LOST IN CONTEMPLATION OF WORLD

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cine boliviano - page 3

Todo tiempo pasado fue mejor

Hay una dura realidad: Desde hace tiempo que el cine nacional ha gestado walkers (*) y estos walkers nos regalan trabajos que apuntan a la alegría perenne de la alfombra roja, al bochinche de la premier, a la atención mediática y a la palmadita en la espalda de amigos y conocidos.
Es así que mientras los títulos que apuntan a sobar egos personales y construir mitos de barro siguen saliendo uno detrás de otro como si se tratara de soplar y hacer botellas (diría compañero de butaca), es difícil resistirse a la tentación de ver el nombre de Jorge Sanjinés y no esperar algo bueno. Es difícil.
Y mucho tiene que ver el hecho de que en nuestra pequeña historia cinematográfica no hay de dónde colgarse si no es de los nombres de unos cuantos, y entre esos cuantos se encuentra el señor Jorge Sanjinés.
Habrá quien piense que dicha reputación es inmerecida, pero permítanme disentir.
El nombre de Sanjinés no es solo importante por su trabajo como cineasta, sino también como gestor cultural. Director del grupo UKAMAU, dicho grupo fundaría la primera escuela de cine del país, así como la primera institución de cine-debate: el Cine Club Boliviano.
El empeño y la paciencia que Sanjinés puso para impulsar el cine en el país, solo puede rescatarse.
Así como destaca su trabajo, espejo de una convulsa época. Entre los 60s y los 80s, sus películas se atrevieron a lo que no se atrevían las demás, por primera vez hablaban del indígena.
Ukamau (1966), se convirtió en la primera película boliviana hablada en aymara. El vanguardismo achacado a su compleja La Nación Clandestina (1989), la hizo leyenda no solo dentro del país sino fuera de él. Sus bellísimos y tristísimos planos en los que nos golpeaban la pobreza, la desigualdad social, la lucha que durante muchos años el sistema no reconoció como voz, se convirtieron en la marca de Sanjinés, en su reputación.
Eso sucedió en tiempos, como ya dije, convulsos e inciertos. Y como ya dije, la mayoría indígena de este país no solo era ignorada, sino en muchos casos era despreciada. Sería ingenuo y necio negar eso.
A través de su obra, Sanjinés le dio visibilidad al minero, al campesino, al obrero. “El cine con el pueblo” era una de sus máximas. Reconoció abiertamente hacer un cine político que buscaba participar en el proceso de la liberación del pueblo boliviano. O sea, nunca vendió gato por liebre. Desde siempre la postura política de Sanjinés ha sido bastante clara y definida.
Pasaron los 80s. En 1995 lanzaría Para recibir el canto de los pájaros, una tibia e irregular película, y el 2004 llegaría con la intrascendente Los Hijos del último jardín.
Se intuía un declive, se lo palpaba en el aire, algo que muchos no queríamos asumir del todo, porque sí, porque a veces las cosas no salen bien y punto. Porque un “resfalón” lo tiene cualquiera. Y porque Sanjinés, seguirá siendo el Sanjinés de referencia obligada, el Sanjinés histórico y uno de los papis del cine boliviano, gracias al legado que dejó hasta los 80s.
Este 2012, el mito regresa con bombos y platillos. Encima cuenta con un presupuesto del que ninguna otra película boliviana puede alardear.
Rodada en 8 semanas, INSURGENTES es llevada a la pantalla como un docu-ficción.
La propuesta elabora un repaso histórico hacia líderes indígenas que pelearon por la soberanía de sus pueblos en distintas épocas.
Conocemos o recordamos a Santos Marka T´ula, Eduardo Nina Quispe, Bartolina Sisa, Tupac Katari, entre otros. Los espacios temporales son caprichosamente mezclados sin que haya una razón para ello. El tono es revestido de un misticismo muy propio del cine de Sanjinés y claro, intenta hacer paralelismos o metáforas con los días que corren.
El problema de Insurgentes radica en que se puede ser militante, se puede rendir pleitesía a una causa, o convertir tu obra en un panfleto, pero si lo vas a hacer: que quede bonito. Que se vea bien. Que esté armado de una manera artística que justifique el que una persona que no es de tu militancia la vea, y capaz, hasta la disfrute. Aquí no sucede eso, la militancia otrora dirigida a una postura anti-sistémica o defensora de la clase obrera-trabajadora ante el Estado, ahora se encuentra no solo a merced del sistema sino en una franca propaganda del Estado, como si el único respaldo a la lucha indígena sea la actual presidencia de Evo Morales.
Que no se me malentienda. El tema no es político pero es político. Me parece que no es lo mismo indigenismo que evismo, pueden estar relacionados pero no es lo mismo. Como tampoco es lo mismo clases sociales que movimientos sociales. Y en este caso, muy a pesar de ser o no ser evista, la clara alusión a que los héroes indígenas de antes tienen su reflejo en el actual presidente es una interpretación que se puede hacer sin necesidad de poner al mismísimo Evo en pantalla. Las apariciones que tiene Evo en Insurgentes le hacen flaco favor a Sanjinés, a la peli, a quien la mira y a Evo mismo.

Entiendo, también, que no es fácil. No es fácil resumir la accidentada historia boliviana e intentar explicar con criterio y buen tino el proceso que hace que ahora las cosas estén como estén. También entiendo, comprendo y asumo que toda película tiene un mensaje ideológico o político o social, toda, pero como dije, el gran problema no está en que Sanjinés tome una postura ante la vida y lo haga de manera tan contundente, el problema está en la forma y la aproximación que hace de esta postura a través de su obra.
Manera que como ya dije más que beneficiar a su trabajo, lo degrada.
Aparte de lo ya expuesto, estamos ante una floja estructura sostenida únicamente por los interesantísimos personajes que Sanjinés rescata del olvido y por la magnificencia de algunas de sus escenas.
Puede ser que sea cierto que cada país tiene el cine que lo representa o el que cine que lo identifica, y puede ser que al ver esta película por lo menos quede claro algo: Un dolorosísimo proceso histórico, traumático en todas sus fases, desgraciado en todos su ámbitos, y una fractura entre grupos de poder o de subyugados, que hasta el día de hoy se arrastra sin pudor.
Una linda fotografía a cargo de Juan Pablo Urioste, así como una aceptable (aunque no notable) dirección de arte y vestuario, terminan de darnos razones para ver el filme.
La hermosa música de Cergio Prudencio se torna excesiva por momentos, momentos en los que el silencio se agradecería profundamente.
Las actuaciones en general no incomodan, aunque en las escenas que se requiere mayor parlamento es donde afloran las mismas deficiencias de casi el 90% de los audiovisuales en este país.
Con todo, Insurgentes resulta superior a Para recibir el canto de los pájaros y Los hijos del último jardín, sin embargo no alcanza ni por si acaso a la redondez mostrada en las obras cumbres de Sanjinés: Ukamau o La nación Clandestina.
Por sí sola y apartándonos de las gratuitas comparaciones, INSURGENTES nos saca un rato de ese cine que le rinde culto a la bobería, y al facilismo que reina en las últimas producciones nacionales. Intenta, desde y por su militancia, acercarnos a personajes de la historia boliviana que son en algunos casos desconocidos y en otros casos olvidados para el boliviano promedio.
Quizás lo que se le pueda rescatar es eso. Personajes como Eduardo Nina o Bartolina Sisa, o situaciones históricas como la revuelta contra Villaroel, el cerco a La Paz, la Guerra del Chaco, que dan ganas de conocer más o investigar a profundidad.
Lo triste es que a pesar del presupuesto, del nombre de su director, de las intenciones, y de no ser un tema boludo (puteríos de pueblo, borracheras u onanismos existenciales) INSURGENTES a nivel técnico no sorprende ni propone.

Es una gran producción, pero su fórmula se queda en los 80s con el gol en contra de que NO estamos en los 80s. Habla de temas importantes, pero al estar revestidos de un dejo propagandístico, dichos temas importantes quedan descoloridos.
El 2012, después de años de no filmar, regresa un Sanjinés que no pasa la prueba del tiempo.
El tiempo es así… no siempre es benigno.

*Walker.- “caminante”, palabra utilizada en la serie “The walking dead” para describir a un zombie que se arrastra y se alimenta de la gente infectándola con su enfermedad.

 
Lo mejor: Tiene algunas escenas realmente hermosas. Y claro, el acercamiento a figuras históricas desconocidas u olvidadas.
 
Lo peor: Que Sanjinés no pudo acoplarse a los tiempos que corren, tiempos en que hay una delgadísima línea que divide lo progre de antes y lo panfletario de hoy.
La escena: el cerco a La Paz, las secuencias de los ataques.
Lo más falsete: La presencia de Evo en pantalla, demasiado.
El mensaje manifiesto: Bolivia es rica en historia
El mensaje latente: Qué jodido el proceso histórico de Bolivia
El consejo: Vela, es importante verla…apartándose de cualquier sesgo político o estético. 
El personaje entrañable: Eduardo Nina, qué buen personaje! Me quedé con ganas de saber mucho más de él. Un tipo interesantísimo.
El personaje emputante: En un momento dado salió a la calle una mujer que gritaba, traumatizada por los terribles sucesos vividos durante los enfrentamientos. A ella, deseaba que le llegue una bala de cañón.

El agradecimiento: Que si le quitamos el halo místico hacia el jefe de Estado, la historia base es muy interesante y necesaria.

 
CURIOSIDADES
 
Se filmó con la RED ONE
 
Dura 83 minutos
 
Es escrita y dirigida por Sanjinés
 
Tuvo un proceso de documentación de alrededor de 8 meses y la pre-producción 6 meses

Aussebium

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En la otra esquina, de lo que puede ser, pero no es…está Perfidia.

El tercer largometraje de Rodrigo Bellot era esperadísimo desde aquellas declaraciones suyas a El Deber, cuando dijo “no es una película de masas, es más bien para un público intelectual; es por eso que apostaré a distribuir esta película de manera diferente. Traeré un proyector digital desde EEUU y organizaremos un evento para su exhibición, en el que únicamente 2 mil personas puedan ver la cinta. Quiero devolverle al arte del cine la importancia que se merece, por eso el estreno será todo un acontecimiento, pues el público tendrá que asistir con traje de gala a la presentación”.

No supe si hizo la presentación o no, si cobró los 20 $us. que se planeaba cobrar, o si la gente se vistió como muñequito de torta, sólo supe de un evento pequeño creo que en el Simón Patiño donde se podía asistir con invitación.

Igual, da lo mismo cómo piensa promocionar o no su película, da lo mismo cuánto pretenda cobrar de entrada, o si él realmente cree que sólo la «intelectualidad» boliviana la entenderá y/o valorará, da lo mismo. Cada director de cine puede tener las pajas mentales que quiera sobre su obra, por algo es SU obra.

Y de la misma manera, el público puede opinar como receptáculo de dicha obra. Así que después de dos años de su estreno oficial, PERFIDIA fue presentada a público abierto en Santa Cruz.

Dicho acontecimiento se llevó a cabo en la Casa de la Cultura, a sala llena, gracias al FENAVID, festival que sin duda se ha convertido en EL festival audiovisual del país. Y meses después, ahora se presenta en las salas del Cine Center y en los MegaCenter de Cochabamba y La Paz.

Weno, cuando yo la vi, Perfidia fue exhibida como parte de las actividades especiales del FENAVID, y Bellot estuvo presentándola. La sala estaba a reventar. A mi derecha, un señor mayor que reemplazaba a compañero de butaca me preguntó: «Muestra el mundo gay, no?», sonreí encogiéndome de hombros, sin saber a ciencia cierta la veracidad de la suposición. Luces OFF.

Los grises, nevados y solitarios paisajes de Ithaca nos dan la bienvenida, mientras la voz de Andrés Barba entona una linda versión del conocido tema musical Perfidia…

Hasta ahí la película parecía derramar intimismo, y mi mente asentía aprobando el trayecto por las calles frías, en las que la soledad era LA soledad.

Vemos al personaje de Gonzalo Valenzuela, a quien algo le pasa, algo le sucede. El tono del filme nos indica que existe despecho, decepción, abandono, traición…hmmm…perfidia pues. Seh, todo promete.

Valenzuela anota una dirección, se va a un hotel, y luego vivimos escenas de la vida cotidiana, donde el espectador simplemente contempla…acompañado de planos prolijos, bonitos, cuidados.

Poco diálogo, no es cierto eso de que el único diálogo sucede al final, hay poquísimo diálogo pero ahí está. Tampoco es cierto que es una sola locación, hay varias más, sólo que la acción principal sucede en una locación.

La película avanzaba, aunque no lo parezca. La contemplación comienza a perder su efecto de bella nostalgia y se transforma en estridencia. A esas alturas, otro señor a mi izquierda decía muy fuerte: «Pesadita, no?». Reí (reímos), empática.

El público empezó a salirse. Como a la media hora, 21 personas se salieron de la sala al mismo tiempo.

Eso no es referencia de nada, lo único que quedaba claro era que la «advertencia» de que NO era un filme de características masivas, era cierto.

Los prometedores minutos iniciales se iban desinflando, la música comentaba el drama que vive el personaje, lo subrayaba con marcador fosforescente, y Valenzuela se la pasaba casi todo el filme semi «chuto», en calzoncillos, para más señas: AUSSIEBUM, marca que no conocía, pero que luego de estar casi una hora y media viendo sus diseños, ahora (macabramente) forma parte de mi inconsciente.

La película se desarrolla, y conforme se acerca el final, ya tenés conclusiones intensas. Perfidia es una película efectivamente «pesadita», dirigida a un público muy específico, con aires de cine experimental contemplativo, que está bien filmada.

Eso no hay cómo negarlo. Y a Bellot, lo que es de Bellot. Técnicamente no hay nada que objetar.

Otra cosa a destacar es la actuación de Valenzuela, que le pone dignidad a ese, por ratos, cansador paseo de la cámara sobre su cuerpo y los Aussebium, claro.

 

La búsqueda de presentar algo diferente podría ser parte de lo positivo, no sé donde terminan las vísceras y comienza la impostura, pero definitivamente estamos ante un producto que propone. Lo triste es que de los trabajos bolivianos decentones a nivel técnico vistos este año, esa sería la palmadita en la espalda: la propuesta.

Según el mismo Bellot, escribió este guión después de ver En la cama, del chileno Matías Bize, que también protagoniza Valenzuela. Sin embargo, En la cama, tenía cierto…hmmm…llamémosle factor, que la hacía interesante y simpática, mucho más redonda en su contenido. Digamos que En la cama, tenía su brújula bien definida sobre hacia dónde iba y qué quería como filme. Perfidia, en cambio, no termina de asentarse por ningún lado y mientras más dilata su metraje, yo como espectadora me desconectaba más.

El guión, por otro lado, crea un argumento que llega a rozar lo infantil, y la resolución es torpe y carente de emoción.

Estamos ante un conflicto que anuncia desde el principio que acabará en tragedia, encima es alargado y condimentado al final con una escena ñoña, tipo telenovela, que pretende explicar al que se lo perdió o al que no captó, la esencia de la trama.

Intelectuales del mundo, uníos.

Esto último se supone que es lo «fuerte» de la propuesta, lo «emotivo, perturbador» o lo que sea que le llamen algunos. En esto es en lo que se intenta camuflar lo vacuo. Y eso es lo que yo no podía creer. Hubo un momento que hasta dije: «Nooooooooo», mientras intentaba imaginar cómo se llegó a ese final. Es el momento en que te golpea la certeza que estás ante una película, en líneas generales, fallida.

Entonces, tenemos un filme bien actuado por Valenzuela (los secundarios están de pena), bien filmado, pero cuyo guión no consigue sostenerse y no parece pasar del experimento novel.

No obstante, he sabido de compatriotas que la encontraron fabulosa, espectacular, con incontables lecturas psico-sociales, valiente, arriesgada, irreverente y otros floridos adjetivos… sus buenos motivos tendrán. Cada película es un mundo, cada espectador es un mundo.

Por mi parte, nada…ni irreverencia, ni valentía, ni fuerte, por ahí no la entendí (insertar guiñito) o es que el mundo real depara tanta brutalidad, que ese cheesecake me supo algo rancio.

LO MEJOR: valenzuela en los famosos aussiebums

LO PEOR: redundante y el final es tan cursi como telenovela de thalía

LO MAS FALSETE: el final

LA ESCENA: la de Luis Miguel

EL MENSAJE MANIFIESTO: no siempre menos es más

EL MENSAJE LATENTE: el cine nacional necesita desesperadamente una revolución

EL CONSEJO: Vela, por ahí sos parte del TEAM «hermosa, profunda, irreverente»

LA PREGUNTA: ¿dónde estás gran película boliviana?

Falso Conejo

Abrí yahoo y me topé con la siguiente nota destacada: “El país en que las empanadas tumbaron a McDonald´s” y grande fue mi sorpresa, shock, estupor cuando descubro que se trata de un título apoyado en el estreno del documental boliviano “Por qué quebró McDonald´s” y que dicho país era nuestra querida Bolivia donde supuestamente amamos las salteñas, el majadito y etcéteras más que cualquier otra comida del mundo y donde dormimos liados a la bandera nacional susurrando el himno.

A la nota la acompañaban los admirados comentarios, felicitaciones, alabanzas de hermanos latinoamericanos que se creyeron lo ahí escrito. David derrotaba a Goliat.

Señores, señoritas y señoritos, todavía no se ha gestado en mí ese gusano malévolo llamado “nacionalismo” como para dejar pasar por alto el tema de fondo sólo porque se escucha “bien bonito” decir que la McDonald´s quebró porque valoramos tradiciones ancestrales y porque nuestro sentido de identidad está tan arraigado que aquí no puede campearse cualquier transnacional y vendernos Big Macs y Combos como si fueran sacos de quinua.

Empezaremos diciendo que el título de dicho documental falta a la verdad de entrada, en Bolivia la McDonald´s no quebró, sino cerró, gran diferencia. Uno de los quichicientos entrevistados, el señor Udler (titular de la franquicia mcdonaldiana en Bolivia) lo dice, y queda claro que fueron obligados a cerrar y que ellos la estaban pasando mejor que cumpleaños con piñata.

Hablaré de Santa Cruz, porque yo viví el momento McDonald´s y encima a cuadras de una de sus sucursales. Pues resulta que desde que la McDonald´s llegó al pueblo fue como si hubieran llegado los gitanos a Macondo. La cola de autos y de gente era ridículamente absurda. DESCOMUNALMENTE absurda, algo nunca visto por un plato de picante de gallina (si queremos seguir la línea del documental). Y el tiempo que estuvo funcionando, en horarios de almuerzo y cena era un suplicio ir a comprar Fast Foodporque lo último que obtenías era comida de manera rápida, siempre colas y colas y colas. DUDO que en algún lugar de USA se hagan las colas que he visto hacer por una McDonalds en Santa Cruz. Este escabroso fenómeno es digno de estudiarse, pero ahora lo que nos atañe es otra cosa…

Vamos por partes decía Jack el Destripador. A nivel argumental, el documental hace una breve introducción sobre la llegada de la McDonald´s al país, un bosquejo sobre el efecto 9/11 (caída del World Trade Center) y luego se SALE del tema principal y pasa a explicarnos o a mostrarnos con singular dispersión la culinaria boliviana.

Este recuento gastronómico que involucra distintas partes del territorio patrio es condimentado con anécdotas personales de gente como Pepito de los Palotes que cocina arepas a las 3 de la tarde en el mercado (ejemplo), testimonios que parecían ser direccionados hacia la premisa de: “Qué bien se come en Bolivia, qué rica la comida, qué apegados somos a nuestra cultura”. La tesis principal del documental es que la McDonald´s “quebró” porque, como ya dije, en Bolivia preferimos nuestra propia comida y que los precios no hacían muy accesible el producto.

Si esa es tu tesis, PROBALA. Decime por qué cuando se viaja a los pueblitos alejados siempre encontrás hamburguesas y pollos, y por qué otras empresas con platos de igual precio que un McCombo siguen funcionando. El problema es que dicha tesis jamás es probada y ni siquiera existe un análisis real con números, estadísticas, o lo que sea para validar dicha tesis. No hay una investigación, sólo un compendio de entrevistas de gente ligada a la comida nacional, historiadores, hijos de vecino y otros. Algunos de esos entrevistados, emiten opiniones personalísimas (al final) de porqué la Mcdonald´s “quebró” en Bolivia, muy al estilo: “El cielo es azul porque Dios lo hizo así para que al mirar arriba tengamos algo bonito que ver”

Nadie explica el fenómeno real que supone la McDonalds como símbolo de globalización ni de sus políticas de expansión y crecimiento económico. Eric Schlosser en su libro “Fast Food Nation, el lado oscuro de la comida rápida” analizaba todos los pasos que llevó a la McDonald´s a ser una marca reconocida hasta por encima de la Coca Cola.

La McDonald´s basa su estrategia comercial y expansiva en números y Bolivia no fue el único país en el que se cerraron locales, ese “ajuste” en el que Bolivia es un dato marginal se llevó a cabo en 10 países más y se cerraron alrededor de 175 sucursales.

Según datos arrojados en esa época y fácilmente leíbles en Internet, la McDonald´s que como cualquier transnacional que se precie vive en competencia descarnada con sus rivales de Fast food, tuvo una crisis. Dicha crisis fue producto de varios factores: economía global y americana por los pisos, mejores ofertas de las empresas Némesis, una necesidad de reestructuración como organización, etc…entonces ante la disyuntiva de qué hacer, se decide cerrar los locales que a nivel general les represente menos ganancia.

“Hace tres semanas, la compañía fundada en 1948 por los hermanos Richard y Maurice McDonald, comunicó a la bolsa que planeaba cerrar cerca de 175 restaurantes y abandonar una decena de países como consecuencia de ajustes por los ganancias cada vez a la baja, tanto que en EEUU, sede de sus operaciones, sus ventas cayeron en 2,8 por ciento.
Y si no le va bien en sus ventas, sus acciones de McDonald’s (MCD) en la Bolsa de Nueva York van por mal camino. Ayer cada acción de la cadena de fast food más grande del mundo cerró con una cotización de 18,05 dólares lejos de los 30,7 dólares de fines de mayo y peor aún de la banda de 50 que se había mostrado a fines de 2001. Razones más que suficientes para ir a una reestructuración que implique abandonar los mercados poco redituables como el boliviano, al que llegaron en 1997”, se leía en el Nuevo Día del 21 de octubre de 2002.

McDonald´s tiene como premisa estratégica: cerrar «los restaurantes en los cuales su nueva estrategia no es aplicable, aquellos que deterioran la imagen de su marca y/o aquellos en los cuales no se espera ningún efecto positivo de inversión». Esta vaina la hace hasta hoy día, por qué? Porque es una empresa gigante, que todo el tiempo hace recortes, abre y cierra locales con el único fin de que sus ganancias se multipliquen. Y esto tiene que ver con lo que supone operativamente para la McDonald´s mantener una sucursal en un país alejado de su base y con características como las que posee el nuestro.

Lo de Bolivia, entonces, es resultado de muchos más factores que la afirmación simplista de que la salteña tumbó a la Big Mac. Costo/Beneficio, le dicen.

Si fuera cierto que quebró ¿por qué el empresario boliviano Humberto Roca gestionaba su retorno en el 2008? Roca declaraba: “La inestabilidad de Bolivia no es muy favorable para las compañías que tienen nombre internacional. Nosotros estamos intentando, hemos hablado con la gente que tiene las franquicias (de McDonald’s) para Bolivia y otros países de Sudamérica para empezar a trabajar ya. Queríamos tenerlo aquí el 2010, pero todavía nos puede dar tiempo. Esperemos que el país no muestre señales equivocadas, porque ahí, está más lejos”.

Entonces, podría asumirse que Bolivia no le ganó a la McDonald´s sino que a la McDonald´s no le dio la gana de quedarse en Bolivia y esperar que estemos a la altura de sus requerimientos corporativos. Obviamente, dicha tesis tendría que ser confirmada con un análisis profundo, cuadros sinópticos e hipnóticos, entrevistas a voces autorizadas y grafiquitos 3D, digo.

¿POR QUÉ QUEBRO LA MCDONALDS?, por otro lado, no arroja luz sobre nada, y basa su tiempo de duración en mostrarnos comidas típicas y declaraciones sobre el porqué la papa es milenaria, hace cuánto hago trancapechos, quién me compra mi pique macho, etc.

Para los que quieren ver un documental sobre la McDonald´s saldrán muy decepcionados, NO existe nada interesante o revelador sobre el paso de la McDonalds en Bolivia.

Desgraciadamente y hablando sólo de aspectos técnicos el documental sufre de problemas de sonido, montaje, y hasta de ortografía (acentos) o identificación de los entrevistados. Paula Peña, historiadora cruceña es presentada o rotulada como Paola. Ese fue otro detalle molesto, que los entrevistados no eran presentados con el apellido y especificando su área, algo muy importante si se trata de un documental.

Además, algunas veces hasta usan imágenes de apoyo que parecen bajadas por youtube o un servidor similar en baja resolución.

Y bueno, lo peor es el sancocho en que se convierte y la cacofonía de malinformación que se va regando por el resto del mundo. Desde aquí informo que las calles bolivianas también están llenas de pollerías, hamburgueserías y panchitos (hot dogs). Que el Subway y la Burger King siguen cebándonos y que tienen escuela en las compañías locales Toby, Pollos Chuy, Pollos Criss y otros.

El documental ¿Por qué quebró la McDonald´s? es un producto que seguramente tuvo las buenas intenciones y el cariño del que siempre se nutre cualquier trabajo, hay espacio para el premio al esfuerzo y lo que quieran, pero en su resultado nos confirma el mal momento por el que atraviesa (desde hace unos años) el audiovisual nacional.

Lo mejor: cuando podés salir a la calle

Lo peor: es como un árbol cuyas ramas crecen para todos lados

La escena: …

Lo más falsete: …

El mensaje manifiesto: viva Bolivia

El mensaje latente: se puede vender lo nacional usando una transnacional

El consejo: Vela sin mayores expectativas

El agradecimiento: que sólo dure 70 y pico minutos

La pregunta: ¿Volverán las oscuras golondrinas?

El arte de contemplar

Me toca la ingrata tarea, nuevamente, de ser la voz disidente del coro que alaba y eleva a la gloria a la más reciente película nacional: Los viejos.

Y entiéndase que Boulocq me sigue pareciendo uno de los mejores directores de su generación, y quizás con muchas más credenciales que otros para erigirse como un cineasta de obligada referencia. El problema radica, en que todo esto que creo de Boulocq nació gracias a su ópera prima Lo más bonito y mis mejores años, y se consolidó con su trabajo como director de algunos videoclips.

Después resbaló (dignamente, eso sí) en el fallido experimento Rojo Amarillo Verde, aunque mirando atrás era un prefacio de lo que veríamos ahora. Pasaron los años, y se corrió la voz de que se encontraba trabajando intensamente en su segundo largometraje, cosa para alegrarse considerando la paupérrima producción audiovisual de sus colegas en los últimos años.

Los viejos ¿es una mala película? Al finalizar su visionado, la discusión era sobre si se podría decir que era mala o no. Se gestó un airado debate con mis compañeros de butaca, en el que casi nos agarramos a lapos, debate que finalmente dejó la inquietud igual que al principio. Los argumentos iban desde que si el guión es malo, la película es mala, hasta que si está bien filmada, aunque el guión sea malo, no podemos decir que es mala.

Aún no lo tengo (tenemos) muy claro, pero para mí Los viejos, NO es mala. Si soy cruda, la palabra que se me viene a la mente es «pretenciosa», si la veo con ojos comprensivos, la palabra que me salta es «personal», si me baso en la primera impresión que no requiere racionalización, la definiría como «paja», y si soy buenita podría decir que es «experimental». Y hasta podemos entrar en la relativización de decir que no existen malas películas, sino gustos personales diferentes (momento condescendiente del día) Se pueden decir muchas cosas.

Con un ritmo pausado, nostálgico que apela a la sensibilidad de un espectador MUY paciente (muy), Boulocq nos introduce en el mundo de los resabios, los daños, las heridas que deja el exilio, las relaciones truncadas, los amores inconclusos y el pasado.

Toño, perdió a sus padres durante la dictadura de García Meza, con ese vacío interior fue acogido por la familia de su tío. Sufre un segundo exilio, una segunda pérdida, cuando se descubre que tiene una relación amorosa con su prima, Ana. En una escena, Toño dirá algo parecido a que su tío no lo dejó ser el hijo que pudo tener, su brazo derecho, por la vergüenza, el oprobio de una relación prohibida.

Pasan los años, el tío ya viejo, se encuentra enfermo y en sus últimos días de vida, Toño regresa, se reencuentra con ese pasado, con el amor no concretado, con la familia ahora unida ante la inminente partida de aquel que volvió a fracturarla. La prima, madre soltera (o eso se asume) se pasea atribulada, y sumida en sus propios pensamientos (como todos los personajes) ante nuestros ojos.

No suena mal. De hecho, mi imaginario personal me permite empatizar de lleno con los guiños, y el trasfondo histórico. El tema es que esto es presentado ante el espectador con una cantidad innecesaria de planos eternos, y un rebuscamiento narrativo que no se veía en, por ejemplo, Lo más bonito y mis mejores años, filme que se sentía mucho más honesto.

Ojo, que gente como Tarkovski, Kiarostami, Roy Anderson, Theo Angelopoulous , Sokurov, el tailandés Apichatpong y muchísimos más, son genios del cine contemplativo, poético, con planos largos, casi inexistente diálogo, pero con un producto final que justifica una apuesta tan arriesgada. No es que sea aburrida, o que no tenga diálogos, lo que me aísla del asunto es que no lo siento sincero, no me llega.

En este caso la contemplación se siente artificial, ha sustituido a la historia para pasearnos constantemente entre paisajes y reflejos, que entiendo es la propuesta estética, pero que para mi gusto personal, ni las imágenes son tan grandiosas, ni la propuesta está tan lograda como para que consiga su objetivo.

Mientras la película avanzaba, algunos de mis acompañantes refunfuñaban, la gente se salía de la sala, otros nos quedábamos intentando imaginar cómo podría concluir algo así, y pensaba que el final podría salvarla, que el final podría levantarla y transformar un pajazo en una acertada visión de una historia intimista.

Desgraciadamente el final sólo confirmó la primera impresión, que se trata de un filme irregular, cuya propuesta artística/estética no es desdeñable, pero cuyo resultado global no convence, por lo menos, a esta espectadora.

Aún así, hay varias cosas a rescatar, una notable fotografía lograda por Daniela Cajías, quien se perfila como una de las mejores directoras de foto nacional que existe actualmente, otra cosa es el diseño de sonido que está preciso y sin errores, las locaciones, el trabajo actoral de Roberto Guilhon y algunas escenas entrañables que acarician así como de pasada, el aura que la película pretendía crear.

Se agradece, también, que ante la carencia de propuestas cinematográficas nacionales que lleven una visión artística definida y poco convencional, Los Viejos se arriesgue, intente, busque, y lo haga con un soporte técnico (foto, sonido, edición, etc.) al que no se le puede objetar nada.

Lo triste es que no alcanza, y esas escenas entrañables que logran conectar con el espectador sucumben ante un todo tedioso, muy tedioso y que justifica su existencia en la muletilla de un contexto mancillado por la dictadura, comodín que si no está bien usado, no salvará una película que parece un cortometraje estirado para cumplir con los requisitos de tiempo de un largometraje.

Estamos ante un guión que se pierde en la pantalla gigante y que adolece de una solemnidad sin matices, solemnidad que se rompe de forma abrupta al final, un guión basado en un cuento bastante breve de Rodrigo Hasbún, llamado La Carretera.

Habiendo visto Rojo, donde los mismos vicios argumentales de Los Viejos se repiten, y tomando en cuenta que es Rodrigo Hasbún el responsable de ambas historias, me parecería interesante que Boulocq regrese a trabajar en solitario, para ver qué otros fantasmas surgen de una actividad más personal.

Lo mejor: linda fotografía y que existe una propuesta.

Lo peor: tediosa, y con un tedio que no se justifica en el resultado global.

La escena: el canto con las montañas y las nubes.

Lo más falsete: la escena del niño preguntando a Toño sobre sus padres y el final.

El mensaje manifiesto: No siempre menos es más o viceversa

El mensaje latente: Hay que seguir buscando.

El consejo: Vela. Igual vale la pena verla, por lo atípico de su propuesta.

La pregunta: ¿Loayza y Sanjinés salvarán el año?

CINE: Casting / El Turista

por: Mónica Heinrich V.

El otro día vi un status de facebook que me hizo morir de risa: ¿Piedad? Eutanasia al cine nacional.

Como amante del cine (no nacional, cine a secas) digamos que lo de eutanasia aunque revista humor negro, hace que mi corazoncito sangre. Pero qué puedo hacer, si este año nos deja productos tan malos que provocan autolaceraciones y simulacros cinefilosuicidas. Creo que lo peor del año ha sido Pocholo y su marida. Aún así, es MUY difícil elegir, ya que ese podio se lo pelean codo con codo otras producciones que nos dejaron con la jeta abierta al descubrir que esa noria en la que ha caído el cine made in Bolivia parece no tener fondo.

Con esa perspectiva pesimista y a sólo tres días de concluir este 2010, se estrenó CASTING. Visto el trailer, no me esperaba gran cosa, pero los comentarios del mundillo audiovisual empezaron a inflar las expectativas, entonces la creencia de que NO podía ser tan mala se instaló en mi alma. Así llegué a la premier. Cándida, esperanzada, y contenta.

Ante una audiencia reducida para este tipo de presentaciones, la película comenzó. Recuerden que CASTING se ha vendido como un ladrón de virginidades. Para más señas, es el PRIMER filme gore del cine boliviano.

Gore. Nada más y nada menos que gore. Como seguidora del gore, si me decís que vas a hacer gore, espero gore, mucho gore. Y si sos pendejo, encima de gore me das una buena película. Braindead de Peter Jackson, Blood Feast de Lewis, Alta tensión de Alexander Ajax (me da flojera googlear, así que perdón si algún nombre está mal), La cabaña sangrienta y hasta la primera Saw, tienen su toque ultra gore pero al mismo tiempo su tufillo a aceptable buen cine.

En el caso de Casting hay buenas y malas noticias. ¿Empezamos con las buenas? Pues a nivel técnico está muy bien. Finalmente vemos gente que sabe manejar cámaras, hacer postproducción y entregarnos un producto que a nivel visual no es desagradable ver. Buena fotografía, buen montaje, relativamente bien actuada, o sea, si nos vamos por ese lado, podríamos decir que Casting deja un buen sabor de boca y la promesa de que los involucrados pueden en el futuro sorprender.

Otra cosa buena es la idea base. Onda snuff movie, pero con toques de humor. Dos directores tienen una visión apasionada para hacer un filme de terror, graban todo el proceso, se juega con que lo que vemos es una película dentro de una película. El casting, comienza como cualquier casting, hasta que encuentran a «la indicada». De ahí en más veremos que los involucrados quieren llevar lo real hasta las últimas consecuencias.

Hasta ahí las buenas noticias. Una pena que un producto que tiene elementos que la podrían hacer aceptable, no consiga cuajar. Las fallas recaen, en gran medida, en una trama que nunca convence, y una premisa de «chacota», «humor», que intenta ponerse seria y dramática al final, pero de una forma muy tirada de los pelos. Mientras salen los créditos pensás que viste una huevada mayúscula.

Y ojo, el tono cómplice, coloquial, chabacano del inicio del filme pudo ser simpático y aportar, pero al no estar bien manejado, se queda en las intenciones. Otra cosa es el gore, sí hay escenas que hicieron que algunos levantaran sus manos y se taparan los ojitos, pero para quienes hemos visto gore pesado, gore, gore, gooooooreeeeeeee, Casting es un cuento de hadas.

La vuelta de tuerca que pretende sorprender al espectador y que es intercalada con cursis imágenes de la vida linda y ñoña de la protagonista, no convence. Una vuelta de tuerca que fiel a los clichés del género nos dice que el asesino es el mayordomo. Las buenas intenciones para variar abundan, esta vez con mucho mejor resultado  a nivel técnico que las otras nefastas películas que se presentaron este año, pero ni eso alcanza para decir que Casting salvó el 2010.

No obstante, el filme es entretenido, no aburre, y como recalco, porque merece ser recalcado, a nivel técnico no hay mucho que objetar. Esperemos que el 2011 lo terminemos sin saber qué película elegir como la mejor, que podamos hablar con orgullo del buen cine que se hace en este país. Mientras tanto, toca guardar un triste silencio, correr las cortinas, y cubrir con un manto de olvido este 2010.

Lo mejor: aspectos técnicos muy logrados, buenas intenciones y entretiene.

Lo peor: guión mal planteado, ñoñeces para un filme gore, y un final que al que le sobra todo el pedazo que le sigue después del golpe y el corten.

La escena: cuando le escarban ahí abajito, hizo retorcerse a varios

Lo más falsete: la historia

El mensaje manifiesto: hay talento y habilidad técnica

El mensaje latente: falta trabajar guiones

La pregunta: ¿será que el año que viene la cosa se pondrá mejor?

POR QUÉ? POR QUÉ??

De Casting vaya y pase, pero lo que es inconcebible es que un tipo que hizo una película tan bella como La vida de los otros, haga una grandísima estupidez como El Turista. Y no me malentiendan. Cuando el filme terminó, yo dije: qué huevada, pero por lo menos entretiene un rato. Recién cuando vi los créditos y me di cuenta que la dirigió y semiescribió Floren Henckel fue que me indigné. Grité: NOOOO, mientras mis compañeros de butaca me preguntaban QUE PASA, QUE PASA. Pasa que el hijo de pooh de Floren se mandó una peícula que hace pensar que La vida de los otros fue un accidente.

Protagonizada por el monumento a la anorexia Angelina Jolie y un mucho mejor alimentado Jhonny Depp, El Turista plantea un argumento cuando menos simpático. Una tipa (Angelina) tuvo un amorío con un desfalcador que se huyó con un montón de plata que le robó a un gángster. Millones y millones de dolaritos. Como la tipa quedó botando baba por el pelotudo, los servicios de inteligencia y los mafiosos robados, no la dejan ni a sol ni a sombra esperando que el ladronzuelo intente contactarla y ellos griten: Matanga dijo la changa.

El contacto se da a través de una carta en la que el huido le da indicaciones a Angelina para volver a estar juntos. Dichas indicaciones incluyen contactar a un desconocido de su altura y peso, con facciones similares, para el despiste, así los que la siguen creen que es él que se hizo cirugía plástica.

Sí, he dicho cirugía plástica. Ajá. El desconocido resulta ser Jhonny Depp un aparente e inocente profesor de matemáticas al que la Jolie contacta en un tren. Rendido ante la belleza famélica de la tipa, Jhonny se embarcará en la aventura supuestamente sin sospechar lo que se le viene encima.

Ya. Todo bien. Digo, no han descubierto la pólvora, claro, pero como dije, entretiene. Una huevada sin pies ni cabeza que entretiene. INSOPORTABLE en las escenas que Jolie camina y como si fuera spot de perfume francés todo cojud@ viviente la mira pasar con arrobamiento. O sea, hago un rewind en mi mente y no puedo creer que sea FLOREN, precisamente FLOREN el que haya dirigido ese tipo de escenas. Dónde quedó la sutileza, la sobriedad, el encanto, el talento mostrados en La vida de los otros. DONDE.

Ni siquiera situar la acción en Venecia, los paisajes, el vestuario y el despliegue técnico que se hizo, hacen que El Turista zafe. La química entre Jolie y Depp es tan inexistente que dan ganas de llorar, parecen ese tipo de parejas que junta el internet, porque no pegan con nada.

El final, que seguro los creadores piensan que es ingeniosísimo, se huele desde la mitad, y resulta tan absurdo que aunque lo intuís secretamente deseás equivocarte. La escena del I LOVE YOU, hace que otra vez me pregunté si alguien le compró el nombre a Floren y lo suplantó, porque MI DIOS, no podés filmar algo así si tenés un mínimo de talento como el ya demostrado por este director alemán.

El Turista, filme muy decepcionante. Ni siquiera por el filme mismo, sino por quien lo dirige. Una pena, espero que esto sea sólo una pisada de guineo, y que la tercera película que haga, nos borre de la mente esta mala impresión. La vida de los otros tiene la fuerza suficiente para que no corran ríos de odio, y para que AUN después de este terrible impasse haya esperanza en Floren. Habrá que esperar.

Lo mejor: entretenida y de buena factura

Lo peor: que la dirija Floren Henckel, un tipo que dirigió una película tan hermosa como La vida de los otros

La escena: la del I LOVE YOU, me quería botar de un décimo piso.

Lo más falsete: la el I LOVE YOU y el final claro.

El mensaje manifiesto: si hay plata no importa filmar cualquier cagada

El mensaje latente: podés ser talentoso, pero igual terminás haciendo cagadas

La pregunta: ¿Floren Henckel se recuperará?

Lucho

Por: Mónica Heinrich V.

Luis Espinal. La primera vez que escuché hablar de Luis (perdonarán las confianzas) fue cuando tenía unos 11 o 12 años. Mi padre que ha sido una persona ligada a ese tipo de temas desde que tengo uso de razón lo mencionaba alguna vez, junto con el nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Desde entonces, me quedó claro que se trataba de alguien importante. Importante por su legado, importante por la manera en que fue asesinado, por el contexto, por las reacciones generadas en una sociedad generalmente pasiva a la hora de rendir homenajes y claro, descubrir que Luis era cinéfilo sólo contribuyó a generar más simpatía por el personaje.

Pasaron los años, crecí, Bolivia continuó siendo esa olla a presión que cocina langostas vivas, y Luis Espinal se quedó suspendido en el tiempo, como un recuerdo triste del horror vivido durante la dictadura de García Meza. Se puede decir que Luis fue evocado por algunos, pero en líneas generales se convirtió en un “mártir” bastante olvidado. El hecho de que alguien saque un audiovisual que recupere su figura, ya era un gol de media cancha. Por eso, cuando vi en cartelera Lucho SanPueblo, me sacudió la curiosidad, el entusiasmo y una empatía a priori.

Lucho SanPueblo es un supuesto documental dirigido por el Padre Eduardo Pérez Iribarne. Hasta ahí, vamos bien. Pérez Iribarne es conocido como periodista de radio FIDES y también fue mucho tiempo parte de la televisión nacional. Para más inri fue colega y amigo del fallecido Luis, por lo que, estimo, existen elementos emotivos a la hora de hacer Lucho San ueblo.

El problema está en que las buenas intenciones nunca son suficientes, y lo que intentó ser un tributo, ofrenda, o deuda histórica, se convierte en una tortura para quienes vamos al cine esperando ver a la figura de Luis reivindicada, o los que van buscando vivir un tardío duelo: llorar y añorar.

Las primeras imágenes en las que ves fotos de archivo con un marco azul similar a los que usan los videos caseros de quinceañeras, no podían ser un buen augurio. Ni siquiera pienso discutir qué elementos componen o no componen un documental, sino afirmar que Lucho SanPueblo más parece un reportaje para la televisión de los años 80s. El Padre Pérez Iribarne dirige un trabajo en que el protagonista es él mismo. Sí hablan de Luis Espinal, sí todo gira alrededor de Luis Espinal, pero la forma en la que fue llevado a cabo se quedará en tu retina por las intervenciones bizarras de Pérez Iribarne.

Lucho SanPueblo intenta recrear la vida de un mito, de Luis Espinal. Esa recreación abarca desde sus años en España, su introducción a la religión, su venida a Bolivia, su intenso amor por el cine, su trabajo como crítico, como radialista, su participación en Chuquiago, a la par de estas inclinaciones artísticas… su lucha por las clases más desfavorecidas, su apoyo a las huelgas y marchas mineras, etc..Escrito así son muchos tópicos y dada la falta de cohesión en la estructura del audiovisual, nada es realmente profundizado ni unificado como la figura lo merece.
Ese es uno de sus mayores problemas, sí se tocan superficialmente muchos de los puntos mencionados, pero la figura política de Luis, digamos el peso que tenía en la época como líder y como agente de influencia social, nunca queda bien dibujado.

Los detalles históricos son condimentados con testimonios de amigos, colegas, y gente relacionada a su asesinato, pero eso sencillamente no alcanza. Son testimonios desperdiciados, que hacen que más de una vez uno se pregunte en la oscuridad de la sala: “Qué pensaría el crítico de cine Luis Espinal” o tener la certeza de que: “Luis debe estar pateando su cajón”.

A eso hay que agregarle la HEREJIA de que sea el padre Pérez Iribarne el conductor de la cuestión y el afán de “recrear” o “dramatizar” escenas con un actor que interpreta a Espinal.

Las “dramatizaciones” nos llevan a lugares insospechados. Momentos que seguramente sólo serían comparables a un sueño de Dalí, de lo surrealista que resulta todo. Ejemplo: Cuando dramatizan la tortura a Espinal y Pérez Iribarne interrumpe la escena en onda mesiánica, ángel de la guarda o algo así, con el subsecuente texto alegórico; o la escena donde Pérez Iribarne INTENTA emocionarse para emocionarnos en la “morgue”, seguramente uno de los momentos freaks del cine nacional en el 2010. Televisa debe andar buscando el actor que se le perdió.

Y es triste que algo que habría que tomarse con seriedad, nostalgia, admiración, provoque por momentos hilaridad debido a los recursos utilizados y a un mal manejo de lo que puede ser emotivo y de lo que resulta simplemente ridículo.

No obstante, como ya lo dije, su PLUS y enorme es que por lo menos recupera la figura de Espinal y recuerda a todos los que se dedican al audiovisual que es un personaje del que todavía queda mucho por decir. Se agradecen las buenas intenciones, y el cariño puesto en Lucho Sanpueblo, pero tomando en cuenta que el personaje homenajeado era amante y crítico del cine, no se puede fingir que aquí no pasó nada. Mal montaje, malos efectos, mal sonido, testimonios desperdiciados, el Padre Perez Iribarne interrumpiendo todo a cada rato y dramatizaciones dignas de un capítulo de Marimar.

El 21 de marzo de 1980, Luis acudió al cine 6 de agosto a ver el filme Los Desalmados. Los esbirros (desalmados también) de García Meza y Arce Gómez, lo secuestraron, torturaron salvajemente y asesinaron esa misma noche al salir de la proyección. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado en un vertedero de basura. En la tumba donde descansa se lee el epitafio: “Mártir por la democracia”

El 2010 las carteleras nacionales exhiben Lucho Sanpueblo. Señores, la historia no permite justificar lo injustificable. Esperemos que a nivel audiovisual, algún día se pueda hacer algo a la altura del mito.

“Cine nacional, vení que te abrazo…”
Por: Mónica Heinrich V.

Ha sucedido lo impensable. El jueves de la semana pasada asistí a la premier de Zona Sur. Debo ser sincera y cruel: No estaba entusiasmada. Hasta el momento la producción de Valdivia me parecía buena en su factura, pero no muy atractiva en su contenido.
Jonás y la ballena rosada y American Visa, no me dejaron con ganas de verlas dos veces. Con esos prejuicios llegué al cine. Para variar, criticando el tráiler, el póster y qué sé yo, cosas que miro en retrospectiva y me abochornan, sí, me cubre el manto de la vergüenza. Ahora reflexiono sobre mi actitud frente al producto nacional y digo: “Es Cuestión de Fe”.
Señores, después de tanto nadar contra la corriente, de hacerme fama de cojuda , y encima ganarme gente que en un futuro se va a sentar a ver cualquier cosa que se me ocurra hacer con cara de fuchi, llegó el día D, algo que marcará un antes y un después en mi relación con el cine boliviano. Hoy puedo decir casi con lágrimas, que la película nacional Zona Sur, dirigida por el boliviano Juan Carlos Valdivia…fanfarrias, por favor…ME HA GUSTADO.
Han leído bien. Disfruté Zona Sur. No me lo esperaba, pero la disfruté y lo agradezco. Con un tono intimista y una propuesta estética llamativa, Valdivia consigue enganchar al espectador. Lo hace de manera inteligente, contándonos una historia que en apariencia muestra la cotidianeidad y los contrastes en la vida de una familia “highlona”. De ahí el título, en alusión a la zona paceña, donde están las residencias de la “gente bien”.
Una madre con tres hijos, el mayor que todo el tiempo vive de joda (típico muchacho de clase alta), la segunda que se da sus aires de bohemia y alternativa, y el niño pequeño, que muchas veces tiene a su cargo los diálogos que más invitan a la reflexión.
Aparte de los personajes mencionados, está Wilson, un empleado de la casa, cuya relación con la señora, los hijos de esta y su trabajo, pintan en gran medida conflictos sociológicos actuales.
Esta vez no quiero decir mucho de la trama, porque me interesa que la vean y como en general se trata de situaciones bastante cotidianas, que a excepción de unas dos o tres cositas, no conllevan grandes puntos de giro, mejor guardar silencio y dejar que ustedes tengan la última palabra.

Quiero destacar que se llevó a cabo un buen trabajo de actores, escenas de desnudos (lo menciono para que por lo menos los morbosos vayan a ver carne) textos muy naturales, dichos de manera natural (cosa rara en el 70% de las producciones nacionales) y una construcción de personajes muy lograda, le dan un plus extra a Zona Sur.

Mención aparte la música y la fotografía, Valdivia se da el gusto de tener escenas muy poéticas, hay una particular que me recordó a una escena de película asiática, y yo amo el cine asiático porque son malditos para la fotografía.

Le sacaron partido a la RED ONE (cámara que he llegado a odiar por motivos personales) con una historia sencilla, intimista, para los abnegados “nacionalistas” muy “nuestra”, que seguramente va a dar que hablar, gracias a sus constantes planos circulares y ese algo que denota honestidad y entrega en ese trabajo…

Detalles menores como algunos toques medio de telenovela, o “discursos” un poco obvios buscando la “reflexión”, no me gustaron mucho, pero en general salí del cine viendo a Valdivia con nuevos y amorosos ojos.

Zona Sur, una película boliviana, nuestra y bla bla bla bla, que si no estuviera BIEN, no recomendaba, pero sí…Zona Sur, una buena película que vale la pena ver…Exhorto a todos nuestros compatriotas a consumir el pan criollo, esta vez con alegría y sin temor a indigestiones.

CURIOSIDADES
– Dura casi 2 horas
– Consta tan sólo de aproximadamente 57 planos
– El guión también pertenece a Juan Carlos Valdivia
– Sólo 3 de los actores son profesionales, el resto debuta
– La música corrió a cargo del reconocido Cergio Prudencio
– Valdivia estudió cine en el Columbia College de Chicago

Lo mejor: Una propuesta interesante y atípica dentro de las huevadas que suelen presentar los cineastas nacionales.

Lo peor: algunos textitos medio discursivos, pero en general todo bien.

La escena: La de las manos en las ventanas. Nice.

Lo más falsete: hmmmm

El mensaje manifiesto: Lo de los 500 años no es paja.

El mensaje latente: En el fondo, somos iguales…

El consejo: Andá vela…fundite en un apretado abrazo con el cine nacional.

La pregunta: ¿Será que Rojo Amarillo y Verde también nos dará esa alegría?

EXTRAS
GI JOE:
“Por favor, no adapten He-Man”…Así como el cine a veces es fuente de sorpresas, alegrías, embelesos, y fantasías sobre un mundo mejor, o por lo menos se convierte en una puertita por la cual huir de esta cochina realidad, hay veces que definitivamente se puede convertir en tortura. Es el caso de G.I. Joe the rise of Cobra, que viene a engrosar esa ya triste lista de filmes pipoqueros que pretenden simplemente “entretener” de la manera más liviana posible al público promedio.Mientras pasaban los créditos, después de estar sentada casi dos horas en absoluta depresión, fantaseando con que el techo del cine se abriera y una mano gigante me sacará de ahí para transportarme a…bueno…a cualquier lugar lejos de esa pantalla, vi que el encargado, el responsable, el DIRECTOR y GUIONISTA, al que hay que dirigir el odio y la futura indiferencia ante sus películas, es el señor Stephen Sommers.

Y es misterioso el asunto, muy misterioso. Porque he visto La momia 1, la momia 2, Van Helsing, Deep Rising, dirigidas y ESCRITAS por ese crispín, además de haber sufrido como una cicatriz El rey escorpión, escrita también por el mismo fulano, como para a estas alturas venir a caer redonda en la premier de G.I. Joe.Nunca vi la serie animada, por tanto no sabía qué podía esperarme… los referentes de esa niñez ida, no existen. La idea de ver a un equipo élite de soldaditos americanos luchar por el bien, tampoco me entusiasmaba mucho, pero la promesa de que los efectos especiales atenúen la falta de trama, característica de este tipo de filmes, jaló más y ahí estuve con mi abnegada falange, que al igual que yo, tenía esas ñoñas ilusiones. Una historia…CORRIJO…un compendio de imágenes sin ton ni son, que no te dicen absolutamente nada, que ni siquiera me despertaron (a mí, porque parece que todavía no se entiende que esta columna es escrita a título personal) ninguna emoción. Cero en conducta para Sommers.

LA HUERFANA: Hmmm está llena de los clichés típicos del género donde los protagonistas son los niños “malos”. En este caso esta criatur
a resulta ser muy de cuidado, a destacar una muy buena fotografía y en general, a pesar de una trama, como digo, ya vista en demasía, consigue entretener con más de lo mismo, con una factura elegante y una dirección donde, al igual que en su ópera prima “La casa de cera”, Jaume Collet-Serra nos dice que no es cualquier crispín. La protagonista del filme, la niña Isabelle Fuhrman, punto aparte. Le provocó pesadillas a un amigo, que dijo haberse despertado pensando que ese pequeño demonio le hizo dañineras…

LOS FANTASMAS DE MI EX: Pobre comedia romántica, que busca hacer creer a todas esas adolescentes en formación y a esas mujeres aporreadas por el amor, que un hombre mujeriego puede cambiar y que en el fondo de su corazón de condominio, existe amor para una sola. Protagoniza por Jennifer Garner, quien luce muy desmejorada físicamente y Matthew McConaughey, le roba descaradamente a Charles Dickens, su Cuento de Navidad. Eso ya lo hemos visto en cine, tv, dibujos animados, y lo hemos leído mil veces. Hmmm muy, muy regular…tirando para mala.

RING RING: Sí, hemos hecho un corto con Fred Núñez, a estrenarse el martes 25 en Casateatro…Milagrosamente ganamos el Premio Petrobras a Cortometraje el 2008, y ahora toca presentar el trabajo. De más está decir que espero que vaya el que quiera y le haga la crítica más honesta posible…Lo mío no había sido sólo con lo ajeno, así que peor crítica que la propia no voy a escuchar. Agradecer a Petrobras, Pollos Chris, Convergencia, Trac21, Marco Antonio Cortez, Cinegroup, y todos aquellos que le metieron cariño y sangre a este trabajo.

“Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo”
Por: Mónica Heinrich V. En 1970, tres años después del fracaso del Che Guevara, un inexperto e idealista grupo de 67 universitarios fueron prácticamente exterminados por el ejército en una dramática experiencia vivida en Teoponte. Estos jóvenes eran parte del ELN (Ejército de Liberación Nacional) grupo guerrillero cuyas ideas “revolucionarias”, que buscaban el “cambio”, los llevaron inexorablemente a la muerte.

Entre los fallecidos se encontraba Néstor Paz Zamora, hermano de Jaime Paz Zamora. Néstor, seguidor de Cristo, creyó en lo que en esas convulsas épocas se designó como Teología de la Liberación. Una doctrina surgida como tal a finales de los 60s, donde los cristianos del mundo se planteaban la necesidad de una reacción más activa frente a la opresión y la tiranía a la que eran sometidos los pueblos latinoamericanos. Se trataba de sacerdotes, pastores, o gente ligada a la iglesia, que tomaba las armas en franco repudio a la situación social y política de la época.

Es así que nombres como los del padre Oscar Romero (quizás el nombre más representativo, asesinado en El Salvador), Camilo Torres (asesinado), Ignacio Ellacuría (asesinado), Juan José Gerardí (asesinado), y otros se convirtieron en inspiración para muchos jóvenes.

Néstor Paz Zamora, moriría de hambre entre la salvaje vegetación de Teoponte. Como parte de ese grupo, también se encontraba Chato Peredo…y es en ese marco donde se dio la famosa anécdota de la lata de sardinas. Recién durante el mandato de Jaime Paz Zamora se hallaron los restos del joven religioso, su muerte causó profundo pesar en su familia y sobre todo en Jaime, que intentó disuadirlo de esa aventura que estaba destinada al fracaso.

Casi 20 años después, Miguel Nothdurfter creaba el Comando Néstor Paz Zamora (también conocido como Comisión Néstor Paz Zamora) . Corría el año 1990, el presidente no era otro que Jaime Paz Zamora, quien para lograr entrar al Palacio Quemado tuvo que aliarse a Hugo Banzer Suárez, uno de los sujetos que estuvo ligado a Luis García Meza y Arce Gómez, a quienes se le atribuía el intento de asesinarlo años antes atentando contra su avioneta…y a quienes le debía las cicatrices que surcaban su rostro.
Se decía que a Jaime Paz Zamora y Hugo Banzer Suárez los separaban “ríos de sangre”, en alusión a las terribles disputas ideológicas que marcaron esos aciagos años. La foto en la que ambos enemigos a muerte (literalmente) se abrazaron y estrecharon las manos, fue para la posteridad.
La agrupación de Nothdurfter se hizo conocida por el secuestro del empresario Jorge Lonsdale, ocurrido el 11 de junio de 1990. El Comando Néstor Paz Zamora pidió 2.500.000 $us. (algunas fuentes dicen que fueron 8 millones) a cambio de la libertad del entonces presidente de la embotelladora Coca Cola.
El dinero estaría destinado a solventar al grupo irregular y lograr conseguir objetivos mayores, que pongan en jaque al Estado. Como parte del apoyo logístico con el que contaban, estaban sus relaciones con el MRTA, grupo guerrillero peruano que los ayudó económicamente y hasta con equipo humano, para que se consolidaran.
Las cosas salieron mal, y a principios de diciembre el gobierno lanzó un operativo, cuyo Jefe de Inteligencia no era otro que Carlos Valverde B. (el ahora conductor de televisión) mientras que Guillermo Capobianco (quien dirigió con Paz Zamora el operativo) fungía como Ministro del Interior…El resultado fue, 3 guerrilleros muertos, Jorge Lonsdale muerto, y un hecho tan confuso, donde existieron tantas contradicciones sobre QUIEN (policía o guerrilleros) fueron los que terminaron con la vida del empresario, y sobre el ajusticiamiento de los jóvenes insurrectos, que hasta el día de hoy, el caso no se ha resuelto del todo…

Miguel N. se estrenó anoche en Santa Cruz y como no podía ser de otra manera, ahí estuve llena de expectativas. Se trata de un documental escrito y dirigido por Andreas Pichler. Pichler fue amigo de Nothdurfter desde su infancia, cuando ambos eran parte de la juventud católica de su país (Italia).

El documental es narrado desde ese lado, del lado de alguien que tuvo un amigo con quien mantuvo una relación durante muchos años y un día se entera que fue ejecutado en una confusa situación y señalado como líder de un grupo guerrillero/terrorista en Bolivia.

Obviamente que el tono de este trabajo será de simpatía total con Miguel Nothdurfter, y habrá quienes piensen que un guerrillero o terrorista, no merece ese tipo de condescendencia, pero lo cierto es que Pichler plantea el documental desde una óptica que pretende mostrar al público las motivaciones que hicieron que este joven italo-germano, dejara su país, su futuro en el sacerdocio y se embarcara en una agrupación radical…

Es así que vemos cómo creció Miguel, con qué valores, seguiremos al futuro guerrillero en su peregrinaje por el mundo, en su búsqueda, en sus dudas…todo esto a través de testimonios de amigos suyos, de familiares, de su mamá, de cartas que él mandó hasta su casa donde explicaba lo que veía, lo que sentía, lo que necesitaba…

De un joven que cantaba canciones de su pueblo acompañado de una guitarra, que creía profundamente en Dios y en Cristo, que cuidaba enfermos o hacía labor social en comunidades alejadas de la ciudad, vemos a otra persona que ve cómo su camino comienza a alejarse de estas actividades para dar a paso a una militancia ideológica marxista-leninista extrema, que lo lleva a la clandestinidad… a ejecutar el secuestro de Lonsdale y a cometer atentados varios que comprometieron la vida de civiles.

Las imágenes que relatan la vida de Miguel N. son intercaladas con explicaciones del contexto histórico-político-social de ese entonces. Hechos importantes como la caída del Muro de Berlín, o el asesinato del padre Romero, la situación de los mineros, etc..Hay que reconocer que dichas contextualizaciones corresponden a un apasionamiento por figuras como el Che, pero en términos generales enmarcan el entorno en que se movieron los protagonistas de este caso.

A mí el documental me pareció valioso por muchas razones, amén que se toque un tema peliagudo, que sacará roncha desde ideologías, posturas políticas, rechazos y veneraciones a las acciones de Nothdurfter…se trata de un documental bien logrado, que cuenta con un backup de imágenes e información sobre el caso importante

Posee también, por primera vez, los testimonios de los guerrilleros sobrevivientes, cuyas imágenes (juveniles, casi adolescentes) durante el juicio contrastan enormemente con las personas que son ahora, hay testimonios también de la gente que conoció a Miguel en Cochabamba cuando todavía era parte de la comunidad jesuítica…declaraciones de su hermano, compañeros de universidad, que descubren al Miguel persona…al que no se ve, después de un hecho de sangre tan violento.

Y Pichler tuvo el cuidado de no hacer una acusación amarillista con su trabajo, que busque pringar de nuevo a todos los involucrados, porque pudo hacerlo…después de todo hay suficientes testimonios de vecinos que vieron cómo los guerrilleros fueron llevados hacia la terraza, y ejecutados. Incluso se dice off de records que existe un video que fue confiscado, donde la ejecución era mostrada a pleno.

También se conocen las declaraciones de los sobrevivientes (pueden leerlas en internet), de las chicas que fueron salvajemente torturadas en los interrogatorios posteriores… Pero Pichler, deja el documental como un testimonio de la vida de Miguel N. y de lo que significó en ese momento el caso en la sociedad boliviana. No es nada más que eso, no glorifica al “criminal”, al “terrorista”, porque después de todo Pichler lo conoció en su faceta más humana y es desde ese lado que realiza el relato…

Quizás todo se resuma de una manera conmovedora, en la escena que su madre habla acerca de la llamada que le informaba la muerte de Miguel…La señora se quiebra ante las cámaras y dice: “Me sentí mejor cuando el obispo vino a darme sus condolencias…Sé que no hubiera venido si él (Miguel) hubiera sido un mal hombre”…

En esa frase se resumen todos los conflictos por los que esa señora pasó al enterarse de las actividades de su hijo. Y lo más importante, en esa frase se desnuda una realidad que mucha gente que elige el camino de las armas como método para imponer “verdades”, no toma en cuenta: Después del despelote que crean con sus “revoluciones”, el mundo sigue siendo igual…sus muertes como guerrilleros o terroristas no dejan nada, aparte de un profundo dolor en la familia y amigos que los vieron crecer. Gente que al correr los años, todavía se pregunta…cómo serían, y qué estarían haciendo si continuaran con vida.

¿Recomendable? Por qué no…como dije, en primer lugar es un documental muy bien logrado, no creo que se glorifique nada, ni se haga apología del delito, sino es UNA de las visiones y de las verdades que tuvo esta historia…Una historia donde se perdieron vidas en pro de un cambio que nunca llegó.

Lo mejor: Un tema interesante

Lo peor: nada

La escena: cuando su mamá habla del día que recibió la llamada que anunciaba la muerte de Miguel
Lo más falsete: Nada…

El mensaje manifiesto: El mundo no cambia

El mensaje latente: Lo que mal empieza, mal acaba

El consejo: Vela sin prejuicios…

La pregunta: ¿Qué estarían haciendo actualmente Miguel N, sus dos compañeros y Jorge Lonsdale si no hubieran muerto?

CURIOSIDADES
– Andreas Pichler estudió cine y filosofía en Alemania. Escribe y dirige producciones tanto televisivas como cinematográficas.
– El documental tardó 3 años en realizarse
– Jaime Paz Zamora y Carlos Valverde se negaron a dar su testimonio, a pesar de las llamadas de Pichler.
– Néstor Cerpa Cartolini, el líder del MRTA, que tomó la embajada de Japón en Perú…vivió en Santa Cruz un tiempo y le hacía visitas a Dante (uno de los emerretistas que aparece en el documental) cuando este se encontraba preso en Chonchoro por el secuestro de Lonsdale.

EXTRAS
– EL SOTANO: Thriller que cuenta con la actuación de Elisha Cuthbert (La casa de cera, The girl Next door), interpretando a una modelo que es raptada de una fiesta por un asesino serial. Dicho personaje la mantiene encerrada un sótano (lógico) que está monitoreado por cámaras. En medio de su angustia descubre que tiene un vecino de trauma…y ZzzzzzZZZZZZZZZZzzzzzzzz ah perdón…sí, es aburrida y muy predecible. Aunque supuestamente el “giro” del final quiere hacernos decir WOW, pero yo estaba deseando que termine…la dirige un crispín llamado Roland Joffé conocido por La Misión y por la huevada de La letra escarlata…Mi querido Rolo, lo tuyo no es el suspenso.

– X-MEN, WOLFVERINE-ORIGENES: Bueno, la disfruté. No es tan profunda ni tan bien lograda argumentalmente como sus predecesoras, pero entretiene. En esta ocasión, Hugh Jackman nos muestra de dónde sacó las garritas metalizadas. Nos cuentan su infancia, y la existencia de su hermano Viktor, un tipo con el que se cría toda su vida pero del que se diferencia por principios y valores (sí, el lobezno, en el fondo es un tierno gatito) El caso es que el ejército americano, descubre a estos muchachones que además de tener ciertas “habilidades” son duros de matar! Y claro, como no puede ser de otra manera, ya nomás los ponen a hacer chanchadas para los gringos. Nuestro lobezno se rebela y emprende la graciosa huída, él no es parte de ese atado de bárbaros. Vive tranquilo durante un tiempo, acompañado de una mujer que parece ser el amor de su vida…hasta que Viktor va a buscarlo de nuevo, y ahí se arma el despelote. Como dije la historia en esta ocasión se reduce a venganzas, camoteras y rivalidades fratricidas…las cuestionantes de carácter social y político que manejaban las primeras entregas, brillan por su ausencia. El producto final es semi-bobo, pero sin perder la magnificencia en torno a efectos especiales y escenas de acción. Nada memorable, pero una experiencia satisfactoria. Mención aparte merece la presencia masculina del actor Taylor Kitsch, que encarna a Gambito. Muy bien Gambito, muy bien.

– STAR TREK: La vi sin ninguna expectativa. En realidad, esperaba que fuera una mierda, pero no. Entretenida película que revive la saga de Viaje a las Estrellas. No soy treekie (nombre con el que se conoce a los fans acérrimos de la saga), pero la disfruté. Como parece estar de moda, la película relata los inicios del capitán Kirk…que ya desde niño muestra ser un rebelde sin causa, un James Dean intergaláctico. Interpretado por un Chris Pine que parece el hermano menor de Brad Pitt, Star Trek definitivamente alegra la pupila…En ella veremos el nacimiento de la amistad entre Kirk y Spock…debo reconocer que los efectos me parecieron algo nacos, y pobres tomando en cuenta los grandes avances tecnológicos que hay para mejorar cualquier escena de acción, pero supongo que tiene que ver con las ganitas de mantener su aire “antiguo” . Está dirigida y producida por el mismo crispín (JJ Abrahms) que creó Alias, Lost y demases. O sea, no me hará alquilar, comprar o piratear la serie de Viaje a las Estrellas, pero sí me hará tener ganas de ir a ver la continuación de esta entrega…

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