor Ethan tiene apenas unos minutos para respirar bajo el agua, pero señores, los agentes juegan con cámaras que se ponen en los ojos como lentes de contacto, hay impresionantes diseños de aparatos para lectura de voz, de manos, de gestos corporales, y estos mamertos no tienen un pinche dispensador de oxígeno? No, no, no. FIN DEL SPOILER

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Ya para rematar, la secuencia final de la bomba y la persecución: háganme el favor! y el malo-malo, solito con su alma tomando decisiones boludas. Sí. Era un buen momento para botar la casa por la ventana (yo diría que con dos cadáveres) pero nos quedamos complacientes y ñoños.

A grandes rasgos, Rogue Nation – Nación Secreta es un compendio de muy buenas escenas de acción, una experiencia amena en la que vemos a un Tom Cruise de casi 53 años en un envidiable estado físico. Ya sé  que siempre lo resalto, pero es que no se puede creer lo que hace ese hombre sin recurrir a los dobles.

La sexta entrega ya está confirmada, no queda otra que esperar, mirar al muñeco de Tom por las noches y pensar que la próxima será mejor.

Mónica Heinrich V.

Lo mejor: Amena, entretenida Lo peor: un poco displicente en su guión La escena: la de la ópera, la de la inmersión y la del secuestro del Primer Ministro. Lo más falsete: lo de la inmersión sin oxígeno y la resolución final (bomba y demases) El mensaje manifiesto: Hay Misión Imposible para rato El mensaje latente: Hay público de Misión imposible para rato El consejo: Vela pero con subtítulos (COMO TIENE QUE SER) El personaje entrañable: Benji. NO te mueras nunca, Benji! El personaje emputante: Alec Baldwin, e Ilsa. El agradecimiento: Por Turandot.

CURIOSIDADES

Adelantaron su estreno para no chocar a fin de año con Spectre o la nueva Star Wars.

Para la escena en el avión, por lo fuerte del viento era imposible que Tom Cruise mantuviera los ojos abiertos así que crearon una protección ocular para todo el ojo y así hacer que Cruise abra sus ojitos en una situación en la que es imposible hacerlo.

Tom Cruise se lastimó en 6 ocasiones durante el rodaje debido a las exigencias de las escenas de acción.

El Sindicato era la agrupación antagonista más regular en la versión televisiva.

Benedict Cumberbatch fue la primera opción para el villano.

Bird era el director asignado a esta entrega, pero declinó el puesto por dirigir Tomorrowland y fue Tom Cruise el que presionó a todos para que McQuarrie tome la dirección.

Jessica Chastain fue la primera opción para el papel de Ilsa.

Como Rebecca Ferguson se parece a Ingrid Bergman, nombraron a su personaje Ilsa en alusión a Ilsa Lund de Casablanca.

El guión en realidad fue escrito también por Drew Pearce, pero debido a conflictos y después de llevar a juicio el tema, sacaron a Pearce del crédito dejando solo a McQuarrie.

Todos los personajes «buenos» manejan BMW mientras que los «malos» manejan Audi o Mercedes.

Rebecca Ferguson fue elegida personalmente por Tom Cruise, ya que la vio en al serie The White Queen y le gustó su trabajo.

SPOILER ALERT:

Es la única Misión Imposible donde el villano no muere

EN CARTELERA: Píxeles

Como pegarle a un borracho

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Yo fui por el enano. Por Tyrion. Sí. Tampoco me molestaba ver un ratito a Kevin James. No.

Mi gemela ñoña quiere creer que Adam Sandler es un buen tipo, que si te lo topás en una calle de Hollywood seguramente estará de shorts, polera, y gorra. Que estará mirando tetas y culos de algunas damas, solo porque «no lo puede evitar», mientras habla huevadas con algún amigo. Y así, muy inocentemente, querrá hacer una nueva película para que «el público» se divierta, para que él y el amigo boludo se diviertan.

Eso cree ella, yo creo que Pixels no es Punch Drunk Love o Click, lo más decentito de su filmografía. Pixels es una más de ese desfile de películas tontas y poco memorables que acostumbra producir/protagonizar.

Sin embargo, quiero hacer un punto aparte: a sala casi llena, a mi alrededor parece que estaban los amigos de mi gemela ñoña… el público se reía y hasta se escuchó uno que otro tibio aplauso. No sé si eso habla más mal de mí, de mi gemela ñoña o de los amigos de mi gemela ñoña.

Parecería que no importa que Sandler vuelva a repetir el personaje de fracasado que actúa como un patán con la protagonista y ella, siempre linda e inteligente, termina viéndolo pintoresco, divertido e interesante. No importa que la trama, escrita por Tim Herlihy y Timothy Dowling (ambos responsables de buena parte de su filmografía) sea absolutamente pobre, con chistes básicos, y con tantos defectos que ya no se la puede ni criticar porque es como pegarle a un borracho.

Tampoco se puede decir algo de Columbus, director al que ya le hemos perdido la fe hace mucho y enterramos allá en la profundidad de nuestra memoria como al pobre Macaulay Culkin.

No señores, acá hay un borracho y muy borracho está, encima se choca con nosotros y catarrea a morir.

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En Pixels, Sandler es Sam Brenner, un tipo que instala aparatos electrónicos, pero que en su infancia de la siempre recordada era de los 80s, fue un campeón de videojuegos, un gamer de cuidado. Creció y la vida lo dejó atrás como en todas sus películas.

La NASA envió al espacio una cápsula que contenía elementos de nuestra cultura, entre ellos videojuegos de los 80s, y los aliens al verlos lo tomaron como una declaración de guerra. Hasta ahí creo todo, después de ver en qué pierde el tiempo la humanidad yo también pensaría que es correcto eliminarlos.

Kevin James sale del fofo Presidente de los Estados Unidos.

Cuando los aliens lanzan un ataque/desafío simulando  Galaga, y más tarde Pacman, Donkey Kong, Centipide, y etc., el fulano decide llamar a los especialistas, sus amigotes gamers de la infancia quienes al final del día verán que la ociosidad rindió frutos y serán los héroes que salvarán al mundo de la hecatombe alienígena.

En este momento deben haber hombres de 35 a 70 años aún conectados al cable del playstation que se están sintiendo dignificados por las mañas torpes de Sandler como gamer heroico.

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Nada chicos, todo es un vaivén de emociones baratas donde solo destaca uno que otro momento de los juegos ochenteros. Ese revival de nostalgias e infancias irrecuperables que tendrían un happy ending si el colosal y amarillo PacMan se comiera a todos.

Una fotografía cumplidora, unos efectos especiales cumplidores, actores haciendo lo que se puede con ese guión, y bla bla bla.

Repito: yo fui por el enano y disfruté al enano. Lástima que solo hubieran funciones dobladas, porque capaz y disfrutaba más al enano.

Si los Lannister existieran de verdad, esta sería una deuda que Tyrion no podría pagar nunca.

Buenos días.

Mónica Heinrich V.

CURIOSIDADES

Jennifer Anniston rechazó el papel principal de la Coronel.

La hija y la mujer de Adam Sandler hacen un cameo en el filme.

El verdadero creador de Pac Man hace un cameo también, aunque no como el personaje, ya que no habla inglés.

Es la novena ocasión en que Kevin James y Adam Sandler participan juntos en un proyecto.

Fue basada en un corto francés del mismo nombre dirigido por Patrick Jean que dicen estaba muy bueno.

La película ha sido tempranamente catalogada como un fracaso debido a su pobre recepción con la crítica y a su discreta recaudación en taquilla.

Lo mejor: El enano y algunos momentos de los videojuegos. Aparte, el público general parece disfrutarla, cosa que siempre es buena.
Lo peor: un producto Adam Sandler: tonto y barato.
La escena: todas en las que aparece Peter Dinklage
Lo más falsete: el desafío alienígena, y claro, el amor que despiertan los personajes estúpidos de Sandler
El mensaje manifiesto: Sandler seguirá haciendo películas mientras el público vaya a verlas
El mensaje latente: Sandler hará películas toda su vida
El consejo: Andá por el enano
El personaje entrañable: El lanzallamas o lo que es lo mismo: EL ENANO.
El personaje emputante: Adam Sandler, of course.
El agradecimiento: Porque por lo menos están EL ENANO y Kevin James.

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